Lance Stroll, entre los rumores y la "intimidad médica": una lesión crónica que complica el futuro de Aston Martin

Lance Stroll, entre los rumores y la “intimidad médica”: una lesión crónica que complica el futuro de Aston Martin

La segunda sesión libre del viernes en Montreal resultó demasiado movida para Aston Martin. Fernando Alonso se dio un susto con una pequeña excursión por la hierba y Lance Stroll sufrió un impacto contra las protecciones de la curva 7. El canadiense quiso llevar el AMR25 de regreso a boxes, pero sus ingenieros le obligaron a detenerse porque su rueda delantera izquierda amenazaba ruina. Así que Stroll no tuvo más remedio que salir del coche. De inmediato, al desencanto de la afición se sumaron los rumores que han venido rodeando al ídolo local, mermado por una misteriosa lesión en la muñeca derecha desde el pasado GP de España.

«No quiero entrar en detalles sobre lo que he tenido que hacer, porque se trata de mi intimidad médica», dijo Stroll el jueves durante la conferencia de prensa de la FIA. Con su habitual tono, desafiante ante los periodistas, echaba tierra a numerosos comentarios que venían sobrevolando por el paddock. El más insistente había sido propagado por la BBC, que describió escenas de ira del piloto en su garaje, golpeando las paredes con sus manos. Stroll, ajeno a casi todo, quiso insistir en que se veía preparado para afrontar este fin de semana: «Me siento bien y confío en que no será un problema en el futuro». Sin embargo, tras dos operaciones en la misma articulación a lo largo de los dos últimos años, las incógnitas siguen sin despejarse en la escudería de Silverstone.

El origen de la dolencia de Stroll se remonta a febrero de 2023, cuando sufrió un accidente mientras practicaba ciclismo en España. Entonces, los primeros exámenes médicos detectaron una fractura desplazada en la muñeca derecha, varias fracturas en la mano y la muñeca izquierda y otros traumatismos en los dedos de los pies. En Barcelona, dos días después, fue operado por el doctor Xavier Mir, que le colocó varios tornillos metálicos en la mano derecha. El prestigioso traumatólogo, con más de tres décadas de experiencia en el Mundial de MotoGP, optó por un tratamiento conservador para la mano izquierda, confiando en un largo periodo de rehabilitación.

Un solo coche en Barcelona

Como muestra la evidencia científica, especialmente en pilotos de MotoGP, aquella operación a Stroll ya debió considerarse bastante delicada. En primer lugar porque ese tipo de cirugía provoca, en algunos casos, daños en el cartílago. A largo plazo, incluso, deviene en artritis postraumática. De modo que los pacientes han de convivir con el dolor y la rigidez en la articulación, por lo que su rendimiento en la pista queda lejos del 100%.

Stroll no se perdió ni una sola carrera en 2023 y 2024, aunque a comienzos del presente Mundial empezó a sentir otra vez molestias. La situación se agravó durante el triplete europeo (Imola, Mónaco, Barcelona) hasta que en Montmeló él mismo optó por parar. Los síntomas habían empeorado tanto durante la última sesión libre que el domingo ni siquiera tomó la salida. Aston Martin sólo pudo alinear un coche, porque Felipe Drugovich, su piloto reserva, no había tomado el volante en ninguna de las sesiones previas, lo que le impedía participar en la carrera.

El mismo equipo médico, con Mir al frente, volvió a intervenir a Stroll en una cirugía que Aston Martin describió como preventiva y menor. No obstante, los precedentes sugieren ahora un problema crónico. A este factor se suman las citadas complicaciones tras la última operación. Parece complicado que Stroll pueda restablecerse totalmente sin dejar de competir.

El declive de Lewis Hamilton con Ferrari: sin motivación, sin velocidad y sin sitio en Maranello

El declive de Lewis Hamilton con Ferrari: sin motivación, sin velocidad y sin sitio en Maranello

La pasión por Ferrari se percibe en cada rincón del circuito Gilles Villeneuve, el trazado que lleva el nombre de uno de los grandes pilotos en la historia de Maranello. Lejos de Italia, no hay otra sede del Mundial donde la Scuderia se sienta tan arropada. Este fin de semana, ese entusiasmo va a canalizarse, por vez primera, en torno a Lewis Hamilton, el piloto con mejor palmarés en el GP de Canadá. Siete victorias suma el británico, las mismas que Michael Schumacher. Y no termina ahí la cabalística, porque los tifosi saben que este año Montreal acoge, por 44ª vez en la historia, una carrera de F1. La cifra fetiche de Hamilton, con su eterno dorsal 44 recortado ahora sobre fondo rojo. Sin embargo, ni el fervor popular ni la magia de los números pueden enmascarar la coyuntura de Hamilton y Ferrari, inmersos en una calamitosa crisis de resultados.

Hace dos semanas, tras su sexto puesto en Montmeló, Hamilton reconoció haber protagonizado la "peor carrera" de su vida. El pasado jueves, los tres medios más influyentes de la prensa italiana desvelaron al alimón del hartazgo de la cúpula de Ferrari con Fred Vasseur, su team principal. Tres noticias que infectaron el ambiente durante la rueda de prensa oficial de la FIA. "No es bonito saber que este tipo de historias circulan por ahí. Acabo de empezar en un proyecto a largo plazo y no hay dudas sobre lo que estoy trabajando. Así que, por favor, dejad de inventaros cosas", replicó Hamilton, obviando lo que todos saben en el paddock. Las citadas informaciones de Corriere della Sera, Gazzetta dello Sport y Motorsport se construyeron gracias a filtraciones de la propia Scuderia.

A los 40 años, después de 105 victorias y 104 poles, Hamilton vive su peor momento en la F1. No sólo por su sexta posición en el Mundial, a 115 puntos de Oscar Piastri tras nueve carreras, ni por verse superado en el duelo particular ante Charles Leclerc, que le domina tanto los domingos (7-1) como en las sesiones clasificatorias (7-2). Lo más preocupante es su escasa motivación al volante del SF-25 y su nula adaptación al particular ecosistema de Ferrari. Después de toda una vida en Mercedes, donde manejaba a su antojo en compañía de Toto Wolff, Hamilton se siente hoy fuera de sitio en Maranello.

Disparidad de criterio

Los tifosi vienen siguiendo con estupefacción las constantes discusiones por radio entre Hamilton y Riccardo Adami, su ingeniero de pista. También la disparidad de criterio entre Sir Lewis y Vasseur respecto a los objetivos a corto plazo con un monoplaza que pierde cuatro décimas por vuelta frente a McLaren. En Ferrari aún escuece el no de Adrian Newey, a quien se daba por fichado, y la marcha de Enrico Cardile, también en dirección a Aston Martin.

A Hamilton se le nota superado, fuera y dentro del coche. Quiso rodearse de un entorno seguro, recuperando a dos de sus colaboradores de estricta confianza: Angela Cullen, su inseparable fisioterapeuta en Mercedes y Marc Hynes, el mánager de sus comienzos. Sin olvidar a Anthony, su padre, que acaba de recibir un cargo oficial dentro de la FIA o a Ella, su nueva jefa de prensa, reclutada desde Project 44, la fundación con la que potencia el papel de las mujeres negras en la F1. Sin embargo, nada todo se tambalea ahora su alrededor.

La debacle resulta proporcional a las expectativas generadas por el fichaje más importante en la historia reciente de la F1. Ni las llegadas de Alain Prost a Ferrari (1990), Ayrton Senna a Williams (1994) o Sebastian Vettel a Ferrari (2015) tuvieron tanta repercusión mediática. El pasado 20 enero, horas antes del debut de Hamilton en un test, el alcalde de Maranello pidió refuerzos policiales para garantizar la seguridad en Fiorano. Hace dos semanas, el heptacampeón admitió en Montmeló no haber aprendido "absolutamente nada" tras el triplete europeo (Imola, Mónaco, Barcelona). Durante las últimas vueltas del GP de España fue adelantado por el Sauber de Nico Hulkenberg. Cuando le preguntaron por sus planes para Montreal simplemente dijo: "Me voy a casa".

Hamilton, el jueves, durante la rueda de prensa oficial de la FIA.

Hamilton, el jueves, durante la rueda de prensa oficial de la FIA.EFE

No se trata de un declive esporádico, sino de la confirmación de lo apuntado durante su última temporada con Mercedes, cuando fue superado por George Russell en carrera (15-9) y en qualy (19-5). Semejante bajón los sábados resultaba especialmente traumático. Aquel piloto que desataba todo su talento a una vuelta no logra una pole desde hace casi dos años (GP de Hungría 2023). Este curso ha caído dos veces en la Q2 (Imola y Miami) y su mejor resultado se reduce a una segunda fila (cuarto en Mónaco). Por no mencionar las nueve décimas que se dejó frente a la pole en Australia, Bahrein y Arabia Saudí.

De modo que este fin de semana, el horizonte se dibuja otra vez oscuro en Montreal. La pista donde no respetó un semáforo en el pit-lane para chocar contra Kimi Raikkonen (2008) y donde sufrió un accidente con Jenson Button, su compañero en McLaren (2011). Ayer, terminó octavo en la FP2, a 53 centésimas de la cabeza. Otra jornada aciaga para Ferrari, porque Leclerc había destrozado su monoplaza por la mañana contra el muro de la curva 4 y ni siquiera pudo participar en la sesión vespertina.

El circuito Gilles Villeneuve también fue escenario de la primera victoria de Hamilton en la F1 (2007), con 22 años y 154 días, el mismo domingo en el que Fernando Alonso fue adelantado por el Super Aguri de Takuma Sato. Hoy, el asturiano, tres años mayor, muestra cada fin de semana un rendimiento y una motivación muy superiores a su gran adversario.

Verstappen, al límite en la superlicencia, dispara contra Russell: "La próxima vez traeré pañuelos"

Verstappen, al límite en la superlicencia, dispara contra Russell: “La próxima vez traeré pañuelos”

Una cuarta victoria consecutiva en Montmeló se antojaba casi imposible, pero ni el guionista más retorcido hubiese escrito un desenlace tan cruel para Max Verstappen. No sólo por su sanción de 10 segundos, tras provocar un choque con George Russell, sino también por los tres puntos que le descontaron en la superlicencia, con los que se queda a uno de perderse la próxima carrera. Para más escarnio, el líder de Red Bull fue elegido por los aficionados como mejor piloto del domingo en Barcelona. Había partido tercero en la parrilla y acabado décimo, con un punto como triste botín.

Iba Verstappen hecho una furia por la zona mixta de Montmeló cuando le tendieron el micrófono de Sky Sports. Nico Rosberg, comentarista de la cadena británica, había insinuado que su maniobra ante Russell merecía una bandera negra. "Esa es su opinión. Cada uno puede tener la suya", replicó el holandés. Cuando le insistieron con que si se trataba de algo deliberado, Mad Max fue cortante: "¿Eso importa? Prefiero hablar de la carrera antes que de un instante determinado". Una vez más le repreguntaron por la descalificación, así que ya zanjó cualquier duda: "Creo que fue un error de cálculo".

Para saber más

En Barcelona se reabrieron las rencillas entre dos pilotos que no se soportan. Otro episodio que añadir a lo ya vivido en el GP de Azerbayán 2023, cuando Verstappen llamó "gilipollas" al británico, o en el último GP de Qatar, hace seis meses, cuando no dudó en mandarle "a la mierda". "Así es Max en las carreras. Me alegro de haber podido acabar, aunque no sé muy bien en qué estaba pensando", concluyó Russell sobre el incidente.

"no tengo nada que decirle"

Por supuesto, ninguno de los involucrados manejó siquiera la posibilidad de disculparse ante la otra parte. "No, no le voy a ver y no tengo nada que decirle. En la vida no hay que arrepentirse de demasiadas cosas", clamó Verstappen. No se percibía asomo de arrepentimiento en sus palabras tras la peligrosa maniobra en la curva 5. "¿Qué opinas de que Russell crea que estás dando un mal ejemplo a los jóvenes?", le deslizaron. "La próxima vez traeré pañuelos", concretó.

Estos malos modos parecieron hartar incluso a Christian Horner. Tras esquivar en primera instancia a la prensa, el jefe de Red Bull concedió que su piloto se había sentido "frustrado". "Aún no he tenido la oportunidad de hablar con él... Es algo que analizaremos internamente", reveló el británico.

Por primera vez desde el GP de Italia 2017, Verstappen vio la bandera a cuadros sin entrar entre los nueve primeros. Pese al mal sabor de boca, durante la vuelta de enfriamiento quiso felicitar a los pilotos de McLaren por su doblete, elevando uno de sus pulgares. Por extraño que pareciera, tras el GP de Arabia Saudí y el GP de Emilia Romagna, el tetracampeón fue otra vez distinguido por la F1. Con el 19,7% de los apoyos, superó en el voto popular a Oscar Piastri (14,5%) y Nico Hulkenberg (10,6%).

Red Bull y el GP de Bahrein 2022

Durante 60 vueltas, Verstappen ofreció un sensacional espectáculo, cuestionando la superioridad mecánica de McLaren. Se mantuvo con opciones de llevar a buen término el plan de Hannah Schmitd, la jefa de estrategia de Red Bull. Nada menos que tres paradas en Montmeló. Sin embargo, esa apuesta quedó hecha trizas por el safety car decretado tras la avería de Andrea Kimi Antonelli. Quizá hubiese sido preferible aguantar lo que quedaba hasta la meta con el neumático blando viejo. Y no recurrir a los duros, que se habían mostrado muy erráticos desde el warm-up.

"Siempre es fácil opinar a posteriori, pero en ese momento tomamos la mejor decisión con la información de la que disponíamos", zanjó Horner, que no terminaba un fin de semana con un bagaje tan pobre desde el GP de Bahrein 2022. McLaren casi triplica la suma de Red Bull en el Mundial (362-144) y Verstappen ve a 49 puntos el liderato de Piastri (186-137).

Tan preocupante como lo que pueda suceder en las próximas 15 carreras resulta el horizonte inmediato para Verstappen. De momento, esta es la sexta vez, en los últimos 12 meses, que los comisarios le restan puntos en la superlicencia. Desde el GP de Austria 2024, por un incidente frente a Lando Norris en la curva 3 del Red Bull Ring, hasta el GP de México 2024, cuando volvió a forzar a Norris fuera de la pista o el GP de Abu Dhabi 2024, por causar una colisión ante Piastri. En caso de perder otro punto en el GP de Canadá, dentro de dos semanas, no podría participar en la siguiente carrera.

Barcelona y el efecto contrario

Barcelona y el efecto contrario

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 23:32

Algunos piensan que la Fórmula 1 es aburrida, que nunca pasa nada y que son sólo coches dando vueltas. El GP de España los llevó a todos la contraria. La carrera tuvo intensidad e incertidumbre desde la primera hasta la última vuelta.

De hecho, el dilema de lo que podría pasar comenzó antes de que lo hicieran los entrenamientos libres. Con la entrada de una nueva normativa de control de la flexibilidad de los alerones delanteros algunos pensaron que desde España la historia iba a ser diferente y que McLaren podría verse muy perjudicado. Craso error. Mientras siete equipos cambiaron sus alerones delanteros para adecuarse a la normativa, McLaren no cambió nada en Barcelona. Eso sí, 1-2 el sábado en clasificación y 1-2 el domingo en carrera. Menudo chasco se han llevado algunos. Justo el efecto contrario.

En carrera sucedió un poco lo habitual: Oscar Piastri salió bien desde la pole, Lando Norris perdió una posición con Max Verstappen y el holandés se convirtió en el único rival de McLaren por la victoria. Lo intentaron todo en Red Bull y, en un alarde de buscar algo diferente en la estrategia, le pusieron en un plan de tres paradas. Funcionó. Al menos para mantenerle cerca porque en ritmo de carrera Max no podía aguantar a los coches naranjas.

Sirvió para mantener a raya al resto de rivales, pero hubo un fallo: la salida de un safety car a pocas vueltas del final. Red Bull no tenía más ruedas. Decidieron ponerle a Max el único juego nuevo que le quedaba, un duro (nadie lo había utilizado porque era un neumático lento y difícil de calentar). Max seguía tercero, pero con una jauría de neumáticos blandos justo detrás. Todo indicaba que iba a ser una escabechina. Que Verstappen tendría que sacar los mejores trucos de su repertorio para no perder muchas posiciones, pero se produjo el efecto contrario.

Cuando se relanzó la carrera, Verstappen estuvo a punto de perder el coche y de irse directo contra el muro. Salvó el accidente, pero le hizo vulnerable ante Charles Leclerc y todos los demás. En medio de la recta se tocaron, el monegasco le pasó, Max se enfadó, George Russell quiso aprovechar el desconcierto, pero también se tocaron, Red Bull le pidió que le devolviese la posición al británico, Verstappen se enfadó más, se la devolvió y de nuevo chocó contra él en una acción muy macarra que parecía premeditada. La decisión de los comisarios fue rápida: 10 segundos. Max pasaba de ser quinto a décimo. Además, recibía una sanción de tres puntos en la superlicencia para acumular un total de 11, a uno de ser excluido de un gran premio. Es decir, lejos de mostrar su mejor versión nos enseñó su cara más oscura, justo el efecto contrario.

Verstappen acabó en el grupo de villanos. A su vera, Liam Lawson, un peligro en la pista. Del neozelandés ya se ha cansado la casi totalidad de pilotos del paddock.

En el grupo de estrellas, Piastri, que acumula ya cinco victorias, cuatro poles y ocho podios consecutivos. También Norris, que no ganó, pero ayudó a McLaren para firmar el tercer doblete del año. Leclerc, pese a las debilidades de Ferrari sumó su tercer podio. Nico Hulkenberg, con el modesto Sauber (último equipo de la parrilla), logró un increíble quinto puesto después de sorprender a Lewis Hamilton en las últimas vueltas. Uno de los mejores robos de cartera de la temporada. George Russell, el hombre invisible, al que no se le ve mucho en las carreras, pero siempre está. Isack Hadjar, el mejor rookie del año o, por supuesto, Fernando Alonso.

El asturiano sumó sus primeros puntos de la temporada después de fajarse en un combate frenético con Gabriel Bortoleto, Pierre Gasly, Lawson y Hadjar. Obviamente, no son los rivales que él querría, pero hoy por hoy esto es lo que hay. Es evidente que Aston Martin ha dado un pequeño salto adelante con la evolución que presentó en Imola. Desde entonces, Fernando se ha metido siempre en Q3 y ha podido puntuar en las tres carreras disputadas. En Imola no hubo suerte y en Mónaco se rompió el motor, pero estaba ahí para puntuar.

No hubo suerte con Williams. Carlos Sainz pronosticó que Barcelona iba a ser difícil, pero se equivocó. Fue un infierno. Por primera vez este año, ningún FW47 se metió en la Q3 y por segunda vez, ninguno de ellos puntuó.

Se pensaba que el GP de España podría ser un desastre de público tras los pobres resultados de Sainz y Alonso, pero no fue así. Hubo más de 300.000 espectadores a lo largo del fin de semana. Otra vez una fiesta, otra vez varias generaciones juntas compartiendo pasión. Con este ya van 55 ca en España. Una cita con la F1 a la que no hemos faltado en 39 años. Pese a todos los indicios, otra vez, el efecto contrario.

Una alegría para Fernando Alonso en Montmeló: sin pitos al himno y soberbia vuelta final

Una alegría para Fernando Alonso en Montmeló: sin pitos al himno y soberbia vuelta final

Una formidable última vuelta, cerrada en 1:18.128, permitió sumar dos puntos a Fernando Alonso en Montmeló. Con ese esfuerzo postrero, el bicampeón superó en la tabla de tiempos a Max Verstappen. Apenas 262 milésimas. Lo justo para dejar atrás al holandés, castigado con 10 segundos por un controvertido incidente con George Russell.

"Sigue a tope porque podría haber penalizaciones por delante", advirtieron a Alonso a través de la radio. Y el asturiano cumplió con creces, estableciendo el cuarto mejor crono en ese último giro, sólo por detrás de Oscar Piastri (1:17.445), Lando Norris (1:17.519) y el propio Verstappen (1:18.081). Tras cruzar la línea de meta, cuando aún no tenía muy claro qué posición final le correspondía, Alonso se limitó a saludar a la afición de Montmeló.

Durante ese momento de gozo no quiso comentar nada por la radio. Había sido otra carrera muy dura, con acuciantes problemas de degradación, sobre todo en los neumáticos delanteros. De hecho, sus ingenieros le habían pedido que no forzara tanto en las curvas 9 y 14. En vano, porque su réplica no dejó lugar a la duda: "Olvidadlo".

Sin velocidad punta

"Nos ha faltado ritmo y velocidad en las rectas. Todos los adelantamientos los hice por fuera en la curva tres, que no es un sitio habitual", admitió Alonso. El más espectacular llegó en ese tramo decisivo de la carrera, cuando pudo desembarazarse de Esteban Bortoleto (Sauber). Unos metros más adelante concretó otra bonita maniobra frente a Liam Lawson (Racing Bulls) en la recta principal.

Una particular revancha ante el neozelandés, que ya le había dado un buen susto nada más tomar la salida. "Me ha golpeado en la trasera derecha. Creo que no hay daños, pero deberíamos comprobarlo", explicó tras el toque en la curva 1. Ese primer relevo con las gomas blandas iba a hacerse muy largo para el español.

"Después de sólo cinco vueltas nos quedamos sin el neumático delantero izquierdo", añadió el doble vencedor en Le Mans, en referencia a su excursión por la grava en la curva 5. Sin embargo, el cambio a los medios hizo revivir al AMR25, cuyo rendimiento pudo equipararse al de Alpine o Sauber.

Invasión de pista

La euforia por los dos puntos caló de inmediato en las tribunas de Montmeló y como viene siendo costumbre, la afición invadió la recta de meta para ver más de cerca en el podio a Piastri, Norris y Charles Leclerc. Un cierre a la altura de este fin de semana, en el que Alonso estrenaba su cargo de embajador del GP de España.

Durante la ceremonia de himnos, no hubo que lamentar ningún tipo de episodio desagradable. El minuto de duración de la Marcha Real coincidió con el de Els Segadors, ante la atenta mirada de Salvador Illa, presidente de la Generalitat, Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, y Carmelo Sanz de Barros, presidente del Senado de la FIA.

Verstappen pierde los papeles y Alonso suma al fin en Montmeló

Verstappen pierde los papeles y Alonso suma al fin en Montmeló

Un safety car, el primero en tres años en Montmeló, sacó de sus cabales a Max Verstappen. A 11 vueltas, cuando Andrea Kimi Antonelli quedó varado en la grava de la curva 10 tras una rotura de motor, los favoritos debieron pasar otra vez por boxes. A Red Bull sólo le quedaba un juego de duros para Mad Max, abocado desde entonces a la peor de las suertes. El holandés supo salvar un latigazo salvaje a la entrada de la recta, pero nada pudo hacer frente a Charles Leclerc y George Russell. Totalmente desquiciado, el tetracampeón vio de lejos el doblete de McLaren, con Oscar Piastri por delante de Lando Norris.

Una merecida sanción, por colisionar ante Russell, relegó a Verstappen a la décima plaza, justo por detrás de Fernando Alonso. De este modo, el asturiano sumó sus dos primeros puntos del año, tras quitarse de encima a Gabriel Bortoleto y Liam Lawson. Entre tantas escenas de caos, ninguna como la de Nico Hulkenberg con Lewis Hamilton. Un Sauber, el coche más lento de la parrilla, rebasaba a un Ferrari y era quinto en la meta.

Hubo invasión de pista para conmemorar este loco desenlace, decisivo para la suerte del Mundial. Piastri conquista su quinta victoria del año, mientras Verstappen sale casi de vacío de Barcelona. Nunca quiso claudicar, exprimió al límite su estrategia, pero ahora queda a 49 puntos del liderato. Traspasó los límites para defender el podio y acabó disparándose en el pie. Desde la salida quiso dejar claro que no iba de farol.

Norris, lento en la salida

Piastri aún guardaba recuerdo del error de Imola, cuando intentando sujetar a Russell dejó un resquicio a Verstappen, autor de un excepcional adelantamiento. Esta vez, McLaren no hubo de lamentar la pérdida del liderato, pero sí la lentitud de Norris, que se dejó ganar la partida frente al líder de Red Bull. Tampoco anduvo fino Russell ante los Ferrari, abocados desde entonces a un duelo fratricida.

Aunque el auténtico protagonista de la salida fue Hulkenberg, envuelto en un toque que le hizo salirse por el exterior de la curva 1. Dicha maniobra fue validada por los comisarios, así que el veterano ganó cuatro posiciones hasta situarse a la estela de Alonso. En la segunda vuelta, el bicampeón también hubo de capitular ante el Sauber.

Los malos presagios asomaron con una peligrosa maniobra de Lawson y se agudizaron con una salida de pista en la curva Seat. Tras 13 vueltas, la degradación mermaba al AMR25, así que dos giros después entró el asturiano para montar los medios y reincorporarse último. En la décima vuelta ordenaron a Hamilton ceder el paso a Leclerc y Williams llamó a capítulo a Carlos Sainz. Algo habían detectado en el alerón delantero, con daños desde la primera vuelta, así que fue preceptivo el cambio. Tras casi 11 segundos en el pit-stop, las opciones del madrileño pasaron de remotas a nulas.

Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.

Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.EFE

La baja de Lance Stroll, víctima de un problema en una muñeca, había permitido avanzar un puesto a Carlos en la parrilla, por delante de Franco Colapinto y Yuki Tsunoda, que partió desde el pit-lane. Un domingo terrible para el madrileño, condenado a luchas de escaso rango. A bordo de un Williams muy lento en las curvas de Montmeló, con daños en el alerón delantero por culpa de Lawson, aún puede darse por satisfecho con su decimocuarta plaza final.

Lawson, un peligro rodante

En la decimotercera vuelta, Norris se quitó de enmedio a Verstappen a final de la recta. Nada podía oponer frente a los monoplazas papaya, pero el holandés sí dejó un glorioso adelantamiento a Antonelli, en la zona del estadio, y otro frente a Russell, en la Moreneta. En una carrera tan táctica, Red Bull aún guardaba su cuota de esperanza.

Por eso tomaron la iniciativa en la vuelta 14 para colocar un segundo juego de blandos a Verstappen. Ocho giros más tarde, McLaren optó por los medios con Norris y también para Piastri, cediendo la cabeza ante el tetracampeón. En la vuelta 30, Red Bull lanzó otro órdago, metiendo medios, mostrando que iban a tres paradas. A 19 giros para la meta llegaría la última parada para el holandés. McLaren, por supuesto, respondió de inmediato con Norris y Piastri.

Durante las dos últimas ediciones, no se había registrado ni una sola bandera amarilla, así que el safety car postrero con Antonelli hubo de interpretarse como una bendición. Los comisarios ya se habían ahorrado medidas cautelares incluso cuando Lawson hizo trizas el ala delantera de Alex Albon. El sol ardiente debió de pasar factura al neozelandés, demasiado agresivo frente Sainz y Oliver Bearman. Y ni por esas recibió una penalización.

Las opciones de Fernando Alonso en Montmeló: "Al menos podemos luchar de tú a tú"

Las opciones de Fernando Alonso en Montmeló: “Al menos podemos luchar de tú a tú”

El laboratorio de Montmeló supone un examen integral para cada coche. Se vio ayer durante la qualy y volverá a comprobarse hoy en una carrera donde Max Verstappen necesita una heroicidad frente a McLaren. El tetracampeón, tercero en la parrilla, deberá buscar un rebufo y aprovechar los 595 metros que separan el cajetín de salida de la primera curva. Oscar Piastri, autor de la pole, también tendrá que defenderse ante Lando Norris, su compañero en primera línea.

Nada parece haber cambiado tras la entrada en vigor de la nueva normativa en los alerones delanteros. La superioridad de McLaren sólo podría echarse a perder en Montmeló por errores propios. En la primera vuelta, donde Verstappen ya les ha dejado varias veces en evidencia, o a través de la estrategia, la gran debilidad del equipo de Zak Brown.

El previsible plan a dos paradas debería comenzar con unos neumáticos blandos en la salida, para cambiar a medios y más tarde otra vez a blandos, dando el pobre rendimiento que ofrecen los duros. La gestión de las gomas y el control de la degradación, sobre un asfalto en torno a los 50ºC se antoja decisiva. Ayer, la sensibilidad a la temperatura ya quedó en evidencia durante la Q3. Una repentina irrupción de las nubes refrescó la pista, facilitando la labor de quienes habían retrasado su regreso. De la gama más blanda, suministrada en Imola y Mónaco, Pirelli ha cambiado aquí a la más dura.

«Va a haber mucha degradación»

«Va a haber mucha degradación», presagió ayer Fernando Alonso, «muy contento» por su décima plaza, por delante de Alex Albon. El bicampeón deberá contener al británico de Williams y al Racing Bulls de Liam Lawson, ambos con mejor ritmo de carrera. «Por lo menos podemos luchar de tú a tú con la zona media. No hay para mucho más, pero ojalá podamos luchar por los puntos», añadió el doble ganador en Le Mans.

Desde el viernes, Norris y Verstappen marcaron la referencia en las tandas largas. Un escalón por debajo se presenta George Russell, que parece cuidar los neumáticos mejor que Ferrari. Si quiere evitar otra espiral autodestructiva, Lewis Hamilton debería encontrar soluciones en el equilibrio de un coche muy nervioso.

A esas mismas dificultades, corregidas y aumentadas en las largas curvas de Montmeló, se enfrentan Carlos Sainz y Albon. Los virajes de alta velocidad, especialmente Repsol y la curva 12, son los que peor sientan al FW47. En esas zonas se privilegia el apoyo aerodinámico y Williams no encuentra soluciones. «Durante muchos años, este circuito no ha sido bueno para nosotros y creo que ahora va a suceder lo mismo», advirtió el viernes James Vowles, team principal de Williams. Para más inri, Albon sufrió diversos contratiempos que le permitieron rodar tan sólo durante cinco vueltas en la última sesión libre. De ser la referencia en la zona media, los coches de Grove han pasado a luchar con Sauber y Haas.

Sainz, abatido tras su eliminación en la Q1.

Sainz, abatido tras su eliminación en la Q1.AP

«Aunque el coche no esté al 100% seguía confiando en luchar por esa Q3, igual que sigo confiando en luchar por los puntos», vaticinó Sainz, antepenúltimo en la parrilla, que podría poner fin a una década puntuando en Barcelona. Un pleno en el top-10 que había acompañado con una abrumadora superioridad sobre Alonso.

Desde 2015, sin incluir los dos años que el asturiano estuvo fuera de la F1, Sainz dominaba con autoridad el cara a cara (8-0 en carrera y 7-2 en qualy). Pero si completa la remontada, Sainz se convertirá en el décimo piloto de la historia que suma en 150 grandes premios distintos. Y si Williams acaba en el top-10, igualará un registro de 2016, el último año donde entró en zona de puntos durante cinco carreras consecutivas.

McLaren barre a la competencia y Fernando Alonso partirá décimo en Montmeló

McLaren barre a la competencia y Fernando Alonso partirá décimo en Montmeló

Harta de escuchar comentarios insidiosos, McLaren dejó clara a la primera oportunidad que sus rivales deben mirar hacia otro lado. La superioridad de los coches de Woking no procede de la flexibilidad de su alerón delantero, reducida al 50% este fin de semana en Montmeló. Hay otros factores que explican la pole de Oscar Piastri (1:11.546), con dos décimas de margen sobre Lando Norris. El líder del Mundial simplemente conduce el mejor coche y ni siquiera necesitó una vuelta perfecta para evidenciar su predominio sobre Max Verstappen, tercero con el mismo crono que George Russell.

La aventura de Fernando Alonso en la Q3 quedó reducida a un único intento, aprovechando el vacío dejado por los favoritos. Otra controvertida decisión de los estrategas de Aston Martin. Aunque el asturiano parecía exultante con su tiempo (1:12.284), finalmente cayó hasta la décima plaza. Al contrario que en Imola, optaron por guardar un juego extra de neumáticos de cara a la carrera.

No resultará sencillo conservar esa plaza, porque el ritmo del AMR25 se antoja inferior al del Racing Bulls de Liam Lawson, decimotercero en la parrilla. El paso adelante de Aston Martin, iniciado hace dos semanas en el GP de Emilia Romagna, debería consolidarse con ideas más claras desde el muro. Por mucho que invente Adrian Newey y por muchos golpes de genio de Alonso, el equipo dirigido por Andy Cowell necesita actuar, en cada situación del fin de semana, como uno de los grandes.

La avería de Colapinto

La debilidad de Carlos Sainz quedó patente desde bien temprano, cuando se vio antepenúltimo, tras ceder 57 centésimas ante Alex Albon, que había dispuesto de un intento más. Por tanto, el madrileño se vio al límite justo cuando Franco Colapinto sufrió una avería en el pit-lane. Sin potencia, el argentino ni siquiera pudo volver a pista y Sainz se quedó sin el timing idóneo, atrapado entre el tráfico (1:13.203).

Las condiciones de pista habían mejorado tanto que Lance Stroll pudo salir del atolladero. Sin embargo, el piloto de Williams quedó eliminado en la Q1 del GP de España por primera vez en su vida. Partirá decimoctavo y su debacle sólo pudo equipararse a la de Yuki Tsunoda, último con el Red Bull. Curioso modo de celebrar su récord como piloto japonés con más carreras en la F1 (96), ya por delante de Ukyo Katayama.

El buen pulso de Alonso, por contra, quedó en evidencia desde la Q2, cuando rodó (1:12.523) a sólo 52 centésimas de Piastri, que empezaba a evidenciar la superioridad de McLaren. Otro aldabonazo del asturiano, medio segundo más rápido que Stroll. De hecho, hubiese liderado la zona media de no ser por la postrera irrupción de Isack Hadjar. Por tercer fin de semana consecutivo, el novato de Racing Bulls se metía en el top-10.

Nubes y astalto más frío

Por entonces, unas nubes negras como el tizón empezaron a encapotar el cielo de Montmeló. Los radares de la FIA no consideraban siquiera la hipótesis de la lluvia, pero la temperatura del asfalto bajó dramáticamente, desde los 48ºC hasta los 41ºC. Un buen presagio para Mercedes.

Tras el primer intento, Russell se dejó apenas 25 centésimas respecto a la cabeza. No obstante, el británico se quejaba de que sus ingenieros habían optado por un plan demasiado conservador ante McLaren. Ese mismo reproche puede atribuirse a Charles Leclerc, octavo y bastante por detrás de Lewis Hamilton.

Tras la primera tentativa, la pole era para Norris (1:11.819) 17 milésimas mejor que Piastri. Verstappen, a 48 centésimas, ni siquiera se presentaba como candidato, pero en su último intento pudo auparse hasta la tercera plaza. Aunque había igualado el crono de Russell (1:11.848) partirá por delante al cerrar antes su vuelta.

Fernando Alonso, preocupado por el motor y molesto con Hamilton: "Aquí tenemos al héroe del día"

Fernando Alonso, preocupado por el motor y molesto con Hamilton: “Aquí tenemos al héroe del día”

A seis minutos para la conclusión de la sesión matinal, Fernando Alonso dio la voz de alarma en Aston Martin. "Tenemos que comprobar qué sucede en el coche, porque algo va mal", advirtió por radio. En realidad, el asturiano se había percatado del problema bastante antes, cuando denunció que perdía un par de décimas en cada recta. Algo fallaba en el motor del AMR25, que ya dejó tirado a Alonso hace sólo cinco días en Mónaco.

El pasado domingo, el bicampeón protagonizó un insólito abandono. El primero en el Principado por culpa de una avería desde Valtteri Bottas en 2014. Todo se debió a una bujía, una de las piezas más sencillas y baratas de un monoplaza. Sin embargo, algo seguía marchando mal en el AMR25. "Sólo necesito que el motor vaya normal en las rectas, como en la primera tanda", denunció por la radio.

Esa falta de potencia se hizo sentir, especialmente, en las tandas largas, donde rodó más despacio que el Alpine de Pierre Gasly. Con los neumáticos blandos, no pudo superar los registros de Isack Hadjar y Liam Lawson. A una vuelta, Alonso sí logró salvar la papeleta, marcando el séptimo mejor crono de la tarde, a sólo tres milésimas de Andrea Kimi Antonelli (Mercedes).

Parafina en el alerón

Los problemas, sin embargo, también se hicieron presentes en el monoplaza de Lance Stroll, tan incómodo en la sesión vespertina que decidió cambiar su asiento. El canadiense se quejaba del escaso equilibrio. Todo un quebradero de cabeza en Montmeló, un circuito de puro rendimiento, el mejor escenario para medir a los coches. Por eso, Alonso y Stroll salieron a última hora de la tarde con parafina en el alerón delantero.

Este fin de semana, Aston Martin estrena el ala delantera, acorde a la nueva normativa de la FIA. El objetivo es que esta pieza se adapte al fondo plano estrenado hace dos semanas y que ya dejó muy buenas sensaciones en Imola. Así que lo que no puede permitirse Andy Cowell, CEO del equipo, son más contratiempos con el motor. Pese a su gran vuelta, a sólo 54 centésimas de la cabeza, Alonso no se bajó contento del coche.

El doble ganador en Le Mans ya venía caliente por culpa de un encontronazo con Lewis Hamilton. "Aquí tenemos al héroe del día. Qué bien. Lo bueno es que el fin de semana es muy largo. Incluso el campeonato es muy largo", dijo cuando el heptacampeón le obstaculizó al final de la recta de meta. Otra muestra de su eterno pique con el británico y de su siempre tensa relación con Ferrari. Aunque los favoritos escondieron sus cartas, Hamilton volvió a defraudar con un undécimo puesto.

En Montmeló se suele reservar el mapa de motor más agresivo para la qualy, así que resulta difícil saber cuál es la situación real de Aston Martin. En la sesión matinal fue el tercer equipo con menos mejoró sus cronos respecto a 2024. Mucho más progresó el Williams de Carlos Sainz (1,08 segundos más rápido que el año pasado en la FP2), aunque el madrileño sólo pudo acabar decimocuarto, víctima de las escasas prestaciones del FW47 en las curvas rápidas. Entre los candidatos al triunfo, hubo igualdad en las tandas largas. El más rápido fue Oscar Piastri (1:12.760) con 28 centésimas sobre George Russell y 31 ante Max Verstappen.

Las razones del flechazo de Alonso por Montmeló y de sus reproches a Madrid: de aquellas malas caras a 'Els Segadors' a la 'amenaza' de desaire con Ayuso

Las razones del flechazo de Alonso por Montmeló y de sus reproches a Madrid: de aquellas malas caras a ‘Els Segadors’ a la ‘amenaza’ de desaire con Ayuso

Fernando Alonso estrenó ayer en Montmeló su cargo como embajador del GP de España. Y lo hizo con la fuerza que acostumbra. El asturiano, de 43 años, no sólo defendió la presencia de Barcelona en el Mundial, sino que trasladó un mensaje a Madrid, la carrera que amenaza la continuidad de la Fórmula 1 en la Ciudad Condal. «Barcelona lleva dos o tres décadas aquí y seguirá aquí durante 20, 30 o 40 años más. Y algunas otras sedes estarán sólo de forma provisional en el calendario y luego probablemente volverán a desaparecer», deslizó durante la rueda de prensa oficial de la FIA.

Estas palabras de ayer ante los periodistas confirman lo que se ha venido fraguando lejos de los micrófonos durante las últimas semanas, Alonso ha protagonizado numerosos desencuentros con el GP de Madrid. Los más relevantes deben atribuirse a lo estrictamente económico, aunque no conviene pasar por alto los de índole personal. El ambiente se ha ido envenenando de tal modo que la reconciliación ya no parece posible. El líder de Aston Martin ha tomado partido por Barcelona y Madrid sigue apostando fuerte por Carlos Sainz.

Desde un primer momento, la cita de IFEMA quiso contar con ambos como reclamo. Su prestigio y experiencia les avalaba. Sin embargo, mientras la familia Sainz mostró una total disposición para el acuerdo, Alonso se descolgó con unas cifras que los organizadores consideraban inasumibles por ser el padrino del evento. De este modo hubo de renunciar a la bicefalia en favor del piloto de casa. El próximo 7 de junio, Sainz asumirá el protagonismo en solitario, al volante del Williams, durante la exhibición en la zona urbana del futuro Madring.

Fecha en disputa

Alonso, por su parte, ha tomado partido por Barcelona, una cita que no pasa precisamente por su mejor momento. El contrato de Montmeló con Liberty Media, empresa propietaria de la F1, expira en 2026 y su renovación sigue en el aire. A las dificultades financieras de los últimos años hay que sumar ahora las dudas expresadas en privado por Stefano Domenicali, CEO de la F1, sobre la coincidencia de dos carreras en nuestro país. De hecho, sólo Estados Unidos (Miami, Austin, Las Vegas) e Italia (Imola y Monza) son los únicos países con más de una cita en sus fronteras.

Madrid, con acuerdo hasta 2035, quiere seguir avanzando, porque también aspira a quedarse con la fecha de Barcelona. Su pretensión es hacer coincidir la F1 en un mes de mayo donde ya brillan el Masters 1000 de tenis y la Feria de San Isidro. Montmeló, por su parte, se resiste a perder su turno, iniciado en 1991 y potenciado durante muchos test de pretemporada. Las turbulencias políticas han intentado paliarse con Fira Circuit, la sociedad que desde el pasado 1 de enero gestiona el Circuit. Sin embargo, el músculo financiero se ha debilitado hasta tal punto que Alonso ha terminado aceptando una cifra inferior a la que le ofrecían desde la capital.

Hay más razones que laten de forma soterrada para explicar este conflicto. La más dolorosa es la que resuelve el doble ganador en Le Mans con su ex agente, Luis García Abad. Durante más de dos décadas, el actual CEO del GP de Madrid fue íntimo del ovetense. Su ruptura profesional, previa al regreso en 2021 con Alpine, se resolvió de un modo amistoso. Ahora ha devenido en algo irreconciliable a nivel humano.

GP de Abu Dhabi 2024

Uno de los capítulos más desagradables se produjo durante las horas previas al GP de Abu Dhabi 2024. Por entonces, el malestar de Alonso era tal que en la candidatura madrileña quisieron evitar cualquier encuentro con Isabel Díaz Ayuso por temor a algún desaire. Finalmente, no hubo ninguna escena porque la presidenta de la Comunidad suspendió su viaje para asistir al funeral por las víctimas de la Dana en Valencia.

El paddock de Montmeló aguarda este fin de semana a Alonso, que ya vivió aquí otras polémicas. La más sonada llegó en 2018, durante su última presencia con McLaren, cuando amagó con abandonar la ceremonia previa a la carrera. Entonces, el himno de España no llegó a sonar siquiera un minuto por megafonía, mientras los acordes de Els Segadors duraron casi dos. El año pasado actualizó esta controversia al quitarse las gafas durante la Marcha Real, mientras volvía a colocárselas durante el himno catalán.