La paradoja del Real Madrid: títulos, bache de juego y media plantilla sin renovar

La paradoja del Real Madrid: títulos, bache de juego y media plantilla sin renovar

Avanza marzo, ni mes y medio resta para el cruce de cuartos de la Euroliga, poco más de dos para la Final Four de Berlín y el inicio de los playoffs de ACB. Se acerca la fiesta y el Real Madrid, se podría concluir, se aproxima a ella con traje de etiqueta y brillantina en el pelo. Ganó las dos competiciones oficiales que se disputaron este curso, la Supercopa para abrir boca y la Copa hace sólo unas semanas (ambas en la final al Barça). Es líder con buen colchón en Europa, donde se antoja complicado que nadie le arrebate el primer puesto, mucho menos el factor cancha. Y también en la Liga Endesa, aunque le aceche ese asombroso Unicaja al que se enfrenta el domingo en el Carpena.

Se arrima el Madrid de Chus Mateo aparentemente impoluto a la hora de la verdad, sin lesionados de gravedad tampoco, aunque sólo hace falta mirar un poco más de cerca para observar alguna arruga en su camisa. Su baloncesto no es el del amanecer del curso -la circulación, la defensa, el rebote, la frescura...-, las derrotas se acumulan (especialmente en la Euroliga, tres seguidas, las dos últimas en el WiZink) y algunos gestos se tuercen. Pero, sobre todo (y quizá ahí está la razón del bache), lo que preocupa al aficionado es la incertidumbre: la mitad de la plantilla y el entrenador acaban contrato en unos meses.

Siempre fue la contención salarial la norma del club, siguiendo el patrón aplicado al fútbol. Pero lo que llama la atención poderosamente es el estancamiento en las operaciones por cerrar. Porque los que amenazan con partir son los pilares de la plantilla. Sólo Facundo Campazzo, Gaby Deck y Gerschon Yabusele, de entre los jugadores clave de la rotación de Mateo, tienen contrato firmado para el curso siguiente. Sin ser oficial, también parece que Dzanan Musa continuará (así lo avanzó su propio agente, el poderoso Misko Ranatovic un año más con una cláusula de salida para la NBA). Pero Tavares, Hezonja, Poirier, Causeur, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Sergio Llull siguen sin renovar.

Los escenarios son diversos. En cuanto a los nacionales, no se vislumbran conflictos. El capitán Llull seguirá y Rudy y el Chacho también si no deciden retirarse, algo que se antoja más que probable a final de curso: el alero, que tiene la vista puesta en sus sextos Juegos (algo inédito) como colofón, tendrá 39 años, y el base 38. La edad de Fabien Causeur, camino de 37, también juega en su contra, aunque siga respondiendo en la cancha -ahora como especialista defensivo-, cada vez que se le requiere. Son los otros tres casos los que más espinosos se presentan y los que, además, añaden un problema de fondo, el de los cupos en el baloncesto.

Hezonja, el pasado domingo contra el Tenerife.

Hezonja, el pasado domingo contra el Tenerife.Daniel GonzalezEFE

Según ha podido saber este periódico, las conversaciones para la renovación de Edy Tavares se mantienen en una especie de punto muerto desde el pasado verano: hay contactos y buenas intenciones, pero el acuerdo no llega. El mejor pívot de Europa, el jugador más determinante, pretende un impulso a su salario acorde a sus prestaciones. Novias no le faltan, tampoco en la NBA, que no ha dejado de observarle desde que se marchó, aunque no ha iniciado ninguna negociación externa, pese a los rumores. A favor de su continuidad juega el apego del caboverdiano por el club y la ciudad, donde en unas semanas espera que nazca su segundo hijo (será una niña).

Como Tavares, Mario Hezonja (por su formación en la cantera del Barça) tiene plaza de cupo. Pero su caso es totalmente contrario: el croata parece que hizo las maletas hace tiempo. Nunca escondió su amor por el Panathinaikos, que le tienta con una oferta millonaria que el Madrid no parece dispuesto a igualar. Su sueldo no está acorde a su rendimiento: Mario llegó desde el UNICS con un contrato de dos años como una oportunidad de mercado tras el estallido de la guerra en Ucrania y la expulsión del equipo ruso de la Euroliga.

«Y sí, Mario tiene carácter, pero es nuestro Mario y le queremos un montón», salió al quite Llull el pasado domingo cuando otro gesto poco apropiado hurgó más en la herida de un jugador al que se le empieza a dar por perdido. Hezonja fue el único miembro de la plantilla que no estuvo presente en el Bernabéu para el homenaje por la conquista de la Copa. Allí, en Málaga, también se le observó a disgusto en semifinales y tras el título fue el primero en abandonar el vestuario. No es de los que disimulan los enfados. Su carácter, como su talento, es único, para bien y para mal.

Poirier, ante el Fenerbahçe.

Poirier, ante el Fenerbahçe.JUANJO MARTINEFE

Vincent Poirier es el otro jugador clave sin renovar y tampoco parece cercano el acuerdo. Una operación que parece vinculada a lo que suceda con Tavares. El francés, siempre a la sombra de su colega («le adora, se quieren un montón»), sería titular en el 90% de los equipos Euroliga y pretendientes, como en los otros casos, tampoco le faltan. Sobre todo este maremagnum de incertidumbres se pronunció recientemente Mateo, quien tampoco tiene asegurada su continuidad. «Lo que va a seguir seguro es el Real Madrid, independientemente de quién esté. Se irá gente, se ha ido gente, vendrá gente... y el Real Madrid de baloncesto va a seguir ahí arriba este quién esté», admitió.

Más allá de lo complicado que sería rellenar los huecos de semejantes ausencias, al Madrid se le presenta otro problema más burocrático: necesita cupos de jugadores nacionales. Hoy por hoy sólo tiene dos garantizados para el curso próximo (Abalde y Alocén), a los que se podría unir los de los canteranos Hugo González y Eli Ndiaye, cada vez más integrados en la primera plantilla, e incluso el de Sergio Llull. Pero con sólo cinco el panorama sería insostenible.

Así que en las cuentas del porvenir aparecen otros nombres. Con fuerza suena el de Usman Garuba, cuyo retorno a Europa llama a la lógica tras otra temporada en blanco en la NBA. Y también el de Juancho Hernangómez. Pese a que tiene un año más de contrato en el Panathinaikos, la posible llegada de Hezonja facilitaría su rescisión. Una especie de trueque. Porque tampoco hay muchos más nacionales apetecibles en el mercado (Juan Núñez tiene un año más en Ulm y explorará sus opciones en el draft, y Jaime Pradilla renovó con el Valencia).

Jasikevicius hurga en la herida del Real Madrid

Jasikevicius hurga en la herida del Real Madrid

Las rentas alivian al Real Madrid, un equipo algo perdido en estos momentos. El enorme inicio de temporada y la Copa recién y brillantemente conquistada en Málaga ocultan un presente dubitativo y gris. Jasikevicius hurgó en esa herida: su Fenerbahçe, posible rival en otras cumbres próximas, propinó la tercera derrota consecutiva en Euroliga, segunda en el WiZink. Un triunfo sin discusión, de principio a fin, tan contundente que debe preocupar. Y que no termina de cerrar la clasificación matemática de los blancos para los playoffs. [79-89: Narración y estadísticas]

Volvía Saras al WiZink y eso retrotraía a tiempos cercanos, a una rivalidad con el Barça que él revitalizó, que por momentos incluso pareció que iba a voltear, aunque el Madrid, especialmente con sus victorias en los clásicos de las dos últimas Final Four, logró mantener su hegemonía y cerrar en falso la era del técnico lituano como azulgrana. Pese a todo eso, a Jasikevicius siempre se le dio bien el feudo blanco.

Su Fenerbahçe, que nunca fue lo mismo que con Obradovic, sigue teniendo una plantilla completa, cara y temible. Fue el primero en batir al Madrid esta temporada en Europa, aún con Itoudis. Y puja fuerte por los playoffs, por adecentarse su camino a Berlín, 11 triunfos (con el de ayer) en los últimos 15 partidos. En el Wizink se encontró a un Madrid extraño, como si le estuviera pasando factura la resaca copera e incluso su poderoso inicio de temporada.

Como contra el Panathinaikos la semana pasada, pronto se comprobó que los blancos no eran los dueños del escenario. Que avanzaban a trompicones, a remolque de Calathes. Sin chispa. Anotaron 15 puntos en cinco minutos y luego se quedaron secos hasta el segundo cuarto, cuando se encendieron las primeras alarmas. Porque el rebote ofensivo era un agujero enorme y el Fenerbahçe, pese a fallar demasiado, se encontraba cómodo y con una ventaja que pronto sobrepasó la decena (25-36). El Madrid se fue al descanso con una preocupación, sin ningún triple (0/6) y sólo con Tavares teniendo las cosas algo claras.

Nigel Hayes y el rebote

Hacía falta energía, era tan evidente que cayó por su propio peso a la vuelta, cuando el Madrid regresó del descanso con otra marcha más, con Campazzo y Llull tocando a rebato y espabilando al WiZink a base de dos más unos, más de amor propio que de baloncesto. Porque pese al arreón, el Fenerbahçe ni se inmutaba. Nigel-Hayes, otro ex Barça, era el paradigma de la eficacia. Pero también funcionaban Motley, Biberovic, Guduric, Wilbekin...

Y los nervios se disparaban. Campazzo, algo desquiciado, se enzarzó con Calathes. Cuentas pendientes que después del partido zanjaron con un amistoso abrazo. Cuando más lejos estaban los turcos (59-71), al final llegó el primer triple del Madrid tras 11 intentos (Llull, claro), pero era un querer y no poder. Y el rebote, una auténtica tortura (17 ofensivos y 15 más en total de los de Estambul). Tan grave todo, que restaban más de cinco minutos y ya la derrota estaba firmada (64-81 fue la máxima).

El Madrid sigue líder de la Euroliga (también de la ACB) y le resta un suspiro para sellar su clasificación para los playoffs, en los que será cabeza de serie. Y, sin embargo, no es buen momento para entrar en barrera.

El Panathinaikos desgasta al Real Madrid y tumba la fortaleza del WiZink Center

El Panathinaikos desgasta al Real Madrid y tumba la fortaleza del WiZink Center

Actualizado Jueves, 29 febrero 2024 - 23:10

El Real Madrid desperdició la oportunidad de certificar por sus propios medios el pase a los playoffs de la Euroliga, cediendo su primera derrota en casa de la temporada en el torneo ante el Panathinaikos (86-97) tras un duelo donde fue la mayor parte del tiempo a remolque.

Afrontaba el cuadro local el partido con sus jugadores más o menos cansados después de la resaca de la conquista de la Copa del Rey en Málaga. Así, mientras unos habían tenido más tiempo para recuperarse de la euforia en sus casas, otros volvieron en seguida a la actividad con sus selecciones nacionales.

El buen inicio visitante

Entre estos últimos estuvo el francés Guerschon Yabusele, enchufado con Francia y también vestido de blanco. La mitad de los primeros dieciocho puntos de su equipo llevaron su firma. Y los que no hizo él se los adjudicaron entre su compatriota Fabien Causeur y el español Alberto Abalde. Mientras el Panathinaikos optaba por el juego coral, repartiendo su producción entre seis jugadores (21-13, min.8).

El ritmo anotador del bando griego era pausado pero constante. Y cuando al Real Madrid empezó a fallarle la puntería cambió el panorama. Un parcial de 2-12 entre cuartos, con un 0-7 de salida en el arranque del segundo acto, trajo el equilibrio justo antes de que Mathias Lessort llegase con el mazo.

El 'cinco' del conjunto visitante, que ya había soltado alguna píldora antes, hizo nueve puntos en línea en un arrebato de fiereza que incluyó dos mates de 'concurso' jaleados en uno de los fondos por los seguidores de su equipo desplazados hasta la capital de España. En mitad de esa emboscada, el anfitrión bastante tuvo con no morir desangrado al descanso (36-45, min.20).

Una transfusión de ánimo en el vestuario fue suficiente para que el equipo apareciese en la pista como nuevo. Le aguantó unos instantes el Panathinaikos, pero este acabó siendo arrollado por un parcial de 9-0 'made in France' manufacturado por Causeur y Yabusele.

El momento de Lessort

Parecía el momento ideal para el despegue de los de Chus Mateo, pero les serró las alas Lessort. El pívot, en cuyo puesto los rumores sitúan a Walter Tavares el verano que viene, siguió firme en su afán de reivindicarse ante el caboverdiano, colgándose del aro como si fuera suyo. Y además estaba Nunn, que ya en la primera vuelta en Atenas había sido un incordio. Entre uno y otro transformaron 17 de los 22 del Panathinaikos en el tercer acto (61-67, min.30).

En ese panorama, le tocaba a alguien de blanco dar un paso al frente. Quien pidió la vez en esta ocasión fue Dzanan Musa. El bosnio, relativamente camuflado durante media hora, honró el premio de MVP al mejor jugador del torneo en el mes de enero y metió doce puntos, uno detrás de otro (72-73, min.35).

El parcial final

Pero el rival también tenía en sus filas un gigante dormido, no uno cualquiera sino Kostas Sloukas. El base monopolizó un parcial de 0-8 que impidió abrirle la puerta al contrario y a la postre resultó decisivo para afrontar con más confianza un toma y daca final tras el cual sellaron el triunfo ayudados por Marius Grigonis.

De esta manera el Real Madrid encadena dos derrotas seguidas en la máxima competición europea por primera vez en la temporada y ve profanada una pista hasta ahora inexpugnable. Lo de su pase a los playoffs es solo cuestión de tiempo. De hecho, dependiendo de lo que hagan el viernes el Fenerbahce y el Olympiacos podría ser un hecho antes de la siguiente jornada.