A España le sonríe hasta la suerte y barre a Croacia en el debut de la Eurocopa

A España le sonríe hasta la suerte y barre a Croacia en el debut de la Eurocopa

En el fútbol, en la vida, en todo, hay un momento en el que alguien, o algo, llámese azar, llámese fortuna, llámese incluso Dios, si alguno quiere, llámese como se quiera llamar, hay un momento, decíamos, en que ese alguien, o ese algo, debe ayudar, dar un empujoncito, cerrar una puerta y abrir otra, a quien haya sido designado. Este sábado alguien, o algo, designó a España ganadora del partido ante Croacia. Ese alguien, o algo, fue sutil. Escondido tras el buen hacer de la selección, ordenó que los matices fueran siempre para ella, ordenó que tras el gol de Morata, justo después, Kovacic disparase mal, ordenó que tras el gol de Fabián, Brozovic no acertara con la portería, ordenó, por último, que Budimir no llegase por un milímetro al 2-1 mientras Carvajal sí lo hacía en el descuento. España ha venido a la Eurocopa y al descanso del primer partido iba ganando 3-0 a un buen equipo. España ha venido a la Eurocopa y sale del debut con la mejor de sus sonrisas. [Narración y estadísticas (3-0)]

Para saber más

Ese mismo fútbol, esa misma vida, enseña también que no conviene deslumbrarse por una tarde como la de este miércoles en Berlín, y que apenas hace falta retroceder al Mundial de Qatar, rememorar el 7-0 a Costa Rica (un equipo infinitamente peor que Croacia) y saber cómo terminó aquello. Pero esto es fútbol, caramba, y esto es la vida, y si con un debut como el de España no está permitido ilusionarse, apaguen y váyanse. El equipo de Luis de la Fuente es eso, un equipo, un equipo menos dogmático, más versátil, un equipo que toca, pero que también corre, un equipo que presiona, pero que también mete el culo junto al portero, un equipo que juega en corto, pero también le da un patadón a la pelota si es lo que hace falta. Porque sí, en el fútbol, vale dar patadones. Vaya que sí. Es más, este 3-0 viene acompañado de la primera vez que España pierde el porcentaje de posesión contra su rival desde la Eurocopa de 2008, casi nada. (46% contra 54%).

Afronta pues España de lo más tranquila lo que queda de grupo, reforzada como pocas veces antes en el inicio de un gran campeonato, lo mismo que su capitán, Morata, dueño de un gol reconfortante en lo futbolístico y en lo personal a la espera de ver en qué queda su lesión. España hizo debutar al tipo más joven en comparecer en una Eurocopa, Lamine Yamal, y presentó la mejor versión de un centrocampista moderno, un box to box como dicen los ingleses, forma resumida de interpretar a un tipo, Fabián, que une al talento una capacidad física superior. Funcionó bien la pareja Nacho-Le Normand, dejando a un lado, de momento, el asunto Laporte, y aunque apenas se vio, el peligro latente de las bandas hace que los equipos contrarios no estén tan cómodos ni replegados (por los regates de Lamine) ni presionando (por la velocidad de Nico Williams). Cucurella, por cierto, adelantó a Grimaldo, pero no deja de ser una anécdota.

Tras toda la mañana lloviendo, salió el sol en Berlín para embellecer el maravilloso Estadio Olímpico, donde Hitler pretendió una cosa y Jesse Owens dictó otra. Salió España con la pelota en el pie y no la soltó hasta el minuto 13, primera posesión de los croatas cerrada en nada y que sirvió, sin embargo, para darle la vuelta al calcetín. Despertaron los balcánicos, a los que quizá le falten piernas, pero a los que les sobra fútbol. Se hicieron con el balón y se animaron a presionar a España, que lo notó.

Carvajal y Lamine celebran el gol del primero.

Carvajal y Lamine celebran el gol del primero.AFP

Era el momento de sufrir y la selección lo hizo, corriendo detrás de la pelota y metiendo a los once durante un rato en campo propio, igual que ocurriría en la segunda parte, ya con el duelo muy devaluado. Pero, volviendo al inicio, alguien, o algo, decidió que, cuando peor lo pasaba España, marcase gol. Fue justo a la media hora, en un balón largo de Croacia que despejó Cucurella al tun-tun'. La pelota le cayó a Fabián como le podía haber caído al vecino del quinto, pero le cayó a Fabián, que casi sin mirar filtró un pase para Morata con la defensa de Croacia abierta en canal (tenía también a Nico). El capitán, como menos le gusta, con metros para correr y por lo tanto para pensar, definió estupendamente con el interior de la izquierda, a un ladito, suave.

A la jugada siguiente, Kovacic condujo hasta la frontal y su tiro fue flojo, y a la jugada siguiente, Fabián apareció también por el balcón del área, recortó y marcó un golazo. Pero es que, perdón por la insistencia, a la jugada siguiente, un tiro de Brozovic encontró la mano milagrosa de Unai Simón. En el minuto 32, el marcador podría haber sido un empate a dos, pero era un 2-0. Así es esto. Por si no había quedado claro, resulta incomprensible cómo no fue gol un remate de Gvuardiol que esperaba Budimir, igual que incomprensible que Carvajal encontrase el hueco entre los maromos croatas.

Poco tras el descanso

El segundo tiempo hubiese contado a título de inventario de no haber sido por la lesión de Morata, que dejó en el aire la única mancha para el vencedor, un poco apurado en el inicio por el brioso inicio del rival, pero tranquilo la última media hora, ya con Modric y Kovacic sentados en el banquillo, pues debió pensar Dalic que si alguien, o algo, no quería que Croacia se acercase ayer en el marcador, era mejor dejar a los veteranos descansando para Albania. Faltaba, claro, la última aparición de ese alguien, o ese algo, esta vez de una forma mucho más obscena, más obvia, dejando sin castigo una confianza de Unai Simón que terminó en penalti y que no fue gol ni en el lanzamiento (lo paró el propio Unai) ni en el rechace, atrapado por Perisic, que se había adelantado antes del lanzamiento de su compañero.

Era obvio, pues, que alguien, o algo, quería que España, al margen de sus virtudes, que las tiene y las enseñó, iniciase esta Eurocopa con una goleada a un buen equipo, resolviendo así el siempre peliagudo trámite de debutar en una gran cita.

Morata y la SGAE

Morata y la SGAE

Si los títulos de Selecciones dependieran de la calidad de las respectivas Ligas nacionales, esta Eurocopa la ganaría Inglaterra en una final contra Italia, de no cruzarse antes. Una de las varas de medir la importancia de esas Ligas nacionales reside en el número de jugadores internacionales que militan en equipos de los países en cuestión. Futbolistas de primer y primerísimo nivel que no necesitan salir de sus fronteras. Sus clubes, son lo sufi

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Cómo se persigna De la Fuente

Cómo se persigna De la Fuente

Actualizado Sábado, 15 junio 2024 - 20:48

Inmejorable inicio en una Eurocopa, con un triunfo florido con tres goles y con la sensación que deja como un "equipo escorpión", con los dos puñales por los lados y remates de casi de todos. Hasta de Carvajal.

¿Qué dejó Croacia? La estampa de un perdedor. Jugó al póker muy mal. Se veían sus estrategias. Arriesgaba cuando se le notaba que iba de farol y jamás pareció decisiva. Además, parecía nerviosa, histérica.

Imposible haber mejorado el formi

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España, un gol más, un complejo menos

España, un gol más, un complejo menos

Caído el imperio de la posesión, que fue la Roma del fútbol, a España le han pasado muchas cosas. Unas son las propias de la decadencia, de la pérdida de poder e influencia. Otras llegaron por obra y gracia de un puñado de cretinos que confundieron servir al fútbol español con servirse a sí mismos. La especie, lamentablemente, abunda. La reconstrucción sobre la ruina deportiva y moral es compleja, y más para Luis de la Fuente, que lleva un año es

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Morata, de las dudas a los récords: primer español en marcar en tres Eurocopas y tercer goleador histórico del torneo

Actualizado Sábado, 15 junio 2024 - 20:01

El fútbol es 11 contra 11, pero el sábado en Berlín amaneció 100.000 contra 12.000. El medio millón de croatas que vive en Alemania pasó factura a la afición española, en clara inferioridad en las calles de la capital germana y en las gradas del Estadio Olímpico, donde cayó derrotada 50.000 a 10.000. Por suerte para los de Luis de la Fuente, en el césped la situación fue diferente. España arrancó de nuevo un gran campeonato con goleada, como hiciera en Qatar con aquel 7-0 ante Costa Rica. Un 3-0 a la guerrera Croacia con Álvaro Morata, su capitán, inaugurando el marcador y haciendo historia.

«Tiene valor de estrella mundial», decía esta semana Luis de la Fuente sobre el delantero. «No se le reconoce todo lo que ha hecho», insistía. ¿Y qué ha hecho Morata con la selección? Pues miren: lleva 36 goles con España, el cuarto que más en la historia, a dos de Fernando Torres, a ocho de Raúl y a 23 de David Villa. Casi nada. Además, con su tanto sobre Croacia se convirtió en el primer futbolista español que marca en tres ediciones de la Eurocopa, igualando a leyendas como Henry, Klinsmann, Modric o Ibrahimovic. Por delante, sólo Cristiano Ronaldo. Y hay más.

Su definición con la zurda frente a la salida de Livakovic le sitúa en el podio de máximos anotadores de la historia del torneo continental. Cristiano acumula 14 tantos, Platini alcanzó los nueve y Morata se acaba de poner en siete, los mismos que Griezmann y Alan Shearer.

Idilio europeo

A Morata le ha pesado lo mucho que se ha hablado de él, quinto futbolista en la historia que más dinero ha movido en fichajes, y la responsabilidad goleadora de la etapa posterior al trío de títulos entre 2008-2012. Pero los números están ahí.

Marcó tres goles en la Eurocopa 2016, su primer torneo internacional. Lopetegui le descartó para el Mundial de 2018 y regresó a la Euro de 2021 para anotar otros tres, incluido uno en la semifinal contra Italia. En Qatar, en su primer Mundial, repitió cifra: otros tres.

El gol de Morata hundió a Croacia, que recibió el segundo a los tres minutos y 16 segundos. Una maravilla de Fabián Ruiz, que vio puerta por primera vez en un evento continental. Fui una tarde de primeras veces, como las de Dani Carvajal y Lamine Yamal. El lateral anotó el primer gol de su carrera con España en el primer partido de su vida en una Eurocopa. Las lesiones siempre le habían dejado fuera de las convocatorias. Extraña estadística para un futbolista que ha ganado seis Copas de Europa. Su remate a pase de Yamal llegó como el 1-0 del Madrid en Wembley, al primer palo tras un saque de esquina.

Morata bate a Livakovic en la acción del 1-0.

Morata bate a Livakovic en la acción del 1-0.AFP

Un 3-0 antes del descanso para sentenciar el primer compromiso del grupo y un gol también histórico. Según Misterchip, se trata de la segunda vez que un jugador del Barcelona asiste a uno del Madrid en una Eurocopa. Premio al hito del joven delantero azulgrana, que se convirtió en el debutante más joven en la historia del torneo. A sus 16 años, 11 meses y dos días, superó el récord del polaco Kacper Kozlowski, que disputó la edición de 2021 a los 17 años y 246 días.

«Es un golpe»

Enfrente, Luka Modric, con 38 primaveras, más del doble que Lamine, abrazándose a Nacho y Carvajal en el túnel de vestuarios. No fue el día del croata ni de su selección, que tendrá que sumar puntos en las últimas dos jornadas para sobrevivir hasta octavos.

Morata, protagonista del duelo, se retiró antes de tiempo por molestias, pero él mismo tranquilizaba a De la Fuente sobre el césped: «Es un golpe», le dijo. Uno en el gemelo, de esos que duelen al momento pero que con un par de días se soluciona. No fue la única preocupación del choque, porque Rodrigo también acabó con problemas físicos.

El final del partido tuvo polémica. Oliver señaló un penalti de Rodrigo sobre Petkovic tras un error de Unai Simón, el portero detuvo el disparo y en el rechace el croata anotó, pero el VAR avisó al árbitro de que Perisic había entrado en el área. Era el gol del honor croata, pero no sirvió.

Italia, la vieja autoridad resquebrajada sin gol, sin PlayStation y bajo el espíritu de los ‘All Blacks’

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 23:30

"Sólo hay un azul más bonito que el del cielo, el de la camiseta de la selección nacional". Usa Luciano Spalletti (65 años) un lenguaje zalamero para alentar las esperanzas de los italianos en una Eurocopa a que la que llegan con su vieja autoridad resquebrajada, inmersos en un mar de dudas y bajo un estricto régimen de concentración impuesto por el seleccionador toscano para evitar distracciones. Italia es la vigente campeona, sí, pero los pilares de un calcio que reverdece en Europa se ven azotados por el tránsito que vive la Nazionale. "Somos los protagonistas del sueño de todo italiano que, de niño, dejaba la escuela para ir a jugar al fútbol toda la tarde. Les he dicho a los jugadores que somos héroes y gigantes", añadía.

El relevo generacional se está haciendo costoso y, aunque el futuro no se ve con pesimismo con los títulos europeos para la Sub-19 y la Sub-17, hay que mirar de reojo a este grupo de jugadores que tiene como líderes a Donnarumma, Jorginho y Barella. "Italia está subestimada", viene advirtiendo Gianluigi Buffon, convertido en jefe de delegación y enlace con el vestuario, una especie de hermano mayor con 21 años de experiencia en selección.

Y es que más allá de los números, Spalletti apunta también a la actitud. Con mano de hierro, intenta que nadie descarrile. Su primera decisión: regalar cada jugador el bestseller de James Kerr sobre el legado que dejó el éxito de los All Blacks. Leer es de lo poco que no está prohibido o limitado en la concentración. No se permiten PlayStations individuales en las habitaciones, no están permitidos los auriculares y sólo se puede usar el móvil y las redes antes del desayuno y la cena y la distracción quedará restringida a la sala de juegos con ping pong, billar, futbolín y una máquina de pinball de los 80. "Se viene a la Nazionale a ganar la Euro, no el Call of Duty", advirtió en marzo, cuando dejó fuera de Scamacca por su comportamiento en las citaciones.

"El mayor reto de mi carrera"

"Quiero concentraciones de antes, con viejas conductas. Si no saben a qué jugar ya les inventaré un juego, pero aquí no entran gilipollas», insistió. Ha rebajado esa tensión en los últimos días. "Hay dos PlayStation modernísimas en la sala de juegos, incluso yo he jugado. Subiré fotos a redes sociales y lo veréis. Pero por la noche hay que descansar, como dicen los psicoanalistas". Spalletti ejerciendo de padre para que los resultados lleguen, empezando por hoy ante Albania, donde un fallo sería imperdonable. "Italia está lista", advertía Donnarumma. Necesitan crecer en este campeonato y creer en que la vieja Italia no se ha esfumado.

Se refugian en el campeonato de Europa para lamerse las heridas que la han dejado fuera de los dos últimos Mundiales (Rusia y Qatar) y expulsada con vergüenza en la fase de grupos de los dos anteriores (Sudáfrica y Brasil). A esos varapalos le siguieron el apretón de dientes que les ha servido al menos para acabar entre dos ocho mejores equipos continentales y alzar el último título. Sin embargo, después vino el vapuleo de Argentina en la Finalissima, el tropezón de la Nations League y la regeneración en el banquillo. "Este es el mayor reto de mi carrera, aquí están en juego los sentimientos de todos los italianos", confesó Spalletti y buena muestra de ellos es que el camino hacia Alemania fue tortuoso y el pasaporte se logró sobre la bocina.

Emparejada con Inglaterra, lograron la clasificación directa gracias a la diferencia de goles ganada con Ucrania tras cuatro victorias, dos empates y dos derrotas. Y lo que es peor, sólo 16 goles a favor, muy lejos de los números de Portugal (36), Francia (29), España (25) o Inglaterra (22). La comparación con la clasificación para el torneo de hace cuatro años evidencia el problema: entonces los azzurri no cedieron ni un punto y marcaron 37 goles.

Atascados con el gol

Aún así, Spalletti aventa optimismo y alerta a España y a Croacia de que puede repetir sorpresa. "Vamos a Alemania a ganar, no a participar. Nos lo pide nuestra historia. Podemos estar a la altura de Inglaterra, Francia, España y Alemania", no dudaba en advertir estas últimas semanas. Después, encerrado en Coverciano y alimentándose de pescado -"porque el fósforo ayuda al cerebro", recuerda-, da vueltas a una fortaleza defensiva discutible, a la recuperación in extremis de Nicola Barella, duda para el debut, y, sobre todo, a cómo solventar lo que es el talón de Aquiles: el ataque.

Sólo Chiesa se mantiene del grupo de campeones pero sus nueve goles en la temporada han llevado al seleccionador a mirar más allá. El foco en Scamacca, delantero de Atalanta y máximo goleador nacional de la Serie A con 12 tantos, y Retegui del Genoa con nueve dianas. De momento el atacante de la Dea quien ha tomado ventaja en los partidos de preparación. "Ha crecido mucho en el último período y le felicitamos: es completo y lo tiene todo", dijo antes de mandarle un mensaje: "Si atacas la portería 10 veces, a lo mejor te llegan cinco balones; pero atacándola 20, a lo mejor te llegan 10". Y es que durante la preparación, Italia sólo ha marcado un gol a Bosnia y fue del centrocampista Frattesi.

Albania será la primera prueba de fuego. "Tenemos que demostrar quiénes somos, que no nos asusta un partido de fútbol", añadió un Spalletti que debuta "con una emoción fantástica y nada tóxica".

Una peculiar cuadrilla para ganar la Eurocopa: “Si hay que decirle cuatro cosas a alguno…”

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 23:15

"Espero que seáis conscientes de que sois unos privilegiados", dijo Juan Carlos Unzúe, enfermo de ELA. Y continuó: "Si a mí me hubiesen preguntado hace años: ¿crees que podrías ser feliz en una silla de ruedas? Hubiese dicho que no. ¿Y sabéis qué? Que me habría equivocado. Con esta silla de ruedas llevo más de tres años y tengo, y he tenido, muchos momentos de felicidad".

En el gimnasio de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, el auditorio de Unzúe,

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Halilovic: “Cuando te llaman el ‘nuevo Modric’ o el ‘nuevo Messi’ todo va bien hasta que no eres como ellos”

Actualizado Viernes, 14 junio 2024 - 23:11

Podría ser la típica historia de un juguete roto, pero Alen Halilovic (Dubrovnik, 1996) rechaza darse por vencido. Ha pasado una década desde su fichaje por el Barcelona, cuando sólo tenía 17 años y parecía la futura estrella del fútbol europeo, y hoy verá el inicio de la Eurocopa desde casa, pero quiere volver. En la charla con EL MUNDO lo admite todo, sus errores, las dificultades del fútbol y su deseo de un título para Luka Modric.

Este año en el Fortuna Sittard de la Eredivisie ha conseguido 4 goles y 2 asistencias en 31 partidos, sus mejores números en las últimas temporadas.
Ha sido uno de mis mejores años. Con muchos minutos, sin lesiones, el equipo ha ido bien y no era fácil, pero al final todo salió bien, mejor de lo que esperaba. Me gustó la liga, el club... Estoy contento.
¿Necesitaba un año así?
Sí. El verano pasado tuve ofertas de Arabia Saudí y de Países Bajos. No sabía qué hacer, si irme a Arabia y luego volver a Europa o quedarme un año aquí y probar, y creo que hice bien con la decisión de quedarme.
¿Es complicado decirle "no" a Arabia?
Sí, fue complicado porque venía de no estar muy bien durante las últimas dos temporadas, no había jugado mucho, había tenido una lesión... Y con 26 años, que ya no eres tan tan joven, dices "bueno, me voy por dinero". Creo que ahora en la liga saudí hay muy buenos jugadores y en los próximos años irá a más, pero yo el año pasado no me quería ir por dinero. Quería darme otra oportunidad aquí y ver qué pasaba. No era fácil, pero cogí este riesgo y estoy contento.
Mentalmente, ¿cómo han sido estos últimos años?
Desde el año pasado bien. En los últimos tres o cuatro años tenía mucha prisa en mi cabeza, pensaba todo el rato: "Tengo que demostrar". Me metía mucha presión y no era fácil. Y este año sólo he querido estar bien, tranquilo, ser positivo y disfrutar del fútbol sin lesiones.
Sobre la Eurocopa. ¿Qué tiene Croacia para sacar tanto talento de una población tan pequeña?
Es difícil de explicar. Tenemos algo más de 3 millones de habitantes pero mucha gente vive para esto. Desde pequeños todos quieren ser Modric y luego equipos como Dinamo Zagreb y Hajduk Split siempre tienen mucho talento. Se entrena mucho. Yo recuerdo cuando estaba en el Dinamo con 11 años y ya era como un jugador profesional. Cada día dos entrenamientos, no tenías mucho tiempo para ir al colegio, te aprietan... Y luego con 17 años ya lo sabes todo, sólo tienes que decidir qué es lo mejor para ti.
A los 17 fichó por el Barcelona. ¿Cómo llevó que siendo adolescente le vieran como a una estrella?
Está bien cuando te dicen que eres el nuevo Modric, nuevo Messi, la nueva estrella o blablabla... Si haces bien las cosas todo está bien, pero si no eres Modric o Messi la gente ya empieza a decir que tienes problemas, que te lo crees demasiado... No es fácil salir al campo y demostrar cuando la gente dice todas esas cosas. Yo siempre pensaba que estaba mejor que Xavi o Iniesta, pero no, no puedes pensar así. Eso con 20 años lo puede pensar Messi, pero nadie más. Necesitas a alguien que te ayude, confiar en el club que ha pagado ocho millones por ti y estar tranquilo. Pero cuando eres joven no escuchas a nadie, piensas que eres el mejor. Hay que disfrutar del momento y poner los ojos sólo en el fútbol porque si no estás bien de cabeza todo cambia.
Con 20 años y después de varias cesiones, el Barça le vendió al Hamburgo. ¿Cree que se equivocó usted o que fue falta de confianza del club?
Creo que las dos cosas. Ahora lo pienso y creo que el Barça tenía razón, porque aunque pensaban que no podía jugar muchos minutos en el primer equipo confiaban en otra cesión en LaLiga y a ver qué pasaba. Pero yo venía de jugar más de 30 partidos en Gijón, no quería salir cedido y dije: "O me quieres aquí o me voy". Tenía que haber escuchado al club. Tenía 20 años y tenía que haberme ido cedido otra vez, haber jugado 30 partidos y a ver... Pero yo quería que todo pasara muy rápido. Quería salir y ser Messi en un año. Y no podía ser.
¿Ha visto el Playoff del Sporting?
¡Sí! Mucha gente sabe que sigo siempre al club, estuve muy a gusto allí, tengo muchos amigos, jugué una buena temporada allí, hablo con algunos jugadores y quiero que estén en Primera lo antes posible.
Hamburgo, Las Palmas, Milan, Lieja, Heerenveen, Birmingham City, Reading, Rijeka, Fortuna... Ha cambiado mucho de equipo, ¿por qué?
No me salían las cosas. Estuve en Inglaterra, en Bélgica... No me sentí bien. Jugué mucho en la banda derecha y no me gustaba, yo soy un mediocentro o mediapunta. A veces era culpa mía, a veces culpa del club... Creo que he perdido varios años, pero ahora todavía tengo tiempo, tengo 27 años y me queda mucho. Estoy feliz porque he demostrado que puedo jugar a buen nivel.
Hoy en día, parece que con 27 ya se es viejo.
Mira Modric, con 27 fichó por el Madrid y dijeron que era el peor fichaje del club. Ahora es uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol. No digo que vaya a hacer eso, pero todo puede pasar.
¿Cómo de difícil es gestionar la carrera? Elegir destinos, clubes...
No es fácil decidir, porque cuando tienes 20 años te crees que lo sabes todo y en realidad no sabes nada. En esos momentos lo importante es tener a una persona, familiar o agente que te aconseje. Yo cuando tenía 20 años creía que debía salir del Barça y que en Hamburgo iba a ser el próximo Van der Vaart. Pero la verdad es que en esos años no era fácil para mí jugar en Alemania, había pocos jóvenes en el equipo. El Barça creía que para mí era mejor quedarme en España cedido pero yo no quería, quería ser top.
¿Ha habido algún momento en el que haya dicho "no puedo más"?
En algún momento seguro, porque ahora no es tan fácil ir todos los días a entrenar y si no juegas ya piensas que no eres bueno, pero al final cada futbolista ama al fútbol y disfruta. Por eso sigo.
¿Usted es mejor jugador ahora que con 20 años?
Sí. Con 20 años no me interesaba tanto el fútbol, estuve más disfrutando... Y ahora me encanta ver partidos y ver a los jugadores de mi posición, cuando era joven pensaba que yo era el mejor. Ahora sé que puedo aprender de ellos.
¿Qué objetivos tiene?
Quiero volver a un nivel top. Creo que este año lo he hecho bien pero pienso que puedo dar mucho más. Me quiero demostrar a mí y a mi gente que puedo y quiero subir un escalón. A los 20-21 años jugué buenos partidos en LaLiga y uno de mis sueños es volver. Creo que puedo demostrar mucho ahí y que mi estilo de juego se adapta bien, pero tengo contrato en Fortuna y a ver qué pasa, creo que ellos me quieren vender, así que me ayudan y yo les ayudo. Quiero volver a la selección y no es fácil hacerlo desde Países Bajos porque los mediocentros de Croacia juegan en los mejores equipos del mundo. Quiero ir a una liga mejor y competir con mejores jugadores.
¿El fútbol español es el que mejor se adapta a usted?
Sí. He pasado del Dinamo al Barcelona, he estado dos o tres temporadas en LaLiga... Creo que ahora no puedo fallar. Tengo 27 años y no quiero ir a países donde no conozco el clima o la gente. Ya fallé con 20 años al irme a Hamburgo, donde perdí dos años, pero ahora no puedo fallar.
Que se retirara Modric le abriría un hueco en la selección.
A mí y a muchos (risas), pero ningún joven es mejor que Luka. El mejor es él. Y si sigue así con 43 años debe seguir jugando.
¿Cómo ha sido su relación con Luka?
He hablado mucho con él. Cuando jugué con la selección él era el capitán y le conozco bien. En los últimos meses sólo hablamos para felicitarle por los títulos (risas). Pero es una persona increíble, ya no hablo del fútbol. Si le llamo ahora y le pregunto qué es lo mejor para mí sé que me va a dar un buen consejo. Para Croacia, una de las personas más importantes. En esta Eurocopa creo que la gente de todo el mundo estará feliz si él gana, como Messi con el Mundial de Argentina. Quiero que gane Luka.
"Cariño, ¿por qué ves un Georgia-Turquía?"

“Cariño, ¿por qué ves un Georgia-Turquía?”

Si España golea a su rival en su debut, diremos que somos claros favoritos -que ya lo había dicho usted, que lleva mucho fútbol visto en el sofá con el chándal y el Marlboro- y miraremos el cuadro de la competición para ver quién nos toca en semis. Si España pierde con su rival en su debut, diremos que ya se veía venir el desastre, que vaya convocatoria de lisiados -que ya lo había dicho usted, que lleva mucho fútbol visto en el sofá con el chánd

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Kroos dirige el histórico baile de Alemania a Escocia para meter miedo a Europa

Kroos dirige el histórico baile de Alemania a Escocia para meter miedo a Europa

Toni Kroos volvió a hacer suyo el Allianz Arena, este viernes Múnich Football Arena por cuestiones de patrocinio, y dirigió el baile de fin de curso de los jóvenes Wirtz y Musiala, estrellas emergentes de una Alemania que pasó por encima de Escocia (5-1) y abrió la Eurocopa metiendo miedo a sus rivales. El regreso del '8' a la Mannschaft no es un homenaje, es una declaración de intenciones. Quiere ganar.

El conjunto de Nagelsmann ha vivido una montaña rusa de sensaciones en los últimos meses, pero la vuelta de Kroos ha ordenado sus piezas. Ha liberado a Gündogan en la mediapunta y ha dado vuelo a sus dos joyas, Wirtz y Musiala, goleadores ayer en una primera parte extraordinaria, de dominio absoluto del balón pero también de verticalidad y rapidez. Detalles de campeón.

Nagelsmann situó a Andrich, vital para Xabi Alonso en el Leverkusen, al lado de Kroos e insistió en la movilidad de los cuatro de arriba, con Havertz más anclado como delantero centro pero todos en constante movimiento, haciendo daño a la espalda de la defensa británica. Demasiado para Escocia, débil en todas sus líneas y sólo capaz de superar líneas a base de balones largos. Poco fútbol.

Y eso que el fútbol a veces es demasiado fácil. Una diagonal de Kroos sirve igual en el Bernabéu que en Múnich. Con el Madrid que con Alemania. Un pase largo, un buen control de Kimmich, o de Carvajal, y un gran remate al primer toque de Wirtz, otras veces Rodrygo. Tres acciones básicas para el 1-0 que abrieron el camino a la goleada para dar un golpe sobre la mesa del torneo. Era sólo el minuto nueve.

Gunn, portero del Norwich, intentó detener el disparo, pero el palo terminó ayudando al mejor jugador de la Bundesliga esta temporada. A Wirtz lo pretende el Madrid y aunque decepcionó, como su equipo, en la final de la Europa League, ha iniciado el torneo continental con ganas de mostrarse todavía más.

El ataque alemán

Nagelsmann parece haber creado parejas en ataque a pesar de la continua movilidad de sus hombres. Wirtz más pegado a la izquierda, conectando con Kroos, Musiala combinando con Kimmich en la derecha y Gündogan entendiéndose con Havertz por el centro. Seis hombres superiores a sus rivales. Así llegó el segundo tanto.

Con la defensa británica preocupada por las carreras de Wirtz y Musiala a la espalda, Gündogan recibió entre líneas y dibujó un pase elevado a Havertz que Escocia no supo leer. El delantero del Arsenal avanzó, recortó a su rival y dejó para Musiala, que con un amago se quedó solo en el punto de penalti. Misil y 2-0 en el 18'.

Con el resultado a favor, Alemania se dedicó a jugar con su rival, siempre con Kroos como timón en la base izquierda de la jugada, como en el Madrid. El fútbol, lo decíamos, es sencillo. Tan simple como el rondo que dibujó la selección germana ante la impotencia escocesa. De izquierda a derecha hasta que el balón llegaba a Wirtz o Musiala para acelerar el ritmo.

Escocia, con uno menos

Rozando el descanso, Gündogan remató de cabeza un centro, Gunn detuvo el disparo y el rechace quedó muerto de nuevo para el futbolista del Barça, que recibió una plancha al tobillo por parte del escocés Porteous. No lo vio Turpin, pero sí el VAR, que avisó al colegiado para que acudiera a la pantalla. El videomarcador del estadio lo dejó claro por primera vez en esta Euro: «Penalti del número 15 por poner los tacos de forma peligrosa en el tobillo de su rival». Penalti y roja para el defensa escocés, que dejaba la misión imposible para los británicos.

Havertz, desde los once metros, anotó el tercero y Nagelsmann se fue a vestuarios pensando en la segunda jornada, el miércoles contra Hungría. El técnico usó el segundo tiempo para ir metiendo en ritmo a su segunda unidad, liderada por Sané y Füllkrug, y le salió bien.

El partido fue lo que quisieron Kroos y Musiala, líderes rítmicos del baile alemán. Uno pone el control, el otro la magia. En el 68 y con Escocia pidiendo la hora para descansar de cara al duelo ante Suiza, la perla del Bayern encontró a Gündogan en la frontal y el balón suelto lo recogió Füllkrug para enviarlo a la escuadra de Gunn.

Rüdiger, en propia puerta, hizo el gol del honor de Escocia tras el saque de una falta y Can marcó en el descuento para dejar el marcador en un contundente 5-1. La mayor goleada en el partido inaugural de una Eurocopa. Alemania ya está aquí.