Dentro del show de la NFL en el Bernabéu: himnos, colas, cervezas, periodistas en los vestuarios y un "volveremos"

Dentro del show de la NFL en el Bernabéu: himnos, colas, cervezas, periodistas en los vestuarios y un “volveremos”

Y ahí, sobre el césped que tantas veces ha visto ganar al Real Madrid y que hasta ahora sólo conocía un esférico, dos porterías y 22 jugadores, la NFL plantó una bandera gigante de los Estados Unidos al lado de otra igual de grande de España. Una declaración de intenciones. El gran show de la patria estadounidense es así: inmenso, colosal y mastodóntico, capaz de transformar el Bernabéu a su antojo para convertir Chamartín en otra ciudad americana más durante cuatro horas y celebrar de esa manera el histórico primer partido de la NFL en nuestro país.

Sonó el himno estadounidense, cantado a viva voz por Karina Pasian, y sonó el de España, tocado por el Grupo de Infantería de Marina de Madrid. Todo después de un emotivo homenaje a la Unidad Militar de Emergencia (UME) por su labor durante la pandemia y en las inundaciones de Valencia, cortesía de una NFL que antes de cada encuentro de su liga pone el foco en una persona o colectivo a la que brindar el show. «La UME ha estado siempre valiente y solidaria», se repitió por megafonía en inglés y en castellano ante una grada que ovacionó a la unidad durante un largo minuto.

El público abarrotó el estadio y llenó los alrededores del Bernabéu, donde hubo de todo. Una parte de fiesta, con varias bandas tocando en diferentes momentos y las cheerleaders de los Dolphins haciendo algunos shows a la puerta del estadio, pero también colas kilométricas para acceder al campo. La seguridad del partido, a cargo de la NFL, decidió instalar un cordón de vallas que rodeó el estadio y retrasó la entrada de los aficionados, que se desesperaron. «Aquí entran 80.000 personas cada semana y nunca pasa nada así», se quejaba Manuel, socio del Madrid. Las extremas medidas de seguridad de la liga estadounidense agobiaron a la mayoría, que entró con el tiempo justo a su grada. «Llegué a mi asiento a las 15:28 y estuve más de una hora en la cola», admitía un aficionado. Como él, muchos a los que se les pasó la molestia con la diversión de la tarde.

Comida y bebida agotadas

Quizás por esa preocupación, o por simples ganas, la comida y la cerveza se terminaron agotando en varios de los puestos interiores del Bernabéu. «No estaban preparados para el gran consumo que hacemos los estadounidenses», explicaba Jack. Y es que el público fue una mezcla de todo. Había fans de Washington y Miami que volaron desde sus ciudades para la ocasión, estadounidenses que viven en Madrid y que aprovecharon la oportunidad, españoles que querían conocer la experiencia, turistas.... «Parece una ciudad estadounidense», decía Diego, joven aficionado.

OSCAR DEL POZOAFP

La cámara del estadio emitida por el videomarcador fue el segundo gran show del día. Unos madres elevaron a su bebé como El Rey León mientras la grada jaleaba, hubo besos, parecidos razonables, juegos a través de la pantalla... Los clásicos. Sonaron Sweet Caroline, de Neil Diamond, y Take Me Home, Country Roads de John Denver, dos canciones icónicas de la cultura estadounidense que suenan en todos y cada uno de los partidos de la NFL, dentro y fuera de sus fronteras. Y el Bernabéu no iba a ser menos.

En los días previos la NFL había repetido que querían que el Bernabéu viviera «una mini Super Bowl», ¿y qué hay en una Super Bowl que engancha a todo el mundo?: un show al descanso. En esta ocasión le dieron la oportunidad a Daddy Yankee y a Bizarrap, que tocaron durante unos breves minutos la última canción que han sacado. No hubo silencio entre el deporte y la música porque no hay pausa en la NFL. El show siempre debe continuar.

La prensa, en el vestuario

El evento fue tan norteamericano que los periodistas pudieron entrar en los vestuarios de los equipos, algo impensable en la normalidad del Bernabéu y de las competiciones de fútbol. Las cámaras y los micrófonos entraron en la zona privada de los Dolphins mientras los jugadores se cambian. «Perdonad», se disculpaba el periodista. «No te preocupes. Tú tienes tu trabajo y yo tengo el mío», contestaba amable Minkah Fitzpatrick, una de las estrellas de los Dolphins, saliendo en toalla de la ducha. Lo que es normal en Estados Unidos suena a broma en el Bernabéu.

En su taquilla y mientras se cambiaba, Jack Jones explicaba la jugada clave del partido, su pase interceptado a Marcus Mariota que dejó a los Dolphins cerca de la victoria, y la celebración que hizo tras ella. «Tío, hacer el 'siu' de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu ha sido increíble. Conozco la celebración por un amigo español y soy fan de Ronaldo por los videojuegos», admitía. «Le he dicho a mis compañeros que mi celebración ha sido mejor que la intercepción», bromeaba.

Florentino Pérez y Roger Goodell, comisionado de la NFL.

Florentino Pérez y Roger Goodell, comisionado de la NFL.JUANJO MARTINEFE

En el palco, Florentino Pérez se sentó al lado de Roger Goodell, comisionado de la NFL. En algún momento de las cuatro horas, el capo de la liga norteamericana le habrá repetido al presidente del Madrid lo que dejó claro a los periodistas unos minutos antes del encuentro, ya en el césped del estadio: «Queremos volver. A Madrid o a España. Volveremos. Es un gran mercado para nosotros», explicó. A unos metros, Zidane, Rüdiger o Griezmann cumplían como invitados estrella.

La NFL y su «mini Super Bowl» llegaron por fin al Bernabéu y ya ha quedado claro que tendremos más.

Alcaraz o qué hacer para ser el mejor

Alcaraz o qué hacer para ser el mejor

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 22:14

Empecemos admitiendo que el ATP Finals es, en sí, un torneo muy complicado. Especial. Corto e intenso, muy diferente a un Grand Slam, aunque cada partido puede ser, perfectamente, una final de uno de ellos. Sí que creo que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner están por encima del resto de Top Ten. Hay una diferencia bastante clara: de nivel, de velocidad, de competitividad, de talento. De todo. Aun así, todo eso hay que plasmarlo sobre la pista. Sin bajar el nivel, siempre a un mínimo del 80 ó 90% de exigencia. Ganar este torneo viene a ser un poco como ser campeón del mundo. Te has enfrentado a todos, a los mejores, en una semana sin apenas descanso.

Para saber más

Mi siguiente reflexión, sobre la bonita final de anoche, es que el desenlace de la temporada en este ATP Finals de Turín nos ha deparado otro partidazo. Esa es la palabra. Un Sinner-Alcaraz nunca defrauda. Ha sido un estupendo colofón a la rivalidad, ya histórica, entre los dos. Y, siendo favorito el italiano en indoor, el nivel en la final ha sido altísimo en ambos.

Carlos realmente ha tenido muchas oportunidades, que se le han ido escapando. Ha estado ahí, un poco cansado, quizá mermado físicamente. Me sorprendió su vendaje, algo que no es nada habitual en él. Es posible que haya notado alguna molestia, sobre todo tras el largo primer set. Algo que también me ha sorprendido, para bien, es que, aun sabiendo que acababa como número uno del mundo, Alcaraz haya mantenido la concentración, algo que siempre es difícil. Cuando uno consigue el objetivo es razonable que la mente piense: «Ya está». Y puede jugarte una mala pasada. No ha sido el caso, cero relajación.

Sinner, con su tenis robótico, limpio, que le quita el tiempo a Carlos, se ha llevado el título. Ha jugado muy bien en general, diría. Concentrado, tocando la bola perfecto y sacando fenomenal. Eso ha sido la clave para sorprender a Alcaraz, el saque. Con el primero y también con el segundo, que le ha dado varios puntos importantes.

También le hemos visto algunos momentos tensos en el tie break, algunos fallos raros. Pero ha jugado buen tenis desde el fondo de la pista y desde la red. Le he visto siempre cómodo. Con presión eso sí, sabiendo la importancia del momento, de que jugaba en casa. De que no iba a poder acabar con el número uno, pero sí cerrar el 2025 con un título tan importante. Cerrarlo de forma positiva.

Terminemos repasando la temporada de Carlos. Ha sido una locura. Perfecta. Por dónde empezamos. Tantos títulos, tantas finales, en todas las superficies, sin bajar el nivel, firme siempre. Dos Grand Slams que pudieron ser tres. Es realmente impresionante. Un año de manual, de película. ¿Qué hay que hacer para ser el mejor? Lo que ha hecho Carlos.

Sinner desconcierta a Alcaraz, le derrota por segunda vez este año y se lleva las ATP Finals

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 21:06

El futuro debe ser su consuelo. Carlos Alcaraz tiene ahora nuevas razones para desvivirse, una derrota que recordar en sus entrenamientos, alimento para los días que vendrán. En su mejor temporada lo ha ganado casi todo y en ese casi crecen las leyendas. La final perdida en Wimbledon fue una rareza, pero la final de las ATP Finals demostró este domingo que Jannik Sinner es superior en ciertas condiciones. Cuando un techo cubre sus cabezas, cuando ni el sol ni el viento molestan, el italiano es imbatible, como confirmó su victoria por 7-6(4) y 7-5 en dos horas y 15 minutos.

Sin duda, una decepción para el español, que además acabó tocado. Al mismo tiempo un protector de estómago para el empacho de éxitos de este 2025. Si hubiera ganado a Sinner en su superficie y en su casa, ¿Qué le quedaría para el año que viene?

En su duelo, el sexto del año, hubo tensión, mandíbulas apretadas, hubo dudas, como siempre. Los encuentros entre Alcaraz y Sinner generan ‘highlights’ para la historia, puntos tan inverosímiles que parecen generados por IA, pero también guardan muchísimos nervios. Acostumbrados a ser muy superiores a sus rivales, frente a frente se agarrotan. Son demasiados días pensando el uno en el otro, analizando, preparándose. Este domingo si una genialidad les otorgaba un punto los dos resoplaban antes de celebrar. Sin ahondar mucho más, Sinner acabó con cinco dobles faltas.

Los saques vertiginosos y los errores no forzados en ambos lados hicieron avanzar el marcador hasta que se llegó al tie-break del primer set. Antes, con el 5-4, atendieron al español por primera vez por unas molestias en los isquiotibiales de la pierna derecha. Antes, con 6-5, él mismo contó con una bola de break y de set que se perdió con un revés desafinado. Los dos sucesos seguramente estaban en la mente de Alcaraz en plena muerte súbita cuando intentó dos precipitadas subidas a la red que le sentenciaron. Nuevamente estaba obligado a remontar, como aquella mágica tarde en Roland Garros. Pero esta vez en territorio hostil.

MARCO BERTORELLOAFP

Al acabar ese primer set, el Inalpi Arena de Turín se venía abajo. La afición italiana alucinaba con un Sinner inventor, capaz de sobrepasar a su rival con dos globos y sorprenderle con unas dejadas. El esquema de juego del italiano no fue radicalmente distinto al habitual -golpes veloces y planos en todos los intercambios-, pero en determinados momentos se vistió de Alcaraz para asombrar. En el segundo set incluso celebró uno de sus puntos señalándose la oreja como habitúa su rival generacional. Un gesto raro en él, propio de la importancia del momento.

La desesperación de Alcaraz

En ese periodo Sinner empezó cediendo un break por primera vez en estas ATP Finals -llevaba ganados 45 juegos al servicio consecutivos-, pero poco después le dio la vuelta y desesperó a Alcaraz. "Desahógate, desahógate", decía el entrenador Samuel López a su pupilo cuando, con 4-4 en el marcador, soltaba sus primeras quejas. Luego vendrían más. En el desenlace del encuentro, el número uno se fue desesperanzando hasta encadenar una serie de malas decisiones que fueron su sentencia. Cada vez que visitaba la red se iba trasquilado hasta que al final cayó derrotado. Al acabar pasó unos minutos sentado en su banquillo mirando a la nada, digiriendo lo que acababa de ocurrir.

MARCO BERTORELLOAFP

"Estoy muy contento, muy contento con mi actuación en el torneo. He jugado con alguien que no ha perdido un partido bajo techo en dos años. Jannik es un gran jugador y hace un gran trabajo con su equipo. Después de cada derrota vuelve más fuerte. Espero que descanse para el año que viene y esté preparado porque yo voy a estar preparado", advirtió Alcaraz en la ceremonia de entrega de premios a un adversario que hará que en 2026 sea todavía mejor. Ahora toca la Copa Davis, una competición que le obligará a rehacerse rápido, y luego empezará unas vacaciones que apenas durarán un par de semanas.

A mediados de diciembre, el número uno de la ATP volverá a los entrenamientos en Murcia con las subidas a la red falladas este domingo en la cabeza. E incluso antes del Open de Australia, el 10 de enero, se reencontrará con su querido enemigo en una exhibición en Seúl. "Has tenido una temporada increíble, dejas muchos recuerdos. Si no soy yo el número uno quiero que lo seas porque realmente te lo mereces", consoló Sinner, cuya afición italiana ovacionó a Alcaraz y le devolvió la sonrisa. La rivalidad entre ambos seguirá haciendo crecer el tenis mientras uno y el otro continúan creciendo por el camino. El futuro debe ser su consuelo. Si hubiera ganado a Sinner en su superficie y en su casa, ¿Qué le quedaría para el año que viene?

La curiosa paradoja de la selección: un grupo de "buenas personas" que hacen cosas "extraordinarias"

La curiosa paradoja de la selección: un grupo de “buenas personas” que hacen cosas “extraordinarias”

«Son unos jugadores con una dimensión histórica, pero sobre todo son buenas personas». La frase, pronunciada por Luis de la Fuente en la sala de prensa del estadio donde España arrasó a Georgia el sábado, tiene su miga. Porque viene referida a un grupo de futbolistas que está haciendo cosas realmente extraordinarias. Veamos.

En el verano de 2023, este grupo, que venía de perder su último partido oficial, ganó a Italia en semifinales y a Croacia en los penaltis de la final para alzar su primera Liga de Naciones. En el verano de 2024, ganó a Croacia, Italia, Albania, Georgia, Alemania, Francia e Inglaterra para levantar su tercera Eurocopa. En el verano de 2025, ganó a Francia y sólo hincó la rodilla contra Portugal en los penaltis de la Liga de Naciones. Ahora, lleva cinco partidos de clasificación para el Mundial del próximo año, con cinco victorias, 19 goles a favor y ninguno en contra. Suma 30 partidos oficiales sin perder, superando a la gran España de 2008-2012, y está a un duelo de igualar a Italia, la selección que, en toda la historia, ha estado más tiempo sin perder.

Pues bien, todo ello lo ha conseguido un grupo de futbolistas la mayoría de los cuales podrían caminar por la calle principal de cualquier ciudad de España sin ser reconocidos.

Porque cualquiera que les vea en su día a día se dará cuenta de que, en la inmensa mayoría de los casos, no responden al estereotipo de futbolista de 2025. Repasemos el once titular de ayer: Unai Simón, Pedro Porro, Cubarsí, Laporte, Cucurella, Zubimendi, Fabián, Merino, Ferran Torres, Alex Baena y Oyarzabal. El más llamativo, quizá, por los tatuajes, sería Baena, pero el resto, aunque algunos los tienen, no sobresalen en un grupo por nada. Ni por ellos (por los tatuajes), ni por el peinado, ni por la ropa especialmente estridente. Ni un pelo de colores, muy pocos pendientes... Es verdad que no estaban Lamine Yamal y Nico Williams, que suben la media de este tipo de cosas cuando están. Son jóvenes.

«Iniesta no tiene tatuajes, ni piercings, ni lleva el pelo pintado... Pero es el mejor», dijo hace muchos años Pep Guardiola sobre el entonces jugador, y algo así piensa hoy Luis de la Fuente. «Es un lujo trabajar con este grupo de futbolistas, que siempre quieren más, siempre quieren mejorar», suele decir el seleccionador, encantado con esa normalidad que transmite su equipo. De hecho, el ambiente dentro de la concentración es prioritario para el cuerpo técnico. Y hay jugadores que han dejado de venir (o que, al menos, se ha tenido en cuenta su comportamiento) por su desdempeño de puertas para dentro. Es el caso de Ceballos, llamado una única vez en esta etapa. En esa concentración, tuvo un incidente con Gavi tras un clásico y eso le ha penalizado desde entonces más allá de que su rendimiento deportivo haya sido también irregular.

El Mundial del próximo verano va a ser especialmente largo. Pensando en llegar las últimas rondas, la concentración difícilmente bajará de 40 días. Ahí, ese interés por mantener el buen ambiente pesará en la decisión de Luis de la Fuente. Antes el seleccionador, que llegó ayer al frente de la expedición a Sevilla a la hora de la cena, deberá tomar otras decisiones. Por ejemplo, quién jugará mañana en La Cartuja ante Turquía. Es un partido intrascendente (no es realista pensar en un 0-7, única vía para no estar en el Mundial). Quienes le conocen intuyen que van a jugar los titulares, si es que tal distinción existe en este grupo. El récord de Italia está ahí.

Garuba y Maledon cambian los pitos por aplausos y el Madrid remonta al Bilbao

Garuba y Maledon cambian los pitos por aplausos y el Madrid remonta al Bilbao

Los pitos y el run run mutaron en aplausos de reconocimiento para quién no se deja ni un gramo de energía. Al gris Real Madrid lo espabiló Usman Garuba, un tipo que se crece ante las adversidades. Fue el ímpetu del canterano, unido a los puntos de clase de Theo Maledon (17, 11 sin fallo desde el tiro libre), lo que sacó del atolladero a su equipo, atascado toda la tarde ante la pizarra del Bilbao de Jaume Ponsarnau. El triunfo liguero 35 de carrerilla en casa de los blancos, un alivio a una semana dura. [82-70: Narración y estadísticas]

Una victoria rara, en un partido para no sacar pecho. El Real Madrid fue casi siempre por detrás en el marcador, perdió el rebote, fue incapaz de entender a Pantzar y Hlinason y volvió a fracasar estrepitosamente desde el perímetro (4 de 25). Logró imponerse porque su talento y su fondo de armario es infinitamente superior y porque, cuando al fin se puso por delante ya en el último acto, al Bilbao ya apenas le quedaron fuerzas y argumentos. Demasiadas pérdidas (19) y demasiadas faltas: el Madrid lanzó 33 tiros libres, 15 más que ellos.

La primera parte fue sintomática de los momentos de dudas por los que atraviesa este Madrid. Ante un Bilbao Basket que se presentaba en el Palacio sin una de sus mayores amenazas (Darrun Hilliard) y con una enorme racha de derrotas lejos de Miribilla, avanzó entre la espesura, incapaz de sostener dos ratos largos de buen baloncesto.

Empezando por Campazzo, tan lejos de la magia que acostumbraba. No pudo contar Scariolo con los tocados Alex Len ni Andrés Feliz y se quedó fuera Trey Lyles (plaza de extracomunitario). Avanzó como si se tratara de una faena de aliño, con Hezonja haciendo daño y un Bilbao todavía tímido. Maledon, con esa facilidad que tiene para sacar puntos, estiró por primera vez el marcador y dos triples de Llull parecieron confirmar la tendencia (29-19).

Melwin Pantzar

Pero, a partir de ahí, el desastre. El Madrid perdió el Norte, los de negro dejaron de perder balones, apareció como líder Melwin Pantzar (canterano blanco, fichado por Unicaja aunque sigue cedido en Bilbao) y el marcador se dio la vuelta. Un 10-25 de parcial hasta el descanso (39-43), coronado por un triple de Normantas y los pitos de una tribuna que no le gusta lo que ve.

El Madrid había vuelto a fracasar desde el perímetro (3 de 13) y se había quedado en apenas seis asistencias. Hubo intento de reacción tras el paso de vestuarios, pero no fue una remontada inmediata. Entre otras cosas, porque el Bilbao de Jaume Ponsarnau le había cogido el truco al partido, dominador de los tempos, apoyado en la influencia del gigante Hlinason y con la paciencia en el ataque que ponían sus bases, tanto Frey como Pantzar. Los visitantes llegaron a dominar por ocho (50-58), con dos triples de Aleix Font. Sólo los tiros libres sostenían a un Madrid que seguía sin rumbo, pero que logró volver a la batalla de la mano de Maledon. Otra vez.

La clave era la carrera. La energía, el juego abierto. Fuera corsés. Los triples no le entraban al Real Madrid (aunque uno fuera de guion de Garuba fue oro puro), pero Llull conserva las piernas de un velocista a sus 38 recién cumplidos. Ellos llamaron a la revolución. Ellos contagiaron al resto.

Igualada la contienda, ya no le quedaron argumentos al Bilbao. Maledon seguía imparable, sacando faltas. Suficientes para no pasar apuros, para olvidar la primera parte y para regresar a la senda del triunfo. En casa y en ACB, el Madrid es inexpugnable. Ya sólo Valencia y Murcia le aguantan en la cima de la tabla. Aunque le quede tanto por mejorar.

Los Dolphins ganan el histórico primer partido de la NFL en España tras una prórroga de infarto en el Bernabéu

Los Dolphins ganan el histórico primer partido de la NFL en España tras una prórroga de infarto en el Bernabéu

Los Miami Dolphins se llevaron el histórico primer partido de la NFL en España tras un final de infarto en el Bernabéu con una prórroga en la que un error de Marcus Mariota, quarterback de los Commanders, dejó en bandeja el encuentro a los de Florida. Un 16-13 con De'Von Achane, corredor de Miami, como estrella y con los kickers teniendo mucho trabajo en los golpeos, siendo Patterson, el de los Dolphins, el protagonista de la patada definitiva para conseguir el triunfo.

Dolphins y Commanders aterrizaban esta semana en Madrid como dos de los peores equipos de la temporada en la NFL. Esa, más allá del mayúsculo espectáculo cultural, era la realidad deportiva del evento. Ambos habían sumado tres triunfos en los diez encuentros anteriores y entre lesiones y malas dinámicas se habían alejado casi definitivamente de los Playoffs. A siete partidos del final de la liga regular, los dos estaban a más de tres triunfos de la postemporada. Misión imposible.

Además, sobre el césped cada plantilla sufría la baja de sus dos mayores estrellas. Tyreke Hill, receptor dominante durante los últimos años en la liga, era baja en los Dolphins, mientras que Jayden Daniels, quarterback de los Commanders y uno de los mejores novatos de la pasada campaña, tampoco pudo pisar el césped del Bernabéu.

Aún así, no importó en un Chamartín lleno y engalanado para la ocasión. Los dos millones de dólares que se dejó la NFL en transformar el estadio se notaron en la hierba y en las gradas. El estadio se convirtió en uno de Estados Unidos, sonó el himno estadounidense, también el español, hubo homenaje a la UME, actuación de Daddy Yankee y Bizarrap en el descanso y presencia de decenas de famosos, entre los que se encontraban Zinedine Zidane o Antoine Griezmann, además de responsables institucionales como Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida, que se sentaron en un palco presidido por Florentino Pérez y Roger Goodell, comisionado de la NFL.

Sobre el césped, un duelo intenso, con evidentes defectos ofensivos pero una experiencia brillante para el espectador casual, mayoría en las gradas de la Castellana. Los Dolphins, con el discutido Tua Tagovailoa como titular un día más, se centraron en De'Von Achane, su corredor estrella, para mover el ataque durante los primeros minutos, concretando sus primeros puntos en un field goal de Riley Patterson.

Al otro lado, Mariota, sustituto de Daniels en la dirección de los Commanders y sin McLaurin, receptor estrella, apostó por el corredor Chris Rodríguez para ir consiguiendo yardas hasta empatar el partido antes del final del primer cuarto.

En el segundo, Tagovailoa sufrió para ser constante en el ataque de los Dolphins y la defensa de Washington comenzó a superar a la línea ofensiva de los de Florida, terminando de nuevo en un field goal de Patterson para ponerse 6-3 y repitiendo Washington al otro lado con otra patada entre los palos. 6-6 al descanso y una sensación deportiva agridulce compensada con el show del intermedio de Daddy Yankee y Bizarrap. El regguetonero cantó su última canción con el productor argentino y amenizó la pausa entre cervezas y perritos calientes.

Al salir de vestuarios, los Commanders apretaron y encontraron el primer touchdown de la historia de la NFL en España en las manos de Deebo Samuel, su mejor receptor, que atrapó un pase de 20 yardas de Mariota para poner por delante a su equipo. Antes, Chris Rodríguez había vuelto a ganar metros a través de la carrera, vital para los Commanders. Los Dolphins parecían en shock y no consiguieron superar a su rival en todo el cuarto.

Con 15 minutos por delante y la ventaja de siete puntos para su rival, Miami necesitaba reaccionar y aparecieron Jaylen Waddle y Malik Washington, claves en el empuje de los de Florida para empatar el duelo. Tagovailoa les encontró en varias ocasiones, se acercaron a la zona de anotación y Ollie Gordon selló el primer touchdown de los Dolphins en Madrid.

Partido igualado, 13-13, a escasos minutos del final. Momento de los grandes jugadores. Ahí se descubrió de nuevo Mariota, quarterback de Washington con capacidad para correr más allá de pasar. El líder del equipo se atrevió con una carrera de 44 yardas que enloqueció al público y dejó a los Commanders a escasos centímetros del touchdown, pero no pudieron cerrar seis nuevos puntos porque la defensa de Miami les paró cuando ya soñaban con la victoria. Delirio en Chamartín.

En el retorno posterior, al receptor de los Commanders se le escapó el balón y permitió a los Dolphins atacar muy cerca de la zona de touchdown, a donde llegaron después de cuatro carreras excepcionales de Achane. Pero de nuevo, como su rival, se quedaron a una yarda, detenidos ahí por la defensa de Washington, que recuperó la posesión a poco más de un minuto para el final.

Un buen pase de Mariota hacia Jacoby Jones dejó a los Commanders con posibilidad de ganar, pero Matt Gay falló el field goal desde 56 yardas y el partido se fue a la prórroga. Ahí, un pase interceptado por Jack Jones a Mariota dejó a los Dolphins rozando el triunfo. Un par de carreras de Achane y un buen field goal de Patterson cerraron el triunfo por 16-13 para Miami, estrenando con éxito su primer partido como local en el Bernabéu.

Retrato de la Selección

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 16:59

Las convocatorias para los partidos de Selecciones dibujan un retrato bastante fidedigno del fútbol del país en cuestión. La relación de los 26 hombres elegidos por De la Fuente para los duelos ante Georgia y Turquía refleja que España es también una potencia exportadora.

Para saber más

Los 26 pertenecen a 15 equipos, ocho españoles y siete extranjeros, cuatro de ellos ingleses. El Barcelona es el club que más elementos aporta a la tropa: cuatro. Hubieran sido cinco con Lamine. El Madrid, uno. Es verdad que, en condiciones normales, figuraría Carvajal en la lista. Pero también Rodri, Pedri, Gavi, Nico, Le Normand... Siempre falta alguien por las causas que sean. El Madrid mantiene la tendencia a disminuir su peso y pulso en la selección.

Los nombres nacionales del Barça responden a una necesidad forzada por la ruina económica de un club que es más que eso y menos que una nación autárquica. Los forasteros del Madrid, al ideario de un imperio global, de internacionalismo no precisamente proletario.

Hijos adoptivos y preferentes de la grada, los canteranos son especialmente queridos por razones de íntima proximidad y parentesco emocional. Incluso así, la sobreabundancia de extranjeros en el Madrid y en otros equipos de distinto pelo y paño no reduce la devoción de sus aficionados, fieles a unos colores que soportan indemnes cualquier cambio de orientación y paradigma. En cambio, el alistamiento de españoles en ejércitos extranjeros mengua el entusiasmo del aficionado hispano por la tribu común e incrementa su amor por el terruño.

Habituados ya a los éxitos de la Selección, mitigados los arrebatos victoriosos después de lidiar con años mohínos, recobramos con más fuerza la cultura de club y la bandera de patria chica. "La Roja" cultiva hoy una rutina triunfal. En un calendario inflado hasta la exageración que involucra a demasiadas selecciones rayanas en la pequeñez o, directamente, la insignificancia, se encomienda a unos pocos momentos exaltantes que revitalicen en la parroquia una pasión en sordina.

Tenemos una formidable selección. Larga, alta, ancha y profunda. Pero, a la espera de las auténticas emociones y las comparecencias "inter pares", la goleada a una endeble Georgia nos deja tibios dentro de la lógica satisfacción. Tampoco Turquía promete sacudirnos de la modorra.

Bezzecchi cierra con un triunfo en Cheste la temporada de MotoGP

Bezzecchi cierra con un triunfo en Cheste la temporada de MotoGP

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 16:26

Marco Bezzecchi cerró la temporada 2025 del Mundial de MotoGP consolidando su tercera plaza en la general con un triunfo en Cheste. En el podio le acompañaron un Raúl Fernández que llegó a soñar con arrebatarle la victoria y un Fabio Di Giannantonio que frustró el intento de Pedro Acosta, finalmente cuarto en la tabla, por acabar el curso volviendo a estar entre los tres primeros.

Álex Márquez, por su parte, fue de más a menos y cayó hasta la sexta plaza después de que Fermín Aldeguer le adelantara en el último suspiro y Pecco Bagnaia vivió otra carrera para olvidar, al tener que abandonar después de que Johann Zarco lo empujara hacia la grava.

«Me esperaba más, pero las Aprilia han estado increíbles. A partir de la mitad de la carrera recuperé ritmo y guardé un poco más los neumáticos. Quería este podio para finalizar con un buen sabor de boca la temporada», señaló Di Giannantonio al término de la prueba. «A cinco vueltas del final, vi que Marco cometía dos errores, le recorté tres décimas y pensé que era posible adelantarlo. Lo intenté hasta el final, pero finalizar en Valencia con podio ha sido increíble», aseguró por su parte un Raúl Fernández que, por un momento, acarició la opción de repetir la hazaña de Australia. «Me lo pasé muy bien, sobre todo al final. Me divertí muchísimo, sobre todo al final, porque Raúl iba muy rápido y se acercó muchísimo. Ha sido duro, pero estoy muy contento y muy satisfecho por cómo lo ha hecho el equipo. No había una mejor manera de finalizar esta temporada y vamos a celebrarlo, pero el martes ya empieza la 2026», zanjó por su parte Bezzecchi.

En cuanto al resto de pilotos españoles, Joan Mir fue decimotercero, Álex Rins, decimocuarto, y Augusto Fernández, quien competía con una wild card, decimosexto, mientras que Jorge Martín y Maverick Viñales, quienes regresaban a la competición en Valencia, optaron por no acabar la prueba al estar aún algo renqueantes de sus respectivos problemas físicos. El campeón del mundo en 2024, eso sí, aprovechó para cumplir con la doble long lap que arrastraba desde Japón, para empezar el curso que viene completamente limpio.

En Moto2, mientras, Diogo Moreira hizo historia al convertirse en el primer brasileño que se alza con un campeonato en cualquier categoría del Mundial de Motociclismo. Le bastaba con acabar si Manu González, a quien le recortó este año una máxima ventaja de 61 puntos, no lograba hacerse con el triunfo y, finalmente, vio cumplido su sueño en una prueba en la que Izan Guevara se hizo con su primer triunfo tras tres años compitiendo en esta categoría. «Estoy muy contento, no tengo palabras para describir lo que siento. Quiero darle las gracias a todo el mundo, por su apoyo en este año y también el año pasado», aseveró un Moreira exultante al término de la carrera.

Alcaraz, las prisas por irse a dormir, una camiseta para el recuerdo y la falsa alarma por el resfriado de Sinner: “No me he sonado la nariz”

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 10:05

Corre, corre, corre. Desde que salió de la pista del Inalpi Arena de Turín, Carlos Alcaraz inició una carrera contrarreloj para meterse en la cama de su habitación del hotel Principi di Piemonte lo antes posible. La única parada obligatoria fue la bicicleta estática, donde estuvo apenas 15 minutos. Antes ventiló las entrevistas con las televisiones a toda prisa y después hizo lo mismo con las radios y la prensa escrita. En lugar de la conferencia habitual, con un protocolo fijo y todos sentados, la organización improvisó unas preguntas en zona mixta.

Al final, tras pasar por la ducha, Alcaraz salió del pabellón antes de la medianoche, cruzó la ciudad en un coche oficial en apenas 15 minutos, cenó y se echó a dormir. El objetivo era acostarse antes de que la madrugada se le echara encima. Conseguido. Este domingo (18.00 horas, Movistar), ante Jannik Sinner, en la sexta final del año entre ambos, necesitará estar lo más descansado posible para levantar su primer título de las ATP Finals.

El enésimo enfrentamiento entre ambos permite centenares de análisis distintos, factores a favor de uno y de otro, pero Alcaraz proclamó este sábado que el favorito es su rival generacional. Esta vez, que a él no le presionen. "Jannik juega mejor en pista indoor y estaremos delante de su público, así que es el favorito", aseveró el español, que pese a ello no renunció en absoluto al triunfo: "Eso no quiere decir que no pueda ganarle. Si pensara que voy a perder ni siquiera saltaría a la pista. No me jugaría el físico, no me jugaría nada. Sé de lo que soy capaz y sé que será complicado, las dos cosas. Veremos qué pasa".

ALESSANDRO DI MARCOEFE

Ambos han demostrado que el recuerdo de sus enfrentamientos pasados no les influye, aunque en los momentos tensos Sinner quizá recuerde que ya perdió cuatro veces esta temporada. No fue con intención —seguro que no lo fue—, pero este sábado Alcaraz apareció en el calentamiento de su semifinal ante Felix Auger-Aliassime con una camiseta que evocaba su épica victoria en el último Roland Garros.

El tercer español

Los precedentes son una buena herramienta para decantar la previa. Porque el español se presentará en la final con un gran hándicap: el público. Ya le ocurrió en Roma, donde venció, y esta vez será peor. Más de 15.000 italianos se entregarán a animar a Sinner mientras que por Alcaraz solo estarán sus amigos recién llegados de Murcia. "No es ningún secreto, el público juega. Jannik ha hecho mucho por Italia y es normal que se lo devuelvan. Si yo cometo un error, le ayudarán a venirse arriba. Por eso debo ponerlo todo sobre la mesa", analizó Alcaraz, que podría ser el tercer español en entrar en el palmarés de las ATP Finals.

Desde que se empezó a disputar en 1970, solo Manolo Orantes (1976) y Álex Corretja (1998) se proclamaron campeones, mientras que otros —Carlos Moyà, Juan Carlos Ferrero, David Ferrer y Rafa Nadal, dos veces— se quedaron a las puertas. "En la última parte del año he trabajado muy duro y me he concentrado especialmente para llegar en forma a este torneo. Levantar el trofeo significaría mucho para mí. Estar en la misma lista que Orantes y Corretja sería genial", finalizó Alcaraz antes de despedirse con prisas.

MARCO BERTORELLOAFP

Sabía el español que Sinner llevaba ya horas descansando en el mismo hotel después de ganar su semifinal con la placidez con la que siempre derrota a Álex de Miñaur. Como Alcaraz, el italiano no sufrió lo más mínimo para vencer, aunque durante el partido hubo un instante que alertó a los periodistas de su país. Los aficionados apenas se dieron cuenta, pero en la tribuna de prensa hubo incluso quien se llevó las manos a la cabeza. A medio partido, Sinner se echó una toalla a la cara, como si estuviera jugando en verano a pleno sol. La calefacción del Inalpi Arena funciona bien —a veces demasiado bien—, pero la única razón por la que el número dos del mundo podía sentir tanto calor era que estuviera constipado.

"¿Yo? ¿Resfriado? No, no, solo lo hacía para refrescarme porque hay mucha humedad en el pabellón. No me he sonado la nariz ni una vez", respondió Sinner, sorprendido por la alarma encendida entre la prensa. Este domingo habrá duelo entre Sinner y Alcaraz, el sexto del año, y los dos llegan en sus mejores condiciones.

Un Alcaraz rebosante de energía y motivación

Un Alcaraz rebosante de energía y motivación

Actualizado Sábado, 15 noviembre 2025 - 22:59

Cualquier reserva que pudiera haber sobre una hipotética relajación de Carlos Alcaraz después de conseguir cerrar el curso como número 1 del mundo quedó pronto desmentida en la semifinal ante Felix Auger-Aliassime. El español completó un primer set de película. Poco importó que con su victoria ante Lorenzo Musetti en el último partido de la fase de grupos hubiera suscrito uno de los objetivos que le llevaron a Turín. El despliegue realizado, la voracidad en cada acción, el instinto de cazador, demostraron que el trabajo aún no estaba hecho y que quería su primera final en el torneo que reúne a los ocho mejores de la temporada. Contaba con el margen suficiente como para consentirse alguna distracción en el segundo set, algo que no podrá hacer este domingo ante Jannik Sinner.

Están ellos dos. Y luego, a una distancia más que estimable, los demás. Roland Garros, Wimbledon, US Open y ahora la antaño denominada Copa de Maestros. Otra vez mano a mano. El italiano tiene el desafío de superar al número 1 del mundo, y de hacerlo frente a su público. Al español se le presenta la opción de cerrar a lo grande un año de auténtico ensueño y ratificar la jerarquía recién adquirida.

El partido, más aún al mejor de tres sets, se resolverá en dos o tres jugadas, dos o tres instantes, en apenas unos centímetros, en un alarde, en un desliz. De entrada, la superficie ayuda más a Sinner, que cuenta con automatismos para favorecer la toma de decisiones. Alcaraz siempre precisa una pequeña adaptación. El partido con Cameron Norrie en Paris-Bercy seguramente no lo habría perdido en otra superficie.

Pero tal y como le hemos visto en estas ATP Finals, está claro que llega en magníficas condiciones, después de que junto a su equipo haya elegido con mimo el último tramo del calendario, que en alguna ocasión le resultó incómodo.

No se puede hablar de un favorito. Los dos se presentan en el partido definitivo sin perder un set y en un estado de forma esplendoroso, como si no les pesase el trabajo de una temporada de máxima exigencia. Sinner no duda. Sigue siendo el jugador efectivo y reconocible y estará deseoso de dar respuesta a lo ocurrido en Nueva York, un partido en el que su gran rival marcó considerables diferencias.

No lo tendrá fácil. Carlos está que se sale del cuerpo. Es todo energía,y extramotivación, frescura. Se vislumbra una final apasionante, como suele ser cada uno de sus enfrentamientos. Abróchense los cinturones. Y no parpadeen demasiado.