Fernando Alonso: "Nadie recordará este undécimo, pero fue una de mis mejores carreras"

Fernando Alonso: “Nadie recordará este undécimo, pero fue una de mis mejores carreras”

Olvidados ya los seis abandonos del GP de Australia, el orden natural volvió a consolidarse en Suzuka, donde no hubo ni lluvia, ni safety car, ni un solo incidente de consideración. Los 20 coches que tomaron la salida cruzaron la bandera a cuadros, un factor que redujo aún más las minúsculas opciones de Fernando Alonso. "No somos rápidos para el top-10, ni siquiera para entrar en el top-18. Estamos en una espiral de la que hay que salir", admitió el asturiano, undécimo en la meta.

Tras 53 vueltas y 83 minutos al volante, el líder de Aston Martin sólo pudo ganar una posición ante Pierre Gasly. "Necesitamos revisar todos los datos porque no hay suficiente ritmo. Los sábados sufrimos para llegar a Q3, de hecho aún no hemos estado, y en carrera también para alcanzar el 'top-10", comentó Alonso en la zona mixta. "Nadie recordará este undécimo puesto, pero fue una de mis mejores carreras. He sacado el máximo del coche y un poco más", subrayó.

Por tercera semana consecutiva, el AMR25 ofrecía nulo carácter competitivo frente a sus rivales de la zona media, como Haas, Racing Bulls y Williams. De modo que su punto de partida, el de convertirse en 2025 el quinto mejor coche, parece ahora aún más devaluado. No en vano, Lance Stroll partió último desde la parrilla y cruzó la meta también como farolillo rojo. El canadiense, sin opciones siquiera ante el Sauber de Gabriel Bortoleto, fue el único doblado por Max Verstappen.

"Proceso de aprendizaje"

Pese a estas notorias carencias, los máximos responsables de Aston Martin siguen manteniendo la calma. "Esto forma parte del proceso de aprendizaje", explicó Andy Cowell, CEO de la escudería de Silverstone, confiado en "aplicar estas lecciones" el próximo fin de semana en el GP de Bahrein.

De modo que las nueve décimas que perdió el AMR25 de promedio con respecto a la cabeza no deberían preocupar tanto como las tres cedidas ante Racing Bulls o Williams. Entre otras razones porque hace ahora un año, también en Suzuka, los monoplazas verdes rodaban un segundo más rápido por vuelta que estos dos mismos rivales.

Las reiteradas promesas de desarrollo serán examinadas el próximo domingo en Sakhir, escenario de los test de pretemporada. Uno de esos trazados que miden el rendimiento global de los coches. Alonso presagia otro fin de semana "difícil", donde emplearán los entrenamientos para resolver algunas "dudas" que aún siguen flotando tras las pruebas invernales. "Tenemos el coche más lento en las rectas", reiteró sin pudor, el ovetense. Un mal presagio para los habituales stop and go de Bahrein, donde se pone a prueba la tracción de los monoplazas.

Verstappen gana por cuarto año seguido en Suzuka y deja un mensaje para McLaren

Verstappen gana por cuarto año seguido en Suzuka y deja un mensaje para McLaren

Hizo lo que tenía que hacer, optimizando sus virtudes y aireando las carencias de los rivales. En una muestra de poder, Max Verstappen ganó el GP de Japón por delante de Lando Norris y Oscar Piastri, impotentes, aburridos, exhaustos ante el vigente campeón, el primer piloto de la historia con cuatro victorias consecutivas en Suzuka. Sin embargo, romper el anterior registro de Michael Schumacher (2000-2002), no representa esta vez su mayor logro. El mensaje más apremiante de Verstappen a sus rivales va un par de pasos más allá. Si quieren que algún día claudique en este Mundial, si quieren su cabeza, hay que ofrecer mucho más dinero por la recompensa.

Fue una reedición de lo visto el año pasado en Monza, con McLaren enredada en sus diatribas, dudando entre dar prioridad a uno u a otro. "Lando debería irse pronto porque creo que tengo el ritmo para alcanzar a Max", dijo Piastri por radio, a falta de 12 vueltas. Tras una carrera de desgaste, los bólidos papaya seguían a la estela del líder, ataviado con los colores de Honda. Tan cerca y tan lejos. Establecida la igualdad en los neumáticos duros, con 1,5 segundos de margen, Verstappen gobernaba la situación. Sin mayor novedad, vio la bandera a cuadros y asestó un duro golpe en la moral de McLaren.

A casi 14 segundos de la cabeza, sin opción alguna de podio, Charles Leclerc dio el cuarto puesto a Ferrari. Hubo demasiada tierra baldía también en torno a George Russell y Andrea Kimi Antonelli, quinto y sexto con Mercedes. Por no hablar de Fernando Alonso, undécimo, o Carlos Sainz, decimocuarto. Salvo las notas geniales y discordantes de Verstappen, todo en Suzuka discurrió en torno al guion establecido. Y eso nunca es buena noticia para los españoles.

Pánico al 'graining'

Las condiciones de la pista, con esporádicas bolsas de agua, y los 14ºC en el ambiente podían alterar la armonía. O añadir novedades respecto a las dos citas previas en Australia y China. Había que mimar los neumáticos, por pánico a una degradación en forma de graining, y mantenerse alerta ante la hipotética aparición de la lluvia. Era de prever que el pulso estratégico se resolviera a una sola parada. De modo que en el tramo incial, la carrera sólo se animó con un par de persecuciones.

La más vibrante la libraron Pierre Gasly y Alonso, casi en paralelo durante media vuelta. Desde la curva 2, el asturiano acechó al líder de Alpine, hasta completar una espectacular maniobra a la salida de 130R. Después de sus dos ceros previos, la premisa para Alonso era alcanzar la meta, pero quedaba claro que no iba a andarse con miramientos. Tampoco podía quedarse quieto Lewis Hamilton, con el paso cambiado y gomas duras. El heptacampeón se quitó de encima a Isack Hadjar al final de la recta de meta.

En la vuelta 21, McLaren movió primero sus piezas, llamando a Piastri. El australiano se reincorporó noveno, por delante de Alonso, con la idea de plantear la opción de undercut de Norris ante Verstappen. De inmediato, Red Bull reaccionó con el pit-stop para el neerlandés y McLaren quiso calcar el movimiento. Así que allí estaban los dos favoritos rueda con rueda en el pit-lane. Uno de esos instantes que deciden los campeonatos. Verstappen, por supuesto, no cedió un ápice ante el candidato, que antes de forzar el límite optó por pisar la hierba reseca.

Norris, por delante de Piastri, el domingo en Suzuka.

Norris, por delante de Piastri, el domingo en Suzuka.AFP

Los comisarios anotaron el incidente y unos minutos después desestimaron cualquier tipo de sanción. El triunfo debería resolverse con las fuerzas de cada cual con los neumáticos duros, pero mientras tanto Antonelli se daba el lujo de liderar varias vueltas con apenas 18 años. La evidencia de que Mercedes, como en el pasado Mundial, multiplica su rendimiento sobre un asfalto en perfectas condiciones y a baja temperatura. Si Hamilton hizo durar los duros 30 vueltas, el italiano aguantó una más con los medios.

El plan de Williams con Sainz

Sainz también tuvo que estirar su relevo, amontonando giros, habituándose a un coche que aún no ve como suyo. Casi de inicio había perdido la decimoquinta plaza ante Nico Hulkenberg, aunque pronto se quitó ese hierro candente con una magnífica maniobra en la horquilla ante el líder de Sauber. Resultaba discutible la estrategia de Williams con el madrileño, que tenía 20 vueltas por delante para llegar a meta con los blandos.

Carlos había intentado ayudar a Albon, taponando a duras penas a Hadjar, pero ahora se veía frente a un plan de muy cortas miras. Ya se había saltado la última chicane, aunque los jueces no considerasen pertinente la investigación, pero a la hora de la verdad, lo más valioso que pudo aportar fue un adelantamiento ante Liam Lawson, utilizando el DRS en la recta principal, y un amago de vuelta rápida, más tarde frustrado por Antonelli (1:30.965).

De igual modo, el domingo debió de hacerse eterno para Alonso, incrustado en la undécima posición. Sin opciones de atrapar al Haas de Oliver Bearman, pero con sobrada firmeza para mantener a raya a Yuki Tsunoda. Ganar dos posiciones, desde la decimocuarta en la parrilla, se antoja una pobre recompensa para el segundo piloto de Red Bull, aunque bien sabemos ya de lo odiosas que resultan ciertas comparaciones.

La resistencia y la fe de Mamardashvili a Hugo Duro frente a la cruz de los penaltis: "Tenemos menos opciones al título"

La resistencia y la fe de Mamardashvili a Hugo Duro frente a la cruz de los penaltis: “Tenemos menos opciones al título”

Han pasado 17 años desde que Javier Arizmendi, en el minuto 88 de un duelo empatado dos goles, batía a Casillas para que aquel Valencia de Koeman que también coqueteaba con el descenso ganara en el Bernabéu. Aquella victoria ha sido desbancada por una de mayor mérito, porque la diferencia entre los rivales es abismal y porque el testarazo de Hugo Duro en el 94 que batió al debutante Fran González permite al Valencia agarrarse a una salvación en la que ya se cree, empujado por la fe que despertado Corberán. Sólo el Barça (0-4) y el Atlético (1-1) se había llevado puntos del inexpugnable estadio madridista, lo que agranda la proeza.

El Valencia se sacudió mil demonios de un plumazo. Volvía a ganar en el Bernabéu, sumaba su primera victoria lejos de Mestalla por primera vez en un año y lo hacía sin tres de sus mejores futbolistas pero recuperando a otros tres que se antojan esenciales para el arreón final. Corberán no dudó en reconocer que su equipo rozó la perfección desde Mamardashvili, que volvió a ser un portero que da puntos con sus paradas a Mbappé y Valverde y el penalti de Vinicius, a Rafa Mir y Hugo Duro, que volvió a mostrar su olfato en el área por puro tesón.

«Había que tener personalidad y no dejarse intimidar por la atmósfera de este estadio y había que tener concentración, y solo en la jugada que han visto penalti la hemos perdido. Hemos hecho un ejercicio de resistencia y también de saber atacar. Y todo eso al máximo nivel. Ha sido un ejercicio de resistencia y fe. No lo hemos hecho todo perfecto, pero hemos encontrado a Giorgi Mamardashvili, que ha sido uno de los nombres de este partido», explicó el técnico que cogió al equipo con 12 puntos y le ha hecho sumar 22. «Detrás de eso hay mucho trabajo», puntualizó el entrenador revelación, que no abandonó su rictus serio al recordar que todavía queda camino.

Ahora bien, el equipo golpeado con los peores registros goleadores de las grandes ligas, acostumbrado a deshacerse en defensa al más mínimo golpe, se ha convertido en resiliente. «Ante el golpe como el que hemos recibido en la segunda parte [el gol de Vinicius] y en un escenario donde el Real Madrid se ha acostumbrado a remontadas heroicas, tener la fuerza para levantarnos era importantísimo. Porque si no, no se gana», resumió.

No lo vio de la misma manera Carlos Ancelotti, que no restó mérito al "gran trabajo" del Valencia ni evitó reconocer que la Liga se les complica. "Tenemos menos opciones al título. Hemos perdido la oportunidad de pelear con más contundencia", reconoció antes de poner matices a la derrota. "Las hemos tenido merecidas, pero esta no lo ha sido. No ha faltado la actitud. Hemos creado un montón de oportunidades y hemos estado cerca de marcar. Nos ha faltado un poco de efectividad y se podría hacer mejor en la recuperación del balón, a nivel defensivo. En este momento, para que nos hagan gol los equipos rivales no necesitan mucho. Uno ha sido a balón parado y luego hemos arriesgado porque el punto no servía para nada", se lamentó.

Se encontró el Real Madrid con la confianza que ha despertado la personalidad de jugadores del Valencia como Diakhaby, que marcó con un cabezazo impecable el primer gol para cerrar un círculo: hace uno año se hizo añicos la rodilla al caerle encima Tchouanémi en el partido en Mestalla. "Me lesioné contra ellos y ahora marco en el Bernabéu. Quiero disfrutar de eso", decía el central, al que no le hundió ni el gol en propia puerta que el VAR anuló.

¿Quién será el lanzador de penaltis?

Tampoco lo hizo Tárrega, convertido en uno de los cinco centrales más difíciles de driblar de las cinco grandes ligas, en la disputa con Mbappé que Cuadra Fernández vio como penalti. Ahí emergió Mamardashvili por primera vez ante Vinicius, que falló su segundo lanzamiento de la temporada. Lo hizo ante el Atlético en Champions y de nuevo ante el georgiano. Eso provocó pitos en la grada y quizá que Ancelotti designe otro lanzador. "Vamos a ver", se limitó a decir. "Ha sido una temporada complicada para los lanzadores. Falló Bellingham en Valencia, Mbappé contra Liverpool y el Atlético y Vinicius contra el Atlético y también hoy. Pero está muy focalizado en lo que hace. Le puede ir bien o mal, pero lo da todo", justificó el italiano.

Vinicius, en el lanzamiento de penalti que erró.

Vinicius, en el lanzamiento de penalti que erró.chema moyaEFE

Mientras en el Real Madrid surgen las dudas, más aún a la espera del Arsenal, en el Valencia nadie se arruga. Empezando por el portero, que ha tenido fallos garrafales esta temporada que empieza a enmendar. "Todos tenemos días malos, pero tenía que demostrar quién soy como he hecho", advirtió el georgiano en un mensaje quizá para oídos en Anfield. Tuvo arrestos hasta para apostarse 50 euros con Vinicius. "Le pregunté si quería jugarse 50 euros y me dijo que sí. Se lo paré y gané. Me lo tenía que pagar después del partido, pero aún no me lo ha dado. No pasa nada", sonreía el guardameta.

A ese crecimiento se suman el argentino Enzo Barrenechea o André Almeida, con galones en el control del juego, no desentonaron un esforzado Jesús Vázquez y un cumplidor Max Aarons, con apenas titularidades, y emergió Javi Guerra fajado con Modric, Valverde o Brahim. «Hemos venido a crecer, a trabajar y nos hemos llevado los tres puntos cuando aquí no puntúa casi nadie. No hay mejor escenario», recordó el centrocampista. Dijo Ancelotti que el Real Madrid mereció ganar y los números dicen que remató a puerta nueve veces. Dos lo hizo el Valencia, pero fue el equipo que quiso ganar.

La misteriosa crisis de Van Aert, entre la crítica y el infortunio: "No tengo nada que demostrar"

La misteriosa crisis de Van Aert, entre la crítica y el infortunio: “No tengo nada que demostrar”

"No tengo nada que demostrar", pronunció en la previa Wout van Aert, acorralado por las críticas, consciente de que demasiadas miradas se posan ya en su preocupante bajón de rendimiento. Volvía el belga a A través de Flandes, el eléctrico anticipo del Tour de Flandes, allí donde hace un año se dejó media temporada en una caída en la que se fracturó la clavícula y varias costillas. Y lo que parecía que era su regreso a la victoria acabó en otro drama con el que acrecentar las dudas.

Neilson Powless le arrebató el triunfo donde antaño era imbatible, en un sprint mano a mano en el que, para más inri, a Wout le acompañaban dos compañeros del Visma Lease a Bike. Un escarnio colectivo y otra punzada en lo personal para el que hace nada era considerado el corredor más completo del mundo. "Soy totalmente responsable. Fui demasiado egoísta. Quería tanto esta victoria, especialmente después de las críticas que he recibido y de la mala suerte que he tenido... Estaba pensando en mí mismo", se sinceró como nunca, para recibir de inmediato el apoyo público de compañeros y rivales, desde Demi Vollering a Tadej Pogacar.

Para saber más

Tras su irrepetible Tour 2022, Van Aert no es el mismo. Todo a su alrededor es sinónimo de infortunio. Ya ni siquiera aparece en las quinielas como favorito a las clásicas de primavera. Tanto para el domingo en el Tour de Flandes como para la París-Roubaix del siguiente están muy por delante Mathieu Van der Poel o el propio Pogacar.

Cuando Jonas Vingegaard conquistó su primer Tour no pudo más que rendirse a un gregario impagable. "Es el mejor ciclista del mundo, he tenido la suerte de que me ha ayudado a ganar", dijo de un Van Aert que se lo puso en bandeja -el golpe de gracia a Pogacar en Hautacam...- pero que, además, atacó a diario (a veces, de salida), se llevó el maillot verde, se enfundó varios días el amarillo, ganó tres etapas y en otras cuatro entró segundo.

Una salvajada que le proyectaba a un futuro en el que, por qué no, ser él mismo el que intentara ganar la Grande Boucle. Porque en la edición de 2021 ya había firmado algo 'imposible', vencer en todos los terrenos: en contrarreloj, en el sprint masivo de los Campos Elíseos y en alta montaña (tras coronar el Mont Ventoux).

Van Aert, con Benoot, Powless y Jorgenson en 'Dwars Door Vlaanderen'.

Van Aert, con Benoot, Powless y Jorgenson en 'Dwars Door Vlaanderen'.AFP

Ese mismo 2022 Van Aert había sido segundo en Flandes y tercero en Roubaix. Tras ganar la Milán-San Remo en 2020, que en su palmarés se acumularan Monumentos parecía un hecho inevitable. Pero, a día de hoy, apenas la Classicissima sigue luciendo. Van der Poel, su enemigo íntimo desde niño, desde el ciclocross que les formó, le ha borrado del mapa. Aquel pinchazo fatídico en el Infierno del Norte de 2023 pareció precipitar el mal fario. "Especialmente en Roubaix nunca he tenido suerte. Es una carrera en la que tienes que correr de forma perfecta, pero siempre me ha pasado algo o había alguien más fuerte. En esas carreras especialmente cada detalle puede ser decisivo. Ojalá algún día la suerte este de mi lado", se sinceraba en una entrevista con este periódico.

Desde febrero de 2024 no gana una carrera de un día (La Kuurne-Bruselas-Kuurne). Al percance en A través de Flandes se unió el gravísimo (en su rodilla se aprecian las consecuencias) del final de temporada en la Vuelta, camino de los Lagos de Covadonga, cuando ya sumaba tres victorias de etapa y recuperaba la sonrisa y el espectáculo.

Una lesión durísima de la que no parece haber vuelto como antaño. En 2025, donde volvió a alzar los brazos en dos pruebas de ciclocross (aunque en el Mundial volvió a perder ante Van der Poel), hasta el segundo puesto en la meta de Waregem su registro era muy pobre. No brilló ni en la Clásica de Jaén (39º) ni en la Vuelta al Algarve (Vingegaard le ganó en la crono). Tampoco en clásicas que antaño conquistó como la Omloop Nieuwsblad o la Kuurne. Tras ellas, se marchó a una larga concentración en el Teide, de la que sigue dejando dudas sobre su estado de forma. En la E3 Saxo Classic entró a casi tres minutos de Van der Poel y el miércoles un calambre en el sprint le hizo ceder ante Powless. ¿Es el final de una estrella o será capaz de volver a ser el Van Aert de antaño? En el pavé busca redención.

El Barça no doblega al Betis y desaprovecha la oportunidad de asestar el golpe a la Liga

El Barça no doblega al Betis y desaprovecha la oportunidad de asestar el golpe a la Liga

Actualizado Sábado, 5 abril 2025 - 23:14

El Barça desaprovechó la oportunidad de poner más tierra de por medio en la pelea por el título con el Real Madrid, que le había puesto en bandeja la ventaja tropezando ante el Valencia. Al Betis aplicado con una defensa prácticamente numantina se sumó el día menos inspirado de los azulgranas, y las rachas victoriosas de unos y otros acabaron con unas tablas (1-1) que, eso sí, dejaron mejor sabor a los verdiblancos que al equipo de Flick. Naran, en la salida de un córner, se encargó de igualar el tanto inicial anotado por Gavi y el Barça ya no fue capaz de encontrar de nuevo el camino de gol. La sensación fue de que habían dejado pasar la ocasión de meterse medio título de Liga en el bolsillo. [Narración y estadísticas: 1-1]

No tardó mucho el Barça en dar el primer golpe. Tras un primer aviso serio de Pedri, Gavi, en su partido número 100 en la Liga, aprovechó una buena asistencia de Ferran para marcar su sexto gol en Primera y poner por delante a los azulgrana en el marcador. No quiso celebrarlo demasiado, por su pasado bético, pero sí se fundió en un elocuente abrazo con Flick, con quien le une una gran sintonía. La alegría, no obstante, no les duró mucho a los locales, Natan, tras un saque de córner en el que Araujo perdió por un momento la marca, se encargó de anotar el 1-1 cuando no hacía demasiados minutos que se había superado el primer cuarto de hora de juego.

El tanto descentró a los azulgrana, cuyo juego efervescente de inicio se diluyó poco a poco con su tozudez por buscar el camino del gol entrando por el centro. El Betis, en ese contexto, tuvo alguna que otra posibilidad para hacerles más daño buscando salidas rápidas a la contra, con más intención que puntería. Algo a lo que el Barça respondió solo con zarpazos aislados, como una gran oportunidad de Ferran que, tras recibir un pase de Balde en el primer palo, no logró encontrar el camino de la portería.

Las sensaciones de que el partido se iba a poner cada vez más cuesta arriba no se diluyeron tras el descanso. Por eso, tal vez, Flick decidió dar entrada a Raphinha, reservado de inicio, y a Eric García como relevos de Ferran y De Jong. Los béticos, mientras, ya habían buscado algo más de mordiente por medio de un Chimy Ávila que se incorporó como recambio de Altimira en la reanudación.

Con los cambios, el Barça ganó algo más de presencia en las inmediaciones del área rival, frente a un Betis que fue atrasando cada vez más sus líneas. Su producción ofensiva, a pesar de todo, con Lamine Yamal mucho menos inspirado que de costumbre, no acababa de ser lo bastante buena como para romper la igualada en el marcador. Los azulgrana lo intentaban una y otra vez, pero no conseguían crear ocasiones auténticamente peligrosas frente a un rival que, por momentos, parecía dispuesto a conformarse con arrancar un punto de Montjuïc, por mucho que, para asegurárselo, tuviera que sacar cada vez más agua de la barca.

El acoso barcelonista se redobló a medida que los minutos se escapaban en el cronómetro. Si el buen juego no acababa de ser la herramienta para lograr el triunfo, tal vez habría que encomendarse a la épica. Ante un Betis dispuesto a defenderse con uñas y dientes, las ocasiones se sucedieron. Siempre, eso sí, con el mismo desenlace: el balón nunca llagaba a cruzar la linea de gol, por mucho empeño que le pusieran. Y aún tuvo el Betis una postrera opción para aguarles aún más la fiesta, acertadamente desbaratada por Szczesny. El marcador, pese a todo, no llegó a moverse y marcó un reparto de puntos.

Ancelotti sólo come chicles

Ancelotti sólo come chicles

Actualizado Sábado, 5 abril 2025 - 18:53

Adiós a la Liga. El Madrid no puede ni con un rival que lucha por la salvación. Pero es que el equipo de Ancelotti - aunque eso sea una entelequia- no es capaz de ganar a nadie. Tenía el agua que casi le llegaba a la nariz y ahora se ha ahogado definitivamente.

La tragedia es que hace más de una temporada el Madrid ni tiene juego, ni sistema, ni sentido futbolístico. A muchos les extraña, pero todo el que me lee sabe que llevo denunciándolo ya más de dos años. Es un vetusto entrenador, apagado por su estilo decimonónico y muy engreído en su estilo.

Ahora, los corifeos madridistas dirán que Mamardashvili fue un gigante en la portería y que impidió en más de media docena de ocasiones claras, la mayoría de ellas de Mbappé. Pero el francés solo no puede con unos compañeros que se creen dioses del Olimpo del fútbol, con la nefasta propaganda de la Casa Blanca.

Es cierto que el Valencia metió tres fallas ignífugas para defender. Que sólo hubo tres oportunidades y que dos de ellas terminaron en gol. El último de ellos en el ocaso de un partido que pasará a la historia como cuando el Madrid cayó al infierno.

Es posible incluso que el Madrid logre un gol con esa clase delanteros egocéntricos, que jamás juegan con el compañero, sino que van en busca de la jugada perfecta, la genial.

Lo cierto es que Brahim sólo regatea para él y no se va de nadie. Bellingham arranca desde atrás y también quiere meter su gol maravilloso. Y Vinicius es un desastre. Sólo piensa en sus regates.

Y sale hasta Endrick y también quiere ser un dios en el Olimpo madridista por egocentrismo. Un disparate. Como todos los desperdician todo, castigan a su equipo a perder minutos y minutos en el juego colectivo.

Y, curiosamente, el menos individualista sea el mejor: Mbappé. El único que tiene gol. Lo que no entiendo es que cediera ejecutar el penalti al inútil de Vinicius, que ya ha recibido una sinfonía de pitos. No es para menos. Fue decisivo. Ese minuto que marcará una Liga. Jamás entenderé el compañerismo de Mbappé

Hay muchos misterios de Ancelotti en el partido. Una vez más se cargó a Asencio, para que ya nadie dude de su odio cerval, porque se tragó su calidad. Nadie entendió a Tchouaméni en la defensa, cuando por delante sólo estaba Modric para ser mediocentro y un tocado Valverde. Todo es sospechoso.

Nadie defiende ya a Ancelotti. Y no quiero hablar más de él. Estoy cansado y en el club no hacen nada, sólo el tancredo. Ni lo echan ni fichan a nadie, pero, eso sí, tiene un estadio espectacular. Absurdo.

Y no quiero pensar lo que podrá ocurrir en Londres el martes, porque lo mismo se llevan una manita o quizás cuatro. Con Saka y Merino de verdugos. Mientras tanto, Ancelotti come chicles. Quizá demasiados.

El Madrid es una calamidad: se traiciona a sí mismo, cae ante el Valencia en el Bernabéu y deja la Liga a merced del Barça

El Madrid es una calamidad: se traiciona a sí mismo, cae ante el Valencia en el Bernabéu y deja la Liga a merced del Barça

El Madrid es una calamidad extraordinaria. Sin fútbol, sin sangre, sin defensa y sin estrellas cayó ante el Valencia en el Santiago Bernabéu y puso la Liga a merced de los deseos (y los triunfos) del Barcelona. Vinicius falló un penalti y empató después el tanto inicial de Diakhaby, pero los blancos nunca se pusieron al ritmo de las necesidades del partido, permitiendo el gol decisivo de Hugo Duro en el descuento.

Y esa que la alineación de Ancelotti era casi de gala. Al italiano le dio un poco igual el duelo del martes contra el Arsenal, ida de los cuartos de final de la Champions, y congregó en su ataque a sus tres máximos exponentes: Mbappé, Vinicius y Bellingham, secundados por Valverde, Brahim y Modric. La novedad fue el debut del joven Fran González en la portería, lesionados Lunin y Courtois, al que se espera en el Emirates, y la de Díaz en el lugar de Rodrygo, rotación tímida para lo que lleva acumulado la plantilla esta temporada y lo que se le viene encima en este mes de abril, con la eliminatoria ante los ingleses y la final de la Copa el próximo día 26 como fechas marcadas en rojo.

Y así, en un abril de tantos focos, el Madrid se olvidó de esta tarde de sábado. Se dio 'mus'. La mente es así de traicionera. Su cabeza quizás estaba ya en Londres, en territorios más carismáticos, y su fútbol, que apenas ha aparecido a lo largo del curso, tampoco se dio cita contra los de Corberán. Un primer tiempo surrealista y un partido terrible.

Después de un inicio calmado, en el minuto nueve un pase largo de Valverde lo cazó Mbappé camino del área, donde fue derribado por Tárrega. Cuadra Fernández señaló penalti por el agarrón del central y aunque el VAR le llamó para revisar la jugada, mantuvo su decisión. Podría haber sido el comienzo de un día plácido para los blancos, pero Vinicius, que ya había fallado en el Metropolitano, erró ante Mamardashvili. El georgiano adivinó su lanzamiento, débil al lado izquierdo.

El error del brasileño dejó en 'stand by' al equipo, que encajó el 0-1 del Valencia en la siguiente jugada. Córner sacado por Almeida y cabezazo en carrera de Diakhaby, que le ganó el salto a Rüdiger y batió a Fran, impotente.

Así de frágil parece este Madrid, en una contradicción constante entre la garra que saca en la locura y la desidia cuando no hay temporales a su alrededor.

Y eso que la suerte pudo acompañarle a los cinco minutos, cuando Diakhaby pasó de héroe a villano de su club al meter en su propia portería un derechazo mientras intentaba despejar. El VAR, sin embargo, vio el fuera de juego previo de Mbappé y Cuadra Fernández anuló el empate.

En ese momento, y lejos de reaccionar, el Madrid se puso en pausa, incapaz de tener el balón, presionando mal a su rival y ausente de cualquier actitud necesaria para remontar, provocando los pitos de su afición. El Valencia amasó la pelota en posesiones largas y tuvo un primer tiempo cómodo hasta que Mbappé, ya al filo del descanso, probó suerte varias veces ante Mamardashvili. No acertó y el intermedio llegó con silbidos de viento en Chamartín, algo que empieza a ser costumbre.

Reacción momentánea

El Madrid, y especialmente Vinicius, necesitó el enfado de su grada para despertar por un instante. Activo en defensa y generoso en el esfuerzo, el brasileño y sus compañeros mostraron otra cara tras pasar por el vestuario. Mamardashvili tapó a Mbappé en la primera acción y Vinicius anotó el empate tras un córner sacado por Modric. Nadie remató en el primer palo y el delantero esperó en el segundo para empujar la pelota a la red.

La reacción local se notó en el marcador y en el juego, con más velocidad de balón y más guerra en los duelos individuales. Pero duró eso: un instante. Bellingham casi pone el 2-1 tras una buena carrera de Vinicius hasta la línea de fondo y el campo se empezó a inclinar hacia la portería del Valencia.

Mbappé definió desviado tras una pared con Fran García, Mamardashvili salvó un remate de Valverde en el área pequeña a pase de Mbappé, el galo disparó alto desde la frontal... El Madrid acumuló ocasiones, más por inercia que por fútbol, y terminó hincando la rodilla en un contraataque vertical del Valencia, que en tres toques puso el balón en las redes de Fran González. Un desmarque de Mir, un centro a Duro, un remate de cabeza y gol. Sin defensa posible, con Rüdiger situado en el centro de la delantera madridista.

Un desastre esplendoroso que supone una piedra gigante en el camino liguero del Madrid y una brecha en sus sensaciones hacia la Champions y la Copa.

El pase de Isack Hadjar a la Q3 con el cinturón apretando en la entrepierna: "Fue una pesadilla"

El pase de Isack Hadjar a la Q3 con el cinturón apretando en la entrepierna: “Fue una pesadilla”

Desde el inicio de la Q1, las conversaciones de radio entre Isack Hadjar y su ingeniero, Pierre Hamelin, versaban sobre un único tema. "Sigo con el mismo asunto, sigo con el mismo asunto en el cockpit", repetía el piloto de Racing Bulls. Cuando regresó al garaje, las cámaras registraron un gesto de dolor en su rostro, pero sólo más tarde, una vez sellada su segunda clasificación consecutiva para la Q3, el rookie pudo aclarar lo sucedido.

"Fue una pesadilla, tío. Lo superé sin más", explicó Hadjar, víctima de su cinturón de seguridad, demasiado apretado en su entrepierna. "Me di cuenta en la curva 3 y pensé: 'Esto no va bien'. Casi me estrello", añadió el francés, autor de otra fantástica actuación que le permitirá partir desde el séptimo lugar de la parrilla.

Hadjar fue puliendo sus tiempos en Q1 (1:28.278), Q2 (1:27.775) y finalmente la ronda definitiva (1:27.569), donde pudo superar a Lewis Hamilton, Alex Albon y Oliver Bearman. Por no citar a su compañero de garaje, Liam Lawson, decimotercero o Yuki Tsunoda, cuyo estreno en Red Bull se zanjó con una decimoquinta plaza en la parrilla. En cualquier caso, la mayor satisfacción para Hadjar fue haber salido del apuro en la primera tanda. "La verdad es que estoy muy orgulloso de la vuelta que hice en la Q1, con lo que tenía encima", apuntó en los micrófonos de Sky Sports.

"No me puedo concentrar"

De su sufrimiento había quedado constancia a través de la radio. "No sé qué me pasa. ¡Joder!", exclamó a propósito de un problema que había comenzado durante la última sesión libre de la mañana. Cuando Hamelin le conminó a tranquilizarse, con la idea de que ajustar mejor el cinturón en el garaje, Hadjar estuvo a punto de desistir. "No me puedo concentrar, pierdo mucho tiempo en cada vuelta. Simplemente no puedo conducir así". Afortunadamente, los mecánicos de Racing Bulls solventaron el problema en los instantes previos al inicio de la Q2.

Según el artículo 12.7 del reglamento técnico de la F1, el asiento de un monoplaza debe estar "equipado con receptáculos que permitan la colocación de cinturones para asegurar al conductor y uno que permita la colocación de un dispositivo estabilizador de cabeza". Asimismo, este asiento "debe ser desmontable sin necesidad de cortar ni quitar ningún cinturón de seguridad".

Un coche fácil de conducir

Según detalló el francés, cuando pudo librarse del dolor, extrajo todo el potencial del coche y su único error durante la Q3 se produjo llegando a la última curva, donde se dejó una décima. En cualquier caso, Laurent Mekies, team principal de Racing Bulls, puede sacar pecho ante las prestaciones de su VCARB02, un monoplaza equilibrado, cuya configuración resulta incluso sencilla para dos pilotos con muy poca experiencia, como Hadjar y Lawson.

Dos semanas después, Hadjar ha igualado su séptimo lugar de la parrilla del GP de China, donde logró cruzar la meta en idéntica posición. En Sukuza, sólo la previsión de lluvia podría torcer sus planes. "Esto es un buen punto de partida. Si tenemos una salida limpia podríamos sumar más puntos", auguró.

Thomas Müller anuncia su salida del Bayern tras 25 años: "El club ha decidido no negociar un nuevo contrato"

Thomas Müller anuncia su salida del Bayern tras 25 años: “El club ha decidido no negociar un nuevo contrato”

Actualizado Sábado, 5 abril 2025 - 10:50

El alemán Thomas Müller, dos veces campeón de la Champions League (2013 y 2020), ha anunciado este sábado su marcha a final de temporada del Bayern de Múnich, club en cuya cantera se enroló en el 2000. El delantero logró la cifra récord de 12 títulos de la Bundesliga con el club.

En un mensaje subido en sus redes sociales en forma de carta enviada a los aficionados del Bayern, Thomas Müller, de 35 años y campeón del mundo en 2014 con Alemania, explica que hubiera deseado estar una temporada más en el club de su vida, pero que la dirección decidió no ofrecerle un nuevo contrato.

"Después de que en los últimos días hayan circulado muchos rumores sobre mí, quiero aportar claridad", empieza el mensaje de Instagram en el que confirma informaciones que habían aparecido en los medios de comunicación.

"Incluso después de todos estos años, independientemente de los minutos que juegue, me sigue gustando mucho estar en el campo con los muchachos y luchar juntos por títulos para nuestro equipo. Podría haberme imaginado fácilmente asumiendo este papel también el año que viene", afirma el delantero, que ha visto reducirse drásticamente sus minutos de juego en las dos últimas temporadas, y ahora sólo desempeña un papel secundario a las órdenes del entrenador Vincent Kompany.

"Sin embargo, el club decidió conscientemente no negociar un nuevo contrato conmigo para la próxima temporada. Aunque esto no coincidía con mis deseos personales, es importante que el club siga sus convicciones. Respeto este paso, que la directiva y el consejo de vigilancia no han tomado ciertamente a la ligera", afirma Müller.

El delantero llegó a las categorías infantiles del Bayern en 2000. En 2008 debutó en el primer equipo y en 2009 se convirtió en titular y dio el salto a la selección alemana absoluta con la que sería campeón del mundo en 2014.

El centrocampista ha jugado 743 partidos con el Bayern y es el jugador que más veces ha vestido la camiseta del club bávaro.

Müller no quiso revelar sus planes para el futuro y dijo que, de momento, quiere concentrarse en lograr las metas de la temporada.

"Ahora hay que concentrarse en las metas de la temporada. Sería un sueño volver a ganar la Bundesliga y alcanzar la "final Dahoem (la final en casa en dialecto bávaro) de la Liga de Campeones. Gracias por todo lo que ha sido y lo que vendrá", subrayó.

Magistral 'pole' de Verstappen en Suzuka, donde Alonso y Sainz sufren lejos del 'top-10'

Magistral ‘pole’ de Verstappen en Suzuka, donde Alonso y Sainz sufren lejos del ‘top-10’

A bordo de un coche indomable, líder de un equipo roto por dentro, luchando en notoria inferioridad mecánica ante McLaren, Max Verstappen logró en el GP de Japón una pole para el recuerdo. Otro hito en su leyenda. Inexplicable incluso para su ingeniero de pista, que repasaba los datos sin dar crédito a cómo y dónde había raspaso 12 milésimas ante Lando Norris y 44 frente a Oscar Piastri. Los alaridos de euforia en Red Bull debieron de llegar hasta el garaje de McLaren. Christian Horner tendría que extender un cheque en blanco, porque su campeón, al volante de un monoplaza tan difícil, se ve con opciones de pelear por el quinto título.

No cabe mejor homenaje a Honda en Suzuka, el trazado más especial de la F1. El circuito de los pilotos. Verstappen cerró una vuelta asombrosa, al límite en los tres sectores, igualando con su habilidad el hueco que Norris y Piastri abrían con el motor y la aerodinámica. "Es algo increíble, no lo esperábamos. Supo extraer lo máximo del coche", admitió Horner. Con ese mismo RB21, Yuki Tsunoda partirá decimoquinto en la parrilla.

Este 1:26.983 sobre un firme recién asfaltado otorga a Mad Max la propina de un récord histórico. Su cuarta pole consecutiva en Suzuka, igualando los registros de Michael Schumacher (1998-2002) y Sebastian Vettel (2009-2012). Simplemente inaccesible para el resto, porque Charles Leclerc y George Russell, cuarto y quinto, quedaron a tres décimas. Por no hablar de Lewis Hamilton, mudo ante la radio de Ferrari cuando le solicitaban un feedback por su octava posición.

Quinto incendio del fin de semana

No hay más razones que la del descomunal talento de Vestappen. Quizá no alcance para llevarse la victoria el domingo, pero aporta esa dosis de emoción a un Mundial dominado desde el inicio por McLaren. Un campeonato que se antoja muy largo para Carlos Sainz y Fernando Alonso. Sin opciones de entrar en la Q3, partirán decimosegundo y decimotercero.

En su segundo intento de la Q1 Sainz había rebajado el crono de Alex Albon, pero llegado el momento de la verdad, el británico volvió a poner esas dos décimas sobre la mesa. Como en Melbourne y Shanghai, Carlos sufría para adaptar su conducción a las exigencias del FW47. Su pase a la Q3, objetivo básico, se jugaba en 74 milésimas con el tiempo de corte de Pierre Gasly.

Para ese examen final, quien quisiera repasar los apuntes a última hora, aún dispuso de unos minutos por culpa de una bandera roja. La quinta del fin de semana provocada por el fuego en Suzuka. Por mucho que enfriasen la pradera con algún manguerazo, las chispas de los coches sobre la hierba seca terminaban desencadenando los conatos de incendio.

Sainz, con el W47, el sábado en la 'qualy' de Suzuka.

Sainz, con el W47, el sábado en la 'qualy' de Suzuka.AFP

Hubo una tensa espera, pues, antes de comprobar la cruda realidad. Alonso pudo mejorar su crono (1:27.897), aunque de inmediato fue apartado por Albon y Gasly. La impotencia de Sainz quedó aún más de manifiesto, con el añadido de que los comisarios anotaron su maniobra en la curva 1, donde claramente estorbó a Hamilton. El 0-4 del madrileño ante Albon en las cuatro sesiones clasificatorias, incluida la sprint race de China, no precisa de más comentarios.

Stroll, último

A esa misma inferioridad deberá acostumbrarse Tsunoda. Lejos siempre del ritmo de Verstappen, el ídolo local sufrió un par de sustos en el momento de su vuelta lanzada, por lo que partirá decimoquinto en su estreno con Red Bull. No habrá opción a ese podio que él mismo auguró en las horas previas. No hay piedad para quien titubea en Sukuza. Bien lo saben en Aston Martin.

El intento inicial dejaba a Lance Stroll último y decimoséptimo a Alonso. Una situación casi desesperada para la escudería comandada por Andy Cowell, donde volvieron a establecerse las viejas jerarquías cuando hubo que disparar con fuego real. El asturiano salvó el apuro, entrando decimocuarto, a seis décimas de la cabeza y con casi un segundo sobre su compañero, que sufrió una salida de pista en la rapidísima enlazada de las curvas 5 y 6.

También hubo un abismo en los garajes de Haas y Alpine, con Esteban Ocon y Jack Doohan claramente relegados ante Oliver Bearman y Gasly. En su regreso a Racing Bulls, el tiempo de corte lo registró Lawson, mientras su compañero Hadjar sufría por un misterioso dolor dentro del cockpit.