Mbappé iguala a Cristiano ante la "indignación" del Leganés con el árbitro: "Me da muchos consejos"

Mbappé iguala a Cristiano ante la “indignación” del Leganés con el árbitro: “Me da muchos consejos”

El partido del Santiago Bernabéu tuvo dos caras: la alegría de Kylian Mbappé y el enfado de Borja Jiménez. El delantero del Real Madrid y el entrenador del Leganés reflejaron los sentimientos de sus clubes en la noche de Chamartín. El francés anotó dos goles para sentenciar al cuadro pepinero, igualar en puntos con el Barcelona (a falta del encuentro que disputarán los culés este domingo) y alcanzar la cifra de tantos que consiguió Cristiano Ronaldo en su primera temporada en el conjunto blanco: 33.

"Es algo muy especial", aseguró Mbappé tras la cita. "Lo más importante son siempre las cosas que haces por el equipo, pero tener los mismos goles que Cristiano siempre está bien. Sabemos lo que Cristiano representa para el Madrid y para mí. Hablamos siempre y me da muchos consejos. Está bien marcar muchos goles, pero como digo siempre, hay que ganar títulos aquí", insistió, destacando las conversaciones que todavía tiene con el astro portugués, el gran ídolo de su adolescencia.

Con los dos al Leganés, Mbappé suma 33 goles este curso, 19 de ellos en el año 2025 y 22 de esos 33 en Liga, acercándose al liderato anotador de Robert Lewandowski, Pichichi de la competición con 23. Lo hizo después de un encuentro sorprendentemente complicado para el Madrid, que no supo hacer bueno el 1-0, vio cómo el Leganés le remontaba y terminó sufriendo para llevarse los tres puntos. "Después del parón siempre es difícil porque tú tienes un ritmo en el club, te vas con la selección y es otra cosa. Empezamos bien, luego no jugamos bien y luego marcamos. Ganamos, así que estamos felices", reflexionó el atacante galo, que con el PSG fue máximo artillero de la Ligue 1 en seis de sus siete temporadas.

El segundo gol de su cuenta llegó de falta directa, algo que este año solo había logrado Fede Valverde en el vestuario. Mbappé no suele ser el encargado de las faltas en la frontal, que normalmente son para el uruguayo o para Rodrygo, pero se atrevió cuando vio la opción ante el Leganés porque lo habían trabajado en las últimas semanas. "La trabajamos hace unas semanas con el staff. Sabía que a ese lado podía tirar de esa manera, vi el espacio, pregunté a los otros para que me dejaran tirar y salió bien", explicó.

Un sufrimiento que vivió también Carlo Ancelotti. "¿Que hemos sufrido? No recuerdo un partido donde no hayamos sufrido. Creo que debimos gestionar mejor la ventaja y con el 3-2 no debimos sufrir tanto", reconoció.

En la otra cara de la moneda, el enfado de Borja Jiménez, la voz de un Leganés que protestó a González Fuertes por el penalti señalado sobre Arda Güler, la falta de Tapia a Rodrygo previa al 3-2 y una pena máxima no señalada de Bellingham sobre Diego García.

"Los jugadores están muy enfadados. Vieron las acciones y estaban indignados. He intentado que valoraran lo que han hecho aquí. Hemos incluso podido hacer el 2-3. Es verdad que el Real Madrid nos ha dominado, pero sabíamos que podía ser así. Estamos muy molestos por cómo han sido las circunstancias", aseguró el técnico, que pidió al club "alzar la voz".

"Que se siga la dinámica de todos los clubes, que alzan la voz. Creo que eso sería positivo para nosotros. Confío en el estamento arbitral, pero hemos tenido mala suerte otra vez más. Esperamos que el club pueda hacer algo al respecto", desarrolló.

Un salvador llamado Mbappé

Un salvador llamado Mbappé

Un partido caótico del Madrid de Ancelotti, que cada día es más patético, se salvó por un salvador llamado Mbappé, que quitó la soga de la horca, porque hasta un empate sería decirle al Barça que esto ya lo dejo.

Como siempre en la carrera del italiano, los grandes jugadores le taparon sus catástrofes tácticas. Porque no tiene un sistema de juego, porque con Modric y Camavinga, no recuperan una balón y lo peor es que la defensa es de risa.

Los dos laterales madridistas son una desgracia. En el primer gol del Leganés, que parecía drogado, Fran García cometió un error posicional, que terminó en gol, con la ayuda de una cesión ridícula de Lucas Vázquez.

El segundo fue aún más ridículo. ¿Dónde estaba Lucas Vázquez? Pues jugándo de extremo, que es lo que es. Mal rebote de Asencio y una vez más al Madrid le rematan en el área pequeña.

Todas esa chapuzas colocaron al equipo boca arriba, ciego y sin poder levantarse. ¿Quien lo salvó? Pues, como siempre, Mbappé, el salvador, el tan esperado, el profeta. Su segundo gol fue un ejemplo de precisión de inteligencia artificial.

Al final, como siempre, el miedoso Ancelotti, mandó a todo el equipo a defender, como si fuera una alma en pena. Es el miedo de Ancelotti. Hasta lo pasó mal, muy mal, con la idea de su catenaccio.

El Leganés jugó como un equipo milagroso, dada la plantilla y su dificultad para salir del descenso. Hizo un partido que gastó sangre, sudor y lágrimas: un esfuerzo descomunal. Su patetismo es que, como muchos otros equipos, solo juegan como posesos ante el Madrid. Luego, con los que tiene que ganar, pierde. Yo le veo como firme candidato a Segunda. Jugar contra la anarquía del juego del Madrid, al que se le hacen ocasiones como si la defensa fueran niños de colegio, hasta puede resultar fácil.

Como ocurre en demasiadas ocasiones, se salvó con el toque de corneta de jugadores decisivos. Aunque Vinicius ya no existe y Brahim regatea demasiado.

Mbappé anota un doblete para remontar al Leganés y sostener al Madrid en la pelea por la Liga

Mbappé anota un doblete para remontar al Leganés y sostener al Madrid en la pelea por la Liga

Kylian Mbappé agarró al Real Madrid a la Liga con un doblete de sábado noche ante un correoso Leganés, que dio la vuelta al 1-0 del francés, se puso por delante antes del descanso y terminó cediendo por un buen tanto de falta de la nueva estrella del Santiago Bernabéu.

Si el lector ha visto una cantidad respetable de partidos del Madrid a lo largo de los últimos años, lo que sucedió en Chamartín no debería sorprenderle demasiado. El conjunto blanco aterrizó en la Castellana después de un nuevo parón por los compromisos internacionales: un par de viajes, dos encuentros mas o menos importantes, algún día libre y de nuevo sobre el césped para seguir peleando la Liga. Una situación que se repite y que casi siempre tiene el mismo resultado, un Madrid somnoliento.

Y eso que Carlo Ancelotti innovó en la alineación. Dejó en el banquillo a los sudamericanos, lastrados por un viaje mucho más largo que los continentales, y apostó por los europeos. Vinicius, Rodrygo y Valverde se quedaron en la banda y Güler, Brahim y Modric se adueñaron del centro del campo junto a Camavinga, dejando a Bellingham y a Mbappé liberados en el ataque. Pudo ser una buena idea de inicio, pero fracasó.

Los blancos tardaron 23 minutos en tirar a puerta, un tímido lanzamiento de Brahim, se encontraron con un penalti a favor para poner el 1-0 y se lanzaron al principio antes del descanso, dejándose remontar por un Leganés con las ideas muy claras: sólido en defensa y vertical en el contragolpe. Los silbidos del descanso lo dijeron todo y explicaron la situación de un equipo que se olvidó por lo que estaba luchando.

El conjunto blanco dominó la posesión, pero no tuvo ritmo en el último tramo del campo. Una constante durante gran parte de esta temporada. Atacó a tirones, en jugadas en las que aprovechó la calidad superior de sus futbolistas, pero no creó fútbol sin balón, con movimientos dirigidos. Construyó su casa desde el tejado, sin cimientos. De momento el curso le acompaña, en plena batalla por los tres títulos más importantes, pero siempre da la sensación de vivir en el alambre.

Ante el Leganés se adelantó con un penalti transformado a lo Panenka por Mbappé tras un empujón de Óscar a Güler. Lo protestó el cuadro pepinero, pero González Fuertes lo tuvo claro. El gol adormiló todavía más a los de Ancelotti y los visitantes remontaron en diez minutos.

La remontada pepinera

El empate llegó en la siguiente jugada, al aprovechar Rosier un espacio a la espalda de Fran García. El lateral cedió atrás, Raba remató, Lucas no acertó a rechazar y el balón le quedó plácido a Diego García.

Siete minutos después, Brahim perdió una posesión en el medio del campo que provocó la contra del Leganés. Óscar aprovechó la ausencia de Lucas en el carril derecho blanco, perdido el gallego en la zona ofensiva, llegó a la línea de fondo y su pase de la muerte lo envió a gol Raba. El Madrid pidió mano de Óscar al llevarse la pelota ante Asensio, pero el colegiado no consideró la infracción.

La reacción madridista

El descanso apareció con sonidos de viento en Chamartín, que veía escaparse la Liga tras la victoria del Barça el jueves. Algo cambió en los vestuarios, sea por fútbol o por rabia, pero el Madrid apretó en los primeros instantes y encontró el premio por el ímpetu de Bellingham, tan elegante y técnico como generoso en cada esfuerzo.

El inglés se inventó un derechazo desde la frontal que Dmitrovic sacó abajo. El rechace lo recogió Brahim, que volvió a rematar ante el portero serbio. El balón salió disparado al larguero y Bellingham voló para lanzarse y empatar el encuentro.

El duelo se rompió por momentos. El Leganés siguió encontrando huecos a la contra con relativa facilidad y Diego García se plantó ante Lunin para igualar, pero su remate salió desviado ante la llegada defensiva de Bellingham. Los pepineros pidieron penalti por un toque del británico al delantero, pero ni el colegiado ni el VAR señalaron nada.

Ancelotti mascaba los cambios, con Vinicius y Rodrygo como chispas necesarias, cuando Brahim envió una pelota al palo. El partido era incontrolable y en el 75, la locura. Mbappé aprovechó una falta en la frontal para sorprender a Dmitrovic, desesperado porque su barrera se había abierto. Un doblete para igualar al Barça y agarrarse a la Liga.

Marc Márquez gana la sprint race de Austin y abre aún más hueco

Marc Márquez gana la sprint race de Austin y abre aún más hueco

Actualizado Sábado, 29 marzo 2025 - 22:11

Marc Márquez sigue estando sencillamente imparable. En la sprint race del Gran Premio de Las Américas de MotoGP, tras hacerse otra vez con otra pole, sólo dejó un leve resquicio para algo de suspense en una primera vuelta en la que tanto Pecco Bagnaia, con un gran arranque de carrera pese a partir desde la sexta plaza de la parrilla, como su hermano Álex, que lo hacía desde la segunda, lograron ponerse ni que fuera brevemente en cabeza. Brevemente, porque, cuando el mayor de los Márquez sacó las garras, tras un susto culminado con una nueva salvada marca de la casa, ya nadie pudo oponérsele.

"Ha estado demasiado cerca ese susto", confesaba Marc Márquez tras la prueba. "Las condiciones de la pista cambiaron mucho en la primera vuelta, iba empujando y de repente me di cuenta de que el agarre había empeorado. Estuvo cerca la cosa y hubo pelea ahí con Pecco y con Álex, pero con mi ritmo pude gestionar la distancia y, aunque cometí otro pequeño error, pude volver a empujar. Tenemos que mejorar un poquito a nivel de contacto trasero para el domingo, pero la moto está funcionando muy bien", recalcó el vigente líder del mundial.

"Estoy muy contento. Ser segundo aquí, detrás de Marc, es como una victoria, porque él está a otro nivel", señalaría por su parte Álex Márquez, mientras que Pecco Bagnaia buscó también conclusiones positivas. "Me siento contento por el resultado, estoy mejorando. Las primeras vueltas han sido muy bonitas, las he disfrutado mucho. Este domingo trataré de repetir salida y ser aún más competitivo", aseguró el italiano tras una sprint race en la que tanto Joan Mir, a causa de una caída, como Maverick Viñales se vieron obligados a abandonar.

En cuanto al resto de pilotos españoles, Pedro Acosta, quien salía desde el cuarto puesto de la parrilla, acabó séptimo, Fermín Aldeguer, duodécimo, Álex Rins, decimoquinto, Raúl Fernández, decimoséptimo, y Augusto Fernández, relevo del lesionado Miguel Oliveira, decimoctavo.

Tercer palo seguido para el Atlético, empate y adiós a LaLiga

Tercer palo seguido para el Atlético, empate y adiós a LaLiga

Las heridas no escuecen hasta que les echas sal. Y a Simeone le debió caer un salero en rueda de prensa previa al choque contra el Espanyol. Dos palos, le dijeron. Dos palos, no, uno, se revolvió sobre los fiascos, que no derrotas, ante Real Madrid y Barça, y recordó la polémica del doble toque de Julián. Pero lo cierto es que en una semana el Atlético se despidió de la Champions y LaLiga. Y ante el Espanyol, el tercer palo.

Faltaba saber si el equipo resucitaba en el césped y no lo hizo. Lento y sin ideas, se agarró a un gol que se encontró de Azpilicueta y dejó ir el partido hasta que se vio con el duelo empatado. Vida para el Espanyol, extrema unción liguera para el Atlético. Queda la Copa, pero no llega en la mejor dinámica el equipo. [Narración y estadísticas, 1-1]

Quien sí mostró una nueva vida, como Lázaro, fue Griezmann. Se levantó y anduvo el francés tras un último mes para olvidar. Edad, exceso de minutos, mala dinámica... las razones pueden ser variadas, pero la calidad del extranjero con más partidos en LaLiga siempre vuelve. Mostró otra energía pero se agotó pronto.

Había otros electrones con menos carga aún por el parón de selecciones. Giuliano no llegó a un pase en largo y tardó en responder a dos ayudas a Llorente y eso es noticia en el Cholito. Se muestra siempre omnipresente pero no se puede apalizar a Brasil y hacer lo propio al Espanyol en apenas tres días. ¡Ay!, las famosas 72 horas.

No juega el equipo catalán cada tres días, pero sí lo hace con la tensión de estar entre los cinco que se pegan por evitar las dos plazas que quedan sin candidatos para el descenso. El farolillo rojo es difícil que se le escape al Valladolid. Aunque para tensión la que se vivió a la media hora cuando Roberto y Le Normand chocaron las cabezas en un remate del delantero blanquiazul. La historia médica del hispanofrancés hizo contener el aliento a muchos. El Cholo lo retiró inmediatamente por precaución y el central salió con la cabeza ensangrentada.

Azpilicueta celebra su primer tanto con la camiseta del Atlético.

Azpilicueta celebra su primer tanto con la camiseta del Atlético.Alberto EstevezEFE

Poco después, en el minuto 37, los blanquiazules recibieron el primer golpe, fortuito y tras un choque entre Kumbulla y Sorloth con tintes de falta en ataque. Pero Alberola se tragó el pito y Azpilicueta quiso evitar la contra espanyolista con un zapatazo. La diferencia entre un despeje y un golazo es que la bala fue a la escuadra, imposible para Joan, uno de los porteros del campeonato. Y al gol, el primero del navarro como colchonero, se agarró el Atlético para hacerle dos ocasiones en un suspiro a los blanquiazules, pero las falló.

Simeone dio descanso a Julián ante el Tourmalet, otro, que le espera al Atlético. Era la hora de la reivindicación de Sorloth, que venía de marcar en el parón de selecciones, pero el noruego tiene cara de jugador número 12 en este equipo. Juega mejor media hora que 60 minutos, que es lo que le dio el Cholo en Cornellá. Ante los blanquiazules apenas un disparo cruzado al inicio de la segunda mitad. De hecho, cuando vio el técnico que el partido no estaba ni mucho menos controlado, decidió sacar al artillero argentino pese al kilometraje que llevaba en sus botas.

Buen final blanquiazul

Manolo González se tiró con todo a por los puntos de Cornellá y dobló la delantera con Véliz para juntar más al Atlético a Oblak. El argentino metió el susto en el cuerpo a los rojiblancos con un control en medio del área que le rebañó Llorente cuando iba a empalar. La verdadera oportunidad llegó justo después y fue un fallo bestial de Lenglet. Hay miles de agarrones en cada partido, pero hacerlo delante del árbitro es de inocentón. Puado no perdonó y puso en jaque al conjunto colchonero.

Que decidió no reaccionar o por actitud o por capacidad. Sin embargo, el Espanyol sí quiso buscar la victoria en casa. Algo, por cierto, que a veces le viene bien al Atlético para cazar alguna contra. Despertaron los colchoneros en el 90. No se le dan mal los descuentos este año, pero los cuatro que dieron fueron insuficientes. La vida está en la Copa. La única.

Ayuso y Roglic, tras una etapa caótica y alterada por el viento, se juegan la Volta con una diferencia de sólo un segundo

Ayuso y Roglic, tras una etapa caótica y alterada por el viento, se juegan la Volta con una diferencia de sólo un segundo

Empecemos por el final, como siempre en las pruebas ciclistas, aunque la gracia-desgracia de la carrera estuvo en el planteamiento y en el nudo, no en el desenlace. Ganó Quinn Simmons, el estadounidense del Lidl-Trek, en la penúltima jornada de la Volta a Catalunya. Aguantó por los pelos lo que le vino por detrás. Tuvo su mérito, pero no fue lo sustancial de la carrera.

El viento es el mayor enemigo de los toreros y de los ciclistas. A los toreros les impide dominar el capote. A los ciclistas, la bicicleta. La Volta a Catalunya está, claro, llena de ciclistas y, aunque más de uno puede ser comparado, por su valor, su ardor, su arte o sus desplantes, con un torero o un novillero sobre dos ruedas, la Volta es una carrera ciclista. Y en la sexta etapa, la considerada reina, el dios Eolo era un enemigo más fuerte que la monarquía y demasiado peligroso, más que un morlaco, para los corredores en los puertos de montaña.

En consecuencia, la organización suprimió el pico de la Batallola, de tercera, la collada de Sant Isidre, de primera, y el alto de Queralt, también de primera, en cuya cima se situaba la llegada. Y decidió que la carrera circulara por un circuito, allá abajo, entre bosques y valles abrigados, saliendo de Berga y llegando al mismo sitio. Un circuito.

Recorrido neutralizado en su mayor parte. Tras 50 kilómetros, los corredores negociaron con los jefes. Y, a 23 kms. de Berga, salida oficial. Entre la necesidad de desperezar los músculos y la obligación de cumplir los horarios, los corredores partieron como Miuras de los corrales. Volaron. La general se aplicaría a 5 kms. de la meta y en ésta no habría bonificaciones. De la sucesión de pequeños repechos emergió Simmons para ganar.

La conclusión de la Volta queda pendiente de una etapa, la última y tradicional de Montjuïc. Hay un segundo como un soplo, como un latido, como un parpadeo, entre Juan Ayuso y Primoz Roglic, enfrascados desde un principio en una lucha anunciada y admitida por ambos por las bonificaciones en los sprints intermedios y en los duelos que sostuvieron mano a mano en un par de etapas con resultados alternativos.

Bonificaciones de segundos... Habituales peleas de secundarios por migajas cronométricas en mitad de un asfalto intrascendente. Casi una indignidad entre campeones, que suelen resolver sus victorias de otro modo. Quien venza esta vez, sea quien sea, deberá su éxito, al menos hasta ahora, a esos mínimos segundos de máxima importancia.

Pero hay que alabar sin cortapisas a Juan y a Primoz. Únicos, tal para cual, capaces de llevarse la Volta, se desentendieron de todo que no fueran ellos. Y, tanto monta, esa igualdad los condujo desde el mismo estudio inicial de la táctica, a jugarse el triunfo en los términos minimalistas de unos segundos rabiosos. Rotundos en la intensidad de su brevedad decisiva. Salvo imprevisto, todo se resolverá este domingo con las bonificaciones de 10, seis y cuatro segundos en la meta.

En esos segundos -ahora sólo uno- ha radicado el espectáculo que nos han ofrecido el joven español y el veterano esloveno. La etapa final gozará de una emoción suplementaria, sustentada en el filo de un papel de fumar. La voz del ganador será un grito. Pero habrá empezado en un suspiro.

La 'estrella' del Real Madrid brilla en Belgrado

La ‘estrella’ del Real Madrid brilla en Belgrado

Actualizado Viernes, 28 marzo 2025 - 23:01

El Real Madrid, merced a un comienzo demoledor, dio un golpe de autoridad al vencer en la pista del Estrella Roja (72-78) y con ello dio un paso importante con destino hacia el objetivo de disputar la postemporada en la Euroliga.

Encaraba el conjunto blanco una 'final' en Belgrado ante un cuadro local que también se jugaba mucho, pues un triunfo le daba el pase matemático a los playoffs. Bien lo sabían sus aficionados, que cumplieron con los pronósticos y convirtieron en infernal el ambiente en la previa.

Se daba pues el contexto propicio para una tortura, pero de todos los escenarios apocalípticos posibles no se cumplió ninguno. Al contrario, el Real Madrid se paseó por el averno con bata y zapatillas de estar por casa, en la línea de lo que había sucedido en sus dos partidos anteriores ante el ASVEL Villeurbanne y el EA7 Emporio Armani. Con la diferencia de que aquellos fueron como local.

Ante los franceses irrumpieron con un 15-0. Contra los italianos se presentaron en la oficina luciendo un 12-3. Y esta vez su puesta en escena fue un 0-14, el mejor parcial de salida de un visitante en la máxima competición europea desde un 0-15 del CSKA de Moscú en Valencia en la 2017-2018. Solo en ese partido y en otros dos se vio algo mejor en la historia de la Euroliga que lo que hizo el conjunto de Chus Mateo.

Principios prometedores que en los tres casos tuvieron algo en común, Walter Tavares. El pívot caboverdiano, aprovechando los problemas de efectivos en el juego interior del rival, se cebó bajo el aro opuesto. Y en el propio condicionó el juego del equipo serbio, obligado este a recurrir al triple como arma arrojadiza.

Para su desgracia, el cuarto inicial fue un cúmulo de desaciertos. Lo reflejan datos como que la primera canasta en juego del anfitrión no llegó hasta que quedaban 03:35 para el final del primer acto. O que los primeros once lanzamientos exteriores se fueron al limbo, llegando a los diez primeros minutos con 1 de 15 en ese apartado y 3 de 22 en tiros totales. Y pese a un dominio abrumador en el rebote ofensivo, que hizo el drama menor (9-22, m.10).

Todo ello lo fue parcheando el Estrella Roja antes del descanso, maquillando ligeramente sus pésimos guarismos con el lanzamiento lejano, que en el caso del Real Madrid solo fueron buenos en el primer cuarto. Aún así aguantó el plantel foráneo el mano a mano pese a perder para la causa al pívot angoleño Bruno Fernando, lesionado con un minuto de juego del segundo cuarto.

Un triple de Codi Miller-Mcintyre dio paso al descanso y fue el fuego que prendió la mecha del ex del Baskonia, autor de los siete primeros puntos de los suyos en el retorno al parqué tras el paso por los vestuarios. Convertido en el rostro visible de un equipo con otra energía, el contrario consiguió resistir sin que su ventaja bajase de los diez puntos en ningún momento del tercer acto.

Vital fue para ello que Mario Hezonja y Alberto Abalde, desde hoy en el club de los jugadores con 500 rebotes en la Euroliga, resucitasen a los suyos en lo que a tiros lejanos se refiere en algunos momentos más delicados. La sensación a la media hora era que si el Real Madrid era capaz de mantener el ritmo y no bajar la concentración, debía salir airoso (45-55, m.30).

Esta vez no cayó en esos pecados. Dos canastas de Sergio Llull y de Andrés Feliz le permitieron entrar con buen pie en el tramo decisivo y acomodarse sobre el colchón de la decena de puntos favorables hasta que una canasta de John Brown III a falta de 06:11 le quitó esa red (52-61, m.34).

Un triple de Sergio Llull apaciguó los ánimos del Estrella Roja y devolvió la confianza a un cuadro blanco sólido hasta que empezó a cobrar excesivo protagonismo el vídeo. Varios parones por revisión enfriaron al bando madridista y calentaron las gargantas de los seguidores y las manos de McIntyre, quien con un acierto perimetral situó a los suyos a dos a falta de 45 segundos.

Campazzo, merced a cuatro puntos seguidos desde la línea de tiros libres, selló un triunfo de carácter y de orgullo colectivo, con hasta cinco jugadores firmando 14 puntos de valoración o más. Pese a su temporada errática el Real Madrid es capaz de ganar cuando toca y, sobre la bocina de la fase regular, demuestra que aspira a todo.

Djokovic anula a Dimitrov e irá a por su título 100 en la final de Miami

Djokovic anula a Dimitrov e irá a por su título 100 en la final de Miami

Actualizado Viernes, 28 marzo 2025 - 21:38

Novak Djokovic anuló por completo este viernes a Grigor Dimitrov (6-2 y 6-3) y se clasificó en 70 minutos para la octava final de su carrera en el Masters 1000 de Miami donde peleará por su séptima corona en Florida y por el título 100 de su carrera.

Djokovic, de 37 años, empató al suizo Roger Federer como únicos jugadores capaces de alcanzar al menos una final en el Tour ATP en veinte temporadas consecutivas y espera en la final al ganador de la semifinal entre Taylor Fritz y Jakub Mensik .

El serbio alcanzó la final número 60 de su carrera en los Masters 1000 e igualó las ocho finales de Andre Agassi en Miami, donde solo perdió una de sus anteriores siete partidos por el título.

Curiosamente, el único en negarle el título de Miami en la final fue Andy Murray, que ahora entrena a Djokovic.

Ante la mirada de Leo Messi, quien acudió a la pista central junto a su mujer, Djokovic ofreció un monólogo y desactivó a un Dimitrov (n.15), que el año pasado había sido finalista en este torneo.

El serbio incrementó su balance contra Dimitrov a 13-1 y a un perfecto 9-0 en pista rápida. La única victoria del búlgaro llegó en Madrid 2013.

Solo hubo un momento de esperanza para Dimitrov, que logró una rotura a quince en el primer juego del partido. Pero Djokovic se la devolvió de forma inmediata y logró un total de tres roturas en el primer set para llevárselo con un 6-2.

Dimitrov estuvo condicionado por un problema con un aficionado que aparentemente le increpó entre el segundo y el tercer juego. El juez bajó de su silla y ordenó que la persona fuera alejada de la pista.

No cambió el guión en el segundo parcial, en el que Djokovic se escapó rápido hacia el 3-0 y no dio oportunidades a Dimitrov de volver a meterse en el partido. El serbio tan solo cometió cinco errores no forzados por los 32 de Dimitrov.

La otra semifinal, entre Mensik y Fritz, se disputará este mismo viernes a partir de las 19.00 locales (00.00 en España), mientras que la final masculina se jugará el domingo.

Elena Congost, la paralímpica que perdió una medalla por ayudar a su guía: "Se me abrió el mundo, me salieron patrocinadores..."

Elena Congost, la paralímpica que perdió una medalla por ayudar a su guía: “Se me abrió el mundo, me salieron patrocinadores…”

Elena Congost lloraba en la meta del maratón de los Juegos Paralímpicos de París 2024 porque le habían quitado el bronce cuando llegó su marido, Jordi Riera, ex gimnasta, y le sorprendió: «No es tan malo como piensas». La maratoniana invidente ya era viral, pero todavía no lo sabía. Por ayudar a su guía, Mia Carol, que tropezó en los últimos metros de la carrera, le habían descalificado y las imágenes de la injusticia ya estaban en millones de pantallas en todo el mundo.

«Me sorprendió cuando encendí el móvil y me estaban llamando todas las televisiones y todas las radios. Yo estaba hundida, muy mal, había perdido la medalla, y no entendía nada. Sentía mucha pena por haber fallado a mi gente. Pero poco a poco, fui asimilando el fenómeno que se había generado. Al final, una experiencia negativa se convirtió en algo precioso. Se me abrió todo un mundo para ser altavoz, dar charlas, transmitir valores. Me salieron patrocinadores como Adidas, Iberdrola, Caja Rural, Sanitas...», cuenta Congost en conversación con EL MUNDO medio año después de la experiencia que le cambió la vida. Antes ‘sólo’ era la campeona paralímpica de maratón en los Juegos de Río 2016; ahora es un emblema. Hay que ayudar al compañero, aunque te metas en un lío.

David Ramirez / Araba Press

Ahora Congost vuelve a competir. Según reconoce, a sus 37 años y madre de cuatro niños, si hubiera ganado una medalla en París se hubiera retirado, pero la injusta descalificación le empujó a seguir. Con más apoyo económico y algo que le arde por dentro, quiere ganar en los Juegos de Los Ángeles 2028 en la categoría T12, aquella reservada a atletas con discapacidad visual. Para ello ha empezado una preparación que tendrá una primera parada en la Ibiza Media Maratón del próximo 5 de abril.

¿Fue mejor la descalificación que la medalla?
Ahora creo que sí. No tengo la medalla, no pude disfrutar del podio, pero lo que ocurrió en París me regaló un montón de experiencias, de oportunidades y, sobre todo, de cariño de la gente. Perdí la medalla, pero gané el cariño. Al principio lo hubiera enviado todo a tomar por saco. Pero ahora tengo claro que quiero sacarme la espina en Los Ángeles 2028.

La denuncia contra el Comité Paralímpico

En los últimos meses Congost ha cambiado de guía, de Carol, que tiene 57 años y combinaba el atletismo con su empresa -la cadena de peluquerías Carol Bruguera-, a Roger Sans, de 29 y centrado en el correr, liebre de una olímpica como Marta Galimany. Y en los últimos meses se ha hecho autónoma como conferenciante después de mucho tiempo combinando su trabajo como maestra con las becas como atleta. «Con Mia sigo teniendo buena relación, pero ya habíamos hablado que después de París cambiaría de guía. Me vino el nombre de Roger, que era mi nutricionista, y la adaptación ha sido fantástica. En Ibiza quiero volverme a sentir atleta y luego trabajar para llegar al 200% a los siguiente Juegos», proclama Congost, con una guerra aún por librar.

En los días posteriores a los Juegos Paralímpicos de París, la corredora española recibió la llamada del abogado Jean-Louis Dupont, famoso por el caso Bosman, que le ofreció apoyo legal para pelear por la medalla. Y en ello está. Con el apoyo del despacho Dupont-Hassel y de de Roca Junyent, Vigo y Meo Law, hace unos meses presentó una denuncia ante el Tribunal de Primera Instancia de París contra el Comité Paralímpico Internacional (CPI) para reclamar por los daños sufridos. Su intención es recuperar su bronce ex aequo por dignidad. O como mínimo forzar a un cambio de norma, que supuestamente ya está en marcha. En diciembre, el presidente del IPC, Andrew Parsons, aseguró que se iba a revisar para que no se repitieran agravios como el sufrido por Congost, pero de momento no se ha hecho.

David Ramirez / Araba Press

«La demanda tardará y no sé qué va a pasar, pero quería que mi reclamación fuera oficial», expone Congost, afectada desde el nacimiento por una atrofia del nervio óptico, atleta desde niña. Con sólo 15 años ya estuvo en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, curiosamente en los 100 y 200 metros. Luego fue subcampeona de los 1.500 metros en Londres 2012 y campeona en Río 2016, aunque lo mejor estaba por llegar. «No es tan malo como piensas», le dijo su marido cuando lloraba en la meta de París 2024 y ciertamente no lo era.

Darko Brasanac: "Las bombas caían a 500 metros de mi casa y seguíamos jugando en la calle. Éramos así, otra cultura"

Darko Brasanac: “Las bombas caían a 500 metros de mi casa y seguíamos jugando en la calle. Éramos así, otra cultura”

Darko Brasanac (Cajetina, Serbia, 1992) creció en los noventa en un pueblo que rozaba la frontera entre Serbia y Bosnia. 30 años después, disfruta del fútbol en Leganés y hoy visita el Bernabéu tras una carrera que empezó en el Partizán y se asentó en LaLiga. En la memoria, su infancia feliz bajo las bombas de la guerra. Suena contradictorio, pero no lo es.

Lleva ya nueve años en España.
Sí, aquí han nacido mis dos hijos, en Sevilla y en Pamplona. Andaluz y navarro. Hablan mejor español que serbio, que es más difícil, y además entre el Covid-19 y mi lesión de rodilla en 2023 hubo varios veranos que no pudimos ir a Serbia. En la pronunciación yo no veo diferencia entre ellos y el resto de niños aquí.
Del Partizán dio el salto al Betis y después ha seguido en LaLiga, Alavés, Osasuna, Leganés... ¿Casualidad o siempre quiso jugar aquí?
Un poco casualidad, porque no es fácil pasar de Serbia a España, normalmente los jugadores serbios se van a Italia o a Bélgica... Y mira. No pensaba que fuera a durar tanto porque tampoco soy de los que piensa a largo plazo.
¿El futbolista que no es estrella piensa sólo en el corto plazo?
Y las estrellas también. Tienen mucha calidad, pero tienen que hacerlo lo mejor posible para no estar lesionados, porque ningún club te aguanta si te lesionas mucho. Mira Hazard, era increíble, parecía que iba a triunfar y luego no fue lo esperado. Imagínate a nosotros cómo nos puede cambiar la vida. A mí hace dos años, que tuve una lesión de cruzado y menisco, me cambió un poco la vida, la carrera. Estaba en Osasuna y en febrero de 2024 me fui a Segunda, al Leganés, tuve que arriesgar.
Estando tan adaptado a España, ¿con la lesión tuvo miedo de que su carrera y su vida pudieran cambiar?
Yo soy bastante fuerte mentalmente y eso me ha ayudado a pasar por muchas situaciones en muchos equipos, tanto en España como en Serbia. Pero con la lesión no tuve miedo, si tienes miedo no puedes jugar al fútbol. Nos puede pasar a todos, hay que estar tranquilo.
¿Cómo es la cultura deportiva en la cantera del Partizán? ¿Dura?
Era diferente. Nosotros creo que teníamos un respeto mucho más grande que el que tienen ahora los jóvenes. Creo que la cultura ha cambiado y que hemos cambiado nosotros. Ahora soy padre y soy diferente a mis padres, ¿sabes? Antes era sobrevivir, me dolía algo, pero aguanto, está lloviendo, pero juego. En mi pueblo, con 7 años, si había un metro de nieve te ponías unas bolsas y a entrenar. Y ahora aquí en Madrid llueve un poco y ya preguntamos si entrenamos o no. Ha cambiado todo bastante. En la cantera del Partizán teníamos mucha disciplina, los entrenadores gritaban muchísimo, nos ponían mucha presión con 13 años. Y no lo recuerdo como algo malo porque eran cosas que nos ayudaban a crecer. Ahora la exigencia no es tanta, se ha perdido esa presión y se nota.
¿Esa cultura también era así en su casa?
Hablo mucho con mi mujer que ella y yo no somos nuestros padres. Antes cuando tus padres te miraban te ponías firme. Mira, el otro día fue el aniversario de uno de los bombardeos sobre Belgrado y vimos una foto antigua de un puente derribado y al lado la gente bañándose en el río con camisetas con una diana, como diciendo "aquí estoy". Éramos así. Nosotros, con siete años, con las sirenas sonando y los bombardeos, seguíamos jugando. Creces con ello y lo recuerdo como un niño feliz. Era otra cultura, otros tiempos.
La guerra influye en la forma de ser y competir.
Sí, los balcánicos somos muy competitivos en todos los deportes. La guerra de la ex Yugoslavia, los bombardeos... Todo eso te hace madurar antes y ver que la vida no es fácil, que lo tienes que trabajar muy duro. Mi madre se iba a trabajar a una guardería y si pasaba algo, pasaba, pero nada nos iba a dejar encerrados en un sótano. Y con el fútbol igual, hay que jugar y seguir con la vida. Mira, tenemos a Jokic, a Djokovic... deportistas increíbles. Y no sé qué es, pero seguro que la guerra tiene algo que ver. Influye mucho.
Cajetina , su pueblo, está cerca de la frontera con Bosnia.
Sí. Escuchábamos y sentíamos los bombardeos a 500 metros de mi casa, ventanas rotas y tal, pero por suerte a nadie de mi familia le pasó nada. Yo era pequeño y no tenía conciencia de la seriedad de eso. Ahora siendo padre me puedo imaginar cómo se sentían los míos.
En una entrevista con este periódico, Ante Budimir, delantero croata del Osasuna y amigo suyo, decía que los futbolistas no hablan de la guerra.
No. 'Budi' y yo somos muy amigos, nuestras familias se juntan cuando podemos, nuestras mujeres hablan siempre... Somos amigos para toda la vida y nunca hemos hablado de la guerra. Y con los que he coincido en otros equipos o ciudades tampoco. No es un tema para nosotros, es pasado y hay que cerrar esa página. Al final los balcánicos somos más parecidos de lo que parece y la mayoría de deportistas se respetan mucho entre ellos. Modric, que es increíble, ¿cómo voy a decir algo malo de Luka? A Zeljko Obradovic le ovacionan en Zagreb cuando el Partizán juega allí. Antes decía Jokic, Djokovic, Doncic... Son personas que hablan con respeto y da igual si es croata, esloveno o serbio, son gente que tiene respeto.
Esta noche visita el Bernabéu con el Leganés. ¿Con la evolución física de los futbolistas hay menos diferencias entre las estrellas o el resto?
Mmmm... No sé qué decirte, porque estas estrellas son increíbles también. Física, mental y técnicamente. Lo que creo que ha cambiado es que antes las estrellas eran puro talento y ahora, desde la explosión de Messi y Cristiano, son talento y físico al mismo tiempo. Mbappé tiene talento, pero también es fuerte y rápido. Bellingham no pierde un balón, corre, es fuerte... Pedri lleva muchísimos partidos y no se ha lesionado. Antes de Messi y Cristiano las estrellas duraban menos, había un pico de dos años y ya está, ahora creo que Mbappé, Vinicius o Bellingham van a durar más de diez años. Mira LeBron James. Los currantes antes igualaban el fútbol porque tenían más físico, ahora creo que no.