El Barça cierra la Liga con doblete de Lewandowski y victoria en San Mamés

El Barça cierra la Liga con doblete de Lewandowski y victoria en San Mamés

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 23:09

El Barça se despidió de una temporada 2024-25 prácticamente de ensueño cosechando un triunfo por 0-3 en San Mamés. Un madrugador doblete de Robert Lewandowski, que inauguró el marcador poco antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora del duelo y anotó el 0-2 apenas cuatro minutos después, y un postrero tanto de Dani Olmo, al transformar un penalti cometido sobre él mismo señalado finalmente a instancias del VAR, se encargaron de marcar los goles para el conjunto barcelonista en un encuentro cargado de emociones para Athletic y Barça. No en vano, Óscar de Marcos jugó su último partido como profesional y fue homenajeado antes del saque inicial por los azulgrana, que también recibieron el pasillo de los locales.

De poco le sirvió al Athletic, en este caso, firmar un arranque fuerte para intentar que De Marcos pudiera despedirse del fútbol con una victoria en San Mamés. Por mucho que se adelantaran en el marcador con un gol de Unai Gómez finamente invalidado por fuera de juego de su asistente, Berenguer, y de que llegaran con serio peligro a una portería azulgrana a la que regresó Iñaki Peña, fue el Barça el que le lanzó dos zarpazos tremendos a la yugular para ponerlo todo de cara para llevarse el partido. Ambos, con Robert Lewandowski como protagonista. En el primero, el delantero polaco aprovechó un medido pase de Fermín para plantarse solo ante Unai Simón y batirle con un toque sutil. En el segundo, aprovechando un balón prolongado por Unai Gómez tras saque de córner de Raphinha para cabecear a placer al fondo de la red.

En apenas 17 minutos, los de Flick se las arreglaron para lanzarle por dos veces sendos jarros de agua fría a un Athletic que, pese a todo, trató con ahínco de encontrar por lo menos un tanto que le permitiera meterse otra vez en el partido antes de que finalizaran los primeros 45 minutos. La tuvo Maroan, quien envió fuera el balón tras jugada ensayada que, quizás, habría sido finalmente invalidada por fuera de juego, en primera instancia, y quien pediría penalti por una acción que ni González Fuertes ni el VAR consideraron que fuera punible. Entre ambas, fue De Marcos quien quiso poner de su parte para lograrlo, pero su centro fue interceptado por Araujo y la defensa barcelonista acabó por desbaratar el peligro.

A punto estuvo el Barça de dejar completamente sentenciado el duelo prácticamente al volver al césped tras el descanso. Lewandowski, con todo aparentemente a favor, no obstante, acabó mandando por encima del travesaño un medido centro de Raphinha. Y tendría también más adelante otra buena opción el polaco algo más tarde, con una internada hacia el área en la que Yuri pudo enviar finalmente el balón a córner. También tendría tres buenas opciones Lamine Yamal. La primera, con un disparo al palo corto, rompiendo la costumbre de las últimas ocasiones, que se marchó fuera por poco. La segunda, con un lanzamiento por encima del larguero. Y la tercera, con un remate casi a bocajarro que Unai Simón pudo enviar a córner.

La mejor del Athletic, mientras, fue un saque de falta desviado por Cubarsí que finalmente salvaron entre Iñaki Peña y el travesaño. Justo cuando parecía que el marcador ya no iba a moverse, Dani Olmo, al transformar un penalti de Yuri sobre él mismo señalado a instancias del VAR, se encargó de anotar el definitivo 0-3 para los suyos y poner el definitivo punto y final a la Liga 2024-25.

Alex Palou hace historia con un apoteósico triunfo en las 500 Millas de Indianápolis

Alex Palou hace historia con un apoteósico triunfo en las 500 Millas de Indianápolis

Alex Palou ya es leyenda del motor tras su triunfo en la 109ª edición de las 500 Millas de Indianápolis. El triple ganador de la IndyCar, al volante del coche 10 de Chip Ganassi, conquistó una formidable victoria por delante de Marcus Ericsson (Andretti Global), a quien adelantó a falta de 14 vueltas para la meta.

Tras partir sexto en la parrilla, Palou plasmó su astucia al volante y aprovechó la oportunidad en una carrera que siempre elige a su vencedor. Supo esperar su momento y sujetar las acometidas del sueco, ganador en 2022. También controló los ataques de David Malukas (A.J. Foyt Racing), tercero en la meta, Pato O'Ward (Arrow McLaren), cuarto y Felix Rosenqvist (Meyer Shank), quinto.

"No me lo creo, es increíble estar aquí. Hubo momentos en los que estuve bien, pero no sabía si podría superar a Marcus", lanzó Palou ante los micrófonos, después de algo más de tres horas al volante. "Las condiciones eran difíciles, sobre todo cuando iba tercero y cuarto en el grupo. El consumo de combustible era altísimo", admitió, casi sin aliento.

Las órdenes de Wanser

Tras cumplir las 200 vueltas al óvalo, cumpliendo cada orden de Barry Wanser, su estratega, pudo saborear la tradicional botella de leche fría que distingue al vencedor. En el podio alzó el trofeo Borg-Warner y después rindió tributo a las filas de ladrillos del brickyard, memoria viva del Indianapolis Motor Speedway, cuyas tribunas fueron colmadas por 350.000 aficionados.

A los 28 años, Palou se convierte en el primer español ganador de las 500 Millas, cerrando para nuestro país la Triple Corona del Motor. Así, une su nombre a los de Marc Gené, Fernando Alonso y Miguel Molina ya habían conquistado las 24 Horas de Le Mans en 2009, 2018, 2019 y 2024. Además, el bicampeón mundial de F1 también cuenta en su palmarés con dos triunfos en el GP de Mónaco (2005, 2006).

A 32 vueltas llegó el momento de la última parada de Palou, que cumplió sin contratiempos con sus mecánicos. Sujetar los nervios en ese trance no estaba al alcance de cualquiera y Ryan Hunter-Reay, que había liderado 48 vueltas, no supo cuadrar el coche en el cajón, tirando sus opciones por el desagüe.

Ese paso por el pit-lane suele arrojar situaciones dramáticas . El rookie Robert Schwartzman, autor de la pole, atropelló a sus propios operarios quedando fuera de cualquier opción. En esa atroz lucha por la supervivencia cualquier detalle decide la suerte de los más avezados. Josef Newgarden aspiraba a un histórico triplete tras sus triunfos de 2023 y 2024, pero sufrió un problema mecánico que le dejó fuera de combate.

Mónaco se burla de las dos paradas

Mónaco se burla de las dos paradas

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 22:23

Nos imaginamos erróneamente que esta vez la historia iba a ser diferente, que por una vez Mónaco no iba a ser una procesión eterna de coches a baja velocidad manteniendo sus posiciones en una pista donde adelantar todos saben que es imposible. Lo era antes, con coches que medían un metro menos que los actuales, así que ahora, con estas limusinas, adelantar sigue siendo impensable. Quisimos creer antes de la carrera que la obligación de hacer dos paradas y utilizar tres juegos de neumáticos pondría contra las cuerdas a los mejor clasificados y le daría una oportunidad al resto. Nuevo error. Los cuatro primeros de parrilla han terminado en las posiciones de partida aunque, eso sí, ha habido riesgos y cambios de posición dependiendo del momento en que unos y otros hacían sus paradas, pero nada más. Moraleja: La clasificación en Mónaco sigue siendo fundamental. Utilizar este artificio de las dos paradas no ha cambiado nada.

Así las cosas, volvimos a ver al líder de la carrera, Lando Norris, ir muy despacio al principio para que el grupo estuviera compacto y nadie le lanzase un undercut. Después hizo un cambio de ritmo, abrió hueco, hizo la parada y no se metió en tráfico. La clave en Mónaco ha seguido siendo encontrar espacios, tener aire limpio y no caer detrás de rivales más lentos. Su único sufrimiento fue que después de hacer las dos paradas tenía a Max Verstappen delante, pero con una parada todavía por hacer. Puede parecer que es una situación idílica, pero había un escenario que ponía en peligro la victoria de Norris: que apareciese una bandera roja. Con ella, todos hubieran entrado en boxes en la misma posición, Max habría cambiado neumáticos y habría ganado la carrera. Red Bull esperó hasta la penúltima vuelta para ver si sonaba la flauta, pero la flauta no sonó. Mónaco volvió a burlarse de los baldíos esfuerzos de la F1 por mejorar el espectáculo en sus calles y el poleman volvió a ganar.

Los héroes del invento de las dos paradas fueron los hombres de Racing Bulls. Se inventaron algo extraordinario: Sacrificar a su piloto más retrasado para que ralentizase a todos los que venían por detrás, permitir así que el piloto mejor colocado abriese hueco para hacer la parada y proteger su posición. Es lo mejor que ha hecho Liam Lawson este año, la forma en la que se sacrificó para favorecer a Isaak Hadjar. Más tarde Williams hizo lo mismo viendo el buen resultado que le había dado a RB y además lo mejoraron. Primero ralentizó Carlos Sainz para que Alex Albon parase tranquilo, luego Albon se dejó pasar por Carlos para retener otra vez a los perseguidores y Carlos pudiese parar tranquilo también. Gracias a esta táctica, RB y Williams acabaron con sus dos pilotos en los puntos y dejaron a Mercedes fuera de ellos. No estaba contento con el sistema Carlos después de la carrera porque pensaba que era adulterar los resultados con algo que no forma parte de la esencia de las carreras. El automovilismo es ir rápido, no conducir premeditadamente lento para frenar a los rivales. En realidad, eso es algo que sólo se puede producir en este gran premio, la táctica de convertirse en tortuga para molestar a los rivales no funcionaría en ningún otro lugar.

Aston Martin volvió a intentarlo con Fernando Alonso, pero sin fortuna. El asturiano volvió a dejarse la vida en clasificación, el sábado firmó una vuelta extraordinaria que lo colocó sexto en parrilla, pero abandonó en carrera por una avería en el motor. Fernando sigue con cero puntos. Ocho carreras y aún no ha logrado cruzar la meta entre los diez primeros, algo que sólo sucedió en su primera temporada con Minardi. Aston Martin lleva una racha de seis carreras consecutivas sin puntuar con ninguno de sus coches. Solo ellos y Sauber arrastran esta racha tan terrible. En Barcelona no habrá ninguna mejora, según nos cuentan en el equipo, así que el panorama no puede ser más desalentador. No me extraña que Fernando cuando le preguntaron en parrilla donde le gustaría terminar la carrera dijese: "Primero en Australia 2026".

Jasikevicius vuelve a hacer al Fenerbahçe rey de Europa

Jasikevicius vuelve a hacer al Fenerbahçe rey de Europa

Ocho años después vuelve a ser campeón de Europa el Fenerbahçe, el primer equipo turco que reinó, de Zeljko Obradovic a Sarunas Jasikevicius, el pupilo aventajado. Tuvo que ser a la sexta del técnico lituano, como maldito en las Final Four, ahora todopoderoso. Derrotó al Mónaco de Spanoulis tras un último cuarto con la determinación de los que no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad, Marko Guduric en modo héroe y Abu Dabi como extraño e inédito escenario. [70-81: Narración y estadísticas]

Lloraba Jasikevicius, tanta frustración pasada con el Barça, en el Etihad Arena. Rugían las tribunas amarillas y por el fondo se marchaba el perdedor, el que fue su compañero, otro tipo que será mago de los banquillos. Spanoulis era debutante en la cita y estuvo tan cerca como años atrás Saras, todos hijos de Zeljko. Fue una final de nervio e igualdad, resuelta por una recta de meta en la que la experiencia resultó determinante. Un mal comienzo del acto final, más de cuatro minutos sin anotar, le costó la vida a Mike James y compañía.

Que habían avanzado con solvencia toda la tarde, especialmente al comienzo. Porque los focos no estaban sólo en los banquillos. Había en el Etihad Arena tipos dispuestos a adueñarse de toda una final de la Euroliga. Bien lo sabe Mike James, a sus casi 35 años, uno de los talentos más grandes que jamás conoció la competición, dispuesto a levantar el trofeo por primera vez. De ahí la salida fulgurante del Mónaco, el nuevo rico por el que pocos daban un duro como campeón.

Devon Hall, defendido por Diallo, durante la final.

Devon Hall, defendido por Diallo, durante la final.FADEL SENNAAFP

Era el año de los griegos, decían. O del Fenerbahçe. Proyectos de puro lujo, sin un resquicio en sus plantillas. Pero la Roca Team, un recién llegado como quien dice (en los 70 llegó a disputar la Copa Korac, pero no volvió a la primera francesa hasta 2015), ya sobrevivió a un tiro final de Kevin Punter en cuartos. El invitado sorpresa que dominó el primer acto de toda una final, cuatro triples de cinco intentos, sin rastro de la presión del escenario. Más lejos todavía en el segundo cuarto, con el poderío de Alpha Diallo y los rebotes de Jaiteh. Justo ahí (32-23 tras un 12-2 de parcial), despertó el Fenerbahçe.

Devolvió el parcial (1-12) y cerró la primera mitad adueñándose de las sensaciones. El martillo de Hayes-Davis (nombrado MVP de la final, 23 puntos, 14 tiros libres sin fallo) y dos acciones de físico y talento de Devon Hall para que las tribunas, repletas del amarillo de los turcos, estallaran.

Guduric celebra una de las canastas clave, en la final ante el Mónaco.

Guduric celebra una de las canastas clave, en la final ante el Mónaco.RYAN LIMEFE

Después del descanso acudió un precioso intercambio y más igualdad. Ya Guduric había asomado, pero nadie parecía quebrarse. Y, sin embargo, cuando el Fenerbahçe intuyó la presa, ya no la soltó. Amaneció en el parcial final con un triple de Baldwin, con un dos más uno de McCollum. Una ventaja a su favor que por primera vez se disparaba. Intentó reaccionar el Mónaco, aunque Diallo, su mejor hombre, había sido eliminado por faltas. Y ahí estaba Guduric, un canastón, otro triple de Hall. Cada vez más cerca de Estambul la gloria. El último intento monegasco lo resolvió, quién si no, Guduric.

Es la segunda Euroliga en la historia del Fenerbahçe, con la que iguala al Efes, la cuarta de un equipo turco en las últimas ocho ediciones. Es la Euroliga de Jasikevicius, que une su nombre a leyendas. Sólo Lolo Sainz (Real Madrid), Armenak Alachachian (CSKA), Svetislav Pesic (Bosna y Barça) y el propio Saras saben los que es ganar la Copa de Europa como jugador y como entrenador.

El Levante regresa a Primera tres años después tras vencer al Burgos con una remontada

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 21:47

El Levante es un club al que siempre le acompaña la agonía. Unas veces depara tristezas y les arrebata un ascenso con un penalti en el último minuto de una prórroga que les coloca al borde del abismo económico. Justamente en esa resiliencia encuentran las fuerzas para pelear un ascenso que llegó casi una redención por la crueldad vivida. El fútbol le mostró la cara amable en El Plantío, aunque no fue fácil. Tuvo que remontar un partido que el Burgos le puso cuesta arriba de inicio con un gol de Fer Niño, un penalti fallado, y el empate de José Luis Morales revisado por el VAR, y el segundo de Niño que les dejaba lejos de Primera

La derrota era un varapalo, pero tampoco valía el empate mirando que de los perseguidores sólo el Mirandés, con un empate ante el Almería, flaqueaba. Tenían que ganar, y empezaron por empatar con un tanto de Brugué. Quedaban cinco minutos y un añadido largo del que tenían que aprovecharse. "Habíamos buscado el empate hasta con Morales de lateral", confesaba el técnico Julián Calero. Llegó para obrar el milagro y superó todas las presiones y obstáculos posibles. "Decían que en el Levante nunca pasan cosas buenas y sí que pasan. Me jugué un órdago y salió", confesa feliz.

Hubiera tenido que sufrir una semana más si en el minuto 90+7 no hubiera aparecido el desparpajo de un jugador diferencial para el Levante esta temporada. Carlos Álvarez, menudo, rápido y habilidoso como ninguno, recibió un balón del Comandante Morales, lo condujo por toda la frontal del área hasta crearse el hueco por donde soltar un zurdazo que ponía el 2-3 en el marcador y al Levante en Primera. Aquel jugador al que no le vieron acomodo en el Sevilla ha resultado ser brillante vistiendo la camiseta granota.

A este equipo joven lo guiaron jugadores con veteranía como el portero Andrés Fernández o dos granotas de corazón como Vicente Iborra y Morales, que bajaron a Segunda para impulsarlo.

Iborra, llevado en volandas por los aficionados granotas en Burgos.

Iborra, llevado en volandas por los aficionados granotas en Burgos.efe

Vuelve el Levante a Primera y lo podrá celebrar ante el Eibar después una temporada convulsa con muchas apreturas económicas. José Danvila se convirtió en máximo accionistas después de que el Alavés, en el minuto 129 del play off les dejara sin acenso con un penalti, y ha batallado buscando la viabilidad del club que ahora se aclara. "Teníamos un plan a tres y cinco años que se ha materializado en dos. Se ha acelerado. Yo iba a los acreedores a decirles que confiaran en mí, porque yo había puesto mi dinero e íbamos a salir. Y lo hechos hecho", confesaba en las entrañas del estadio burgalense.

Para Danvila, Calero ha sido clave. "Hicimos una muy buena elección de entrenador, que sabíamos que iba a sacar lo mejor de esta plantilla joven. Le dimos chocolate para que lo convirtiera en oro y lo ha logrado", confesó.

Calero une su nombre al de ilustres como Manolo Preciado, Mané, Muñiz o Luis García, pero a mitad de temporada tuvo que remodelar su cuerpo técnico y prescindir del segundo entrenador porque el bolsillo levantinista no daba para más.

El club vendió en enero al lateral Andrés García al Aston Villa por 10 millones y a Fabrício Santos al EC Vitória de Brasil por 600.000 euros para poder hacer frente a los compromisos de tesorería y pagar las nóminas, y comprometió la del georgiano Giorgi Kochorashvili (5,5 millones) al Sporting de Portugal, al que se incorporará el 1 de julio. Era la única forma de sacar del atolladero al equipo mientras el club reducía sus gastos en 15 millones y tuvo que despedir a más de una veintena de trabajadores.

Los ingresos de televisión, que aumentan en Primera hasta lo 40 o 50 millones, le servirán para sobrellevar unas cuentas que la temporada pasada arrojaron pérdidas por valor 12,9 millones de euros, lo que elevó la deuda a 101,4 millones de euros.

Gracias por todo, Rafa. Gracias por tanto

Gracias por todo, Rafa. Gracias por tanto

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 19:46

El hombre que este domingo fue homenajeado en Roland Garros hace tiempo que se convirtió en un modelo inmejorable, en la referencia, no sólo para muchísimos aficionados al tenis sino también para quienes trabajamos desde los márgenes de la cancha. Si algún jugador encarna la palabra resiliencia, ése es Rafael Nadal, quien fue capaz de perseverar en su patrón de juego y en su actitud sin perder nunca la esencia hasta ganar en 14 ocasiones el torneo. El tenista español se las ingenió siempre para resolver los distintos problemas que le surgieron en su triunfal travesía por el templo de la arcilla.

Todo lo hizo simple, aunque ni mucho menos lo fuese. Un desfile de rivales con distintas cualidades y características, pelotas que cambiaron cada cierto tiempo, como las condiciones climatológicas y su propio estado físico, que en bastantes ocasiones se convirtió en un nuevo desafío al que hacer frente. Sus formidables cualidades técnicas podían verse superadas por algunos (pocos), oponentes, pero no así su capacidad de adaptación y una actitud donde nunca cupo la queja sino que prevaleció la inteligencia para poner los medios que le ayudasen a salir ganador.

Nadal fue el competidor por naturaleza, un tenista único. Su carácter insaciable le animó a seguir hasta que ya no le acompañaron las fuerzas. Él nunca se detuvo. Ganó, ganó y ganó con la dedicación diaria de un artesano, de quien no piensa en la cosecha ya lograda ni en la que pueda estar por llegar sino en el puro deleite de esmerarse en ser mejor cada día y con ello poder optar a nuevos logros a través del humilde perfeccionamiento de sí mismo.

Constante aprendizaje

Él transformaba las excusas a menudo esgrimidas por algunos de sus colegas en motivos constantes para la superación. No caía en lamentos sobre asuntos que estaban fuera de su alcance sino que se afanaba en vigilar aquellos que podían estar bajo su control. No perdía tiempo en enfadarse. Tuve la fortuna de conocerle cuando era un muchacho. Ya entonces sin perder detalle, en un afán de aprendizaje constante que figura entre sus principales virtudes. Seguía aprendiendo cuando daba la impresión de que ya nos lo había enseñado todo.

París, donde ya habían dejado su rúbrica grandes jugadores españoles, le miró con cierto recelo cuando empezó. Para el público local, anhelante del triunfo de uno de los suyos, resultaba duro asumir que el relevo de los SergiBruguera, CarlosMoyà, Albert Costa o Juan CarlosFerrero lo iba a tomar otro tenista del país vecino. Con el paso de los años, y de los reiterados triunfos, incluso los más renuentes a aceptar la rotunda evidencia acabaron por dispensarle el reconocimiento y la admiración que se ganó como ningún otro. Antes del emocionante tributo que se le rindió en su Philippe-Chatrier, ya fue uno de los elegidos para llevar la antorcha olímpica en los Juegos de París del pasado año. Desde un territorio que se adaptaba como anillo al dedo a su forma de jugar se proyectó sin las habituales reservas de los tenistas españoles a una superficie más hostil, como es la hierba. También en Wimbledon, lejos de su hábitat natural, protagonizó gestas inolvidables, como lo hizo en Melbourne y Nueva York, logros sólo al alcance de quienes crean su particular y exclusiva estirpe.

Gracias por todo, Rafa. Gracias por tanto.

Luka Doncic presencia en primera fila las lágrimas del descenso del Granada

Luka Doncic presencia en primera fila las lágrimas del descenso del Granada

Luka Doncic hizo bajar del palco a Florentino Pérez. No es para menos. En primera fila del Palacio, sentado entre el presidente del Real Madrid y su amigo esloveno Luka Rupnik (tras el descanso ya subieron al palco), la estrella de los Lakers se dio un inesperado baño de multitudes en la que fuera su casa y, de paso, fue testigo de la parte más cruel del deporte: el triunfo blanco, el 21 seguido en ACB (el 26º de carrerilla en casa), supuso el descenso matemático del Covirán Granada.

A falta de una jornada, los de Pablo Pin han certificado su retorno, cuatro años después, a lo que ahora se llama Primera FEB (antes, LEB Oro), acompañando al Leyma Coruña. Pelearon el partido en el Palacio como llevan haciendo todo el curso en ACB, con amor propio. Pero no fue suficiente ante un Madrid sin Dzanan Musa ni Gaby Deck y sin Final Four, que toma temperatura para unos playoffs en los que le va la temporada. Mario Hezonja (21 puntos) y Edy Tavares (11 puntos y 10 rebotes) fueron demasiado para el colectivo nazarí, que no pudo contener las lágrimas.

El Real Madrid mira ya a los cuartos de final. Ahí, en primera ronda se las verá contra el Baskonia de Pablo Laso, y se juega evitar lo que no recuerda, una temporada sin títulos. De momento, sigue sin perder en todo el año en Liga, exactamente desde el 22 de diciembre en su visita al Valencia. El Barça, que también ganó, se cruzará con el Unicaja sin factor cancha.

Roland Garros regala a Nadal la despedida que le faltaba: “Me habéis hecho sentir como si fuera francés”

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 19:51

Vendrán otros tiempos, las vidas se vivirán de otra manera y quedará el recuerdo del ser humano que fue Dios en la tierra, en la tierra batida. Cada día se hace historia en el deporte y hay mucho de hipérbole, más de tópico, pero aparece Rafa Nadal en la Philippe Chatrier y pensar en el futuro es inevitable. ¿Su figura se difuminará cuando pasen las décadas? Parece imposible. En el 20 aniversario de su debut, este domingo, Roland Garros, uno de los cuatro torneos más importantes del planeta, se rindió a los pies del tenista que lo dominó hasta en 14 ocasiones.

Desde la presentación del 'speaker' Marc Maury hasta su salida con su hijo Rafa Jr. a hombros, hubo 48 minutos de honores al español allí donde fue cuestionado durante un tiempo, odiado alguna vez y querido finalmente, amado hasta las trancas. Como ya demostró el año pasado en su último partido, el público francés ha acabado abrazando a Nadal como si fuera propio porque al fin y al cabo es propio; la leyenda que se construyó sobre su arcilla.

Primero, discurso; después sorpresas

El acto empezó con una ovación, como no podía ser otra manera. Los aficionados presentes se vistieron con camisetas marrón tierra batida que había repartido la organización por las gradas -con el emblema ‘Merci, Rafa’ en la pechera- y todos se pusieron en pie para aplaudir durante más de cinco minutos la entrada de Nadal a la pista. Entonces cayeron sus primeras lágrimas, pero habría más.

En un largo discurso, el ex tenista agradeció su apoyo a la afición -en francés-, sus amigos, a sus patrocinadores y a su familia con momentos realmente curioso. Hubo mención especial para su tío Toni, hubo broma a sus primos -"a vosotros no os agradezco nada", se perdió la página con el discurso dirigido a su mujer Mery -"no pasa nada, no necesito la página"- y hubo un sentido recuerdo a sus abuelos fallecidos. En todas las paradas Nadal estuvo a borde del llanto, pero aguantó hasta el cierre. "Me habéis hecho sentir como si fuera francés. Aquí dejó mi corazón y mi alma", finalizó en francés dirigéndose al público, nuevamente conmovido.

Después llegaron las sorpresas de la organización. Primero aparecieron los recogepelotas para aplaudirle, luego todos los responsables del torneos con la misma misión y las gradas se vinieron abajo con el anuncio de sus rivales. Todos los presentes sabían que aparecerían Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray -incluido el propio Nadal-, pero igualmente fue un instante precioso. Después de tanto, después de todo, los cuatro ahí, en la pista, trajeados, repartiéndose abrazos y bromas. "Hemos demostrado que podemos ser amigos pese a ser rivales", proclamó Nadal, que al final recibió un trofeo único y un último honor: una placa con su pisada quedará para siempre en la Philippe Chatrier. En el cierre, el homenajeado dio una última vuelta de honor y se marchó con su hijo en brazos.

La presencia de Gasol o Alcaraz

¿Fue el mejor homenaje posible ? Dirá cada uno. Fue emocionante, fue bonito y fue "sencillo", como él mismo había reclamado a la organización. Desde que le propusieron el acto el pasado diciembre en una visita a su casa en Mallorca, el español había pedido poca fanfarria y apenas hubo. Con toda su familia presente, Nadal sintió el amor de la afición francesa, de familiares, de amigos como Pau Gasol y Carlos Alcaraz y hasta del cielo, que quiso brillar después de horas de lluvia.

París, no hay que olvidarlo, no lo hizo Nadal en su discurso, ya hizo le hizo el mejor homenaje posible concediéndole el último relevo de la antorcha en sus Juegos Olímpicos. Sólo faltaba el tributo de la Philippe Chatrier y fue como tenía que ser. Vendrán otros tiempos, las vidas se vivirán de otra manera y quedará para siempre la historia de Rafa Nadal en Roland Garros, Historia en mayúsculas.

Fernando Alonso rechaza hablar de mala suerte en Mónaco: “El motor no estaba bien preparado”

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 18:54

El motor, suministrado por Mercedes, falló a Fernando Alonso en la pista del Mundial donde menos cuenta la potencia. Fue su primera rotura en 54 carreras con Aston Martin, que no sufría un abandono por un problema en su motor desde el GP de Arabia Saudí 2023, con Lance Stroll. Sin embargo, Alonso no quiso hablar de mala suerte en Mónaco. "El motor no estaba bien preparado y no pudimos terminar la carrera. Investigaremos para asegurarnos de que no nos vuelva a suceder", apuntó el bicampeón.

"Sentí el problema desde la vuelta 15, así que no tenía mucha potencia. Pensé que podríamos aguantar porque adelantar es muy difícil aquí, pero por desgracia no ha sido así", valoró Alonso, que acumula ya ocho carreras consecutivas fuera de los puntos, superando sus peores registros de 2015 y 2017 con McLaren.

Las carencias del propulsor se hacían patentes en plena recta de meta, donde perdía terreno sin remedio. Además, a la salida de la Nouvelle Chicane, el monoplaza verde tampoco encontraba tracción. "Me quedé sin la parte eléctrica, así que me faltaban 160 CV", cuantificó el bicampeón. Alonso no dejaba una carrera antes de tiempo por problemas de motor desde el GP de México 2022. En el global de la estadística acumula 80 abandonos a lo largo de 21 temporadas (19,6%).

Sólo mejor que Bortoleto

Según admitió ante los periodistas, el déficit de potencia trajo a su memoria el GP de Mónaco 2018, cuando Daniel Ricciardo, aun privado del MGU-K, contuvo a Sebastian Vettel para alzarse con la victoria. Sin embargo, la avería fue agravándose hasta que en la vuelta 35 tuvo que buscar un hueco para detener el coche en la Rascasse.

La estampa de Alonso, cabizbajo por el pit-lane, compendia un funesto inicio de Mundial. Tras los cuatro puntos sumados por Liam Lawson en el Principado, el balance del español en ocho carreras sólo es mejor que el de Gabriel Bortoleto.

"¿Por qué hemos parado?"

"Hemos perdido otra gran oportunidad de sumar buenos puntos", dijo en referencia a su sexto puesto en la parrilla, justo por detrás de Isack Hadjar. Stroll, que partía penúltimo, mejoró cuatro posiciones en la meta, aunque nada pudo hacer frente a Bortoleto. Y eso que el rookie brasileño había estrellado su Sauber en la primera vuelta contra los guardarraíles de Portier.

Si Alonso quiso sacar de su análisis cualquier referencia a la suerte fue también porque antes ya había cuestionado la estrategia de su equipo. "¿Por qué hemos parado? Es un misterio", deslizó por radio tras el pit-stop en la vuelta 15. En ese momento rodaba quinto con los neumáticos duros y unos cronos muy similares a Lando Norris o Charles Leclerc.

El español Carlos Verona vence en la primera gran etapa de montaña del Giro

El español Carlos Verona vence en la primera gran etapa de montaña del Giro

Carlos Verona se exhibió en la primera gran etapa de montaña de este Giro de Italia que habla español como nunca. El corredor de San Lorenzo del Escorial aprovechó el marcaje de los favoritos para fugarse a falta de 41 kilómetros para la meta y anotarse la victoria más importante de su trayectoria. En una vibrante etapa pre alpina, con el ascenso al coloso Monte Grappa, el madrileño acaparó protagonismo en una cita en la que Isaac del Toro defendió magistralmente su liderato. Primoz Roglic cedió un minuto y medio con los primeros de la clasificación general.

Premio merecido para Verona, un corredor de 32 años que siempre ha tenido que sacrificarse para sus jefes, antes en el Movistar y ahora el Lidl. Este domingo, tras el abandono de su compañero Giulio Ciccone y sin opciones para MadsPedersen, el español tuvo libertad de movimientos. Se marchó del grupo de los mejores antes de la penúltima subida de la jornada y supo mantener la distancia necesaria para presentarse en la meta de Asiago con sólo 22 segundos de ventaja sobre el alemán Florian Stork, poco tiempo pero suficiente para encumbrar un supremo esfuerzo de tesón.

La de Carlos Verona es la segunda victoria española en el Giro, la anterior la cosechó Juan Ayuso, en la séptima etapa, con final en Tagliacozzo.

Un día inolvidable para Verona, en una etapa inmensa, la primera gran cita de alta montaña, distinguida por la presencia del Monte Grappa, que acoge el osario de la Patria, una pirámide de círculos, coronada por una inmensa cruz, alberga los restos de más de 12.000 soldados caídos en la Primera Guerra Mundial. Un tributo a la resistencia y a la defensa de los ideales. Un escenario icónico que este domingo visitó este Giro de pugnas fratricidas. Una ascensión de 25 kilómetros interminables. Ahí, donde muchos especialistas aseguraban que realmente comenzaba el Giro, como si las caídas, cortes y bonificaciones ya conocidas fueran intranscendentes.

Arrancó nerviosa la jornada, con una macro fuga de una treintena integrantes, entre ellos, Frigo, Conci, Vacek, De Pettro, Fortunato, Einer Rubio y gregarios de Roglic (Daniel Felipe Martínez y Pellizari) y Ayuso (Igor Arrieta), que se presentaron en la falda del Monte Grappa con 3.47 minutos de renta sobre el pelotón, gobernado por el UAE de Isaac del Toro, a 100 kilómetros de la meta de Asiago.

A falta de seis kilómetros para la cima de la montaña sagrada, Ayuso sufrió una avería mecánica y se vio obligado a cambiar de bicicleta. El español quedó descolgado del grupo y en el momento en el que regresó a la cabeza, el Ineos de Bernal aceleró la marcha. El colombiano atacó a dos kilómetros de la cumbre y a su estela se pegaron Carapaz y Del Toro. El Giro de los hispanohablantes. Luego se unieron Arensman (compañero de Bernal) y Gee. Los selectos aventureros hollaron el Monte Grappa, encapotado por la niebla, un minuto después del grupo de escapados (comandados por Fortunato), pero con 20 segundos de ventaja sobre Ayuso, Yates, Roglic, Tiberi y el resto de favoritos, una renta que fue neutralizada en el largo descenso gracias a la labor del equipo UAE, que nunca perdió la calma con el envite de Bernal.

Las escaramuzas de corredores inquietos (Bardet, Bilbao, Fiorelli..) continuaron camino de Dori, una subida de 16,4 kilómetros. El madrileño Verona, a 41 kilómetros de la llegada, tomó la iniciativa y logró una renta superior a los cuatro minutos antes de afrontar la subida de segunda categoría.

En un ejercicio agónico, Verona supo mantener la distancia con los italianos Garofoli y Zana. Mientras tanto, por atrás Carapaz, Bernal y Yates intentaron inquietar a Del Toro, pero sin éxito. El mexicano, atentísimo, controló las situaciones con una asombrosa facilidad. Ayuso, siempre a la expectativa. En esta pugna entre los grandes resultó perjudicado Roglic, que al final cedió 1.30 minutos respecto al líder.

Sufría el esloveno y disfruta como nunca Carlos Verona. Segunda victoria profesional para el madrileño, la anterior fue una etapa del Criterium Dauphiné de 2022. ''Estoy mu contento, nunca pensé que podría haber ganado un etapa, porque acudí al Giro con el rol de ayudar a Ciccone, pero tras su retirada todo cambió'', dijo el español, que preparó el Giro en dos concentraciones en altitud, una en Sierra Nevada y otra en Andorra

Una bella etapa que precedió al descanso de este lunes y al inicio del tercera semana de la Corsa Rosa, con la presencia de colosos montañosos que sentenciarán la carrera. El martes, la etapa con más desnivel (5.000 metros) y final en la cima en Brentonico; el miércoles, con el puerto del Mortirolo en la mitad de la etapa; el jueves, con las ascensiones a tres puertos de 16 kilómetros cada uno de ellos, y el viernes, con el brutal tramo de tierra de la Finestre y final en la estación de Sestriere.