Ancelotti, la "parte triste del fútbol" y su futuro tras la debacle ante el Arsenal: "No lo sé... Y no quiero saberlo"

Ancelotti, la “parte triste del fútbol” y su futuro tras la debacle ante el Arsenal: “No lo sé… Y no quiero saberlo”

"Esta es la otra parte del fútbol...". Carlo Ancelotti fue de más a menos en la rueda de prensa posterior a la eliminación del Real Madrid en la Champions League. La dialéctica del italiano en el inicio de la comparecencia se transformó en contundencia y brevedad según se iban acumulando las preguntas sobre su micrófono. Así es la vida y la exigencia en el banquillo del conjunto blanco, donde un año eres campeón de Europa y al siguiente todo quema.

Así es también la historia del Madrid y pocos la conocen tanto como Carletto, que caminó hacia la sala de prensa del Bernabéu consciente de lo que se le venía encima. Su Madrid tuvo "corazón" por momentos, "cojones" durante algunos instantes y "cabeza" en pocos minutos, tres palabras que había repetido en la previa, mentando a Carlos Alcaraz, para impulsar los argumentos de su plantilla.

Pero ante el Arsenal, entrenador y futbolistas se mostraron impotentes. Sin fútbol ni ideas para contrarrestar la sólida defensa 'gunner'. Un punto de inflexión muy claro en la etapa del italiano al mando del Madrid. Las preguntas, duras, eran también obvias.

En sus primeras palabras, Ancelotti intentó reflexionar sobre la felicidad y la tristeza del deporte, sobre que no se puede ganar siempre, sobre la importancia de recomponerse en los malos momentos... Pero claro, esto es el Madrid.

"Es una decepción, pero es la otra parte del fútbol. Hay una parte feliz, que la vivimos el año pasado, y la parte triste que vivimos ahora. Ahora tenemos que manejar la parte triste, debemos hacerlo porque tenemos tres competiciones por delante, la Liga, la Copa y el Mundial de Clubes", contestó Ancelotti en la primera respuesta.

"Hay que aceptarlo, el Arsenal ha sido mejor. Hay que ser honestos y aceptar los palos que nos llegan, es lo que he dicho a los jugadores. Que tengan la cabeza alta, que hay que aguantar y sufrir, que no ha sido como otros años, que no existen equipos invencibles. Si bajan los brazos o no están motivados para los próximos partidos significa que no habrán gestionado bien este momento triste", explicó.

El futuro

Pero esa argumentación no sirve en todos los estadios ni en todos los clubes. Y seguro que no sirve en un Bernabéu acostumbrado a la gloria, a pisar, como mínimo, la semifinal continental durante las últimas cuatro temporadas. Y no servirá con un segundo puesto en Liga, situación que tiene ahora, y una Copa pendiente de su final ante el Barcelona.

Y ahí, en plena reflexión, le cayó la gran pregunta: el futuro, su futuro. "No sé... Y no quiero saberlo. Puede pasar que el club decida cambiar. No hay problema. Lo que está claro es que el día que termine aquí sólo haré una cosa, agradecer a este club. Puede ser mañana, dentro de un mes o dentro de un año, porque si el contrato se acaba o no a mí ahora me da igual", clamó.

Y siguió apagando fuegos. "Si alguien considera que soy el único culpable no me cambia nada". "No lo he pensado", contestó en la siguiente, cuestionado sobre si ve que es el entrenador adecuado para el equipo. "¿Cómo voy a responder ahora a eso?", respondió más tarde a una pregunta sobre su contrato y el Mundial de Clubes.

43 centros

Y al final, un contundente "no" a si cambiaría algo de la eliminatoria. La respuesta habrá que cogerla con pinzas, porque los datos explican que el Madrid cometió errores tanto en Londres como en el Bernabéu, una circunstancia en la que sí insistió Courtois. "Quizás deberíamos haber lanzado menos centros y haber hecho otras cosas", dijo el belga, muy crítico con el equipo.

El conjunto blanco realizó 43 centros, la inmensa mayoría despejados por la defensa británica sin que Mbappé, Bellingham, Endrick o incluso Rüdiger, delantero durante varios momentos del duelo, pudieran rematar. "No teníamos a Joselu", dijo el portero.

El desaire de FIFA, la 'guerra' en España y el tiempo efectivo: los árbitros españoles, en entredicho

El desaire de FIFA, la ‘guerra’ en España y el tiempo efectivo: los árbitros españoles, en entredicho

El 5 de febrero, la Real Federación Española de Fútbol comunicaba en su página web que España e Italia eran los únicos países que tenían cinco árbitros en el grupo Élite de UEFA. Dos meses después, la FIFA decidía no contar con ningún colegiado de campo, ni español ni transalpino, para el Mundial de clubes de este verano y que lleva varios años planificando. Desde el CTA no saben si esto se debe a un "castigo o una advertencia" o es que simplemente "no lo han visto oportuno". No obstante, explican a EL MUNDO que Jesús Gil Manzano y José María Sánchez Martínez estuvieron hasta el final en el seminario que realizó la FIFA en la sede de Zúrich.

Lo cierto es que España sí está representada entre los colegiados seleccionados para ejercer el videoarbitraje. No sólo representada, sino que son dos los árbitros elegidos, Carlos del Cerro Grande y Alejandro Hernández Hernández. Italia cuenta con uno en la misma labor. Desde el estamento arbitral mantienen que la FIFA es un organismo con muchas federaciones y se ha intentado que la mayor parte acuda a esa cita y que la presencia en la sala VOR es un reconocimiento al esfuerzo realizado con esta controvertida herramienta.

No obstante, esa discusión en España trasciende a la labor desempeñada desde las Rozas. El trabajo de los colegiados ha sido muy controvertido esta temporada, especialmente desde el duro comunicado del Real Madrid en el que cuestionó la integridad del colectivo. Comunicado no secundado por otros equipos, pero que muchos de ellos, a posteriori, han presentado quejas individuales desde el mismo canal cuando ciertas decisiones les han perjudicado, como ha sucedido con Alavés, Real Sociedad o Espanyol, entre otros.

Puede que esa polémica, con el caso Negreira aún en el imaginario desde que estallara en febrero de 2023, haya traspasado al órgano regidor del fútbol mundial que cuenta, curiosamente, con dos italianos al frente del arbitraje, Pierluigi Collina, como presidente de la Comisión de Árbitros, y Massimo Busacca, director de la Subdivisión de Arbitraje. Aunque en esta vuelta de cuartos de la Champions haya habido un italiano y un español, Sánchez Martínez, en el campo, en los duelos Borussia Dortmund-Barcelona y Aston Villa-PSG, respectivamente. Sin embargo, para el Mundial de clubes, habrá 11 trencillas europeos, aunque sin españoles.

No se cuestiona el arbitraje de los colegiados españoles en el ámbito de las competiciones de clubes organizadas por la UEFA. Hay cuatro que han representado a España, tanto en la Champions como en la Europa League o la Conference League, y sus actuaciones no han suscitado los recelos que han alcanzado en las competiciones domésticas.

Tiempo efectivo

Y es que hay datos que no dejan en buen lugar el desarrollo de los encuentros por parte de los trencillas españoles. En lo que respecta al tiempo efectivo, en la Champions, por ejemplo, es la competición en la que más se permite jugar sin interrupciones, con casi 60 minutos según un informe reciente de Opta. Sin embargo, de las cinco grandes ligas, la española es la que más parones registra, lo que dificulta el desarrollo del juego. Así, Inglaterra lidera la clasificación, con 58.15 minutos; Francia es segunda, con 57.33, y Alemania, tercera, con 57.19. España se sitúa por detrás de los 55.29 de Italia, con sus 55.06, aunque ha aumentado en 90 segundos en un año.

Respecto a las tarjetas, sin embargo, la Liga no destaca especialmente. El Chelsea, equipo de la Premier, es el club que lidera la estadística con 89 amonestaciones. A los londinenses les sigue de cerca Las Palmas, con 88, y luego estarían el Augsburgo, con 77, y el Montpellier, con 74. Eso sí, el equipo inglés suma una jornada más que la Liga, por ejemplo, y tres que la competición alemana o la francesa.

Más allá de las explicaciones que se puedan buscar respecto a la labor de los árbitros españoles, el CTA cree que "no es bueno" no disponer de ningún colegiado de campo en una cita tan importante como el Mundial de Clubes y que, pese a ser una cita de menor importancia que una de selecciones, todos los países quieren estar representados en un torneo que se disputará en Estados Unidos desde el 15 de junio al 13 de julio.

El rey de Europa ha muerto, ¡viva el rey!

El rey de Europa ha muerto, ¡viva el rey!

Gracias a Ancelotti y a Florentino Pérez, el Madrid se ha convertido en un equipo perdedor. ¿Por qué? Porque el italiano es el colmo de la desfachatez y porque el presidente ha planificado una plantilla coja, sin defensas, sin centrocampistas y también porque no tomó la decisión de echar al entrenador transalpino cuando el Barcelona le metió cuatro.

Por lo tanto, el cincuenta y cinco por cierto de la culpa es del nefasto italiano y el cuarenta y cinco por ciento de Pérez, por no fichar a nadie, en puestos claves de la plantilla. Han creado un pequeño Frankestein, incapaz de ganar un sólo partido.

Florentino se va a quedar, porque es el presidente ideal del Madrid, pero se ha equivocado al no ayudar con una plantilla coherente, sin defensas tras las graves lesiones de Carvajal y Militao. Tampoco ha fichado un sólo centrocampista, cuando el Madrid necesitaba dos.

Lo ha fiado todo al "fenómeno" Mbappé y ha hecho trizas a la estrella, que se se perdió en el espacio sideral, con un equipo malo estratégicamente. Este partido ha traicionado los millones que se han gastado en el francés.

No obstante, el galo hizo un partido mediocre, atrapado en ese cubículo de delantero centro, que jamás será su puesto, por culpa de un Vinicius al que se le puede unir a Rodrygo como malabaristas acabados.

Jugar con esos brasileños es hacerlo con dos menos. Poco sirvió el maravilloso orgullo de los futbolistas que jugaron hasta la extenuación ya que quedó la imagen de un ejercito herido, sin gol, sin suerte y bajo una presunta conspiración de la UEFA.

Dos jugadas claves del partido, el VAR las manipuló en favor del Arsenal, rectificando al árbitro francés, convidado de piedra. No pitó penalti de Asencio y sí vió el de Rice, que sujetó a Mbappé, pero fue corregido. No es normal que se tardaran cerca de ocho minutos para decir que no había falta del bronco mediocampista británico, cuando era más que evidente. El VAR enmendó las decisiones del colegiado. Cuanto menos, sospechoso.

He dejado para el final el mezquino triunfo del Arsenal, que hizo un partido infame, replegado como un cordero, con una línea de hasta siete defensas. No parecía un equipo de la Premier. Francamente, el Arsenal será un polichinela en mano de Luis Enrique.

Pero el rey de Europa ha muerto.¡Viva el rey!

El tributo de Arteta a Wenger y su llamada a Guardiola en la previa: "Si estoy aquí es gracias a él"

El tributo de Arteta a Wenger y su llamada a Guardiola en la previa: “Si estoy aquí es gracias a él”

El Arsenal no sólo cerró de forma concluyente su pase a las semifinales, sino que prolongó su formidable racha ante el Real Madrid, ante quien aún no ha perdido en la Champions. Tres victorias y un empate. El pequeño homenaje de Mikel Arteta a Arsene Wenger, que dio el primer paso con un 0-1 en febrero de 2006. La leyenda gunner cuenta ahora con un digno sucesor en Declan Rice, autor de un colosal partido. El mediocentro fue el símbolo de la fortaleza y el carácter de un equipo que iguala su mejor racha a domicilio en la Champions. La última vez que el Arsenal enlazó cuatro victorias europeas lejos de Londres fue precisamente con aquel golazo de Thierry Henry en el Bernabéu.

El último bofetón de Gabriel Martinelli al contragolpe definió la sexta derrota del Madrid en la Champions, el récord absoluto para los blancos, que hasta ayer contaban con las cinco de la campaña 2000-01. En cualquier caso, ni siquiera acierto postrero del brasileño pudo eclipsar el brillo de Rice. Infatigable en las ayudas a sus centrales, sólo falló uno de sus 27 pases (96%), participando en las mejores transiciones, ligeramente volcado en el perfil izquierdo. Su aplomo, en la acción del presunto penalti sobre Kylian Mbappé, terminó por convencer al VAR. Hubo doble recompensa para él, dado que el François Letexier le retiró la tarjeta amarilla y llegará limpio a las semifinales. "Soy un tipo honesto. A Mbappé y Lucas Vázquez les dije que no era penalti y que si admitiría le hubiese derribado, lo diría. Se tiró al suelo y estaba plenamente convencido de que lo anularía", ratificó el 41 en los micrófonos de TNT Sports.

La confianza de Rice guio a un Arsenal sin titubeos en Chamartín. Curiosamente, el único momento de zozobra llegó en el momento más propicio, con un penalti a favor donde las dudas de Martin Odegaard terminaron por afectar a Bukayo Saka. Después de nueve penaltis consecutivos convertidos, el internacional inglés erró ante Thibaut Courtois. Curiosamente se cumplían dos años exactos de su último fallo, ante Lukas Fabianski, durante el 2-2 en la visita al West Ham. Un revés para la estrella gunner, que luego pudo resarcirse con un clínica definición para el 0-1. En las últimas semanas, Saka en pleno proceso de renovación para ampliar un contrato que expira en 2027. Según recientes filtraciones, la última oferta asciende a 300.000 libras semanales, lo que le convertiría en el mejor pagado de la plantilla.

Aquel 0-0 ante Guardiola

De momento, ese privilegio corresponde a Kai Havertz y Gabriel Jesus, otros dos delanteros de un equipo que basa su fortaleza en la seguridad en torno a su área. Esta temporada, David Raya ha mantenido 18 veces el cero en su portería. Seis de ellas de Champions, donde sólo ha encajado siete goles en 12 partidos (0,58 de promedio). El pasado curso, Arteta causó notable asombro en la Premier tras un 0-0 frente al Manchester City. Escocido por sus resultados recientes en el Etihad, el Arsenal no tuvo el menor empacho aquel domingo en replegarse en torno a su guardameta. El espectáculo resultó soporífero, pero el técnico donostiarra no podía permitirse una novena derrota consecutiva en el feudo de su gran rival por el título.

Entonces, Pep Guardiola debió hacer frente a numerosas críticas por protegerse con tanto toque horizontal y por conformarse con un punto en mitad de la batalla con el Liverpool. En realidad, sus principios debían situarse en el lado contrario del espectro futbolístico. Arteta tomó buena nota de ellos a lo largo de las tres temporadas en las que ejerció como su primer ayudante (2016-2019). Hasta que tres días antes de la Navidad quiso aceptar una oferta del Arsenal.

Aquella propuesta podía interpretarse como un regalo envenenado. No sólo había que recuperar el pulso de un club en vía muerta tras el reciente fiasco de Unai Emery, sino de retomar la senda de Arsene Wenger. Cuando iba a cumplirse su primer año en el Emirates, apenas siete meses después de tocar la gloria con la FA Cup, el donostiarra vivió un momento crítico, con el equipo a cinco puntos del descenso tras sendas derrotas ante Everton y Burnley. A partir de entonces recondujo el rumbo para cerrar el curso con el título de la Copa de la Liga.

Arteta, satisfecho con sus futbolistas, en la zona técnica del Bernabéu.

Arteta, satisfecho con sus futbolistas, en la zona técnica del Bernabéu.AFP

Pese a los habituales comentarios en la prensa local, el vínculo entre Guardiola y Arteta se ha mantenido en algo más que la cordialidad. "Hablamos hace unos días y quería pedirle un consejo. Es importante aprender del mejor", reconoció horas antes del 3-0, su mejor momento en el Emirates. Incluso más especial que el 5-1 del pasado 2 de febrero ante el City, con una exhibición de juego ofensivo, certificado con goles de Myles Lewis-Skelly y Ethan Nwaneri, dos de sus talentos adolescentes. Por el momento, el balance sigue favorable para Guardiola, con ocho victorias en los 14 precedentes. Sin embargo, esta temporada Arteta también rubricó un 2-0 de prestigio ante el PSG de Luis Enrique. Precisamente su próximo adversario por el título.

Porque la última semifinal de Champions databa de 2009, cuando los gunners cayeron ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo y Wayne Rooney por un global de 4-1. Ahora todo se presenta más equilibrado, vista la fortaleza del Arsenal, que sólo ha perdido uno de sus últimos 16 partidos a domicilio en todas las competiciones, con ocho victorias y siete empates. "Es una de las mejores noches de mi carrera, sin duda. Fue muy especial, ante un equipo que ha sido una inspiración para muchos de nosotros. Podemos estar muy orgullosos de pasar del modo en que lo hicimos", finalizó Arteta.

Se encendieron las luces del antro: el Madrid está en peligro

Se encendieron las luces del antro: el Madrid está en peligro

La semana fue espantosa. El meme colectivo del "manicomio" convirtió al Real Madrid en el vecino. Lo que nunca debe ser. Todos somos un poco culpables, hasta los que nunca creímos y observamos la jugada como el sobrio mira a sus amigos borrachos en el antro. No les quitamos el vaso de la boca. No se planteó el partido desde la exigencia ni desde el cabreo por la infamia de Londres sino desde una festividad incomprensible. Como si el club se contentara con los aspavientos y el relato. Faltó dejar el techo abierto para poder cantar bajo la lluvia.

La afición perdonó preventivamente, lo que nunca ha solido hacer el Bernabéu. Entregado a cambio de nada, parece que ni el entrenador ni los jugadores sintieron la necesidad de ofrecer nada distinto a lo que han venido haciendo durante el año. Ni una idea, ni un plan de partido. Melonazos absurdos, sucesión de saques de esquina al primerísimo palo, desesperación acentuada por la locura enfermiza del dañino VAR. El mismo horror de siempre, con la misma propuesta desde el banquillo: ninguna. El primer tiro a puerta fue en el minuto 55. Todavía no había hecho Ancelotti ningún cambio.

Hizo tres de una tacada, incluidos Ceballos y Endrick, el único delantero centro de la plantilla. Le puso de extremo derecho. La revolución consistió en que los tres primeros ataques fueron tres centros a nadie, y el primero del Arsenal un golazo. El único que confió un poco fue Saliba, pero el Madrid recibió el regalo con pereza. No mordió porque no tenía hambre, ¿cómo se arregla eso? Si en el club dudaban hace un año entre cambiar al entrenador o a un puñado de jugadores, ahora tienen que hacer las dos cosas. Pudieron hacerlo antes: este fracaso también es culpa de su inacción.

Cuando acabó el partido los futbolistas se quedaron compadreando, de risas con el rival. Nunca creyeron. "El Bernabéu debería aplaudir al equipo", había sentenciado Maldini poco antes en la retransmisión. Debía tener feligreses en la grada: ni un amago de bronca. La indiferencia es el peor mal, el más difícil de erradicar. Nunca han mandado en el Madrid los maldinis, y ahora es el peor momento para que lo hagan. Se encendieron las luces del antro: el Real Madrid está en peligro.

El Madrid sucumbe a su impotencia y Ancelotti inicia el 'via crucis'

El Madrid sucumbe a su impotencia y Ancelotti inicia el ‘via crucis’

Quien no ha tenido una pareja o un amante que siempre llega tarde, que te desespera en la espera. Cien veces decides irte y cien veces decides quedarte, porque crees que el final de la noche será único. Cuando no acude, lo maldices, pero sabes que volverás al mismo lugar, con la misma excitación, en la siguiente cita. Esa pareja o amante es el Madrid. Lo saben todos los que formaron la larga procesión secular al Bernabéu, esperanzados en una remontada que esta vez no se produjo, porque la cita exigía pasión, claro, pero a las mejores pasiones las acompañan las caricias, y nadie del Madrid se las ofreció a la pelota. El Arsenal lo hizo lo justo, suficiente no sólo para pasar a semifinales de la Champions, también para ganar en el Bernabéu. El Jueves Santo no va a impedir las maldiciones, aunque el fútbol tenga querencia por las estaciones de la Semana Santa: martirio y resurrección. El creyente Ancelotti tiene difícil la segunda. Ha empezado su via crucis. [Narración y estadísticas (1-2)]

El entrenador había hablado, entre medias sonrisas, de la cabeza, el corazón y los cojones. La máxima de las cuatro C la acuñó Seve Ballesteros. Ancelotti se olvidó de citar la primera: la calidad. El Madrid no la encontró en ningún momento, como si esta vuelta de cuartos fuera la metáfora y la hipérbole, ambas a la vez, de la temporada. La sobreexcitación no ayudó. De hecho, el Madrid empezó el partido por el final. Necesitaba tres goles para igualar la eliminatoria, tres goles en 90 minutos, y escogió la montonera. Está bien algo de descontrol, pero si es para descontrolar al contrario en la salida de toriles, en un arranque a fuego. Pasado ese tiempo, es necesario el juego.

El problema no es que el Madrid no lo encontrara en el Bernabéu, es que prácticamente no lo ha hecho en toda la temporada. El choque fue el collage de todos sus problemas estructurales a los que Ancelotti no ha encontrado solución desde la marcha de Kroos. La entrada de Modric, tardía, no sirve de nada porque no es el mismo Modric, y porque el croata no siente ya la jerarquía de antaño. Ceballos pasa por el centro del campo como unos padres por la habitación de un adolescente. Pone las cosas en su sitio, nada más.

Demasiados centros

Esta eliminación, esta derrota y esta impotencia va a pesar sobre la figura del italiano, cuando al via crucis le quedan dos paradas decisivas: la final de Copa y el clásico en Montjuïc, ambas ante el Barcelona, con ventaja en la Liga. Después de haber perdido ya dos este curso ante los azulgrana, el mayor aliado del Madrid es la estadística, porque es difícil perder cuatro. Ese Barça necesitaba un estímulo nuevo en el vestuario la temporada pasada y lo encontró. A Florentino Pérez le corresponde reflexionar acerca de si lo necesita el Madrid, con todo el respeto por el entrenador que más títulos ha ganado en la institución. Difícil análisis.

Ancelotti optó por lo esperado, con Valverde en el centro del campo, aunque ello supusiera dar el lateral a Lucas Vázquez. Pese a sus lagunas defensivas, fue de los más activos en su despliegue ofensivo, aunque una vez en los tres cuartos, el Madrid abusó de los centros, frontales muchos de ellos y fáciles de defender para el Arsenal. Ni un balón comprometido tuvo que sacar Raya de la portería del Arsenal en todo el primer tiempo. Courtois, en cambio, detuvo un 'penaltito' cometido por Asencio, cantado como un gol en el coliseo blanco, a Saka, un Panenka confundido, y otro disparo cruzado de Martinelli tras una contra.

Poco más hicieron los de Arteta, a la espera de que pasaran los minutos frente a la frustración blanca. Es el equipo de la Premier menos goleado, el que mejor defiende. Se siente cómodo en esa situación. La impresión es que mostró menos de lo que tiene, porque no lo necesitó, en el aspecto ofensivo. En una de sus triangulaciones se encontraron Odegaard, Mikel Merino y Saka para elevar sobre Courtois y redimirse del penalti. El efecto psicológico, pasada la hora, lo emborronó el propio Arsenal, con un error de Saliba que ofreció el gol a Vini.

Los futbolistas del Arsenal festejan el 1-2 en el Bernabéu.

Los futbolistas del Arsenal festejan el 1-2 en el Bernabéu.EFE

Nada cambió, en realidad, porque no había ideas con que cambiarlo, mientras el Arsenal, inteligente, intentaba jugar más tiempo en campo del Madrid, alejarlo de su área y refugiarse en largas posesiones. El control que pretendía Ancelotti, sin conseguirlo pese a dar entrada a Ceballos o Modric, lo tuvo siempre Arteta, un entrenador español de nueva generación que se presenta a lo grande en el mejor escenario posible. Martinelli culminó, a la contra, lo que el juego decía. Sólo se trataba de esperar el momento.

A Arteta le aguarda el PSG de Luis Enrique. El PSG en el que ya no juega Mbappé, que llegaba después de una patada de impotencia ante el Alavés. La impotencia continuó. El francés vino para ganar Champions después de ganar todo el dinero posible. Tendrá que esperar. Se movió por todas partes, pero sin la precisión adecuada, y dejó el campo lesionado. Tampoco acometió escaladas individuales, como intentó Vinicius desde el inicio, pero siempre perdedor frente a Timber, Saliba o Declan Rice, goleador en la ida y pletórico en la vuelta. La cruz que porta Ancelotti es también su cruz.

La polémica del VAR y los cinco minutos que apagaron la llama de un campeón impotente: "El Madrid volverá siempre"

La polémica del VAR y los cinco minutos que apagaron la llama de un campeón impotente: “El Madrid volverá siempre”

Cinco minutos lastraron las esperanzas de remontada del Real Madrid ante el Arsenal. Un logro casi imposible después del 3-0 de Londres que se deshizo en los 300 segundos que tardó la sala del VAR en comprobar el penalti de Rice sobre Mbappé y en los pocos instantes que necesitó el colegiado francés François Letexier para decidir que el agarrón del inglés sobre el delantero madridista no era pena máxima. Protestó todo el Madrid, pero no sirvió.

Ese momento apagó la llama de la esperanza blanca, empujada hacia la épica por la parada deCourtois a Saka en el primer penalti, la primera jugada polémica de una noche que tuvo de todo.

Antes del pitido inicial, más de diez mil personas recibieron al autobús del Madrid rodeando la plaza de los Sagrados Corazones hasta la Castellana. Bajo la lluvia y las bengalas, la afición del conjunto blanco intentaba marcar el primer gol del partido. En la memoria, las eliminatorias de 2022 ante PSG, City y Chelsea o la del curso pasado contra el Bayern.

El ambiente durante el calentamiento fue de minuto 90. Gritos de «Sí se puede», «cómo no te voy a querer» y un tifo gigante que rezaba «la fábrica de los sueños, haz el nuestro, Real». Ya en el césped, la locura. Mbappé marcó en el 2 bajo el delirio del Bernabéu, pero fue anulado por fuera de juego.

Las acciones del VAR

Y en el 10, la primera gran polémica. El Arsenal sacó un córner y la jugada siguió con normalidad hasta que un minuto después Letexier paró el juego e hizo el gesto del VAR. Al principio nadie sabía muy bien qué se estaba comprobando ni en qué área, así que reinó la incertidumbre. Y de repente, el colegiado galo señaló el punto de penalti del Madrid. Agarrón de Asencio sobre Merino y pena máxima. Momento para la capa de Courtois.

El belga, que se movió de lado a lado antes del lanzamiento de Saka, adivinó el Panenka del inglés mientras Asencio corría hacia el delantero para gritarle. Una vez más, el portero evitaba el drama y ampliaba la esperanza.

Diez minutos más tarde llegó la revisión del penalti a Mbappé y el inicio de los nervios del Bernabéu y del cuerpo técnico, que protestó cada pérdida de tiempo de los británicos y apretó al colegiado, que terminó sacando amarilla a Raya por sus constantes pausas. La tensión subía de nivel, pero el marcador seguía 0-0 y Arteta sonreía, viendo cómo Martinelli y Saka volvían a ser superiores a Lucas y Alaba.

El partido aterrizó en el descanso con rabia local, reflejada en el enganchón que tuvo Carvajal, vestido de calle, con Saka en la entrada al túnel. El español le recriminó algo, seguramente el Panenka, y el inglés le encaró, sin llegar a más.

Tras el intermedio y viendo que el único tiro a puerta de su partido era un tímido disparo de Vinicius, Ancelotti movió el árbol. El italiano encomendó a Fran, Ceballos y Endrick la remontada exprés, pero el tanto de Saka terminó por hundir al Bernabéu a pesar del gol de Vini, el primero en la historia del Madrid al Arsenal en 337 minutos (los dos enfrentamientos de 2006 y este año).

No hubo épica. Hubo silencio. Mbappé se lesionó el tobillo y Martinelli, como Henry en el 0-1 de 2006, sentenció. Los blancos se despiden de la Champions antes de semis por primera vez desde 2020 tras una racha extraordinaria de cuatro años jugando dos semis y dos finales. Toca la Liga, la Copa y mucha reflexión.

"Somos responsables, pero el Madrid volverá siempre", aseguró Lucas Vázquez a pie de campo. "Nos ha faltado más claridad con balón, algo de paciencia a la hora de llevar el balón de lado a lado para penetrar en una defensa que estaba muy organizada". "El madridismo sabe que nos dejamos la piel siempre, puede salir bien o mal, siempre damos la cara. Queda mucha temporada", añadió.

El Inter minimiza al Bayern y se pide al Barça para semifinales

El Inter minimiza al Bayern y se pide al Barça para semifinales

A veces apelar a la historia y a la nostalgia funciona. Kompany, con poco de eso como entrenador, pero mucho como jugador, llamó a filas a Müller, el goleador en la ida, el perro viejo, para obrar el milagro en la vuelta. Pero el Inter es viejo por decreto. Sabe jugar cientos de partidos, porque los ha jugado todos. No siempre los gana, pero nunca los regala y, si le espolean, te mata. Como hizo ayer al ex rodillo alemán.

Los primeros minutos fueron de tanteo, aunque se jugó a lo que quiso el Inter, con ventaja en la eliminatoria. Aparecieron sus estrellas de manera esporádica, casi siempre a la contra y con un Lautaro Martínez que es un jugador diferente y que organiza el ataque como nadie y, en muchas ocasiones, también lo finaliza. Aunque fue una falta la primera gran ocasión del encuentro que marró Thuram tras una prolongación de Darmian. Respondió el Bayern con una doble ocasión que terminó desbaratando Sommer. Poco más reseñable en una primera mitad soñada y planteada por los italianos.

Y cuando nada había pasado y cuando el Bayern menos lo había merecido, Kane se inventó un gol para pelear contra su maldición y contra el tiempo. Los alemanes metían la historia en la balanza y el británico, en sus hombros. Pero ese tanto despertó la voracidad italiana. Así, Lautaro comenzó el arreón y Pavard lo continuó para poner patas arriba el Giuseppe Meazza. Ambos tantos de córner, la supuesta fortaleza alemana. Ambos errores defensivos alemanes.

En otro error, este italiano, llegó el empate del Bayern. Lo hizo Dyer al segundo palo para poner algo de picante en la eliminatoria. Hubo otro intento de Olise y varios córners en los que el público local contuvo la respiración, pero el oficio de los transalpinos en estos menesteres es complicado de igualar tengas la historia que tengas.

Ju Wenjun, impasible y despiadada, gana su quinto Mundial de ajedrez y se equipara a las grandes de la historia

Ju Wenjun, impasible y despiadada, gana su quinto Mundial de ajedrez y se equipara a las grandes de la historia

Actualizado Miércoles, 16 abril 2025 - 14:05

El Mundial Femenino de Ajedrez ha terminado en Chongqing con la victoria de Ju Wenjun, que revalida su título por cuarta vez y puede compararse ya con las mejores de la historia. Con solo 34 años, es una de las cuatro ajedrecistas que han logrado cinco coronas o más de ajedrez absoluto. Es la primera vez, además, que lo logra con gran ventaja sobre su oponente. El 6,5 a 2,5 final recuerda a grandes jugadoras del pasado, como Vera Menchik, primera campeona de la historia, que solía ganar sus títulos con enorme ventaja.

El duelo jugado en China y con dos representantes de aquel país se presentaba igualado. Las dos rivales pertenecen a la misma generación (Tan Zhongyi tiene 35 años), tienen experiencia como campeonas y se conocen a la perfección. La aspirante se adelantó en la segunda partida, lo que daba aún más emoción al campeonato, pero luego Ju Wenjun se encargó de liquidar sus esperanzas por la vía rápida.

Ju Wenjun, campeona desde 2018, igualó el marcador en la siguiente partida, sin permitir que Tan consolidara su ventaja, luego resistió de forma heroica en la cuarta y ahí encadenó una racha de cuatro victorias seguidas. Cada día que pasaba, el Mundial estaba más sentenciado. El 6,5 a 2,5 final es de los resultados más contundentes de las últimas ediciones, por la ventaja final de cuatro puntos y, más aún, por el altísimo porcentaje de victorias. Son cinco partidas ganadas, frente a tres tablas y una única derrota, lo que da idea de su dominio, como mínimo matemático. Como suele ocurrir, la realidad fue algo más igualada, al menos al principio, cuando la campeona tuvo la «suerte» de salvarse en un par de partidas críticas.

Solo en la última partida del Mundial, este miércoles, Ju Wenjun ha estado conformista, sabedora de que las tablas le daban el título de forma automática. Pese a todo, los cronistas presentes en China aseguran que se podía percibir cierta tensión, con Tan Zhongyi dispuesta a dejarse la piel en su última oportunidad, sin nada que perder. La campeona exhibió su pragmatismo y se dedicó a ir cambiando piezas, sin comprometer su seguridad. No le costó demasiado lograr el medio punto definitivo.

El poder de la concentración

Más allá de su excelente estado de forma, el triunfo de Ju Wenjun es el de la seriedad en el tablero. Algo menos espectacular que su oponente, solo cuando servía para rematar las partidas se permitía algún sacrificio, concesiones necesarias al espectáculo que servían para rematar las partidas. Uno de sus características en este Mundial ha sido también la concentración, rasgo que ella misma resaltaba hace unos días. Apenas se levantaba de la silla en las cuatro o cinco horas de lucha. No se ha permitido la menor distracción, con una actitud que se ha demostrado rentable.

Ju Wenjun se une así al selecto grupo de ajedrecistas que han ganado el Mundial Femenino cinco veces o más: Vera Menchik, Nona Gaprindashvili y Maia Chiburdanidze fueron las anteriores. Susan Polgar es otra pentacampeona, aunque sumando otros títulos diferentes al de ajedrez clásico. La húngara, sin embargo, no se puede considerar inferior a las citadas, dado que solo quiso participar en el Mundial Femenino para callar a sus críticos, que decían que era la número uno del mundo porque jugando contra hombres era más sencillo ganar puntos Elo. En su única participación, ganó con enorme claridad, con otro 6-2, además de cinco tablas, frente a la china Xie Jun.

Con las hermanas Polgar retiradas, en cualquier caso, el ajedrez chino mantiene su hegemonía, aunque las jugadoras indias ganaron la Olimpiada y parecen el relevo natural. La última campeona del mundo de otro país fue la ucraniana Mariya Muzychuki, en 2015.

La hija de Maradona denuncia que los médicos que lo trataron apartaron y engañaron a la familia

La hija de Maradona denuncia que los médicos que lo trataron apartaron y engañaron a la familia

Actualizado Miércoles, 16 abril 2025 - 02:09

Dalma Maradona, una de las hijas de Diego Armando Maradona, ha denunciado, durante el juicio por la muerte de su padre, que los médicos que lo trataban cuando falleció obstaculizaron el contacto del ídolo argentino con su familia y los engañaron "de la manera más cruel" sobre su última internación.

Dalma, una de las dos hijas que el ex futbolista tuvo con su ex mujer, Claudia Villafañe, ha acudido al Tribunal de lo Criminal Número 3 de San Isidro, provincia de Buenos Aires, y brindó testimonio por primera vez desde el comienzo del juicio contra siete profesionales de la salud por la muerte de su padre el 25 de noviembre de 2020, según ha informado Efe.

La hija del ídolo argentino cuestionó con dureza al equipo médico que estuvo a cargo de los cuidados de su padre durante la internación domiciliaria, posterior a una operación en la cabeza el 3 de noviembre de 2020, y acusó que limitaron el contacto que ella y otros familiares podían tener con Diego.

"Muchas veces yo dije que no reconocía a mi papá en el ultimo tiempo porque ya no se reía, se perdía, si estábamos en una videollamada no sabía quién estaba del otro lado", relató Dalma, quien alertó de esta situación al equipo que trataba a su padre.

"Los médicos decían que era normal, que eran semanas, pero que iba a estar bien y obviamente durante todo ese último tiempo nos cortaron todo tiempo de contacto", añadió, y precisó que quienes obstaculizaron el contacto con su padre fueron su médico de cabecera, Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz.

Consultada por su participación en la toma de decisiones sobre el equipo médico del ex futbolista y los procedimientos a los que fue sometido, Dalma explicó: "Nosotras no teníamos mucha injerencia, podíamos decir lo que nos parecía pero no decidíamos nada".

Según comentó, tras la operación de Maradona el 3 de noviembre, Luque le dijo a la familia que la única opción para el proceso de recuperación era una internación domiciliaria, mientras que descartó la posibilidad de una internación -voluntaria o por la fuerza- en la Clínica Olivos, en las afueras de la ciudad de Buenos Aires.

"Discutimos las 3 opciones, no nos parecía tan mal porque nos prometieron lo mismo (en la internación domiciliaria) que en la Clínica Olivos, y nunca pasó. Nos engañaron de la manera más cruel", señaló Dalma, que aseguró que las condiciones de la vivienda en la que fue internado su padre no se ajustaban a lo que les habían prometido.

Dalma denunció además que Matías Morla, abogado de Maradona; Maximiliano Pomargo, asistente del ex futbolista; y Vanesa Morla, hermana de Matías, que manejaban los asuntos de su padre, también obstaculizaron el contacto con la familia durante la última internación.

"Él me llamaba y me decía 'no venís nunca, vení, traeme a la nena (su nieta)'. Pero fui y desde la puerta empiezo a llamar y me dicen que está dormido, me vine en el auto con una bebé y no me dejan entrar, a mí no me hagan esto", expresó Dalma, quien describió otras instancias en las que tanto Pomargo como el psicólogo Díaz impidieron que visitara a su padre.

"Nos decían que estaba todo bien"

"Nos decían que estaba todo controlado y que estaba todo bien, pero no nos permitían el ingreso por lo cual no podíamos corroborar que eso era verdad", añadió, mientras se quejaba de la falta de atención a su padre durante sus últimos días.

Ante la consulta sobre en cuántas ocasiones se le negó acceso, Dalma respondió que "muchas, muchísimas veces", y enfatizó que Diego no le creía cuando se lo contaba.

Además de Luque, Cosachov y Díaz, son juzgados en este proceso la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical, Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón. La enfermera Gisela Madrid también está procesada pero enfrentará un juicio por jurados, tal y como solicitó.

Los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.