El desastre de Fernando Alonso: “Habían aparcado en la Rascasse”

Actualizado Sábado, 25 mayo 2024 - 23:52

Todas las esperanzas se perdieron por los sumideros de Montecarlo, pulidos como el mármol, como corresponde a un Principado. Fernando Alonso cayó en las trampas del tráfico y saldrá hoy decimocuarto, lejos de donde le correspondía. "Me encontré en el lugar equivocado y en el momento equivocado", admitió con resignación. Ahora no le queda sino afrontar otra carrera tan aburrida como la del pasado domingo en Imola.

Tras la bajada del túnel y salir de la nueva chicane, camino de Tabac, su Aston Martin se topó con la lentitud de Pierre Gasly, que levantaba el pie buscando espacio. Según los cálculos del asturiano ahí se escaparon tres décimas. Una eternidad en el trazado más lento del Mundial. Aunque el asunto se torcería del todo en la emblemática Rascasse. Para estupor entre la selecta concurrencia del Paddock Club, el Williams de Alex Albon y el Alpine de Esteban Ocon arruinaban su último intento. El propio Alonso confirmaría que en ese viraje a derechas cayeron otras tres décimas.

"Habían aparcado allí para iniciar la vuelta", ironizó el asturiano, convencido de que si hubiese dispuesto de espacio, sin que nadie le entorpeciese, habría acabado primero la Q1. En cualquier caso, su análisis no puede esconder algunas deficiencias estructurales que este monoplaza vienen apuntando desde el GP de Miami.

"No hay excusas"

De hecho, Aston Martin fue el único de los 10 equipos que no mejoró su crono de 2023 en Mónaco. Mientras la dentellada de McLaren, con Oscar Piastri al frente, se estiraba a 1,83 segundos, el mejor intento de Lance Stroll se quedó a 11 centésimas del rubricado por Alonso hace 12 meses. El anodino desempeño del canadiense por la Q2, sin opciones frente a Yuki Tsunoda, Daniel Ricciardo, Ocon, Gasly o Albon, terminaría relegándole a la decimocuarta plaza.

"Ha sido un día realmente duro y no hay excusas. Simplemente no teníamos un coche capaz de entrar en el top-10", admitió Mike Krack, el team principal de Aston Martin. El panorama, desde luego, pinta tan negro como durante durante el GP de Singapur y el GP de Estados Unidos, las dos últimas ocasiones en que la escudería de Silverstone hubo de anotarse un cero. "Debemos mejorar el rendimiento de cara al futuro", sentenció Krack, con una crudeza que escocía en el hospitality verde.

Sólo a última hora de la tarde, cuando la música techno empezaba a atronar en los yates, Aston Martin pudo encontrar un pequeño resquicio gracias a la doble sanción a Haas. Según los comisarios, Nico Hulkenberg y Kevin Magnussen, rapidísimos desde la Q1, habían montado un alerón trasero ilegal, que anulaba todo sus tiempos de la qualy. Por tanto, Alonso avanzaba de la decimosexta a la decimocuarta plaza en la parrilla, mientras Stroll pasaba a la decimosegunda.

"No sufrir sustos"

En cualquier caso, el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans se sabía con ritmo para codearse entre la elite, como venía demostrando desde la segunda sesión libre del viernes. Desde entonces, Aston Martin había montado una especificación de motor más arriesgada que el resto, reduciendo asimismo la carga de gasolina. Un par de factores que terminaban trasladándose a la tabla de tiempos.

"El coche sigue siendo difícil de llevar, así que lo importante es no sufrir sustos y tratar de mantenerlo en pista", reconoció Alonso, que este fin de semana se ha convertido en el primer piloto de la historia con 20 participaciones en Mónaco. Además de probar piezas para el GP de Canadá, su única motivación de hoy será trepar hasta el top-10. Si alcanza, al menos, un punto igualará un récord de longevidad de Michael Schumacher. Desde el GP de Italia de 1991 al GP de Brasil 2012, El Kaiser fue acumulando su botín. Alonso inició la cuenta en el GP de Australia 2003. Han transcurrido, exactamente, 21 años, dos meses y 17 días.

Soberbio podio de Carlos Sainz en Suzuka, con Fernando Alonso firme en defensa

Soberbio podio de Carlos Sainz en Suzuka, con Fernando Alonso firme en defensa

Sobre el sagrado asfalto de Suzuka, Red Bull no tiene rival. Se sabía de antemano y se rubricó con el doblete de Max Verstappen y Sergio Pérez, cuyo exasperante dominio dejaba una sola vacante en el podio. A ese tercer escalón se encaramó Carlos Sainz, que no ha bajado del top-3 en sus tres primeras carreras del año. Ferrari hizo todo lo que tenía en la mano para animar una carrera más bien anodina, dominada por las estrategias, donde Mad Max tampoco iba a dejar escapar el bonus de la vuelta rápida (1:33.706).

El cuarto puesto de Charles Leclerc, elegido piloto del día, representa otra fantástica noticia en Maranello. Desde su octavo puesto en la parrilla, el monegasco optimizó el rendimiento de su SF-24, con una sabia gestión de los neumáticos. Igual que Sainz, siempre puntual a la hora de sacar los tiempos, siempre preciso para evitar los riesgos. Fernando Alonso, su mentor en la Fórmula 1, puede sentirse orgulloso. El pilotaje de Carlos reúne buena parte de sus virtudes. Y eso es mucho decir, porque la actuación de Alonso en Suzuka tuvo de nuevo el genuino sabor de la heroica. Sólo él puede quedar sexto con un Aston Martin más lento que ocho rivales.

La acción quedó en suspenso durante casi media hora por culpa de un accidente en la primera vuelta, camino de The Esses. Daniel Ricciardo, que había partido undécimo con los medios, intentaba adelantar a Lance Stroll cuando sufrió la embestida de Alex Albon, demasiado intenso con los blandos. Los operarios repararon las protecciones con la proverbial diligencia nipona y la FIA ordenó otra salida en parado.

El ritmo de Norris

Se presentaba la primera oportunidad para una nueva estrategia con los neumáticos. Red Bull y McLaren no cambiaron nada, pero Mercedes iba a apostar por el duro. Sainz prefirió un medio nuevo, mientras Alonso siguió con el mismo blando. En la parrilla, el asturiano había mostrado una honestidad sencillamente desarmante. Las simulaciones de Aston Martin le condenaban al noveno puesto, justo por delante de su compañero, que partía decimosexto. De modo que lo más prudente sería no forzar cuando le apretaran Oscar Piastri o Leclerc, que ya había ganado la posición a Lewis Hamilton.

Hubo cierta tranquilidad en la resalida, pese al bloqueo de George Russell y el toque entre los Alpine en la curva 1. Casi de inmediato, Pérez perdió el DRS frente a Verstappen, el único que rodaba con regularidad en 1:37. En la undécima vuelta, Lando Norris renunció a las gomas medias que tan mal gestionaba su McLaren, lo que dio la primera opción a Sainz. Justo por detrás, Alonso aguantaba con los blandos, taponando a Piastri.

Todo se animó a partir de la decimoquinta vuelta, cuando pararon Pérez (2,1 segundos) y Sainz (2,3). Un giro más tarde, cumplió con el pit-stop Verstappen, justo a tiempo para salir por delante de Russell. No se iba a librar Red Bull del undercut de Norris al mexicano, gracias al frenético ritmo del MCL38 con los duros. Para desgracia de McLaren, su rendimiento caería pronto en picado por culpa de la degradación.

Quien mejor gestionaba los neumáticos era Leclerc, líder provisional gracias a una apabullante consistencia. Hasta el ecuador de la prueba empujó el monegasco con sus medios. Cuando parecía que ya no aguantaba más, tras ensuciar su calzado en una pequeña excursión por la grava, aún se mantuvo por delante de Norris en el pit-lane. Sainz, por detrás, agradecería cualquier ayuda en su lucha por el podio frente a su viejo amigo en Woking. "¿Por qué me paráis tan pronto?", lamentó Lando, obligado a un último relevo con los duros de 26 vueltas.

Tras cumplir con su segundo pit-stop, Sainz montaba un calzado 10 vueltas más fresco Norris y 11 respecto a Leclerc. Sin embargo precisaba de una fotografía completa de la situación. Sus dudas fueron resueltas por radio y él cumpliría a rajatabla. Se deshizo del McLaren a final de recta antes de enfilar hacia Leclerc. Era momento de cederle paso, tal y como confirmó Xavi Marcos, ingeniero del monegasco. "No pierdas tiempo con Carlos porque estamos compitiendo frente a Norris". Por segundo fin de semana consecutivo, Il Predestinato cedió paso caballerosamente a su compañero.

Alonso, al volante del AMR24, el domingo en Suzuka.

Alonso, al volante del AMR24, el domingo en Suzuka.AP

La titánica lucha de Alonso, en inferioridad mecánica, se fraguó siempre ante Piastri. Mientras Stroll aullaba por la escasa punta de velocidad en las rectas, el abuelo de la parrilla agachaba la cabeza para completar una carrera sin fisuras. A sus 20 vueltas finales frente al McLaren hubo que añadir ese pícaro recurso de entregar el DRS al australiano para defenderse de Russell. El mismo truco que Sainz le había recetado en Singapur.

Parecía el momento de Mercedes, cuyo rendimiento sigue muy por debajo de lo esperado. Especialmente en manos del rezagado Hamilton. Russell, a quien Pérez había borrado del mapa con un fabuloso adelantamiento en 130R, sí pudo desembarazarse de Piastri en la penúltima vuelta. Alonso aún conservaba un segundo, margen suficiente para alcanzar la bandera a cuadros en sexta posición.

Los extraños casos de dos equipos convertidos en trabalenguas

Los extraños casos de dos equipos convertidos en trabalenguas

Han transcurrido casi cuatro meses desde que la FIA publicó la lista de participantes del Mundial 2024, pero muchos en el paddock siguen encontrando enormes dificultades para identificar a dos equipos por su nombre oficial. Porque Alfa Romeo, en busca de algo fresco y diferente, ha pasado a ser Stake F1 Team Kick Sauber y porque AlphaTauri, que pretendía atraer al público más joven, es ahora Visa Cash App RB Formula One Team. Sin embargo, las legítimas presiones de los patrocinadores, en busca de la mayor publicidad posible, han convertido la parte baja de la parrilla en un auténtico galimatías de sílabas y confusos trabalenguas.

Aunque hoy se considere un tabú, los aficionados aún recuerdan la relación entre Ferrari y Marlboro, con el código de barras de la tabaquera junto al Cavallino Rampante. Se trataba de la alianza perfecta entre el márketing y los títulos de Michael Schumacher. En menor medida, Vodafone también supo explotar sus tonos turquesa sobre el plateado McLaren de Lewis Hamilton. Por no hablar del vínculo entre Infiniti y Red Bull, con Sebastian Vettel participando activamente en los diseños de calle de la marca premium de Nissan. Sin embargo, los derroteros de la actual F1 apuntan en otra dirección.

El crecimiento del negocio, con unos números de récord tras la pandemia, hace que las escuderías pidan cada vez más dinero por los patrocinios. Ningún monoplaza rueda ya con los espacios en blanco de McLaren en 2017. Un hecho tan cierto como la negativa de las marcas a asumir en solitario los enormes costes. No hablamos de los 80 millones de euros anuales que Oracle paga por su logotipo en el alerón de Max Verstappen, pero sí de cantidades más que jugosas, como los 30 millones que MoneyGram, una compañía de intercambio de divisas, aporta a Haas, último clasificado del Mundial 2023.

Transición hasta 2026

Bajo los parámetros de este complejo ecosistema hay que interpretar lo sucedido en Sauber. La estructura suiza, con más de tres décadas de presencia ininterrumpida en el Mundial -compitió también como BMW Sauber (2006-2010) y como Alfa Romeo (2019-2023)- se prepara hoy para convertirse en el equipo de fábrica de Audi. Desde que se cerró dicho acuerdo con los alemanes, la prioridad para Andreas Seidl, su director ejecutivo, ha sido hacer llevaderos esos dos años de espera. La transición hasta 2026 no podía quedar en el limbo, así que tras la ruptura con Alfa Romeo, vio llegado el momento de encontrar una nueva identidad.

El acuerdo más ventajoso pudo cerrarse con Stake, un casino online de criptomonedas con sede en Curazao. Ni siquiera importó que Stake careciese de licencia para operar en territorio helvético o que la legislación de cuatro países del Mundial prohibiese la publicidad de las casas de apuestas. En pocas semanas encontraron la salida: Valtteri Bottas y Zhou Guanyu correrían en Australia, Bélgica, España y Qatar bajo la denominación Kick Sauber. A falta de alicientes en la pista, el área de márketing de Hinwill aún presume del impacto provocado por Drake. El rapero canadiense, cuyo logo ya había aparecido en la camiseta el Barça durante un clásico de 2022, les proporcionó un formidable impacto en redes sociales.

El magnetismo del público joven también influyó en las decisiones de Peter Bayer a la hora de encontrar una nueva nomenclatura para AlphaTauri. A partir de 2024, la filial de Red Bull debía tomar un nuevo rumbo tras el adiós de Franz Tost y el fichaje como team principal de Laurent Mekies, procedente de Ferrari. Así que el CEO austriaco empezó a sentirse más que tentado por Visa, un gigante global con dilatada experiencia de patrocinio en el Mundial de la FIFA, los Juegos Olímpicos o la Super Bowl. Asimismo terminó aceptando la oferta de la emergente Cash App, una marca muy popular en Estados Unidos.

Tsunoda, el sábado, durante la 'qualy' en Suzuka.

Tsunoda, el sábado, durante la 'qualy' en Suzuka.AFP

La pugna entre ambas financieras iba a provocar confusión, pero el asunto se agravó mucho más cuando hubo que rendir tributo a Dietrich Mateschitz. El fundador de Red Bull, fallecido en octubre de 2022, contaba con una colección de aviones conocida como Flying Bulls, así que Bayer optó por añadir RB, que significa Racing Bulls. Nadie en su sano juicio imagina a Mateschitz dando su visto bueno a un nombre tan extraño para un equipo de carreras.

¿Puede alguien tomarse en serio una estrategia de márketing tan poco imaginativa? ¿Sabrán los aficionados jerarquizar entre esas marcas solapadas? Estas son algunas de las cuestiones que siguen en el aire. Mientras, desde la base de Faenza, se observan con inquietud los piques entre Daniel Ricciardo y Yuki Tsunoda. Ni los clicks regalados por otra estrella del rap como Kendrick Lamar parecen sacar a Visa Cash App RB Formula One Team de su marasmo.