Los desafíos de la película más ambiciosa sobre la F1: de los consejos de Mercedes al grave 'spoiler' en Yas Marina

Los desafíos de la película más ambiciosa sobre la F1: de los consejos de Mercedes al grave ‘spoiler’ en Yas Marina

La más ambiciosa película jamás filmada sobre la Fórmula 1, con un elenco liderado por Brad Pitt y Javier Bardem, llega de la mano de un spoiler. Nada extraordinario, pero spoiler al fin y al cabo. El próximo 25 de junio, en los cines de todo el planeta, millones de espectadores podrán regodearse con el final feliz de F1, el rodado por Joseph Kosinski durante el reciente GP de Abu Dhabi. El pasado 8 de diciembre, en el podio de Yas Marina se filmaron dos escenas donde el equipo de Pitt brindaba con champán, en compañía de Charles Leclerc y George Russell. La gran estrella de Hollywood, que no ha dudado en ponerse al volante durante las escenas de acción, junto a dos de los mejores pilotos del Mundial. El colofón para la cinta producida por Apple TV. Una apuesta de riesgo, dado su astronómico presupuesto, que ya supera los 300 millones de dólares, en la línea de Mission Impossible: Dead Reckoning y Avatar.

«Estamos totalmente convencidos de que esta película llevará a otra dimensión a nuestro deporte en términos de popularidad», vaticinó, en junio de 2023, Stefano Domenicali. A un par de semanas del inicio del rodaje, el CEO del Gran Circo preveía un impacto similar al de Drive to Survive, la popular serie de Netflix. Hoy, a seis meses de su estreno, los análisis no resultan tan entusiastas. Al menos, a tenor de las audiencias en EEUU, el mercado estrella para la Fórmula 1, donde el Mundial 2024 registró una media de 1,1 millones de televidentes, por debajo ya de las cifras de 2022 (1,2 millones). Según los cálculos de los grandes estudios, para que F1 resulte rentable deberá recaudar al menos 750 millones de dólares. Un hito sólo al alcance de tres estrenos a lo largo de 2024 (Deadpool y Lobezno, Del revés 2 y Gru 4. Mi villano favorito).

La delgada línea entre el éxito y el fracaso se dilucidará con el material rodado en los circuitos del Mundial. Desde el GP de Gran Bretaña 2023, con varias secuencias en la parrilla de Silverstone, a los más recientes en Hungría, Las Vegas o Abu Dhabi, donde la cinta -como el propio campeonato- termina. Una de las obsesiones de Kosinski, cuyo pulso narrativo guio la muy taquillera Top Gun: Maverick, fue plasmar las sensaciones al volante de los coches más complejos del mundo. Así que, siguiendo el consejo de Toto Wolff, team principal de Mercedes, adaptó un monoplaza de Fórmula 2, montó 15 cámaras en él y sentó dentro a sus actores. Lewis Hamilton también quiso supervisar el proceso. No por amor al cine, sino porque se juega mucho dinero a través de su productora Dawn Apollo Films. «Tratamos de ser útiles con la narrativa. Lewis es productor ejecutivo, por lo que quería asegurarse que sea lo más realista posible», añadió Woff.

«No tuve que ensayar»

Tanta cuota de pantalla para las Flechas de Plata, por supuesto, terminaría soliviantando a Red Bull, que temió convertirse en el «villano» de la historia. «Tardamos tres años en convencerles de que no iban a serlo», explicó Jerry Bruckheimer, un productor de indiscutible olfato comercial (Superdetective en Hollywood, Piratas del Caribe o CSI: Las Vegas). Su guion, firmado por Ehren Kruger y Kosinski, se centra en la relación entre Pitt, piloto veterano que regresa al Mundial años después de un terrible accidente, y Damson Idris, su compañero novato de raza negra. Ninguno de los dos consigue sacar al APX GP del fondo de la parrilla. Hasta la última carrera en Abu Dhabi, claro. Para añadir empaque, Bardem se pondrá en la piel del dueño de la escudería. Y para potenciar la epopeya, su partitura la compondrá Hans Zimmer, uno de los músicos más aclamados de Hollywood.

«Todos los equipos nos han abierto las puertas. Mohammed [Ben Sulayem] y Stefano [Domenicali] nos han ayudado mucho. La película va a ser realmente buena», relató Pitt nada más ponerse ante las cámaras, muy agradecido con el presidente de la FIA y con el CEO de la F1 por las facilidades para montar su garaje, el undécimo de la parrilla, cada fin de semana. Y por el permiso para utilizar la pista, con público en directo, durante los breves intervalos en los que permanecía vacía. Se prevé que el rol de Max Verstappen, Fernando Alonso o Carlos Sainz, no pase de muy secundario. El pasado julio, el corralito instalado por las televisiones en Silverstone se vio más animado que de costumbre por la irrupción de las cámaras de Kosinski. «No tuve que ensayar», admitió Alonso, cuyas dotes dramáticas siempre suscitan comentarios en el paddock. «No fue demasiado difícil, así que espero que salga bien en la pantalla», admitió el asturiano.

Pitt, en la parrilla del GP de Gran Bretaña 2023.

Pitt, en la parrilla del GP de Gran Bretaña 2023.GETTY

Asimismo, se confía en la profesionalidad de la segunda unidad de Kosinski durante los 148 días, entre mayo y septiembre de 2023, que duró la huelga de actores y guionistas. Había que cumplir con los plazos y minimizar un gasto ya desorbitado. Sólo el caché de Pitt ronda los 30 millones de dólares, pero a sus 60 años ha entrenado durante cinco meses para adaptarse a un monoplaza. Cuando preguntaron a Bruckheimer sobre la velocidad del coche, el veterano productor optó por la ironía:«No puedo decírtelo. La compañía de seguros me mataría».

Sin embargo, pese a tantos ganchos comerciales, a Apple le costó encontrar distribuidores que facilitasen el estreno en los cines. Cuando pudo sellar su alianza con Warner Bros y Sony, empezaron a fantasear con que F1, en pantalla grande y con tecnología IMAX, pueda convertirse en una experiencia cinematográfica inmersiva. En la línea de Barbie y Oppenheimer. Un éxito de taquilla en cada rincón del planeta.

Carlos Sainz debuta con buen pie en Williams

Carlos Sainz debuta con buen pie en Williams

El filming day del lunes supuso el primer paso y el test oficial confirmó el buen arranque de Carlos Sainz con Williams. El piloto madrileño marcó el segundo mejor tiempo del martes en Yas Marina, a sólo 12 centésimas de Charles Leclerc, su ex compañero en Ferrari. Su 1:23.635 pulió en dos décimas el crono de Alex Albon durante la qualy del reciente GP de Abu Dhabi.

Durante la sesión matinal, Carlos lideró la tabla al volante del FW46 y tras la pausa para el almuerzo, logró batir los registros de George Russell y Andrea Kimi Antonelli. Durante los primeros entrenamientos de la pretemporada, repletos de pilotos jóvenes, Lando Norris y Oscar Piastri probaron alternativas para McLaren y nunca se asomaron por los puestos de cabeza.

Sainz completó 145 vueltas a Yas Marina, casi el triple de las del domingo durante la carrera. Tiempo suficiente para aclimatarse a su nuevo asiento y al comportamiento de un monoplaza muy competitivo en trazados rápidos, pero que necesita progresar en las zonas reviradas.

Menos recursos

El equipo dirigido por James Vowles tampoco dispone de tantos medios como Ferrari, por culpa de los recientes accidentes de Albon y Franco Colapinto. De modo que estas pruebas con los neumáticos Pirelli de 2025 han de interpretarse con cautela.

En cualquier caso, el ojo clínico de Sainz a la hora de afinar el monoplaza se antoja crucial en Williams, penúltimo clasificado del Mundial 2024 con 17 puntos. Tras cumplir cuatro temporadas en Ferrari y dos en McLaren, el ganador del último GP de México liderará un nuevo proyecto de la escudería de Grove, cuyo último podio data del GP de Bélgica 2021.

Así fue el último día de Carlos Sainz como piloto de Ferrari: el extintor, los elogios de Leclerc y un disfraz picante

Así fue el último día de Carlos Sainz como piloto de Ferrari: el extintor, los elogios de Leclerc y un disfraz picante

"Eres grande, Toro". El mensaje en el cartelón del muro, una semana más, llevó la firma de Pierluigi Della Bona. No se trataba de una despedida personal, porque el preparador físico ha decidido renunciar a Ferrari para acompañarle también en Williams. Sin embargo, a cada paso por Yas Marina, Carlos Sainz sí disfrutó y padeció con todas las emociones propias de una última carrera con la Scuderia. "Fue extraño bajarme del coche. Un poco emotivo. Aunque creo que aún resultó más raro subirme, porque ahí ya fui consciente de que se trataba del último día con un grupo de gente con la que he disfrutado durante cuatro años".

Esos íntimos, los que conforman el célebre Team 55, no perdieron la oportunidad de sacar su extintor para conmemorar el momento. Al frente, Carlos Oñoro, su representante, junto a Riccardo Adami, ingeniero de pista, Pedro Cebrián y Rita Simonini, responsables de comunicación y los también ingenieros Calum McDonald y Riccardo Corte. El segundo puesto en el GP de Abu Dhabi permitía a Carlos superar el registro de Gerhard Berger para convertirse en el noveno piloto con más podios en la historia de Ferrari (25).

"Dadas las circunstancias, creo que hemos completado un trabajo excelente", ratificó Sainz, "orgulloso" de dejar a Ferrari "en un lugar mucho mejor que el que estaba cuando llegué". A su juicio, el trabajo conjunto con Charles Leclerc resultó "crucial", por lo que ya ve a Ferrari "capaz de ganar el Mundial 2025".

"Valiosas aportaciones"

Eso sí, el champán junto a su compañero supo menos espumoso en Yas Marina, dado que Ferrari aún deberá apurar otro año para ese título de constructores que se resiste desde 2008. No obstante, la despedida de Abu Dhabi nada tuvo que ver con las escenas de tensión aireadas en Las Vegas. Leclerc destacó el "talento" de Carlos y elogió sus "valiosas aportaciones" para mejorar el coche. "Nuestras luchas en la pista nos ayudaron a ser mejores", zanjó.

El monegasco, penúltimo en la parrilla, remontó hasta la tercera plaza y fue reconocido con el galardón de mejor piloto del día, con el 29% del voto popular. Incluso podrá recordar una doble celebración en el podio. La película de Apple TV que se viene rodando cada fin de semana exigía, por imperativo del guion, que Leclerc acabase segundo, justo por detrás de Sonny Hayes, el piloto al que da vida Brad Pitt. Las risas junto a George Russell, tercer clasificado en el filme dirigido por Joseph Kosinski, supusieron un simpático colofón al Mundial 2024.

"Este último año, tras la noticia de mi marcha, no ha resultado fácil. No fue sencillo disputar una temporada completa sabiendo que me marcharía. Mantener la concentración tan alta resultó difícil, así que me siento orgulloso de lo conseguido", admitió Sainz. En estas circunstancias, Sainz ha acabado quinto el Mundial, a sólo dos puntos de Oscar Piastri, coronando la mejor temporada de su vida tanto en puntos (290) como en victorias (dos) y podios (nueve).

Sainz, con el SF-24, el domingo en Yas Marina.

Sainz, con el SF-24, el domingo en Yas Marina.EFE

El último mensaje de radio con Adami, bajo los acordes del Smooth Operator de Sade, supuso la obertura de sus celebraciones en Yas Marina. Tras aparcar el coche en el parc fermé, una nutrida delegación de Ferrari -mucho más numerosa que hace dos semanas en Las Vegas- acudió para los abrazos y vítores. En el garaje había preparado un disfraz a la altura del momento. Chili, su apodo en el paddock, se despediría de rojo y con sabor picante. A su lado, con una amplia sonrisa, Guanyu Zhou tras su última carrera en la F1 al volante de un Sauber.

Los compromisos de Sainz todavía no han concluiido en Maranello, donde seguirá acudiendo los próximos días para echar el cierre a la temporda. Sin embargo, a nivel competitivo, sus esfuerzos competitivos se focalizan ya en los test de mañana con Williams. "A ver cómo puedo hacer que ese coche sea más rápido", valoró sobre la doble sesión con la escudería de Grove. "Sinceramente, no creo que la gente pueda imaginar lo mucho que espero lo que está por venir", subrayó.

De ese entusiasmo anda necesitado el equipo de James Vowles, penúltimo del Mundial tras puntuar en sólo cinco de 24 carreras. De sus 17 puntos, 10 llegaron en el GP de Azerbaiyán, pero no hubo nada que rascar durante las últimas cito pruebas del campeonato. "No tengo dudas de que volverá a lo más alto de la parrilla, sea con Williams o con otro equipo. Se lo merece. Creo que todo el mundo lo sabe y es sólo cuestión de tiempo antes de que vuelva", apuntó Leclerc.

Camaradería con McLaren

Según los mensajes de radio, Il Predestinato bien pudo abandonar por culpa de un problema de fiabilidad en Abu Dhabi. Hubiese supuesto un epílogo más que decepcionante para Fred Vasseur. "Mañana podré decir que ha sido una temporada muy positiva, con cinco victorias, cuatro más que en 2023, y unos 50 puntos más. Sin embargo, evidentemente también sentimos la frustración de haber terminado con más de 600 puntos, aunque 14 menos que McLaren", concedió el team principal de Ferrari.

Sainz baña con champán a Zak Brown, el domingo en Yas Marina.

Sainz baña con champán a Zak Brown, el domingo en Yas Marina.AFP

Después de la pertinente felicitación a Andrea Stella, su homólogo en McLaren, y su gran amigo Zak Brown, Vasseur iba a capitanear los consabidos actos de camaradería entre dos equipos que luchan sobre el asfalto y se respetan en la escena pública. Sainz, por su parte, ya había felicitado personalmente a su amigo Lando Norris y a su padre, Adam.

Tras 88 carreras de rojo, cuatro victorias, seis poles, 25 podios, tres vueltas rápidas, 900,5 puntos y 295 vueltas en cabeza. Los mismos triunfos en Maranello que Eddie Irvine, Clay Regazzoni y John Surtees. Pese a haber mantenido con mucha gallardía su pulso dentro del garaje, el balance global favorece claramente a Leclerc, gracias a sus seis triunfos, 31 podios, 19 poles, seis vueltas rápidas, 1.029 puntos y 830 vueltas en cabeza.

Ferrari no culmina el milagro en Yas Marina y McLaren gana el título 26 años después

Ferrari no culmina el milagro en Yas Marina y McLaren gana el título 26 años después

Agradeció a Riccardo Adami, su ingeniero de pista, y a todo el equipo: "Ha sido un placer conducir para vosotros. ¡Forza Ferrari!" En el último mensaje de Carlos Sainz como piloto de la Scuderia, cabía la satisfacción por su segundo puesto en el podio y el desencanto por el Mundial de Constructores. Lando Norris acababa de ganar el GP de Abu Dhabi, haciendo campeón a McLaren por vez primera desde 1998, así que Sainz, su amigo, no podría despedirse como le hubiese gustado de la gente de Maranello.

Sólo hubo un instante con el fulgor de un milagro. El Visa Cash App RB echaba humo y Liam Lawson salía por piernas de un coche sin frenos. Pero se trataba ya de la penúltima vuelta y no había tiempo ni espacio para el safety car. Tampoco hubiese sido justo para Norris, siempre con un punto de ventaja en el pedal del gas. Tras un año con tantos escarmientos, el británico supo llevar a término tantas horas de trabajo en Woking. Charles Leclerc, tercero en el podio, ni siquiera iba a arrebatarle el subcampeonato de pilotos.

Se había acostado ya el sol por el Golfo Pérsico cuando Lewis Hamilton cruzaba la bandera a cuadros en cuarta posición. Tras librarse de George Russell en la última vuelta con un movimiento por el exterior de la curva 9, el heptacampéon conmemoraba acrobáticamente su adiós a Mercedes. Apenas hubo constancia de Max Verstappen, sexto, pero sí de Fernando Alonso, noveno por delante de Oscar Piastri, librándose del doblaje y salvando, otra semana más, el decoro de Aston Martin.

10 segundos a Piastri

A Ferrari le sonrió la fortuna en la primera curva, cuando Verstappen, sin apenas espacio, buscó el interior ante Piastri. "Una maniobra de campeón del mundo", ironizó el australiano, relegado de pronto a la penúltima posición. Un trompo que retrasaría a Mad Max, penalizado con 10 segundos por los comisarios. Aunque Norris lideraba con holgura ante Sainz, la inquietud empezaba a reinar en McLaren.

Leclerc, partiendo desde la penúltima plaza de la parrilla, ascendió hasta la cuarta en apenas 12 vueltas. Sin red, sin nada que perder, Ferrari debía exprimir sus opciones de doblete y aferrarse a alguna estampita de la virgen de Maranello. Alguna plegaria debieron de atender ahí arriba cuando Piastri recibió 10 segundos por causar un pinchazo a Franco Colapinto. Quizá el ritmo del SF24 no bastase ante el rival papaya, pero había que jugar la partida con sutilezas de tahúr.

En la vuelta 21, Leclerc abrió el libro de la estrategia en busca del undercut sobre Russell. Cuatro giros más tarde, Sainz pasó por boxes para montar los duros, al igual que Norris. La gloria o el fracaso se dilucidarían con ese compuesto C3, con el que los favoritos pretendían alcanzar la meta. Los mecánicos de Ferrari y McLaren cumplieron rigurosamente, dejando sus pit-stops en apenas 2,2 segundos. Leclerc rodaba tercero, por detrás de Sainz, mientras Piastri deambulaba aún fuera de los puntos.

Norris, en el podio, junto a Sainz y Leclerc.

Norris, en el podio, junto a Sainz y Leclerc.AFP

En cualquier caso, McLaren guardaba el as de bastos, su baza ganadora. Esos 21 puntos de ventaja en el Mundial se antojaban más que suficientes gracias al MCL38 de Norris, que arañaba a Sainz una décima por vuelta. A 20 vueltas para la meta, Ferrari ya sólo podía aferrarse a los imponderables. Implorar por un error humano, por una avería, por una catástrofe en cadena. Ni siquiera bastaba el tradicional safety car. Había que invocar sortilegios más sofisticados.

En una situación tan desesperada quizá sólo quedaba un resquicio: retirar los duros y tirar la casa por la ventana con los blandos. Los mecánicos de Ferrari, a falta de 10 vueltas, los enseñaron a la puerta del garaje por si sembraban algún desconcierto. Bryan Bozzi también lanzó un mensaje de radio a Leclerc jugando al despiste. "No sé lo que llamas ritmo, pero este no lo es", replicó el monegasco. No cabían farsas, ni medias tintas. El título, 26 años después, volvía a McLaren, que desempata con Mercedes para igualar los nueve de Williams.

Ferrari salva el 'match ball' tras una carrera sin orden ni concierto en Losail

Ferrari salva el ‘match ball’ tras una carrera sin orden ni concierto en Losail

Max Verstappen ganó como si nada, Ferrari pudo salvar una situación crítica y Fernando Alonso acabó séptimo, tras cuatro carreras fuera de los puntos. Las opciones en Losail se esfumaron para Carlos Sainz por culpa de un pinchazo, aunque su sexta posición en la meta permite aún ciertas opciones a la Scuderia, forzada a recuperar 21 puntos a McLaren el próximo domingo en Abu Dhabi. El podio de Charles Leclerc, a seis segundos del vencedor, mantuvo viva la llama roja para la última carrera del Mundial. Hasta ahí los hechos. Sin embargo, por debajo de ellos asomó la figura de Rui Marques, director de carrera, involuntario protagonista de un alocado GP de Qatar.

Tras su precipitada incorporación el pasado domingo en Las Vegas, Marques quiso asumir en Losail un triple desafío (categoría reina, F2 y la Academy femenina), pero durante buena parte de la carrera pareció sobrepasado por la responsabilidad. El primer accidente en la salida desde hace muchas semanas había dejado en muy mal lugar a Nico Hulkenberg. Su feo error en la primera curva, con los neumáticos duros fuera de temperatura, dejó fuera de combate a Franco Colapinto y Esteban Ocon, pero no mereció sanción alguna del portugués.

La resalida dejó malparado a Alonso, que pisó la grava en la curva 13 para perder la posición ante Nico Hulkenberg. La velocidad punta del Aston Martin quedó en ridículo ante Lewis Hamilton. En un principio, el asturiano habló de un tema "preocupante", antes de explayarse en su mensaje de radio: "Es increíble que llevemos dos malditos años con este problema".

El espejo de Albon

Por entonces, Mike Krack, team principal de la escudería de Silverstone, debía lamentar el temprano adiós de Lance Stroll, que había causado una colisión con Alex Albon penalizada con 10 segundos. Tras un fugaz paso por boxes, el canadiense se vio abocado al abandono, el primero desde el GP de Arabia Saudí.

En la vuelta 24, Mercedes lanzó el undercut para sorprender a McLaren, pero un despiste de los mecánicos con la rueda trasera derecha frustró la tentativa. Según el último ganador en Las Vegas, su coche se desequilibraba a alta velocidad en las curvas 2, 4 y 5. Hamilton, tras una sanción de cinco segundos por una salida irregular, se debatía entre mayores dificultades, rodando medio segundo más lento que la cabeza.

Justo cuando se alcanzaba el ecuador, Albon perdió el espejo retrovisor en plena recta y Marques optó por las banderas amarillas en lugar del safety car. Lo asombroso del asunto es que el director de carrera no ordenó retirar esas piezas, que claramente entorpecían a los pilotos a su llegada a la curva 1, el único punto claro de adelantamientos. No hubo mayor novedad hasta que Valtteri Bottas se llevó por delante el espejo.

Alonso, en el 'pit-lane', durante un periodo de 'safety car'.

Alonso, en el 'pit-lane', durante un periodo de 'safety car'.EFE

Casualidad o no, Sainz y Hamilton sufrieron sendos pinchazos. Justo cuando el madrileño pasaba por boxes, Marques ordenó el safety car que destrozaba sus opciones de podio. De la quinta posición a la octava. Unos minutos antes, Leclerc había preguntado a sus ingenieros si debía atacar o no los pianos. Lógica preocupación por la salud de sus gomas.

La reanudación suponía una oportunidad para Lando Norris, que lanzó los colmillos a Verstappen. Sin suerte, como viene siendo costumbre. El holandés se había quejado por radio de que el líder de McLaren no había respetado la ralentización. Y la respuesta de Marques fue contundente: 10 segundos de stop and go para el británico. De la segunda a la última plaza. Un balón de oxígeno para Ferrari.

La rendición de Hamilton

Por detrás, una avería iba a truncar cualquier opción de Sergio Pérez, en busca de su primer top-5 desde el GP de Miami. Siendo deshonrosa la retirada del mexicano, aún tuvo más dignidad que la rabieta de Hamilton. El heptacampeón se había excedido con la velocidad en el pit-lane y Marques, implacable, le aplicó un drive through. "Retirad el coche", suplicó Sir Lewis, ante la lógica negativa de Mercedes.

Por entonces, Norris volaba con aire limpio en busca de algún punto. Ese consuelo que perseguían Guanyu Zhou y Bottas tras 22 carreras a cero con Sauber. Tras deshacerse de Liam Lawson, Yuki Tsunoda y Bottas, el británico escaló hasta la décima plaza, con el bonus de la vuelta rápida (1:22.384).

Malas noticias para Ferrari, donde Sainz se quedó a medias ante Pierre Gasly. Una persecución infructuosa ante el Alpine, cuyo convulso proyecto acabará sexto en el Mundial. Según los rumores, Esteban Ocon ni siquiera subirá al coche el próximo domingo en Yas Marina, donde Jack Doohan podría tomar el volante.

Un cambio radical para la 'pole' de Verstappen en Losail, donde Alonso vuelve al 'top-10'

Un cambio radical para la ‘pole’ de Verstappen en Losail, donde Alonso vuelve al ‘top-10’

En cuatro horas, las que separaron la sprint race de su vuelta en la Q3, Max Verstappen convirtió un coche inservible en otro capaz de marcar la pole (1:20.520) en Qatar. La prodigiosa evolución de Red Bull, con nuevos reglajes en el RB20, dejó con cara de pasmo a George Russell, 55 milésimas más lento y Lando Norris, que se las prometía muy felices tras el doblete de McLaren en la carrera vespertina. No hubo antídoto posible ante el flamante tetracampeón mundial, que volverá a comandar la parrilla 11 carreras después.

"No esperaba un cambio tan radical en el rendimiento. He sentido el coche muy estable", admitió Verstappen, cuya ganancia respecto a su mejor crono de la qualy del viernes se cifró en ocho décimas. Su último intento causó tanto asombro como el modo en que, unos minutos, se había cruzado ante Russell. La ralentización no causó mayores daños y la FIA hará caja con su multa a Red Bull.

Lo que queda fuera de toda duda es que cuando irrumpe el holandés volador, la competencia se queda sin argumentos. También Ferrari, cuyas opciones en el Mundial de Constructores menguan con el paso de las horas. El quinto puesto de Charles Leclerc y el séptimo de Carlos Sainz se antojan insuficientes frente a McLaren, que alzará su primer título desde 1998 si mañana suma 14 puntos más que la Scuderia.

"Es lo que esperábamos aquí"

Sobre un asfalto a 22ºC, con mejoras estructurales que bajaban 3,4 segundos el tiempo por vuelta respecto a 2023, a Sainz se le notó siempre incómodo en las vertiginosas curvas de Losail, tan poco propicias para su coche. "Es lo que esperábamos aquí, quedar a dos y tres décimas de la cabeza", admitió el madrileño, tras sufrir demasiado subviraje con el neumático blando. Para colmo de males, en la Q2 sus mecánicos le liberaron en el momento erróneo y sólo el frenazo de Carlos evitó la colisión con Lewis Hamilton en el pit-lane.

Aun con un punto más de inspiración, Leclerc tampoco pudo apuntarse a la caza mayor. Su tercer puesto en la Q2, a 31 centésimas de Verstappen, se desvanecería un cuarto de hora después. Desde el lado limpio de la parrilla, el monegasco deberá presionar a Norris y Oscar Piastri, asumiendo los riesgos propios de una situación límite.

Más alentadora se presenta la carrera para Fernando Alonso desde el octavo escalón de la parrilla. Durante la carrera al sprint ni siquiera podía seguir el rastro de Pierre Gasly, pero a una vuelta, el asturiano exprimió todo el potencial de su monoplaza. Con el neumático blando, tan difícil de desentrañar para McLaren, Aston Martin confirmó su paso adelante.

Alonso, el sábado, en el 'pit-lane' de Losail.

Alonso, el sábado, en el 'pit-lane' de Losail.AFP

El AMR24 se mostraba aún más competitivo que la víspera, que ya había supuesto una indiscutible mejora respecto a Austin, Brasil o México. Sin embargo, con el quinto mejor tiempo de la Q1, el equipo de Mike Krack empleó otro juego de nuevos con Alonso. No había riesgo de eliminación, así que esa decisión sólo podía explicarse como preparativo de cara a la segunda criba.

El bicampeón sólo había rodado 89 milésimas más lento que Russell y Lance Stroll también se mantenía fuera del alcance de Williams y Visa Cash App RB. Sin embargo, a la hora de la verdad, el canadiense pinchó en hueso, mientras Fernando, tras abortar su primer intento, deslumbró con una vuelta casi perfecta (1:21.20). En la Q3, tras una vuelta borrada por superar los límites de la pista, Fernando también pudo darse el gusto de desbancar a Kevin Magnussen y Sergio Pérez.

Carlos Sainz, ante su último desafío con Ferrari: el apoyo del 'Team 55', una muestra de lealtad y un extintor en la recámara

Carlos Sainz, ante su último desafío con Ferrari: el apoyo del ‘Team 55’, una muestra de lealtad y un extintor en la recámara

El pasado domingo, nada más bajarse del coche y despojarse del casco, Carlos Sainz celebró de un modo muy contenido su tercer puesto en Las Vegas. Se trataba del octavo podio en una temporada donde también ha sumado dos triunfos. Todo un empujón para Ferrari en su lucha por el Mundial de Constructores. Sin embargo, nadie de la plana mayor de la Scuderia se acercó para recibirle. De hecho, el primer abrazo de Carlos en el corralito fue para Roberto Merhi, uno de los miembros del círculo íntimo de Carlos. Un núcleo duro que se autodenomina Team 55 y que acostumbra a celebrar cada éxito alzando un extintor a modo de trofeo.

Merhi, que disputó 13 carreras del Mundial 2015 con Marussia, también ha viajado este fin de semana al GP de Qatar. Desde el arranque del campeonato, Teto viene supervisando la preparación de Sainz en compañía de Pierluigi della Bona, su preparador físico. De inconfundible bigote y arrolladora simpatía, el italiano luce con orgullo sus dos tatuajes como ofrenda a las dos victorias de 2024. Y bromea con lo sucedido en una discoteca de México DF, donde sostuvo en hombros a Carlos, brindando por la última. Dos indicios del clima que se respira en el Team 55. De esa camaradería apenas queda rastro en Ferrari, obligada hoy por las urgencias y desconcertada por los rifirrafes entre sus pilotos.

En estas dos últimas carreras, el equipo dirigido por Frédéric Vasseur necesita remontar 24 puntos a McLaren para conquistar el Mundial de Constructores. Más que un objetivo, se trata de una exigencia, dado que ya sufre la peor travesía por el desierto de su historia. Han transcurrido 5.869 días desde que en 2008 alzó su último título. Nueve días más que la anterior sequía, cifrada entre 1983 y 1999. Sin embargo, los recientes sucesos en Las Vegas y las características del trazado qatarí no invitan este fin de semana al optimismo. Ni para Sainz, ni para Charles Leclerc.

"mirándonos a los ojos"

La madrugada del pasado domingo, el monegasco salió muy contrariado del Strip Circuit. A su juicio, Carlos no quiso respetar las órdenes de equipo, incumpliendo lo acordado en el briefing previo. De modo que él vio perdida una buena oportunidad de recortar distancias con Lando Norris, segundo clasificado del Mundial, con 21 puntos de margen. Su enfado llegó a alcanzar un punto hiriente: "Si no hizo caso a lo que le dijeron, que prueben a decírselo en español". No obstante, la escucha completa de los mensajes de radio contradice la versión de Leclerc. Sainz supo adelantarle en la vuelta 33 sin hacer mella en el ritmo de su compañero y después se defendió de su acoso con el DRS porque el graining de sus neumáticos y su batería no le permitían un mejor ritmo.

"Todos cometimos errores. Lo hemos discutido de puertas para adentro y hemos pasado página", explicó Sainz el jueves en Losail, tras definir su vínculo personal con Leclerc como "muy bueno". Una versión refrendada por su antagonista: "A veces fui yo quien sobrepasó los límites y otras lo hizo él. Pero siempre lo hablamos, mirándonos a los ojos". Esta misma temporada, los tifosi ya se echaron a temblar durante sendos encontronazos en el GP de EEUU y la sprint race del GP de China.

De modo que Vasseur hubo de poner orden en Las Vegas. Según el reputado periodista Leo Turrini, del diario Quotidiano Nazionale, la petición del team principal no admitía medias tintas: "Aún os quedan dos fines de semana juntos y Ferrari exige una colaboración leal. Renunciar a cualquier esperanza en el Mundial por caprichos individuales sería intolerable".

Sainz, el viernes, durante la primera sesión libre en Losail.

Sainz, el viernes, durante la primera sesión libre en Losail.EFE

Este tipo de advertencias no son necesarias con Sainz, que ni siquiera alzó la voz tras perder su asiento en favor de Lewis Hamilton. Una situación muy incómoda. Casi una traición. La gota que colmaría la paciencia de cualquiera. Sainz, comprometido con Williams hasta más allá de 2026, no va a cerrarse él mismo un hipotético retorno a Maranello. Quemar los puentes, como demuestra el caso de Fernando Alonso, nunca será buena idea. Ni siquiera en esta Scuderia, volcada desde 2020 con un Leclerc al que allí dentro se le conoce como Il Predestinato.

103 puntos en juego

Aun conociendo todo lo que se cuece a su alrededor, Sainz quiere seguir defendiendo con lealtad al Cavallino hasta el próximo 8 de diciembre. Si recupera nueve puntos ante Oscar Piastri, acabará cuarto el Mundial, el mejor puesto de su vida. Sólo unas horas después del GP de Abu Dhabi, probará por primera vez el Williams durante un test oficial.

De momento, la batalla se antoja difícil ante McLaren, que el pasado octubre ya subió a sus dos pilotos al podio de Qatar, sólo por detrás de Max Verstappen. Con 103 puntos en juego, incluida la sprint race del sábado, la escudería de Woking parte como favorita para alzar su primer título desde 1998. El MCL-38 parece adaptarse mejor a las curvas rápidas de Losail, donde el año pasado hubo que adaptar una estrategia de tres paradas por los problemas con los neumáticos. Para paliar esas situaciones críticas, los organizadores han pulido los pianos en siete de las 16 curvas y han colocado unas bandas de grava para evitar que quienes se salgan de la línea ganen ventaja.

Si Ferrari llega aún con opciones al último capítulo, Abu Dhabi tampoco se espera como un territorio propicio. Durante las pasadas 15 ediciones en Marina Bay, los coches rojos no lograron ni una victoria, rodando únicamente 13 vueltas en cabeza. En cualquier caso, ese será el momento de Sainz para el adiós a Riccardo Adami, ingeniero de pista, o Pedro Cebrián y Rita Simonini, responsables de comunicación. También con los ingenieros Calum McDonald y Riccardo Corte. Todos miembros honoríficos del Team 55. Ese grupo de amigos que el pasado marzo en Bahrein posaron por vez primera con un extintor porque Ferrari ya había empaquetado el trofeo original.

Los exabruptos de Leclerc tras el podio de Sainz: "Soy el único que respeta lo acordado"

Los exabruptos de Leclerc tras el podio de Sainz: “Soy el único que respeta lo acordado”

Había motivos para pensar en un doblete en Las Vegas, pero la penúltima carrera del Mundial no acabó como esperaban en Ferrari. El tercer puesto de Carlos Sainz, justo por delante de Charles Leclerc, se vio enturbiado por una discutible estrategia de los ingenieros y por las quejas del piloto monegasco, cuyos furiosos mensajes de radio enrarecieron aún más el ambiente.

Los 27 puntos arañados en el Strip Circuit acercan un poco más al liderato al equipo de Maranello, que sólo cuenta con 24 menos que McLaren. A falta de lo que suceda en Qatar y Abu Dhabi, Ferrari podría volver a proclamarse campeón, casi dos décadas después de aquel enloquecido Mundial 2008. "Vamos a ir paso a paso, pero si recortamos 15 puntos en cada carrera podemos hacerlo", comentó Frédéric Vasseur, team principal de la Scuderia.

Para alzar esa decimoséptima corona, el objetivo priorioritario del equipo pasa por recuperar la paz interna en el garaje, puesta de nuevo en entredicho tras el enfado de Leclerc. Tras cruzar la meta, el ganador en Mónaco, Monza y Austin lanzó un sinfín de exabruptos. "Sí, hice mi trabajo. Pero me jode, todo el puto tiempo. Todo el puto tiempo. No se trata de ser amable, sino respetuoso. Sé que debo callarme pero al final siempre sucede lo mismo. Así que, oh Dios", lanzó durante su conversación con Bryan Bozzi, su ingeniero de pista.

"No estoy contento con Carlos"

Unos minutos más tarde, durante su comparecencia ante las televisiones en la zona mixta, Leclerc cambió el tono, pero no el fondo de su mensaje. "No estoy contento con Carlos, aunque tampoco voy a entrar en detalles. Hablamos de ello antes de la carrera y siempre soy el único que respeta esos acuerdos. A partir de ahora sólo pensaré en mí", lamentó en referencia a la batalla frente al español, a quien aventaja en 60 puntos. Asimismo, Leclerc calificó como "una pena" el hecho de no haber podido recortar más en su lucha por el subcampeonato ante Lando Norris, a quien aún ve a 21 puntos.

Cuando le preguntaron sobre el intercambio de posiciones durante el primer relevo con los neumáticos intermedios, Leclerc se mostró tajante. "Lo hice en la primera recta. Ni siquiera me había llegado la orden del equipo, pero ya les dije por radio que lo haría".

El pique se había ventilado en la vuelta 27, cuando Lewis Hamilton asediaba a los Ferrari. Por entonces, Sainz rodaba medio segundo más lento que Leclerc, ralentizado el pobre rendimiento de sus neumáticos. De hecho venía suplicando entrar en boxes para el pit-stop incluso antes de que el equipo ordenase un intercambio de posiciones. En la vuelta 28, Sainz amagó con entrar en boxes, pero en el último momento rectificó. Un volantazo que bien podría haberle costado una sanción por parte de Rui Marques, que debutaba como director de carrera en sustitución de Niels Wittich.

Cuando Carlos preguntó por lo sucedido, Riccardo Adami, su ingeniero de pista, admitió que el equipo no estaba preparado para recibirle. "Oh, vamos. Despertad, chicos", exclamó Sainz. En la vuelta 32, cuando Leclerc regresó al asfalto con su nuevo juego de duros, Sainz se mostró implacable a la hora de recuperar la tercera plaza.

"No es algo agradable, ni necesario"

Todo este embrollo enfureció a Leclerc, acostumbrado a recibir un trato de favor durante las cuatro últimas temporadas. Tras la carrera, Sainz no se dio por aludido, optando por la sordina y por resolver el asunto de puertas adentro. "Las cosas no marcharon bien, ni para mí, que perdí mucho tiempo, ni para Charles. No fue una situación sencilla de manejar. Por eso prefiero analizarla más tarde", relató el vencedor en Australia y México.

"Hemos decidido no hablar de esto con los medios y lo resolveré con Charles. Nunca enciendo la radio y no lo voy a comentar con la prensa, porque no es algo agradable, ni necesario. Llevaba dos vueltas pidiendo parar. Quería dejar pasar a Charles porque era más rápido, pero sabía que detrás teníamos a Hamilton, así que también pedía parar porque había mucho graining".

Ese amargo sabor de boca teñía el discurso de Vasseur. "En este circuito, las condiciones son muy cambiantes a lo largo del fin de semana. Nuestro ritmo del viernes era mejor que el de hoy. Hoy teníamos margen para haber hecho mejor las cosas", finalizó el suizo.

Verstappen completa su póker de campeón en Las Vegas

Verstappen completa su póker de campeón en Las Vegas

Bajo los neones y la fuente del Hotel Bellagio, con su efigie resplandeciendo en los LED de la colosal The Sphere, Max Verstappen se coronó por cuarta vez campeón del mundo en Las Vegas. Repantingado en un Rolls Royce, ni siquiera hubo de acudir al podio para descorchar el champán. Su quinto puesto en la meta, justo por delante de Lando Norris, resultaba suficiente. En ningún momento de la madrugada, el piloto de McLaren osó entrometerse. El doblete de Mercedes, con George Russell y Lewis Hamilton por delante de Carlos Sainz, tampoco iba a distraerle de lo esencial. Mad Max, gracias a esta cuarta corona, ya se codea en el Olimpo de la F1 con Alain Prost y Sebastian Vettel.

"Ha sido una temporada muy larga, plagada de dificultades, pero nos hemos mantenido como equipo. Ahora me siento aliviado y también orgulloso", admiitó el tetracampeón, recordando las veces que hubo de mantener la calma. Ahora que ha caído el telón llega el momento de subrayar la verdadera grandeza de Verstappen, cuyo genio aventajó a la potencia de su monoplaza. Porque en la antepenúltima cita del Mundial, Red Bull no encontró manera de seguir el ritmo de Mercedes y Ferrari. El trabajo ya estaba hecho.

Los 18ºC sobre el asfalto, la temperatura más elevada desde el jueves, favorecían la candidatura de Ferrari. En la salida, Charles Leclerc activó el pulsador de la detonación para superar a Sainz por el exterior de la primera curva. Un cambio de posición que cambiaba las prioridades en la Scuderia. La superioridad numérica ante Russell debía ser explotada por los ingenieros de Frederic Vasseur.

Sobrevivir al 'graining'

La dicha de Leclerc se perdería pronto por las alcantarillas. En la octava vuelta, tuvo que ceder la posición ante Sainz y Verstappen, porque el rendimiento de sus gomas intermedias habían caído en picado. Dos giros más tarde, Sainz debió pasar también por boxes. Verstappen había devorado al español, abocado desde entonces a lidiar con Franco Colapinto, Valtteri Bottas y Kevin Magnussen para recuperar el segundo puesto frente al holandés.

Un par de vueltas después llegaría el turno en boxes para Mercedes. La confirmación de que el compuesto duro tampoco sobrevivía. Ni a la degradación, ni al graining, esa molesta acumulación de virutas sobre la superficie de rodadura. Tan elevados niveles de desgaste obligaban a un plan de dos paradas. Sainz alertó reiteradamente a sus operarios para volver a entrar, aunque según su propio testimonio, recogido en la radio, tuvo que mantenerse sobre el asfalto un par de giros porque no lo habían preparado todo en el pit.

Cumplido el ecuador de la prueba, Ferrari había perdido cualquier opción de victoria. El ritmo de Mercedes y su comprensión de los neumáticos no sólo hacían volar a Russell, plácidamente instalado en el liderato, sino que facilitaban la remontada de Hamilton, desde la décima plaza de la parrilla hasta la segunda. Cerrado ese doblete, el único aliciente para las 10 últimas vueltas sería la batalla por la tercera plaza del podio.

Russell, Hamilton y Sainz, en el podio del Strip Circuit.

Russell, Hamilton y Sainz, en el podio del Strip Circuit.AFP

"¿Queréis que los mantenga atrás?", preguntó Verstappen al contemplar por sus espejos el alerón delantero de los Ferrai. "Creo que deberías, sí", replicó Giampiero Lambiase. La duda venía al caso porque apenas unos minutos antes habían aleccionado a Max para que no se enredase en nimiedades para focalizarse en lo esencial.

Cerrar el título resultó pan comido ante Norris, que deambuló por las interminables rectas del Strip Circuit como un espectro naranja. "Parece que en cualquier momento me voy a quedar sin la rueda delantera derecha", lamentó el británico, incapaz de mantener una resistencia digna. Mientras en el garaje de Red Bull preparaban las camisetas y gorras para la fiesta, McLaren detenía a su líder para el bonus de la vuelta rápida. Un triste epílogo para este Mundial donde tanto se esperaba de ellos.

Alonso, undécimo

La noche tampoco resultó propicia para Fernando Alonso, relegado de la zona de puntos por Yuki Tsunoda y Sergio Pérez. Pese a su fantástico segundo relevo con los neumáticos duros, el asturiano finalizó undécimo. Demasiados minutos enganchado al tren del DRS del japonés y Nico Hulkenberg.

Decimosexto en la salida, el bicampeón ya había tenido que lidiar con Pérez y Kevin Magnussen para ganar un par de puestos. Sin mayores horizontes, Aston Martin le llamó para un madrugador pit-stop donde colocaría los duros. Al menos, los mecánicos no se demoraron tanto como con Lance Stroll, a quien no prepararon las ruedas con la diligencia necesaria. Ya queda menos para que Mike Krack, team principal del equipo de Silverstone, eche la persiana a este infausto 2024.

Obra maestra de Verstappen en Interlagos y jaque mate al Mundial

Obra maestra de Verstappen en Interlagos y jaque mate al Mundial

Hubo escenas muy similares a las del GP de Brasil 2003, cerrado con aquel brutal accidente de Fernando Alonso, tercero en el podio. Una vorágine de desconcierto, un asfalto deslizante como el cristal y una serie de controvertidas decisiones de la FIA. En el GP de Sao Paulo 2024 se mezclaron de nuevo esos ingredientes para mayor gloria de Max Verstappen, que al fin acabó con su mala racha. 10 carreras sin victoria se antojaban demasiadas para el próximo campeón del mundo, que destrozó la moral de Lando Norris en Interlagos. Con 86 puntos en disputa ahora cuenta con 62 de ventaja.

Desde el GP de Japón 2005, con aquella remontada de Kimi Raikkonen, ningún piloto subía a lo más alto del podio tras partir decimoséptimo. Ese fue el nuevo registro de Verstappen para la historia de la F1. Norris, autor de varios disparates sobre el asfalto empapado, pasó de la pole a la sexta posición en la meta. Tras casi dos horas y media apretando los dientes, el tricampeón enseñó al aspirante cómo se gana un título, vuelta rápida incluida (1:20.472).

McLaren no pudo asomar siquiera a un podio completado por Esteban Ocon y Pierre Gasly. Un éxito sin precedentes para Alpine, que se lleva 33 puntos en una carrera, cuando en las 20 anteriores apenas sumó 16. El riesgo de su estrategia, retrasando al máximo la entrada a boxes, se tradujo en bingo para Oliver Oakes, su flamante team principal. También para Verstappen, beneficiario de esa misma bandera roja. El jaque mate de Mad Max.

"La espalda me duele mucho"

Lástima que a la épica de Interlagos no pudieran sumarse Carlos Sainz y Fernando Alonso. Tras su triunfo del pasado domingo en México, el madrileño se marchó de vacío, tras un accidente en la vuelta 40. Tampoco hubo razones para la sonrisa del asturiano, penúltimo de los 15 supervivientes. "Voy a acabar por nuestros mecánicos, que han hecho un trabajo increíble. Pero la espalda me duele mucho. El rebote del coche no es normal", subrayó el bicampeón por radio.

El desgobierno de la FIA se hizo palpable desde antes incluso de arrancar. Cuando Lance Stroll, camino de Descida do Lago, sufrió un trompo inadmisible para el que encontró un remedio aún más absurdo. Atrapado en la grava, la baja del canadiense se sumaba a la de Alex Albon, para quien Williams no pudo recuperar el coche dañado en la qualy. Los mecánicos de Ferrari también disponían de poco más de dos horas, así que bastante hicieron para que Carlos Sainz saliera desde el pit-lane.

El caos al que nos referíamos se concretó cuando los comisarios mostraron la señal de salida abortada. Norris, desde la pole, se puso en marcha sin la pertinente luz verde, mientras otros, como Valtteri Bottas o Max Verstappen, seguían en sus posiciones. «Aquí se han infringido todo tipo de procedimientos», le dijeron por radio al líder del Mundial. Los pilotos no sabían si iniciar otra vuelta de formación o mantenerse en la salida abortada. Para redondear el delirio, el incidente de Norris iba a resolverse una vez terminada la carrera.

La grúa levanta el Ferrari de Sainz en la curva 8.

La grúa levanta el Ferrari de Sainz en la curva 8.AFP

Tras 17 minutos de espera, dio comienzo una carrera a 69 vueltas, dos menos de las programadas. Nada más apagarse el semáforo, el habitual error de Norris, incapaz de contener a Russell, que un minuto antes se había quejado de la fría temperatura de sus frenos. Por entonces no llovía, pero sólo los elegidos mantenían el rumbo sobre un asfalto tan deslizante. Verstappen, por ejemplo, ganó cinco posiciones en la primera vuelta. Unos metros más adelante, Sergio Pérez hizo un trompo que le dejaba como farolillo rojo.

De esa dualidad palmaria también sabían en Mercedes. El liderato de Russell, a un paso no demasiado rápido, contrastaba con los padecimientos de Lewis Hamilton. "La conducción es realmente mala. El coche rebota mucho", lamentaba el heptacampeón, que en las horas previas había disfrutado al volante del McLaren MP4/5B de Ayrton Senna. Una de las afrentas que hubo de soportar fue verse sin recursos ante un novato como Oliver Bearman, que ha sustituido a Kevin Magnussen.

Los colores de Haas volvieron a hacerse notar en la vuelta 28, cuando Nico Hulkenberg patinó de mala manera en la curva 1, desencadenando el virtual safety car. Un momento de singular importancia, acrecentado además por la lluvia, que multiplicó su intensidad. Norris aprovechó la tesitura para adelantar a Russell bajo una cortina de agua.

En un domingo tan delicado, Liam Lawson era uno de los hombres a seguir. Si el neozelandés había cumplido cediendo el paso ante Verstappen, cuando llovió de verdad volvió a recurrir a sus peculiares astucias frente a Hamilton y Oscar Piastri. Mientras tanto, una bandera negra frustraba cualquier opción de Hulkenberg. Justo castigo al modo en que sacó el coche de la curva 1, gracias al empujón de un par de comisarios.

Aún no se había cumplido el ecuador de la prueba cuando Franco Colapinto chocó violentamente contra las protecciones la última curva. La gota que colmaba el vaso de la FIA, que ordenó de inmediato la bandera roja. Por entonces, Esteban Ocon, Verstappen y Pierre Gasly, los únicos que no habían completado un pit-stop, rodaban en cabeza. Todos se apresuraron a bajar del coche en busca de cobijo, implorando por que amainase la lluvia.

Tras 20 minutos de espera, la salida lanzada iba a dejar impactantes estampas. La visibilidad era muy precaria, claro, pero Norris cometió otro error de cálculo, que le condenó a muchos metros por fuera. Verstappen esperó su momento para devorar a Ocon y Sainz acabó contra las protecciones de la curva 8. Otro safety car para ese último tercio de carrera, convertido en mero trámite para Verstappen.