El Real Madrid golpea primero (y fuerte) a Unicaja

El Real Madrid golpea primero (y fuerte) a Unicaja

Una semifinal casi como una final, porque nadie parece más poderoso en ACB que Real Madrid y Unicaja, los finalistas de Copa en febrero, el mejor equipo (de largo) de la temporada regular ante el campeón de tantas cosas (Intercontinental, Supercopa, Copa, Champions), el que asombra por su juego y su osadía, el que acudía tras expulsar al Barça en cuartos. Exhausto en el primer round de semifinales, donde los de Chus Mateo golpearon primero y bien fuerte. [99-81: Narración y estadísticas]

Para saber más

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Son conscientes los blancos de que sólo les resta ya la Liga para esquivar el fantasma del año en blanco. Que no tienen excusas (más allá de la lesión de Deck), tras el parón sin Final Four, y una racha que impone: 24 victorias seguidas en Liga (25 ya) y 14 meses sin perder en casa. Esa frescura, unida al acierto, les sirvió para tumbar por k.o. a Unicaja, una noche en la que los de Ibon Navarro pasaron bien pronto página. No fueron ellos, pero que nadie les de por muertos, claro.

El Madrid corría y el Unicaja perseguía sombras. Los primeros 20 minutos fueron definitivos. Hubo en ese rato de ciclón algo de aroma a cuentas pendientes, a dejar las cosas claras. Pero bien es cierto que Unicaja llegaba con el susto en el cuerpo desde el domingo, cuando se vio eliminado por el Barça. También con la adrenalina de la remontada, de la victoria en la prórroga. Cansancio, físico y mental, al fin y al cabo. Que no perdonó un Madrid listo para el zafarrancho.

Al que acompañó la puntería desde el amanecer, cuando el duelo parecía un intercambio de golpes. Duró poco. A los dos triples iniciales de Tillie el Madrid contestó con una rotundidad que asustaba. A pares Ndiaye, Hezonja... Más difícil todavía Musa, que acertó sus cuatro primeros, 14 puntos en siete minutos del bosnio. La distancia se disparó hasta los 20 puntos, casi quebrado el encuentro desde tan temprano.

Defensa

Porque a la defensa blanca era como si le debieran dinero. Mordía Campazzo (siete asistencias, cinco robos), Abalde bordaba cada movimiento táctico, Tavares y Bruno Fernando mantenían a raya la pintura. Cero puntos al descanso entre Kendrick Perry y Tyson Carter resumían bien la situación.

La segunda parte no cambió demasiado el panorama. Campazzo seguía apretando y Musa golpeando. Unicaja no veía ni un rastro de luz en el horizonte. Y pronto se vio pensando en el viernes. Todo tan sentenciado que pasaron cosas. Hubo minutos hasta para Rathan-Mayes. Garuba sufrió una brecha en la cabeza tras un choque con Tillie. Y Tavares y Ejim tuvieron sus más y sus menos.

El Valencia agota al Tenerife y golpea primero en la semifinal

El Valencia agota al Tenerife y golpea primero en la semifinal

Actualizado Martes, 10 junio 2025 - 23:33

El juego de perímetro de Chris Jones, Brancou Badio y Jean Montero y el despliegue interior de Jaime Pradilla condujeron al Valencia Basket a la victoria en el primer partido de las semifinales ante La Laguna Tenerife. El equipo de Pedro Martínez controló siempre la situación en una noche donde llegó a dominar por 16 puntos, aunque los canarios aún confían en sus opciones de recuperar el factor cancha el próximo jueves, cuando se dispute, otra vez en La Fonteta, el segundo encuentro de la serie. [Narración y estadísticas (83-65)]

Los locales manejaban un plan muy claro: correr para desgastar al veterano equipo tinerfeño. Lo hicieron de inicio, pese a que no le entraron los primeros tiros, y lo hizo también después, cuando Pradilla, intenso y maduro, había abierto ya la tapa del aro aurinegro.

Para poder correr, los locales tuvieron antes que agobiar a Marcelinho Huertas. Badio y Sergio de Larrea se turnaron para defenderle. En la otra zona, el Tenerife no se tuvo que preocupar tanto de Montero, lastrado por un golpe en la mano derecha. El arrojo de Thomas Scrubb y de Yannis Morin permitió al Tenerife no venirse abajo tras el primer arreón.

El duelo se paró con un rifirrafe entre Pedro Martínez y Giorgi Shermadini que descentró al Tenerife. Lo leyó bien Jones que, inspirado, disparó la ventaja del Valencia hasta ponerle en disposición de romper el partido antes del descanso (45-29, m.18). Solo un despliegue de calidad y de garra de Aaron Doornekamp permitió al Tenerife evitarlo (47-37, m.20).

Triple para empatar

En el regreso a la pista, el canadiense siguió sumando aciertos exteriores para mantener a su equipo cerca. Ademas, la defensa de Jones sobre Marcelinho permitió al brasileño estar más suelto. La ventaja local, que se había asomado a los 20 puntos, estaba ahora sólo en tres tras un nuevo triple del ala-pívot (53-50, m.25).

Tuvo Jaime Fernández triple para empatar pero lo erró y el Valencia reaccionó. Lo hizo de la mano del siempre valiente Badio, que anotó y generó para que sus compañeros recuperaran confianza, incluido Montero. Pero esta vez el Canarias no esperó para responder y Marcelinho y Bruno Fitipaldo no sólo mantuvieron cerca a los suyos, sino con buenas sensaciones (67-59, m.30).

Con el inicio del último cuarto llegó el momento del dominicano. Sin acordarse ya de su mano derecha, abrió con sus penetraciones la defensa visitante y minó la moral de los visitantes, que volvieron a verse 10 abajo. Había dado Txus Vidorreta algo de descanso a Doornekamp y lo tuvo que recuperar, pero ya era tarde (77-62, m.33).

Gio Shermadini: "En mis inicios en Georgia entrenaba ocho horas cada día. Nadie lo cree"

Gio Shermadini: “En mis inicios en Georgia entrenaba ocho horas cada día. Nadie lo cree”

Gio Shermadini (Mtskheta, Georgia, 1989) es un jugador contracultural, un gigante aparentemente lento y sin amenaza exterior, pero contra el que nadie parece poder hacer nada en las pinturas de la ACB desde que aterrizara en Tenerife hace seis años (MVP en las temporadas 2021 y 2023). El pívot repasa sus atribulados inicios en el baloncesto, su deambular por media Europa después, su conexión con Marcelinho Huertas y su vida en la isla con sus cinco hijos mientras afronta la semifinal contra el Valencia.

Para saber más

Buscan la primera final de ACB en la historia del Tenerife. Parece un broche perfecto a este ciclo.
Es una oportunidad histórica. Llevo aquí seis años y esta es la segunda vez que disputo una semifinal. Acabamos de derrotar al Joventut, que es un muy buen equipo. Esta temporada estamos jugando increíblemente bien, aunque los dos últimos partidos de la temporada regular tuvimos un error, perdimos en casa contra el Valencia y en Manresa. Hubiera sido clave ser segundos, que era el objetivo. Estas cosas pasan. Ahora tenemos dos partidos en Valencia y si ganamos uno...
Dos equipos ofensivos, pero con estilos muy diferentes.
A ellos les gusta correr. Son un equipo muy, muy bueno ofensivamente. Tenemos que detener su contraataque, esto será la primera clave. Y después imponer nuestro juego, que como todo el mundo conoce es más de pick and roll, con Marcelinho y Fitipaldo amenazando desde el triple...
¿Cuál es el secreto del Tenerife?
Que sabemos quiénes somos. Muchos de los jugadores en la plantilla tenemos 36, 37 años... Marcelinho 42. Aaron [Doornekamp] 39. Somos el equipo más veterano. Pero la clave es que el entrenador Vidorreta sabe cómo manejarlo. Sabe cuánto tenemos que entrenar. Y creo que esto es lo más importante. No estamos cuatro horas por la mañana. Entrenamos una hora y media, pero de mucha calidad, haciendo todo correctamente, en ataque, en defensa. No entrenamos tanto y estamos descansados. Esto son detalles que son importantes para los jugadores. Llevo aquí seis años y nunca hemos entrenado dos veces. Nunca. El entrenador lo sabe, me lo ha dicho: para él no es solo entrenamiento, entrenamiento, entrenamiento. No, no, no. Tenemos que entrenar menos, pero tenemos que entrenar mejor. Buena calidad, buena intensidad.
¿Sienten que son un equipo incómodo para los rivales?
Esa es la sensación, sí. Estos días nos hemos preparado para el Valencia, hemos visto muchos vídeos. Ya sabemos cómo juegan. Pero ellos también piensan en nosotros. Tienen que saber cómo defendernos, ya sea a mí, a Marce o a Bruno. Para ellos tampoco es fácil. No es fácil jugar contra nosotros, pero... Bueno, ellos tienen grandes jugadores, especialmente... He olvidado su nombre. ¿Cómo se llama? El tirador. ¡Jean Montero! Montero [ríe]. Está muy bien, toda la temporada, nuestro objetivo es pararle. Aunque cualquiera puede anotar.
Explíqueme esa conexión con Marcelinho
Marce es lo mejor que me ha pasado en mi carrera. Es una gran persona, un gran jugador, y está haciendo un gran trabajo, no solo para mí, sino para todos. En cada partido, reparte más de 10 asistencias... Es increíble. Da buenos pases y también anota. El otro día 39 puntos con 42 años. Si tienes un buen base a tu lado, todo es diferente. Marce es como si fuera la mitad de nuestro equipo, lo sabe todo. Puede leer el juego, jugar el pick and roll. Si yo no estoy sólo, sabe que en la esquina habrá alguien liberado. Es genial. Ojalá juegue muchos años, pero yo sé que cuando se retire va a ser un gran entrenador. Estoy seguro, porque él tiene ese talento.
Shermadini, junto a Huertas, durante un partido de ACB.

Shermadini, junto a Huertas, durante un partido de ACB.Aitor Bouzo / ACB Photo

¿Recuerda sus inicios?
Empecé a jugar tarde. En mi familia todos son muy altos. Mi padre mide 2.06, mi madre 1,85, mi hermano 2,08, mi hermana casi 1,90... En un verano yo crecí de repente y me hice más grande que mi hermano mayor. Todavía iba al colegio y siempre había sido más bajito que él. Me puse en 2,15. Jugaba en el colegio, pero nada especial, nada profesional. Yo no vivía en la capital. Mi pueblo está a unos 30 minutos en coche y esos desplazamientos eran un problema. Cuando fiché por el Maccabi de Tbilisi en 2005 todo era muy difícil. Mi padre tenía que conducir todo el tiempo, del entrenamiento a casa. Y fueron tres años duros, cada día entrenábamos unas siete y ocho horas, con mi hermano. Imagina. Entrenábamos muchísimo, cada día. Primero físico, luego cancha, individual, más entrenamientos con el segundo equipo y por la tarde con el primero... Fue muy duro, tres años así. Pero gracias a Dios, ahora estoy aquí. Tengo una familia increíble y he conseguido muchas cosas. Pero a la gente se lo seguiré contando, que entrenaba todos los días siete y ocho horas. Probablemente nadie me creerá.
Se fue al Panathinaikos con Obradovic y en 10 años, 10 equipos.
En el Maccabi de Tbilisi el dueño, judío, quiso que se llamara como el de Tel Aviv. En uno de mis primeros partidos anoté 89 puntos y quedé máximo anotador. Anotaba como 50 y 60 puntos cada partido. En 2008 me fichó el Panathinaikos de Zeljko Obradovic. Y empezó mi viaje por Europa, demasiados equipos, entrenadores, compañeros... Por eso pienso que La Laguna Tenerife es mi destino final.
Un georgiano que ha encontrado en Canarias su casa.
Así es. Tengo cinco hijos. Somos muy felices, desde la primera temporada. Y si la familia está feliz, todo está ok. Mi hija mayor tiene 14 años y juega al voleibol aquí. Ya mide dos metros. Mi hijo juega al baloncesto, en el club. Luego tengo dos gemelos de siete años y una pequeña de año y medio, Ioanna. Una familia enorme. El club es genial, el presidente... Me pagan bien, nos dan una buena casa. Y tengo un entrenador increíble, que me lo ha dado todo, que confía en mí, se nota que nos entendemos. Gracias a él he conseguido muchos trofeos, He sido dos veces MVP, tengo el récord de la liga de MVP del mes, 24 ó 25 [superó el récord de Tanoka Beard]. Ya se me olvidó. Todos estos récords son gracias a Txus, cambió algo en mí. Como te dije, esta es mi última parada. No sé cuánto más jugaré, tal vez dos o tres temporadas. No creo que tanto como Marce, pero lo intentaré (ríe).
Imagina cómo hubiera sido su carrera en los 80, cuando los pívots como usted dominaban.
Sí, lo he pensando muchas veces. No lo sé. Quizás hubiera ido bien o quizás no. Ahora ha cambiado el modelo de baloncesto, a muchos entrenadores no les gustan los pívots grandes. Los prefieren más fuertes, más bajitos, que puedan lanzar de tres... Pero yo tengo suerte, a Txus le gustan los tipos grandes como yo. Sigo haciendo mi trabajo bien. Si alguien quiere venir a ganarme en algún partido, estoy preparado. Aunque me lancen de tres.
Shai dirige la orquesta de Oklahoma para doblegar a Indiana y empatar la final de la NBA

Shai dirige la orquesta de Oklahoma para doblegar a Indiana y empatar la final de la NBA

Los Oklahoma City Thunder reaccionaron este domingo con autoridad y poderío a su debacle del pasado jueves, se impusieron a los Indiana Pacers por 123-107 y empataron por 1-1 la final de la NBA.

Tres días después de la puñalada en el corazón de Tyrese Haliburton en el último segundo, los Thunder supieron esta vez cerrar un encuentro que ya ganaban de 23 puntos en el segundo cuarto y contaron con una sólida versión de su trío estelar: Shai-Gilgeous Alexander, Chet Holmgren y Jalen Williams.

La serie por el anillo viaja ahora a Indianápolis, donde los Pacers intentarán defender el factor cancha en el tercer y cuarto partido, que se disputarán el 11 y el 13 de junio, respectivamente.

Con la presión de no conceder un 0-2 que habría sido una verdadera losa, los Thunder recuperaron su mejor imagen: la del fabuloso conjunto que arrasó en la campaña regular con un impresionante 68-14.

Shai fue el director de orquesta perfecto con 34 puntos (11 de 21 en tiros), 5 rebotes, 8 asistencias y 4 robos. Pero además el MVP de esta temporada obtuvo, a diferencia del primer encuentro, el respaldo de dos decisivos Holmgren (15 puntos y 6 rebotes) y Williams (19 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias).

Saliendo desde el banquillo con furia, también resultaron fundamentales Alex Caruso (20 puntos con 4 de 8 en triples) y Aaron Wiggins (18 puntos con 5 de 8 desde el perímetro). Oklahoma ganó la batalla por el rebote (43 por 35) y toda su defensa rindió a un excelente nivel.

Por el contrario, Haliburton, capaz de lo mejor y lo peor, estuvo desaparecido durante los tres primeros cuartos (5 puntos) y solo se dejó notar en el último cuando la remontada era una quimera. Demasiado irregular, el base acabó con 17 puntos (7 de 13), 3 rebotes y 6 asistencias con 5 pérdidas de balón.

Tampoco estuvo fino Pascal Siakam con 15 puntos y 7 rebotes pero 3 de 11 en tiros.

Myles Turner (16 puntos) y Aaron Nesmith (14 puntos con 4 de 8 en triples) pusieron de su parte en Indiana, que tuvo a siete jugadores en dobles dígitos de anotación pero a ninguno por encima de los 20 puntos.

Holmgren despierta y Shai remata

Uno de los señalados en la catástrofe del primer partido de Oklahoma fue Holmgren, que solo aportó 6 puntos con un penoso 2 de 9 en tiros.

Con mucho que corregir, el pívot se puso las pilas esta domingo desde el salto inicial, sumó 9 puntos (4 de 5) solamente en el primer cuarto y también presumió de intimidación en defensa.

Por su parte, Indiana lo fio todo al triple ya que 14 de sus 21 tiros en el primer capítulo fueron desde el perímetro, pero los Pacers no afinaron su puntería (5 de 14) y los de Mark Daigneault se anotaron el cuarto (26-20).

La defensa de Oklahoma, una apisonadora que ha machacado ataques a lo largo de la NBA durante toda la temporada, empezó a marcar el ritmo: el primer +10 llegó con 10.24 para el descanso (33-23) y el primer +15 (que fue la máxima ventaja el jueves) lo alcanzó con 7.06 para el intermedio (42-27).

El colapso en ataque de Indiana coincidió con los minutos de Haliburton en el banquillo y los Pacers, que habían limitado sus pérdidas de balón en el primer cuarto a solo 3, se enredaron en el segundo con 6.

El Paycom Center, habitualmente una muy ruidosa olla a presión, explotó con un triple de Wiggins y una canasta de Shai que ampliaron el margen por encima de los 20 puntos tras un monumental parcial de 19-2 (52-29 con 4.48 en el reloj).

Tres tiempos muertos tuvo que pedir Rick Carlisle en ese periodo y los Pacers, fieles a su condición de equipo totalmente irreductible, cortaron la hemorragia con un parcial de 0-10.

Pero finalmente los Thunder cerraron ese gran cuarto por 33-21 y, con un 51,1 % en tiros de campo, se marcharon al vestuario con un prometedor 59-41 de la mano de Shai (15 puntos), Holmgren (11) y Williams (9).

Siakam y Andrew Nembhard (9 puntos cada uno) fueron de lo poco rescatable en un espeso ataque de los Pacers, atascados con un 34,9 % en tiros (31,8 % en triples, 7 de 22) y con un Haliburton ausente (3 puntos con 1 de 5).

La pregunta que ha dominado este 'playoff' volvió a asomarse en la mente de todos: "¿Existe una ventaja lo suficientemente grande y segura ante estos impredecibles, incansables y heroicos Pacers?".

Desde luego, Indiana no bajó los brazos. En el tercer periodo llegó a ponerse a 13 puntos con Turner liderando la carga (10), pero entonces se topó con un exquisito Shai.

El base canadiense manejó el ritmo con maestría, metió 12 puntos para abortar cualquier rebelión de los Pacers y condujo a los Thunder al desenlace con todo a su favor (93-74).

Esta vez la épica milagrosa no apareció del lado de Indiana y Oklahoma, sin más sobresaltos, colocó el 1-1 en las Finales.

Shai sigue batiendo récords

Shai-Gilgeous Alexander se convirtió este domingo en el decimosegundo jugador en la historia de la NBA que supera los 3.000 puntos en una sola temporada sumando fase regular y 'playoff'.

Solo otros once jugadores en la historia de la NBA alcanzaron los 3.000 puntos entre temporada y postemporada, una lista encabezada por un Michael Jordan que lo consiguió en diez ocasiones y un Wilt Chamberlain que lo logró cinco veces.

El resto solo superaron los 3.000 puntos en una ocasión: Luka Doncic, James Harden, Kevin Durant, Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, Bob McAdoo, Kareem Abdul-Jabbar, Rick Barry y Elgin Baylor.

Además, el MVP de esta temporada en la NBA también selló otro registro histórico ya que nadie había anotado 72 puntos en sus dos primeros partidos en unas Finales de su carrera.

Con 38 puntos el jueves y 34 este domingo, Shai superó el anterior registro, que pertenecía a Allen Iverson con 71 puntos en total en los Philadelphia 76ers de 2001.

El Unicaja aparta al Barça en la prórroga y se cita en semifinales con el Real Madrid

El Unicaja aparta al Barça en la prórroga y se cita en semifinales con el Real Madrid

Actualizado Lunes, 9 junio 2025 - 00:19

Unicaja le devolvió al Barça el golpe del primer partido de la serie de cuartos de los playoffs de la ACB. Los de Joan Peñarroya, que contaron con un Jabari Parker implacable (37 puntos, 37 de valoración), dilapidaron una máxima ventaja de 10 puntos en el cuarto periodo para que los locales, de la mano de un Tyson Pérez todo corazón, forzaran una prórroga en la que, pese a algún coletazo azulgrana, de nuevo con Parker como gran protagonista, el conjunto malagueño acabó por imponerse por 97-95 y selló así su clasificación para unas semifinales en las que se medirá al Real Madrid y que arrancan a partir del próximo miércoles con dos partidos consecutivos en el Movistar Arena.

El equipo de Ibon Navarro se las arregló para castigar de inicio un aparente exceso de permisividad en el tiro exterior que mostró el Barça en el primer cuarto para anotarse una primera victoria parcial por 24-18 con Kameron Taylor y Melvin Ejim como jugadores locales destacados, cada uno con seis puntos en su casillero después de haber llegado a atesorar una máxima ventaja de 8 puntos en el primer periodo del duelo. Los azulgrana, mientras con Parker algo más entonado que el resto de sus compañeros, pero lejos también de su versión más implacable y con Kevin Punter siguiéndole tímidamente de cerca solo un punto por debajo.

Punter, precisamente, sí se mostraría voraz en un segundo cuarto en el que, pese a que los locales lograron marcharse pronto por diez puntos en el luminoso (30-20) con sendos triples de Olek Balcerowski y Alberto Díaz de por medio, el Barça se las arregló para igualar el marcador, primero, y ponerse por delante, por mucho que esa alegría acabara por durarle bien poco. Algo en lo que también ayudarían, y mucho, un par de triples anotados por un Álex Abrines que supo buscarse la vida para explotar uno de sus puntos más fuertes. Unicaja, pese al arreón, se las arregló para reaccionar y marcharse al descanso un punto por encima (43-42).

Dos 3+1 de Punter

Las buenas sensaciones azulgranas se confirmaron en un tercer cuarto donde Punter asumió el mando anotador y en el que el propio Parker, Fall y Brizuela aportarían para atesorar una máxima ventaja de 11 puntos, ante un rival al que le costaba horrores anotar. La férrea defensa de los barcelonistas les permitiría anotarse un nuevo triunfo parcial, en este caso por 12-22, que les permitía plantarse en el último y definitivo periodo con todo en sus manos para meterse en las semifinales.

Una apariencia que se demostraría del todo falaz en el cuarto periodo. Tras un intercambio de golpes inicial, y el arrojo de Tyson Pérez, sumado a una canasta de Kendrick Perry, acabó por forzar un empate (84-84) tras un triunfo parcial por 29-20 y permitió así que los locales llevaran la resolución a una prórroga en el que la inercia jugó a favor del empuje de Unicaja, por mucho que Punter, con sendas acciones de 3+1, amenazara desde el perímetro. A la postre, los locales se impusieron por 97-95 para citarse con el Real Madrid en semifinales y condenaron a los barcelonistas a cerrar la presente temporada en blanco.

El Real Madrid doma a la fiera Baskonia, completa un brutal ejercicio ofensivo y avanza a semifinales

El Real Madrid doma a la fiera Baskonia, completa un brutal ejercicio ofensivo y avanza a semifinales

Pablo Laso elevó el listón, pero no fue suficiente para que su errante Baskonia fuera obstáculo: el Real Madrid está ya en semifinales de la ACB, a la espera de Unicaja o Barça (el domingo decidirá el Carpena tras la victoria malagueña en el Palau). Eso sí, los vitorianos exigieron un descomunal ejercicio ofensivo para ser derrotados, 112 puntos (sólo superados esta temporada por los 116 al Maccabi en Euroliga) en el Buesa para el triunfo 24 de carrerilla. Una noche de espectáculo. [103-112: Narración y estadísticas]

Para saber más

Todo fue desenfreno, pero el Madrid supo responder a la puja local. Una fiesta completa, como si anotar no costara, con 10 tipos por encima de los 11 puntos. Fue en la segunda mitad cuando Chus Mateo dio con la tecla, cuando pudo frenar el empuje vitoriano aplicando semejante castigo. Tremendos Campazzo y Andrés Feliz, enorme Llull y sus cuatro triples (18 puntos). Eficaz en el remate Tavares. Cuando domó a la fiera, el Madrid se sintió superior.

Pero le costó buenos sudores, especialmente al comienzo. El arranque fue una feria del triple, 10 jugadores desatados en el Buesa. En los siete primeros minutos, siete había acertado el Baskonia (seis entre Forrest y Samanic, tres cada uno), por cuatro del Madrid, con Llull como una moto. No existían las defensas o los ataques las trituraban. En este salto sin red que ha sido su temporada (muy mala en general), Laso optó por el rock and roll, como en sus mejores tiempos en la casa blanca. Su equipo anotó 33 puntos en el primer round (nueve triples de 12) y el Madrid sobrevivía como podía.

Tuvo que recurrir Mateo a su chistera táctica para detener al ciclón que lideraba Trent Forrest. Porque llegó a caer por 10 (43-33). Primero optó por una zona. Ayudó en ese tramo la aparición de Dzanan Musa, en el segundo partido tras su lesión. Y después con un quinteto de bajitos (dos bases, Abalde, Hugo González y Garuba al cinco), que despistó por completo a un Baskonia que vio cómo su ventaja desaparecía. Si antes Feliz había mantenido la puja, ahora era Campazzo el que elevaba el tono blanco.

Campazzo, ante Baldwin.

Campazzo, ante Baldwin.L. RicoEFE

El argentino fue el que tocó a rebato a la vuelta, para que el Madrid se pusiera por delante, para que respondiera con la misma medicina ofensiva. La noche en el Buesa seguía siendo maravillosa, un tiroteo sin respiro. Pero el Baskonia empezaba a dar signos de no poder seguir ese ritmo. Porque en los blancos todos se unían a la verbena: Llull, Musa, Hugo González, Hezonja y hasta Bruno Fernando. Y, por supuesto, Feliz, que culminó un tremendo tercer cuarto de su equipo con un triple sobre la bocina para la máxima (81-88).

El dominicano siguió con el equipo a la espalda después, cuando ya el Madrid paladeaba un triunfo que le exigió una brutal versión de sí mismo. En defensa y en ataque Andrés Feliz, el mismo base que parecía perdido al comienzo de temporada, ahora un líder total. En la recta de meta, mientras Forrest insistía, apareció Tavares para zanjar el asunto.

El Unicaja responde al Barça con una paliza en el Palau

El Unicaja responde al Barça con una paliza en el Palau

La temporada de Unicaja, campeón de Supercopa, Copa y Champions League, no podía morir así, tan temprano, tan sin ser ellos. En el Palau Blaugrana, contras las cuerdas tras su derrota del martes, los de Ibon Navarro desplegaron su versión más voraz para seguir con vida, para pasar por encima del Barça y forzar el tercer partido (será el domingo en el Carpena) que resuelva la eliminatoria de cuartos. [59-81: Narración y estadísticas]

Fue Oleg Balcerowski el as que se sacó de la manga Navarro, el elemento desequilibrante de ese plan que siempre tiene alternativas. El gigante polaco desplumó definitivamente en la segunda parte a un Barça que nunca se encontró, siempre a remolque del ritmo de Kendrick Perry, incapaz de aprovechar el match ball que se trajo de Málaga.

Un duelo roto ya mediado el tercer acto, cuando Joan Peñarroya buscaba soluciones y no las encontraba ante un rival sin fisuras. Una paliza finalmente. "El peor partido del año en el Palau", resumió el técnico local.

Desde bien pronto el Barça pareció desinflado, como si el esfuerzo de la prórroga en Málaga el martes hubiera dejado sin fuerza a su menguada rotación, pese a la victoria. Todo fueron problemas desde el amanecer: una agresión de Justin Anderson a Barreiro (que sólo fue sancionada con antideportiva...), dos faltas rápidas de Fall y un Unicaja eléctrico y acertado. Con los puntos de Perry y un par de buenas acciones de Tillie cerró el primer round con ventaja clara (17-26). Que no menguó después, agresivos Taylor y Carter también, decididos mientras los azulgrana aguantaban como podían.

Pero el empuje de Unicaja se mantuvo a la vuelta. Enérgico. Perry era un demonio en el Palau y el Barça se tambaleó, con preocupantes grietas defensivas hasta un -14 (38-52), alarma roja. La solución de Peñarroya fue directamente un suicidio. Quitó a Willy Hernangómez y jugó sin pívots ante Balcerowski (Ibon Navarro dejó fuera esta vez a Sima y Osetkowski), que se puso las botas y estiró la distancia hacia lo inasumible.

Los Pacers golpean primero y tumban a los Thunder tras otra remontada milagrosa

Los Pacers golpean primero y tumban a los Thunder tras otra remontada milagrosa

Los Indiana Pacers de Tyrese Haliburton, expertos en remontadas increíbles y épicas, se inventaron este jueves otro milagro para vencer por 110-111 a los Oklahoma City Thunder y adelantarse por 0-1 en las Finales de la NBA.

Los Pacers sufrieron en la primera mitad ante la apabullante defensa de Oklahoma y fueron por detrás en el marcador durante toda la noche, pero supieron resistir, recortaron el margen de los Thunder y una canasta alucinante de Haliburton a falta de solo 0.3 segundos les dio su primera ventaja de la velada, que resultó definitiva.

El segundo encuentro de las Finales se jugará este domingo también en Oklahoma.

Haliburton había tenido una actuación muy discreta (acabó con 14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) pero volvió a demostrar que es el mago de las remontadas en este 'playoff' ya que por de su chistera han salido triunfos inverosímiles frente a los Milwaukee Bucks, los Cleveland Cavaliers y los New York Knicks.

Nada apuntaba algo similar para Indiana tras una primera mitad desastrosa en la que cometieron 20 pérdidas de balón atornillados por la defensa de Oklahoma.

Pero estos Pacers no se rinden jamás y ahora tienen el factor cancha para intentar conquistar el primer anillo de la NBA de su historia (tienen tres títulos de la ABA).

Esta es la quinta remontada de 15 o más puntos que logra Indiana en este 'playoff', algo que no se había conseguido jamás en la era 'play-by-play' de la NBA.

Seis jugadores visitantes acabaron en dobles dígitos de anotación con Pascal Siakam (19 puntos y 10 rebotes), Obi Toppin (17 puntos y 5 de 8 en triples) y Myles Turner (15 puntos y 9 rebotes).

El acierto en el triple (18 de 39 para 46,2%) les mantuvo en el encuentro en los peores momentos y del naufragio de pérdidas antes del descanso pasaron a solo 5 en la segunda mitad con un 25-35 en el último cuarto para sellar otra remontada memorable.

Por los Thunder, que tiraron por la borda un partido que tenían totalmente encarrilado (+15 con 9.42 para el final), Shai-Gilgeous Alexander fue el mejor con 38 puntos (14 de 30 en tiros), 5 rebotes y 3 asistencias.

Lu Dort estuvo sensacional en ambos lados de la cancha (15 puntos con 5 de 9 en triples, 4 rebotes y 4 robos) pero el ataque local no estuvo a la altura de su imponente defensa y terminó con un 39,8% en tiros de campo con 36,7% (11 de 30) en triples.

Jalen Williams solo despertó al final (17 puntos con 6 de 19) y Chet Holmgren no tuvo su día (6 puntos con 2 de 9).

El ruido de un trueno

El Paycom Center de Oklahoma City no tiene la solera del Madison Square Garden, pero el estadio de los Thunder es conocido por ser uno de los más ruidosos de la NBA.

La afición hizo esta noche honor a su fama con gritos como truenos ('thunder', en inglés) desde el calentamiento y con el pabellón convertido en un mosaico de camisetas blancas solo interrumpido por las amarillas de algunos intrépidos fans de los Pacers.

En la pista, la primera novedad fue la entrada en Oklahoma de Cason Wallace en el quinteto titular en lugar de Isaiah Hartenstein, lo que permitía a Mark Daigneault un emparejamiento más natural con solo un 'grande' (Chet Holmgren) frente a Turner.

Mucho menos sorprendente fue el excelente rendimiento defensivo de los Thunder desde el salto inicial. ¿El mejor ejemplo? Los Pacers son una maravillosa maquinaria en ataque que sabe limitar muy bien sus pérdidas de balón, pero esta noche se estrellaron con 9 en el primer cuarto y 20 al intermedio.

En todo el sexto encuentro de su serie ante los New York Knicks solo perdieron 13 balones.

El principal responsable de esa carnicería defensiva fue un Dort que aparecía en cada metro cuadrado de la cancha: Dort anulando a Haliburton, Dort en las ayudas, Dort en el rebote... y hasta Dort en el triple, con un 3 de 5 desde el perímetro para una primera mitad fabulosa y no reflejada en la estadística con 9 puntos, 4 rebotes y 4 robos.

El ataque fue cosa de Shai con 19 puntos al descanso (12 en el primer periodo), pero el limitado 37% en tiros de los locales permitió que los Pacers llegaran al descanso con vida (57-45).

El marcador era ajustado pero la primera mitad fue preocupante para los de Rick Carlisle, incapaces de encontrar ese frenético y abrumador ritmo ofensivo que les ha guiado hasta las Finales.

Haliburton estuvo desaparecido (6 puntos, 3 asistencias y 3 pérdidas), Siakam tampoco destacó (8 puntos), y Aaron Nesmith y Turner se enredaron con 4 pérdidas cada uno.

La dinámica se mantuvo en la reanudación. Los Thunder continuaban siendo un portento en defensa pero con un ataque solo sujetado por Shai y Dort mientras que los Pacers seguían demasiado temerosos y demasiado erráticos aunque cortaron la hemorragia de las pérdidas.

Un triple crucial de Shai en el último segundo enfrió un intento de reacción de Indiana y Oklahoma desembarcó en el desenlace con un 85-76.

Silenciado por Haliburton

No daba la impresión de que fuera un día de milagros pero estos Pacers tocados por los dioses desafían cualquier expectativa.

Un triple muy afortunado de Turner contra tablero les colocó a solo 4 puntos (98-94 con 6.16 por jugarse). En la grada se escuchaban algunos murmullos: "¿Y si sucede otra vez...?".

Shai tomó las riendas y desde la línea de personal dio algo de tranquilidad a unos Thunder con cada vez menos aplomo.

En cambio, los Pacers no dejaban de crecer en confianza sumando efectivos como Toppin o Andrew Nembhard y Siakam situó a los suyos a solo un punto en el último minuto tras rebote ofensivo.

Unos Thunder temblorosos no pudieron sumar ni con Shai ni con Williams y Haliburton, con un zarpazo marca de la casa, silenció Oklahoma.

La NBA intenta resucitar el All Star y en 2026 el 'partido de las estrellas' enfrentará a EEUU contra el Resto del Mundo

La NBA intenta resucitar el All Star y en 2026 el ‘partido de las estrellas’ enfrentará a EEUU contra el Resto del Mundo

Actualizado Jueves, 5 junio 2025 - 08:31

No es un secreto que el All Star de la NBA languidece. Las audiencias se desploman a la misma velocidad que la calidad baloncestística y el público ya no disfruta de un partido que antaño era uno de los eventos más importantes de la temporada en la mejor liga de baloncesto del mundo. Por eso, los responsables de la competición tratan de resucitar este clásico y buscan que en 2026 sea, como en la década de los 90, un evento espectacular.

Así, el comisionado de la NBA Adam Silver ha anunciado de que el All Star de la NBA de 2026 enfrentará a "alguna versión" de un equipo de Estados Unidos contra otro del Resto del Mundo, informa Efe. "Qué mejor momento para organizar alguna versión de Estados Unidos contra Resto del Mundo. Todavía no sé qué formato será", afirmó Silver en el programa 'Breakfast Ball'.

La NBA lleva años buscando formas para devolver brillo al partido de las estrellas, que en las últimas temporadas ha sido marcado por un muy modesto nivel competitivo. Ya utilizó esta fórmula en 2019 durante el fin de semana que engloba el All Star, pero no como el partido principal y sí como uno de los muchos entretenimientos que se ofrecen durante el evento.

"El verano pasado nuestra competición olímpica fue un gran éxito, esos partidos EEUU-Serbia...", recordó Silver.

El comisionado de la NBA dijo, además, que está muy pendiente de lo que hizo este año la NHL, que remplazó su All Star con un torneo entre cuatro selecciones que enfrentó a Estados Unidos con Finlandia, Suecia y Canadá.

El All Star NBA de 2026 se disputará en Los Ángeles el 15 de febrero de 2026.

Tavares aplaca el efecto trampa del Baskonia de Laso

Tavares aplaca el efecto trampa del Baskonia de Laso

Que Edy Tavares es un factor diferencial en el baloncesto europeo es algo obvio. Pero también que con su mejor versión, la que luce últimamente, el Real Madrid es otro. Aleja sus miserias, potencia sus virtudes. Así fue en el partido trampa contra el Baskonia, unos cuartos fugaces al mejor de tres, después de 22 victorias seguidas en ACB, pero también de no haber conquistado ni la Copa ni la Euroliga. Con el gigante en modo dominador, una actuación tan descomunal como silenciosa (16 puntos, 12 rebotes, dos tapones, tres recuperaciones... para 35 de valoración), todos los intentos de los de Pablo Laso quedaron en poco. [82-76: Narración y estadísticas]

No fue el mejor partido del Madrid, ni mucho menos. Sin demasiado acierto, sin fluidez, con pérdidas... Chus Mateo habló nada más terminar de "tiros precipitados" y de "dificultad mental". No se despegó en toda la tarde de un Baskonia animado, al ritmo de Markus Howard y sus chispazos de desenfreno. Pero el poderoso despliegue en la pintura de Tavares, una reacción en el tercer cuarto (con Llull y Feliz) y algunos triples fundamentales cuando los vitorianos intentaban acercarse en el desenlace, fue suficiente para evitar el abismo que hubiera supuesto el 0-1.

El Baskonia aguantó el pulso realmente bien en la primera mitad. Iba a ser la tendencia. Con concentración y, sobre todo, con muchas alternativas. Pablo Laso encontraba soluciones en su banquillo. Cuando Khalifa Diop y Moneke se cargaron temprano de faltas, apareció primero Rogkavopoulos y después Samanic, invitados inesperados ante un Real Madrid que avanzó a tirones.

Campazzo supera Sedekerekis durante el primer partido de cuartos, en el Palacio.

Campazzo supera Sedekerekis durante el primer partido de cuartos, en el Palacio.JUANJO MARTINEFE

Lúcido en el comienzo, especialmente en defensa. Sus fallos desde el perímetro y sus pérdidas (10 al descanso) le impedían distanciarse. Luego Markus Howard desequilibró la tarde en el Palacio, un 0-8 para una primera ventaja visitante (15-22). Y los blancos no encontraron la comodidad; a Campazzo le costaba encontrar fluidez, todo era demasiado enrevesado.

Iban a llegar los nervios, el runrún del Palacio, porque el Madrid seguía sin despegar, fallando y fallando triples. Al borde de la desesperación, a remolque del Baskonia. Que sólo encontraba un gran hándicap, el de Tavares. Contra el gigante, todo era oscuridad en la pintura. Un dominio sereno y constante. Un triple de Feliz y una contra de Llull, provocada por un tapón de Tavares, igualó la tarde. Era el inicio de un parcial de 15-1 (triples de Hugo González y Llull), justo antes del acto final, el punto de inflexión.

Pues aumentó con otro triple de Feliz (11 de ventaja). Él y Llull supieron ver el peligro, llamar a rebato. Pero aún quedaba mucho y el Baskonia, pese a tambalearse, iba a volver a la carga. Peleó hasta casi la línea de meta, con Samanic y Howard. No peligró el triunfo del Madrid, pero casi, ante un rival que promete batalla.