El aniversario de Fernando Alonso y los elogios de Red Bull: "Sus dos títulos no le hacen justicia"

El aniversario de Fernando Alonso y los elogios de Red Bull: “Sus dos títulos no le hacen justicia”

El jueves, la ausencia Fernando Alonso no pasó desapercibida en el Autódromo Hermanos Rodríguez, un circuito con un ambiente muy especial, donde este fin de semana cumple 400 Grandes Premios en la Fórmula 1. El asturiano, víctima de una indisposición que le venía minando desde el lunes, debió cancelar sus compromisos ante la prensa para ultimar su puesta a punto. Según las previsiones de Aston Martin, el GP de México resultará complicado para Fernando, que volverá a probar las actualizaciones aerodinámicas estrenadas en Austin.

"Durante los últimos días no me he sentido al 100% a nivel físico, pero espero estar bien el domingo. Además, este circuito tampoco es muy exigente en cuanto a la alta velocidad y las fuerzas G", aseguró Alonso, de 43 años, expuesto a los rigores de una pista situada a más de 2.000 metros de altitud. Uno de los escenarios donde peores resultados ha obtenido, con tres abandonos en las cuatro últimas temporadas. De hecho, tras siete participaciones, su mejor posición en la meta fue el noveno puesto de 2021.

El viernes, el trabajo de Alonso al volante del AMR24 se ciñó a la segunda sesión libre, donde ocupó la undécima plaza, a 88 centésimas de Carlos Sainz, autor del mejor crono del día (1:17.699). Sin embargo, esos 90 minutos tampoco sirvieron para extraer demasiadas conclusiones sobre el monoplaza, dado que Aston Martin, al igual que McLaren, Mercedes, Ferrari y Sauber, optó por probar los neumáticos de Pirelli para el próximo Mundial. En la primera sesión, el equipo liderado por Mike Krack ya había previsto que su piloto probador, Felipe Drugovich, tomase el relevo de Alonso. El brasileño se sumó a una nómina de novatos que también incluía a Pato O'Ward, Andrea Kimi Antonelli, Oliver Bearman y Robert Schwartzman.

"La edad es sólo un número"

Sin embargo, la larga sombra de Alonso se hizo notar especialmente durante la rueda de prensa de los jefes de equipo, donde Christian Horner lanzó encendidos elogios en torno a su figura. "Tiene 43 años y sigue en gran forma, demostrando que la edad es sólo un número. Con las herramientas adecuadas estoy seguro de que estaría delante", comentó el team principal de Red Bull, alabando "la longevidad, la competitividad, las estadísticas y el talento" del doble ganador de las 24 Horas de Le Mans. "Sus dos títulos mundiales no le hacen justicia. Debía haber ganado mucho más que eso", puntualizó.

Asimismo, Horner confirmó que a comienzos de este mismo año, cuando Sergio Pérez no había firmado su renovación, mantuvieron conversaciones con Alonso para formar una dupla junto a Max Verstappen. "Flavio Briatore y él siempre andan evaluando el mercado, lo que demuestra lo hambriento y competitivo que es", subrayó el británico, en referencia al mánager de Fernando. Esa opción junto a Mad Max parece haberse esfumado para siempre en Red Bull, que deberá mejorar sus prestaciones en México, donde el líder del Mundial se quejó de falta de potencia tras la primera sesión libre y sólo pudo completar cuatro vueltas en la segunda por un problema de motor.

Mucho más preocupante se presenta el fin de semana para Aston Martin. "Esperamos un fin de semana difícil, como el año pasado. Es un circuito duro para nuestro paquete, pero lo daremos todo", advirtió Alonso. El asturiano, aunque suma 396 participaciones oficiales en el Gran Circo, estuvo presente de forma activa en tres más: GP de Bélgica 2001, GP de EEUU 2005 y GP de Rusia 2017. Asimismo, se inscribió en el GP de Bahrein 2016, aunque aquella vez en Sakhir no pudo subirse a su McLaren. Desde su debut en el GP de Australia 2001, Alonso acumula 105 grandes premios con Renault, 96 con Ferrari, 94 con McLaren, 44 con Alpine, 41 con Aston Martin y 16 con Minardi.

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Hubo razones para disfrutar del festival de Ferrari en Austin, donde Charles Leclerc y Carlos Sainz aseguraron el segundo doblete rojo de 2024 tras el GP de Australia. Sin embargo, la emoción genuina, la que ha arrastrado a 430.000 aficionados este fin de semana al Circuito de las Américas, se gestó en el duelo entre Max Verstappen y Lando Norris. Un duelo al sol de Texas, donde el aspirante pretendía arañar tres puntos al tricampeón merced a un ajustadísimo adelantamiento a cuatro vueltas para la meta. En el ápice de la curva 12 se tomaba cumplida revancha tras su drama del pasado 30 de junio en el Red Bull Ring. Sin embargo, los comisarios castigaron su maniobra con cinco segundos. El podio pasaba a Verstappen, cuarto en la meta, por apenas nueve décimas. El golpe de gracia para la moral de McLaren.

A falta de cinco carreras, Norris queda ya a 57 puntos del liderato. Demasiado ante Mad Max, un genio favorecido por los dioses y las leyes. Ni con la superioridad mecánica de su MCL-38, el bisoño Norris se siente capacitado para desafiar al gran tirano. El consuelo del Mundial de Constructores, cada semana más cerca, se quedará algo corto para McLaren. Una oportunidad como puede que sólo se dé una vez en la vida.

Mientras tanto, Ferrari brindará con tequila en Texas, porque Leclerc se pasó 56 vueltas cuidando sus ruedas y conversando afablemente con Bryan Bozzi, su ingeniero de pista. Todo salió rodado desde la salida. Entonces se sentían los 46º C sobre el asfalto, más que suficiente para calentar las gomas medias, pero Norris estuvo frío y timorato. En la primera curva, en lugar de un candidato al título, se vio a un rookie dejar vía libre a Verstappen por el interior. Leclerc, que lo vio venir, aprovechó para tomar la cabeza, mientras Sainz asediaba al líder del Mundial. Ferrari, cuyas buenas perspectivas se vislumbraron desde la única sesión libre del viernes, agradecía los favores.

"Huele a gasolina"

Sin embargo, en la novena vuelta, las luces rojas saltaron en el monoplaza de Sainz. "No tengo potencia a la salida de las curvas. Huele a gasolina", alertó el madrileño, mientras rodaba tercero, con dos segundos sobre Norris. Cuando todo parecía perdido, los ingenieros de Frederic Vasseur mantuvieron la calma hasta ajustar la entrega del motor. El doblete, por tanto, pasaba por desestabilizar Verstappen con la estrategia adecuada.

En la vuelta 22, Sainz se anticipó con un cambio a las gomas duras, pensando quizá en el undercut con el que Kevin Magnussen había destrozado a Pierre Gasly. McLaren seguía a la expectativa, reservando sus bazas. Quizá demasiado. El liderato provisional de Norris suponía un simple espejismo, porque el adelantamiento de Leclerc a Piastri compendiaba el arrebatador brío del SF-24.

Verstappen ya había pasado también a los duros, aunque tampoco podría amenazar ya el doblete rojo. Su única misión, desde la vuelta 32, sería contener a Norris, empeñado en destrozar los cronos con sus gomas nuevas. Tras devorar sus seis segundos de desventaja, el británico enfilaba hacia el podio como un disparo. Calculó con mimo su movimiento, pero los jueces, ante el asombro general, dieron otra vez la razón a Verstappen.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.AP

Aún peor marchó el domingo para Lewis Hamilton, decimoséptimo en la parrilla, cuyo intento de remontada se perdió en la grava de la curva 19. Un drama para Mercedes, que había llegado a Austin con muchos humos, pero que en la Q3 ya había perdido también a George Russell, por un accidente que le obligaría a partir desde el pit-lane. El rictus de Toto Wolff durante el periodo de safety car se agrió aún más tras una irregularidad de Russell ante Valtteri Bottas en la curva 12, penalizada con cinco segundos por los comisarios.

Alonso, decimotercero

El vacío de las Flechas de Plata, sumado a la habitual incomparecencia de Sergio Pérez, pudo ser aprovechado por dos novatos como Franco Colapinto y Liam Lawson. No por azar, el neozelandés y el argentino saborearon sendos adelantamientos ante Alonso. Síntoma inequívoco de que donde no le alcanza a Aston Martin sí llegan Williams y Visa Cash App.

Alonso había ganado una posición en la parrilla gracias a las reparaciones en el coche de Russell, pero nadie en el box de Mike Krack iba a llevarse a engaño. Las simulaciones de sus ingenieros les retrasaban hasta la decimotercera plaza, por detrás de los Haas y los Williams. Sin puntos al alcance, el único cometido del asturiano sería recopilar datos para el futuro. Para cuando esas actualizaciones aerodinámicas estrenadas en Austin sí le permitan competir con la dignidad debida. Porque las computadoras de Aston Martin dieron en el clavo: Alonso cruzó decimotercero la línea de meta.

Carlos Sainz apunta maneras en Austin y Fernando Alonso obra otro pequeño milagro

Carlos Sainz apunta maneras en Austin y Fernando Alonso obra otro pequeño milagro

Volaba Max Verstappen en busca del mejor crono en Austin, pulverizando los datos en el primer sector, pero un accidente de George Russell en la curva 19 impidió cualquier mejora, regalando la pole a Lando Norris (1:32.330). Tres horas antes, el líder del Mundial había destrozado la moral de su gran adversario durante la sprint race, así que Norris iba ya a la desesperada. Con 54 puntos de déficit, el chico de McLaren necesitaba reaccionar en el Circuito de las Américas. El mensaje por radio de Will Joseph, su ingeniero de pista, supuso el mejor de los presagios: "Confía en el coche. El tiempo llegará".

A Norris se le notaba más bien ansioso tras su grosero error ante Carlos Sainz en la última vuelta de la sprint race. Así que esta pole interruptus bien merecía ser celebrada en el garaje de Zak Brown. En la Q1, el aspirante al título ya cedía medio segundo ante Verstappen, mientras su compañero Oscar Piastri se dejaba ocho décimas. La siguiente criba fue más propicia, con Lando al frente de la tabla (1:32.851), limando 18 milésimas a la pole del viernes.

Por entonces, el único que parecía importunar a los favoritos era Sainz, que hoy partirá tercero en la parrilla. "Hemos dado un buen paso en la dirección correcta", valoró el madrileño, 88 milésimas más rápido que Charles Leclerc. Si Ferrari logra consolidar el ritmo de carrera que ha venido apuntando, el podio no debería escaparse.

"No creo que pudiese repetirla"

Eso sí, el Circuito de las Américas, con su asfalto renovado y su exigente cuerda, supondrá todo un desafío. También para Verstappen, que desperdició su primer intento de Q3 en la curva 19. Será la última bala para McLaren. Norris, de momento, ha salvado los muebles con lo que él mismo ha definido como "la mejor vuelta" de su vida. "No creo que pudiese repetirla", subrayó. La primera pole para McLaren en suelo estadounidense desde 2007, con un debutante Lewis Hamilton en Indianápolis. Quién lo iba a pensar viendo ayer al heptacampeón.

En la curva 12, Sir Lewis bloqueó la rueda delantera izquierda, repitiendo su error del viernes en la SQ3. El gran sheriff de Texas, con cinco victorias entre 2012 y 2017, se quedaba fuera en la Q1. Según su primer diagnóstico, se vio mermado por una avería en las suspensiones que hoy le podría condenar a una salida desde el pit-lane. Para mayor escarnio, los comisarios borraron su tiempo por superar los límites de pista. Un hueco extra para Aston Martin, muy necesitado de favores.

Vistos los precedentes del viernes y la sprint race, el único objetivo al alcance pasaba por superar ese primer corte. Lejos de los Haas y los Visa Cash App, Fernando Alonso y Lance Stroll debían jugársela ante Williams, que venía asomando desde la víspera gracias a Franco Colapinto. Sin embargo, el argentino se dio un buen susto en las Esses, mientras Alex Albon, especialista a una vuelta, tampoco rindió a su nivel.

Alonso, con el AMR24, el sábado en Austin.

Alonso, con el AMR24, el sábado en Austin.EFE

Sin mucho donde rascar en el AMR24, Alonso repitió otra pequeña hazaña en la Q2. Veía como referencia el 1:33.5 de Yuki Tsunoda y el asturiano, en el momento de la verdad, supo arañar una décima al crono. Mientras, Nico Hulkenberg dio un feo volantazo en la primera curva y Liam Lawson, muy entonado en la Q1, se enredaba dando rebufos a su compañero japonés. Por no mencionar a Stroll, con buen ritmo en los dos primeros sectores, aunque bastante manazas en el tramo final.

Así que Alonso saldrá hoy octavo, favorecido por el accidente de Russell, que no permitió cerrar su vuelta a Kevin Magnussen y Sergio Pérez. El bicampeón mundial aún podría ganar una plaza si los comisarios castigan a Pierre Gasly, liberado de modo peligroso por Alpine, para susto del mismísimo Verstappen. De momento, según el propio Fernando, todo viene rodando mejor de lo esperado. Porque los ingenieros de Mike Krack aún experimentan con su paquete de actualizaciones aerodinámicas. "Hoy no estaba contento con el coche, así que sumar puntos va a estar duro", vaticinó el español.

El adiós a los motores Renault y un trauma nacional: ¿hay futuro para Francia en la F1?

El adiós a los motores Renault y un trauma nacional: ¿hay futuro para Francia en la F1?

La primera de las 51 victorias de Alain Prost en la Fórmula 1 apestó a pescado. Aquel 5 de julio de 1981, la lluvia descargaba con fuerza sobre el circuito de Dijon, pero ni siquiera así los mecánicos de Renault podían refrigerar el motor de su RE30, un coche turboalimentado que ya les había traído por la calle de la amargura durante las dos primeras citas del Mundial. «Debíamos enfriar la entrada de aire, pero no teníamos hielo seco en el circuito, así que salimos a comprar hielo en una pescadería», relató años después Bernard Dudot, jefe del programa Turbo en Renault Sport. Así se las gastaban aquellos jóvenes ingenieros salidos de Viry-Châtillon. Tipos audaces que hicieron de aquella fábrica uno de los santuarios del automovilismo. Hoy, cuatro décadas después, Renault acaba de confirmar que su factoría ya no producirá más motores de F1 a partir de 2026. Toda Francia, obviamente, ha quedado estupefacta.

Se trata del final de una era para el automovilismo galo, ya que la marca del rombo había suministrado unidades de potencia al Gran Circo desde 1977. Incluso durante las dos etapas en que la escudería Renault no formó en la parrilla (1986-2001 y 2002-2015), los motores de Viry-Châtillon propulsaron a varios monoplazas campeones. Sin ir más lejos, Renault conquistó cinco títulos con Williams (1992, 1993, 1994, 1996, 1997), uno con Benetton (1994) y cuatro más con Red Bull (2010-2013). Por no mencionar las dos coronas mundiales de Fernando Alonso a las órdenes de Flavio Briatore (2005, 2006).

El italiano, en cambio, se ha erigido ahora como el adalid del cese de actividad en la fábrica. Harto de los paupérrimos resultados sobre el asfalto, el actual asesor ejecutivo de Alpine presentó el pasado julio un proyecto para que su escudería compre unidades de potencia en lugar de desarrollar las suyas propias. Según estas estimaciones, los gastos en materia de motores pasarán de 100 millones de euros anuales a menos de 20. Durante el pasado GP de Hungría, Briatore quiso fotografiarse en público junto a Toto Wolff, team principal de Mercedes, dejando muy claras sus intenciones: Alpine pretende convertirse en equipo cliente de las Flechas de Plata a partir de 2026.

«agujero en los bolsillos»

«Dos años más así y el proyecto iba a colapsar por completo», admitió el pasado viernes Luca de Meo, director general de Renault. Durante una cruda entrevista en L'Equipe, el máximo responsable del fichaje de Alonso en 2021 subrayaba que la decisión del cierre le había resultado «desgarradora» aunque inevitable, dado que su división de F1 tiene «un agujero en los bolsillos».

De momento, tras 18 carreras, Alpine deambula penúltimo por del Mundial de Constructores (13 puntos), su peor puesto desde 2016. Pierre Gasly y Esteban Ocon poco han podido hacer con un monoplaza sin prestaciones y víctima de numerosos problemas de fiabilidad. Especialmente en lo relativo a la refrigeración del motor. Desde marzo, en el paddock se rumorea que el equipo dirigido por Bruno Famin ni siquiera puede suministrar piezas nuevas durante algunas carreras.

En apenas tres meses, los ánimos en Viry-Châtillon han pasado de la incredulidad a la indignación. De hecho, su comité de empresa (CSE) ya puso el grito en el cielo ante la posibilidad de una reducción de plantilla (de 500 a 334 trabajadores) a partir del próximo 1 de enero. Ese enfado quedó en evidencia hace un mes durante el GP de Italia, donde algunos trabajadores de la factoría lucieron brazaletes negros mientras hablaban de «traición» y de «vergonzoso abandono al legado del equipo y a 50 años de historia y experiencia en alta tecnología». Renault ha de manejar este conflicto con mucho tino, dado que el Gobierno de Emmanuel Macron aún controla el 15% de su capital.

El reglamento de 2026

De momento, la única tabla de salvación para De Meo y Briatore parece situarse en 2026, con la entrada en vigor del nuevo reglamento técnico, donde los motores ocuparán un lugar de privilegio. Esa normativa de la FIA obligará a un aumento la potencia del motor eléctrico, para compensar la pérdida de rendimiento propiciada por los combustibles no fósiles. Asimismo, los propulsores serán más simples, más baratos y dispondrán de un modo, denominado override, que se active durante los adelantamientos. Un sustituto del actual DRS, pero alimentado por las baterías eléctricas.

Será tiempo para evaluar el esperadísimo desembarco de Audi, la evolución de Honda bajo el capó de Aston Martin, el estreno de Red Bull Powertrains o la hipotética presencia de Ford. Alpine, del mismo modo que McLaren y Williams, comprará las unidades de Mercedes, mientras en Viry-Châtillon seguirán resonando los ecos de aquel visionario llamado Dudot. «En nuestra época estábamos tan seguros de nosotros que logramos convencer a Bernard Hanon, presidente de Renault, de que debíamos entrar en la F1. En ese momento era una idea muy loca, pero él nos siguió la corriente».

La llamada de auxilio de Fernando Alonso: "Necesitamos piezas nuevas"

La llamada de auxilio de Fernando Alonso: “Necesitamos piezas nuevas”

"Necesitamos piezas nuevas, necesitamos encontrar tres o cuatro décimas si queremos volver a liderar el grupo medio". Más que un mensaje, Fernando Alonso lanzó una llamada de auxilio a Aston Martin, un equipo perdido en la intrascendencia y con peores prestaciones que Haas y Williams. El octavo puesto en Marina Bay, por tanto, ha de considerarse como un éxito para el bicampeón mundial, que acabó sólo dos segundos por detrás de Carlos Sainz.

"Hemos hecho un buen papel en los dos últimos circuitos, pero eso no puede tapar nuestra falta de prestaciones", aseguró Alonso tras 100 minutos de lucha sin contra el calor y la humedad. Había gestionado con acierto la degradación de su neumático duro, con el que aguantó las 36 últimas vueltas. Había controlado el sobrecalentamiento de los frenos hasta llevar el coche a la meta.

"Cuatro puntos más de los que merecíamos aquí, porque para nada estamos en esta posición", añadió en los micrófonos de DAZN. Según los propias estimaciones de Aston Martin, el monoplaza verde ya sólo supera a RB Visa Cash APP, Alpine y Sauber. "En Singapur y en Bakú hemos hecho una buena crono y todo ha salido de cara, pero cuando lleguemos a un circuito convencional, con prestaciones normales, no tendremos el ritmo para coger puntos", advirtió.

El 'undercut' a Hulkenberg

El único consuelo en Singapur para el equipo de Silverstone fue su inmaculada ejecución estratégica. No sólo por el undercut con el que ganaron la posición a Nico Hulkenberg, que había salido por delante en la parrilla, sino por la relativa facilidad con la que Alonso sujetó al piloto de Haas, Sergio Pérez y Franco Colapinto en el último tramo de la carrera. "Siempre pensé que Fernando lo tenía todo bajo control", comentó Mike Krack, team principal.

"Por prestaciones deberíamos estar en la 15ª o 16ª posición, la que nos toca por prestaciones. Ayer con Nico tras la crono y me decía que ellos son el quinto equipo. Si hablas con Williams, ellos también son el quinto... Lo que es seguro es que nosotros no somos el quinto equipo", zanjó Alonso. Al menos, esa posición sí parece asegurada en el Mundial de Constructores, donde Aston Martin cuenta con 52 puntos de ventaja sobre RB Visa Cash y 55 sobre Haas.

Otra mala noticia para la escudería británica es la baja forma de Lance Stroll, que acabó por quinta carrera consecutiva fuera del top10. "Es como conducir sobre hielo", lamentó el canadiense sobre la falta de agarre del AMR24. De los últimos 17 puntos de Aston Martin, el hijo del propietario sólo ha logrado sumar uno.

Domina Norris, pero Verstappen sobrevive en Marina Bay

Domina Norris, pero Verstappen sobrevive en Marina Bay

"Gracias, Daniel". Un conciso mensaje, el único que trascendió en la voz de Max Verstappen tras 62 vueltas en Singapur. Un guiño para su ex compañero Daniel Ricciardo, piloto de la filial de Red Bull, que arrebató a última hora la vuelta rápida a Lando Norris. Un logro simbólico para derruir la moral del aspirante, gran dominador de la noche ante Mad Max, todo un maestro a la hora de contener los daños. Porque la fiesta nunca termina por ser completa para Norris. Si quiere ser campeón, el británico deberá recortar 52 puntos en las seis últimas carreras.

El despótico poderío de Norris se plasmó en la tabla de tiempos, con 21 segundos sobre Verstappen, segundo, el doble sobre Oscar Piastri, su acompañante en el podio y 96 sobre Carlos Sainz, el último que pudo librarse de los doblajes. El séptimo puesto del madrileño, justo por delante de Fernando Alonso, puede considerarse un mal menor tras la catastrófica qualy del sábado. Su 200ª carrera de F1, en cualquier caso, merecía otro desenlace.

Por una vez, a Norris no le tembló el pulso para soltar a tiempo el embrague y mantenerse a salvo en la salida. Las cuatro zonas de DRS suponían una amenaza para el líder en ese inicio, pero ya en la tercera vuelta marcó un 1:38.480 con el que dejar las cosas claras a Verstappen. Desde ese momento fue engordando su ventaja cuándo y cómo quiso. Se iba a anotar el Grand Chelem, con victoria, pole, vuelta rápida y liderato durante toda la carrera, cuando a dos giros de la meta Ricciardo borró su registro por medio segundo (1:34.486).

"relájate y trae el coche a casa"

Poco antes de cumplir la mitad de la prueba, Norris se había dado un susto terrible en la curva 8, con un error de frenada que puso en riesgo su alerón delantero. Por entonces, mandaba con tanta holgura que incluso partió por delante de Piastri a la salida del pit-stop. Nada menos que 21 segundos sobre Verstappen. Un dominio a la altura del mejor Red Bull de 2023. A falta de 13 giros, cuando ya rozaba el medio minuto, Norris atacó la vuelta rápida (1:34.925) porque ese punto de bonus resultaba precioso tal para la lucha por el Mundial. Justo entonces debió de cundir el pánico en el garaje de McLaren al ver a su piloto rozando una de las protecciones. "Sólo relájate y trae el coche a casa", le cantaron por radio.

Ni siquiera por ésas hubo opción de safety car, cita obligada en Marina Bay a lo largo de sus 14 presencias previas en el Mundial. Kevin Magnussen, con un pinchazo lento, supo arrastrar su monoplaza hasta los boxes, frustrando la última posibilidad. Nada habría cambiado tampoco en las posiciones de cabeza, porque Piastri cedía 20 segundos con Verstappen y éste mantenía 18 sobre Russell. El podio del australiano se forjó a fuego lento, con un par de adelantamientos calcados en la curva 7 sobre Lewis Hamilton y George Russell.

Para desgracia de McLaren, nadie importunaba al tricampeón mundial, que navegó con comodidad durante ese primer tramo, lejos del alcance de Mercedes. Toto Wolff había dividido el plan con los neumáticos para sus pilotos, probando los blandos para Hamilton. Tras 17 giros, el heptacampeón mundial pasó al compuesto duro. Ese primer movimiento podía dar pistas sobre lo que vendría después.

Alonso, por delante de Leclerc en Marina Bay.

Alonso, por delante de Leclerc en Marina Bay.AFP

"El undercut aquí parece fuerte, en torno a los dos segundos", advirtieron por radio a Norris, tras medir el tiempo que había conseguido Sainz con su parada en la vuelta 13. Partiendo décimo, el madrileño debía aferrarse a un milagro en esas calles donde el año pasado obtuvo una memorable victoria. Ferrari, por supuesto, mantuvo todo el tiempo que pudo a Leclerc, aguardando un safety car que no llegaba. Tras 36 vueltas, el monegasco fue el último piloto en renovar sus gomas.

Debió de hacerse largo ese relevo a Leclerc, demasiado tiempo por detrás de Alonso, que le negaba todos los espacios pese a su clamorosa desventaja mecánica. Bastante hacía el Aston Martin para sujetarse al alerón trasero de Nico Hulkenberg, quinto con el Haas tras darse el capricho de ganar provisionalmente la posición a Piastri. Una noche especial la de estos dos veteranos, porque Alonso aún tuvo que ajustarse los machos en el último tercio de carrera.

No había manera de contener a los Ferrari, por supuesto, pero su Aston Martin había de contener a Hulkenberg, Sergio Pérez y Franco Colapinto. Ya podía quejarse el mexicano de que su Red Bull saltaba "como un canguro" y ya podía apretar los dientes el argentino, única esperanza de Williams tras el madrugador problema de Alexander Albon con una toma de refrigeración. Ya podía insistir también Hulkenberg, orgullo de Haas, porque Alonso no iba a entregar su octava plaza.

Verstappen acecha a Norris tras el doble desastre de Ferrari en Marina Bay

Verstappen acecha a Norris tras el doble desastre de Ferrari en Marina Bay

Tampoco el sábado en Marina Bay resultó redondo para Lando Norris, autor de una pole (1:29.525) imprescindible para sus aspiraciones, pero seguido de cerca por la inquietante figura de Max Verstappen. Repuesto de sus innumerables problemas del viernes, el líder del Mundial sólo cedió dos décimas ante McLaren. Ferrari, por contra, se precipitaba al vacío, con un doble error de Charles Leclerc y Carlos Sainz, que partirán noveno y décimo si los mecánicos recuperan a tiempo el monoplaza del español.

No anda nada fino Norris este año en las salidas, como ya dejó constancia en Hungaroring y Montmeló, donde desperdició sendas poles. Sin embargo, ahora ya no cuenta con margen si de verdad quiere pelear por el título. La mera presencia de Verstappen en las tres primeras enlazadas le supondrá un quebradero de cabeza. Porque si Red Bull aún no ofrece demasiadas garantías, Verstappen sigue añadiendo un punto diferencial.

Derrapaba su RB20 desde la Q1 y Mad Max salvaba a duras penas los muros. Se veía con apuros para sacar el tiempo en la Q2 hasta que metió el coche en cintura. No hubo un piloto en el sábado de Singapur a la altura del tricampeón mundial. Quizá sólo Nico Hulkenberg y Fernando Alonso, sexto y séptimo, puedan alardear de un papel tan estelar.

Hamilton, tercero

Entre los perdedores hay que mencionar a Oscar Piastri, quinto con el mejor monoplaza, y los hombres de Ferrari. Apuraba la preparación de su primera vuelta en la Q3, cediendo el paso al austrialiano, cuando Sainz abordó la entrada a la recta de meta de muy mala manera. A la frialdad de los neumáticos se sumó un pequeño despiste con el volante, con la quinta marcha ya engranada. Una combinación fatal para su Ferrari, que terminó contra las protecciones de la curva 19 con daños irreparables en el tren trasero. Justo un año después de su pole y su victoria en estas calles, Sainz desfilaba apesadumbrado hacia el garaje. Como lo hizo a pie, los comisarios anotaron la irregularidad para una investigación.

Cuando despejaron la pista restaban casi siete minutos de Q3, aunque los favoritos apuraron aún más para atacar su único intento. A Verstappen le habían borrado el previo (1:29.791), al coincidir su entrada a meta con el accidente de Sainz. A Leclerc le dejaron fuera de combate al superar los límites de pista de pista en la curva 2, mientras Mercedes apuraba sus opciones pese a las continuas quejas de George Russell con el agarre de sus Pirelli. Algo más más pudo arañar Lewis Hamilton, con un notable tercer puesto en la parrilla, 26 milésimas más rápido que su compañero.

Fiasco de Pérez en la Q2

Una semana después de su brillante papel en Bakú, Sergio Pérez se apuntó otro fiasco en el currículum. A bordo de un RB20 al que hay que sujetar con brío las riendas, el mexicano ni siquiera pudo superar a los Williams. Nueve décimas perdidas, nada menos, ante su compañero en Red Bull.

El tiempo de corte en esa Q2 lo iba a establecer Alonso, con ritmo para rodar con los mejores en el primer y tercer parcial. Las dificultades del asturiano llegaban en la zona más revirada y aun así pudo colarse (1:30.450) con 24 milésimas sobre Alexander Albon y 31 sobre Franco Colapinto. Bastante hace Fernando con el material disponible, casi chatarra en manos de Lance Stroll, decimoséptimo en la Q1.

Tampoco pudo silenciar Daniel Ricciardo los acuciantes rumores sobre su futuro. El australiano se quedó fuera en la Q1 junto a Pierre Gasly, Stroll y los dos Sauber, mientras su compañero Yuki Tsunoda sí exprimía todo el jugo de su RB.

Newey y Alonso, de lo que no pudo ser en McLaren a una última bala en 2026

Newey y Alonso, de lo que no pudo ser en McLaren a una última bala en 2026

En el prólogo de Cómo hacer un coche (Libros Cúpula, 2019), la autobiografía de Adrian Newey, Fernando Alonso cuenta cómo Ron Dennis le informó de la marcha de McLaren del gran gurú de la aerodinámica. Es decir, de cómo supo que no podría trabajar con él. «Me llamó para contarme que estaba cansado de la presión, que iba a irse a Red Bull como entretenimiento. En fin, que no me preocupase. Cinco años después, empezó a preocuparnos a todos de verdad». Aquel fichaje decidiría la primera era triunfal del equipo liderado por Christian Horner (2010-2013) y frustraría las opciones del asturiano con Ferrari en los Mundiales de 2010 y 2012. Ayer, casi 18 años después, los caminos de Newey y Alonso se cruzaron al fin en la Fórmula 1. El piloto más longevo y el ingeniero más laureado de la historia capitanearán el proyecto de Aston Martin.

«El sello de Newey en sus diseños era, es y será la comidilla del paddock. La de veces que he escuchado en una reunión que ya habían entendido cómo y por qué Adrian había hecho esto o aquello. Y la de veces que al intentar replicarlo el resultado era, desgraciadamente, algo distinto de lo esperado», subraya Alonso en el citado preámbulo del libro. A los 43 años, el bicampeón mundial se ve ante su última oportunidad de luchar por un tercer título. A los 65, Newey se sentará de nuevo para diseñar un coche campeón. Él se limita a dibujar con un lápiz de 0.3 mm 4H sobre un trozo de papel. Un fiel grupo de colaboradores simplemente traslada sus ideas a los ordenadores.

Tal y como explicó ayer durante su estelar presentación, Newey comenzará a trabajar el próximo marzo, por lo que nadie debe esperar resultados concretos en la pista hasta la segunda mitad del Mundial 2025. El horizonte, en cambio, podría despejarse en 2026, cuando entrará en vigor un nuevo reglamento técnico que no sólo implica grandes novedades en la unidad de potencia, sino también revisiones drásticas en la aerodinámica. El terreno donde Newey, ganador de 13 títulos de pilotos y otros 12 de constructores con Williams, McLaren y Red Bull, marca la diferencia.

El liderazgo de Stroll

Alonso, que no pudo aprovechar con Ferrari, McLaren y Alpine los diversos cambios de normativa, cuenta ahora con una última bala en el revólver. «Aston Martin, sin duda, es el equipo del futuro», advirtió ayer durante el acto en Silverstone. En su mirada se intuía un brillo diferente. Nada que ver con la resignación con la que afronta el último tercio del Mundial 2024, donde apenas ha sumado 50 puntos en 16 carreras. El valor añadido de Newey ya ejercía como revitalizante: «Gracias a Adrian, a su talento y a sus coches todos hemos mejorado, como pilotos, ingenieros, equipos. Todos tuvimos que elevar el listón para poder competir con él».

Como ya sucedió en el verano de 2022 con el propio Alonso, el liderazgo de Lawrence Stroll ha resultado crucial para cerrar este fichaje. «Me ha inspirado e impresionado enormemente la pasión y el compromiso que Lawrence pone en todo lo que hace. Está decidido a crear un equipo líder. Es el único propietario mayoritario que participa activamente en el deporte», subrayó ayer Newey durante su comparecencia. A partir de 2026, Aston Martin contará con un suministro exclusivo de motores Honda, un combustible a medida gracias a Aramco, su patrocinador principal, y una flamante fábrica líder en tecnología, con el túnel de viento de Silverstone como joya de la corona.

«Estaré a tiempo completo»

El magnate canadiense colocará a Newey como máscarón de proa de un proyecto donde también destacan Andy Cowell (CEO del grupo), Bob Bell (director ejecutivo), Enrico Cardile (director técnico), Eric Blandin (jefe de aerodinámica), Tom McCullough (director de rendimiento), Luca Furbato (director de ingeniería) y Dan Fallows (director técnico). Si ahora Stroll ha tendido un contrato multianual que podría superar los 35 millones de euros, antes tampoco titubeó a la hora sacar a Fallows de Red Bull y a Blandin de Mercedes.

En una decisión de semejante calado, por supuesto, no han influido los recientes comentarios sobre el rol que venía ocupando Newey durante su última etapa en Red Bull. Cuando ayer le preguntaron sobre si sólo trabajaba tres días a la semana en el coche de Max Verstappen, él simplemente quiso burlarse de los rumores. «Estaré a tiempo completo. Necesito estar. Tengo que estar», reveló sobre su futura implicación en el Campus Tecnológico de Silverstone.

Russell sobrevive en la agonía para el doblete de Mercedes en Spa

Russell sobrevive en la agonía para el doblete de Mercedes en Spa

A falta de 12 vueltas, los ingenieros de Mercedes preguntaron con total honestidad, para que George Russell decidiera por sí mismo. En ese momento, el líder de la carrera tenía seis segundos de ventaja sobre Lewis Hamilton, pero la frescura de sus neumáticos en nada se parecía a la de los de su compañero. Si Toto Wolff contaba con un caballo ganador en Spa, ese era Hamilton. En cualquier caso, por la radio volvieron a insistir a Russell, que optó por continuar con las gomas viejas. Debería resistir hasta la bandera a cuadros para, al menos, asegurar el doblete de las Flechas de Plata, dado que por detrás acechaba Oscar Piastri con su McLaren.

Russell, sexto en la parrilla, se apuntó su segunda victoria del año tras un ejercicio de angustiosa agonía. Nada menos que 33 giros con el neumático duro, hasta cruzar la meta con sólo 52 décimas sobre Hamilton. Piastri, a 1,17 segundos, completaría el podio de una carrera sin una sola interrupción por el safety car. La igualdad entre Mercedes, McLaren, Red Bull y Ferrari se iba a concretar con otro dato: Max Verstappen, quinto tras partir undécimo, sólo cedería 9,2 segundos frente al vencedor.

Otra victoria, a su manera, para el líder del Mundial, de nuevo por delante de un errático Lando Norris. Ni siquiera en el tramo final, el piloto de McLaren pudo adelantar al tricampeón. Ni en el cuerpo a cuerpo, ni en el aspecto emocional, Norris se siente ahora a la altura. Su frustración se le pinta en la cara cada vez que se detiene ante los periodistas para ofrecer explicaciones.

Hamilton levanta el pie

En Mercedes, por contra, deben ahora contener la euforia, porque todo les sale de cine. Tras una evolución infructuosa y el regreso a las especificaciones de Hungaroring, rubricaron su primer doblete desde 2021. Al coraje de Russell para agarrarse a la pista con los duros hubo que añadir la cabeza fría de Hamilton, que en la penúltima vuelta levantó el pie a su llegada a Les Combes. En caso de haber asumido ese riesgo, quizá el triunfo hubiese pasado a Piastri.

De esa fe para llevar el plan hasta sus últimas consecuencias deberían tomar nota en Ferrari, donde Carlos Sainz acabó séptimo pese a asomar muchos minutos por la cabeza. Fernando Alonso, noveno por detrás de Sergio Pérez, bien pudo sentirse feliz por llegar con esa estrategia a una sola parada. Con un ritmo similar al de Esteban Ocon y Daniel Ricciardo, el Aston Martin sigue estancado en esa zona de nadie.

La primera mitad de carrera, teñida por las precauciones, resultó decepcionante. En la tercera vuelta, Hamilton tomó el liderato con total facilidad en la recta de Kemmel. Nada podía hacer Leclerc ante un Mercedes que volaba con el DRS. En esos compases iniciales, Verstappen había ganado tres posiciones para instalarse séptimo a prudencial distancia de Norris.

El error de Norris

Los 76 puntos de ventaja en el liderato del Mundial permitían a Mad Max tomárselo con calma. Norris, al contrario, se sintió incómodo desde su error en la salida, cuando cedió tres posiciones tras pisar la grava a la salida de La Source. Sobre un asfalto a 42ºC, Sainz era el único de los favoritos con gomas duras. Verstappen, a diferencia de sus rivales, únicamente contaba con un juego de ese mismo compuesto. Nada pasaba por delante, porque todos se mostraban precavidos.

El primer turno de paradas lo inauguraron Russell y Verstappen en la undécima vuelta. Casi de inmediato, Hamilton, Pérez, Piastri y Leclerc, hasta dejar a Sainz como líder provisional, por delante de Norris y Alonso. De la lentitud del Aston Martin en las rectas se quejaba Lance Stroll, mientras el asturiano hacía equilibrismos para sujetarse en la zona de puntos.

La hipótesis de alcanzar la bandera a cuadros con una sola parada sobrevoló durante buena parte de la tarde. En Ferrari lo pensaron con Sainz, a punto de quedarse atrapado en la grava de Stavelot en la vuelta 16. Ese fallo pareció cambiar los planes de Fred Vasseur, que detuvo por segunda vez al madrileño, perdido desde entonces en una zona intrascendente.

Verstappen domina bajo el agua, pero Leclerc se queda con la 'pole' virtual en Spa

Verstappen domina bajo el agua, pero Leclerc se queda con la ‘pole’ virtual en Spa

El cambio de motor le penaliza con 10 puestos en la parrilla, pero Max Verstappen quiso darse el gusto de una pole en condiciones extremadamente difíciles en Spa (1:53.159). Con tremenda autoridad, el líder del Mundial se deshizo de sus rivales, dejando en evidencia los problemas de McLaren sobre el asfalto mojado. Malas noticias para Lando Norris y Oscar Piastri, que partirán cuarto y quinto. La decepción en el garaje británico contrastaba con los abrazos en Ferrari, donde se celebraron los logros de Charles Leclerc, el único que pudo acercarse a Verstappen.

No parecían contar en la Scuderia con esa gran vuelta del monegasco, cuyo duelo con Carlos Sainz marcha casi en empate técnico tras 14 carreras. En Bélgica, el madrileño sólo pudo acabar octavo, justo por delante de Fernando Alonso. Faltó esa pizca de inspiración para ambos, ese punto de riesgo que sí supo optimizar Leclerc. Especialmente en el segundo sector. "Fue un último intento muy malo", admitó Sainz sobre esa vuelta con el último juego nuevo de neumáticos, sin agarre alguno.

El domingo se espera una carrera en seco, un factor que debilita las opciones de Leclerc y potencia las de McLaren. En mitad de ese río revuelto, podrían pescar Lewis Hamilton y Sergio Pérez, en dos momentos de forma totalmente antagónicos. Por una vez, sin que sirva de precedente, poco más pudo exigirse a Checo, que acabó tercero y que el domingo deberá taponar a los monoplazasde Woking. El heptacampeón, por su parte, dejó unas pinceladas de su genio, aunque cediendo 68 centésimas frente a Mad Max.

Tremendo susto para Stroll

La lluvia, tradicional protagonista en las Ardenas, ya había complicado la última sesión libre, donde Sainz sólo pudo rodar dos vueltas, sin marcar un crono válido. Aún peor rodó la mañana para Lance Stroll, que no olvidará fácilmente su susto en Eau Rouge. Su tremendo impacto contra las barreras obligó a Aston Martin a un trabajo contra el reloj para recomponer el coche.

Era un sábado para quedarse en casa, porque los partes meteorológicos anunciaban más agua. Una amenaza que marcaría toda la qualy, donde ni siquiera durante la Q1 hubo respiro para los favoritos. Sobre un asfalto empapado, algunos secundarios reservaban su cuota de protagonismo. Esteban Ocon y Alex Albon pusieron lo mejor de su parte. De hecho, el francés metió su Alpine en la Q3, mientras el líder de Williams iba a quedarse fuera por un suspiro. Bien pudo agradecer Pérez esas tres milésimas al cielo. Tras cinco sábados fuera del top10, el crédito del mexicano parece casi agotado en Red Bull.

Encontrar el momento idóneo de ataque no resultaba sencillo para nadie. Había que administrar los esfuerzos, sin perder de vista la tabla, porque cualquier chaparrón podía desencadenar el desastre. Había que estar siempre en la pista, como quiso Alonso, siempre atento, siempre más rápido que Stroll. Bastante hizo el asturiano con colarse en la Q3, terminando por delante de Ocon. Lástima que no dispusiera de un otro juego de gomas nuevas para dar otro paso adelante.