Los delitos a los que se enfrenta Luis Rubiales, bajo la lupa: "Las penas serán muy leves"

Los delitos a los que se enfrenta Luis Rubiales, bajo la lupa: “Las penas serán muy leves”

El 30 de marzo de 2015, hace casi una década, entró en vigor la célebre reforma del Código Penal. Esa Ley Orgánica suprimía las faltas, aquellas infracciones castigadas con pena leve. Es decir, sin cárcel. De este modo, desaparecía la vejación injusta, con la que los tribunales solían tipificar cualquier tipo de tocamiento o beso no consentido. Como el de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. A partir del 29 de abril de 2023, con la conocida como ley del sólo sí es sí, se endurecieron las penas para las agresiones sexuales. Desde entonces, el artículo 178 del Código Penal, en su apartado 1, reza así: «Será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, como responsable de agresión sexual, el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento. Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona». A partir de hoy, la suerte de Rubiales en la Audiencia Nacional gravitará en torno a este artículo.

Para saber más

«Partamos de que cualquier beso inconsentido es agresión sexual. No lo dice el artículo 178 del Código Penal, pero sí la jurisprudencia del Tribunal Supremo, el verdadero legislador, que incluso la ha aplicado a casos de un beso no consentido en cuello o mejilla. Por tanto, objetivamente sería un delito de agresión sexual, dado que, para su comisión, no se precisa de ánimo libidinoso», explica a EL MUNDO el prestigioso penalista Raúl Pardo-Geijo. «Ahora bien, subjetivamente, no se puede soslayar el contexto. Y es que la meritada jurisprudencia del Supremo se aplica, entre otros escasos supuestos, cuando los sujetos no se conocen o se acaban de conocer», continúa el abogado.

«Como profesionales debemos ser muy escrupulosos con las víctimas de agresiones sexuales, ya que hay casos sobrecogedores. Sin olvidar que tan víctima es una mujer que sufre una agresión sexual como cualquier persona a quien se acusa de un hecho que no ha cometido», comienza Ana Alguacil, ex jueza de lo Penal. «Tras el visionado de las imágenes, tengo claro que Rubiales no pretende atentar contra la libertad sexual de Jenni. No se aprecia dolo en el agresor, ninguna intención sexual. Simplemente se trata de algo producto de la alegría del momento», aclara esta experta abogada.

«Lo grave es el abuso de poder»

Obviamente, la defensa de Rubiales intentará utilizar la euforia propia de una entrega de medallas y los lazos de amistad que unían a Rubiales y Hermoso. Sin embargo, no todos los juristas comparten este criterio. «El subidón de alegría no justifica un beso, que aun siendo menos grave no deja de afectar a la esfera sexual de Jenni», argumenta Laura Pozuelo, profesora titular de Derecho Penal en la Universidad Autónoma de Madrid. «La amistad entre ambos no otorga un significado distinto y menos grave al asunto. Si no, lanzaríamos el mensaje de que, entre amigos, novios o marido y mujer se puede hacer lo que se quiera», completa Pozuelo, acreditada a catedrática.

Otros especialistas abundan en la perspectiva de una violencia sexual arraigada en estructuras que perpetúan la desigualdad de género, donde las mujeres son vistas y tratadas como objetos y donde su consentimiento es ignorado. Es el caso de Helena Soleto, catedrática de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III. «Pese a que el componente sexual es mínimo, lo grave del caso es el abuso de poder, con un estilo rayano en lo mafioso que intenta ocultar las consecuencias de la agresión», desvela sobre las presuntas coacciones.

«A nivel procesal, este caso tiene muy poco recorrido y las penas van a ser muy leves, pero supone un gran toque de atención», presagia Soleto, en referencia a la reacción de la sociedad civil, canalizada bajo el lema #SeAcabó. Aquella presión de la calle, junto con la implicación de organizaciones de derechos humanos terminarían por desencadenar el final de Rubiales al frente de la Federación. «Considero positiva tanta repercusión mediática por el mensaje que manda: los cuerpos de las mujeres no se tocan libremente», subraya Pozuelo, en conversación con este periódico.

Rubiales, con Athenea del Castillo, durante la celebración del Mundial.

Rubiales, con Athenea del Castillo, durante la celebración del Mundial.AFP

De todos modos, la clave del juicio se centrará previsiblemente en la parte del consentimiento. La Fiscalía, que solicita un año de prisión para Rubiales por el delito de agresión sexual y un año y medio por otro delito de coacciones, considera que Jenni no se comportó como la víctima perfecta, la que debe tener una reacción estandarizada desde el primer momento. Sin embargo, este enfoque queda en entredicho para otros expertos. «Si no había consentimiento, ¿por qué no se escenificaron gestos, comentarios?», pregunta el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina. «Si analizamos si Rubiales tuvo o no consentimiento, si valoramos las imágenes, por los gestos previos y posteriores, analizando la prueba en el plenario no veo la falta de negativa explícita o implícita para que pudiera dar el beso sin consentimiento. Por lo cual, me inclinaría por un fallo absolutorio», concluye el letrado, encarcargo de la defensa de la familia de Edwin Arrieta durante el juicio a Daniel Sancho.

En la misma línea de Ospina se pronuncia Pardo-Geijo, antes de lanzar otro interrogante. «Dadas las circunstancias, no existe intención de atentar contra el bien jurídico protegido de este tipo penal, que no es otro que la indemnidad sexual y, por ende, debería salir absuelto. ¿Alguien se ha preguntado qué reproche penal se le hubiera efectuado a Rubiales de realizar esa conducta con un jugador, algo nada descabellado, por cierto y que ha sido visto en múltiples ocasiones entre distintos futbolistas?», finaliza desde su despacho en Murcia.

«Si el beso se lo hubiese dado Jenni a Rubiales, ¿estaríamos hablando de una agresión sexual? Sin duda alguna hay que proteger a la mujer, pero sin olvidar que el hecho de ser hombre no te convierte en un agresor sexual», añade Alguacil, que trabaja hoy en JC Serrano.

Las coacciones y el artículo 172

En suma, aunque el beso lo pudo ver el mundo entero, ni siquiera hay consenso sobre si supuso una agresión sexual, tal y como la establece el Código Penal. De modo que las dudas se multiplican sobre las presuntas coacciones a Jenni, tipificadas en el artículo 172, y por las que por las además de Rubiales también serán juzgados Jorge Vilda, ex seleccionador, Albert Luque, ex director de la selección masculina y Rubén Rivera, ex responsable de marketing de la RFEF.

Según fuentes cercanas a la defensa de Luque, consultadas por este diario, «no hay ninguna evidencia en ninguna conversación, ni con Ana Ecube [amiga de la jugadora] ni con Hermoso, en la que se refleje que Albert quiera hablar del vídeo con ella». Según su criterio, se trata de una conducta «sin relevancia penal» ya que el directivo, incluso sin ser su competencia, representa un gran apoyo para la jugadora.

Cabe recordar que el artículo 172 del Código Penal define como define como autor de una coacción a quien «sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto». Por tanto, las defensas de Luque y Vilda, a la hora de evaluar los whatsapps a la futbolista, se centrarán en los límites de la libertad de expresión y si dichos límites pueden ser constitutivos de un delito. «Quizá se trate de mensajes desafortunados. Pero de ahí a que eso acredite una voluntad coactiva, nos parece absolutamente desproporcionado».

Savinho obra una remontada que vale la repesca para el City

Savinho obra una remontada que vale la repesca para el City

El drama se prolongó durante una hora en el Etihad Stadium, pero el descaro de Savinho hizo respirar de alivio a Pep Guardiola. La entrada del brasileño tras el descanso fue clave para la remontada ante el Brujas, que ni siquiera hubo de entregarse hasta el final, dado que los otros resultados allanaban a los belgas su acceso al playoff. [Narración y estadísticas (3-1)]

Desde el arranque, los hombres de Nicky Hayen mantuvieron un orden estricto. Sin dejarse llevar por el pánico, ni por los presagios de Guardiola, que había anunciado un asedio por tierra, mar y aire. Nada más lejos de la realidad. Horriblemente lentos y con total ausencia de ideas, los citizens ni siquiera remataron a portería durante la primera mitad.

El Brujas, con su férrea determinación defensiva, se atrevía incluso a montar algún contragolpe con los pies ligeros de Christos Tzolis. Al filo del descanso, Ferran Jutglà superó con facilidad a Nunes por el perfil izquierdo y el balón cayó a Raphael Onyedika. Demasiado sencillo para el nigeriano, que se estrenaba como goleador en la Champions.

Amarilla por protestar

Con ese fútbol, el City ni siquiera merecía la opción de una repesca, así que Guardiola, tras el descanso, buscó alternativas con Savinho, relevo de un irreconocible Ilkay Gündogan. El panorama iba a cambiar por completo con el brasileño, aunque el primero en mostrar su calidad fue Kevin de Bruyne, autor de un centro templadísimo que John Stones no acertó a cabecear a puerta.

A falta de verticalidad, el único que se animó a romper las líneas fue Mateo Kovacic, con una de sus clásicas conducciones desde la medular. El croata, ante la pasividad belga, definió el 1-1 con un preciso derechazo. Ni siquiera el empate podía tranquilizar a Guardiola, castigado con una amarilla por sus protestas al juez de línea, reclamando un fuera de juego.

El mejor ansiolítico sería Savinho, que se inventó un toque de zurdas asombroso para el infortunado gol en propia puerta de Joel Ordóñez. No conforme, el ex del Girona bajó con el pecho un envío de Josko Gvardiol para definir el 3-1 con la derecha. Incluso con ese resultado, el Brujas seguía con vida en el torneo, gracias al contundente 1-4 del PSG en tierras alemanas.

Dembélé y Vitinha festejan el 0-4 en Stuttgart.

Dembélé y Vitinha festejan el 0-4 en Stuttgart.AFP

Porque no hubo historia en el Arena Stuttgart, donde los locales habían ganado cuatro de sus cinco últimos partidos en la Bundesliga. Sin embargo, el PSG se mostró al fin consistente, dominando las áreas, su punto flaco hasta ahora. El 0-1 llegó con una impecable acción a balón parado, con el saque de Ousmane Dembélé desde la esquina, el asombroso toque de espaldas de Doué al segundo palo, donde cabeceó Bradley Barcola, arrasando incluso con la tibia salida de Fabian Bredlow, que acabó dolorido entre sus propias redes. Otra muestra del salto de calidad para el máximo realizador de la Ligue 1.

La ventaja sentó muy bien al equipo de Luis Enrique. La zancada de Barcola, con una arrancada por la izquierda a casi 50 metros de la portería, resultó inabordable. Dembelé acompañaba la acción en el segundo palo y sólo tuvo que empujar el 0-2. En un principio, la acción fue invalidada por fuera de juego, pero el VAR corrigió al juez de línea.

Acompasado por Vitinha, el PSG generaba su mejor fútbol, con una verticalidad inabordable. No sólo Barcola aterrorizaba a Josha Vagnoman. Dembelé parecía otra vez ese extremo capaz de cualquier maravilla ante Maximilian Mittelstädt, todo un internacional con Alemania. Pasada la media hora, el ex azulgrana convirtió el 0-3 con insultante facilidad. Tras la pausa, completó su hat-trick y el Stuttgart apenas pudo maquillar el resultado gracias a Chris Führich (1-4).

Mano dura de la FIA contra los pilotos de F1: multará con 40.000 euros por cualquier palabrota

Mano dura de la FIA contra los pilotos de F1: multará con 40.000 euros por cualquier palabrota

Mohammed Ben Sulayem, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), ha decidido recrudecer su lucha contra el lenguaje grosero en la Fórmula 1. A dos meses del inicio del Mundial 2025, la FIA ha actualizado su Código Deportivo Internacional, que sancionará con mano dura la mala conducta de los pilotos y sus palabras malsonantes, tanto en el coche como en las ruedas de prensa.

Las directrices del nuevo apéndice prevén fuertes sanciones económicas, la retirada de puntos o incluso la suspensión en caso de reincidencia. En el caso de la Fórmula 1, las multas oscilan desde los 40.000 euros por una primera infracción hasta la deducción de una cantidad no especificada de puntos en el Mundial.

Los comisarios serán los encargados de decidir las sanciones por "conducta inapropiada", definida en el artículo 20 del Código Deportivo de la FIA, como "el uso general de un lenguaje ofensivo, insultante, grosero, descortés o abusivo" y los actos de "agresión" e "incitación".

La guerra con Verstappen

También se multarán "las declaraciones o comentarios políticos, religiosos y personales que violen de forma notable el principio general de neutralidad promovido por la FIA", con el añadido de que el infractor tendrá que ofrecer una "disculpa pública y repudie dichos comentarios".

Estas medidas pueden agravar más el conflicto abierto entre Ben Sulayem y los pilotos del Gran Circo, con Max Verstappen al frente. El pasado diciembre, el tetracampeón mundial tuvo que cumplir unas horas de servicio comunitario en Ruanda tras calificar como "jodida" la situación de su coche tras el pasado GP de Azerbaiyán.

A sólo unos meses de concluir su mandato, el dirigente emiratí ha optado por más medidas severas, como la vigilancia en las protestas a los comisarios. Según el artículo 13.7 del nuevo código de la FIA, no se aceptarán bajo ningún concepto y se considerarán "inadmisibles" las quejas a las decisiones de los jueces en el ejercicio de sus funciones.

El Manchester City cae a plomo en París y se condena a una agónica última jornada

El Manchester City cae a plomo en París y se condena a una agónica última jornada

El Manchester City se jugará el pase a octavos en la última jornada ante el Brujas. No hay más opción para Pep Guardiola, que cayó de modo estrepitoso en París tras desperdiciar un 0-2. Otra pésima actuación colectiva ante el PSG, que ahora le aventaja en dos puntos. En apenas 40 minutos, hasta el gol de Gonçalo Ramos en la última acción del añadido y ratificada por el VAR, los citizens protagonizaron otro naufragio. Esta vez de impredecibles consecuencias. [Narración y estadísticas (4-2)]

Pudo celebrar a gusto Luis Enrique, porque bien lo mereció el PSG, siempre superior, incluso cuando el resultado contradecía al fútbol. Al asturiano no iba a temblarle el pulso dejando en la suplencia a Dembélé, ya ausente en los dos últimos partidos por enfermedad. Su apuesta era Doué, un amante de las bicicletas que apenas iba a tomarse cuatro minutos para disparar hacia Ederson. Se había esfumado la niebla y azotaba el aguacero. Apretaba el PSG con el aliento y el fervor de sus tribunas.

Hakimi puso a prueba la velocidad de Rúben Dias, cuyo abrazo iba a merecer el justo castigo de la amarilla. No conforme, el central portugués jugó con la paciencia del árbitro con un plantillazo que bien pudo valer una expulsión. El PSG manejaba la situación ante un City remolón, permisivo, que regalaba un metro para el cabezazo de Joao Neves en el segundo palo. Tras otro despiste en un saque de esquina, Gvardiol sacó bajo palos el remate de Fabián.

Tiritona en las áreas

Tres meses después de recibir su Balón de Oro, Rodri tampoco quiso perderse este viaje a París. Fue ovacionado por la afición visitante antes del pitido inicial. Y fue añorado sobre la hierba, porque sin él, este City fue otra vez equipo sin más señas de autor que su camiseta, diseño de Noel Gallagher. Sólo una ocasión digna de mérito en 45 minutos. Un contragolpe organizado por Foden que Savinho estrellaría contra Donnarumma.

Todos los méritos del PSG, en cambio, se perdieron por su nula capacidad en el área. Por allí revoloteaban los balones, en busca de un rematador. Con tan mal fario que cuando el disparo de Hakimi sí encontró la red, la revisión del VAR iba a descubrir adelantada una rodilla de Mendes. Un alivio para el City, con severos síntomas de congestión. Jugando tan mal ya encadenó nueve derrotas en 12 partidos.

Algo debía recomponer Guardiola en el descanso y optó por lo básico. Rico Lewis por Rúben Dias, para que Gvardiol pasara de la izquierda al puesto de central, y Grealish por Savinho, en busca de más producción por el interior. El equipo debía sumar, no multiplicarse. Lo que nadie esperaba fue la incursión hasta línea de fondo de Akanji, para que Grealish, tras un rebote anotase el 0-1.

Joao Neves, ante Bernardo Silva, en el Parque de los Príncipes.

Joao Neves, ante Bernardo Silva, en el Parque de los Príncipes.AFP

Un soplido que devino en ventisca para el PSG. Porque tres minutos más tarde, Grealish abusó otra vez del lateral y Haaland sólo tuvo que sacar la zurda para aprovechar la carambola en el área. El PSG se iba a pique sin remedio. Apenas se escuchaba la melodía de su orquesta. Sólo un solista, recién incorporado, podía sacar a Luis Enrique de las gélidas aguas.

Dembélé surgió de la nada, con ese aire pasota y esa calidad insondable. Para aprovechar la asistencia de Barcola y para reventar después el travesaño de Ederson. Antes ya había nivelado Barcola, el más astuto para detectar otro disparo de Doué al larguero. Había hecho presa Luis Enrique, lo bastante ambicioso como para arriesgar con otros dos delanteros. Pero no fue Zaire-Emery ni Gonçalo Ramos quienes encontraron el gol, sino Joao Neves. Precisamente quien había regalado el 0-2 a Haaland.

Yazeed Al Rajhi, el magnate ganador del Rally Dakar: una fortuna de más de 2.000 millones y una amistad con Carlos Sainz

Yazeed Al Rajhi, el magnate ganador del Rally Dakar: una fortuna de más de 2.000 millones y una amistad con Carlos Sainz

Hace dos años, durante la novena etapa del Dakar, Yazeed Al Rajhi no dudó en desmontar uno de sus amortiguadores para instalarlo en el coche de Henk Lategan, víctima de una seria avería tras atravesar una duna. Ese gesto permitió al sudafricano acabar quinto la carrera. Ambos pilotaban para Toyota, pero la generosidad del saudí caló hondo en Lategan, que ayer tributó una sincera felicitación al flamante ganador del Dakar. El rival que le ha arrebatado la victoria por un estrecho margen (3:57), la segunda diferencia más corta de la historia. En su undécima participación, Al Rahji es el primer piloto de un equipo privado que levanta el trofeo Touareg en 25 años.

Nadie, desprovisto de los medios de una gran marca, lograba este hito desde Jean-Louis Schlesser en 2000. Sin restarle mérito alguno, lo cierto es que los recursos nunca han supuesto un problema para Al Rajhi, cuya fortuna se estima en más de 2.000 millones de dólares. Quizá por ello, su prodigalidad es legendaria en el Dakar.

No se trata sólo del ágape con el que agasaja a toda la caravana durante la jornada de descanso. Ni del detalle del pasado año con Carlos Sainz, a quien cedió su fastuoso motorhome justo después de que el saudí se viese abocado al abandono. Cada participación en el rally más duro ronda los 800.000 euros. Lo que para la mayoría se antoja prohibitivo, para él supone una minucia.

Aprender a dosificarse

El propietario del conglomerado Mohammed Al Rajhi & Sons desconoce el número de empresas que gestiona. La más ilustre es Al Rajhi Bank, uno de los mayores bancos del mundo islámico, con 49.000 millones de dólares en activos. Y su división del acero controla el 80% del mercado saudí. Así que, incluso en pleno Dakar, necesita un hueco en la agenda para sus reuniones vía Zoom. También para los mensajes con Sainz, a quien idolatra. "Siempre me apoya y me da buenos consejos", dijo sobre el tetracampeón (2010, 2018, 2020, 2024).

En esta amistad ha jugado un papel importante Timo Gottschalk, su copiloto, que ganó la edición de 2011 con Nasser Al-Attiyah y colaboró con el madrileño durante su etapa en Buggy (2013, 2014). El abandono de Sainz tras la segunda etapa y el adiós de Sebastien Loeb, víctima de un accidente apenas 24 horas después, despejaron el camino a Al Rajhi. Un piloto que ha tenido que aprender a dosificarse. A levantar el pie. A afrontar el Dakar como una carrera de resistencia.

«Ha sido la edición más dura en mis 11 participaciones. Timo me ha ayudado muchísimo, porque tiene mucha experiencia», valoró tras la fiesta improvisada de ayer en la meta de Shubaytah. Tampoco quiso olvidar el récord de Schlesser ni de haberse convertido en el primer piloto local que sube a lo más alto del podio en el Dakar. Hace apenas un año, cuando lideraba la carrera, su Hilux dio varias vueltas de campana durante el inicio de la sexta especial.

Al Rajhi, durante la décima etapa del Dakar.

Al Rajhi, durante la décima etapa del Dakar.AFP

Esta vez, el éxito se ha fraguado en la etapa del jueves, cuando pudo descolgar a Lategan en el mar de dunas del Empty Quarter. El sueco Mattias Ekström (Ford) tampoco logró seguirle el ritmo y acabó tercero, a 20:21, mientras Al-Attiyah hubo de conformarse con igualar un histórico registro de Ari Vatanen y Stéphane Peterhansel: 50 triunfos de etapa. Desde 2009, cuando Giniel de Villiers se impuso a Mark Miller y Robby Gordon, no se registraba un podio sin Sainz, Peterhansel y Al-Attiyah.

Una proeza para el Overdrive Racing, sin los medios materiales y humanos del Toyota Gazoo Racing, el equipo con el que Fernando Alonso probó fortuna, junto a Nani Roma, en 2020. Un premio también para Dani Oliveras, copiloto del argentino Juan Cruz Yacopini, que pudo acabar séptimo, igualando lo conseguido en 2023.

Sanders, por delante de Schareina

En motos, el triunfo final se lo llevó Daniel Sanders, con 8:50 de ventaja sobre Tosha Schareina y 14:46 sobre Adrien van Beveren. El piloto de KTM sucede en el palmarés a Ricky Brabec, quinto, y se convierte en el segundo australiano en alzar el Touareg, después de Toby Price (2019). «Cuando salí de las dunas pude ver el vivac y me entraron escalofríos por todo el cuerpo. Estaba muy nervioso. No me lo podía creer. Todas las emociones empezaron a aflorar y pude ver la línea de meta", comentó el vencedor.

"Me siento muy feliz por Daniel, porque ha hecho un gran trabajo durante estas dos semanas. Los 10 minutos más o menos que tomó el primer día le permitieron controlar a partir de entonces", admitió Schareina.

El resurgir del Nottingham Forest, medio siglo después de Brian Clough: "No fui el mejor, pero sí estaba en el primer puesto de la lista"

El resurgir del Nottingham Forest, medio siglo después de Brian Clough: “No fui el mejor, pero sí estaba en el primer puesto de la lista”

El pasado lunes se cumplieron 50 años de la llegada de Brian Clough al Nottingham Forest, un club perdido por entonces en segunda división que el técnico, tras cuatro temporadas, transformó en bicampeón de la Copa de Europa. Esa misma noche de Reyes, Nuno Espírito Santo guio desde el banquillo al Forest a su sexta victoria consecutiva en la Premier League. El 0-3 ante el Wolverhampton Wanderers, a modo de homenaje para Clough, confirmaba al equipo en la tercera posición de la tabla, igualado con el Arsenal y a seis puntos del Liverpool, a quien recibirá en la próxima jornada. El ambiente en su estadio se asemejará al descrito por el Nottingham Football Post en uno de sus titulares de aquella semana de enero de 1975: «El huracán Clough arrasa el City Ground».

Fue un genio de arrebatadora personalidad. El pionero de los entrenadores mediáticos, gracias a su particular insolencia ante los micrófonos, desde donde dilucidaba las rencillas con sus adversarios. Sin embargo, cuando al final de su vida, ya derruido por el alcohol, un periodista preguntó a Clough cómo le gustaría ser recordado, él simplemente dijo: «No quiero epitafios con mensajes profundos, ni ese tipo de historias. Me gustaría que mencionaran que contribuí al juego».

El pasado 20 de septiembre, al cumplirse dos décadas de su muerte, Nuno quiso actualizar el legado: «Todos los días lo tenemos presente. Recorremos el club y vemos lo importante que fue Brian. Sobre todo, su mentalidad y su convicción de que todo es posible en el fútbol». Seis días antes, el Forest había dado su primer golpe sobre la mesa en Anfield (0-1) merced a un gol de Callum Hudson-Odoi.

Un plan sencillo y efectivo

Nottingham, con poco más de 300.000 habitantes, es la única ciudad del continente que puede presumir de un club con más títulos de la Copa de Europa (1979, 1980) que de su propia liga (1978). A orillas del río Trent, se yergue The City Ground, donde los reds juegan desde 1898. En la otra ribera se divisa el estadio del Notts County, su rival ciudadano. El club de fútbol más antiguo del mundo, fundado en 1862, vagabundea hoy por la cuarta división. Mientras, el Forest vive su mejor momento en tres décadas. Desde 1987, cuando acabó tercero, no sumaba tantos puntos en la primera vuelta de la Premier. Nada desdeñable para un equipo que acabó decimoséptimo la pasada campaña, a sólo seis puntos del descenso.

«Son los jugadores quienes pierden los partidos, no la táctica. Se dicen muchas tonterías sobre táctica por parte de gente que apenas sabe cómo ganar al dominó». Esa fue la explicación de Clough al temprano adiós de Inglaterra en la Eurocopa 2000. Y esa parece ser la premisa de Nuno. El ex técnico del Valencia ha ensamblado un grupo con las ideas muy claras, donde cada futbolista hace su trabajo. Sin sofisticaciones. Sin historias.

Bajo palos, el belga Matz Sels, de 32 años, suma nueve porterías a cero, más que ningún otro guardameta en la Premier. En la defensa, el brasileño Murillo, de 22 años, se ha consolidado como un central contundente, formando pareja con Nikola Milenkovic. El Forest no presiona arriba y cuenta con el tercer porcentaje de posesión más bajo en la Premier, pero su plan resulta tan sencillo como efectivo. El australiano Chris Wood, de 33 años, con su corpachón de delantero antiguo, ha anotado 12 goles en 20 jornadas.

Nuno, tras el triunfo del lunes ante el Wanderers.

Nuno, tras el triunfo del lunes ante el Wanderers.AFP

«Hay muchas maneras de trabajar. Jugar replegado y salir a la contra también puede dar buenos resultados. Ahora han asimilado muy bien lo que quiere el entrenador y todo eso, en conjunto, les ha hecho más fuertes como equipo», analiza Juan Fuentes, en conversación con EL MUNDO. El lateral cordobés defendió los colores del Forest entre febrero de 2018 y julio de 2019, a las órdenes de Aitor Karanka. Apenas 18 meses, por culpa de una gravísima lesión en la meseta tibial sufrida durante un partido ante el Barnsley. «Fue un palo muy duro, pero lo que viví allí fue maravilloso. Siempre estaré muy agradecido con el club, porque me ayudó mucho. Incluso me ampliaron el contrato sabiendo que probablemente no volvería a jugar más».

Fueron 23 temporadas lejos de la Premier hasta que, de la mano a Steve Cooper, el Forest regresó en 2022. Evangelos Marinakis, propietario también del Olympiacos, empezó a dar rienda suelta a la chequera con Morgan Gibbs-White. Una confusa política deportiva, a menudo objeto de burla, cifrada en 44 fichajes y 13 cesiones. Un torrente de polémicas en torno a este armador griego, suspendido con cinco partidos por escupir cerca de un árbitro. De sus turbios manejos quedó constancia el pasado año, cuando el Forest perdió cuatro puntos por infringir las normas económicas de la Premier.

Si Clough hubiese conocido a Marinakis probablemente le hubiese agasajado con unas palabras similares a las que dedicó a Robert Maxwell, ex dueño del Derby County: «Tenía un ego más grande que su yate. Quizá por eso se cayó por la borda». En noviembre de 1991, el cuerpo del magnate, fiero rival de Rupert Murdoch, había sido encontrado en extrañas circunstancias en aguas de Tenerife.

Por entonces, Clough apuraba sus últimos días en The City Ground. Apremiado por los angustias económicas, el Forest necesitaba de la sangre joven de Roy Keane, con quien Old Big Head (el viejo cabezón) protagonizó una gran historia de amor-odio. En el último entrenamiento previo a su debut en Anfield, con apenas 19 años, el irlandés fue conminado a limpiar los zapatos de su entrenador, que acababa de pasear a su perro. En enero de 1991, tras un 3-0 ante el Crystal Palace en la FA Cup, Cloughie derribó a la joven estrella de un puñetazo. Eran momentos terribles para el técnico, destrozado por su afición a la bebida y por la muerte de su inseparable ayudante Peter Taylor. Según detalla Jonathan Wilson en la biografía Nobody Ever Says Thank You (Orion Publishing, 2011) los episodios de furia en los entrenamientos eran moneda común. No obstante, en mitad de uno de esos estallidos Clough se acercó al futuro capitán del Manchester United para confesarle: «Te quiero, irlandés».

Los estertores con el Forest, tras 18 temporadas, se completarían con el descenso a la Premiership. El último gol del curso 1992-93, de penalti en el campo del Ipswich, lo anotaría Nigel Clough, su hijo. La campaña anterior había dejado escapar a Teddy Sheringham, rumbo al Tottenham. Muestra de que en las Midlands se había esfumado aquel hechizo con el que el Forest desafió al mismísimo Liverpool de Bob Paisley. El gran tirano del continente por entonces.

Clough, con la Copa de Europa de 1979.

Clough, con la Copa de Europa de 1979.GETTY

De hecho, su primera noche mágica en la Copa de Europa llegaría, en dieciseisavos, ante el conjunto que venía de alzar su segunda Orejona consecutiva (2-0, 0-0). Tras una vibrante semifinal ante el Colonia, el partido por el título frente al Malmoe lo definiría un cabezazo de Trevor Francis (1-0). En aquellos años donde apenas se daba valor a las asistencias, aún se recuerda el pase de John Robertson, «el Picasso del fútbol», a juicio de Clough. La zurda del extremo escocés también definiría la final de la Copa de Europa de 1980, resuelta en el Santiago Bernabéu frente al Hamburgo de Manfred Kaltz, Felix Magath y Kevin Keegan (1-0).

Entre esa nómina de jugadores, a los que Clough había oblicado a beber hasta casi reventar la noche previa a la final de la Copa de la Liga de 1979, también cabe mencionar de Peter Shilton, el portero mejor pagado de Inglaterra, y el capitán John McGovern. Todos al servicio de una idea. La de Clough: «No diría que fui el mejor entrenador del país, pero sí estaba en el primer puesto de la lista».

El pique eterno Vinicius-Maffeo y la irrupción de Asencio: "¡Tira para allá, que eres muy malo!"

El pique eterno Vinicius-Maffeo y la irrupción de Asencio: “¡Tira para allá, que eres muy malo!”

Hasta ayer, el Mallorca era uno de los seis equipos de LaLiga ante los que Jude Bellingham aún no había marcado. Ni en las dos victorias de la temporada pasada, resueltas por la mínima, ni en el empate de comienzos de curso, donde el equipo de Jagoba Arrasate empezó a evidenciar su buena condición. Un equipo con el indudable legado de Javier Aguirre, pero con mayor presencia en campo contrario. La firmeza y el buen pie del Mallorca supusieron ayer toda una piedra de toque para el Real Madrid. Hasta que apareció Bellingham con su noveno gol en los 12 últimos partidos.

Ningún otro centrocampista de las cinco grandes ligas puede presumir de una cifra similar. De hecho, durante los dos últimos meses sólo Mo Salah (Liverpool), Alexander Isak (Newcastle) y Patrick Schick (Bayer Leverkusen) marcaron más (12, 11 y 10, respectivamente). Tras no ver portería en sus 12 primeros partidos, Bellingham vuelve a resultar diferencial. Tanto en el área como en labores oscuras. Ayer se impuso en ocho de sus 14 duelos -una cifra sólo superada por Pablo Maffeo (13 de 18)- y fue frenado cuatro veces en falta.

La semifinal de Bellingham ni siquiera iba a torcerse durante el tramo final, cuando acusó una sobrecarga en la pierna derecha. Aún con mínima ventaja en el marcador, Carlo Ancelotti iba a resistirse al cambio. Unos minutos más tarde, cuando Rodrygo pudo cantar el 3-0 como festejo por su 24º cumpleaños, Bellingham volvió a convertirse en protagonista. Suyo fue el pique con Maffeo que enrareció el ambiente.

Simular una agresión

«¡Tira para allá, que eres muy malo!», gritaba Raúl Asencio al lateral barcelonés, que se había encarado con Bellingham. «¡Vete a difundir a vídeos, subnormal!», replicaba Maffeo, en referencia a la presunta implicación del canterano en la difusión de un vídeo de carácter sexual. Antonio Rüdiger, otro de fuerte carácter, se encaraba con Samu Costa, mientras en la banda, los suplentes de Ancelotti intentaban contener a un desbocado Vinicius.

Desde la instauración del nuevo formato en 2020, el brasileño había dominado la Supercopa, liderando los capítulos de regates (15 de 49), faltas provocadas (23) y más remates tras conducción (seis, dos de ellos en forma de goles). Sin embargo, esta vez le faltó finura ante Maffeo, que en la primera parte quiso simular una agresión del 7. Un pique permanente durante los 88 minutos disputados por el brasileño, con intercambio continuo de gestos y reproches.

Camino de los vestuarios, Ancelotti se llevó de la mano a Maffeo, que parecía enumerarle todas las lindezas que le habían dededicado. «Los ánimos estaban calientes, así que he intentado calmar las aguas. No era necesario para los dos equipos. Al final no ha pasado nada», explicó el técnico en los micrófonos de Movistar. La habitual flema del italiano contrastó con la contundencia de Aurelien Tchouaméni. «Todos los partidos tenemos un problema con él», lanzó el francés.

«Peleas, como en cada partido»

En el vestuario del Mallorca tampoco había llegado, precisamente, la tranquilidad. «Hubo peleas, como en cada partido», refrendó Vedat Muriqi, referencia ofensiva de los bermellones y ganador en cuatro de sus seis duelos aéreos. «Que aprenda a ganar, porque tiene muchos partidos importantes por delante y le va a venir mejor», espetó Dani Rodríguez sobre Asencio. El canterano había saltado al césped en el minuto 55 después de que Tchoaméni sufriese un tremendo impacto en la cabeza tras un salto con Cyle Larin.

En cualquier caso, el francés podrá disputar la final del domingo en Yeda (20:00 horas). También Bellingham, según confirmación del propio Ancelotti. De las 12 ocasiones en las que el Madrid jugó la Supercopa como campeón de Liga, en ocho pudo proclamarse campeón. Sólo tropezó ante Deportivo (1995) Sevilla (2007) Athletic (2021) y Barcelona (2023).

La Deportiva Minera, rival del Real Madrid y símbolo de un pueblo que luchó para no ser borrado del mapa: "Cuidado con El Llano"

La Deportiva Minera, rival del Real Madrid y símbolo de un pueblo que luchó para no ser borrado del mapa: “Cuidado con El Llano”

En El Llano del Beal apenas llueve. Los cauces de sus ramblas bajan secos y el agua, un bien precioso, sólo llega a través de una red de canales secundarios del trasvase Tajo-Segura. La carestía hidrológica se agudiza por el campo de golf de La Manga Club, situado a escasos 10 minutos en coche. Sin embargo, en El Llano del Beal, el Año Nuevo amaneció bajo un manto de lluvia. Una bendición para una pedanía donde a lo largo de todo 2024 apenas se recogieron 150 l/m². Sus 1.349 habitantes recibieron el agua como un don del cielo. El anticipo del gran regalo de Reyes. Hoy, el Real Madrid juega ante la Deportiva Minera en la Copa del Rey.

El partido se disputará en Cartagena, 20 kilómetros al oeste, donde su equipo ya eliminó en segunda ronda al Deportivo Alavés. Toda una hazaña para el octavo clasificado del Grupo 4 de Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español. Bajo un cielo encapotado, pero sin riesgo de precipitaciones, la Deportiva Minera medirá fuerzas con el campeón de Europa. Para la ocasión, sus aficionados más veteranos recuperarán un grito de guerra: «El Llano resiste». Una proclama con la que ellos mismos lograron salvar sus propias casas del avance descontrolado de la minería.

«Todo empezó cuando cortamos durante 30 horas un camino de servicio para impedir el paso de la maquinaria pesada», arranca Antonio Vidal, actual directivo de la Deportiva Minera y líder histórico del movimiento vecinal en El Llano. Corría 1985, España apuraba su entrada en la Comunidad Europea y la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya ultimaba sus sondeos en El Llano para la extracción de plomo y zinc. «Seis vecinos fueron procesados, pero sin mayores consecuencias. En 1987 plantearon una cantera nueva, con voladuras diarias de dinamita en la parte sur del pueblo, así que tuvimos que mantener la movilización durante casi cuatro años», continúa Vidal, en conversación con EL MUNDO.

«El equipo y el pueblo somos uno»

El símbolo de aquella lucha fue La Cabaña, un humilde puesto de vigilancia, levantado con maderas y plásticos, desde donde los lugareños hacían guardia día y noche. Por allí desfilaron Julio Anguita, líder de Izquierda Unida, Álvaro Gil Robles, Defensor del Pueblo o Marcelino Oreja, eurodiputado por el PP. Los afectados no cejarían en el empeño. A las acampadas y encadenamientos en la sede del gobierno de la Región de Murcia, se añadiría un viaje en autobús al Parlamento Europeo. «Nos enseñaron una maqueta en la que, según sus previsiones de excavación, iban a desaparecer, literalmente, 15 o 20 viviendas. Entonces empezamos las reuniones con partidos políticos. Además, en Cartagena nos diseñaron una pegatina que rezaba "Cuidado con El Llano"».

En aquellos días, tal y como recuerda Vidal, la Deportiva Minera salió a calentar en alguno de sus partidos con ese mismo lema en la camiseta. «Una muestra de que el equipo y el pueblo somos uno. Una familia», apunta Vidal. Tras las consabidas escenas de tensión con los antidisturbios, la matriz francesa de Peñarroya liquidó su división española y vendió sus instalaciones por un precio simbólico a Portmán Golf, una promotora inmobiliaria que cerraría las minas en 1991. Hoy, 34 años después, seis depósitos de residuos mineros abandonados, con sus arrastres de metal, aún suponen un riesgo para la población de El Llano. Al menos, el pasado 10 de diciembre, sólo unas horas después del sorteo de Copa, dieron comienzo las ansiadas obras de regeneración. El Ministerio de Transición Ecológica destinará 110 millones de euros para reforestar 700 hectáreas.

Las movilizaciones en El Llano, a finales de los años 80.

Las movilizaciones en El Llano, a finales de los años 80.AYTO CARTAGENA

A los 72 años, Vidal también encabeza la renovación de la Deportiva Minera, debutante este curso en Segunda Federación. «El club es muy humilde y aquí quedan pocas empresas solventes que puedan ayudarnos. Hay que pelear mucho para poder sacar adelante al equipo», sostiene el directivo. Sin embargo, las miras se han ampliado desde la llegada de José Blaya. En 2023, este empresario de 45 años asumió la presidencia en un momento crítico. Tras salvar el descenso a Preferente, apostó por un ambicioso proyecto con el que lograría la promoción. Este curso ha doblado el presupuesto hasta los 800.000 euros. Conoce El Llano desde niño, porque fue alumno del Colegio San Ginés de la Jara, donde Vidal ejercía entonces como director. Es un hombre hecho a sí mismo. Trabajó en la mar y ahora ejerce como patrón mayor de la Cofradía de San Pedro del Pinatar. Fue niño y perdió a dos hermanos durante un naufragio.

El proyecto deportivo, con Antonio Martínez al frente, se sustenta en futbolistas con experiencia, como Omar Perdomo, Francis Ferrón, Damián Petcoff o Arturo. Tipos curtidos en las divisiones inferiores y fichados este verano gracias al talonario de Blaya. De los cuatro, el único de la zona es Arturo Juan Rodríguez Pérez-Reverte, sobrino del académico de la Lengua. Un delantero de 35 años que en 2014 ascendió a Primera con el Córdoba, antes de probar fortuna en el Dundee United. Hace dos temporadas se quedó a un paso del ascenso a Segunda con el Deportivo de la Coruña.

Cartagenero y madridista

«Nunca se me dio la oportunidad de jugar contra el Madrid en la Copa, así que ahora, al final de mi carrera, este partido es un premio a tantos años», explica Pérez-Reverte a EL MUNDO tras el último entrenamiento. Aún renqueante de una lesión muscular que le ha apartado de los recientes compromisos de la Minera, Arturo se ha limitado a tranquilizar a los más noveles del vestuario. «Intento enseñar a los jóvenes que hay que trabajar mucho para poder vivir esto. Pero también soy de los que cree que si se da normalidad a todo lo que rodea, eso nos ayudará a tener menos presión».

Cartagenero de nacimiento y madridista de corazón, Pérez-Reverte aún se emociona al hablar de su camiseta blanca que le regalaron de crío. El cuello lila, el escudo bordado y sin publicidad en el pecho. «No voy a negar mis preferencias, pero ahora defiendo a la Minera y espero que ellos lleguen algo cansados tras el esfuerzo en Mestalla». Arturo se llama Arturo por su abuelo, que también dio nombre al novelista. «Nunca me ha incomodado el peso del apellido. Todo lo contrario. Tampoco me ha ayudado. A mi tío no le gusta demasiado el fútbol, pero ha hablado con mi madre y sabe de la importancia que tiene este partido para toda la familia».

Arturo, durante una conferencia de prensa.

Arturo, durante una conferencia de prensa.DEPORTIVA MINERA

Hoy, los Pérez-Reverte vivirán con intensidad lo que suceda sobre el césped de Cartagonova, castigado por el trajín del Cartagena-Leganés de ayer (1-2). Los 512 socios de la Minerica (38% de la población del pueblo), apoyarán a su equipo desde las gradas. Algunos, como Vidal, llevan animando desde los tiempos de Minera Celdrán, la empresa que se hizo de oro gracias a sus exportaciones de plomo durante la Segunda Guerra Mundial. «En casa siempre se habló de los dos años gloriosos en Tercera (1956 y 1957), cuando ganamos 4-1 al Elche», rememora el dirigente. Por entonces, todos los gastos del club los asumían Francisco y Miguel Celdrán, nacidos en El Llano. Así que bautizaron el estadio Ángel Celdrán, en honor a su padre. Paco, hijo de Miguel, hizo carrera en el PP, ejerciendo como presidente de la Asamblea Regional de Murcia entre 1995 y 2015.

Sin embargo, ni siquiera la figura de Celdrán pudo cambiar el sesgo ideológico de una pedanía que aún presume orgullosa de su Casa del Pueblo, alzada en 1913 por los militantes de la UGT. «Desde la llegada de la democracia, el PP nunca ha ganado aquí las elecciones, aunque en las municipales de 2023 ya se quedaron cerca», subraya Vidal. Unas semanas más tarde, el pacto entre los populares y Vox arrebataría al PSOE, por primera vez, la junta vecinal. «El Llano siempre ha sido un pueblo con una gran tradición reivindicativa», finaliza el directivo. Ahora queda por saber si ese espíritu rebelde, el que evitó que un pueblo fuese borrado del mapa, es suficiente ante el Real Madrid.

Max Verstappen, una bestia dentro y fuera de la pista

Max Verstappen, una bestia dentro y fuera de la pista

Hace un par de semanas, Max Verstappen quiso aprovechar el viaje a Ruanda, donde asistió a la gala de la FIA, para cumplir una sanción con la que no estaba en absoluto de acuerdo. "Es genial tener esta oportunidad y espero que en el futuro estimule a todos estos niños a querer convertirse en pilotos o ingenieros", aseguró el holandés tras prestar unas horas de servicios sociales en Kigali.

De este modo cerraba su conflicto con Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, empeñado en desterrar de las ruedas de prensa el lenguaje malsonante de Mad Max. Sólo cinco días después, el tetracampeón mundial tomó un vuelo con destino a Portimao para rodar en el Autodromo Internacional del Algarve. En compañía de Raymond Vermeulen, su representante, se puso al volante de un Ferrari 296 GT3, con el que Thierry, hijo de Vermeulen, compite en el campeonato DTM. Por supuesto, después de 95 vueltas, encabezó la tabla.

Este particular cierre basta para explicar el triunfal 2024 de Verstappen, absoluto dominador de la Fórmula 1 incluso cuando se ve envuelto en problemas fuera de la pista o no cuenta con el mejor coche. El holandés no sólo lideró el Mundial desde el comienzo, sino que sumó el mayor número de victorias (nueve), podios (14), poles (ocho, las mismas que Lando Norris), vueltas lideradas (560) y primeras filas de parrilla (15). Su supremacía en Red Bull se tradujo en otro demoledor dato. Suyos fueron el 74,2% de los puntos del equipo. Un porcentaje únicamente superado por Fernando Alonso en Aston Martin (74,5%).

Estas cifras no deben dar lugar a engaño, porque el camino hacia la cuarta corona estuvo jalonado de dificultades. Desde el GP de Arabia Saudí, cuando estalló un turbio escándalo sexual sobre Christian Horner, team principal del equipo, hasta el GP de Brasil, cuando Verstappen puso fin a una racha de 10 carreras sin victoria. Aquel 3 de noviembre en Interlagos firmaría un apoteósico triunfo tras remontar 16 posiciones. Una obra maestra sobre un asfalto en condiciones muy delicadas. A lo largo del Mundial, ningún otro piloto pudo subir al podio en todas las carreras disputadas bajo la lluvia.

De los 24 fines de semana del campeonato, el RB20 sólo evidenció el mejor ritmo en ocho (Bahrein, Arabia Saudí, Japón, China, España, Austria, Brasil y Qatar). Pese al atronador arranque, cuando Verstappen igualó el récord de poles de Alain Prost al comienzo de una temporada, el último monoplaza diseñado por Adrian Newey perdió vigor ante McLaren, Ferrari y Mercedes. En esos momentos críticos, tras las vacaciones de verano, se hizo sentir el carácter de Max y su asombrosa regularidad. Mientras Norris perdía una oportunidad tras otra para acercarse al liderato, el holandés se permitió el lujo de ser el único en colarse en el top-6 en las 23 carreras donde pudo alcanzar la bandera de cuadros.

Sin perdón

Tras romper en Brasil el récord de Michael Schumacher de más días liderando el Mundial (896), Verstappen se coronó en Las Vegas. Le bastó con un anodino quinto puesto, por detrás de los Mercedes y los Ferrari. Y aún no había tenido tiempo para disfrutar de la gloria cuando se enzarzó con George Russell al perder la pole del GP de Qatar. Todo por una maniobra con la que presuntamente había obstaculizado al británico. "Me dijo que pondría mi jodida cabeza contra el muro", denunció Russell.

Sin reconciliación posible, bastó la cena de la Asociación de Pilotos (GPDA) para dar pie en Abu Dhabi a otra de las escenas de 2024. Así describió los hechos Liam Lawson, que ocupará la vacante dejada por Sergio Pérez: "Frente a mí estaba Max y luego tres sillas libres a la izquierda. George aún no había llegado, así que pensamos: "Perfecto, vamos a guardarle un sitio al lado de Max". Cuando llegó George, le saludamos y Max le dijo: "Amigo, te hemos guardado un asiento". George tomó la silla y caminó hacia el otro lado de la mesa para encontrarse con Lewis Hamilton", detalló el neozelandés en el podcast Pitstop.

Desde 1983, ningún piloto ganaba el título con un monoplaza que no termina entre los dos primeros del campeonato de constructores. El último en lograrlo había sido Nelson Piquet, actual suegro y futuro abuelo. Porque el 6 de diciembre, dos días antes del cierre en Yas Marina, Kelly Piquet anunciaba públicamente su embarazo. Desde entonces se esparcieron las consabidas dudas sobre la ambición de quien acababa de ridiculizar a Sergio Pérez (9-0 en victorias, 23-1 en los sábados, 14-4 en podios, 560-1 en vueltas lideradas...). Desde 2021, el tetracampeón sumó tantos podios (70) como veces acabó Checo en los puntos. "Este coche es muy agresivo y requiere mucha confianza. Ahí es donde él tiene ventaja, aunque lo importante es que, ahora mismo, es el mejor", valoró Lawson, su próximo compañero de garaje.

Los desafíos de la película más ambiciosa sobre la F1: de los consejos de Mercedes al grave 'spoiler' en Yas Marina

Los desafíos de la película más ambiciosa sobre la F1: de los consejos de Mercedes al grave ‘spoiler’ en Yas Marina

La más ambiciosa película jamás filmada sobre la Fórmula 1, con un elenco liderado por Brad Pitt y Javier Bardem, llega de la mano de un spoiler. Nada extraordinario, pero spoiler al fin y al cabo. El próximo 25 de junio, en los cines de todo el planeta, millones de espectadores podrán regodearse con el final feliz de F1, el rodado por Joseph Kosinski durante el reciente GP de Abu Dhabi. El pasado 8 de diciembre, en el podio de Yas Marina se filmaron dos escenas donde el equipo de Pitt brindaba con champán, en compañía de Charles Leclerc y George Russell. La gran estrella de Hollywood, que no ha dudado en ponerse al volante durante las escenas de acción, junto a dos de los mejores pilotos del Mundial. El colofón para la cinta producida por Apple TV. Una apuesta de riesgo, dado su astronómico presupuesto, que ya supera los 300 millones de dólares, en la línea de Mission Impossible: Dead Reckoning y Avatar.

«Estamos totalmente convencidos de que esta película llevará a otra dimensión a nuestro deporte en términos de popularidad», vaticinó, en junio de 2023, Stefano Domenicali. A un par de semanas del inicio del rodaje, el CEO del Gran Circo preveía un impacto similar al de Drive to Survive, la popular serie de Netflix. Hoy, a seis meses de su estreno, los análisis no resultan tan entusiastas. Al menos, a tenor de las audiencias en EEUU, el mercado estrella para la Fórmula 1, donde el Mundial 2024 registró una media de 1,1 millones de televidentes, por debajo ya de las cifras de 2022 (1,2 millones). Según los cálculos de los grandes estudios, para que F1 resulte rentable deberá recaudar al menos 750 millones de dólares. Un hito sólo al alcance de tres estrenos a lo largo de 2024 (Deadpool y Lobezno, Del revés 2 y Gru 4. Mi villano favorito).

La delgada línea entre el éxito y el fracaso se dilucidará con el material rodado en los circuitos del Mundial. Desde el GP de Gran Bretaña 2023, con varias secuencias en la parrilla de Silverstone, a los más recientes en Hungría, Las Vegas o Abu Dhabi, donde la cinta -como el propio campeonato- termina. Una de las obsesiones de Kosinski, cuyo pulso narrativo guio la muy taquillera Top Gun: Maverick, fue plasmar las sensaciones al volante de los coches más complejos del mundo. Así que, siguiendo el consejo de Toto Wolff, team principal de Mercedes, adaptó un monoplaza de Fórmula 2, montó 15 cámaras en él y sentó dentro a sus actores. Lewis Hamilton también quiso supervisar el proceso. No por amor al cine, sino porque se juega mucho dinero a través de su productora Dawn Apollo Films. «Tratamos de ser útiles con la narrativa. Lewis es productor ejecutivo, por lo que quería asegurarse que sea lo más realista posible», añadió Woff.

«No tuve que ensayar»

Tanta cuota de pantalla para las Flechas de Plata, por supuesto, terminaría soliviantando a Red Bull, que temió convertirse en el «villano» de la historia. «Tardamos tres años en convencerles de que no iban a serlo», explicó Jerry Bruckheimer, un productor de indiscutible olfato comercial (Superdetective en Hollywood, Piratas del Caribe o CSI: Las Vegas). Su guion, firmado por Ehren Kruger y Kosinski, se centra en la relación entre Pitt, piloto veterano que regresa al Mundial años después de un terrible accidente, y Damson Idris, su compañero novato de raza negra. Ninguno de los dos consigue sacar al APX GP del fondo de la parrilla. Hasta la última carrera en Abu Dhabi, claro. Para añadir empaque, Bardem se pondrá en la piel del dueño de la escudería. Y para potenciar la epopeya, su partitura la compondrá Hans Zimmer, uno de los músicos más aclamados de Hollywood.

«Todos los equipos nos han abierto las puertas. Mohammed [Ben Sulayem] y Stefano [Domenicali] nos han ayudado mucho. La película va a ser realmente buena», relató Pitt nada más ponerse ante las cámaras, muy agradecido con el presidente de la FIA y con el CEO de la F1 por las facilidades para montar su garaje, el undécimo de la parrilla, cada fin de semana. Y por el permiso para utilizar la pista, con público en directo, durante los breves intervalos en los que permanecía vacía. Se prevé que el rol de Max Verstappen, Fernando Alonso o Carlos Sainz, no pase de muy secundario. El pasado julio, el corralito instalado por las televisiones en Silverstone se vio más animado que de costumbre por la irrupción de las cámaras de Kosinski. «No tuve que ensayar», admitió Alonso, cuyas dotes dramáticas siempre suscitan comentarios en el paddock. «No fue demasiado difícil, así que espero que salga bien en la pantalla», admitió el asturiano.

Pitt, en la parrilla del GP de Gran Bretaña 2023.

Pitt, en la parrilla del GP de Gran Bretaña 2023.GETTY

Asimismo, se confía en la profesionalidad de la segunda unidad de Kosinski durante los 148 días, entre mayo y septiembre de 2023, que duró la huelga de actores y guionistas. Había que cumplir con los plazos y minimizar un gasto ya desorbitado. Sólo el caché de Pitt ronda los 30 millones de dólares, pero a sus 60 años ha entrenado durante cinco meses para adaptarse a un monoplaza. Cuando preguntaron a Bruckheimer sobre la velocidad del coche, el veterano productor optó por la ironía:«No puedo decírtelo. La compañía de seguros me mataría».

Sin embargo, pese a tantos ganchos comerciales, a Apple le costó encontrar distribuidores que facilitasen el estreno en los cines. Cuando pudo sellar su alianza con Warner Bros y Sony, empezaron a fantasear con que F1, en pantalla grande y con tecnología IMAX, pueda convertirse en una experiencia cinematográfica inmersiva. En la línea de Barbie y Oppenheimer. Un éxito de taquilla en cada rincón del planeta.