Dos Titanes se escaparon del Olimpo para aterrizar en Riad y reclamar su época en el mundo del boxeo. Dos furias históricas, campeones del mundo, que se volvían a encontrar bajo los rayos ficticios del Kingdom Arena, el espacio de los reyes. Solo uno podía reinar en la tierra y fue el indiscutido e imbatido campeón de los pesos pesados.
Oleksander Usyk es un Dios del boxeo (23-0-0). Así lo estimaron los jueces de la contienda de manera unánime por 116-112. Una decisión quizás sorprendente. Al menos para Tyson Fury (34-2-1), que no quiso comparecer tras ver como el árbitro levantaba el brazo del ucraniano tras escuchar el veredicto. "He ganado, soy atleta, no juez", respondió Usyk a la pregunta del presentador sobre la decisión.
Lo cierto es que fue una pelea igualadísima. En la que los boxeadores llevaron hasta el límite sus estrategias para ganar el combate. Usyk exhibió una gran movilidad y entradas rápidas al pocket con salidas igual de veloces. Golpes al cuerpo para abrir la guardia del británico y conectar luego, generalmente, con su poderosa izquierda.
Fury quiso siempre mantener la distancia con rápidos jabs y luego buscando su poderoso uppercut, a veces al cuerpo, a veces al mentón. Pero lo cierto es que le costaba conectar más puñetazos que al ucraniano. A mitad de la contienda iban 60/49 golpes acertados para Usyk.
Usyk rezando tras finalizar la pelea.Frank AugsteinAP
Sorprendió el desarrollo de la misma. Comenzó como se esperaba, con algo más de dominio del púgil británico y luego con el ucraniano recuperando terreno a medida que pasaban los asaltos. Sin embargo, Fury se guardó energía para discutir el final de Usyk, con un vigor inusitado para un hombre de casi 130 kilos en la báscula.
Quizás la pelea se le escapó en la efectividad y en los asaltos centrales. No llegó ninguna caída, pero fue Usyk quien más veces conectó con el mentón y con el ojo derecho de Fury, que acabó muy hinchado al finalizar el combate. El ucraniano movió sus poco más de 100 kilos hasta el último asalto, en el que el británico le buscó desesperadamente, pero no le encontró.
Cabreo de Fury
El combate terminó para Usyk como empezó, arrodillado y rezando. Muy devoto el púgil ucraniano, pero este combate no se lo dedicó a su difunto padre sino que fue a su madre. "Le dedico la victoria a mi madre que se preocupa mucho por mi y me lo dio todo", comentó en el micrófono del presentador de la velada.
En mitad de su entrevista se coló Daniel Dubois, el contendiente con el que rechazó pelear por el cinturón de la FBI, para permitir la revancha de Fury. Revancha que no se llegó a dar por, según el ucraniano, su preparación y su familia. "Me he preparado muy bien, Mi mujer me ha ayudado, mi hijo me ha ayudado, que justo hoy ha ganado un cinturón de judo y me ha dicho después: "Papá, tu eres el siguiente".
Dubois pidió pelear contra Usyk, que retiene los cinturones de la CMB, AMB, OMB, y parece que el ucraniano, ahora sí, va a conceder el deseo al púgil británico. Se diría que todo queda, de nuevo, entre Ucrania y Reino Unido. O entre la Tierra y el Olimpo. Pero Usyk, el Rey de los Titanes, reina en ambos lugares.
Era el plan. Trazado con maestría. Con la pericia del perro viejo. Sabiendo dónde se le podía hacer daño al Barça. Desde la desesperación. Del muro a la victoria. 18 duelos ha costado, pero lo logró Simeone y dejó al Barça en la UVI, en la que lleva ya siete partidos y colocó a su Atlético líder. Oblak construyó y Sorloth remató. A Flick, en la grada, le llevarían los demonios porque lo quiso más, pero no lo encontró. Un noruego quiso hacer historia. [Narración y estadísticas, 1-2]
Valentía. Era la palabra clave en este duelo en la cumbre. Mitad de temporada, sí; pero más que tres puntos entre dos contendientes a esta liga, le guste al Cholo o no. El argentino, sobre el que pesaba la sombra de la sospecha, salió con sus habituales: pretorianos, pero con clase. Flick, en cambio, se quiso proteger de salida con un equipo más trabajador que de costumbre, aunque el partido tuviera que verlo desde la grada por su expulsión ante el Betis.
Sin embargo, planillas y pizarras aparte, el Barça salió como un ciclón en Montjuic. No parecía que las dinámicas entre ambos, opuestas, se intercambiaran en los primeros minutos. Raphinha perdonó un gol y Gallagher tapó otro. La mala noticia para el Atlético es que fue en apenas cinco minutos en los que los jugadores rojiblancos, el sábado de celeste, parecían más aguadores que futbolistas.
Diez minutos tardó el Atlético en tener su primera posesión larga, muchas más iba a necesitar para apagar los ánimos blaugranas con un combativo Gavi y un imaginativo Pedri. Ha recuperado su mejor nivel el canario con Flick y el equipo lo nota. Si ya encima marca, pues miel sobre hojuelas. Se aprovechó el 8 de un mal control de Gavi para hacer una pared involuntaria y colocarla en la base del palo imposible para Oblak.
Pedri anota el primer tanto del partido.Quique GarcíaEFE
En el primer cuarto de hora, la posesión era 70/30 a favor de los locales. Como si a Simeone eso le importara. En el 17 llegó el primer atisbo de peligro rojiblanco tras un gran cambio de juego de Gallagher. Se iba abriendo el Atlético, pero faltaba llegar con algún pase más. Se hacía complicado precisar a pelotazos. Se echaba en falta a De Paul, el faro rojiblanco en los últimos partidos, ahogado entre blaugranas igual que Barrios.
Ni siquiera el gol de Pedri, en el minuto 29, cambió al Atlético su plan inicial de estar agazapado y salir rápido, más que rápido, precipitado. Mientras, los azulgrana mordían más arriba y haciéndole daño desde el costado de Raphinha, un puñal. Está el brasileño en su curso, ese que esperó, paciente, cuando media parroquia blaugrana pedía su venta para hacer caja. Le faltó una zancada para hacer el segundo al filo del descanso después de que Íñigo Martínez evitara que Julián empatara en boca de gol.
El que evitó el segundo en el inicio de la segunda parte fue Oblak. Tapó bien el esloveno el disparo de Fermín tras una cesión infructuosa de Giménez, que salió unos minutos más tarde con un problema muscular. Volvió en Montjuic el calvario para el uruguayo. Y eso que el Atlético había salido con otra intención inicial, más agresivo en la presión y pisando más campo contrario, pero el Barcelona seguía amenazando no solo a la contra sino también con posesiones largas para aplacar los ánimos colchoneros.
De Paul, tras anotar el empate.JOSEP LAGOAFP
De una de las primeras inventó Pedri otro precioso pase en profundidad, el enésimo, pero Raphinha estrelló su vaselina en el larguero. Y como en el duelo la cosa iba de pases a la red. Quiso De Paul imitar a Pedri para reivindicar su presencia en el partido. Culminó el argentino una contra que comenzó él mismo con un putt al segundo palo de Peña. Otro que se estiraba para la foto. Y el gol trajo de nuevo los mismos papeles con los que se inició la contienda con cambios, ambos, con esas intenciones. El Atlético pasaba a su clásico 5-3-2. Estilos, los llaman.
Desde la defensa intentó sorprender el Cholo y casi le sale si Barrios llega a embocar la que tuvo solo ante Iñaki Peña. Respondió bien el cancerbero. Oblak le respondió poco después por partida doble salvando un mano a mano ante Raphinha a pase de Pedri y otro ante el propio canario. Hasta que llegó Sorloth para cumplir el plan del Cholo. Se impusieron los estilos, triunfó la manta. Una victoria gloriosa e histórica.
Cuando Amber Fury entró en el hospital de Wythenshawe un 12 de agosto de 1988, cerca de Manchester, aún le quedaban tres meses para dar a luz. Pero Tyson Luke Fury no quiso esperar. Pese a su peso, apenas medio kilo, sus padres decidieron llamarle en honor al gran Mike Tyson. Su futuro, desde la cuna, estaba escrito.
Sólo 14 años después, ese mismo niño entraba con casi dos metros en el gimnasio de Jimmy Egan cerca de Manchester. Allí estaba Steve Egan junto a su padre: "Papá, ahí está el futuro campeón de los pesados", le dijo un joven Steve. "Si logra entrar por la jodida puerta", respondió su progenitor. Pero el que fuera el primer entrenador de Fury lo supo desde el primer momento.
Sólo debía moldear a un diamante en bruto. Un calificativo que le viene al pelo a un joven perteneciente a una familia de viajantes de origen irlandés cuyo padre, John, había sido un pésimo boxeador, pero un gran luchador callejero. Dicen que participó en cientos de peleas y que se caracterizaba por finalizarlas en segundos. El padre, por primera vez, no estará en su esquina ante Oleksandr Usyk, al considerar el equipo de Fury que puede distraerle en el combate de este sábado en Riad.
La victoria ante Klitschko
Su personalidad de joven muy modosito mutó con su crecimiento físico. Y su ego se acrecentó pese a la decepción de no entrar en el equipo olímpico británico para Pekín 2008. Ese punto de inflexión le empujó al profesionalismo, donde pronto destacaría hasta enfrentarse a uno de los boxeadores del momento: Vladimir Klitschko, amigo de Usyk, su rival en Riad este sábado, y campeón de los pesados durante 10 años. Su victoria ante el ucraniano en noviembre de 2015, en cambio, le llevó a la mayor espiral de autodestrucción de un deportista.
"He tomado mucha cocaína en mi vida", contó Fury en una entrevista a Rolling Stone, donde desnudó su alma relatando sus problemas de salud mental que le llevaron a la obesidad y a las drogas, aunque nunca confesó el uso de esteroides por el que sería suspendido por la Comisión de Boxeo del Reino Unido y por el que le retirarían sus cinturones. Fue una época oscura en la que también llegó a pensar en el suicidio, pero de la que consiguió salir aún más fuerte.
Fue el boxeo el que vino en su ayuda y su mujer, Paris, con la que tiene siete hijos, los cuatro varones con Prince en el nombre porque, como dice el propio Fury: "Si yo soy el Rey Gitano, ellos tienen que ser los príncipes". La saga ante Deontay Wilder por el título de los pesados y una dieta keto le ayudaron a volver a convertirse en el luchador que "cumplió un sueño" cuando venció a Klitschko. Tras un empate en 2018 y dos victorias, 2019 y 2020, ante el Bombardero de Bronce, Fury, de nuevo campeón de los pesados, ya se convirtió en leyenda.
Careo entre Usyk (izq) y Fury (dcha).AFP
Resiliencia es la palabra que más puede describir no solo la vida, también el boxeo de Fury. El británico (34-1-1) nunca ha sido noqueado pese a haber recibido severos correctivos que le llevaron varias veces al suelo. El bamboleo del noveno asalto en su derrota ante Usyk, ya forma parte de la historia del boxeo. "Lanzó sus mejores golpes. Dio 10 en el blanco, nunca me derribó. Así que si no pudo derribarme cuando estaba sobre las piernas de Bambi, que Dios esté con él esta vez", declaró Fury en la previa a la revancha de este sábado.
"Voy a causarle mucho dolor"
El equipo del británico, además de un entrenamiento más exigente, ha atacado la principal debilidad de Fury: el peso. Así, de comer mal dos veces al día ha pasado a hacerlo bien seis, según contó su nutricionista Greg Marriot, en las que consume entre 4.500 y 6.000 calorías diarias cuando entrena y 3.000, cuando descansa.
Tiene el físico, tiene la mentalidad y mantiene la arrogancia que le ha hecho ser quien es. Diez minutos duró el careo entre Fury y Usyk, el más largo de la historia, con ambos contendientes manteniendo la pose casi sin pestañear. Hasta que ya les separaron y volvió la boca del irlandés: "Voy a causarle mucho dolor. Lo voy a mandar a la habitación de los heridos, eso seguro. No tengo nada que decir, excepto que habrá mucho dolor en esta pelea".
El británico, sin embargo, no podrá ostentar el título de campeón indiscutido de los pesados que consiguió Usyk tras vencerle en la primera contienda. El título de la IBF ha quedado desierto al rechazar el ucraniano la pelea con Daniel Dubois, el legítimo contendiente a esa escarapela, por priorizar la revancha ante el Rey Gitano. Aunque sólo opte a los cinturones de WBA, WBC, WBO, este combate no trata de cinturones, sino del trono del boxeo mundial y de entrar en el salón de las leyendas como representante de esta generación.
Hay quimeras menos temibles que esta que viste de azulgrana. No tiene dos cabezas, ni vomita fuego, pero en su morada es tan invencible como la que describen los mitos griegos. No será por intentos para vencerla, 17, pues Diego Simeone aún no lo ha conseguido. Quizás en la 18 suene la flauta.
Y es que el técnico argentino nunca ha logrado vencer al Barcelona en su casa desde que ocupa el banquillo del Atlético. Son 10 derrotas y siete empates, aunque algunos hayan sabido a gloria. Que se lo pregunten si no a Diego Godín con aquel cabezazo para noquear al Barça de Leo Messi y regalar el título de Liga al Atlético en la temporada 2013/14. La primera de las dos conquistadas por el Cholo como entrenador rojiblanco.
Glorias aparte, el argentino ha conseguido ganar en el Parque de los Príncipes, en Stamford Bridge, en Anfield, en San Siro y hasta en el Bernabéu. En el feudo blanco, además, no sólo rompió la maldición de 14 años sin vencer al eterno rival, sino que le arrebató la Copa del Rey en su propia casa. Uno de los partidos que Simeone guarda con más cariño en su memoria. Pero el Camp Nou y hoy Montjuïc se le siguen resistiendo.
20 derrotas en 36 partidos
Lo cierto es que la última victoria del Atlético en Cataluña llegó en febrero de 2006, con Pepe Murcia en el banquillo y un imberbe Messi. Fernando Torres, con un doblete, y Maxi Rodríguez derrotaron al conjunto de Frank Rijkaard, en el que no sirvió el tanto de Henrik Larsson.
El balance de goles, además, también es bastante desfavorecedor. Hablamos de 27 tantos en contra (un promedio de casi 1,6) y tan sólo 12 a favor. Al menos, los culés ya no cuentan con Messi, que hizo del Atlético su rival preferido, sólo por detrás del Sevilla. 38 goles hizo a los hispalenses en 43 partidos, por 32 a los rojiblancos en los mismos duelos.
En el cómputo general, no es tampoco el Barcelona el rival preferido del Cholo. El argentino se ha enfrentado a los blaugrana en 36 ocasiones, de las que sólo ha conseguido vencer en cinco. 20 son derrotas y el resto, 11, empates.
Dinámicas opuestas
Eso es lo que dice la historia entre ambos, pero las dinámicas de rojiblancos y culés son muy diferentes en el campeonato nacional. El Barcelona de Hansi Flick, que había comenzado con 33 de 36 puntos posibles, sólo ha obtenido una victoria de los últimos seis encuentros. Mientras que el Atlético vuela con seis de seis y 11 seguidas si contamos todas las competiciones. Si Simeone ganara al Barcelona, estaría a punto de empatar su mayor racha de victorias con el Atlético, las 13 que obtuvo en la 2012/13.
Además de las dinámicas, parece que Simeone ha dado con la tecla gracias a un 4-4-2 y un juego más ofensivo, con un mediocampo muy potente y trabajador. La irrupción de su hijo Giuliano y la explosión de Pablo Barrios, futbolista con el que el Atlético no ha perdido esta temporada, además, claro, de la explosión de Julián Álvarez, conforman un equipo poderoso y con calidad arriba para hacer daño.
La opción del liderato
La baja de Lamine Yamal supone un serio contratiempo para un equipo aquejado de Laminedependencia. No obstante, la última derrota ante el Leganés fue con la estrella blaugrana en el campo. Así, quizás haya habido un bajón general en el juego de un equipo que empezó como un tiro. Curiosamente, la recuperación de algunos lesionados no ha terminado de sentar bien. Y Robert Lewandowski no encuentra su eficacia de comienzos de curso, aunque son ya 16 tantos en la cuenta del polaco.
Lo cierto es que este partido podría marcar el sorpasso del Atlético y su primer liderato del año, aunque los rojiblancos tienen un partido menos, al no haber jugado el duelo adelantado por la Supercopa. Así que tendrían una bala más en el caso de obtener el empate. El Atlético no lidera LaLiga desde el primer partido de la pasada temporada. Y además, en esta, no tendrán la posibilidad de que Joao Félix les vuelva a celebrar un gol en sus narices.
Sólo tenía 18 años cuando Pablo Barrios (Madrid, 2003) perdió a su madre. Circunstancia que le obligó a madurar, que le obligó a crecer antes, quizá, de lo que debería. Y desde entonces "todo lo que consigue es para ella". No son pocas cosas a sus 21 años. Titular indiscutible con el Atlético de Madrid, convocado con la selección absoluta de Luis de la Fuente y, lo más importante por ahora, campeón olímpico en los Juegos de París 2024.
Esa madurez, ese poso, es el que muestra sobre el campo desde que se ha convertido en vital para Diego Simeone. "Es una de las grandes apuestas del club y del cuerpo técnico, base de presente y de futuro", explican fuentes rojiblancas. Pese a haber sufrido dos lesiones musculares, el madrileño es el octavo jugador más utilizado por el Cholo, con 1.219 minutos. "Está haciendo un camino muy bueno", dijo el técnico argentino y añadió: "Aprovechó la oportunidad para empezar a crecer, tiene un montón de cosas positivas que nos hacen bien como equipo".
Barrios ha sentado a Koke, su ídolo. "Ojalá tenga su carrera", llegó a desear el canterano en una entrevista previa. El capitán aún le supera en minutos, 1.535, pero la dinámica es que el joven sea quien dé la alternativa al maestro en el verde y no al revés. En los últimos cinco partidos, en la planilla, como le gusta decir al Cholo, salía el 8 y no el 6. "Koke apadrina a todos los jóvenes y de él está pendiente", explican desde el club sobre un jugador que, aunque para el Cholo no haya titulares indiscutibles, él sea lo más parecido.
Carácter y liderazgo
Además del rendimiento, hay cierta cábala, factor que nunca desdeña Simeone a la hora de tomar sus decisiones. "Cuando estuvo lesionado, el equipo lo notó", apuntan. Los rojiblancos no han perdido esta temporada con Barrios en el campo. Hablamos de 12 victorias y tres empates. Su ausencia se ha debido a una microrrotura en su pierna derecha y a un edema en el sóleo, lesiones de las que volvió rápidamente.
Quizás nada de esto habría ocurrido si Pablo Barrios no se hubiera salido del mapa en marzo de 2022 durante un derbi ante el Real Madrid en los octavos de la Youth League (2-3 en el Alfredo Di Stéfano). Dos golazos y una asistencia después, ese niño que salió de Valdebebas con 14 años como capitán del infantil A del Madrid, llamaba a la puerta del primer equipo rojiblanco. "Son decisiones que toma la gente... ha salido bien la jugada", contó en una entrevista previa.
Salió del Moratalaz para llegar a la cantera blanca y, tras ser descartado, triunfar en la del Atlético. "Desde que irrumpió en la primera plantilla lo ha hecho derribando puertas", apuntan desde el club. En todos los equipos dicen de él que siempre ha mostrado mucho carácter y gran liderazgo. Tuvo que mostrarlos cuando comenzó a vestirse junto a Álvaro Morata, Stefan Savic o Antoine Griezmann para sumar casi 1.000 minutos en su primera temporada con los mayores, aunque siguiera con contrato de canterano. De hecho, su debut fue en octubre de 2022 en una derrota ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla.
La amistad con Riquelme
Aunque Koke es su espejo, Griezmann es el jugador que más le ha impresionado en un terreno de juego porque pone "su calidad al servicio del equipo". La calidad y los goles, faceta que Simeone ha pedido a Barrios que mejore y en la que el canterano está en ello disparando de fuera del área y llegando desde segunda línea. Lo mismo que le reclama a Rodrigo Riquelme, su gran amigo en el Atlético desde que coincidieron juntos en la academia. En el vestuario se muestra poco hablador, pero cercano, con la madurez propia del que sufre un golpe que le hace crecer antes.
El penúltimo escalón de Barrios fue su convocatoria a la selección absoluta para disputar el partido de la Nations League ante Suiza tras la baja de Martín Zubimendi. Directo desde la sub-21, el centrocampista disputó 11 minutos en la victoria española (3-2). Le avalaba su reciente oro olímpico en los Juegos de París, competición en la que fue titular en todos los partidos menos en la derrota ante Egipto. Las cábalas, ya saben.
"El asado me está haciendo bien". Entre risas, Josema Giménez soltaba esa perla tras el partido de la Champions ante el Slovan para evidenciar algo que no le ocurría casi desde que había llegado al Atlético de Madrid. Hablamos de cinco meses de competición sin ningún tipo de lesión. Ya más en serio hablaba de su cabeza como factor clave para mantenerse sano, pero hay otro que no le está afectando sólo a él sino a toda la plantilla del Atlético de Madrid.
Ese factor es el preparador físico Luis Piñedo. Desde su llegada, el equipo vuela y, sobre todo, no se rompe. En esta temporada, sólo han aparecido ocho lesiones, mientras que en el mismo periodo de tiempo del curso anterior hubo 20. Es cierto que la campaña 2023/24 fue durísima, ya que se incrementaron las dolencias un 32%, el Atlético estuvo entre los equipos que más sufrió, 42, muy cerca del Real Madrid, con 48. El líder en este apartado fue el Sevilla, con 72 a final de curso.
En las pretemporas de Los Ángeles de San Rafael siempre había risas sobre los sprints en la famosa cuesta de El Profe Ortega. Luego las risas se convertían en vómitos, como los sufridos por Mensah o Vietto en su primer año en el club. Hoy, la cuesta, el símbolo de El Profe, ha desaparecido y en su lugar se han colocado trineos individualizados, según la fisonomía de los jugadores. Es diferente la potencia que mueve Sorloth (90 kilos) que Riquelme (66). "No se puede tratar igual a un lateral que a un delantero", cuentan en el club.
"Se comporta como un tío normal"
Individualización. Ésta es la palabra clave que define el método de un hombre que lleva más de 10 años en el club. Luis Piñedo (Madrid, 1979) llegó al Atlético en 2010. Es licenciado en Educación Física y ostenta también un Máster en Planificación y Preparación Física de Alto Nivel, otro en Readaptación y Recuperación de Lesiones y un MBA especializado en Gestión de Entidades Deportivas. Pero, sobre todo, es "muy cercano, respetuoso" y ha entrado en la dinámica del primer equipo. "Se comporta como un tío normal", apuntan.
Sus métodos de trabajo, su profesionalidad y sus buenos resultados con el filial hicieron que el club tuviera claro a Piñedo como relevo ideal del argentino. Y hoy, como dice el Cholo, "el trabajo termina pagando". Y el descanso, porque en el club destacan que Piñedo considera el tiempo de recuperación como "otro entrenamiento" y de ahí que sea habitual ver ejercicios en los que no participan todos los jugadores de la primera plantilla. También concede más días libres.
En el entrenamiento del pasado miércoles del Atlético, un representante de prensa del club informó a los medios: "Están todos disponibles". Esa frase, como la convocatoria del Slovan, en la que Diego Simeone se vio obligado a hacer un descarte, son hechos que apenas habían ocurrido en los últimos años en la primera plantilla rojiblanca. Tampoco es habitual que el Atlético, como recopiló Atlético Stats en la primera fase de la temporada, fuera el primer equipo (el curso pasado era octavo), en cuanto a distancia recorrida, por delante de Girona y Alavés. Este apartado lo lidera Koke, con 12,4 kilómetros por partido. Además, el Atlético es tercero en kilómetros a alta intensidad, en el sprint.
Diferenciación
Con individualización del trabajo físico, Piñedo prepara a Koke para seguir rindiendo en esas distancias y también mejora la explosividad de Julián Álvarez. Para ello utiliza sistemas de GPS, drones y otros elementos técnológicos que miden las cargas, distancias y esfuerzos de cada jugador. También sirven para poder suplementar o reducir las sesiones de entrenamiento. Los GPS también los usaba El Profe.
Además es muy habitual (cualquier seguidor rojiblanco puede observarlo después de un partido de su equipo) que el preparador se quede con los jugadores que no han participado en los encuentros o han disputado pocos minutos realizando carreras contínuas para mantenerlos activos.
Precisamente, ese tipo de detalles, como el de compartir rondos en los descansos, hace que los jugadores menos habituales estén conectados y preparados para dar un buen rendimiento. "Que Koke entre 20 minutos al partido y la rompa me emociona", dijo Simeone. El Atlético es el equipo de las cinco grandes ligas europeas cuyo banquillo aporta más goles, 10, por delante de Lazio, nueve, y PSG, Bayern y Barça, con ocho. Los culés serán el siguiente reto del Cholo, pero también de Piñedo.
Un beso no consentido lo reventó todo, pero la imagen de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el estamento deportivo con más presupuesto en España (casi 400 millones de euros para este 2024), ya estaba manchada por los escándalos y era liderada por personas con cuentas pendientes con la Justicia. En los últimos 40 años, ningún presidente de la RFEF ha abandonado el cargo voluntariamente. Todos han sido inhabilitados por distintos motivos. Ahora, Rafael Louzán, el tercer presidente en poco más de un año, afrontará complicados retos bajo la amenaza del Tribunal Supremo.
Recursos
Soule, Brody, el beso a Jenni Hermoso, Negreira... Son algunos de los casos que están judicializados, que afectan a la institución y que están pendientes de resolución. Ángel María Villar, Luis Rubiales y Pedro Rocha siguen imputados en algunas de esas causas. El recién llegado tiene pendiente un recurso de casación, que se resolverá el próximo 5 de febrero, contra una sentencia que considera acreditado que prevaricó cuando era presidente de la Diputación de Pontevedra.
Así que el reto de la lavar la imagen de la Federación será el más complicado de afrontar, toda vez que el gallego podría abandonar el cargo apenas dos meses después de ser elegido si su recurso no es atendido. Por mucho que la Federación implemente nuevas medidas de transparencia, ética, buena gobernanza y compliance, será imposible una nueva era si la resolución mantiene la condena a siete años de inhabilitación para cargos públicos.
FIFA Y UEFA
Son, precisamente, estos problemas judiciales los que podrían restar peso a la Federación en el ámbito internacional. La FIFA y la UEFA son más estrictas que el organismo español respecto a los problemas judiciales de sus dirigentes. Así, aunque Louzán consiga que se acepte su recurso de casación, el Reglamento de gobernanza de UEFA, por ejemplo, exige que los miembros de federaciones asociadas mantengan altos estándares éticos y de integridad. Por lo que no es descartable que ambas se planteen, si se da la situación, forzar un cambio en la presidencia de la RFEF para disponer de otro interlocutor que gestione las relaciones con ambas.
Sin embargo, LaLiga, con Javier Tebas al frente, ha apoyado públicamente la candidatura del gallego. Louzán deberá continuar la normalización del contacto con el fútbol profesional, como ya hiciera el dirigente extremeño, y dejar atrás el enfrentamiento que hubo en la época de Rubiales. Otra relación que debe cuidar es con el Gobierno, representado en estos asuntos por el Consejo Superior de Deportes (CSD). No pinta bien, pues está en estudio ahora mismo una denuncia por parte del Ejecutivo contra el recién elegido.
Mundial 2030
Es la gran cita a gestionar para Louzán, aunque la limitación temporal del mandato, cuatro años, podría provocar que el dirigente gallego no llegase al frente de la Federación, problemas judiciales aparte. La falta de liderazgo ha restado peso a la RFEF en la candidatura conjunta de España, Marruecos y Portugal para la celebración del Mundial 2030. Pese a la buena nota obtenida por el proyecto, el nuevo presidente deberá pelear por que los partidos más importantes de la cita mundialista se jueguen en territorio español, especialmente la final, que parecía segura para el Santiago Bernabéu, pero que ahora pende de un hilo por la presión de Marruecos y por el desgobierno que ha existido, y puede seguir existiendo, en la Federación española.
De la Fuente
Tras las manifestaciones de Luis de la Fuente posteriores a la Eurocopa, el nuevo contrato del técnico será uno de los primeros temas que tendrá que enfrentar el dirigente gallego. Él estuvo en la firma de la prolongación de contrato del seleccionador para que pudiera afrontar la Eurocopa y él será el que tenga que renovarle con unas condiciones que satisfagan a ambas partes. También deberá hacer lo mismo con Montse Tomé, que se encuentra en pleno proceso de renovación del equipo femenino. Su contrato actual expira a mediados de 2025.
Árbitros
El fútbol femenino y los árbitros son otros de los retos que deberá afrontar Louzán. Tendrá que trabajar en el seguimiento de la profesionalización de las futbolistas y en el fomento de la igualdad en competiciones. Respecto a los colegiados, tendrá que manejar con pericia el conflicto generado por el caso Negreira, que afecta a su institución y al Barcelona. Todo ello deberá hacerse desde un prisma de profesionalización muy necesario en un organismo que aún dispone de métodos arcaicos de gestión. Según su programa, Louzán tratará de llevar a la Federación al siglo XXI en términos de organización y transparencia por medio de la incorporación de nuevos perfiles, tanto técnicos como de gestión empresarial, para ayudar al crecimiento. Está por ver.
Dos niñas de cuatro y cinco años se lanzan por los toboganes del Parque Baladre de Gandía. Corre el aire y hace frío en esta ciudad vacía en diciembre. Las calles están desiertas y apenas circulan coches. Debajo del parque, literalmente, hay un espacio municipal en el que resuenan voces y gritos en ucraniano. Fuera hay aparcados varios vehículos y una furgoneta que pone "Undisputed" (indiscutido). Dentro, hay varias personas preparando un entrenamiento físico mientras otras cuatro juegan un partido de pickleball con una pelota de gomaespuma. "Davai" (Vamos), se escucha entre risas.
El que grita es Oleksandr Usyk (Simferopol, 1987), el primer campeón de los pesos pesados en la historia que ostenta los cinturones de los cuatro organismos reguladores principales (CMB, AMB, OMB y FIB) y el primero unificado desde Lennox Lewis, que le visitó en su refugio valenciano hace tan solo unas semanas. "Elegimos Gandía porque nos pareció bonita", ríe Usyk hasta que detalla, ya más serio: "Me recuerda donde nací, en Simferopol, las montañas, sol, playa... y la gente, muy buena".
El MUNDO asiste en exclusiva al último día del training camp del ucraniano en Gandía. Tres meses de duros entrenamientos para ponerse en forma para la revancha contra Tyson Fury, el próximo 21 de diciembre. Será, de nuevo, el Kindom Arena de Riad, donde el campeón voló el pasado jueves, el que acoja el enfrentamiento de los dos máximos exponentes mundiales de los pesos pesados. Ha dicho Fury que la única manera que tiene de vencer a Usyk es "noqueándolo". "Tendrá que intentarlo", bromea el ucraniano.
El boxeador, al fondo del gimnasio.David GonzálezAraba
Han sido 100 días con tres entrenamientos diarios, a las 6 de la mañana, a las 12 del mediodía y a las 6 de la tarde, hasta la reducción a dos sesiones en las últimas dos semanas. "Es increíblemente disciplinado", cuentan desde su equipo sobre la mentalidad de un campeón a quien nunca le ha dado pereza una sesión. Ya se trate de boxeo, de trabajo físico o de agilidad mental. Esta última la realizan gracias a una máquina que utilizan para entrenar la cabeza y la memoria, con ocho sensores que proyectan figuras que hay que memorizar, pulsando la respuesta lo más rápido posible.
Esa personalidad es la que le ha llevado a ser considerado uno de los mejores boxeadores de la historia. "Ocho horas en la sala entrenando todos los días, así se consigue. ¿Cómo crees que un futbolista del Real Madrid llega a jugar así? Lo mismo que yo con el boxeo, sin parar. Es la única manera, entrenar sin parar", cuenta a este periódico, sentado en el ring que su equipo dispuso en la sala de entrenamiento. Además de un ring, hay espalderas, una canasta de baloncesto, todo tipo de sacos, tanto para entrenar la fuerza como la velocidad, y pesas de variedades infinitas, así como un equipamiento de boxeo para surtir una velada entera. Lo más importante del espacio no es lo deportivo, sino dos estampas y una cruz, bajo las que Usyk reza cada día, antes y después de entrenarse.
¿Qué es para usted la religión?
Es mi vida.
El ucraniano rezando después de entrenar.David GonzálezAraba
Religión y boxeo. Un deporte que descubrió después de dejar el fútbol a los 15 años y por el que no pudo cumplir uno de sus sueños: ser actor. "Siempre quise apuntarme a una escuela de arte dramático hasta que gané el campeonato de Ucrania de boxeo y me orienté al deporte", revela el campeón.
Fue su padre quien le introdujo en el boxeo. Fue su padre el que le levantaba cuando era pequeño para ver los combates de Vitali Klitschko, hoy alcalde de Kiev y amigo personal de Oleksander. Y fue su padre el primero que creyó en lo que es hoy. Por eso, cuando derrotó a Fury en Riad, por decisión dividida, sus primeras palabras fueron para él: "Papá, ¿me oyes? Lo hemos conseguido". "Fue un momento inolvidable donde me sentí feliz y triste al mismo tiempo, porque no estaba mi padre. Estaba con mis hijos, mi mujer, pero no tenía al lado a la persona que me quería ver ganando, que siempre creyó en mí", cuenta.
Momentos estelares en la carerra de Usyk.David GonzálezAraba
La guerra
La mente de Usyk siempre está con su familia, su pilar, y con Ucrania, su patria. El boxeador, que pasa desapercibido pese a su gran tamaño cuando pasea por la playa de Gandía junto a sus hijos, es un ídolo en su país. Múltiples banderas y mensajes cuelgan en su lugar de entrenamiento. Aunque esté en España, no se siente lejos de su patria. "Allí viven mis hijas y mi mujer, mi pensamiento y mis sentimientos están siempre allí. No puedo decir que esté lejos. En mi patio, en Kiev, han caído muchas veces trozos de escombros y metralla de la guerra", apunta el púgil.
Usyk, a través de su fundación, ha proporcionado multitud de ayuda, no sólo económica. Ha convencido a Fury para donar un millón de dólares de la bolsa de su primera pelea (el pasado mayo) para sus compatriotas, envueltos en una cruenta guerra desde hace más de dos años. Un conflicto en el que él, aunque lo admite de manera lacónica, también ha participado.
¿Has luchado en Ucrania?
Sí, he empuñado armas en la guerra.
Su guerra está ahora en Riad, donde deberá defender su corona y sus cuatro cinturones ante un gran boxeador que buscará borrar el cero de su casilla de derrotas. Tampoco tiene derrotas Ilia Topuria, vecino de entrenamientos en la costa levantina, y al que Usyk le tiene admiración. "Me gusta su apariencia, su forma de pelear, su técnica y me gusta como persona. Creo que si se lo plantea, él podría dedicarse al boxeo, porque tiene mucha técnica de manos", concede el campeón de los pesados.
Las manos de Usyk.David GonzálezAraba
Usyk bromeó en una entrevista al apuntar que cuando se retire del boxeo podría pelear en la modalidad de bareknuckle, pero hoy lo descarta por completo. "Yo ya tengo un estatus en el boxeo, es como si después de conducir un Ferrari me bajara a un cuatro latas", desliza de manera metafórica. "Antes, ahora y siempre, el número 1 de los deportes de contacto es el boxeo", recalca.
Tampoco se prestará a un espectáculo como el que ofrecieron recientemente Mike Tyson y Jake Paul, aunque valora su parte positiva. "Fueron felices con su show. Yo disfruto viendo las actuaciones en estas peleas. El tiempo pasa y eso sirve para que las nuevas generaciones se enganchen al boxeo y crezca el deporte", señala sobre el reto entre el ex campeón y el youtuber.
Sudado y tras hora y media de entrenamiento, toca recoger camino a una nueva cita histórica. Una cita que le puede reafirmar como leyenda del boxeo. "Al mejor rival aún no me he enfrentado", apunta con una sonrisa irónica para dejar claro que no hay otro como él. Ocurra lo que ocurra, Usyk sabe que le debe todo a un deporte que le da "paz, tranquilidad y amabilidad". "Es lo que me hace ser quien soy", incide.
Puede estar en una recta. Puede estar en una lanzadera, pero este Atlético va a todo gas. Jorge Martín, reciente campeón mundial de MotoGP, una persona que ha llegado a rodar a 363 kilómetros por hora, lo pudo comprobar in situ tras aparecer en el Metropolitano montado en su nueva Aprilia.
Este Atlético muerde, domina, va arriba y no especula. Hubo debates sobre si esto era posible, hubo amagos de hacerlo otras temporadas anteriores, pero cuando los resultados fallaban, la idea titubeaba. Como una vela sensible a cualquier brisa. Pero esta vez la base es firme y también la mano que la sostiene. No necesitó más que un gol de Sorloth para hacerlo, pero no siempre se alcanza la excelencia. Ya son once victorias seguidas, casi nada. [Narración y estadísticas, 1-0]
Se asienta en un 4-4-2 con clara vocación ofensiva. En nombres que no estaban, como Julián Álvarez, en otros que no contaban, como Javi Galán y en otros que han encontrado su mejor versión, como Rodrigo De Paul. Luego está el sospechoso habitual, un francés que mejora las jugadas rojiblancas y que, cuando toca, las culmina. Dos dobletes en los dos últimos partidos para seguir engordando su nombre en la historia rojiblanca. Un tal Antoine Griezmann.
Falta que se incorporen otros, como Samu Lino. Indispensable en épocas pasadas e intermitente en este nuevo tiempo. Mezcla una de cal y otra de arena, cosa no muy del agrado del entrenador. Ante el Getafe comenzó con dos de arena tras sendos grandes pases de Giuliano y De Paul. El argentino, por su parte, pudo hacer el primero tras una gran dejada del Cholito, pero estaba costando romper la tela de araña del Getafe.
Salieron los azulones con un planteamiento muy defensivo por parte de Bordalás, dejando grandes armas de ataque como Uche en el banquillo y volviendo a apostar por los niños en las bandas. Pero los madrileños no eran los mismos que el año pasado, a lomos de Greenwood, terminaron con la racha de victorias seguidas en el Metropolitano del Atlético, a 20 se llegaron, con un tres a tres abrumador.
No quiso especular más Simeone tras los primeros 45 minutos pese a las claras ocasiones que disfrutó su equipo. Cambió el Cholo a Lino por su hijo, otra jornada del brasileño en la que pensar en su efectividad. Y empezó el Atlético a buscar el coliderato con más ahínco. Barrios tuvo la primera tras una buena jugada rojiblanca, pero la estrelló en el lateral de la red.
Luego quiso el Cholo llamar a la historia con un cambio entre leyendas. Salió Griezmann del terreno de juego para dar entrada a Koke. La idea era recuperar el medio campo, algo que se había escapado un poco con la salida de Uche y Sola en el conjunto azulón e intentar abrir la lata, que se resistía por un gran desempeño defensivo de los de Bordalás, que terminaron por adelantar las líneas a ver si pescaban a un cansado Atlético.
Tiempos pasados
Y cuando parecía que las tornas cambiaban, cuando parecía que el Getafe buscaba la machada en el Metropolitano, llegó el martillo noruego para rematar un soberbio centro de Molina. De esas bananas que son un pecado no aprovecharlas. La pregunta que se hizo el respetable es, ¿ahora qué?
Volvió el Cholo a tirar al monte. Sacó a Le Normand por Barrios y el equipo pasó a defensa de cinco. Raro, pero efectivo. Se buscaba la victoria y se consiguió pese al susto de Milla. Habrá otros días para conseguir brillo. En Barcelona, ¿quizás?
Son casi 40 años desde que un presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no abandona libremente el cargo. Los tres que ha habido en este periodo fueron inhabilitados por el Tribunal Administrativo del Deporte. Rafael Louzán (Ribadumia, 1967) quiere dar "estabilidad y tranquilidad" al organismo y "dejar atrás épocas convulsas", aunque pese sobre él una condena por prevaricación que está siendo revisada por el Tribunal Supremo, que resolverá en febrero. Este viernes presentó "no un programa, sino un contrato con el fútbol español" para liderar una candidatura de "unión" que ocupe la presidencia de la RFEF.
Con usted, ¿va a recuperar la Federación la imagen de limpieza que no tiene desde hace casi 40 años?
Sin duda. No puede ser de otra manera, porque las etapas anteriores han venido marcadas por lo que han venido y creo firmemente que ese es el camino.
Villar, Rubiales y Rocha, ¿no cree que la gente espera un candidato sin mácula?
Espero poder serlo en febrero, tengo mucha fe. Estamos hablando de un procedimiento de hace 13 años, que es un tema de interpretación en el ámbito administrativo. Me avalan los técnicos de la de la Diputación y de alguna manera esta es una causa, además, que nunca debió ir por esta vía. Y como tengo fe en lo que hemos hecho y en lo que podemos hacer, creo que es el momento de una nueva etapa.
En el recurso que rechazó, la Audiencia Nacional exigió a Rocha una mayor diligencia. ¿Cumple usted con eso que pide el Tribunal?
Vivimos en un Estado que tiene un ordenamiento jurídico muy claro y aquí no hay ninguna condena firme sobre nadie. Por lo tanto, soy libre absolutamente para ejercer cualquier tipo de derecho. Soy una persona capaz porque conozco esto, tengo experiencia y creo que nadie ha dudado de mi capacidad durante este tiempo. Esta cuestión es lo único que utilizan mis rivales contra mí. Es un tema puntual que tiene fecha. Por lo tanto, ahora tengo que hablar de lo que queremos hacer y por qué me dan esa confianza. Entienden lo que yo les transmito, que es confianza y seguridad en relación a este proceso.
¿Cree que Rocha merecía presentarse a estas elecciones?
Sin duda, porque la causa no tiene base ni justificación. No la cautelar, sino la propia inhabilitación.
Si Gomar es rubialismo, ¿no lo es también Rocha?
No, porque Rocha tiene unos principios básicos de actuación que una vez que vio cómo se había actuado emprendió un camino distinto. Rocha apoyó en un momento puntual a Luis Rubiales y yo no y, sin embargo, Pedro vio en mí a la persona que podía liderar esto. Me gusta mucho su forma de proceder como persona, sobre todo por su extraordinaria calidad humana.
¿Cómo es su relación con Gomar?
Es una relación de compañero de federación territorial.
¿Cuál fue su reacción cuando se presentó tras decir que no lo haría? ¿Le decepcionó?
No sé si decepción, porque de alguna manera las personas actúan como son. Él es así, hace una cosa y después la contraria. Creo que eso no es bueno. No transmite seguridad y confianza.
¿Teme que, como ocurrió con Rubiales y Larrea, pueda ganar el candidato con menos avales?
No, no lo creo, son momentos diferentes y personas diferentes. Y yo algo de experiencia electoral tengo. Me he currado muchísimas elecciones. Por ejemplo, he liderado una candidatura en una provincia donde son 66 municipios y ganamos en todos. Nos lo hemos trabajado.
El candidato a la RFEF posa en el hotel Eurostars.SERGIO GONZÁLEZ VALERO
¿Por qué se presenta a la Federación?
Había un candidato que no puede presentarse. Es una pena, pero es él mismo quien me traslada que debo ser quien lidere esta nueva etapa, hablando con los presidentes territoriales y siguiendo la línea de lo que hemos hecho con LaLiga de Fútbol, LaLiga F...
Pero usted, ¿por qué quiere?
No quiero presentarme hasta que una vez que él me lo traslada, me lo pienso. Eso fue hace un mes y pico o dos. Entonces me digo: creo que tengo conocimiento de la Federación. Conocimiento a fondo durante ocho años, aunque no haya tenido labor ejecutiva alguna estos últimos meses. Por lo tanto, me siento capacitado para ello. Hemos logrado conciliar, hemos logrado unir al fútbol, algo que era necesario.
¿Qué piensa del sistema de elecciones de la Federación?
Se ha podido cambiar y no lo han hecho. Ahora tengo que estar en todos sitios explicando por qué esto es así. Yo creo que merece una reflexión, pero no está en mis manos el poder modificarlo. A quien corresponda, que recoja un poco el sentir de la opinión pública.
Si es presidente, ¿propondrá a hacerlo?
Dentro de ese diálogo que hay que emprender con el CSD veremos qué pasa, porque hay que recordar que no afecta sólo al fútbol, sino también a todas las federaciones deportivas y estas no ponen muchos reparos.
"Lo primero es el talante"
El presidente del CSD dice que su candidatura genera incertidumbre, ¿influye el tema político, al haber pertenecido usted al PP?
Parece, no sé, pero ya he dicho que esto no va de partidos políticos, sino de fútbol y de gestión. Aunque recientemente ha dicho que ahora no es momento de hablar y que quiere mantener la neutralidad.
Quien no es neutral es Javier Tebas, que le ha mostrado su apoyo.
Es porque cree en mi capacidad de gestión para la Federación. Le tengo que decir que me he encontrado con unos ejecutivos del fútbol profesional de un nivel extraordinario y creo que podremos aprender mucho de ellos y de los dirigentes que están al frente de los clubes españoles.
¿Qué quiere hacer diferente en la RFEF?
Yo creo que lo primero es el talante, que debe ser otro totalmente diferente. Porque estos últimos años fueron algo que no desearía que nadie tuviera que vivir. También la capacidad de gestión y la toma de decisiones, que hay que tomar muchas en poco tiempo. Y luego es importante tener gente no sólo para resolver el día a día, sino para pensar. Competiciones, lesiones deportivas... necesitamos gente para pensar. Porque es momento de hacer cambios, de digitalizar, de abordar la visualización de todo el fútbol y de un montón de cuestiones. Ideas que queremos programar y realizar en poco tiempo.
¿Hará una limpieza si es elegido?
No, no es mi forma de actuar. Soy capaz de consensuar, de conciliar y creo en las personas.
Dice que reactivará las opciones de Vigo y Valencia para el Mundial. Entiendo que la inestabilidad nos ha perjudicado mucho, pese a la concesión del Mundial.
Sin duda, porque era un momento clave en el que se estaba hablando del número de sedes, pero aún estamos a tiempo.
Ha dicho que no se quiere perpetuar porque las ideas caducan. ¿Tiene pensado en una propuesta concreta sobre limitación de mandatos?
No, pero creo que lo ideal sería un máximo en torno a tres mandatos. Es suficiente para estar en una institución como esta porque se necesita oxigenación. Hay que trabajar para que sea así, pero dependerá de lo que quieran los asambleístas, que son quienes tienen la última palabra.
Si es elegido y el Supremo no estima su recurso, ¿se enfadarían los asambleístas que han confiado en usted y terminaremos con Sergio Merchán como presidente?
No somos la misma persona, pero es el mismo proyecto el que queremos para la Federación. Por lo tanto, hay absoluta tranquilidad en ese sentido y reitero la firme convicción de que no hará falta.