El Real Madrid se pone en modo Final Four en una noche de récord para Llull

El Real Madrid se pone en modo Final Four en una noche de récord para Llull

El Real Madrid otea la presa mayor, el título que define su forma de ser, y se encienden todas sus alarmas competitivas. Como un resorte, como si todo lo demás aburriera. A un mes vista, Berlín, la que sería la 10ª Final Four de las últimas 13. El Baskonia, ese viejo rival siempre tan incómodo, tan atrevido, pagó en el primer round de cuartos el desenfreno blanco, esa versión tan coral, tan consistente y tan temida. [90-74: Narración y estadísticas]

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Fue un Madrid robusto y un Baskonia con poco aliento, pagando los excesos que le han traído hasta los playoffs de la Euroliga cinco años después. El play in devino en fiesta final el pasado viernes ante la Virtus, pero mientras su rival estaba afilando el colmillo. Y eso se reflejó en el WiZink, tan distinto todo a lo sucedido hace apenas 15 días, cuando los de Dusko Ivanovic salieron victoriosos.

Esta vez no hubo resquicios (siete pérdidas, 21 asistencias) y ese es el Madrid que se espera en estas alturas. Agazapado en defensa con ese último bastión que es Tavares, en busca de la versión MVP de la pasada Final Four. Y eléctrico al galope, donde nadie le puede contener. Y en estático, el talento de los Brates. Musa y Hezonja fueron el principal arma ofensiva desde el amanecer, ocho puntos el bosnio, tres triples el croata, para marcar territorio desde el primer cuarto.

Ni siquiera Markus Howard fue factor desequilibrante. Porque el Madrid aprendió que la obsesión es mal antídoto ante el genio de origen puertorriqueño. Howard lanza y anota, tantas veces de formas imposibles, este quien este delante. Por momento provocó el cabreo del siempre inflamable Hezonja ante su emparejamiento y atinó con un par de triples asombrosos en el comienzo del segundo cuarto. Pero un golpe con Rudy le dejó lastrado. Y el Baskonia siempre estaba lejos, 17 abajo (42-25) cuando el Chacho encendió su lamparita, un puñado de buenas asistencias y un triple que celebró con rabia. Fue el curso pasado a estas alturas cuando se echó al equipo a la espalda y protagonizó un fin de temporada pletórico; Sergio Rodríguez sabe cuando es el momento de desplegar la magia.

Musa

Había cierta sensación de impotencia en los visitantes, que atraviesan una temporada demasiado irregular, fuera de la Copa y con apuros para entrar en los playoffs ACB. Sin Moneke, ausente por un esguince, pierden además energía y rebote. La vuelta de vestuarios fue otro sopapo, un 8-0 que estiraba la desventaja, Musa ya disparado en anotación, Yabusele sumándose a la fiesta y la noche resquebrajándose del todo. Y Hezonja descansando tras un golpe en la primera mitad.

No hubo más partido, apenas carreras y mentes pensando en lo que viene. El jueves, el segundo envite. El alargue dio, eso sí, para un momento único, el récord de triples de Sergio Llull, al que sólo faltaba uno para igualar a Juan Carlos Navarro en el histórico de la Euroliga. Lo logró a falta de siete minutos, para poner una máxima de 26 (79-53), en un lanzamiento de esos desequilibrados, con parábola, con un defensor encima, en la esquina... Y poco después lo batió, el 634 de una cuenta maravillosa que reconoció, en pie, todo el WiZink.

Markus Howard, el desafío para el Real Madrid del anotador compulsivo: "Levanta 11 triples por partido"

Markus Howard, el desafío para el Real Madrid del anotador compulsivo: “Levanta 11 triples por partido”

En los últimos ocho partidos de Euroliga, Markus Howard ha lanzado 90 triples. Una compulsión desenfrenada que se sustenta, claro, en el acierto: 36 de ellos hicieron diana. "Por supuesto que es un jugador a tener en cuenta y al que hay que vigilar: levanta 11 triples por partido en los últimos dos meses", avisa Chus Mateo sobre la amenaza evidente, el jugador más incontenible de Europa que es la bandera del Baskonia que a partir de este martes desafía el Real Madrid (21.00 h.) en los cuartos de final de la Euroliga.

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Dice Mateo que los vitorianos son "el rival más difícil" por el simple hecho de ser su rival, el que mide el momento clave de un equipo prácticamente inmaculado en lo deportivo esta temporada: campeón de lo jugado (Supercopa y Copa), primero con récord histórico (27 victorias) en la temporada regular de la Euroliga e igualado en lo alto de la ACB con el Unicaja. Otra cosa son las sensaciones del juego, no tan poderosas en las últimas semanas, donde, por ejemplo, cayeron precisamente contra el Baskonia en el WiZink (91-95)... con 35 puntos del escolta estadounidense.

La serie de acceso a la Final Four donde el Madrid trataría de defender la corona lograda el año pasado en Kaunas marca la hora de la verdad. Los blancos no supieron su rival hasta el viernes por la noche, cuando se resolvió el novedoso play in al que tuvieron que recurrir los de Dusko Ivanovic en su irregular avanzar por esta temporada. Primero perdieron en Belgrado contra el Maccabi y después finiquitaron a la Virtus en el Buesa Arena... con 28 puntos (¡ocho de 19! en triples).

Howard, en el play in ante el Maccabi.

Howard, en el play in ante el Maccabi.ANDREJ CUKICEFE

Howard ha sido el máximo anotador de la Euroliga (19,5 puntos), por delante de Mike James, aunque lo de las últimas semanas resulta escandaloso. En esos 90 triples (tantos de ellos 'imposibles') y 192 puntos de los últimos ocho encuentros intercaló asombrosas actuaciones en ACB: 37 puntos al Barça, 37 al Granada, 36 al Valencia y 28 (con un impresionante triple final ganador) la semana pasada al Breogán. "Es el mejor anotador de Europa. Todo el mundo habla de muchos nombres y nadie le menciona a él. Las cosas que él hace en la pista no las hace nadie en el mundo", reivindica su compañero Chima Moneke, que es duda por lesión para la serie.

El Madrid llega a la cita con todas sus piezas listas y sobre aviso. Por algunas de las últimas derrotas y también, sobre todo, por lo ocurrido el año pasado ante el Partizan. El 0-2, la tangana, la histórica remontada... Incluso por los precedentes con un rival que no se le da demasiado bien. Es de los pocos con el que tiene el balance en contra en la Euroliga (10-8) y el curso pasado le derrotó en las cuatro ocasiones que se vieron. Un Baskonia de ritmo altísimo de anotación, con poco que perder y con jugadores de mucho talento y su famoso "carácter". "No vamos a ser tan incautos de centrarnos en Howard y perder a Costello, Sedekerskis, Marinkovic, Miller-McIntyre... El Baskonia tiene mucho carácter, uno especial y pelea y vuelve a los partidos cuando parece que está derrotado", avisa Chus Mateo.

El gran salto de Jordi Fernández, primer español y tercer europeo en dirigir a un equipo NBA

El gran salto de Jordi Fernández, primer español y tercer europeo en dirigir a un equipo NBA

"Soy de Badalona y como te puedes imaginar, Badalona es baloncesto". Jordi Fernández, a sus 41 años, ha hecho historia. Y sólo era cuestión de tiempo. Se ha convertido en el primer español en dirigir a un equipo NBA, nada menos que los Brooklyn Nets, que lo han anunciado oficialmente este lunes. Un tipo hecho a sí mismo, que no dudó en aventurarse hace años en el intrincado sistema del baloncesto americano para alcanzar un sueño y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en el técnico de moda.

Jordi, hasta ahora asistente principal de los Sacramento Kings (y seleccionador de Canadá, bronce en el pasado Mundial), era base. Llegó a jugar en EBA pero pronto se decantó por los banquillos a la vez que completaba la carrera de INEF. Siempre con un espíritu emprendedor, estudió en Holanda, trabajó en Noruega, pasó algún verano entrenando en la Universidad de Oklahoma... Hasta que dio el salto a Las Vegas (a la empresa de tecnificación individual Impact Basketball). Ahí le captó Mike Brown (reconoce que es uno sus tres 'padres', además del biológico y de Sergio Scariolo) "en el sitio adecuado en el momento adecuado". Y, desde entonces, un paulatino ascenso hasta una cima que pocos no estadounidenses han logrado. Hace unos días terminó su temporada con la eliminación de los Kings en el play in contra los Pelicans.

En estos años en USA, donde formó una familia y una vida, Fernández trabajó en los cuerpos técnicos de Cleveland Cavaliers (desarrollo de jugadores, de 2009 a 2013), en la G League con los Canton Charge (entrenador de 2014 a 2016) y como asistente de los Denver Nuggets (de 2016 a 2022), donde coincidió con Juancho Hernángomez (es padrino de uno de sus hijos) y con Nikola Jokic y llegó a dirigir un partido contra los Raptors por expulsión del principal, antes de dar el salto a Sacramento.

Lo de Jordi es también un hito, pues los banquillos NBA siempre han sido terreno vedado para los entrenadores extranjeros. En la historia de la Liga, fueron pocas las excepciones: Eddie Gottlieb (nacido en Ucrania), fue el primero. Jay Triano (Canadá), Kiki VanDeWeghe (nacido en Alemania) o Steve Kerr (nacido en Líbano) e Igor Kokoskov (Serbia). Se les podrían sumar Mike D'Antoni y David Blatt. La temporada pasada, Darko Rajakovic se hizo con las riendas de los Raptors -Scariolo, fue uno de los candidatos- y se convirtió en el segundo técnico europeo en ejercer de primer entrenador NBA. Jordi será el tercero.

Durante el pasado Mundial, en una entrevista con este periódico en Yakarta, el catalán explicaba las cualidades que hay que tener para llegar al cargo. "Cada equipo busca cosas distintas. Yo realmente me preocupo de hacer mi trabajo y estar ilusionado. Ser primer ayudante en Sacramento es muy especial y tiene mucho valor. Pienso que si sigo haciendo mi trabajo muy bien, tendré más opciones de que me llegue esa oportunidad. Creo que estoy muy cerca, pero no es una obsesión, es disfrutar lo que estoy haciendo cada momento", razonaba.

En los Nets, donde reemplaza a Jacque Vaughn, el español se encontrara un gran reto, un equipo joven y con el rumbo algo perdido desde que perdiera a Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden. 11º en el Este y con jugadores en pleno despegue como Mikal Bridges, Cam Thomas o Nic Claxton. Sean Marks, General Manager de los de Brooklyn dio la bienvenida al español este lunes: "A medida que avanzamos en una búsqueda exhaustiva durante las últimas seis semanas, quedó cada vez más claro que Jordi es el mejor entrenador para liderar a nuestro equipo. Aporta un conjunto diverso de experiencias y conocimientos de baloncesto adquiridos a lo largo de una carrera como entrenador que le ha llevado por todo el mundo. En cada paso del camino, Jordi ha demostrado constantemente la capacidad de implementar procesos sólidos y sistemas creativos diseñados para optimizar la plantilla específica de cada equipo. Ha demostrado su capacidad para construir relaciones genuinas y ganarse el respeto de jugadores de todos los niveles, y estamos seguros de que nuestros jugadores se beneficiarán enormemente de su experiencia".

Léo Bergère, el triatleta que pasó su infancia con una tribu del Pacífico

Léo Bergère, el triatleta que pasó su infancia con una tribu del Pacífico

El sábado, tras la rueda de prensa oficial de la primera y espectacular edición del IRONMAN 70.3 Valencia, cuyas casi 3.000 inscripciones volaron en 60 días, Léo Bergère, que acudió al acto en condición de máximo favorito, se untó de crema del sol, se tomó un gel y se fue a correr con algunos compañeros por la playa de la Malvarrosa. Apenas unas horas después (7.30 horas de la mañana), el francés estaría ya nadando en el agua de la Marina junto al resto de profesionales.

Bergère hizo buenas las predicciones, basando su triunfo en el poderío en el segmento ciclista que llegó hasta la Sierra Calderona y administrando después la ventaja en la carrera a pie por el cauce del río Túria. Aseguró una plaza en el Campeonato del Mundo IRONMAN 70.3 que se celebrará en Taupo (Nueva Zelanda), aunque la gran pelea del triatleta, que fue campeón del mundo de las Series Mundial de forma sorprendente en 2022, sea la de lograr billete para los Juegos patrios. Algo nada sencillo en el potente equipo galo.

Detrás del ganador en la meta situada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias hay una asombrosa historia vital. Nacido hace 27 años en Le Pont-de-Beauvoisin, una pequeña localidad del Departamento de Isere, Bergère pasó buena parte de su infancia bien lejos de allí, empapado de las costumbres y la manera de vivir de la tribu Hnamane, en la isla de Lifon, en Nueva Caledonia.

En el aquel paraje del Pacífico se trasladó su familia, ya que su madre aceptó un puesto de profesora. Lèo tenía siete años y vivió con una tribu local en la jungla, compartiendo sus costumbres locales y su respeto por la naturaleza. "Aquello es una parte integral de lo que soy hoy. En Nueva Caledonia la vida era diferente a la de Francia, las raíces de la sociedad se centran en cosas diferentes. Se centran en su gente, en su conexión con la naturaleza", explicó en una entrevista. "Sabía cómo ser independiente, cómo ser fuerte y había desarrollado un amor permanente por estar al aire libre", dijo.

A su retorno a Francia, Léo, que también probó en modalidades tan llamativas como el canicross y el breakdance, se enfocó en el triatlón, y a los 15 años ya estaba en un centro de alto rendimiento. Sus grandes éxitos llegaron tras los Juegos de Tokio, aunque de manera sorprendente se dio a conocer al mundo tras su título Mundial ITU, ganando la prueba clave en Abu Dhabi en 2022. Ese mismo año también se impuso en el IRONMAN 70.3 de Lanzarote. En su palmarés también destaca la victoria en 2023 en el IRONMAN 70.3 de Oceanside.

En Valencia, Bergère venció con un tiempo de tres horas y 40 minutos, por delante de los alemanes Jan Stratmann y Jannik Schaufler. En categoría femenina, también alemanas (Carolina Pohle y Lena Meibner) fueron las que acompañaron a la danesa Laura Madsen en el podio. "Disfruté de toda la carrera, de principio a fin, y realmente recomiendo esta prueba para el futuro, la organización ha sido increíble para ser su primer año. He disfrutado mucho con esta competición, me ayuda a preparar mentalmente los Juegos Olímpicos de París y a tener un ritmo fuerte", declaró tras el triunfo el campeón francés.

El primer atleta español fue Carlos Oliver Vives, noveno, mientras que el local Roberto Sánchez Mantecón fue 12º. Entre las mujeres, Judith Corachan fue 10º y Laura Gómez, 17ª.

Las 22 medallas de Barcelona 92, techo y obsesión: "Cuando conoces la inversión de otros países..."

Las 22 medallas de Barcelona 92, techo y obsesión: “Cuando conoces la inversión de otros países…”

Barcelona 92 fue cumbre y también 'techo de cristal'. Un espejismo olímpico de 22 medallas que desde entonces persigue España como un imposible. Es «la barrera que debemos de romper», en palabras de Alejandro Blanco. El presidente del Comité Olímpico Español (COE), poco de hacer quinielas, no se esconde esta vez. «Por primera vez en la vida me he lanzado. El reto, y cuando hablo con los deportistas lo tienen claro, son las 22 de Barcelona. Mínimo. Las previsiones invitan a ese optimismo», desafía en EL MUNDO a 100 días de París.

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Los Juegos de Barcelona fueron un precioso asterisco en una colección histórica no tan boyante. El ardor patrio de aquella cita y una inversión de los sectores públicos y privados -vía Plan ADO- sin precedentes disparó los éxitos, nada menos que 13 oros, sextos en el medallero. Pero después, la cruda realidad. En las dos últimas citas, Río y Tokio, apenas 17 (y apenas tres doradas en la cita nipona). En deportes de equipo, uno de los puntos fuertes del deporte español, no se gana un oro desde Atlanta 96, por ejemplo.

La regla es sencilla en el medallero. Inversión, habitantes y PIB suelen ser el baremo olímpico. España tiene calidad y cantidad en sus deportistas para soñar con superarse, para dar ese salto necesario, aunque en tantas cosas el deporte nacional siga a años luz de otros. «Es imposible compararnos a Estados Unidos, China, Gran Bretaña... E incluso a otros países de ámbitos más cercanos. Cuando conoces las inversiones de esos países... Siempre digo que en el cociente entre resultados e inversión, somos el primer país del mundo. Los resultados están por encima de los medios. Y ahí destaca la calidad de nuestros deportistas, entrenadores, clubes y federaciones, que son las cuatro patas sobre los que se sujeta el deporte español. Que es el mejor del mundo, lo digo convencido», expone Alejandro Blanco que, sin embargo, pone en valor «el programa del Team España», que, junto a la inversión del CSD, «ha ayudado muchísimo».

Equipos

Pero hay motivos y, sobre todo, nombres propios para pensar que en la capital francesa España puede estar en una cifra similar a la de hace 32 años. «Hemos tenido un ciclo olímpico espectacular y la clasificación de nuestros deportistas para los Juegos está alcanzando récords. Sinceramente, la realidad nos invita a ser optimistas de cara a París», apostilla Blanco. «Sería negar la evidencia. Hay ya nueve equipos clasificados, nos falta el baloncesto masculino [Juega el Preolímpico en Valencia del 1 al 7 de julio] y el rugby. En piragüismo estamos al máximo, la vela también, taekwondo, gimnasia, Carolina cada [Marín] día bate más récords... Es un momento mágico», enumera. Y eso que, por ejemplo, la desaparición del kárate priva de dos éxitos casi seguros con Sandra Sánchez y Damián Quintero.

A estas alturas, ya hay 277 deportistas clasificados y la cifra puede superar los 360 cuando finalicen los ránkings y preolímpicos. Entre ellos, algunas parecen opciones seguras de metal. Hugo González fue campeón del mundo en 200 metros espalda el pasado mes de febrero, como meses antes lo fueron (por partida doble) los marchadores María Pérez y Álvaro Martín (sus opciones en París además se multiplican con la novedad del relevo mixto). Fátima Gálvez en tiro, Adriana Cerezo en taekwondo, Teresa Portela, el K4, Antía Jacomé y María Corbera en piragüismo, Jordi Xammar y Nora Brugman en vela..., especialidades en el que siempre son varias las opciones y que son las que nunca fallan en el deporte español.

Los nacionalizados Jordan Díaz y Yaimé Pérez, que se unen a otras opciones en atletismo como Ana Peleteiro, Fatima Diamé, Adrián Ben... El judo que pide foco después de años de mal fario con Fran Garrigós, Niko Shera, Ai Tsunoda... La gimnasia (Ray Zapata), la escalada con el dorado Alberto Ginés, por supuesto Carolina Marín y Maialen Chorraut (a sus quintos Juegos con 41 años)... Y dos mediáticos con ganas olímpicas como Jon Rahm en golf y Carlos Alcaraz en tenis (ese doble mágico con Rafa Nadal...).

Y, cómo no, los deportes de equipo y esa tradición de competir 'juntos' en la que España brilla como casi nadie en el mundo. «La ilusión, las ganas, el compromiso y el talento» como señas de identidad grupales, que reivindica Alejandro Blanco. Y ahí, por encima de todos, destaca la primera participación de la selección femenina de fútbol (entró en el programa olímpico en Atlanta 96), la histórica campeona del mundo. También la masculina (plata en Tokio) y los dos waterpolos. Quizá perdieron algo de expectación el baloncesto, el balonmano y el hockey.

Adriana Cerezo: "Yo disfruto más que el resto. Esa es la diferencia"

Adriana Cerezo: “Yo disfruto más que el resto. Esa es la diferencia”

Adriana Cerezo es pura adrenalina. Y no sólo sobre el tapiz. Saluda aquí y allá, bromea con unos y otros y deambula eléctrica por el gimnasio Hankuk de San Sebastián de los Reyes como si fuera el salón de su casa. Los minutos previos al entrenamiento resultan una liturgia de vendajes, ánimos, risas, masajes y concentración. "Yo es que a lo que renunciaría es a no venir aquí. Ese sería mi sacrificio. Si tengo algún compromiso y tengo que cambiar los horarios o faltar al entrenamiento, pues me molesta. Y fue así siempre. Cuando tenía 10 años y me coincidía con el cumpleaños de algún amigo del colegio, me fastidiaba. Mi fiesta estaba aquí. Y que dure mucho", presume la menuda taekwondista en su entrevista con EL MUNDO, en la que habla tan rápido como pelea y con igual seguridad que como ejecuta sus patadas.

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Hace tres años, en el Makuhari Messe Hall, un centro de convenciones gigantesco a las afueras de Tokio, una niña de 17 años cautivó a España con su mezcla de ternura y fiereza. Sonreía de camino a cada combate y despedazaba a su rival después. Sólo cayó en la final, contra la tailandesa Panipak Wongpattanakit, por un despiste en los últimos segundos. Y lloró. De rabia porque aquella plata, que era la primera medalla para el país en esos Juegos, no fuera oro. Aunque nadie hubiera contado con ella.

Nadie, menos los que la conocían. "El día que la vi por primera vez pensé: 'Esta es una bestia'. Vino un poco cabizbaja, pero cuando tiró la primera patada...", rememora Jesús Ramal, el entrenador que hizo de esa niña frustrada que acudió a su escuela la mejor del mundo. Pero su plata, la que le cambio la vida, fue también fruto de un guiño del destino. Si para los deportistas más veteranos el retraso de los Juegos a causa de la pandemia resultó un duro golpe, para la adolescente Adriana ese año de margen fue una bendición. "¿Cuántas posibilidades hay de que una pandemia retrase unos Juegos, que los pueda disputar con 17 años...? Una entre un millón. Si hubieran sido en el 2020, tenía la edad muy justa para llegar a Tokio. Tuve más tiempo para aprender, para que la Federación confiara en mí y para que no hubiera ninguna duda, porque venía de las categorías inferiores. No sé qué hubiera pasado si hubiesen sido antes, pero de esta forma no me fue mal. Así que, como fue un regalo, la idea era ir a por todas", dice ella, a la que todos aquí la llaman 'La Bicho'.

Cerezo, durante un entrenamiento en el Hankuk.

Cerezo, durante un entrenamiento en el Hankuk.Ángel Navarrete

¿Cómo recuerda aquel día en el que fue ganando combate a combate hasta plantarse en toda una final olímpica?
Estaba flotando. Siempre hemos afrontado el presente para estar preparados para las oportunidades. Y en el momento en que se dio, la íbamos a exprimir al máximo. En mi cabeza no entraba 'vamos a probar, vamos a ver'. En mi cabeza estaba: 'voy a ser campeona olímpica'. Con esa ilusión y esas ganas afronté ese día. Así que lo que iba sucediendo no nos sorprendía. Esa frescura y esa forma de verlo nos dio un plus. A mí allí sólo me faltaban mi entrenador y mis padres.
Y sonriendo.
Espero que la gente se acuerde de esa sonrisa. Y que en París y en Los Ángeles sea igual. Es la esencia, lo que marca la diferencia. Todos entrenamos mucho, todos queremos ganar, todos damos nuestro 100%, pero yo creo que disfruto un poco más que el resto. Porque a mí esto me encanta, es mi vida.

En París, en el Grand Palais, Cerezo ya no será esa rival a la que nadie conocía. A sus segundos Juegos, la madrileña llega como número uno del ranking olímpico de su peso (-49 kilos), bronce en el mundial de hace un año y con más experiencia, madurez y hambre. "Hemos ido aprendiendo ciertas cosas para afrontar a rivales más altas. No es que las estudiemos mucho, focalizamos la atención en nosotros. Porque si Adriana está bien, ella es imparable. Tiene cosas que...", relata Ramal sobre su pupila, que el próximo mes afrontará el campeonato de Europa como preparación para la cita que centra todas sus atenciones. "Es injusto que los Juegos marquen tanto. Nos encantaría que un campeonato del mundo tuviera tanta repercusión, como pasa en fútbol o en baloncesto. Pero en nuestro caso no es así. Todos los deportes minoritarios tenemos ese pico de exposición y es lo que, a la vez, lo hace tan importante y tan bonito. Así que toca aprovecharlo", reivindica ella.

Adriana Cerezo y su entrenador, Jesús Ramal.

Adriana Cerezo y su entrenador, Jesús Ramal.Ángel Navarrete

¿En qué es mejor ahora?
Simplemente, en el hecho de tener tres años más de trayectoria, de entrenamiento. En nuestro caso es un trabajo acumulativo. Son más cosas mecanizadas, más aprendizaje, más adaptación a las normas... Pero sobre todo, yo venía de categorías inferiores y no había tenido la oportunidad de pelear en grandes eventos ni con gente top. Algo que ahora sí he podido hacer, competir en Mundiales, en Grand Prix, con las mejores. Esa es la experiencia. Aunque muchas veces te estás enfocando en las que están ahí arriba y luego aparece alguien como yo, que no estaba en el mapa...
Ahora ya no va a sorprender.
Pero eso es bonito también. Todos trabajamos para llegar a lo más alto. Y luego, mantenerte. Creo que todavía no soy el objetivo a batir, porque no soy ni la número uno del ránking mundial ni la campeona olímpica. Todavía tengo a alguien a quien perseguir. Pero ojalá llegar a serlo. Espero que sea en estos Juegos y tener que mantenerlo. Se nos va a dar bastante bien.
Cerezo, durante el entrenamiento en Hankuk.

Cerezo, durante el entrenamiento en Hankuk.Ángel Navarrete

A la tailandesa la tendrá ganas.
Sí. Y a una turca que me ha estado ganando un montón de campeonatos, aunque en los últimos dos he podido derrotarla. Pero ese combate sabes que va a ser duro. La china también. El nivel es tan alto que llega un punto en que son detalles. El que más lo disfrute, el que mejor esté... El que ese día se haya levantado con chispa. Pero estamos preparados para atajar a cualquiera.
¿Por qué el taekwondo?
Pues no lo sé. Yo probé un montón de deportes y no me llamaban la atención. Pero fue aquí... No sé. También está el hecho de que a todos nos gusta ser el mejor. Cuando ves que algo se te da bien y vas mejorando... Crece el protagonismo y dices: 'Quiero ser la mejor'. Porque puedo y sé que si trabajo lo puedo conseguir. Es esa ilusión, que la tienes cuando tienes ocho años y quieres ser el mejor de la clase y ahora con 20 quiero ser la mejor del mundo.
¿Sigue viendo películas de artes marciales en honor a su abuelo?
Qué va. Poquísimas. Veo un montón de series, soy muy friki. Obviamente, me he visto Cobra Kai. Soy mucho de ver documentales de grandes deportistas. Jesús está muy metido y me recomienda. Pero películas de artes marciales ya no veo. Los efectos especiales de ahora son tan buenos, que los de antes ya no te los crees. ¡Ya no soy tan niña! Pero tendría que verlo algún día, creo que lo haré.
¿Cómo lleva los estudios de Criminalística?
Estoy en tercero, ahí voy, al día. Espero terminar el próximo año. Mis padres y su exigencia. Para que pudiese venir a entrenar, para tener ese premio, mi fiesta, tenía que ir bien en el colegio. Si no hacía los deberes, si no traía buenas notas, ese día no venía a entrenar. Después, se me ha ido creando una rutina de aprovechar en los viajes, algo que empecé desde muy pequeña. En un avión de 10 horas a EEUU, ahí me llevo los libros. Tiempo sacamos, de donde sea.
Cerezo, durante la entrevista.

Cerezo, durante la entrevista.Ángel Navarrete

Se ve en plan CSI en el futuro...
Me mola mucho el tema de cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado. Pero yo iba a hacer Bioquímica o Biología Sanitaria. Cambié el mismo día de la preinscripción, hablando con mi madre. Me dijo: '¿Te ves dentro de 10 años en un laboratorio?'. 'Ni de coña', pensé. Me entró una angustia...
¿Lo de Policía le viene de familia?
Qué va. Mi padre tiene su empresa de decoración y mi madre trabaja en marketing. Tengo un tío que es policía local. Simplemente me llama la atención, me gusta mucho la Policía. Siempre ha estado en mi cabeza el tema de opositar. Pero ahora es complicado... Con calma.
¿Sigue practicando el mindfulness?
A diario. Empezamos en 2018. Me tranquiliza. Me viene bien para el taekwondo, pero también para los estudios. Vivimos a 2.000 revoluciones. Sacar 15 minutos, sentarte, respirar y no pensar en otra cosa, me viene bastante bien. Es algo que voy a hacer siempre.
¿Cómo lleva el mal perder?
Es que me enfado mucho conmigo misma. A todos nos gusta fustigarnos un rato, aunque estoy aprendiendo a no hacerlo. A llorar, a otro sitio. Se analiza lo que hemos hecho mal y se replantean las cosas. Quedarse en bucle es pasarlo mal a lo tonto. Ni eres el mejor cuando ganas ni el peor cuando pierdes. Mañana hay que pelear otra vez.
¿Lo peor que ha hecho tras una derrota?
Esto no se lo he dicho nunca a Jesús, ya lo leerá. Una vez perdí contra una tailandesa, la única vez en mi vida que fue por una diferencia de 20, en un Open de Bélgica Junior, en la final. Estaba tan enfadada que le pegué un puñetazo a la pared... Cuando me quite el guante tenía el el puño lleno de sangre.
¿Cómo lleva el tema dieta?
En los deportes de contacto hay mucha gente que hace locuras con el peso. Si yo peso más, soy más fuerte, soy más grande. Pero a mí me gusta entrenar, no dar el peso sudando con una capucha. Nos cuidamos, por supuesto. Pero nuestra filosofía va en dirección contraria. Creo que es un tema que hay que ir cortando, porque lleva a trastornos alimenticios. Mucha gente va a límite, en el boxeo, en el judo... Hay que saber alimentarte para competir, antes y después. La educación nutricional es súper importante y agradezco a Jesús que nos haya dado esa base.
¿Habrá otro tatuaje post París?
En las costillas, en el cuello.... Va condicionado a la experiencia que tenga, no a la medalla. Porque Tokio fue inolvidable. Subir en el ascensor con Pau Gasol, encontrarte en el comedor con Djokovic, que tu vecina sea Mireia Belmonte...
El "volver a las raíces" del Unicaja, líder de la ACB: el 'plan' de Ibon Navarro, la renuncia a la Euroliga y la "fiesta de Dylan"

El “volver a las raíces” del Unicaja, líder de la ACB: el ‘plan’ de Ibon Navarro, la renuncia a la Euroliga y la “fiesta de Dylan”

"Hace tres años ibas al Carpena y la gente se marchaba al descanso porque el equipo no luchaba", recuerda Fran Vázquez. Lo del Unicaja no es sólo el histórico liderato de la Liga Endesa a estas alturas de temporada. Ni la consecución de la Copa del Rey de 2023, un título 17 años después. Ni la clasificación por segundo curso consecutivo para la Final Four de la Champions League, sellada este martes en Patras ante el Promitheas. Lo del Unicaja es un Plan, con mayúscula. "Ibon tiene un plan", cantan las tribunas su mantra, un guiño al entrenador que lo ha cambiado todo, con la sensación de que no sólo lo deportivo es lo que vuelve a funcionar.

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Hace no tanto, el Carpena lucía a medio gas, ni 5.000 espectadores de media. Hoy se agotan los abonos y no hay pabellón en la ACB con más espectadores, encadenando 'no hay billetes'. "Con 10.000 gargantas apoyando es más difícil perder", razona el pívot gallego, que llegó con 18 años a Málaga y vivió tres etapas en el club para convertirse en un histórico. "Para que la pelotita entre hay que favorecerlo. Con el cambio de presidencia hay un antes y un después. Ni nos metíamos en Copa y se estaba un poco lejos de lo que siempre fue Unicaja, de nuestra época", analiza otra leyenda. Carlos Cabezas pone en valor los cambios introducidos en 2021, cuando el ex árbitro Antonio Jesús López Nieto se hizo con las riendas del club reemplazando a Eduardo García. "Lo primero que hizo fue escuchar a la afición, solucionar problemas y ser más cercano. Ha sido un acierto", coincide Vázquez.

El pasado domingo, el Unicaja caía de 20 en el Nou Congost. "Y lo remontan sin Osetkowski [el líder en anotación del equipo]", realza Cabezas sobre un resultado que, horas después con la derrota del Madrid en el Palau, iba a otorgar el liderato a los malagueños. A falta de seis jornadas, con el mejor porcentaje de triunfos de su historia (23-5), empatado con los blancos pero con mejor balance de puntos, depende de sí mismo para igualar lo logrado en 2006 con Sergio Scariolo, el curso en el que después iba a levantar la única ACB de su historia. Hace nueve años, con Joan Plaza, también fue líder en la jornada 28, aunque después perdió cinco partidos y acabó tercero.

"Hay paralelismos, cosas que recuerdan a la mejor época. Son dos equipos ganadores", destaca Cabezas, base de aquel Unicaja que a principios de siglo cosechaba éxitos (la Korac de 2001, la Copa de 2003, la Liga de 2006 y la histórica presencia en la Final Four de la Euroliga de 2007). "Ibon ha logrado algo similar a aquellos tiempos de Scariolo o Aíto: tener un grupo compacto, con buen ambiente en el vestuario y en el que los roles están muy claros. Aquí nadie juega más de 23 ó 24 minutos. Un día le toca a Kendrick Perry, otro a Tyson Carter, el siguiente es Alberto (Díaz), otro Dylan....", pone en valor el sentimiento colectivo el que fuera campeón del mundo con España en 2006.

Navarro, en un partido reciente.

Navarro, en un partido reciente.ACB Photo

Y menciona a Ibon Navarro, la clave de bóveda de todo lo que está sucediendo, de los números y también del estilo, reconocible en su intensidad, en su valentía. "Un entrenador que tira y afloja, que sabe cuando apretar y cuando dejarles más libres. Al que los jugadores escuchan, porque sabe manejar las sensaciones", dice Vázquez. "Es un entregado al trabajo. Venía con un proyecto y unas ganas locas de trabajar en un club como es el Unicaja. Por lo que le conozco y lo que le veo trabajar, es un apasionado", apostilla Cabezas, que destaca la "apuesta por la continuidad" del director deportivo Juanma Rodríguez y del presidente. Con respecto a la plantilla que el año pasado logró la Copa en Badalona, apenas un cambio. La venta de Darío Brizuela al Barça (que dejó en caja más de un millón de euros) y la llegada de Kameron Taylor.

Uno de esos síntomas de comunión entre una ciudad "entusiasmada" y un equipo lanzado fue la "fiesta de Dylan". Cuando ganaron la Copa, el pívot estadounidense prometió invitar a los aficionados, que se lo recordaron cada partido desde entonces con otro cántico ya imprescindible: "¡Paga la fiesta, Dylan!". En septiembre, en la explanada del Carpena, con la plantilla presente, hubo comida y bebida para todos.

Ese "volver a las raíces" y a los éxitos de Unicaja, a la esencia de intentar interrumpir la tiranía de Madrid y Barça (han ganado 17 de los últimos 21 títulos nacionales), tuvo en el origen otra decisión no tan popular pero a la postre efectiva. Cuando López Nieto llegó a la presidencia, el Unicaja renunció a la Euroliga (entonces disputaba la segunda competición, la Eurocup) y se unió a la estructura FIBA para jugar la Champions League. "Se dijo que era un error muy grande. Pero eran momentos de cambios, de mirar presupuestos y más allá. Y se ha demostrado que probar fue un acierto. Porque no es la misma BCL en la que jugué yo hace años. Ahora hay equipos muy fuertes, ha crecido y cada año es más difícil. Muchas veces hay que dar dos pasos atrás para dar uno grande hacia delante. Y a nivel económico era la mejor opción", concluye Vázquez.

Jonas Vingegaard y la gran duda sobre si llegará al Tour: sigue en el hospital y "sólo irá si está al 100%"

Jonas Vingegaard y la gran duda sobre si llegará al Tour: sigue en el hospital y “sólo irá si está al 100%”

De la imagen terrible de Jonas Vingegaard tumbado en posición fetal en la cuneta, inmóvil durante minutos y abandonando después en camilla, con collarín y entubado la curva maldita de la cuarta etapa de la Vuelta al País Vasco, se pasó rápidamente al alivio con el primer parte médico: pese a la espeluznante caída, 'sólo' presentaba una rotura de clavícula y algunas costillas.

Para saber más

Pero la situación para el ganador de los dos últimos Tours de Francia tampoco es tan optimista para su futuro deportivo a corto plazo. Ingresado en el Hospital Universitario de Araba (Vitoria), al día siguiente las pruebas médicas descubrieron un neumotórax (fugas de aire en el espacio entre los pulmones y la pared torácica). A falta de menos de tres meses para el arranque de la Grande Boucle en Florencia y tras ser pasar por el quirófano, todos está en el aire para el danés.

Este mismo lunes, Merijn Zeeman, director deportivo del Visma Lease a Bike, hizo una actualización del estado de salud de Vingegaard en declaraciones a Het Nieuwsblad tras haber hablado directamente con Trine Marie Hansen, la esposa de Jonas. "Cada día está relativamente mejor, pero todavía está en el hospital. Eso dice suficiente. Por el momento, Jonas no piensa en si llegará al Tour o no", aseguró.

"Jonas seguramente se perderá el training camp en altitud en Sierra Nevada que íbamos a realizar a partir del 6 de mayo. Si va al Tour, tendremos que hacerlo por una ruta diferente. Si no funciona, tendremos que idear un escenario diferente. Sólo irá al Tour si está al 100%", señaló Zeeman. El calendario de Jonas, además de la concentración en Sierra Nevada, incluía su participación en el Criterium du Dauphiné (del 2 al 9 de junio), que ya ganó el año pasado. De momento, nada es seguro.

El director deportivo del Visma también habló sobre su otra estrella herida. Wout Van Aert, ausente en las clásicas de primavera tras la caída en la A través de Flandes en la que se rompió la clavícula, también está de momento lejos de la bicicleta. En el caso del belga, en sus planes estaba su debut en el Giro de Italia. "Está empezando a quedar muy poco tiempo para Wout y el Giro. Esta semana esperamos comprender mejor lo que será posible y lo que no", aseguró Zeeman. "Una cosa está clara. Si empieza en el Giro será al 100%. No envías a un ciclista a una gran vuelta sólo para seguir adelante".

Ricky cambia el Clásico y el Barça deja al Real Madrid sin liderato

Ricky cambia el Clásico y el Barça deja al Real Madrid sin liderato

Unicaja es el nuevo líder de la Liga Endesa, a estas alturas, un mérito terrible. Esa es la conclusión del sexto clásico de la temporada, en el que el Barcelona se sintió poderoso y el Real Madrid irreconocible. Un cambio de síntomas que mucho tiene que ver (o todo) con la aparición de Ricky Rubio, cada vez más pleno. Su temple, su dominio del ritmo y su experiencia marcaron la tarde en el Palau. Después, en la resolución, ahí estaban Vesely (con las dos torres blancas expulsadas por faltas) y la magia de Laprovittola. [85-79: Narración y estadísticas]

Venció de principio a fin el Barça, seguro de sí mismo, agresivo, acertado por momentos y con la cabeza fría siempre. Capaz de golpear de inicio y de aguantar las embestidas del Madrid, que se intentó rebelar en la segunda mitad, pero era "remar" demasiado en ambiente hostil. De nuevo en el Palau vence el Barça (como en el precedente de Euroliga), más triunfo moral que otra cosa, porque se aproxima la hora de la verdad del curso y porque arrebata un bien preciado a su rival directo. Nada menos que el liderato que lucía desde la jornada 1. Igualado con Unicaja (que remontó por la mañana al Manresa), pero con mejor basket average para los malagueños, históricos, que dependen de sí mismos para acabar ahí.

"La manera en la que hemos salido es simplemente vergonzosa, hay que hacérselo mirar". La frase de Llull todavía con el aliento entrecortado, contundente como un puñetazo al mentón, resumió mejor que nada los 15 primeros minutos del Real Madrid en el Palau. Se vienen repitiendo estas autocríticas últimamente en los blancos y eso no es buena señal. El Barça le había pasado por encima como casi nadie este curso (llegó a mandar por 21, 38-17) y sólo una pequeña reacción antes del paso por vestuarios dejaba con vida a los de Chus Mateo.

El Barça fue un pitbull. Su amanecer, como una revancha llena de rabia por lo sucedido en el último clásico, la final copera. El meneo fue aún más evidente cuando Ricky Rubio ingresó en cancha con ocho puntos en dos minutos y junto a Laprovittola golpearon una y otra vez a un Madrid aturdido, que encajó un parcial de 24-2. No permitían los de Roger Grimau ni una canasta sencilla y, en el otro aro, martilleaban con su acierto desde el perímetro (anotaron sus seis primeros triples sin fallo).

Vesely

En semejante crisis, tuvo que salir al rescate el coraje del capitán. Llull espabiló a los blancos antes del descanso con dos triples. Después, un horrible Satoransky y la irrupción de Deck (recordando su versión de hace tiempo) firmaron un parcial de 2-14 que era oxígeno para el Madrid. Fue Ricky, en cancha de nuevo, quien con tres tiros libres de pillo puso un poco de orden.

Esos minutos, tantas veces clave y que tantos equipos desprecian, de antes y después del descanso, iban a resultar un alivio para el Madrid. Porque a la vuelta ya era otro y también el Clásico, que fue elevando su temperatura como no podía ser de otra forma. El Barça ya no encontraba un amigo en el triple y había perdido momentáneamente a Kalinic por faltas. Y el Madrid, con Campazzo a los mandos, se encontraba cómodo en la remontada (llegó a ponerse a tres, 57-54), aunque también vio como Tavares, penalizado por un claro tapón a Willy (de nuevo muy gris, aunque luego lo arregló), se iba al banco con cuatro personales.

El Clásico ya eran detalles. Y el Madrid estaba en la orilla (64-63) cuando su rival tardó tres minutos en anotar la primera canasta del acto definitivo. Un volver a empezar. Pero ahí ya las riendas las tenía Ricky, que no jugaba un partido de este tipo desde 2011, y el Madrid comprobó como todo iban a ser malas noticias. La quinta de Tavares, la irrupción de Vesely (que tanto daño le suele hacer), una técnica al desquiciado Poirier que poco después también abandonaba la cancha y la puntilla de Laprovittola, con los cinco puntos finales (para un total de 25), con esa clase única que posee el argentino, para cerrar la fiesta.

El show de Markus Howard para la remontada del necesitado Baskonia al Madrid

El show de Markus Howard para la remontada del necesitado Baskonia al Madrid

No hay un jugador en Europa como Markus Howard, un anotador de semejante dimensión, un tirador desde cualquier distancia y circunstancia al que no asustan los apuros. El Baskonia se jugaba media vida en la Euroliga en el WiZink y en la primera mitad caída de 15 ante un Real Madrid sin nada en juego -desde hace unas semanas ya sabe que acabará líder-. Pero su genio tenía un saco de puntos en la chistera: los de Dusko Ivanovic estarán en el play in (y podrían ser el rival blanco en cuartos). [91-95: Narración y estadísticas]

Para saber más

Fue un noche extraña en el Palacio, alocada por momentos, divertida también, frustrante para un Real Madrid que se achicó en la segunda mitad ante el hambre baskonista. Ante la agresividad de Moneke y Costello en la pintura y los lanzamientos como flechas de Howard, que acabó con 35 puntos (es ya el máximo anotador de la competición) -siete triples de 12 intentos- los 10 últimos de los visitantes, que se hicieron fuertes en la recta de meta para sacar un triunfo de los que salvan temporadas.

El duelo estaba marcado por el anuncio en la previa de Rudy Fernández y su retirada. Pero el balear, ovacionado en la presentanción, no disputó ni un minuto. Tampoco Llull pudo alcanzar el récord de triples de Navarro (sigue a dos). El protagonismo inicial fue para Hezonja y Causeur, que despedazaron a un Baskonia que parecía completamente perdido. Tanto como las gafas de Moneke, rotas a las primeras de cambio con un golpe involuntario de Tavares.

Gran inicio blanco

A los ocho minutos, los vitorianos habían encajado 27 puntos, transición tras transición como un boxeador encaja jabs sin enterarse de nada. Incapaces de frenar el ímpetu blanco, se vieron 15 abajo. Un suicidio. Aparentemente.

Primero, porque supieron resistir en el abismo. Y segundo, porque el Madrid desconectó. Y en ese ambiente ya más relajado, fue apareciendo poco a poco Markus Howard, primero en silencio, luego a lo bestia. Iba a decidir el partido.

Tras los primeros acercamientos antes del descaso, el Baskonia completó la remontada en el tercer cuarto. Con la aparición de Musa, reaccionó el Madrid a su vez, con un 11-2 para poner orden (73-67), aunque más fuerte contestó Costello, poderosísimo, para un parcial de 0-13 que iba a resultar clave.

Porque propiciaba que los de Ivanovic entraran a los minutos finales con una ventaja con la que jugar. Y el Madrid, nervioso, se descentró con el arbitraje (especialmente Poirier, Tavares y Hezonja) y con los puntos de Howard, que desquician cualquier defensa, porque tantas veces son inimaginables. Un triple de Hezonja, el mejor de los de Chus Mateo, arrimó al Madrid (81-82), pero una técnica a Tavares y las faltas del propio Hezonja en su defensa individual a Howard acabaron por decidir. Respira el Baskonia, tuerce el gesto el Madrid, que ya ha perdido cuatro de los últimos cinco partidos en el WiZink.