Alcaraz, el abrazo de Sinner tras la derrota, un viaje en furgoneta por delante y la duda para la Copa Davis: “Mi intención es darlo todo con España”

Actualizado Lunes, 17 noviembre 2025 - 02:44

El tenis ha normalizado una amistad que es extraña se mire por donde se mire. Jannik Sinner desesperó este domingo a Carlos Alcaraz en la final de las ATP Finals, le llevó al error, incluso celebró un punto con uno de sus gestos icónicos y minutos después ambos se fundieron en un abrazo. Rafa Nadal y Roger Federer, precedente y ejemplo, no llegaron a tanto mientras estuvieron en la cima. Pese a episodios como la remontada de Roland Garros, la relación de los dos mejores jugadores del mundo resiste ante todo, tanto que incluso en pleno partido, durante el primer set, se animaron a una tertulia improvisada mientras los sanitarios atendían a un aficionado indispuesto.

"Es un jugador increíble, siempre vuelve más fuerte de las derrotas. Una vez más ha demostrado a todos lo que es capaz de hacer. Especialmente con el saque, con el que siempre te presiona mucho. Es realmente difícil jugar contra él", alababa Alcaraz, cuyo equipo pasó al completo por el palco de Sinner para felicitar a sus entrenadores.

En cuanto acabó el partido, el número uno del mundo se sentó en su banquillo y pasó unos minutos mirando al vacío, serio, muy serio. Una derrota en una final nunca es fácil de asimilar, pero luego tampoco tardó tanto en recuperar la sonrisa. En cuanto se subió a la tarima de la ceremonia de premios, el público del Inalpi Arena de Turín empezó a corear su nombre y su alegría habitual regresó de inmediato.

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"Estoy contento. Creo que he hecho un torneo espectacular, yendo de menos a más, jugando un tenis increíble. En la final me he sentido muy bien. Jannik y yo hemos jugado a una velocidad que yo mismo decía: ¡Joder! No estoy ni dolido ni jodido. Tengo que dar valor a haber llegado a la final de la Copa de Maestros y de haberlo hecho bajo techo", valoró quien aceptó que había cometido "un par de errores" en momentos decisivos y que eso le condenó.

La duda con la Davis

Este lunes al mediodía, después de un merecido descanso, saldrá en furgoneta del Hotel Principi Di Piemonte de Turín para recorrer los 332 kilómetros hasta el Bologna Fiere, la sede de la Final a Ocho de la Copa Davis. No entrenará hasta el miércoles, pero se reunirá allí con sus compañeros del equipo español y probará su físico. En el primer set de la final ante Sinner notó un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna derecha al realizar un saque y toca analizar la gravedad del asunto.

"Mi intención es jugar la Copa Davis y darlo todo con España. Creo que no me perjudicará, espero que no, haremos pruebas. Cuando te haces un poco de año empiezan los pensamientos, pero he acabado bien el partido. Quizá no podía hacer el loco, correr bolas imposibles, deslizarme varios metros, pero he podido jugar normal, con fuerza, llegando a los apoyos", comentó Alcaraz, que este domingo cerró su temporada individual, la mejor temporada de su carrera.

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Fueron dos Grand Slam, tres Masters 1000 y tres ATP 500, fue recuperar el número uno -y lo que le queda con él-, fue una consistencia que nunca había tenido. "No ha sido una temporada perfecta porque no he ganado todos los títulos, pero ha sido una temporada brillante. Le doy mucho valor al crecimiento. Desde el principio de año he sabido lidiar con todo tipo de momentos, he crecido como persona y como tenista", proclamó el español.

Después de la Copa Davis tendrá un par de semanas de vacaciones -aunque en medio juega una exhibición en New Jersey ante Frances Tiafoe y otra en Miami ante Joao Fonseca- y 13 de diciembre volverá a los entrenamientos para preparar 2026 con una tarea pendiente. "Voy a intentar ponerlo todo en esa pretemporada para empezar la próxima temporada aún más fuerte. Una de las cosas que haremos es analizar esta final, valorar el partido, ver qué he hecho bien y qué he hecho mal. Lo estudiaremos todo", finalizaba Alcaraz, con una cercanía realmente única con el único rival que le discute.

Sinner desconcierta a Alcaraz, le derrota por segunda vez este año y se lleva las ATP Finals

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 21:06

El futuro debe ser su consuelo. Carlos Alcaraz tiene ahora nuevas razones para desvivirse, una derrota que recordar en sus entrenamientos, alimento para los días que vendrán. En su mejor temporada lo ha ganado casi todo y en ese casi crecen las leyendas. La final perdida en Wimbledon fue una rareza, pero la final de las ATP Finals demostró este domingo que Jannik Sinner es superior en ciertas condiciones. Cuando un techo cubre sus cabezas, cuando ni el sol ni el viento molestan, el italiano es imbatible, como confirmó su victoria por 7-6(4) y 7-5 en dos horas y 15 minutos.

Sin duda, una decepción para el español, que además acabó tocado. Al mismo tiempo un protector de estómago para el empacho de éxitos de este 2025. Si hubiera ganado a Sinner en su superficie y en su casa, ¿Qué le quedaría para el año que viene?

En su duelo, el sexto del año, hubo tensión, mandíbulas apretadas, hubo dudas, como siempre. Los encuentros entre Alcaraz y Sinner generan ‘highlights’ para la historia, puntos tan inverosímiles que parecen generados por IA, pero también guardan muchísimos nervios. Acostumbrados a ser muy superiores a sus rivales, frente a frente se agarrotan. Son demasiados días pensando el uno en el otro, analizando, preparándose. Este domingo si una genialidad les otorgaba un punto los dos resoplaban antes de celebrar. Sin ahondar mucho más, Sinner acabó con cinco dobles faltas.

Los saques vertiginosos y los errores no forzados en ambos lados hicieron avanzar el marcador hasta que se llegó al tie-break del primer set. Antes, con el 5-4, atendieron al español por primera vez por unas molestias en los isquiotibiales de la pierna derecha. Antes, con 6-5, él mismo contó con una bola de break y de set que se perdió con un revés desafinado. Los dos sucesos seguramente estaban en la mente de Alcaraz en plena muerte súbita cuando intentó dos precipitadas subidas a la red que le sentenciaron. Nuevamente estaba obligado a remontar, como aquella mágica tarde en Roland Garros. Pero esta vez en territorio hostil.

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Al acabar ese primer set, el Inalpi Arena de Turín se venía abajo. La afición italiana alucinaba con un Sinner inventor, capaz de sobrepasar a su rival con dos globos y sorprenderle con unas dejadas. El esquema de juego del italiano no fue radicalmente distinto al habitual -golpes veloces y planos en todos los intercambios-, pero en determinados momentos se vistió de Alcaraz para asombrar. En el segundo set incluso celebró uno de sus puntos señalándose la oreja como habitúa su rival generacional. Un gesto raro en él, propio de la importancia del momento.

La desesperación de Alcaraz

En ese periodo Sinner empezó cediendo un break por primera vez en estas ATP Finals -llevaba ganados 45 juegos al servicio consecutivos-, pero poco después le dio la vuelta y desesperó a Alcaraz. "Desahógate, desahógate", decía el entrenador Samuel López a su pupilo cuando, con 4-4 en el marcador, soltaba sus primeras quejas. Luego vendrían más. En el desenlace del encuentro, el número uno se fue desesperanzando hasta encadenar una serie de malas decisiones que fueron su sentencia. Cada vez que visitaba la red se iba trasquilado hasta que al final cayó derrotado. Al acabar pasó unos minutos sentado en su banquillo mirando a la nada, digiriendo lo que acababa de ocurrir.

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"Estoy muy contento, muy contento con mi actuación en el torneo. He jugado con alguien que no ha perdido un partido bajo techo en dos años. Jannik es un gran jugador y hace un gran trabajo con su equipo. Después de cada derrota vuelve más fuerte. Espero que descanse para el año que viene y esté preparado porque yo voy a estar preparado", advirtió Alcaraz en la ceremonia de entrega de premios a un adversario que hará que en 2026 sea todavía mejor. Ahora toca la Copa Davis, una competición que le obligará a rehacerse rápido, y luego empezará unas vacaciones que apenas durarán un par de semanas.

A mediados de diciembre, el número uno de la ATP volverá a los entrenamientos en Murcia con las subidas a la red falladas este domingo en la cabeza. E incluso antes del Open de Australia, el 10 de enero, se reencontrará con su querido enemigo en una exhibición en Seúl. "Has tenido una temporada increíble, dejas muchos recuerdos. Si no soy yo el número uno quiero que lo seas porque realmente te lo mereces", consoló Sinner, cuya afición italiana ovacionó a Alcaraz y le devolvió la sonrisa. La rivalidad entre ambos seguirá haciendo crecer el tenis mientras uno y el otro continúan creciendo por el camino. El futuro debe ser su consuelo. Si hubiera ganado a Sinner en su superficie y en su casa, ¿Qué le quedaría para el año que viene?

Alcaraz, las prisas por irse a dormir, una camiseta para el recuerdo y la falsa alarma por el resfriado de Sinner: “No me he sonado la nariz”

Actualizado Domingo, 16 noviembre 2025 - 10:05

Corre, corre, corre. Desde que salió de la pista del Inalpi Arena de Turín, Carlos Alcaraz inició una carrera contrarreloj para meterse en la cama de su habitación del hotel Principi di Piemonte lo antes posible. La única parada obligatoria fue la bicicleta estática, donde estuvo apenas 15 minutos. Antes ventiló las entrevistas con las televisiones a toda prisa y después hizo lo mismo con las radios y la prensa escrita. En lugar de la conferencia habitual, con un protocolo fijo y todos sentados, la organización improvisó unas preguntas en zona mixta.

Al final, tras pasar por la ducha, Alcaraz salió del pabellón antes de la medianoche, cruzó la ciudad en un coche oficial en apenas 15 minutos, cenó y se echó a dormir. El objetivo era acostarse antes de que la madrugada se le echara encima. Conseguido. Este domingo (18.00 horas, Movistar), ante Jannik Sinner, en la sexta final del año entre ambos, necesitará estar lo más descansado posible para levantar su primer título de las ATP Finals.

El enésimo enfrentamiento entre ambos permite centenares de análisis distintos, factores a favor de uno y de otro, pero Alcaraz proclamó este sábado que el favorito es su rival generacional. Esta vez, que a él no le presionen. "Jannik juega mejor en pista indoor y estaremos delante de su público, así que es el favorito", aseveró el español, que pese a ello no renunció en absoluto al triunfo: "Eso no quiere decir que no pueda ganarle. Si pensara que voy a perder ni siquiera saltaría a la pista. No me jugaría el físico, no me jugaría nada. Sé de lo que soy capaz y sé que será complicado, las dos cosas. Veremos qué pasa".

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Ambos han demostrado que el recuerdo de sus enfrentamientos pasados no les influye, aunque en los momentos tensos Sinner quizá recuerde que ya perdió cuatro veces esta temporada. No fue con intención —seguro que no lo fue—, pero este sábado Alcaraz apareció en el calentamiento de su semifinal ante Felix Auger-Aliassime con una camiseta que evocaba su épica victoria en el último Roland Garros.

El tercer español

Los precedentes son una buena herramienta para decantar la previa. Porque el español se presentará en la final con un gran hándicap: el público. Ya le ocurrió en Roma, donde venció, y esta vez será peor. Más de 15.000 italianos se entregarán a animar a Sinner mientras que por Alcaraz solo estarán sus amigos recién llegados de Murcia. "No es ningún secreto, el público juega. Jannik ha hecho mucho por Italia y es normal que se lo devuelvan. Si yo cometo un error, le ayudarán a venirse arriba. Por eso debo ponerlo todo sobre la mesa", analizó Alcaraz, que podría ser el tercer español en entrar en el palmarés de las ATP Finals.

Desde que se empezó a disputar en 1970, solo Manolo Orantes (1976) y Álex Corretja (1998) se proclamaron campeones, mientras que otros —Carlos Moyà, Juan Carlos Ferrero, David Ferrer y Rafa Nadal, dos veces— se quedaron a las puertas. "En la última parte del año he trabajado muy duro y me he concentrado especialmente para llegar en forma a este torneo. Levantar el trofeo significaría mucho para mí. Estar en la misma lista que Orantes y Corretja sería genial", finalizó Alcaraz antes de despedirse con prisas.

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Sabía el español que Sinner llevaba ya horas descansando en el mismo hotel después de ganar su semifinal con la placidez con la que siempre derrota a Álex de Miñaur. Como Alcaraz, el italiano no sufrió lo más mínimo para vencer, aunque durante el partido hubo un instante que alertó a los periodistas de su país. Los aficionados apenas se dieron cuenta, pero en la tribuna de prensa hubo incluso quien se llevó las manos a la cabeza. A medio partido, Sinner se echó una toalla a la cara, como si estuviera jugando en verano a pleno sol. La calefacción del Inalpi Arena funciona bien —a veces demasiado bien—, pero la única razón por la que el número dos del mundo podía sentir tanto calor era que estuviera constipado.

"¿Yo? ¿Resfriado? No, no, solo lo hacía para refrescarme porque hay mucha humedad en el pabellón. No me he sonado la nariz ni una vez", respondió Sinner, sorprendido por la alarma encendida entre la prensa. Este domingo habrá duelo entre Sinner y Alcaraz, el sexto del año, y los dos llegan en sus mejores condiciones.

Alcaraz desmonta a Auger-Aliassime con un tenis perfecto y se cita en otra final con Sinner

Actualizado Sábado, 15 noviembre 2025 - 22:29

El tenis se acostumbra a la dulce rutina de ver frente a frente a dos hombres geniales en lo suyo, tan distintos, dominadores de su época. Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, en otra final, la sexta del año. Este domingo (18.00 horas, Movistar) será en las ATP Finals, en casa del italiano en todos los sentidos: en Turín y con su público, pero sobre todo en superficie dura y bajo techo. Únicamente esas condiciones hacen favorito a Sinner, porque los precedentes señalan al español como vencedor. Wimbledon creó la sensación de una rivalidad alterna, pero lo cierto es que en Alcaraz se impuso en las otras cuatro citas.

En todo caso será un capítulo más de una historia, su historia, que promete continuar años y más años. En todos los torneos, se celebren donde se celebran, los rivales claudican ante ellos con una impotencia en aumento. Hasta esta temporada ni Alcaraz ni Sinner habían disfrutado de la grandeza que hacía que Nadal, Federer o Djokovic ganasen incluso antes de empezar a jugar. Ahora ya gozan de esa aura.

En semifinales, Álex de Miñaur nada pudo hacer ante Sinner, que lo derrotó por 7-5 y 6-2, y Felix Auger-Aliassime apenas resistió ante Alcaraz antes de caer por 6-2 y 6-4. Si en una cita así, con los ocho mejores del mundo clasificados, nadie puede ni tan siquiera discutir un set, ¿Qué hará el resto? El caso de De Miñaur se puede considerar excepcional porque ha perdido sus 13 duelos con Sinner y la falta de moral es lógica, pero Auger-Aliassime mostró el mismo ánimo.

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Desde el primer juego, el canadiense apareció con la tristeza en los ojos y los brazos decaídos. No es que sea un tenista muy expresivo, todo lo contrario, pero su gestualidad resumía sus escasas probabilidades de éxito. Todas sus opciones pasaban por tener un gran día al servicio y que Alcaraz estuviera fallón y no ocurrió ni una cosa ni la otra. El canadiense empezó tembloroso concediendo demasiadas bolas de break y el número uno se le abalanzó encima. El primer set apenas duró 37 minutos. El partido entero, sólo un poco más, 82 minutos.

La perfección de Alcaraz

Durante la fase de grupos de estas ATP Finals, Alcaraz había dominado a sus rivales, pero siempre le quedaba una adversativa. Vencía, aunque quería afinar su revés. Ganaba y sin embargo se lamentaba su porcentaje de primeros. Este sábado ya no podía hacerse reproches. Su actuación fue perfecta. Todo lo que necesita para derrotar a Sinner salió a relucir. Más allá de su saque -sólo concedió una bola de break- y de la potencia en su derecha, la clave estuvo en su puntería.

Una bola iba a la línea y luego otra y luego otra. En los minutos iniciales Auger-Aliassime pidió una revisión y se quejó varias veces, pero al final se dio cuenta que el Ojo de Halcón funcionaba perfectamente. Su problema era otro. Las estadísticas pueden ser tramposas, pero Alcaraz acabó el primer set con apenas dos errores no forzados. Ante un rival tan preciso nadie puede hacer virguerias, aunque Auger-Aliassime todavía arrastra los problemas con su revés de siempre. Si había tensión en un punto, Alcaraz le tiraba a ese lado y, al final, siempre ocurría lo mismo. El canadiense acabó el partido con muchos más errores -19- que aciertos -15-.

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"Estoy muy feliz por la victoria de hoy", aseveró Alcaraz en italiano justo al acabar ganándose al público local, que apoyó a Auger-Aliassime. "Espero que al menos tres o cuatro personas me animen mañana [por este domingo]", añadió bromista. "Ha sido mi mejor actuación en el torneo. Desde el principio he estado muy concentrado, sin hacer errores, yendo a por ello, apurando la pista al máximo. Punto a punto he ido cogiéndose confianza y me he acabando encontrando muy bien. Estoy orgulloso del nivel que he demostrado para lo que viene", comentó después quien disputará la primera final de las ATP Finals de su carrera.

Por la pista y por las fechas se suponía un torneo difícil para él, pero ya no lo es. Como pasó en otras superficies, como pasó en otros meses de este 2025, como pasó en Roma, Roland Garros, Wimbledon, Cincinnati y el US Open, está a un paso del título y el último escollo es Sinner. Dulce rutina para el tenis.

Sinner ya espera a Alcaraz en la final: vence por decimotercera vez a De Miñaur, su víctima favorita

Actualizado Sábado, 15 noviembre 2025 - 16:34

Este sábado, antes de su semifinal de las ATP Finals, tanto Felix Auger-Aliassime como Carlos Alcaraz pudieron calentar tranquilamente en la pista central del Inalpi Arena. Una rareza, porque jugaban en el último turno. En realidad, un privilegio esperado: todos los presentes sabían que la semifinal anterior, entre Jannik Sinner y Alex De Miñaur, se resolvería rápido. Jugadores, aficionados, periodistas, entrenadores y, por supuesto, organizadores no dudaron al hacer su planning. Si normalmente reservan la pista tres horas para cada partido, esta vez solo bloquearon dos. ¿Para qué más?

Hasta 12 veces habían jugado antes Sinner y De Miñaur, y en las 12 previas el italiano había dominado con autoridad. La decimotercera no fue la excepción. Para alcanzar su tercera final consecutiva de las ATP Finals, Sinner se impuso por 7-5 y 6-2 en apenas una hora y 52 minutos ante su adversario favorito, un tenista cuyo estilo le favorece.

Esta vez De Miñaur intentó algo diferente, pero el resultado fue el mismo. Su estilo defensivo, correoso y conservador es ideal para la voracidad de Sinner. A un lado, un tenista sólido; al otro, un tenista destructivo. En el primer set, De Miñaur empujó al italiano al error y forzó los intercambios todo lo que pudo, pero en cuanto le sobrevino cierto cansancio, todo quedó en manos de Sinner.

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Para ganar, el australiano necesitaba hacer el partido de su vida, estirar cada golpe, buscar ángulos más allá de sus límites; para ganar, el italiano solo tenía que hacer lo suyo. De Miñaur aguantó hasta el 6-5 del primer set y luego cedió con un break. El segundo set fue solo la constatación de la superioridad de uno sobre el otro. Si acaso, destacó la noble actitud de De Miñaur que, pese a estar ya dos breaks abajo, con 4-0 en contra, peleó el partido hasta donde le alcanzaron los golpes.

Pedro Vives, el ayudante de Alcaraz que fue su compañero de generación y un día perdió las ganas: “No sé exactamente qué fue”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:44

En una esquina, Pedro Vives sonríe. En el hall del Inalpi Arena está instalada la pista de entrenamiento y el público aplaude a Carlos Alcaraz, que se prepara para las semifinales de las ATP Finals de esta noche ante Felix Auger-Aliassime (20.30 horas, Movistar), justo antes de recibir el trofeo como número uno del año. Todas las cámaras lo enfocan, hacia él se dirigen las luces, ningún aficionado mira a otro lado, pero, en una esquina, Pedro Vives sonríe. Y quizá eso sea lo más importante de todo.

Vives podría haber dejado el tenis, regalado sus raquetas y repudiado toda una infancia de aprendizaje, y sin embargo aquí está estos días disfrutando como sparring de Alcaraz. Su historia es una de esas que se pierden en las pistas, más allá del Top 10, del Top 100, incluso del Top 300 del ranking ATP. Vives fue compañero de equipo del propio Alcaraz cuando ambos eran niños; fue compañero de entrenamiento de Rafa Nadal cuando era adolescente y hoy es el 463 del mundo, pero a sus 24 años sigue peleando por ser tenista.

Se le ve disfrutar estos días.
Sí, sí, para mí es puro disfrute. Llegué la semana pasada y estuve jugando sets de entrenamiento con De Miñaur, Fritz o Shelton. Aprendí un montón. Me di cuenta de que podía pelearles, no me llevé ninguna paliza, pero la diferencia estaba en la regularidad: ellos aguantaban el ritmo durante más tiempo. Estos días con Carlos no son tan exigentes, sólo peloteamos para que mantenga el feeling, pero me lo paso muy bien igualmente.
¿Cómo será la vuelta a la vida real?
Cuando me llamó la ATP para venir ya sabía que sería sólo un break. En cuanto acaben estas ATP Finals tengo torneos challenger en Egipto y Baréin y así cerraré la temporada. Hasta que llegas al 250 o incluso al 200 del ranking, el tenis es muy duro: tienes que poner casi todo de tu parte. Invertir en viajes, invertir en tu equipo, invertir en ti para tirar adelante. Pero yo quiero seguir apostando.
Entrenando cada día con Alcaraz, ¿se compara?
Si me comparara no sacaría nada bueno, nada positivo. Compararme con alguien como Carlos es muy mala idea. Es un fenómeno de este deporte, a los 22 años ya tiene 22 Grand Slam... Puedo aprender de él, pero compararme sería malísimo.

Ahora entre ambos hay un abismo, pero Alcaraz y Vives compartieron entrenamientos, competiciones y viajes como compañeros del mismo equipo. De Palma de Mallorca, fue fichado por el Real Club de Tenis Barcelona para su equipo júnior al mismo tiempo que el hoy número uno y otras promesas españolas como Dani Rincón, ahora el 206 del ranking mundial.

"Ya nos conocíamos de antes. Carlitos tiene dos años menos que yo, pero nos habíamos visto en los torneos del Rafa Nadal Tour, del Nike Tour... Siempre fue muy bueno, pero a los 15 años pegó un cambio físico muy grande y fue cuando empezó a sobresalir", recuerda Vives, que luego dio un paso más en su carrera al entrar como becado en la Rafa Nadal Academy. A los 16 o 17 años entrenaba a diario con Nadal o Casper Ruud y su trayectoria iba directa a la élite.

La experiencia con Nadal

¿Cómo era entrenar con Nadal?
Era una suerte, era un espectáculo. Obviamente, Rafa tampoco pasaba muchos días en la academia, pero cuando estaba me tocaba entrenar con él. Los primeros días me imponía, pero luego ya me acostumbré. Yo hacía lo que me pedían, estaba súper concentrado.

Tiene en su Instagram una foto de muy niño en brazos del propio Nadal y de Carlos Moyà. ¿Cómo es eso?
Fui con mis padres a ver una eliminatoria de la Copa Davis de 2004 que hubo en Mallorca y no sé cómo consiguieron esa foto. Es bastante surrealista. Luego, un día en la academia, me dijeron de broma que si la repetíamos y Carlos me volvió a coger. Esa segunda foto también es surrealista, la verdad.
Hasta el covid compitió regularmente en challengers y futures y luego encadenó dos años en los que solo contó derrotas. ¿Qué le pasó?
No sé exactamente qué fue. No hubo torneos durante medio año por la pandemia y después me costó mucho volver a las rutinas de entrenar, de viajar, de competir. Perdí la motivación, lo pasé un poco mal. Por suerte después me llegó la oportunidad de irme a estudiar y a jugar a Estados Unidos.
Estuvo cuatro años en la Texas Christian University. ¿Por qué tantos jóvenes se van allí?
Para mí fue difícil, no creas. Ya tenía 20 años, ya sabía lo complicado que era el mundo del tenis y de alguna manera me apartaba de esa progresión de futures, challengers y torneos ATP. Tenía dudas, pero fue una gran experiencia y ahora, ya de vuelta a Mallorca, vuelvo a intentar subir en el circuito. Si volviera atrás me iría incluso antes, a los 18 años. Ahora sé que el tenis tiene más caminos.

Sinner vence, felicita a Alcaraz por el número uno y reclama cambios en la Davis: “Así es difícil que los mejores participen”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:07

Jannik Sinner ya estaba clasificado como primero de su grupo para las semifinales de las ATP Finals, pero el partido aún repartía puntos y el hambre del italiano sigue siendo insaciable. Ante Ben Shelton venció por 6-3 y 7-6(3) con la clara sensación de que, de haberlo necesitado, habría ganado más rápido y con más contundencia.

«¡Bravo!», le gritó a Carlos Alcaraz antes del partido, justo después de la ceremonia de entrega del trofeo de número uno del año, y luego le dedicó unas bonitas palabras: «Si tuviese que elegir a otro jugador para acabar número uno en lugar de mí, siempre le elegiría a él; se lo merece». Sinner también reconoció su sana envidia: «Estoy feliz por él, pero si me preguntas si estoy muy, muy feliz, te mentiría. Ha tenido una temporada increíble: ha ganado dos Grand Slams, ocho torneos. Está jugando a un gran nivel y es competitivo en cualquier superficie».

Para Sinner, el número uno de Alcaraz es una motivación de cara al próximo año, y así lo expresó antes de entrar en una de las polémicas más comentadas estos días en Turín.

Tras conquistar dos Copas Davis consecutivas, Sinner ya anunció hace semanas que no estaría en la cita de la próxima semana en Bolonia, y su compañero Lorenzo Musetti hizo lo propio este jueves. Italia buscará su tercera corona con un equipo igualmente competitivo —Matteo Berrettini, Lorenzo Sonego, Flavio Cobolli, Andrea Vavassori y Simone Bolelli—, pero las ausencias, especialmente la de Musetti, han recibido numerosas críticas en el país.

«Veo más factible que la Copa Davis se juegue cada dos años, porque es difícil que los mejores participen cada temporada», reflexionó Sinner este viernes, en la misma línea que Alcaraz o Zverev. Como ya ocurría antes del cambio de formato, la Davis vuelve a convertirse en una incomodidad para los mejores tenistas, que deben defender a sus países en uno de los momentos más exigentes del año: finales de noviembre, en pleno cierre de temporada.

En este contexto, el debate sobre el calendario vuelve a cobrar fuerza. Los jugadores reclaman una mayor coordinación entre torneos, federaciones y organismos para evitar la saturación de finales de año, cuando el desgaste físico y mental es más evidente. La Davis, símbolo histórico del tenis por equipos, se encuentra así en una encrucijada: mantener su prestigio sin comprometer la salud y la disponibilidad de los mejores. La próxima edición podría ser decisiva para definir si el torneo necesita un nuevo ajuste o una reforma profunda para recuperar la presencia de las grandes estrellas.

Auger-Aliassime será el rival de Alcaraz tras derrotar a un frágil Zverev

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:01

Alexander Zverev arrastra un problema de confianza. A sus 28 años sigue siendo un tenista capaz de ganar un Grand Slam: mantiene la derecha, el revés, el servicio, la movilidad e incluso la inteligencia táctica; todavía tiene mucho a su favor, pero está siempre a punto de romperse. Carlos Alcaraz y, especialmente, Jannik Sinner —que le ha derrotado cuatro veces este año— le han robado la esperanza y transita por la pista sin creer que puede. Si le dicen que va a ganar un torneo grande, mira para otro lado. Su juego le mantiene en las grandes citas, pero cuando llegan los momentos decisivos se deshace.

El pasado miércoles ya le ocurrió ante Sinner: tuvo siete opciones de break, pero no se creyó ninguna y cayó en dos sets. Y ayer le pasó lo mismo ante Félix Auger-Aliassime. Disfrutó de oportunidades para la ruptura, en este caso cuatro, y falló en todas para perder por 6-4 y 7-6(4) en dos horas de juego. En los últimos puntos el alemán se desesperaba, gritaba, como ya había hecho en otros tramos del partido: de nada le sirvió.

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En semifinales, así, el rival de Alcaraz será Auger-Aliassime, un adversario complicado. Los precedentes sirven para lo que sirven: el español ganó en los últimos cuatro enfrentamientos, pero el canadiense se impuso antes en los dos únicos partidos disputados en las condiciones actuales, es decir, en pista dura bajo techo. En todo caso, es información no muy útil.

Auger-Aliassime fue un jugador tanto o más delicado que el actual Zverev, y ya no lo es. Esta temporada, el ex pupilo de Toni Nadal ha encontrado la continuidad que le faltó en otros cursos. En el pasado US Open alcanzó las semifinales, donde llegó a arrebatarle un set a Sinner, y también le peleó al italiano la final del pasado Masters 1000 de París. Alcaraz es favorito, pero Auger-Aliassime se presenta con la tranquilidad de quien ya lo ha hecho todo este año, todo en el presente torneo.

De hecho, pase lo que pase, el próximo lunes ascenderá hasta el número cinco del ranking ATP, su mejor posición de siempre, sólo por detrás de los grandes dominadores: el endeble Zverev y Novak Djokovic. Puede ser incluso el nuevo líder de la generación perdida que intenta plantar cara al nuevo Big Two.

La celebración de Alcaraz, los abucheos en Italia y la zancadilla si llega a la final ante Sinner: “Es una desventaja, obviamente”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 10:25

Turín es ciudad de fútbol. El Inalpi Arena, sede de las ATP Finals, comparte calle con el Estadio Olímpico, la casa del Torino, y en cada partido se pone la alfombra roja a los futbolistas de la Juventus. Este jueves, varios presenciaron cómo Carlos Alcaraz se adueñaba del número uno del ranking ATP hasta final de año, aunque ninguno de ellos saludó al tenista. Lo hizo en su lugar Alessandro Del Piero, héroe de los héroes. Como en tantos lugares de España, el balón enloquece a los locales y esa pasión la han trasladado estos días al tenis. Ante Lorenzo Musetti, Alcaraz se llevó más de un abucheo, algo rarísimo en su carrera. Si llega a la final del domingo y se enfrenta a Jannik Sinner, el ruido se multiplicará.

"Teniendo a jugadores como Lorenzo y Jannik, van a ir de su lado, es normal. Intento estar concentrado, que no me afecte y, de momento, lo he conseguido. Tengo que evadirme para acabar bien el torneo", comentaba el español a pregunta de EL MUNDO, siempre conciliador. De hecho, se despidió de la afición con un nada irónico "¡Grazie!".

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En realidad, nada podía empañar el entusiasmo del mejor tenista del año por ser precisamente eso: el mejor tenista del año. "Está siendo una temporada magnífica. La consistencia siempre ha sido mi punto débil, es algo en lo que he trabajado mucho y este año he demostrado que puedo tenerla", aseguraba quien se notaba liberado de un peso. Lo admitió hace meses y lo volvió a repetir este jueves. Durante la sanción de Sinner, la misión de recuperar el liderato de la lista mundial se le hizo bola y necesitó trabajo psicológico para llegar hasta donde ha llegado.

"Mi comienzo de año no fue el mejor, pero después he encadenado muy buenos meses. Ahora siento que puedo competir aunque no me encuentre bien y eso es una gran mejora. Juego a buen nivel e intento encontrar soluciones pase lo que pase", se felicitaba Alcaraz, dueño de cada vez más récords.

Sus datos en este 2025 parecen indiscutibles; si acaso, como reconocía, para mejorar el curso que viene le queda empezar con otro pie. Lleva 70 victorias por solo ocho derrotas en la temporada, pero es que, si se cuenta solo a partir de abril, su balance es de 55 triunfos en 59 partidos. En todo el año: dos Grand Slam, tres Masters 1000 y tres ATP 500 para cerrar su dominio. Este viernes, a las 14.00 horas, justo antes del intrascendente encuentro entre Sinner y Ben Shelton, Alcaraz levantará el trofeo que le acredita como ATP year-end number 1, un copón que ya pudo tocar en 2022.

Una celebración tímida

Este jueves, después de su encuentro ante Musetti, se concedió un rato extra de charla con su familia y amigos como celebración, pero poco más. Desde que salió de la pista, se centró en su rutina de recuperación, con su bicicleta estática y su masaje, y tras atender a la prensa abandonó el Inalpi Arena, ya a la una de la madrugada, rumbo a su hotel, el céntrico Principi di Piemonte. "No he podido celebrarlo mucho, pero ya habrá tiempo. Tengo que hacer todo lo que esté en mi mano para poder estar fresco en los partidos que quedan", subrayaba quien contará con una desventaja si alcanza la hipotética final.

MARCO BERTORELLOAFP

La organización ha programado su semifinal del sábado a las 20.30 horas, por lo que se plantará en la lucha por las ATP Finals con menos horas de sueño de las deseadas. La semifinal entre Sinner y Alex de Miñaur, en cambio, será a las 14.00 horas y el vencedor podrá esperar rival desde la misma cama de su hotel. "Es una desventaja, obviamente. Cuanto menos tiempo de recuperación, peor. No es lo mismo irte a la cama a las 11 de la noche que a las dos o las tres de la madrugada. Pero es lo que es y debo adaptarme", asumió Alcaraz, que también entró en el debate vivo en Italia sobre la Copa Davis.

Tanto Sinner como Musetti han renunciado a jugar la semana próxima y eso ha hecho que en el país, vigente campeón y organizador de las Finales a 8, se avive un interrogante que hace tiempo existe en el tenis: ¿qué hacer con la Davis? Pese a su reestructuración, la competición sigue sin atraer a los mejores jugadores y quizá la solución pase por no jugar cada año. A Alcaraz le preguntaron, pero reconoció que él tampoco tiene el remedio: "Para mí es un torneo muy importante porque no juegas para ti, juegas para tu país, y eso es algo totalmente distinto, es un privilegio. Pero estoy de acuerdo en que algo hay que hacer, quizá jugar cada dos o cada tres años para que los jugadores se comprometan más".

Berta Abellán, campeona del mundo, sucesora de Laia Sanz: "Los hombres del trial son muy suyos, o entras en su juego o te quedas fuera"

Berta Abellán, campeona del mundo, sucesora de Laia Sanz: “Los hombres del trial son muy suyos, o entras en su juego o te quedas fuera”

Hace unas semanas, Berta Abellán acabó la celebración de su primer Mundial de trial en una ambulancia. Menudo desfase, ¿no? No. La verdad es que no. "Estoy estudiando para ser técnica de emergencias sanitarias y justo tenía prácticas. Del trial no puedo vivir. Algunos chicos lo consiguen, pero a mí no me llega. Con los patrocinadores voy tirando: pago a los miembros de mi equipo, por ejemplo, pero ya está. Aunque gane un Mundial, no se me puede subir a la cabeza", cuenta a EL MUNDO la segunda campeona española después de Laia Sanz en eso de hacer cabriolas con la moto sin poner nunca un pie en el suelo. Subir piedras, escalar paredes, pegar saltos... en definitiva, avanzar por donde sea dando gas.

Si en categoría masculina la tradición del país guarda nombres como Jordi Tarrés, Albert Cabestany, Marc Colomer, Adam Raga y, por supuesto, Toni Bou -vencedor de toda competición desde 2007-, en categoría femenina ya hay un camino marcado.

¿Cuántas veces le han dicho que es la sucesora de Laia Sanz?
Muchísimas. Por una parte me gusta, porque su palmarés es increíble, pero por otra parte no me gusta. Laia es Laia y yo soy yo. Me ha abierto camino, pero no intento seguir sus pasos. Tengo que hacer lo mío. Cuando empecé me fue muy bien porque entrenábamos juntas y me apretaba mucho. Ahora está más centrada en los coches y coincidimos menos.

"Normalmente el trial se practica en pueblos que tienen monte, pero yo soy de Terrassa y todavía vivo en Terrassa. Mi padre era muy aficionado y quiso que me gustara. Me regaló mi primera moto a los cuatro años. Salíamos los domingos con sus amigos y yo iba detrás. Ni siquiera recuerdo pasármelo muy bien con la moto, pero me gustaba ir con ellos, parar a desayunar, hacerme amiga de sus hijos, seguirnos unos a otros", relata Abellán, de 26 años, que debutó en el Mundial femenino de trial con solo 14 años y, desde los 19, es una de las mejores del campeonato.

Los hombres en el trial

Hasta esta temporada acumulaba seis subcampeonatos consecutivos: cinco por detrás de la británica Emma Bristow y uno tras la propia Laia Sanz. Ahora, por fin, ha vivido su momento. Las retiradas de Bristow y Sanz le abrieron el camino, pero supo imponerse a sus rivales generacionales, como la italiana Sofia Rabino y la checa Denisa Pechackova. "Después de seis subcampeonatos tenía la presión de ganar, está claro. Sentía que todo el mundo lo esperaba. Ahora siento esa liberación", reconoce quien siempre entrena con hombres, aunque ha conseguido acompañarse de una mochilera: la ex piloto Alba Villegas.

El motor sigue siendo un mundo muy masculino.
Es complicado. Los del trial son hombres muy hombres, muy suyos, y o entras en su juego o te quedas fuera. Al final me he acostumbrado. Me tratan muy bien, me río mucho y, de alguna manera, es mi zona de confort. Aunque hay días que me saturo. Tanta testosterona cansa. De vez en cuando me falta una mujer con quien hablar.

En el trial, lo más difícil es encontrar lugares para entrenar. En los parques naturales está prohibida la circulación de vehículos a motor y otras áreas también imponen restricciones. Con escasa tradición fuera de Cataluña, únicamente en zonas concretas de la región —en pueblos como Taradell o Rellinars— hay algunas pistas habilitadas para el deporte. La rutina de Abellán suele pasar por cargar su moto Scorpa en la furgoneta, ir de aquí para allá y, si se complica mucho, refugiarse en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, donde tiene beca externa desde hace una década.

Pese al riesgo que comporta el equilibrismo sobre la moto, la ausencia de velocidad suele reducir la gravedad de las lesiones, aunque el susto no te lo quita nadie. "Pasé miedo cuando cambié de cilindrada y empecé con la moto grande, con embrague. Tenía 12 años y el primer día se me olvidó embragar y me pegué una hostia bajando. Fue un golpe muy heavy, pero no me hice nada. Cuando paré de llorar pensé: ‘Si me he caído desde ahí y no me he roto nada, ya está’. Así perdí el miedo", recuerda Abellán, campeona del mundo de trial y técnica de ambulancia en prácticas.