La sombra profunda de Swiatek, sometida en semifinales por Gauff: 6-1 y 6-1

La sombra profunda de Swiatek, sometida en semifinales por Gauff: 6-1 y 6-1

No hay consuelo para Iga Swiatek, destruida por Coco Gauff en las semifinales del Masters de Madrid, donde defendía el título. La número dos del mundo, tetracampeona de Roland Garros y ganadora de un Abierto de Estados Unidos, la otrora indiscutible dueña de la tierra, plasmó en una hora y cuatro minutos la profunda crisis que atraviesa desde hace casi un año, desde que conquistó precisamente en París el último de sus 22 títulos.

Hacía seis años que Swiatek no ganaba tan pocos juegos en un partido. Fueron sólo dos, 1-6, 1-6, frente a la estadounidense, ante quien nunca había perdido un parcial en arcilla, donde presentaba un cara a cara favorable de cinco victorias a cero, para un global hasta el partido disputado en la Caja Mágica de 11-4.

A duras penas pudo librarse de un rosco en el segundo set, tirando de su maltrecho orgullo. Cerca de los 24 años, golpeada anímicamente por la mancha del dopaje, Swiatek ha entrado en un territorio desconocido. Ni siquiera el polvo de ladrillo le facilita la redención. Derrotada en cuartos de final de Stuttgart por Jelena Ostapenko, sale de Madrid aún con menos certezas de las que llegó. El camino hacia semifinales ya denunciaba su precario estado de forma. Madison Keys sí fue capaz de asestarla un 0-6 en el encuentro de cuartos, antes de ceder en tres parciales. Únicamente sacó un partido diáfano, ante Linda Noskova, en segunda ronda. Le tocó sufrir de nuevo frente a Alexandra Eala, en el debut, tras la derrota padecida frente a ella en cuartos de Miami.

Una rivalidad detenida

Número 1 del mundo durante 125 semanas, llamada a proseguir su rivalidad con Aryna Sabalenka, un contraste de personalidades y estilos muy nutritivo para el circuito, que ya alcanza los 12 partidos (el último de ellos el pasado año en la final de la Caja Mágica), la tenista de Varsovia, que ayer ni siquiera se dignó a pasar por la sala de prensa, como es preceptivo tras una semifinal, sino que resolvió el para ella cada vez más incómodo trance de atender a los medios con una fugaz presencia en la zona mixta («No voy a sonreír si recibo un resultado así. Todo colapsó», dijo), siente el persuasivo aliento de la nueva generación.

«Las jóvenes no tienen nada que perder», comentaba el pasado martes en un encuentro con este periódico y otros dos medios españoles. Mirra Andreeva, que acaba de ingresar en la mayoría de edad, le ha superado en dos ocasiones consecutivas este año, en cuartos de final Dubai y de Indian Wells. Eala, como quedó escrito, también lo hizo.

En noviembre del pasado año se supo que había dado positivo por trimetazidina, un medicamente prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje, en agosto, durante el torneo de Cincinnati. Acreditó que lo tomó de manera accidental y su castigo fue de tan sólo un mes. El perjuicio deportivo y económico fue escaso, pero el asunto aún parece pesar sobre una tenista irreconocible, que este jueves cometió 28 errores no forzados, 21 de ellos con la derecha, su mejor golpe.

Crédito para Gauff, impecable. «Siento que ha sido uno de esos días en los que saltas a la pista y todo sale bien», dijo la tenista de Florida, de 21 años, que nunca había pasado de octavos de final en el Masters de Madrid y sumó su tercera victoria consecutiva ante Swiatek, tras vencerla previamente a principios de temporada en la United Cup y en el cierre de 2024 en la fase de grupos de las WTA Finals.

Swiatek frente a Gauff, dos campeonas del Grand Slam en semifinales del Masters de Madrid

Swiatek frente a Gauff, dos campeonas del Grand Slam en semifinales del Masters de Madrid

Dos campeonas del Grand Slam se las verán este jueves en las semifinales del Masters de Madrid, en el partido más sugerente del torneo hasta la fecha. Iga Swiatek, defensora del título en la Caja Mágica, cuatro veces ganadora de Roland Garros y la mejor en el Abierto de Estados Unidos de 2022, jugará frente a Coco Gauff, que se llevó la copa en Nueva York un año después.

Si nos atenemos a lo acontecido hasta ahora en esta edición del torneo, Gauff, cuarta favorita, reúne mayores argumentos para la convicción. Este miércoles, en cuartos de final, superó por 7-5 y 6-1 a Mirra Andreeva, la adolescente rusa que hace pocas semanas ganó de manera consecutiva los WTA 1000 de Dubai e Indian Wells.

Desde que neutralizó dos pelotas de set en el primer parcial, la jugadora de Florida no dio un respiro a Andreeva, desolada por la oportunidad perdida. Sin ser una especialista en arcilla, Gauff cuenta con una final de Roland Garros, la que perdió 6-2, 6-1 ante quien será su próxima oponente en la Caja Mágica.

No viene Swiatek en su mejor momento. En cuartos, ante Madison Keys, venció por 0-6, 6-3 y 6-2. Un nuevo sobresalto para la polaca, segunda cabeza de serie, que ya se dejó un set en la ronda anterior frente a Schnaider y otro en su estreno frente a la joven Alexandra Eala, capaz de sorprenderla en cuartos de Indian Wells.

Son tiempos difíciles para la tenista de Varsovia, cuyo último título data del pasado Roland Garros. La sanción de un mes por dopaje a finales del pasado curso ha percutido emocionalmente en la ex número 1 del mundo, que también muestra un difícil trato con los medios de comunicación, lejos de la muchacha ingenua y cordial de los inicios.

No obstante, el cara a cara ante Gauff, que se ha llevado los dos últimos partidos, le sonríe de manera concluyente, con 11 triunfos en 14 disputas y un 5-0 sobre arcilla. "Es una rival muy difícil, pero ya no voy a pensar más en ese balance, como lo hice en el inicio de nuestra serie. Ahora afronto cada partido como uno nuevo, como una nueva oportunidad cada vez, y salgo a la pista con la idea de que puedo ganar", comentó la norteamericana en conferencia de prensa.

Una corriente adversa: el apagón, última contrariedad para un torneo sin Alcaraz, sin Djokovic, sin españoles y con muchos lesionados

Una corriente adversa: el apagón, última contrariedad para un torneo sin Alcaraz, sin Djokovic, sin españoles y con muchos lesionados

Primero fue la baja, no por temida tras los problemas físicos padecidos en el Conde de Godó menos dolorosa, de Carlos Alcaraz. Al día siguiente, por su recurrente lesión en la espalda, se borró Paula Badosa. Novak Djokovic, que regresaba a Madrid después de tres años, se despidió en el debut, ante Matteo Arnaldi, confirmando que su tiempo empieza a quedar atrás. El domingo, pese a realizar un partido notable, Alejandro Davidovich perdió en tercera ronda contra Alexander Zverev. El torneo se quedaba así sin representación española en los cuadros individuales de octavos de final, algo insólito en cualquier evento tenístico disputado en nuestro país. Zverev, doble campeón del torneo y primer cabeza de serie, fue fulminado en octavos este martes por el argentino Francisco Cerúndolo (5-7, 3-6), para dejar el cuadro aún más descapitalizado.

Y este lunes, el apagón.

El taquillaje está vendido para toda la competición, al igual que los derechos televisivos. Los palcos rebosan, incluso ajenos al derrumbe energético durante las horas críticas, y las cuentas salen. Los patrocinadores se frotan las manos y hay vigor consumista en el área de tiendas de elite. El Masters de Madrid parece inmune a la sucesión de contrariedades, pero el espectáculo se resiente, algo que viene sucediendo desde que la competición se amplió hasta las dos semanas, como también sucede en Roma, que comienza el lunes. Algunos jugadores ya han manifestado su incomodidad con la exigencia del calendario.

"Estoy de acuerdo con Carlos [Alcaraz] respecto a la longitud de los Masters 1.000 y el deseo de que volvieran a ser de una semana porque para nosotros es muy cansado y fatigoso estar dos semanas fuera de casa y luego ir a otro torneo, y si lo haces bien estás mucho tiempo fuera", ha dicho Davidovich.

Bueno para el negocio

"Dos semanas en modo competición son muchas, se genera un considerable estrés", comenta a este periódico Garbiñe Muguruza, ganadora de dos títulos del Grand Slam, ex número 1 del mundo y hoy embajadora de Tennis Channel. «Para el business es bueno. Creo que están probando, pero si los jugadores se quejan ya veremos cómo lo hacen en un futuro».

Diez hombres han dejado el torneo por lesión o enfermedad, el último de ellos Matteo Berrettini, que se retiró ayer tras perder el primer set ante Jack Draper.

El derrumbe energético fue un episodio asumido con serenidad por los jugadores. Grigor Dimitrov se clasificó para octavos de final al imponerse a Jacob Fearnley, pese a dejar pasar una bola de partido el lunes, minutos antes del apagón. «Momentos como esos suponen una experiencia más, te demandan un plus mental. He perdido partidos tras contar con match point, así que tampoco me ha pesado en exceso durante la noche. Afronté el encuentro como si fuera nuevo, sin poner presión alguna sobre mi juego», comentó el decimosexto favorirto en tono relajado en la zona mixta de la Caja Mágica.

«Recuerdo que en Wimbledon llegué a jugar un partido durante tres días. Después de tantos años, he aprendido a gestionar muchas cosas. Lo del lunes es una demostración más de cómo todo puede cambiar en tan sólo un segundo. Algunas personas estuvieron colgadas diez horas limpiando ventanas. En una gran pantalla, lo que sucedió aquí no es nada. Pudo ser difícil volver al hotel, pero es lo mismo para todos. Cuando sucede algo así, hay que pensar en quien está limpiando cristales en lo que ocurre en los hospitales o en los aeropuertos", agegó.

La organización reembolsará el importe de las entradas a los perjudicados por el gran apagón

La organización reembolsará el importe de las entradas a los perjudicados por el gran apagón

Mientras las pistas, cinco habilitadas para poner el torneo al día, tomaban temperatura, la conversación era recurrente entre algunos de los aficionados que volvieron a acercarse a la Caja Mágica, en esta ocasión sin los severos percances del día del gran apagón. Hasta los de bolsillo más profundo, que se dejaban ver por las tiendas de lujo del área comercial, habían pasado más de un mal rato para regresar a casa. "Fueron momentos de mucha incertidumbre, sin saber qué hacer, hasta que milagrosamente logramos tomar un taxi. Eso sí, nos costó un dineral", comenta a quien esto suscribe Marisa, una señora de mediana edad que acaba de salir del stand de una popular marca de vinos.

Se demoró una hora la apertura de las puertas al público y el inicio de la comprimida jornada, que arrancó a los 12 de la mañana con un intenso programa. "Salimos de aquí a las ocho de la tarde, hasta que pudimos dejar todo medianamente en orden, pero hoy ya todo bien. Felizmente ya pasó. De la vuelta a casa ni te cuento", nos dice una empleada de seguridad que prefiere no revelar su nombre.

El torneo, huérfano ya de tenistas españoles y privado de Carlos Alcaraz desde que se bajó antes del inicio para cuidar su cuerpo de cara a Roland Garros, afrontó este lunes el trance más complicado desde que comenzó a disputarse en el Rockódromo de la Casa de Campo en 2002, en aquella edición que se quedó sin final por la baja de Jiri Novak, que no pudo medirse con Andre Agassi.

Si bien hace cinco años no se disputó debido a la pandemia, esta vez se trató de un derrumbe energético imprevisto que obligó a la toma rápida de decisiones.

Quienes contaban con entradas para la jornada diurna de este lunes debieron conformarse con los partidos de Gauff y Andreeva, además del encuentro inconcluso de Dimitrov. Quienes las tenían para la sesión de noche se quedaron sin nada. Las entradas no podían ser válidas para este martes porque para esta jornada ya estaba todo vendido y se hubiera duplicado el aforo. La organización comunicó a las tres de la tarde de este martes que todos los espectadores que hubiesen adquirido cualquier tipo de localidad recibirán el reembolso íntegro del dinero en la misma tarjeta con la que realizaron la operación. Quienes efectuaron el pago en efectivo deberán ponerse en contacto con [email protected].

El Mutua Madrid Open, parado por culpa del apagón: sin partidos, sin zona VIP y sólo algunos tenistas entrenando

El Mutua Madrid Open, parado por culpa del apagón: sin partidos, sin zona VIP y sólo algunos tenistas entrenando

La caída del sistema eléctrico que ha afectado a toda España poco después del mediodía de este lunes ha provocado la suspensión también del Mutua Madrid Open, cuya jornada había arrancado a las 11 de la mañana. En el momento del apagón se disputaba en la pista Manolo Santana el partido entre Dimitrov y Fearnley que el búlgaro estaba a punto de ganar (6-4 y 5-4 cuando se paró).

El torneo, el evento más importante que se disputa en España estos días, ha visto cómo otra media docena de partidos también se han tenido que parar. Fuentes del evento confirman que la actividad deportiva se reduce a estas horas a varias sesiones de entrenamiento que se disputan en las pistas exteriores y que no requieren de ningún tipo de tecnología.

El restaurante de la zona VIP se ha cerrado, y ahí sólo funciona la terraza. Para el público en general sí hay varios puestos de comida funcionando, pero las tiendas también han tenido que cerrar. Como el resto del país, la organización está a la espera de que vuelva el suministro eléctrico para recuperar la normalidad.

Por suerte no ha habido que lamentar ninguna circunstancia adversa en el momento de producirse el apagón.

Miguel Díaz, presidente de la Federación, tras el naufragio español en Madrid: "¿Qué preferimos: más jugadores en el 'top 100' o campeones del Grand Slam como Alcaraz?"

Miguel Díaz, presidente de la Federación, tras el naufragio español en Madrid: “¿Qué preferimos: más jugadores en el ‘top 100’ o campeones del Grand Slam como Alcaraz?”

Alejandro Davidovich fue el último en marcharse. Hizo un buen partido, pero se desmoronó en sendos desempates a los que le condujo Alexander Zverev, primer cabeza de serie y doble ganador del torneo, un jugador especialmente peligroso en la altura de la capital. Empezaron seis españoles y no habrá ninguno en octavos de final del Masters de Madrid. Se bajó antes por prevención física Carlos Alcaraz, ganador en la Caja Mágica en 2022 y 2023, campeón en cuatro torneos del Grand Slam. Tampoco pudo jugar Roberto Carballés. Ausente Paula Badosa, número 9 del mundo y semifinalista del Abierto de Australia, baja a última hora por sus recurrentes problemas de espalda, ninguna de las tres españolas fue más allá de la segunda ronda. Por primera vez en un torneo disputado en nuestro país no habrá presencia local en octavos.

Para saber más

"Es una cuestión coyuntural", comenta a ELMUNDO Miguel Díaz, presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET), tras presenciar el partido de Davidovich. "No pudieron jugar nuestros dos principales referentes en ambos cuadros, sin olvidar que cuatro españoles perdieron sus partidos tras contar con match point".

Después de seis Copas Davis, la última de ellas en 2019, y de llegar a contar con tres jugadores en el top ten, e incluso dos entre los cinco primeros, como sucedió con Rafael Nadal y David Ferrer, España se enfrenta a un tiempo distinto al de la esplendorosa época liderada por el mallorquín. Ahora sólo cuenta con Alcaraz, tercero en el escalafón, entre los 20 primeros, otros dos en el top 50, Alejandro Davidovich, 29º, y Pedro Martínez, 48º, y cuatro más ya entre los cien mejores, Jaume Munar, 53º, Roberto Bautista, 53º, Roberto Carballés, 56º, y Pablo Carreño, 96º. Bautista tiene 35 años y está ante la que puede ser la última temporada de su carrera. Carreño tiene 33 y está muy golpeado por las lesiones. Carballés tiene 32.

Bajo presupuesto

"Hay generaciones con más talento y otras con menos. En la Federación Española tenemos un presupuesto de 10 millones de euros, muy limitado en comparación con las de algunos países, como la de Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña, dueñas de torneos del Grand Slam, o Italia, que posee el Masters 1000 de Roma", apunta Díaz.

La precocidad de fenómenos como el de Alcaraz, que el próximo día 3 cumple 22 años, genera un falso efecto de urgencia. Casos como el del murciano tienen un carácter excepcional. Tres de los últimos campeones júnior del Abierto de Estados Unidos han sido españoles. Rafael Jódar fue el vencedor en la última edición. Tiene 18 años, es el 687º del mundo y aún se mueve por torneos challenger. Martín Landaluce lo ganó en 2022. Tiene 19 y es el 148º. Tuvo pelota de partido ante Cameron Norrie, ex top 10, en su partido de primera ronda de esta edición del Masters de Madrid. Daniel Rincón se lo llevó en 2021. Tiene 22 años, es el 187º y trata de abrirse paso en torneos de segundo orden.

"Landaluce estará entre los cien mejores en poco tiempo. Posee enormes cualidades. No es normal despuntar cuando se tienen 19 o 20 años. Hay jóvenes muy buenos que van dando sus pasos. En dos o tres años habrá tres o cuatro españoles más en el top 100", barrunta Díaz. "Hay una sólida red de clubes y las escuelas se encuentran en máximos históricos. La base es buena. La Federación invierte más que nunca en becas y torneos. No creo que haya motivos para la preocupación".

La perspectiva global, al menos en lo más inmediato, contrasta con el extraordinario impacto de un jugador como Alcaraz, que ya cuenta con dos títulos de Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos y saldrá a partir del 25 de mayo como el favorito para revalidar su corona en Roland Garros. "Conviene preguntarse qué prefiere la gente, si tener más jugadores entre los cien primeros del ránking o contar con referentes que ganan Grand Slam. Francia, por ejemplo, nos supera en número de integrantes del top 100, pero lleva desde 1983 sin hacerse con un major. Tampoco países tan poderosos como Estados Unidos o Australia pueden presumir de talentos individuales a ese nivel. No sale nadie parecido a un Agassi o a un Sampras", reflexiona el presidente de la RFET.

Davidovich, en su partido ante Zverev.

Antes de caer este domingo ante Zverev por 2-6, 7-6 (3) y 7-6 (0), Davidovich, 25 años, mostró que su tenis evoluciona en buena dirección. Campeón júnior de Wimbledon en 2017, el malagueño ha logrado hacerse un sitio en el circuito con un juego que agrega a su creatividad el grado suficiente de esmero y consistencia. Finalista del Masters 1000 de Montecarlo en 2022, hace pocas semanas regresó a las semifinales, donde le detuvo Alcaraz, ganador del torneo. Este año ha disputado las finales de Delray Beach, donde cayó ante Miomir Kecmanovic, y Acapulco, en la que cedió frente a Tomas Machac.

"Lleva una temporada fantástica. Lástima que se haya cruzado con un jugador tan duro como Zverev", valora Miguel Díaz. "Cada semana es distinta. Ahora estamos hablando de un torneo sin españoles, pero en Montecarlo tuvimos dos semifinalistas. También tuvimos cuatro españoles en octavos del Conde de Godó. Los jóvenes vendrán, seguro, pero habrá que esperar dos o tres años".

El presidente de la RFET también pondera el rendimiento del equipo femenino, que ahora capitaneado por Carla Suárez y privado aún del concurso de Badosa, mantiene el pulso competitivo. «Hace dos semanas nos clasificamos entre las ocho mejores selecciones de la Billie Jean King Cup», recuerda sobre el equipo liderado por Cristina Bucsa y Jessica Bouzas, ambas sin suerte en este Masters de Madrid descapitalizado de españoles.

Davidovich cae ante Zverev y deja al tenis español huérfano en la Caja Mágica

Davidovich cae ante Zverev y deja al tenis español huérfano en la Caja Mágica

En uno de los momentos más candentes del duelo, tras considerar que un revés de Davidovich se había ido ancho, con 5-4 del lado del alemán y un set arriba el español, Zverev se dirigió al juez de silla de manera vehemente. "Hay un error en el sistema", le dijo, discutiendo la precisión de la electrónica. Al instante, y a la vista de que Mohamed Lahyani no accedía a sus demandas de bajar de la silla y comprobar el bote de la bola, tomó su móvil y sacó una foto de la marca, lo cual le costó un warning. Poco antes, Davidovich también había discutido un ace de su rival, hasta que el rastro del bote le fue mostrado en la pantalla.

Fue un partido intenso, con Alejandro Davidovich, claramente dominador en el primer set, mucho más exigido en el segundo ante el primer cabeza de serie y doble ganador del torneo. Un partido en el que el malagueño, finalista este año en Delray Beach y Acapulco y reciente semifinalista en Montecarlo, donde solamente le detuvo Carlos Alcaraz, evidenció sus progresos en la nueva etapa profesional, ahora al lado de Félix Mantilla y David Sánchez, ese punto de templanza del que suele adolecer su tenis.

No fue suficiente para mantener prendida la llama del tenis español en la Caja Mágica. Cayó por 2-6, 7-6 (3) y 7-6 (0), en dos horas y 44 minutos, y con él se fue el último vestigio español en un torneo que se queda sin representación local tanto en el cuadro masculino como en el femenino en octavos de final, algo que nunca había sucedido.

Oportunidad

Tuvo dos bolas de break en el noveno juego del segundo, con 4-4, pero no pudo aprovecharlas. En el comienzo de partido había encadenado diez puntos consecutivos y se fue pronto 4-0 ante un rival que tardó bastante en encontrarle la medida al partido. Reciente campeón en Múnich, el alemán llegaba a Madrid algo mejorado con respecto a otra temporada en la que sigue sin encontrar el tenis que siempre se le ha supuesto.

Fue Zverev quien, progresivamente más afinado con el saque, se llevó el desempate y entró en el tercer parcial con tres bolas para quebrar, neutralizadas por su oponente. El servicio del alemán fue un azote constante, obligando a Davidovich a evitar cualquier descuido con el suyo. Lo tuvo en un juego tan delicado como el noveno, dejando en manos del jugador de Hamburgo la llave para entrar en octavos.

Fiel a su aquilatada vulnerabilidad mental, Zverev cedió su servicio en blanco. Fue otra secuencia de ocho puntos consecutivos del malagueño, prendido de una grada deseosa de mantener vivo al menos a uno de los suyos. No pudo evitar Davidovich verse abocado a un nuevo desempate, letal para sus intereses. Tras un muy estimable partido, no anduvo fino en la resolución.

Un Djokovic declinante se despide de entrada ante Arnaldi en la Caja Mágica

Un Djokovic declinante se despide de entrada ante Arnaldi en la Caja Mágica

Queda por ver si habrá sido la última de las 13 presencias de Novak Djokovic en Madrid, el campeón de 2011, 2016 y 2019. El ex número 1 del mundo y ganador de 24 títulos del Grand Slam ve cómo encanece sin remedio su raqueta en el que puede ser el año de su adiós al circuito. A los 37, recién llegado de caer de entrada en Montecarlo, también se despidió sin apenas rechistar en la Caja Mágica, que le tributó el homenaje propio del único superviviente del añorado Big Three.

Djokovic ya había anunciado en su regreso Madrid que no tenía grandes expectativas. A diferencia de otras ocasiones, en las que recibió el trato del taimado oponente de las estrellas locales, ya fuera, en su momento, Rafael Nadal, o Carlos Alcaraz, esta vez la grada supo interpretar que podía estar ante el adiós del mejor jugador de siempre.

Matteo Arnaldi, 44º, 23 años, aprovechó las oportunidades que poco a poco le fue brindando un Nole corto de juego, físico y actitud y se impuso por 6-3 y 6-4, en una hora y 41 minutos. Prueba evidente de lo poco que esperaba de sí el de Belgrado fue la nula beligerancia gestual, las escasas muestras de enfado ante sus errores, como las dos dobles faltas consecutivas con las que entregó el primer parcial.

Lejos de sí mismo

Aún con argumentos para alcanzar las semifinales del Abierto de Australia después de vencer a Alcaraz o de quedarse a una victoria de su título número cien al presentarse en la final de Miami, lo cierto es que Djokovic, ahora número cinco del mundo, es un tenista desfigurado en relación con el que llegó a gobernar la competición como ningún otro.

Le quedan arrebatos del viejo Nole, como el que reclamaba el apoyo del público mediado el segundo set, tras acercarse a una rotura que le pudo situar 4-2 y saque. Resistió Arnaldi en un juego que se revelaba determinante para el desenlace. Honores también para el italiano, cuyo serio y eficaz trabajo merece ser puesto en valor.

Cerrado ya el debate sobre el mejor tenista de siempre, ya con el oro olímpico que se le negó durante tanto tiempo y certificó frente a Alcaraz en el que es hasta ahora su último título, Djokovic parece seguir en activo sólo en busca de ese 25º Grand Slam, con el que pasaría también por delante de Margaret Court, logro que ahora mismo se antoja harto improbable.

Tuvo un arranque de orgullo tras perder su saque en el séptimo juego del segundo parcial, con tres bolas de break para reabrir el partido. Se esfumaron las tres. Y con ellas su fugaz paso por Madrid, que acompañó su marcha con una estremecedora ovación, con el torrente de aplausos discutidos durante tanto tiempo.

Iga Swiatek: "Las jóvenes sienten que no tienen nada que perder"

Iga Swiatek: “Las jóvenes sienten que no tienen nada que perder”

Otrora inabordable, Iga Swiatek (Varsovia, 2001) llega a Madrid sin un título desde que ganara el pasado año su cuarto Roland Garros y aún en el proceso de metabolizar distintas contrariedades, entre ellas la sanción de un mes por consumo de trimetazidine que, sin afectar a penas a su presencia en las canchas, sí ha devaluado su rendimiento. Este miércoles, la defensora del título atendió a tres medios españoles en la víspera de su debut en el Masters de Madrid, en el que tendrá como oponente este jueves a la joven Alexandra Eala, quien la derrotó recientemente en cuartos de final del WTA 1000 de Miami en su único enfrentamiento previo.

¿Qué ha cambiado de la jugadora que ganó en 2020 su primer Roland Garros?
Entonces nadie esperaba mucho de mí. Ahora es completamente distinto: tengo mis propias expectativas, que también son muy altas desde fuera. Poco a poco, el tenis resulta más complicado, pero el objetivo para mí sigue siendo el mismo, ser una mejor jugadora. Creo que he ganado en confianza, poseo más armas y sé cómo hacer uso de ellas.

El circuito viaja a gran velocidad, con la irrupción de tenistas muy jóvenes que ya han sido capaces de vencerla. Además de su primera oponente en la capital, hay una muchacha de 17 años, Mirra Andreeva, ya séptima del mundo, con quien ha caído en dos de sus tres disputas, la más reciente en semifinales de Indian Wells.

¿Qué han traído a la competición estas jóvenes jugadoras?
Son muy diferentes, pero está claro que viene una nueva generación. Me siento un poco vieja, porque yo solía ser la más joven. [Risas]. El juego está cambiando. Son chicas muy seguras de sí mismas, con mucha motivación. Pero esto siempre ha sucedido. Y vendrán más, algo que es bueno para el juego
¿Reconoce en ellas algo de usted a su edad?
Cada historia es distinta. Es difícil de decir porque no las conozco. Seguramente ellas sienten que no tienen nada que perder. Es algo lógico en determinadas etapas de la vida. No creo que haya motivo para comparar.

Andreeva, semifinalista de Roland Garros el pasado año, se vislumbra como una seria candidata a hacerle frente por el título en la próxima edición. "El torneo se disputa dentro de un mes», salda con cierta incomodidad. "Veamos lo que pasa ahora. Está jugando muy bien y progresa con rapidez. Se encuentra en una edad en la que todo sucede muy deprisa".

"He aprendido mucho de mí"

No son tiempos sencillos para Swiatek tras la mancha del dopaje y después de quedar relegada al bronce en los Juegos de París, en su territorio de Roland Garros. "En este último año he aprendido mucho de mí. Creo que soy capaz de volver de cualquier clase de crisis y estar preparada para el futuro".

Acepta el elevado grado de autoexigencia como uno de los fundamentos que le han llevado a alzar cinco títulos del Grand Slam y a estar 125 semanas como número 1 del mundo, lugar que ahora ocupa Aryna Sabalenka, con quien vive la rivalidad más estimulante de esta época. "Soy ambiciosa. Siempre trato de pedirme lo máximo y me meto mucha presión. Me cuesta asumir cuando no estoy al cien por cien o cometo errores". Respecto a la vuelta al techo del circuito, dice: "Estará más al alcance en la segunda parte del curso".

Mirra Andreeva, número siete del mundo con 17 años: "En la pista no puedes ser una niña"

Mirra Andreeva, número siete del mundo con 17 años: “En la pista no puedes ser una niña”

Luce aún Mirra Andreeva (Krasnoyarsk, 2007) la inocencia propia de una cría, aún inmune al envanecimiento, la previsibilidad y la impostura que suelen engullir en poco tiempo a quienes establecen una precoz alianza con el éxito. La tenista atendió a EL MUNDO este martes en la Caja Mágica tras participar en un acto con la firma de fotoprotección y dermatología ISDIN para concienciar sobre la importancia de protegerse de los efectos nocivos del sol.

¿Cómo ha cambiado su vida en los últimos meses?
Por supuesto que ha cambiado un poco, pero sigo siendo la misma 'vieja' Mirra. Personalmente no he cambiado mucho, otra cosa es que mi tenis sea más maduro. Mi vida es más o menos la misma.
Se le ve con una sensatez impropia de sus 17 años en la toma de decisiones en pista y en la gestión emocional.
Puedo decir que soy más fuerte de lo que era. He trabajado duro en ello y estoy feliz de que la gente pueda notar la diferencia.
¿Cuenta con un psicólogo en su equipo?
Sí, su nombre es Alexis. Me ayuda mucho a mantener mi centro y a enfrentar de mejor forma las situaciones adversas a las que he de hacer frente en la cancha.
¿Cómo se relaciona con las redes sociales?
Es peligroso, lo he experimentado, así que ahora estoy aprendiendo de mis propios errores y haciendo un uso más razonable de ellas.
¿Qué sabe de jugadoras precoces de los 80 y los 90, como Martina Hingis, Monica Seles o Jennifer Capriati?
He mirado cómo llegaron al éxito y he visto algunos de sus partidos. Desde aquella época han aparecido otras grandes jugadoras adolescentes y el tenis ha cambiado mucho, pero me sirven de referencia e intentaré alcanzar su nivel, sabiendo que son leyendas.
Y también Rusia ha dejado ejemplos relevantes de precocidad, como Maria Sharapova y, con un alcance menor, Anna Kournikova...
Sí, claro. Fueron 'súperpopulares'. Tuve la oportunidad de conocer a Sharapova el año pasado en Wimbledon y estuvimos hablando. Me dio algunos consejos y le pregunté un par de cosas, en especial cómo llevaba la presión y afrontaba los momentos delicados. Sí, me dio algunos consejos, pero no se los voy a contar a usted, me los guardo para mí. [Risas].
¿Es el circuito demasiado exigente, en particular para una mujer tan joven como usted?
Tal vez, pero no lo siento tanto así porque tengo un gran equipo a mi alrededor. Obviamente, he de cumplir con determinados actos que son una obligación para una tenista profesional. En realidad me gusta atender a los medios y participar en otro tipo de actividades promocionales. Me gusta entrenar, me gusta jugar partidos. Todo forma parte de un proceso muy excitante.
¿Le ha llevado el tenis a crecer demasiado deprisa?
Desde luego, porque en la pista tú no puedes ser una adolescente ni una niña. Ahí todo el mundo lucha y todo el mundo quiere ganar. Si no estás lista para ello como una persona madura, no podrás conseguir grandes cosas. Por supuesto que al principio tuve dificultades y necesité aprender cómo eran las cosas. Ahora puedo decir que estoy aprendiendo de mis propios errores y de mis experiencias y que el tenis me ha hecho crecer un poco antes que una niña que va a la escuela y tiene una vida más convencional.
Diría que una de sus virtudes es la facilidad para leer los partidos y sacar provecho de las debilidades de sus oponentes. ¿Lo ve usted así?
Lo intento, con la gran ayuda de Conchita Martínez y otros integrantes de mi equipo. Trato de ver los partidos de mis rivales para conocer sus puntos flacos y sus fortalezas. Pero sola no tendría tanto éxito en eso.
¿En qué partes de su juego cree que debe mejorar más?
Hace poco hubiera dicho que a la hora de desenvolverme en la red, pero lo trabajo bien disputando dobles, algo que también me ayuda a tomar responsabilidades en momentos concretos.
Ya ha derrotado a las dos mejores jugadoras: Aryna Sabalenka e Iga Swiatek. ¿Quién le puso más dificultades?
Cada una presenta desafíos específicos. Iga es una auténtica atleta, pelea cada bola, siempre con un ritmo alto, con mucha intensidad en cada golpe. Aryna es poderosísima y le pega muy duro a la pelota.
Ya tiene una plata olímpica en dobles en los Juegos de París, que ganó junto a su compatriota Diana Shnaider.
Después de la final fue algo horrible, pero pronto nos dimos cuenta del valor de lo que habíamos logrado porque no todo el mundo puede decir que ha ganado una medalla olímpica con 17 años.
¿Cómo se imagina dentro de un lustro?
De lo único que estoy segura es de que seguiré trabajando duro en una pista de tenis. Tal vez ya tenga un par de grandes en el bolsillo; tal vez no tenga ninguno.
Hace unos minutos, medio en broma medio en serio, reclamaba el bote de una bola en un mero peloteo promocional. Parece muy competitiva.
Sí, lo soy. Siempre quiero ganar. No importa que se trate de tenis o de jugar al Uno. Si discuto siempre quiero llevar la razón. Soy así. Desafortunadamente. [Risas].
¿Qué importancia tiene en su carrera su hermana Erika, también tenista?
Hemos compartido mucho. Sin ella no sería quién soy. Le estaré eternamente agradecida