Mundial de Fútbol Femenino
La balear debutó el pasado sábado frente a Suiza y todo apunta a que repetirá en cuartos ante Países Bajos, en una eliminatoria que España disputa por primera vez en su historia
Es poco habitual que una niña con cinco años tenga claro lo que quiere hacer, pero Cata Coll (Pórtol, Islas Baleares, 2001), lo sabía de sobra, su pasión era el fútbol. “Ella empezó en el pueblo, con sus amigos del colegio. Estaba emperrada en que quería jugar al fútbol. La llevamos a jugar al baloncesto, pero no le iba”, cuenta su padre, Fernando Coll, a EL MUNDO.
¿Quién le iba a decir a esa niña que unos años después estaría disputando su primer Mundial con la selección absoluta y que sería titular? Ni ella misma se lo imaginaba, pero el sueño se ha cumplido y en la madrugada del jueves al viernes continuará frente a Países Bajos (3.00 horas, TVE),con el partido de cuartos de final, que por primera vez disputa la selección española.
La futbolista balear fue la gran novedad en el once de Jorge Vilda para el encuentro de octavos frente a Suiza. Durante toda la fase de grupos, la guardameta titular había sido Misa Rodríguez, pero en la primera eliminatoria el técnico le dio la oportunidad a Cata, para sorpresa de todos, o, bueno, casi todos. Mario Cabanes, que fue uno de sus entrenadores en la selección balear, apunta a este diario: “Le dije que iba a jugar, que terminaría por ser titular y ella me contestó que ‘ojalá, pero lo tengo muy difícil’. Y el otro día, cuando debutó, le escribí otra vez y le advertí ‘te lo dije, Cata'”.
De suplente a titular
Ella sabía que tenía muy complicado jugar, y que llegaba al torneo como portera suplente, pero Mario, que la conoce tan bien, está seguro de que la balear “no ha parado de luchar y de demostrar en cada entreno que quiere jugar”. Cabe destacar que no es la primera vez que la jugadora llega a un torneo sabiendo que no va a ser titular y al final consigue dar la sorpresa. Chus Tamurejo, directiva de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares afirma: “Esta situación ya la vivió Cata en el Mundial sub’20 de 2018, tenía a dos porteras por encima. Ella era muy jovencita, era sub’17 y, ¿quién iba a pensar que en aquel momento Pedro López la iba a convocar y que luego iba a ser titular en todos los partidos?”.
Para llegar hasta aquí, Cata no ha parado de trabajar desde que se inició en este deporte, demostrando la pasión por su trabajo. En sus comienzos fue central, pero siempre tuvo inquietud por experimentar lo que se vivía bajo palos. Su padre recuerda que en sus inicios, en el Sporting Sant Marçal, “tuvo la suerte de poder ser entrenada por Ernesto Varga, Pinocho. Él fue el primer entrenador de porteros que tuvo y quien le insufló el carácter competitivo”.
Fernando tampoco se olvida de la labor de la escuela de Pablo Roca y de la importancia que tuvo en la formación de su hija. “Pablo empezó a entrenarla a los 12 años y a partir de los 14 le preparó un plan específico en el que dejó la impronta de su carácter competitivo y la técnica de portero”, cuenta el progenitor de la guardameta.
Iba a ser jugadora profesional
Los que la conocen dicen que sabían que se iba a dedicar al fútbol de manera profesional. “Sabíamos que iba a ser jugadora porque se veía. En otras notas que tienen calidad, pero lo viven más relajada, a lo mejor no pueden con esa presión o no quieren salir de la isla y Cata tenía claro que quería ejercer deportivamente”, revela Chus.
La misma opinión comparte Mario, que reconoce que “desde muy pequeña ya se le veía una seguridad, unos reflejos y una pose de portera, que la gente que llevamos en el fútbol muchos años ya decíamos que esta niña podía llegar a lo más alto del fútbol y así está siendo”.
El palmarés de Cata Coll es notable. La balear ya sabe lo que es ser campeona del Mundo, lo consiguió con la sub’17. Con el mismo equipo logró levantar un Europeo. Ha conseguido con Barcelona tres Ligas, dos Copas de la Reina, dos Supercopas de España y tres Champions. Todo eso con 22 años. Sin duda, un sueño. Uno que se ha completado ahora con su participación en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Pero Cata es mucho más que una excelente futbolista. Mario Cabanes cuenta que fuera de los terrenos de juego es muy extrovertida. “Cata es una persona divertida, que te hace reír, que te hace bromas que es la primera en ayudarte, en proponer cosas, en tirar de las compañeras y en animarlas”, dice. También es muy cercana con los suyos, sobre todo con su padre, el primero al que llamó en cuanto supo que iba a ser titular, aunque en España fueran las cinco de la mañana. “Cuando ves el nombre de tu hija en el teléfono te asustas y ya contestas preguntando ¿qué ha pasado?, y cuando me dice ‘Papá que juego de titular’, fue una emoción brutal”, recuerda Fernando, quien también cuenta que no ha tenido mucha suerte porque justo cuando su hija disputa su primer partido, él y su familia habían regresado de Nueva Zelanda. Aún así, esta madrugada Fernando estará pegado a la televisión y al teléfono esperando la llamada de su hija para que le confirme si vuelve a ser titular.