Roland Garros
La aplicación trabaja con la Federación Francesa para eliminar los mensajes de odio en las redes sociales. Yann Guerin, responsable del área deportiva: “Nuestra tecnología está monitorizada por lingüistas”.
La semana pasada, un tenista eliminado en la fase previa de Roland Garros hubo de encajar que el 70% de los mensajes recibidos en sus redes sociales procedieran de haters, esa especie de odiadores aficionados que emponzoñan internet. El problema no es circunstancial sino que se ha convertido en una epidemia. “Al tratarse de un deporte individual, en el tenis se acentúa la indefensión. Perjudica la salud mental del jugador, merma su rendimiento y le expone ante sus propios seguidores. Incluso puede afectar a los patrocinadores, que no quieren a su alrededor ningún tipo de mensajes de contenido racista u homófobo”, explica Yann Guerin, responsable de deportes de Bodyguard, en conversación con EL MUNDO en la zona de jugadores de Roland Garros.
Bodyguard es una aplicación francesa nacida hace un lustro en Niza de la mano de Charles Cohen cuyo objetivo es proteger las cuentas de particulares y empresas de insultos u ofensas. Este año ha firmado un acuerdo con la Federación Francesa de Tenis para blindar, sin ejercer la censura, la cuenta oficial del torneo y la de la propia federación, así como la de todo jugador que así lo desee. “En general los tenistas son personas jóvenes que carecen de todas las armas para manejar su sobreexposición en las redes”, apunta nuestro interlocutor, sin separarse un instante del portátil.
Alarmado por las noticias sobre suicidios de jóvenes víctimas del ciberacoso, Cohen creó esta arma protectora para luchar contra un problemas social. “Lo nuestro es una misión, más que un objetivo empresarial”, apunta Guerin, sin desvelar los beneficios que, lógicamente, genera esta ambiciosa iniciativa, cifrados en la primavera del pasado año en nueve millones de euros.
Su desembarco en el fútbol se produjo en la Liga francesa. “Ahora estamos entrando en España a través de una empresa intermediaria. En Francia se enfrentan también a problemas de racismo y homofobia, como ha sucedido ahora con Vinicius en LaLiga. Lo que sucede en el estadio a veces tiene su origen o su desembocadura en las redes”, comenta Guerin.
Buena acogida
De momento, entre 40 o 50 tenistas han escaneado el código QR proporcionado por Bodyguard para conectar al sistema sus cuentas en las redes sociales Facebook, Instagram, Twitter, Twitch, YouTube y Discord. El sistema de Bodyguard modera los comentarios en tiempo real, analizando cada uno de ellos en menos de 200 milisegundos. “Tenemos un equipo de lingüistas que crean estructuras de palabras para facilitar al algoritmo el contexto del comentario en un tiempo inasible para el ser humano. Se trata de crear un espacio seguro a partir de un análisis fino, de limpiar lo tóxico, detectando también los emojis, sin que la gente pierda la libertad de expresarse o de ejercer la crítica”.
Hijos de su tiempo, no son pocos los tenistas que han reconocido algo parecido a la adicción con las redes sociales. Paula Badosa, muy activa en ellas desde la adolescencia, hasta el punto de que constituyeron uno de sus problemas para hacer la transición desde la etapa júnior al circuito profesional, decidió apartarse durante unas semanas con el fin de preservar una cierta tranquilidad ante la ferocidad de los ataques recibidos.
“Cada jugador dispone de un código de identificación, un IP de usuario, lo cual podría permitirnos incluso iniciar acciones legales a través de abogados con el fin de tratar de identificar a los emisores de mensajes tóxicos”, explica Guerin. “También tenemos distintos filtros a la hora de examinar los comentarios. Por ejemplo, no es lo mismo una empresa de productos de lujo que el deporte, donde hay mucha pasión”.
Conocedores del trabajo que llevaba haciendo la Federación Francesa de Tenis desde hace algunos años, fue Bodyguard la que tomó la iniciativa para sumarse al empeño. “Hemos avanzado rápido. Han entendido que su responsabilidad como un ente público es promover la educación entre los jóvenes, así como la diversidad, la inclusión y la lucha contra la discriminación”. Para Caroline Flaissier, directora general de la FFT, “la salud de los jugadores es una prioridad para el torneo de Roland Garros. Estamos orgullosos de ser el primer torneo del Grand Slam que ofrece a los jugadores una solución que los protege de manera eficiente contra el ciberacoso para que puedan estar en óptimas condiciones mentales cuando compitan en el torneo”.
La puesta en marcha de la idea, que en principio termina una semana después de la conclusión del torneo, pretende tener mayor vuelo. “Estamos en contacto con la Federación Internacional de Tenis y con la ATP para seguir trabajando durante todo el año”, adelanta Guerin.