Mutua Madrid Open
El español, que se mide con Khachanov, amplía la brecha con sus adversarios. “Cuando estoy bien físicamente, sé que mis rivales deberán jugar muy bien para ganarme”
¿Hay alguien capaz de detenerle? ¿Acaso se vislumbra un jugador con las armas para hacer frente a Carlos Alcaraz, ganador en Indian Wells, bicampeón en Barcelona, triunfador en Buenos Aires y con toda la pinta de volver a serlo el próximo domingo en Madrid? Le derrotó Cameron Norrie, sí, en la final de Río de Janeiro, pero, sin desmerecer al bravo jugador británico, el hombre del año disputó la final lesionado y causó baja después en Acapulco. Le venció Jannik Sinner, en semifinales de Miami, con el español aquejado de calambres en una formidable batallla que consumió los tres parciales. Todo forma parte del juego, cierto, pero da la impresión de que estando entero, ahora mismo, a la espera de lo que puedan proponer Novak Djokovic y Rafael Nadal, ausentes de la competición, parece casi invencible.
Volvió a saberlo de primera mano Alexander Zverev, última víctima hasta la fecha, devastado de nuevo este martes, como lo fue en la final del pasado año, esta vez 6-1 y 6-2, incluso un juego menos en su marcador que en la disputa directa por el título. Zverev, 26 años, 19 títulos, una final del US Open, un título en las ATP Finals, camino de quedarse en otro integrante de la generación perdida, por mucho que aún tenga de su lado el cara a cara con el español, 3-2, con victoria en los cuartos del último Roland Garros, cuando este chico, que ya asustaba, aún no señalaba estas distancias siderales con cualquiera de sus adversarios.
«No me siento superior a nadie, pero sí es cierto que cuando estoy bien físicamente sé de la dificultad que creo a los rivales, sé que deberán jugar muy bien para ganarme», responde Alcaraz recién llegado a la conferencia de prensa posterios al partido.
Son 26 victorias en 28 encuentros en 2023. Tres títulos, una final y una semifinal. Siete sets como máxima concesión aparte de las dos derrotas reseñadas. El último parcial lo cedió en su debut en esta edición del torneo, ante el finlandés Emil Ruusuvuori. Un accidente, a la vista de lo que ha venido después. Que pase el siguiente. Será (este miércoles, 16.00 h. Teledeporte y Movistar) en cuartos de final, el ruso Karen Khachanov, que perdió 6-0 y 6-2 en la misma rona de Hamburgo el pasado año, , 6-1, 6-4 y 6-4 en octavos de Roland Garros. Ambas citas en arcilla, la superficie que ahora nos ocupa.
Tsitsipas, otra víctima
Zverev, integrante de la que empieza a ser una generación perdida, definitivamente atropellada por Alcaraz. Qué decir de Stefanos Tsitsipas, 25, sin respuesta en la última final del Conde de Godó. Cuatro derrotas ya ante el español, a cual más rotunda desde aquella en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos de 2021 que empezó a señalar por dónde vendrían los tiros.
Sinner, 21 años, se postula como alternativa en la generación emergente. Está 3-3 en el cara a cara con Alcaraz. Cuenta con siete títulos y dos finales de Masters 1000. Discretos registros aún, frente a los nueve del murciano, que incluyen el Abierto de Estados Unidos y tres de los torneos de inmediato valor jerárquico. Sinner abrirá su temporada de arcilla en Roma. Descansa desde que perdió ante Medvedev la final de Miami.
Holguer Rune cumplió los 20 el pasado sábado. Ha ganado cuatro títulos, entre ellos el Masters 1000 de Paris-Bercy, pasando por encima de Novak Djokovic en la final. Está 1-1 con Alcaraz, a quien dominaba en los cuartos del torneo francés bajo techo cuando éste se retiró por una lesión abdominal de latosas consecuencias. Ha hecho final recientemente en Montecarlo.
El danés, derrotado por Alejandro Davidovich en la tercera ronda del Mutua, suma a sus magníficas condiciones una bien ganada vitola de camorrista. La muestra más reciente fue en la Manolo Santana ante el jugador malagueño, en un tenso partido en el que soliviantó al público y discutió arduamente con el juez de silla. Arrastra un expediente controvertido por disputas más allá de la red con Wawrinka y Ruud.