El club saudita Al Hilal anunció en la noche del lunes al martes la rescisión del contrato de su jugador Neymar, lo que parece abrir la puerta a su regreso al fútbol brasileño.
“Al Hilal y Neymar decidieron rescindir su relación contractual de mutuo acuerdo”, anunció el Al Hilal en un mensaje difundido en su cuenta en inglés de la red social X, acompañado de imágenes del atacante y de un mensaje en portugués: “Obrigado e Boa Sorte” (Gracias y buena suerte).
Con este escueto comunicado, el club saudí despedía al astro brasileño tras dos temporadas y tan solo siete partidos.
El delantero, que cumplirá 33 años en febrero, solo jugó siete partidos con Al Hilal desde que aterrizó en el equipo saudí en agosto de 2023.
El 10 de la selección brasileña tenía contrato en vigor hasta mediados de año, pero ha decidido poner fin a su aventura en el fútbol árabe después de que el técnico de Al Hilal, el portugués Jorge Jesus, no contará con él para la Liga saudí.
Y es que Neymar lleva más de un año prácticamente sin jugar. El 17 de octubre de 2023, sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco de la rodilla izquierda en un partido entre Brasil y Uruguay, en Montevideo.
Reapareció el 21 de octubre de 2024 en un encuentro de la Liga de Campeones asiática. Sin embargo, pocos días después, tuvo una lesión muscular que lo obligó a parar de nuevo.
Desde hace semanas, la prensa deportiva especulaba sobre el futuro del exjugador del París Saint-Germain (PSG) y del Barcelona, hasta que la semana pasada la prensa brasileña revelara que Neymar había llegado a un acuerdo para regresar al Santos, el equipo de su infancia.
En el Santos, entre 2009 y 2013 jugó 225 partidos, marcó 135 goles y levantó varios títulos importantes con la camiseta albinegra, entre ellos una Copa Libertadores y una Copa de Brasil.
Después dio el salto a Europa de la mano del FC Barcelona. Allí siguió creciendo a la sombra de Messi y sumó más títulos a su palmarés: La Liga de Campeones de Europa, dos Ligas españolas y tres Copas del Rey, entre otros títulos.
Y en 2017, cuando nadie se lo esperaba, dio un giro radical a su carrera y firmó con el PSG, que desembolsó 222 millones de euros (hoy unos 230 millones de dólares) para incorporarle a su proyecto ‘galáctico’. En 2020, volvió a pisar una final de ‘Champions’, pero claudicó ante el poderío del Bayern Múnich.
A partir de ahí, hilvanó una serie de lesiones graves y escándalos extradeportivos que le relegaron a la segunda línea de la élite futbolística mundial.
En 2023, sin opciones ante la llegada al banquillo del PSG del técnico español Luis Enrique, hizo las maletas y se unió al proyecto millonario de Arabia Saudí, donde su figura continuó menguando.Ahora, en el Santos, espera recuperar el brillo perdido con la mira puesta en el Mundial de Estados Unidos, Canadá y México de 2026
De luchar por la permanencia a derrotar a equipos muy consolidados entre la élite internacional. La selección masculina de rugby a siete sube por primera vez al podio de una Serie Mundial y aspira incluso al oro porque este domingo disputa la final.
En el torneo de Dubai, el que abre la temporada de la competición más exigente, los españoles han derrotado a Nueva Zelanda (26-14 en la fase previa), Estados Unidos (28-0, en la fase previa), Gran Bretaña (19-14) en los cuartos de final y otra vez a los All Blacks (19-14) en semifinales. Sólo han caído en el debut (21-15) ante Fiyi, su rival de nuevo en la final (17:11 horas, en la web rugbypass.tv)
"Es una temporada clave, ¿estamos en el momento de competir y ser un equipo que mira arriba o ser un equipo que siempre está luchando por la salvación?", planteaba el seleccionador Paco Hernández el viernes. Su objetivo concreto, clasificase del octavo puesto hacia arriba para eliminar cualquier posibilidad de descenso.
A falta de lo que suceda en la final de Dubai, los Leones 7s desde luego han sabido competir, llevándose el cuarto de final ante Gran Bretaña gracias a un ensayo con el tiempo cumplido y remontando en semifinales la marca inicial de los neozelandeses.
Pol Pla llega a abrazar a sus compañeros tras el ensayo de la victoria en cuartos de finalAlex HoWorld Rugby
Llegaba la selección masculina a este torneo sin dos de sus jugadores habituales por lesión pero con una plantilla basada en la continuidad que ha sorprendido a los rivales con su nivel de juego.
Si ya en años precedentes habían progresado de forma visible en la conservación del balón, en su juego de apoyos y en la velocidad, en Dubai los españoles han avanzado en la defensa. Con una intensidad extrema suben la presión, acosan al portador, tratan de cerrar sus líneas de pase y, tras el placaje, combaten con fiereza por la posesión en el suelo. Si no la consiguen, al menos ralentizan el ataque contrario. En ataque han sido peligrosos; en defensa, asfixiantes.
Desde que la temporada 2023/24 las selecciones de rugby a siete iniciaron una concentración permanente (ellos en Málaga, ellas en Madrid), también se ha comprobado el progreso físico de los Leones, un aspecto en el que se encontraban en desventaja. Este fin de semana han solicitado varias veces melé y han llegado a dominar en esta formación a selecciones con mayor corpulencia. Para las imágenes de este grupo quedarán además el ensayo número 100 de Pol Pla en el circuito y los cambios de pie de Edu López para irse en un palmo de dos contrarios.
También tuvo un arranque muy esperanzador la selección femenina, que debutó derrotando a una de las favoritas, Francia (24-12), pero luego cayó claramente ante EEUU (7-33). En el partido que podía haberlas metido entre las ocho primeras, las Leonas 7s desaprovecharon su ventaja inicial ante Gran Bretaña, acusaron su desventaja en el cuerpo a cuerpo y la falta de contundencia en defensa las condenó a una derrota (12-24). Este domingo han perdido con claridad frente a Brasil (15-29) y jugarán por evitar la última plaza.
Tanto en categoría masculina como en femenina las Series Mundiales constan de siete torneos en diferentes ciudades. En un sistema parecido al de la Fórmula Uno, se suman los puntos obtenidos en los seis primeros. Y en el séptimo torneo, los ocho primeros clasificados compiten por el título absoluto y los cuatro últimos, por la permanencia.
Ambas selecciones españolas evitaron el descenso la pasada temporada en la serie decisiva que se disputó en Madrid. Este año, sin embargo, no tendrán ese incentivo de jugar ante su público. Aunque el compromiso que se anunció era por tres temporadas, se firmó sólo de año en año, y el Ayuntamiento de Madrid finalmente no ha renovado la partida económica que hacía posible traer la competición a la capital de España.
El Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes, va a intervenir la Federación Española de Fútbol, algo inédito en la historia, a través de la creación de una "comisión de supervisión, normalización y representación" que tutelará lo que suceda en Las Rozas durante los próximos meses. Sin embargo, aplaza la decisión sobre la suspensión provisional o no de Pedro Rocha hasta el próximo martes pese a que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) le ha incoado un expediente por falta "muy grave", y eso facultaba al CSD para apartarle provisionalmente.
En un comunicado hecho público poco después de las 13.00 horas de este jueves, el Gobierno explica sus motivos, que no son otros que "corregir la grave situación que atraviesa la RFEF y para que la entidad pueda iniciar una etapa de regeneración bajo un clima de estabilidad e institucionalidad".
Al frente de esta Comisión, siempre según el CSD, se situarán "personas independientes de reconocido prestigio", que tutelarán un proceso en el se le pide a Pedro Rocha y a la Comisión Gestora de la Federación que mantenga un perfil bajo y se dediquen solamente "a la mera administración ordinaria de la entidad, tal y como exige la ley".
"La situación de la Real Federación Española de Fútbol exige altura de miras y el Gobierno está actuando con seriedad, determinación y responsabilidad. En los próximos meses, en los que el fútbol español afrontará importantísimos desafíos, con la disputa de la Eurocopa y de los Juegos Olímpicos y con el diseño de la candidatura del Mundial de 2030 como principales hitos, el CSD va a garantizar que el fútbol español mantenga su excelencia a nivel deportivo y destaque por su ejemplaridad también en el plano institucional. Es lo que la sociedad española exige y espera de todos nosotros y de las federaciones deportivas", ha dicho el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes.
Ahora falta por saber cómo reaccionará Pedro Rocha, aunque todo hace indicar que esta decisión ha contado con su aprobación previa, y también cómo reacciona la FIFA, que en otras ocasiones ha amenazado con sanciones al fútbol de un país cuyo Gobierno ha practicado una actuación similar. Fuentes próximas a la Federación afirman que este movimiento cuenta con la aprobación del organismo que preside Infantino, pero ese extremo no pudo ser confirmado por este periódico.
Lo más polémico de la reunión ha sido, no obstante, esa decisión de no suspender provisionalmente a Rocha y a la Comisión Gestora de la Federación pese a que el TAD le tiene abierto ese expediente por faltas "muy graves" al haberse excedido en sus funciones.
En 2007, en la borrachera aperturista que para China supusieron los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el Gobierno entonces presidido por Hu Jintao presentó su proyecto estrella para el Everest. Primero construiría una autopista hasta el campo base norte de la montaña más alta del mundo y, después, un hotel con spa, un museo y un helipuerto. A 5.150 metros de altitud, una ciudad de vacaciones. Los vaivenes políticos en el país y las protestas en el Tíbet entre 2010 y 2012 hicieron que los planes se encogieran -ni siquiera se puso la primera piedra del resort-, pero igualmente se asfaltó una pista desde la ciudad de Shigatse hasta los pies del Himalaya. ¿El resultado?
El pasado viernes, una tormenta sorprendió a más de 500 senderistas en los caminos entre el Everest y el Cho Oyu, y durante varios días se realizaron labores de rescate, con un fallecido que lamentar. Fue una tragedia, una concatenación de adversidades, pero sobre todo fue la demostración de que no hace falta hollar el techo del mundo para estar en peligro. Basta con acercarse.
«China construyó infraestructuras con la intención de controlar el Tíbet, empezó a llevar allí a vivir población de la etnia mayoritaria y a montar una especie de parque temático turístico alrededor del Everest, el Cho Oyu, el Makalu y el Lhotse, los cuatro 'ochomiles' de la zona. En festividades como la Golden Week, su Semana Santa, miles de senderistas chinos sin experiencia ni aclimatación se plantan a 5.000 metros de altitud con un cortavientos y unas zapatillas de ciudad. Y luego caen dos metros de nieve en una tormenta y pasa lo que pasa», cuenta Sebastián Álvaro, montañero, escritor y director de Al filo de lo imposible en TVE durante 27 años, que conoce bien la zona porque allí rodó un documental sobre la mítica expedición de George Mallory y Andrew Irvine en 1924.
DEPARTAMENTO DE BOMBEROS DEL TÍBET.EFE
Según sus cálculos, las informaciones oficiales que hablan del rescate de cientos de personas en apenas 48 horas tienen que ser imprecisas porque «allí no hay equipos de alta montaña». «Nunca sabremos qué ha ocurrido de verdad», apunta. «Desde Tingri, el poblado más cercano, enviaron a unos cuantos bomberos que no tienen experiencia y que están superados por toda la gente que acude al campo base norte del Everest», analiza Álvaro. Y los datos le dan la razón.
Medio millón de visitantes
Tal y como se vanagloria el propio Gobierno chino, el año pasado se superó por primera vez el medio millón de visitantes en lo que llaman la «zona escénica del Everest», una cifra exagerada. Aunque tiene una superficie que duplica la española, el Tíbet apenas cuenta con tres millones de habitantes y sus servicios públicos son mínimos. No hay cifras de accidentes -mucho menos de fallecidos- pero es muy posible que haya habido desgracias anteriores en la región.
AFP
Lejos de la indignación mundial que provocan las colas en el techo del mundo, en los últimos años se han multiplicado las caminatas alrededor de la base y, con ellas, los peligros. «En el lado chino del Himalaya hay un altiplano que apenas tiene vegetación y en las agencias de turismo del país se vende como una zona amable para hacer caminatas. Los chinos van allí con muy poca conciencia y muy poca preparación. Y, de repente, se encuentran a 5.000 metros. Hay que pensar que el pico más alto de la Unión Europea es el Mont Blanc, que tiene 4.800 metros», subraya Sergi Unanue, dueño de la agencia Mundo Recóndito, vecino de Pekín durante un año y autor del libro Un sendero entre las nubes, sobre la Gran Ruta del Himalaya. «Hay un riesgo muy evidente al hacer que zonas tan extremas del mundo sean tan accesibles. De la parte china no se habla tanto porque no viajan tantos extranjeros, pero también ocurre en la parte nepalí», añade Unanue.
Mover el campo base, misión imposible
En el sur del Himalaya, en Nepal, también se ha intensificado la actividad a los pies de las grandes montañas, aunque no se han lamentado tragedias desde la avalancha que en 2015 causó la muerte de 22 personas en el campo base sur del Everest. Cada año se informa de entre tres y cinco fallecimientos por edemas cerebrales causados por el mal de altura, pero la siniestralidad es baja si se tiene en cuenta que anualmente unos 30.000 montañeros visitan la zona. Aunque ya son muchos, en Nepal difícilmente se vivirá la turistificación extrema que se da en China. Los presupuestos de los dos países no tienen nada que ver, la orografía de ambas zonas es muy distinta y los turistas proceden de lugares diferentes.
En la zona nepalí, mientras las agencias de viajes que dirigen los sherpas consideran que el negocio está en las alturas, los trekkings al campo base sur son mayoritariamente organizados por compañías extranjeras y sus clientes llegan más preparados. Suelen estar bien informados, contar con consejo y ayuda de estas empresas en cuanto a material o comida y normalmente invierten tiempo suficiente para aclimatarse -entre 10 y 12 días para hacer la ruta-.
Este invierno, el Gobierno de Nepal, presidido por Ram Chandra Poudel, anunció que había acabado la llamada «autopista al Everest», y numerosos medios internacionales así lo publicaron, pero no dejaba de ser una pista entre Katmandú y Surke, cerca de Lukla, un trayecto que los turistas ya solían hacer en avioneta. En principio, la zona es más segura, aunque la amenaza se cierne sobre el campo base sur en forma de deshielo. Por culpa del calentamiento global, el glaciar de Khumbu sigue fracturándose y eso aumenta el peligro sobre el campamento. Hay un proyecto para moverlo 300 o 400 metros más abajo, pero falta presupuesto y logística. No hace falta hollar el techo del mundo para estar en peligro. Basta con acercarse.