Entrevista
La mediapunta de El Sadar lleva su nombre, aunque con 14 años pudo haber terminado en Valdebebas. Quiere «revancha» por la Copa y admite que «no está pagado» vivir en el pueblo.
El futbolista del Norte es, o solía ser, más fuerte que liviano, más pasional que elegante, más potente que técnico… Pero Aimar Oroz (Arazuri, Navarra, 2001) ha conquistado la mediapunta de Osasuna a base de fútbol, talento y una finura pocas veces vista en Tajonar. Con 21 años y tras rechazar al Madrid y al Atlético en la adolescencia, es indiscutible para Arrasate. Hoy visita el Santiago Bernabéu.
- Vienen de una temporada espectacular: Europa, final de Copa del Rey contra el Madrid…
- Sí. El año pasado fue increíble. Una pena la final de la Copa, pero poco más se puede mejorar. Ahora este año lo afronto igual, con la misma ilusión.
- ¿Ganas de revancha?
- Sí, un poco. Pero en el fondo es un partido más, son tres puntos.
- ¿Qué recuerdo le trae la final de La Cartuja?
- Pues que justo cuando empatamos el partido estábamos con mucha confianza, pero es que luego son animales, en una jugada te la pueden liar. Físicamente son animales, juegan cada tres días sin problema. Vamos a pelear.
- ¿Son un poco matagigantes?
- Nos gusta. Ellos son favoritos y será un partido difícil, pero intentaremos disfrutar.
- ¿Cómo de importante ha sido Arrasate en su carrera?
- Es muy cercano, cuando estaba en el filial siempre venía a ver los partidos, algún día hablaba conmigo… Para el equipo es muy importante, es el capitán del barco, como se dice. Tiene peso, lleva varios años haciendo las cosas ben con el equipo asentado en Primera. En mí ha confiado mucho.
- ¿Cómo ha vivido mentalmente el salto a la elite?
- Mentalmente bien, aunque igual un poco saturado. El hecho de salir a la calle y que te pare la gente, firmas, fotos… Eso regular, aunque entiendo que es algo que pasa y no lo critico. Me paro encantado. Las entrevistas cada vez me cuestan menos, pero me cuestan (risas). Luego en el pueblo es todo más normal, hago casi toda la vida ahí y lo agradezco. No está pagado vivir en el pueblo, que sea todo más normal, tener ahí la familia y la cuadrilla…
- Hable de sus hobbies.
- Me gustan todos los deportes, pero con el fútbol no suelo practicar mucho. Ahora le estoy dando al gimnasio y con los amigos voy a los bolos o juego a las cartas, que estoy todo el día jugando al pinchazo (también conocido como pocha).
- Le llamó el Madrid a los 14 años.
- Sí, se interesó. Me sentaron mis padres en el sofá y me dijeron que habían estado en Valdebebas. Pero yo desde el primer momento dije que no. Tenía 14 años y no me veía fuera de mi casa y de mi entorno.
- Los jóvenes navarros ya no se van fuera de la comunidad.
- El club está trabajando cada vez mejor, invirtiendo más en la cantera y eso se nota. Es de agradecer. Pero luego cada uno tiene que decidir y ver lo mejor para él.
- ¿A los 14 ya sabía que iba a ser futbolista profesional?
- Para nada, iba disfrutando cada día y hasta ahora. Es lo máximo. De hecho fue el año pasado cuando me di cuenta de que podía hacer carrera de esto. Jagoba me puso de titular en el primer partido, ganamos, seguí jugando… Ahí sí que pensé «oye, igual puedo».
- Contra el Atlético les anularon un gol por una falta suya a Witsel cuando le había empujado Giménez. ¿Entiende los criterios?
- No lo acabo de entender. Pita después de que metamos y para colmo me saca amarilla, es un poco raro. Me empujan, ¿qué voy a hacer? Me parece que el VAR puede aportar al fútbol, pero en ese momento nos sentimos perjudicados.
- ¿Ídolos?
- De pequeño Patxi Puñal, Ronaldinho, Iniesta, Leo Messi… Los míticos (risas).