Era la segunda vez que se jugaba en víspera de Navidad desde la fundación de la Premier League, en 1992.
Decepción en los jugadores del Chelsea.Rui VieiraAP
No habrá paz ni en el día de víspera de Navidad para el Chelsea. El equipo de Pochettino ha sufrido una nueva derrota, en este caso ante el Wolverhampton, por dos goles a uno y se aleja aún más de los primeros puestos de la competición británica.
En el polémico partido del día 24 de diciembre, los blues dominaron la posesión, pero fueron incapaces de tranformar ese dominio en ocasiones de gol. Los Wolves no sólo se adelantaron sino que también hicieron el segundo poco antes de que Nkunku consiguiera el gol del honor para los blues.
Es la octava derrota de la temporada liguera para el técnico argentino. Los londinenses son décimos con 22 puntos, a 18 puntos del líder Arsenal y a 14 de los puestos de Champions League, que los marca el Tottenham con 36 puntos.
La Premier League tiene en el Boxing Day uno de sus días más importantes del año. El 26 de diciembre es, en la competición inglesa, una tradición que ha ido ganando peso hasta convertirse en una de sus jornadas más apasionantes. Es un día pensado para las familias donde la mayoría de partidos se juegan entre mediodía y la tarde.
Sin embargo, esta temporada la liga inglesa ha querido seguir explotando estas fechas y, por primera vez en 28 años, ha decidido poner un partido en víspera del día de Navidad. “Muestra una total falta de consideración y respeto por los fans”, expresaban desde un grupo de fans de los Wolves.
La oposición ha sido frontal de ambas aficiones. “Nuestro mensaje es claro, dejen de tratar al público asistente sin ningún respeto”, expresaban aficionados blues. Y recordaban que pese al récord de asistencia de la temporada pasada en la competición inglesa, con 15,2 millones de espectadores, la Premier League sigue priorizando a los operadores frente a los fans.
El último partido que se jugó un 24 de diciembre fue un Leeds – Manchester United, con victoria para los de Elland Road, hace 28 años. Y fue la única vez, desde la creación de la Premier League en 1992, que se ha jugado en esta fecha. Vistas las críticas de los fans, quizás la competición opte por no volver a repetir esta ocurrencia.
Poco antes de las 12 de la noche del 29 de septiembre, Robin Le Normand abandonaba el césped del Metropolitano con la cabeza abierta. Lo hacía por su propio pie y nadie, o quizás sólo el doctor Óscar Celada, que fue quien le atendió sobre el terreno de juego tras el choque fortuito con Tchouamení, imaginaba los dolores de cabeza que iba a tener el central tanto metafórica como literalmente para volver a pisar los terrenos de juego.
Hoy, 67 días después, el francés estará disponible ante el Cacereño, en la eliminatoria de segunda ronda de Copa del Rey (19.00 horas). Lo hará con un casco protector, como precaución tras la lesión sufrida, con el que lleva entrenando desde que pudo volver a pisar el césped hace 15 días. "Ayuda a absorber la energía del impacto, el problema no es tanto el golpeo del balón sino los choques fortuitos", explica a EL MUNDO, Ayoze González, jefe de neurología del Hospital Universitario de Gran Canaria. Esta última semana, Le Normand pudo completar las sesiones preparatorias junto al resto de sus compañeros.
"Pensando en su salud, el club, los médicos, todos hemos estado pendientes. Después viene el futbolista, que se puso en forma y que está ya a disposición de poder empezar a competir. Transmite ilusión y entusiasmo y está muy contento y con muchas ganas de ayudar al equipo", respondió Diego Simeone en la rueda de prensa previa al choque copero.
"hay que ir recuperando sensaciones"
En el club, tras diagnosticarle un traumatismo craneoencefálico con hematoma subdural, que es una hemorragia entre las capas que protegen al cerebro, el pasado 1 de octubre, nunca han tenido prisa con el central,que afrontó la lesión con bastante incertidumbre. Ya con el alta médica, ahora dependía de cómo se sintiera él y "las sensaciones" que tuviera para presentarse a filas, de nuevo, a las órdenes de un Simeone. "El hematoma se cura bien, pero puede ser grave, y eso genera miedo y hay que ir recuperando sensaciones", apunta González.
Le Normand fue titular desde el minuto 1 con el Cholo y lo jugó casi todo hasta su percance con el mediocentro madridista. El único partido que no disputó fue el del empate en Vallecas, uno de los duelos más flojos del conjunto rojiblanco, porque el entrenador decidió darle descanso. Son 720 minutos en total esta temporada y está entre los 15 jugadores con más tiempo disputado pese a haberse perdido más de dos meses de competición. Desde el club insisten en que "perder a un jugador de su nivel siempre es complicado" pese a que los resultados hayan podido recuperarse.
Su lesión, además, coincidió con el peor momento del equipo esta temporada. El empate en Anoeta y las derrotas en el Villamarín ante el Betis y frente al Lille en Champions League, volvieron a sacar el puesto del Cholo a la palestra. Pero el equipo se rehizo y despegó tras arrancar una inesperada victoria en París para, ahora, no sólo encadenar goleadas, sino mantener la portería a cero. En las siete victorias consecutivas de los rojiblancos, Oblak sólo ha tenido que recoger dos balones de su red. "No hay equipo que salga campeón que reciba muchos goles en contra", valoró Simeone. No cabe duda, de que la vuelta de Le Normand al césped es la mejor noticia para el entrenador rojiblanco, pese a que en los últimos duelos haya encontrado en Lenglet y Giménez una pareja no sólo competitiva a nivel defensivo, también goleadora. Ambos llevan un tanto cada uno en lo que va de temporada. El del uruguayo, un cabezazo soberbio para dar la primera victoria de la temporada ante el Leipzig en casa.
Le Normand, en el Cerro del Espino.ATM
Precisamente, unas de las últimas fotos del entrenamiento del Atlético de Madrid reflejan a un Le Normand despejando de cabeza como muestra de su completa recuperación. "El riesgo de volver a la competición no está en golpear de cabeza sino en los choques fortuitos por la propia intensidad del torneo", apostilla el jefe de neurología. Han sido dos meses en los que, por los estrictos protocolos del campeonato cuando hay un traumatismo craneoencefálico, el proceso de recuperación del defensa galo ha sido muy lento y muy progresivo.
Sesiones muy livianas "no invasivas" de gimnasio en solitario, sólo y sin ningún tipo de sonido para no influir en una posible recaída, algo que nunca ocurrió. "Se hace por mantener un entorno tranquilo, más que por los ruidos, ya que el estrés o los ejercicios con impacto son algunas de las las causas que puede empeorar el hematoma o provocar la rotura de otro vaso sanguíneo", cuenta González. Pruebas médicas (resonancias, tacs,...) constantes para monitorizar el proceso de reabsorción del hematoma y la cicatrización del cráneo. Hasta las primeras carreras en el césped, también en solitario, para intentar no perder la gran forma que venía exhibiendo desde su llegada este verano de la Real Sociedad por unos 35 millones de euros.
Vestuario sano
En el vestuario están encantados con su vuelta y especialmente sus amigos más cercanos, como son Antoine Griezmann, que no estará en Extremadura tras la extracción de una muela, Thomas Lemar y Clement Lenglet, los tres francoparlantes de la plantilla. Aunque este último sea competidor directo por la posición, hay muy buen rollo entre los compañeros y más con la vuelta de un futbolista que estuvo preocupado cuando escuchó el diagnóstico ya que, aunque como profesional estén acostumbrados a lidiar con diferentes lesiones, éstas suelen afectar más a su tren inferior.
Desde el club saben que los jugadores están acostumbrados a vivir con lesiones y que ellos tienen su proceso de recuperación propio, pero los traumatismos craneoencefálicos no son una dolencia habitual en el mundo del fútbol. Petr Cech también lo sufrió tras una jugada desafortunada con un futbolista del Reading en 2006. El guardameta checo tuvo que jugar con casco toda su carrera, pese a que le limitaba la audición, porque su lesión fue mucho más grave que la del galo ya que su cráneo sufrió un hundimiento.
¿Qué es el fútbol si no un precioso juego de niños grandes? Un juego que alguien, para disimular, convirtió en deporte. Y de deporte pasó a modo de vida, a profesión, a pasión... Y así más de 60.000 personas se reunían en el Día del Niño en el Metropolitano para honrar a los más pequeños y reivindicar que en la vida hay que crecer, pero no dejar nunca de jugar. [Narración y Estadísticas, 1-0]
Gratos recuerdos de la infancia le traería a Claudio Giráldez la rojiblanca. El entrenador del Celta estuvo en las categorías inferiores del Atlético, club al que hoy se enfentaba en un precioso día en Madrid. Los objetivos de ambos equipos, en cambio, no son ningún juego. Los gallegos aún no han salvado la categoría y, además, veían como el Cádiz venía de ganar el turno anterior. El Atlético debía aprovechar el pinchazo del Athletic para asegurarse ya, casi matemáticamente, la cuarta plaza. Lo hizo.
Así, como entre niños andaba el juego, en apenas 15 minutos casi lían la primera Riquelme y Lino. Una pareja llamada a alternarse, pero que la tranquilidad de la posición del Atlético les ha permitido compartir once varias veces. En esta ocasión, un pase en profundidad del brasileño encontró al canterano en una gran diagonal pero estrelló el cuero en Guaita tras un mano. En el rechace se intercambiaron los papeles, pero el portero valenciano repitió parada.
El partido amaneció tranquilo para los locales, tanto que en el Fondo Sur estaban más a los bailes tipo trenecito y al bufandeo que al propio duelo. Más de 20 minutos tardó el Celta en tener una posesión larga entre presión y amenazas rojiblancas. 'Tirito' de Correa, disparo de Koke y alguna opción más finalizada con algo menos de claridad.
Aspas lucha con Barrios un balón.PIERRE-PHILIPPE MARCOUAFP
Los rojiblancos han agradecido en este final de temporada el 5-4-1 que ha impuesto el entrenador y al que se han agarrado tras la sangría de goles recibidos a lo largo del año, 63 en todas las competiciones. Llegan algo menos, pero Oblak está mucho más protegido. En la primera parte, ni un tiro a puerta tuvo que detener el esloveno. Guaita, varios, el más franco fue un mano a mano de Llorente que el madrileño golpeó blando a las manos del portero del Celta.
Volvió Morata al verde tras su problema del trigémino. El verdadero, no el que salió los últimos 7 minutos ante el Mallorca. El primer balón que tocó el madrileño fue un cabezazo que casi se convierte en el primer gol del partido y el de la vuelta a puerta del delantero. Han sido tres meses y un tanto. Poco para el nueve titular de un equipo que ha aspirado a todo esta temporada.
Frenó el partido en los segundos 45 minutos, como si fuera la hora de la siesta para los niños. El balón se hizo pesado, pero más para un bando que para otro. El Celta, agazapado, encontró su contra para adelantarse en el marcador. Aspas falló tras un pase atrás de Bamba, disparo muy centrado que Oblak paró sin problemas. Aviso para navegantes, no era tiempo para siestas.
Despertador argentino
Salieron Barrios y De Paul para animar el cotarro. El Celta crecía desde su solidez atrás, no era poca cosa en un equipo que ha encajado más goles, 52 de los que ha metido, 40. El partido pedía a Griezmann y a Aspas, que se abrazaron cariñosos al inicio del duelo. Al primero no le dio tiempo a aparecer, el Cholo le cambió antes. El segundo picaba, pero no mordía.
Sólo el sonido de una alarma nos despertaría de la siesta. Fue Rodrigo De Paul quien sacó la genialidad ante el tedio, la puso en la escuadra tras un córner y se encendió un estadio adormilado. Vuelve el unocerismo, gana el Atlético.