Alexia Putellas no estará con España en los dos últimos partidos de la fase de grupos de la Nations League ante Italia y Suecia. La jugadora del FC Barcelona ha abandonado la concentración tras ser examinada de las molestias que arrastra en la rodilla por los servicios médicos de la RFEF.
“Tras estudiar su lesión, la jugadora regresará a casa para continuar con su recuperación”, asegura el comunicado federativo. La seleccionadora Montse Tomé citó a 25 futbolistas, lo que la obligaba a hacer dos descartes en las convocatorias, ante la posibilidad de que la capitana no superara las molestias en las rodilla que la llevaron a perderse los tres últimos compromisos de su equipo: el Clásico ante el Real Madrid y la visita a San Mamés en la Liga F, además del duelo de la Champions frente el Eintrach.
Putellas volvió a sentir molestias en la rodilla en la que se rompió los ligamentos hace poco más de un año y tanto su club como la jugadora quieren ser prudentes en la recuperación. Por eso extrañó la llamada de Tomé hace una semana, citación que se produjo en plena tensión entre el Barça y la Federación por la lesión de Gavi en el duelo internacional ante Georgia.
A falta de un punto
“Las veremos, trabajaremos con ellas en la línea que podamos y tomaremos las decisiones velando por la seguridad de las jugadoras. Sin forzar y usando el sentido común”, advertía la entrenadora asturiana.
Con ese plural, Tomé se refería también a Irene Paredes, a quien también convocó y que se ha perdido los mismos partidos que Alexia pero, en este caso, por las secuelas de una amigdalitis con un fuerte proceso febril. La jugadora vasca, al contrario que su compañera, permanece en la concentración con la esperanza de que se pueda recuperar para disputar el duelo del próximo viernes en Pontevedra ante Italia o el del martes en La Rosaleda de Málaga ante Suecia.
A España sólo le hace falta sumar un punto para cerrar esta fase de clasificación como primera de grupo y asegurarse la presencia en la final four de marzo en la que se decidirán las cuatro selecciones que disputarán los Juegos Olímpicos en París.
Albania tiene una población de tres millones de habitantes en su territorio natural y el triple fuera. La caída del régimen comunista y el fin de los 40 años de dictadura de Enver Hoxha provocaron a mediados de los 90 el exilio de millones de albaneses en busca de libertad y mejores condiciones de vida. Ahora, con un pie en la Unión Europea y descubierta como paraíso natural, luce un orgullo que también se refleja en la Europa. El camino lo inició Gianni de Biasi en 2016 y quiere completarlo Sylvinho sumando ante España los puntos que necesita para estar en octavos de final.
El camino no ha sido fácil. Albania se ha construido desde cero peinando el mundo en busca de futbolistas hijos de ese exilio masivo. El Big Data y el departamento de scouting que creó y lidera el italiano Alarico Rossi han sido claves. Cualquier jugador de origen albanés que apareciera en los 48 mejores campeonatos del planeta era cazado por un algoritmo, seguido por el departamento de análisis y captado si el seleccionador le veía potencial. El 73% de los jugadores que estarán en el Arena de Düsseldorf buscando hacer historia no han nacido en Albania: sólo siete de 19, lo que convierte a esta selección en una auténtica torre de Babel.
Pese a la perfección que roza este sistema , casi se le escapa su jugador más valorado. Xhevahir y Bella Broja cambiaron Albania por Inglaterra y en Slough nació en 2001 Armando. Captado por ocho años por la cantera del Tottenham, pronto fue tentado por el Chelsea. El talento natural se lo vio su padre, y se lo trabajó. «Me ponía vídeos del brasileño Ronaldo para que viera sus movimientos», contaba el jugador a los medios oficiales del Chelsea. Pero no se quedaba ahí sino que se empeñó en preparar a un atleta. «Aunque venía tarde de trabajar, cuando llegaba me ponía correr. Cuando estaba cansado me decía: 'otra vuelta más, porque la defensa querrá cogerte'. Por eso siempre digo que el 50% de mi éxito es de mis padres».
Pese apuntar a buen delantero talentoso, Inglaterra no puso sus ojos en él. Nunca le llamó en categorías inferiores así que, otra vez, Xhevahir ideó un plan tras la llamada de la federación albanesa. «Con 15 años fui a probar, pero me dijeron que no era lo suficientemente bueno. Con 17, mi padre me dijo que me pensara ir otra vez. No quería, pero estaba en mi cabeza demostrar que se habían equivocado», recuerda el jugador. Y así ocurrió. Llegó el reconocimiento del error y el momento de la decisión, que no costó. «He crecido en Inglaterra, pero estoy muy orgulloso de ser albanés. Cuando acabe mi carrera quiero que mi nombre perviva, por Albania y por mi padre», asegura. Es una sensación compartida por el resto del vestuario, criados en la cultura albanesa de sus familias en entornos extranjeros. Orgullo nacional y apoyo incondicional de los hinchas son clave. «Aunque las cosas te salgan mal, ellos de apoyan», reconoce Broja. En Alemania, donde hay censados casi 70.000 albaneses, se ha notado.
Una lesión grave
Broja ha necesitado ese apoyo en los últimos dos años. De hecho, había muchas dudas de que pudiera estar en este campeonato. El Chelsea aún no le ha encontrado sitio y ha pasado por cesiones al Vitesse y Southampton.
Con la salida de Tuchel en septiembre de 2022, su sustituto Graham Potter volvió la vista al canterano pero, en un partido amistoso durante el Mundial de Qatar, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha. «Fue el peor momento de mi vida, pero me ha hecho más fuerte», recuerda. Una larga recuperación y una cesión al y, la pasada temporada al Fulham -aunque sonó como refuerzo invernal del Sevilla- le han traído a Alemania a jugar un papel menos protagonista de lo esperado.
Fue titular en el primer partido ante Italia y, en los 77 minutos que jugó, no logró tirar a puerta ni una sola vez. Eso sí, vio una tarjeta amarilla que le mantiene apercibido. Quizá por eso, o no, Sylvinho no lo alineó ni un minuto en el césped ante Croacia. Esta noche, frente España será un valioso recurso para dar un paso más con una clasificación histórica para octavos de final.
Nations League
INMA LIDÓN
@inma_lidon
Córdoba
Actualizado Lunes,
25
septiembre
2023
-
18:28Víctor Francos llamó la seleccionadora para darle confianza tras la victoria ante...
No hay destino al que no se sobreponga el Barça ni reto del que se apee el Atlético. Ambos trasmutan en indestructibles cuando se enfrentan. Como forjados en una siderurgia, pueden tambalearse pero no caen. Resisten, toman aire y empiezan a mostrar sutileza, talento o resiliencia que acaba noqueando a los rivales. Hasta en la locura pueden reinar los dos. Y loco fue un duelo que olió a partido de otro milenio, de aquellos que crearon memoria. Barça y Atlético en esencia pura, rompiéndose a golpes sin cálculos, pero ambos muriendo y resucitando.[Narración y estadísticas (4-4)]
El Atlético salió al asalto, como si quisiera prolongar el duelo de la Liga que se llevó por empuje en el último suspiro. No pudo ser más calcado el final, con Sorloth de protagonista, pero como entonces, los rojiblancos tardaron en sonreír. Y eso que Szczesny tuvo que tocar la primera pelota en juego para mandarla a córner porque Griezmann ya había colocado la pelota para el remate de Julián Álvarez. La supervivencia culé apenas duró un instante. Puso el francés la bola en juego desde la esquina, se tiró el apoyo con De Paul y la recogió para telegrafiarla al segundo palo, donde apareció La Araña. 53 segundos y ya estaban por delante de un Barça que aún ni sudaba.
El arañazo se convirtió en herida cuando el argentino aprovechó el pase blando de Koundé a De Jong para robar y lanzar la carrera del Principito, que quebró a Balde en el punto de penalti para engordar el marcador y sólo habían transcurrido seis minutos. Grogui estaban los azulgranas, que tardaron diez en tirar a puerta.
Resetear en dos minutos
El vendaval que se intuía empezó a amainarlo Ferran, al que Pedri y Raphinha dejaron solo ante Musso, que le ganó por serenidad. Empezaba a desperezarse el Barça bajo la seria mirada de Flick en la banda. Todo empezaba por jugar y eso fue lo que hizo Lamine, lanzando a Koundé hasta la línea de fondo para que pusiera el balón atrás, al corazón del área, donde apareció Pedri. Casi en la celebración, Gallagher cede un córner que Raphinha pone al segundo palo para que Cubarsí marcara. El Barça en dos minutos, en dos jugadas, había reseteado el duelo.
Entonces la intención fue dominarlo y no tardó en conseguirlo, porque la efervescencia del Atlético desapareció en media hora. Es cierto que se ajustó para no sufrir, pero vivió tan alejado de Szczesny que le costó poner a prueba al polaco, por momentos más un libre de antaño que un guardameta. Los rojiblancos eran incapaces de arrebatarle la pelota al Barça y no podían correr. Tampoco Simeone pareció enloquecido, más bien amarró muy consciente de que la eliminatoria tenía minutos por delante y 90 más en el Metropolitano.
Era el consuelo que le quedaba mientras suspiraba aliviado al ver a Ferran birlarle la pelota a su defensa pero volver a ser presa del ansia, pegarle mordida y tan floja que apareció Giménez a despejarla con Musso vencido. Necesitaba pasar por el vestuario el Atlético a recomponerse, pero lo hizo con un gol más en contra. Nació de un caño de Lamine a Galán un córner que Raphinha mandó de nuevo al segundo palo donde esta vez, solo, apareció Iñigo Martínez para poner un testarazo cruzado al fondo de la red. En el añadido apareció de nuevo Yamal para soltar su zurdazo fetiche y hasta Olmo, con poco brillo.
El remate de Pedri en la acción del 1-2.AFP
En la segunda parte, los rojiblancos volvieron a descifrar cómo hacer daño. Se encontraron con que Pedri no cazó otro balón lateral de Raphinha y que Hernández Hernández no consideró penalti la caída de Lamine en el área, pero también con que Julián Álvarez leía que había una pradera tras la espalda de la defensa culé. No dejó de intentar forzar el fallo una y otra vez. Buscó en largo a De Paul que aparecía por la orilla derecha, pero se rehízo Balde antes de que el centrocampista pudiera armar el remate. Además, Julián se encontró a Correa como socio para castigar al Barça en transiciones que les hacían correr demasiado hacia atrás.
El partido había entrado en una fase de locura que bien podía acabar con un empate porque el Atlético quería resucitar. Lo había intuido Flick y mandó al campo a Lewandowski. No tardó el polaco en demostrar que huele el gol. Pedri habilitó a Lamine en la banda para que rompiera a Reinildo y su centro tenso lo cazó el goleador culé. Fue entonces cuando el alemán quiso poner la pausa y mandar piernas frescas al campo y a Pedri a descansar al banco.
Era el minuto 85 y, lejos de cerrarse, el duelo siguió siendo de ida y vuelta. Por eso Julián Álvarez encontró premio a su tesón, aunque tuviera que ser en forma de asistencia a Llorente para que recortara distancias. Todo era posible, tanto como que un resbalón de Koundé dejó solo a Lino en su carrera hacia el área para darle a Sorloth el empate con sabor de déjà vu liguero.