No voy a negarlo. La carrera del GP de Las Vegas ha sido una de las más intensas y emocionantes de la temporada. Es una intensidad y una emoción parecida a la que tiene la Ciudad del Pecado, todo un poco forzado. Está claro que si metes 20 coches de
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Agradeció a Riccardo Adami, su ingeniero de pista, y a todo el equipo: "Ha sido un placer conducir para vosotros. ¡Forza Ferrari!" En el último mensaje de Carlos Sainz como piloto de la Scuderia, cabía la satisfacción por su segundo puesto en el podio y el desencanto por el Mundial de Constructores. Lando Norris acababa de ganar el GP de Abu Dhabi, haciendo campeón a McLaren por vez primera desde 1998, así que Sainz, su amigo, no podría despedirse como le hubiese gustado de la gente de Maranello.
Sólo hubo un instante con el fulgor de un milagro. El Visa Cash App RB echaba humo y Liam Lawson salía por piernas de un coche sin frenos. Pero se trataba ya de la penúltima vuelta y no había tiempo ni espacio para el safety car. Tampoco hubiese sido justo para Norris, siempre con un punto de ventaja en el pedal del gas. Tras un año con tantos escarmientos, el británico supo llevar a término tantas horas de trabajo en Woking. Charles Leclerc, tercero en el podio, ni siquiera iba a arrebatarle el subcampeonato de pilotos.
Se había acostado ya el sol por el Golfo Pérsico cuando Lewis Hamilton cruzaba la bandera a cuadros en cuarta posición. Tras librarse de George Russell en la última vuelta con un movimiento por el exterior de la curva 9, el heptacampéon conmemoraba acrobáticamente su adiós a Mercedes. Apenas hubo constancia de Max Verstappen, sexto, pero sí de Fernando Alonso, noveno por delante de Oscar Piastri, librándose del doblaje y salvando, otra semana más, el decoro de Aston Martin.
10 segundos a Piastri
A Ferrari le sonrió la fortuna en la primera curva, cuando Verstappen, sin apenas espacio, buscó el interior ante Piastri. "Una maniobra de campeón del mundo", ironizó el australiano, relegado de pronto a la penúltima posición. Un trompo que retrasaría a Mad Max, penalizado con 10 segundos por los comisarios. Aunque Norris lideraba con holgura ante Sainz, la inquietud empezaba a reinar en McLaren.
Leclerc, partiendo desde la penúltima plaza de la parrilla, ascendió hasta la cuarta en apenas 12 vueltas. Sin red, sin nada que perder, Ferrari debía exprimir sus opciones de doblete y aferrarse a alguna estampita de la virgen de Maranello. Alguna plegaria debieron de atender ahí arriba cuando Piastri recibió 10 segundos por causar un pinchazo a Franco Colapinto. Quizá el ritmo del SF24 no bastase ante el rival papaya, pero había que jugar la partida con sutilezas de tahúr.
En la vuelta 21, Leclerc abrió el libro de la estrategia en busca del undercut sobre Russell. Cuatro giros más tarde, Sainz pasó por boxes para montar los duros, al igual que Norris. La gloria o el fracaso se dilucidarían con ese compuesto C3, con el que los favoritos pretendían alcanzar la meta. Los mecánicos de Ferrari y McLaren cumplieron rigurosamente, dejando sus pit-stops en apenas 2,2 segundos. Leclerc rodaba tercero, por detrás de Sainz, mientras Piastri deambulaba aún fuera de los puntos.
Norris, en el podio, junto a Sainz y Leclerc.AFP
En cualquier caso, McLaren guardaba el as de bastos, su baza ganadora. Esos 21 puntos de ventaja en el Mundial se antojaban más que suficientes gracias al MCL38 de Norris, que arañaba a Sainz una décima por vuelta. A 20 vueltas para la meta, Ferrari ya sólo podía aferrarse a los imponderables. Implorar por un error humano, por una avería, por una catástrofe en cadena. Ni siquiera bastaba el tradicional safety car. Había que invocar sortilegios más sofisticados.
En una situación tan desesperada quizá sólo quedaba un resquicio: retirar los duros y tirar la casa por la ventana con los blandos. Los mecánicos de Ferrari, a falta de 10 vueltas, los enseñaron a la puerta del garaje por si sembraban algún desconcierto. Bryan Bozzi también lanzó un mensaje de radio a Leclerc jugando al despiste. "No sé lo que llamas ritmo, pero este no lo es", replicó el monegasco. No cabían farsas, ni medias tintas. El título, 26 años después, volvía a McLaren, que desempata con Mercedes para igualar los nueve de Williams.
En cuatro horas, las que separaron la sprint race de su vuelta en la Q3, Max Verstappen convirtió un coche inservible en otro capaz de marcar la pole (1:20.520) en Qatar. La prodigiosa evolución de Red Bull, con nuevos reglajes en el RB20, dejó con cara de pasmo a George Russell, 55 milésimas más lento y Lando Norris, que se las prometía muy felices tras el doblete de McLaren en la carrera vespertina. No hubo antídoto posible ante el flamante tetracampeón mundial, que volverá a comandar la parrilla 11 carreras después.
"No esperaba un cambio tan radical en el rendimiento. He sentido el coche muy estable", admitió Verstappen, cuya ganancia respecto a su mejor crono de la qualy del viernes se cifró en ocho décimas. Su último intento causó tanto asombro como el modo en que, unos minutos, se había cruzado ante Russell. La ralentización no causó mayores daños y la FIA hará caja con su multa a Red Bull.
Lo que queda fuera de toda duda es que cuando irrumpe el holandés volador, la competencia se queda sin argumentos. También Ferrari, cuyas opciones en el Mundial de Constructores menguan con el paso de las horas. El quinto puesto de Charles Leclerc y el séptimo de Carlos Sainz se antojan insuficientes frente a McLaren, que alzará su primer título desde 1998 si mañana suma 14 puntos más que la Scuderia.
"Es lo que esperábamos aquí"
Sobre un asfalto a 22ºC, con mejoras estructurales que bajaban 3,4 segundos el tiempo por vuelta respecto a 2023, a Sainz se le notó siempre incómodo en las vertiginosas curvas de Losail, tan poco propicias para su coche. "Es lo que esperábamos aquí, quedar a dos y tres décimas de la cabeza", admitió el madrileño, tras sufrir demasiado subviraje con el neumático blando. Para colmo de males, en la Q2 sus mecánicos le liberaron en el momento erróneo y sólo el frenazo de Carlos evitó la colisión con Lewis Hamilton en el pit-lane.
Aun con un punto más de inspiración, Leclerc tampoco pudo apuntarse a la caza mayor. Su tercer puesto en la Q2, a 31 centésimas de Verstappen, se desvanecería un cuarto de hora después. Desde el lado limpio de la parrilla, el monegasco deberá presionar a Norris y Oscar Piastri, asumiendo los riesgos propios de una situación límite.
Más alentadora se presenta la carrera para Fernando Alonso desde el octavo escalón de la parrilla. Durante la carrera al sprint ni siquiera podía seguir el rastro de Pierre Gasly, pero a una vuelta, el asturiano exprimió todo el potencial de su monoplaza. Con el neumático blando, tan difícil de desentrañar para McLaren, Aston Martin confirmó su paso adelante.
Alonso, el sábado, en el 'pit-lane' de Losail.AFP
El AMR24 se mostraba aún más competitivo que la víspera, que ya había supuesto una indiscutible mejora respecto a Austin, Brasil o México. Sin embargo, con el quinto mejor tiempo de la Q1, el equipo de Mike Krack empleó otro juego de nuevos con Alonso. No había riesgo de eliminación, así que esa decisión sólo podía explicarse como preparativo de cara a la segunda criba.
El bicampeón sólo había rodado 89 milésimas más lento que Russell y Lance Stroll también se mantenía fuera del alcance de Williams y Visa Cash App RB. Sin embargo, a la hora de la verdad, el canadiense pinchó en hueso, mientras Fernando, tras abortar su primer intento, deslumbró con una vuelta casi perfecta (1:21.20). En la Q3, tras una vuelta borrada por superar los límites de la pista, Fernando también pudo darse el gusto de desbancar a Kevin Magnussen y Sergio Pérez.
ANTONIO LOBATO
@alobatof1
Actualizado Lunes,
25
septiembre
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