Van a cumplirse dos años del advenimiento de Lamine Yamal y siguen buscándole. Los defensas y los otros. Los otros, los de siempre, los del odio, los del ruido, los mediocres, los que en vez de admirar lo nunca visto prefieren perseguir unicornios con escopetas. De fogueo en este caso. Porque por más que disparan no logran rozarle.
Aseguraron que la celebración del 304 en honor a Rocafonda, su barrio, le convertía poco menos que en un pandillero, como si la conciencia de clase fuera un delito. Interpretan como un insulto a España que en sus botas luzca las banderas de Marruecos y Guinea Ecuatorial, los países de sus padres, mientras el chaval nos regala una Eurocopa con la edad en que sus haters pedían la paga a mamá para comprarse unos castellanos. Aplauden las chorradas viejunas de Van der Vaart, uno de los futbolistas más frustrantes y disolutos de su generación, como si bailar, vestir o peinarse acorde a la edad que uno tiene fuera una señal de alarma y no un indicador de normalidad.
Y como el ídolo no muestra grietas se le busca el barro en pies ajenos. Los de Mounir Nasraoui. Lo curioso es que aquí se juntan el deseo de unos y el miedo de otros. "Sólo su padre puede salvarnos de otro Messi", escucho a madridistas, aterrorizados ante la amenaza de otros 15 años con el mejor vestido de azulgrana. "Sólo su padre puede estropearlo", musitan esos culés que viven temiendo que el cielo se derrumbe sobre sus cabezas. No sé, nadie sabe, qué dirá Nasraoui al oído de su hijo, pero tengo clarísimo que si fuera sueco, alto y rubio no estaríamos hablando de esto ni habrían convertido a un personaje secundario de la película en la clave de la trama.
En cualquier caso, esa supuesta mala influencia no se refleja por ningún lado. ¿Han escuchado hablar al chico? ¿Le han visto comportarse en el campo? ¿Atisban el menor indicio de que se le esté yendo la cabeza? ¿Les parece un chaval al que va a poder la presión y a corromper la fama? ¿Creen que puede un adolescente llevar de mejor manera una situación absolutamente extraordinaria y antinatural?
Seamos serios, todo lo que muestra el Lamine persona es el mejor escenario posible, no augura drama por ningún lado y firmo que mis hijos tengan a los 17 años la madurez que está demostrando él. Aunque como soy alto y (era) rubio, tampoco me echará nadie la culpa, si no...