Las jugadoras de España y Suecia se sabían en el centro de todas las miradas y no dudaron en aprovecharlo para lanzar un doble mensaje.
Al mundo, con un posado unidas tras una pancarta en la que se leía “#Se Acabó. Our fight is the global fight” (Nuestra lucha es una lucha global)”. A Jenni Hermoso el otro, posando con el puño cerrado, empoderadas, con un esparadrapo a modo de pulsera en la muñeca en la que cada una escribió ‘Se acabó’ junto a un 10, el dorsal que lució la vallecana en el Mundial.
Las internacionales respetaron todos los actos protocolarios a los que obligaba la UEFA, serias en los himnos, con intercambio de banderines, pero cuando tocó posar, las españolas, que ya había alzado la voz, mostraron sus muñecas acordándose de quien faltaba. Fue entonces cuando Alexia, que no ejerció de capitana pese a que en las alineaciones oficiales así aparecía, buscó la pancarta, la desplegó y las suecas se abrazaron.
El once inicial de la selección española de fútbol posa con una pulsera en la que se lee “Se Acabo”.J. C. CÁRDENASEFE
No sólo hubo gestos en el césped. La grada también respondió. Desde que España bajó del autobús a su llegada al Gamla Ullevi recibió el respeto de la afición sueca con aplausos y gritos de ánimo. En la zona de animación del estadio, sede de la selección femenina sueca y lleno para debut en la Nations League, se pudieron leer también dos pancartas. Una con el lema que para el fútbol equivale al #MeToo: “Se acabó’ y otra con un sentido ‘Con vosotras. Jenny y La Roja” y una bandera sueca.
Pese a que el balón volvió a tomar protagonismo, nadie se olvida de lo que las campeonas del mundo han vivido en este mes que debía haber sido de continua celebración.
Después de sus palabras, con los ojos llorosos, frente a los aficionados que corearon su nombe hasta el agotamiento, Rafael Nadal contempló el vídeo con el reconocimiento de las grandes figuras del deporte, mientras se sucedían las imágenes de los mejores momentos de su carrera, desde sus inicios. Las imágenes de aquel muchachito con la cinta en el pelo y los pantalones pirata. Los sucesivos triunfos en Roland Garros. La victoria ante Roger Federer en la final de Wimbledon de 2008. Los triunfos en la Copa Davis.
Ahí estaban Roger Federer, Novak Djokovic, Serena Williams, Andy Murray, Andrés Iniesta, Juan Martín del Potro, Raúl González, David Beckham, Iker Casillas... Todos ellos expresando su admiración y gratitud al gran protagonista de esta edición de la Davis, suceda lo que suceda hasta su conclusión.
La derrota de Carlos Alcaraz y Marcel Granollers en el partido de dobles certificó la despedida del tenis de Nadal. España quedó eliminada ante Países Bajos en los cuartos de final y el legendario jugador español fue homenajeado pasada la medianoche, en una despedida que todos los aficionados hubieran deseado más feliz. El tándem neerlandés formado por Botic van de Zandschulp y Wesley Koolhof se impuso por 7-6 (4) y 7-6 (3), haciendo inútil el triunfo de Alcaraz ante Tallon Griekspoor en el segundo individual.
Adiós a Nadal, derrotado ayer frente a Van de Zandschulp en un partido que le llegó demasiado tarde, que tal vez no hubiera debido disputar. El tropiezo en modo alguno le restó las formidables muestras de cariño de un pabellón rendido a los pies de uno de los más grandes de siempre, la admiración unánime de todo el mundo del deporte.
«La mejor educación es el ejemplo»
Son 22 títulos del Grand Slam, 14 de ellos en Roland Garros, un total de 92, cinco Copas Davis, dos oros olímpicos, 209 semanas como número 1 del mundo, cinco años cerrados en lo más alto del ránking... Una extensísima lista de galardones suscritos desde la ejemplaridad, con una forma genuina de ganar y de aceptar los sinsabores, con un formidable grado de resiliencia.
El destino no fue agradecido con Nadal. Pese a los severos problemas físicos de los últimos años, siempre quedaba la esperanza de verle resurgir una vez más.
«Te echarermos mucho de menos. La mejor educación es el ejemplo. Y tú lo has sido. Hay personas que sonrecordadas por sus logros en la vida, hay personas que son recordadas hasta el fin de sus días y hay personas que son recordadas eternamente. Tú eres una de ellas», le dijo a pie de pista David Ferrer, el hombre con el que compartió buena parte de su carrera, el entrenador que le dio su confianza hasta el último partido.
Nadal se despide del Martín Carpena.EFE
Lo primero tras la desafortunada noche del equipo español fue el parlamento de Nadal, que llegó tan sólo unos minutos depués de que concluyese el encuentro de dobles, de que Países Bajos enterrase las ilusiones del tenis español, que tenía argumentos para pensar en llegar más lejos en esta Copa Davis.
«Buenas noches a todos. Las gracias las tengo que dar yo a tanta gente que es difícil empezar», arrancó en respuesta al grito de coreaban los aficionados. «Empezaré por los que están hoy aquí. Gracias a todos vosotros. Sinceramente han sido 20 años de carrera en los que me habéis llevado siempre en volandas. He podido vivir con todos vosotros, con toda España y el mundo en general. Me he sentido un superafortunado por recibir tanto cariño, especialmente aquí en España. Quiero continuar felicitando al equipo de Holanda y quiero agradecer a todo el equipo español que está aquí poder vivir la ilusión de la Copa Davis. No ha salido como hubiera querido, pero he dado todo lo que tenía. Los últimos días de mi carrera los he vivido en equipo. Mil gracias a todos, de verdad.
«ser buena persona»
La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento. No estoy cansado de jugar al tenis, pero el cuerpo ya no quiere más. Hay que aceptar la situación. No es un día para personalizar, pues no quiero olvidarme de gente. Soy una persona que cree en la continuidad, en mantener a las personas que te quieren y que hacen que tu vida sea mejor. No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Aprecio muchísimo la manera en la que habéis contado al mundo una historia preciosa, que ha tenido algunos momentos malos, pero muchos inolvidables.
He intentado esforzarme cada día para ser mejor y cumplir objetivos, y hacerlo desde el respeto y tratando de hacer lo más importante en este mundo, que es ser buena persona. Me voy de este mundo del tenis profesional habiendo encontrado muchos amigos en el camino. Me voy con la tranquilidad de que de alguna manera he dejado un legado no sólo deportivo sino también personal». No se olvidó tampoco de recordar la trascendencia en su carrera de su tío Toni, que ya había anunciado su ausencia salvo que España llegara hasta el domingo.
La despedida pudo haber sido más hermosa, pero, al fin y al cabo, después de una carrera semejante, lo acontecido ayer en la pista sólo tiene un carácter tangencial. Queda Nadal, quedan su trayectoria y su ejemplo, queda un legado inmenso y queda el tenis en un profundo estado de orfandad.
El Valencia Basket levantó en Huelva la primera Copa de la Reina de su historia tras batir al Casademont Zaragoza, vencedor el pasado año, por 77-53, triunfo con dedicatoria especial para la internacional Raquel Carrera, lesionada de gravedad en el encuentro de cuartos, y también importante para Alba Torrens, que completa su extenso palmarés con el título que le faltaba en competiciones de clubes.
El conjunto valenciano dominó de principio a fin en el ambientado Palacio de Deportes Carolina Marín un duelo repetido por octava vez esta temporada la final disputada. Una intensa defensa y un efectivo ataque, con muchos recursos, marcó diferencias en todo momento ante un Casademont Zaragoza que no pudo hacer brillar su potencial. La mejor jugadora de la final fue Leticia Romero (19 puntos, 23 de valoración), seguida de Alina Iagupova (17).
El ya campeón arrancó la final muy acertado en el tiro exterior y con triples de Queralt Casas y Leticia Romero, junto a una férrea defensa, se colocó 10-2 y provocó el tiempo muerto de Casademont. En la reanudación amplió su ventaja y nuevo triple, de Fingall, puso el 17-5. Acabando el cuarto Gulbe de tres recortó algo las distancias (21-12).
En el segundo cuarto, no sin dificultad, Zaragoza fue encontrando la forma de atacar por dentro, con la referencia de Diallo y Fiebich, que consiguieron bajar de 10 puntos la desventaja (24-16). Pero Valencia seguía llevando la iniciativa, con menos errores que su rival, y con la aportación ofensiva de varias jugadoras, siendo la mejor Leti Romero, que llegó al descanso con 14 puntos (47-30).
En el tercer cuarto Valencia puso la directa y en tres minutos, con una defensa intensa y un efectivo ataque, elevó la diferencia por encima de los 20 puntos (51-30). Leti Romero en transición, Iagupova de tres y Fingall bajo el aro desesperaron al equipo maño, que pidió tiempo muerto (56-33).
Zaragoza se afanó en limar diferencias, pero le costaba cada canasta. Un triple de Gulbe acabando el cuarto logró estar momentáneamente por debajo de 20 (60-41). Pero en el cuarto final la maquinaria valenciana siguió siendo implacable. Iagupova y Fingall la llevaron a 27 puntos (68-41) y con la final más que resuelta ya sólo quedaba por dilucidar por qué marcador, que acabó 77-53 y con fiesta naranja en la grada.
Fútbol femeninoOpinión
ORFEO SUÁREZ
@OrfeoSuarez
Actualizado Martes,
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agosto
2023
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