El portero del PSG se proclamó ayer campeón de Liga y después se trasladó a la romería, donde se produjo la caída este domingo
El portero sevillano Sergio Rico, actualmente en la plantilla del París Saint Germain (PSG), se encuentra en “estado grave” ingresado en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, a donde ha sido trasladado este domingo tras caerse de un caballo en la aldea de El Rocío (Huelva) y sufrir un traumatismo craneoencefálico, informaron a EFE fuentes sanitarias.
El guardameta, de 29 años y formado en la cantera del Sevilla, en cuyo primer equipo estuvo desde la temporada 2014-15 a la 2018-19, estaba este sábado convocado con su equipo para el penúltimo partido de la liga francesa, que jugaba en Estrasburgo, donde empató a uno y se proclamó campeón del torneo.
Sergio Rico, tras ese partido, se trasladó a El Rocío, donde estos días se celebra su romería, y ha sido esta mañana cuando ha sufrido el percance que ha motivado su trasladado al hospital sevillano.
El meta, tras su etapa en el Sevilla, pasó por el Fulham inglés, lo contrató después el PSG, que la pasada temporada lo cedió al Real Mallorca para en ésta volver al equipo parisino, en el que es habitual suplente.
No se puede dejar de valorar el esfuerzo a Simeone por encontrar la ansiada estabilidad fuera de casa. La que, como ha manifestado en múltiples ocasiones, es su "responsabilidad". El técnico mueve el once y prueba cosas por las que, quizás, nunca hubiera apostado a principio de temporada. Y al final las cosas, salen. [Narración y Estadísticas, 1-2]
En este duelo ante el Villarreal, fue la dupla Riquelme- Lino como titulares el resultado del laboratorio del Cholo. Habitualmente recambio el uno del otro, este lunes juntos de inicio para desgracia del submarino amarillo. Los jóvenes se complementan mejor de lo que se presumía y así lo mostraron.
Si la primera fue de Lino tras un pase maravilloso de Griezmann respondida con maestría por Jorgensen, la segunda, de hecho desde el mismo córner que concedió el arquero sueco, fue del canterano. La puso Riquelme desde el ángulo para que Witsel, en el primer palo, se inventase un escorzo de cabeza que terminó en la escuadra de la portería amarilla. Golazo del belga, el segundo desde que es rojiblanco y, de nuevo, beso al cielo.
La dupla, esta vez aliada con Memphis, siguió haciendo de las suyas frente a una defensa, la amarilla, que no esperaba la movilidad del ataque rojiblanco. En esta ocasión, los tres combinaron en una gran jugada por el carril del 10 finalizada flojo y al centro por el nueve.
El Atlético había aprovechado el parón para respirar, para relajar, para recargar energía y para hacer borrón y cuenta nueva tras la dura derrota sufrida ante el Barça en su estadio, la primera de este curso como local. Se aprovechaban los colchoneros, además, de un once muy físico y con un Griezmann recuperado.
El francés parecía jugar con la capa de invisibilidad de Harry Potter... y quizás también con su varita. Cada toque del francés mejoraba las jugadas rojiblancas y, en ocasiones, dejaba solos a sus compañeros. Esa magia la había echado mucho de menos el Atlético en los últimos duelos en los que empató ante el Almería, ganó por la mínima al Betis y perdió ante el Cádiz. Quizás también la media parte ante el Barça, el tobillo seguía tierno.
El partido comenzó rojiblanco hasta que Giménez abofeteó a Mosquera en el área. Por menos se han pitado penaltis. La bofetada pareció dársela a sus compañeros que se acularon y empezaron a conceder metros al Villarreal y al 'Griezmann' amarillo. Gerard Moreno empezó a dirigir las operaciones del submarino y junto a él creció el equipo. Suya fue la más clara de la primera parte, tras una dejada de cabeza de Sorloth, pero se le fue arriba.
Manejaba el cuero el submarino, pero sin llegar a amenazar seriamente a Oblak. De hecho, quizás lo más peligroso fueron dos latigazos de Riquelme que se marcharon alto por muy poco. También una contra en la que le faltó picardía al madrileño y permitió a Mandi rebañar el balón con la punta de la bota cuando ya enfilaba el marco de Jorgensen.
No pareció este Villarreal de la primera parte el equipo que ha renacido de la mano de Marcelino y que encadenaba cuatro victorias seguidas y nueve encuentros sin perder. Retiró Simeone en el descanso a Riquelme por Savic y pareció dar la señal a los amarillos para que atacaran. En el primer minuto de la segunda mitad una entrada de Gerard Moreno por esa banda casi termina en un gol de chilena de Coquelin.
Llegaría el gol en el siguiente acercamiento amarillo tras una pérdida de Griezmann en campo propio. Combinación rápida entre Capoue, Gerard y Sorloth, y el noruego metió un latigazo casi sin poder armar la pierna desde el borde del área. El Atlético pagaba su cambio de actitud demasiado pronto.
Triple cambio del Cholo y aviso a navegantes, el empate no vale. Morata y Correa dieron otro aire a los colchoneros, pero cuando se frena el transatlántico, cuesta volver a meterle velocidad y el partido perdió algo de intensidad. Hubo acciones aisladas de Morata, Barrios, Parejo, pero ningún equipo terminaba de romper arriba.
Hasta que apareció Saúl para romper las tablas. El más inesperado, con celebración polémica al banquillo. Primer gol en la temporada. El que pone cuarto al Atlético antes del Dortmund. Casi nada.
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AMADEU GARCÍA
@amd_garcia
Barcelona
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