“Es muy bueno tener a un hombre como Alcaraz en el circuito”, dice el joven fenómeno danés, número 7 del ránking, en conversación con EL MUNDO a pocos días de su debut en el Mutua
“Hola, ¿cómo está?”, saluda en castellano con una sonrisa. Sorprende de entrada la afabilidad del joven tenista danés, que se ha ganado a pulso la reputación de ser uno de los chicos malos del circuito. Pronto aclara, sin perder su amabilidad, que sólo conoce algunas palabras. “Estudié algo de español en el colegio y luego estuve un verano en Málaga, donde pude practicar. Siempre me agrada venir a España. Me gusta”.
Holger Rune atiende a EL MUNDO en la Caja Mágica, pocos antes de debutar este viernes en el Mutua Madrid Open. Viene de ganar en Múnich el cuarto título de su carrera, después de salvar cuatro pelotas de partido en la final contra Botic van de Zandschulp. El desenlace habla de cómo puede cambiar el destino en este juego en tan sólo una semana: en la anterior, Rune dejó escapar una ventaja de 5-1 ante Andrey Rublev en la final del Masters 1000 de Montecarlo.
“Es tenis. Todo puede suceder si sigues creyendo. Pensé en lo sucedido en Montecarlo durante la final de Múnich, recordé que casi tenía ganado el partido y perdí ante un gran jugador como Rublev tras tener muchas oportunidades. En Múnich estuve muy cerca de perder pero supe encontrar la manera de salir adelante”.
Rune, que este sábado cumple 20 años, ya cuenta con un Masters 1000, el que ganó el pasado otoño imponiéndose en la final de Paris-Bercy a Novak Djokovic, y es el número siete del mundo. Cuartofinalista en la última edición de Roland Garros, cuenta con dos títulos sobre arcilla (ambos en Múnich) y otros tantos bajo techo (Estocolmo y el mencionado en la capital francesa). “Me gusta jugar en todas las superficies. Puedo adaptarme a todas ellas. Ahora mismo me gusta la tierra, porque es lo que toca. Pero también me gusta jugar en pista cubierta, sobre hierba. Me gusta todo”.
Es un acreditado integrante de la vanguardia que viene, de la que ya está, con Carlos Alcaraz a la cabeza y hombres como Jannik Sinner y Felix Auger-Aliassime. “Todos jugamos de manera muy agresiva. Si tenemos la oportunidad de golpear duro, lo hacemos y aprovechamos para finalizar el punto. No somos el tipo de jugador que espera a que falle el oponente”.
Sólo se ha cruzado en dos ocasiones con Alcaraz, con victoria para el español en las Next Gen ATP Finals de 2021 y retirada de éste por lesión cuando perdía por 6-3 y 6-6 en los cuartos de final de Paris Bercy, en el camino de nuestro interlocutor hacia el título. “Es fascinante. Lo que está haciendo es realmente increíble, tanto el pasado año como éste, en el que se encuentra en el techo del mundo. Es bueno saber que lo está haciendo tan bien. Coincidimos en la categoría júnior y creo que es muy bueno tener a un hombre como él en el circuito”.
Incidentes
Pese a su aún breve carrera, Rune cuenta ya con unos cuantos incidentes en distintos partidos. Ha tenido dos enfrentamientos dialécticos en sendos encuentros con Stan Wawrinka, quien llegó a aconsejarle que no se comportase “como un bebé sobre la pista”. También chocó con Casper Ruud en los cuartos de Roland Garros, después de reclamar la revisión de varias bolas durante el partido y de comentar que el noruego, modelo de juego limpio, le había provocado en el vestuario tras el partido.
“Sólo me gusta jugar al tenis, tío. Me preocupo por el tenis. Y eso es todo”, espeta en el único momento tenso de la entrevista, ante la pregunta de en qué medida su carácter puede perjudicar el crecmiento profesional. “Trabajo en todos los frentes, en lo técnico, lo físico, en la mentalidad, como todo el mundo”.
Aquejado por calambres en la final de Montecarlo ante Rublev, en una dura batalla de dos horas y 34 minutos, el ex número 1 júnior, nacido en la localidad de Gentoffe, se encuentra bien para disputar su primer partido en el Mutua Madrid Open. “Todavía no estoy perfecto, porque tuve una torcedura de tobillo el otro día, pero estaré listo para el debut”.
Todo ha sucedido muy deprisa para él. En tan sólo un año se ha convertido en una auténtico fenómeno de este juego, una figura que no deja indiferente a nadie y levanta pasiones en un país de escasa tradición tenística, como es Dinamarca. “Nunca fue un deporte demasiado popular en mi país. Es magnífico que ahora haya mayor interés. Yo soy el mismo que era hace un año, dedicado a un trabajo duro cada día para intentar ser mejor jugador. Soy consciente de que las cosas han cambiado, pero los daneses son muy educados, te muestran su admiración, pues la última gran tenista que hubo en mi país fue Caroline Wozniacki, pero te respetan”.
Sólo ha tenido la oportunidad de jugar con uno de los integrantes del Big Three, con el referido triunfo ante Djokovic nada menos que en la final de un Masters 1000, pero conoce de sobra el juego de Rafael Nadal y Roger Federer. “Roger, Rafa y Novak han conseguido cosas que nadie más había logrado. Roger ya se ha retirado, pero tanto Nadal como Djokovic juegan aún de manera increíble. Los tres son dignos de admiración. Me gustaba cómo jugaba Roger, me gusta cómo Rafa lucha y me gustan las devoluciones y la mentalidad de Novak”.
Como suele sucedérseles a los jóvenes de su generación, Rune puede encontrar en las redes sociales una fuente de problemas. En ocasiones se le ha visto hiperactivo a la hora de responder a aquellos aficionados anónimos que censuraban su comportamiento en la cancha. “Trato de mantener la atención en la pista tanto como puedo, pero no puedes mantenerte al margen de las redes sociales porque en ellas suceden muchas cosas, incluso relacionadas con los torneos y asuntos de promoción”, zanja el asunto.
