La Guardia Civil ha presentado ante el juez su informe definitivo sobre el 'caso Negreira, al que ha tenido acceso EL MUNDO, en el que concluye que el Barça pagó durante casi dos décadas al número dos de los árbitros 7,5 millones de euros por asesorías arbitrales que no han sido halladas y aporta una importante novedad: la mujer del ex dirigente arbitral ingresó en sus cuentas 3 millones de euros durante el periodo en el que su pareja ocupaba el puesto de vicepresidente del Comité Técnico Arbitral.
El Instituto Armado subraya que Ana Paula Rufas ha llegado a ingresar en cuentas y depósitos bancarios entre 1992 y 2023 la referida cantidad, cuyo origen "está en proceso de estudio en aras de determinar el origen de esos fondos, los cuales, a priori, aparentemente son injustificados por las rentas y rendimientos del trabajo y del capital mobiliario".
Entre las últimas pesquisas practicadas por la Guardia Civil destaca el interrogatorio a Ernesto Valverde, ex entrenador del Barça, que explicó a los investigadores que tuvo conocimiento de que el hijo de Negreira, Javier Enríquez, presentaba informes al club (a diferencia de su padre, que cobró sin soporte documental alguno), pero que no recuerda que "se le ofrecieran o los pusieran a su disposición". Asimismo, indicó que, en cualquier caso, "como profesional conoce a los árbitros y ese tipo de informes no los necesita para preparar los partidos".
Asimismo, la Guardia Civil ha procedido a la toma de declaración a ex directivos y empleados del club que han coincidido en que nunca saltaron los controles internos. Así lo testificó Pancho Schröder, ex responsable Financiero del club, cuya testifical fue revelada por este periódico, y que detalló que el motivo radica en que la contratación de Negreira era muy antigua, anterior a la creación del Departamento de Compliance del club, y que la entidad se había limitado a renovar sus pagos.
También abordan de nuevo los investigadores la influencia de Negreira en el colectivo arbitral, que consideran más que acreditada, pese a ser negada por los responsables de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en reiteradas ocasiones. "Ejercía funciones relevantes en el seno del Comité Técnico Arbitral (CTA), como las de comunicar a los árbitros los ascensos y descensos, revisar las puntuaciones de las clasificaciones, acudía a las concentraciones periódicas, perteneció a la Comisión de Disciplina y Méritos, así como a la de Coordinación Internacional". Añade que Negreira "solía acudir a la sede del CTA varias veces al año para diferentes cometidos" y que saqueó también las arcas del comité arbitral y de federaciones como la catalana mediante supuestas ventas de material de oficina o asesorías sin acreditación documental alguna. Todo ello gracias a que "era una persona de relevancia en el mundo del arbitraje" y tenía la consideración de figura "influyente no sólo a nivel regional sino que ejercía su influencia a nivel nacional".
"Lo veían como un jefe que imponía respeto"
"Recaía en Negreira la participación directa como comunicador a los árbitros, no sólo de las clasificaciones provisionales, comunicadas en las reuniones físico-técnicas de mitad de temporada, sino la comunicación telefónica a los árbitros de los ascensos cosechados, tanto a la Primera como a la Segunda División", abunda la Guardia Civil. "Participaba activamente en todas las reuniones del CTA, permanecía en ellas durante todas las sesiones y se integraba en el 'staff' del Comité. Por lo tanto, su figura no pasaba desapercibida ni era un mero cargo estatutario, sino que se relacionaba con el colectivo arbitral en las numerosas convocatorias oficiales". "Tal y como lo ha catalogado algún testigo, lo veían como un jefe e imponía respeto". Además, a juicio de la Guardia Civil, "era una persona afín al presidente del CTA, con el que mantenía una relación muy estrecha y contaba con la total confianza de aquél".
Prosigue el informe de la Policía Judicial que "la influencia del vicepresidente en el seno del CTA se vería reflejada también en la figura de su hijo Javier Enríquez Romero, el cual pasó a integrarse en el 'staff' del CTA y, tal y como han manifestado algunos testigos, 'todos sabían que era el hijo de Negreira y que estaba enchufado'". "Javier Enríquez continuó durante varios años adscrito al CTA, circunstancia que aprovechó para incrementar su cartera de clientes con miembros del colectivo arbitral para, después, en el ámbito privado, proporcionar los servicios de 'coach' deportivo".
Continúa siendo una incógnita, eso sí, el destino final del dinero que Negreira padre cobraba del Barça y sacaba en efectivo de los bancos mediante colaboradores de su confianza. Así, "queda acreditado que José Martínez Alfonso, amigo personal del señor Negreira, cobraba cheques de importe no superior a 3.000 euros por encargo de aquél, a quien entregaba el importe íntegro y, en alguna ocasión, se lo entregaba a Conchi, secretaria de Negreira". No obstante, la Guardia Civil sigue siendo incapaz de averiguar si con esos fondos en efectivo el ex dirigente arbitral realizó pagos a terceros, como sospecha la Agencia Tributaria tras analizar estas operaciones.