Las apacibles vistas de la bahía de Alcudia contrastan con la tensión que se respira estos días en el Alcanada Golf Club, un imponente balcón verde sobre el Mediterráneo. Este enclave único cautivó hace años a Hans Peter Porsche, una de las figuras más influyentes de la mítica marca automovilística y actual propietario del campo. El nieto del fundador de Porsche celebra esta semana su 85 cumpleaños rodeado de los protagonistas del Hotel Planner Tour, la segunda división del golf europeo, considerado el circuito más exigente del mundo. Mallorca acoge la gran final de la temporada: solo 45 jugadores luchan por 20 plazas que dan acceso al DP World Tour 2026, la élite continental.
“Tenemos la suerte de que la propiedad ha estado muy involucrada desde que se construyó este campo. La exigencia por la calidad y el servicio es enorme. Llevamos 22 ediciones del torneo y seguimos peleando cada día por mejorar”, explica Kristoff Both, director del club, que supervisa hasta el último detalle de un recorrido preparado con mimo para la ocasión.
El faro de Alcanada, emblema del club, vigila a los 45 clasificados, entre ellos cinco españoles. Tres de ellos —Sebastián García, Rocco Repetto y Quim Vidal— llegan con los deberes hechos y la tarjeta prácticamente asegurada. Adri Arnaus y Víctor Pastor, en cambio, necesitan una gran actuación para lograr el ascenso. Nunca antes más de tres españoles habían conseguido la promoción, por lo que se intuye otro posible hito para el golf nacional.
Tras 29 torneos en 19 países —desde Sudáfrica hasta China o India—, el HotelPlanner Tour se confirma como una prueba de resistencia extrema. El malagueño Víctor Pastor logró entrar en la final en el último momento, tras un sexto puesto en China. Su posición 45 en el ranking le ha reportado unos 66.000 euros en ganancias, una cifra que, descontando gastos de viajes, entrenador y caddie, apenas deja beneficios. Para asegurar su salto al DP World Tour necesita, como mínimo, un cuarto puesto esta semana.
“Estoy jugando bien, le pego sólido a la bola. No voy a agobiarme, solo quiero jugar lo mejor posible. Tendré que ser un poco más agresivo”, reconoce el malagueño.
Pastor, que afronta su cuarta temporada en el circuito, subraya el nivel creciente de la competición: “En los dos últimos años ha habido una subida de nivel enorme. Solo pasar el corte ya es un logro. El ganador de la final del año pasado está ahora en el top 5 del DP World Tour. Además, tienes que jugar muchas semanas seguidas para no perder torneos”.
A la dificultad deportiva se suma la escasa repercusión del ranking mundial en el circuito. El líder actual, el sudafricano JC Ritchie, apenas ocupa el puesto 160 del mundo, mientras que su homólogo en el circuito satélite del PGA Tour ronda el top 50.
Adri Arnaus sabe bien lo que está en juego. Hace tres años estaba entre los 50 mejores del mundo, ganó en Europa y jugó grandes, pero un bajón de rendimiento lo hundió más allá del puesto 600. Ahora pelea por regresar a la cima. “No hay misterio: hay que jugar muy bien aquí para poder ascender”, dice con la vista puesta en un top 6 que le devolvería a la primera división.
El ascenso de Repetto
La revelación del año es Rocco Repetto. “Llevo toda mi vida aquí y me siento más español que nadie”, afirma con acento andaluz pese a su nombre. Nacido en Málaga, de padre italiano y madre irlandesa, Repetto ha protagonizado una ascensión meteórica: ganó en el Alps Tour (tercera división) y, pocas semanas después, en el HotelPlanner Tour. Formado en la escuela de Miguel Ángel Jiménez, ha subido dos categorías en una sola temporada.
“El trabajo ya está hecho; ahora toca disfrutar. Bajo presión suelo rendir bien: me enfoco en lo que puedo ganar, no en lo que puedo perder”, asegura con una sonrisa.
Algo similar vive Quim Vidal, ganador a principios de temporada. “Ha sido un año cómodo, llego tranquilo, a rascar lo que pueda. Tendría que pasar una catástrofe para perder la tarjeta”, confiesa. Ya piensa en su debut en el DP World Tour: “Seré un novato más; al principio me las voy a comer todas…”.
Entre las muchas historias que se cruzan esta semana, la de Sebas García es quizá la más conmovedora. Hace apenas dos semanas ganó en China, asegurándose la tarjeta para 2026. “La última vez que estuve aquí llegué con el agua al cuello. Este año me centro más en el proceso, y voy a seguir haciéndolo”, afirma.
Sebas creció en una familia humilde y trabajó en una fábrica de tornillos para costear sus primeros torneos. Después perdió la tarjeta, sufrió una lesión de muñeca que casi lo retiró, y afrontó las pérdidas de sus padres en un corto periodo. Su resurgir es una historia de resiliencia, esfuerzo y fe en sí mismo. “Sigo siendo el mismo fuera del campo, pero dentro lo veo todo distinto. Ahora solo quiero centrarme en el proceso”, dice el madrileño, mientras afina su swing en la sesión de prácticas.
Desde hoy y hasta el domingo, estas y otras 44 historias se entrelazarán bajo la belleza del Club de Golf Alcanada, en la semana más intensa, dramática y emocionante del golf europeo.







