La eliminación de la Champions sigue escociendo en un Atlético de Madrid que el pasado sábado pudo desertar de la pelea por la Liga. Ahora afrontan la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el peor de los rivales posibles para Diego Simeone. Podría ser la última gran ocasión para luchar por un título esta temporada, pero el entrenador quita presión a los suyos. “Mañana no es una final, es una semifinal que nos puede dar acceso a una final”, puntualizó.
El técnico no quiso volver a entrar en la polémica jugada de la eliminación europea y esquivó las preguntas a su manera habitual: “Barcelona”. No obstante, sí se refirió a la decepción que le supuso a él ese momento y que compartió en ruedas de prensa anteriores. “Hablé de mis sentimientos no de los demás”, ha apuntado el entrenador y luego ha recordado que “el equipo está haciendo una temporada muy buena” para asegurar que la filosofía del Atlético debe de ser siempre el “partido a partido”.
En el Atlético de Madrid se rehúye la palabra fracaso, “eso es cuando no lo intentas”, ha explicado el Cholo y repitió los méritos del equipo durante este curso que pueden terminar en Copa el próximo miércoles en el Metropolitano ante un equipo al que no pretende presentarle novedades. “No habrá muchos cambios en la cabeza de su entrenador ni en la nuestra”, ha mantenido.
Uno de ellos está en la portería. Para el duelo de mañana, el argentino confirmó a su compatriota Musso bajo palos pese a que es consciente de la fortaleza ofensiva del FC Barcelona que muestra “la misma intensidad todo el partido”. “Intentaremos atravesar nosotros por mejores momentos para desviarles de su potencial”, ha apuntado.
Hay que recordar que los rojiblancos, en los dos últimos choques, han recibido cuatro goles por parte del FC Barcelona, dos de ellos de RobertLewandowski. El delantero polaco está viviendo una segunda juventud y eso lo aprecia el técnico colchonero. “Hay que felicitarlo. Está haciendo unos números increibles. Admiro la perseverancia, el trabajo y el seguir luchando”, ha valorado de la gran amenaza blaugrana.
La que debería ser una de las amenazas por la parte rojiblanca es Antoine Griezmann, del que Simeone admite que no está en su momento más alto. “Hay jugadores que cuando acostumbran a mostrar tanta jerarquia, talento y gol, luego queremos que aparezca siempre y espero que lo haga mañana”, ha demandado el Cholo sobre su gran estrella.
"Aquí manda usted", le dijo en una ocasión Luis Aragonés a Xavi Hernández. Tras esas palabras, llegó la mejor selección española de la Historia, la única que ha logrado de manera consecutiva Eurocopa, Mundial, Eurocopa. El Sabio de Hortaleza sabía que en el pequeño mediocentro de Terrassa estaba la clave del juego del equipo y así se lo hizo saber. El fútbol, a día de hoy, debe mucho a una posición desde la que hay un especial conocimiento del juego.
"Yo a mis mediocentros, sólo tenía que mirarlos y ya me colocaban al equipo". Es Juan Antonio Anquela, 'Anquelotti', el entrenador de aquel maravilloso Alcorcón que sorprendió al Real Madrid en una Copa del Rey con un juego vistoso el que alaba esa posición y lanza la tesis del razonamiento: "Normalmente, son la conexión con el entrenador".
Carlo Ancelotti, Pep Guardiola, Xabi Alonso, Arteta, Simeone o el citado Xavi, entre otros muchos, fueron "conexiones con el entrenador" en sus carreras como jugadores. Ahora, ocupan los principales banquillos de Europa, unos con más éxito que otros. Estamos en la época de los entrenadores mediocentros.
Ancelotti en el encuentro ante el Leipzig.EFE
"Quizás la posición sí te permite entender mejor las fases del juego", comienza el gran organizador y hoy entrenador, Rubén de la Red. El que fuera futbolista del Real Madrid, Getafe y de la Selección Española tuvo que dejar el fútbol muy pronto. Tenía 25 años cuando anunció su retirada por problemas de salud, era 2010 y desde ese momento ya se puso con los carnets de entrenador. Probó un poco de comentarista de televisión, pero en seguida se dio cuenta que lo suyo eran los banquillos.
"Estar en el medio te obliga a entender mejor la situación de cada uno de tus compañeros, ahí sí creo que tenemos un plus a la hora de ser entrenadores", apunta De la Red, aunque no cree que el hecho de haber sido mediocentro te convierta en un buen entrenador per se sino que hace falta mucho "trabajo y capacidad de adaptarte a nuevas situaciones".
Esas características son las que ensalzan en la Escuela de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol de la que Pep Sansó fue director. "Ser capaz de entender el juego es un punto diferencial", destaca Sansó porque es lo que te permitirá posteriormente "crear tu propia idea de juego". Los mediocentros no juegan solo por intuición sino que añaden conocimiento de juego y eso, "sin ser un requisito imprescindible, ayuda mucho a ser luego entrenador", aprecia el formador.
Simeone observa el partido ante el Sevilla.EFE
Por la escuela en el tiempo en que Sansó era director han pasado los Raúl, Xavi o Xabi Alonso, entre otros muchos. "Alumnos especiales", les califica el formador por las vivencias que han tenido en su carrera, pero les divide en dos tipos: los que llegan con una idea fija como Xavi o Guardiola y los que se adaptan al equipo o a la idiosincrasia del club en el que recalan. "Xabi Alonso ha bebido de muchísimas fuentes y esa influencia se nota en su potencial como entrenador", destaca Sansó. El donostiarra ha pasado por las manos de Mourinho, Benítez, Guardiola o Ancelotti. Casi nada a la hora de ampliar su riqueza táctica en los banquillos.
Porque eso, el estilo o la idea, es lo que define a los técnicos más allá de lo que hayan sido en sus carreras como futbolistas. No obstante, como dice el refranero español, la cabra tira al monte, así que muchos entrenadores tienen un modo de juego, normalmente, parecido al que desarrollaron en el campo. "Mira al Cholo o Xavi. Es un rasgo que aportas al equipo. Inconscientemente tiras hacia lo que más te llena y son tus condiciones como futbolista", cuenta De La Red.
Xavi en el duelo ante Granada.AP
Otra de las cosas que beneficia a los mediocentros a la hora de convertirse en entrenadores es su capacidad de "hablar, mandar y corregir", como destacaba De La Red de su época de jugador. Esa personalidad ayuda a llevar plantillas, que no es una parte pequeña del trabajo de técnico. "Lo más difícil de un entrenador es manejar el vestuario y que los futbolistas crean en lo que les dices", expresa Anquela.
No se puede decir, precisamente, que José Mourinho sea un mal entrenador. Sin embargo, el mensaje dejó de calar en el vestuario de la Roma. Llegó Daniele De Rossi y el equipo romanista obtuvo 4 victorias en sus primeros cinco partidos. La derrota se la infligió el Inter de Milan, líder destacado de la Serie A italiana. "Soy hijo futbolístico de Spalleti, él dice: 'si juegas bien y pierdes, significa que algo has hecho mal", valoró el que fuera mediocentro y capitán del equipo de la capital italiana.
Mayoría en LaLiga
Xavi, Xabi Alonso, Guardiola, Arteta, Ancelotti, Simeone, cada uno en su estilo, pero todos observando el campo desde los 360º, como le gusta decir a De la Red. Otro jugador que militó en esa posición acaba de ocupar un puesto de entrenador en LaLiga EA Sports. Íñigo Pérez, ex mediocentro de Athletic Club y Numancia entre otros clubes, es el sustituto de Francisco en el banquillo del Rayo Vallecano.
Los mediocentros están de moda en los banquillos. Nueve entrenadores de LaLiga EA Sports han desempeñado su carrera de jugadores en esa posición. Hay una anécdota que cuenta Sansó en unas jornadas de evaluación a los nuevos técnicos en 2018, en las que Luis Enrique bromeó diciendo que no se podían hacer más cursos de entrenadores porque allí había 800 aspirantes a sólo 40 banquillos profesionales.
Afortunadamente, como dice el ex director de la escuela, "el entrenador español es muy valorado en todo el mundo" porque entiende muy bien el juego, lo que le abre la puerta a otros lugares del globo. Si además ha sido mediocentro, en los tiempos que corren, parece que las posibilidades se multiplican.
Del Menino de Oro, al menino de hojalata. De ser el jugador por el que pugnó media Europa hace tan solo un lustro, a una rémora que apenas juega los minutos de la basura. La carrera futbolística de Joao Félix ha sido una continua explosión de fuegos artificiales, espectacular al inicio y de disolución igual de rápida como su erupción. Atlético de Madrid, FC Barcelona y Chelsea, por dos veces, lo han intentado, pero el futbolista no ha terminado de romper a estrella. Tampoco en Portugal, donde sus apariciones han pasado de habituales a testimoniales con los dos técnicos, Fernando Santos y Roberto Martínez, con los que ha coincidido.
¿Quién le iba a decir al Atlético de Madrid cuando invirtió 127,2 millones de euros por el portugués en 2019, que lo vendería por menos de la mitad tan solo cinco años después? Los 45 millones de libras (52 de euros) por los que lo ha adquirido el Chelsea han sentado bien en las arcas rojiblancas después de que en este lustro no haya conseguido justificar su fichaje en ninguno de los equipos en los que ha militado.
Tras confirmarse su fichaje por el equipo londinense, el portugués aseguró que era el "sitio perfecto para brillar" y añadió: "Es una oportunidad para mí de encontrar un hogar". Quizás haya encontrado un hogar, pero no un lugar para brillar. No al menos con Enzo Maresca, que apenas cuenta con él en la escuadra blue y no será porque no le advirtió lo que quería antes de su llegada. Según el italiano, les comentó tanto a él como a Sancho: "La razón por la que estoy hablando contigo es que realmente me gustas. Si vienes aquí de la manera que queremos, estamos felices. Pero si vienes aquí y no trabajas duro, es mejor que no vengas", reveló.
Esperando a la Conference League
El luso ha jugado 117 minutos de 630 posibles en Premier League. En los tres últimos partidos, apenas disputó nueve minutos ante el Nottingham Forest mientras que no salió del banquillo ni en la victoria ante el Brighton ni en la derrota ante el Liverpool. El técnico italiano confía ciegamente en el tridente Jackson, Sancho, Madueke con las alternativas de Neto y Nkunku.
Jadon Sancho sí ha tomado con determinación la recomendación de su técnico, pero no parece que Joao Félix lo haya logrado. Sus únicos partidos como titular han sido en la Carabao Cup ante el modesto Barrow de la League Two (cuarta categoría en Inglaterra) en el que sí rindió a alto nivel y en la Conference ante el Gante. Hoy quizás tenga una nueva oportunidad ante el Panathinaikos en Grecia.
De momento, Félix lleva un gol y una asistencia, pero es el delantero con peor rating ofensivo del ataque blue. Es el cuarto en tiros a puerta, el decimoquinto en pases clave y el octavo en regates por partido de la escuadra de Maresca.
Joao Félix controla un balón en el partido ante el Gante.Marc AtkinsGetty
El jugador que lidera casi todas esas estadísticas es Cole Palmer. Palmer llegó hace tan solo un año del Manchester City, pero enseguida se ganó a la afición con su liderazgo y su capacidad ofensiva. El joven mediapunta inglés lleva seis goles y cinco asistencias, lo que le convierte en la pieza angular del proyecto de Todd Boehly. El estadounidense ha gastado 1.330 millones de euros en casi 90 futbolistas (40 en propiedad) en tres temporadas. Félix fue la última adquisición del magnate americano y quizás no consiga rentabilizar su inversión como sí hará con Palmer, que costó sólo 40 millones más 2,5 en variables.
En la selección, el camino del luso ha sido similar. Su talento le pone en el once inicial, pero su trabajo le termina sacando de él. Roberto Martínez confió en él a su llegada al combinado luso dándole la titularidad en seis de sus primeros 10 partidos. Sin embargo, en cinco de los últimos nueve no ha disputado ni un solo minuto. De nuevo, la efervescencia mal entendida.