El 2 de junio del año pasado, con medio Leganés de fiesta en Butarque tras conseguir el equipo el ascenso a Primera tras vencer al Elche, Allan Romeo Nyom (Neuilly-sur-Seine, 1988) cogió el micrófono y, eufórico, dijo: “Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos”. Frase mítica del futbolista filósofo. Un mes después, a sus 36 años, Nyom estaba en el paro. “Es fútbol. Creo que más que por nivel me juzgaron por la edad, porque el año anterior había jugado muchos partidos y creo que había competido bien”, explica a EL MUNDO el futbolista. De la euforia a la tristeza, o no.
El jugador, fruto de su edad o de su madurez, aceptó esa situación sin rencores, en paz por su compromiso con el deporte que se lo había dado todo. “Yo estaba preparado para dejarlo, así es el fútbol”, apunta el futbolista y añade con sorna: “no puedes obligar a la gente a ficharte”. Así que empezó a preparar su vida de después del deporte profesional porque “cuando se está jugando no te das cuenta que se puede terminar” y también a disfrutar más de su familia. De hecho, su mujer e hijos habían sufrido la carrera de un futbolista bastante nómada: siete clubes y tres países en 16 años.
Durante cuatro meses, el gusto por el gimnasio y estar en forma le mantuvo activo y físicamente bien para lo que pudiera venir. Mientras, compatibilizaba sus entrenamientos personales con el título de entrenador. “No salió nada que me gustase. Entonces, para ir a un sitio y no ser feliz, mejor estar en casa”, revela el jugador. Así, entre pesas y apuntes de tácticas, casi dos meses después del inicio de la temporada, llegó la llamada.
El jugador en un momento de la entrevista.MUNDO
“Me llamó Javi, del cuerpo técnico, tuvimos una conversación y me dijo que había una posibilidad, pero yo no me lo creía, pensé: ‘No me quiere un equipo de segunda división, me va a querer uno de Primera”, revela Nyom. Pero en unos días, Allan Romeo Nyom volvía bajo el ala de su general: soldado de Bordalás. “Para mí esta prórroga fue un regalo”, apunta el jugador.
Desde entonces, el polivalente futbolista de origen camerunés ha jugado 642 minutos en 12 partidos de liga, más de 53 por encuentro. “Disfruto cada entrenamiento, cada partido, cada momento en el vestuario, cada charla del míster, de cada detalle que te das más cuenta cuando lo pierdes”, explica y desvela que, si puede, dejará el fútbol antes de “arrastrarse por el campo”.
Pero Nyom no es precisamente de los que se arrastra, su juego físico, duro es de los que gusta en el Coliseum y temen los rivales. “Cuando era más joven no medía y entrenaba como jugaba”, cuenta con la media sonrisa de alguien que ha dejado muchos recados entre sus propios compañeros. “Mi estilo es más de Bordalás que de Guardiola“, completa su filosofía de juego.
- Eres el más duro del Getafe?
- (risas) No, Djené es muy duro, Omar, Diego Rico, Arambarri también… aquí casi todos son muy duros
Son sonados los roces que ha tenido con Koeman o Ansu Fati y él sabe y aprecia ese otro fútbol que muchos critican, no el antirreglamentario, sino el que emplea los límites del deporte. De hecho, ellos lo sufrieron en Butarque en su último encuentro, pero Nyom tiene claro que “lo que pasa en el campo, queda en el campo” y que el objetivo de todos los equipos es ganar, aunque a ellos ya les cansa esa etiqueta perenne de equipo marrullero.
El futbolista sujeta una lámpara.MUNDO
Nyom o los que elija Bordalás para enfrentar al Atlético esta tarde deberán emplear todo lo que tengan para intentar cambiar la suerte ante el conjunto rojiblanco. No le han ganado desde la llegada de Simeone: 14 años y 27 partidos sin una victoria azulona. “Es un equipo de Champions, hecho para estar arriba, pero al final es un partido”, apunta el azulón y ya espera con ansia el duelo de dos entrenadores con mentes privilegiadas.
Derrota o victoria el domingo, Nyom ya ha ganado sólo con volver a calzarse las botas en un vestuario. El jugador getafense está en paz consigo porque sabe que él se ha vaciado y se vacía en el fútbol. Cuenta que la pandemia le “hizo un clic” en su cabeza para “vivir más la vida”. “Te das cuenta que la vida es súper corta, que hoy estás y mañana no, entonces hay que disfrutar, ver las cosas positivas, incluso en los momentos malos”, apostilla el jugador.