El pique eterno Vinicius-Maffeo y la irrupción de Asencio: “¡Tira para allá, que eres muy malo!”

El pique eterno Vinicius-Maffeo y la irrupción de Asencio: "¡Tira para allá, que eres muy malo!"

Hasta ayer, el Mallorca era uno de los seis equipos de LaLiga ante los que Jude Bellingham aún no había marcado. Ni en las dos victorias de la temporada pasada, resueltas por la mínima, ni en el empate de comienzos de curso, donde el equipo de Jagoba Arrasate empezó a evidenciar su buena condición. Un equipo con el indudable legado de Javier Aguirre, pero con mayor presencia en campo contrario. La firmeza y el buen pie del Mallorca supusieron ayer toda una piedra de toque para el Real Madrid. Hasta que apareció Bellingham con su noveno gol en los 12 últimos partidos.

Ningún otro centrocampista de las cinco grandes ligas puede presumir de una cifra similar. De hecho, durante los dos últimos meses sólo Mo Salah (Liverpool), Alexander Isak (Newcastle) y Patrick Schick (Bayer Leverkusen) marcaron más (12, 11 y 10, respectivamente). Tras no ver portería en sus 12 primeros partidos, Bellingham vuelve a resultar diferencial. Tanto en el área como en labores oscuras. Ayer se impuso en ocho de sus 14 duelos -una cifra sólo superada por Pablo Maffeo (13 de 18)- y fue frenado cuatro veces en falta.

La semifinal de Bellingham ni siquiera iba a torcerse durante el tramo final, cuando acusó una sobrecarga en la pierna derecha. Aún con mínima ventaja en el marcador, Carlo Ancelotti iba a resistirse al cambio. Unos minutos más tarde, cuando Rodrygo pudo cantar el 3-0 como festejo por su 24º cumpleaños, Bellingham volvió a convertirse en protagonista. Suyo fue el pique con Maffeo que enrareció el ambiente.

Simular una agresión

«¡Tira para allá, que eres muy malo!», gritaba Raúl Asencio al lateral barcelonés, que se había encarado con Bellingham. «¡Vete a difundir a vídeos, subnormal!», replicaba Maffeo, en referencia a la presunta implicación del canterano en la difusión de un vídeo de carácter sexual. Antonio Rüdiger, otro de fuerte carácter, se encaraba con Samu Costa, mientras en la banda, los suplentes de Ancelotti intentaban contener a un desbocado Vinicius.

Desde la instauración del nuevo formato en 2020, el brasileño había dominado la Supercopa, liderando los capítulos de regates (15 de 49), faltas provocadas (23) y más remates tras conducción (seis, dos de ellos en forma de goles). Sin embargo, esta vez le faltó finura ante Maffeo, que en la primera parte quiso simular una agresión del 7. Un pique permanente durante los 88 minutos disputados por el brasileño, con intercambio continuo de gestos y reproches.

Camino de los vestuarios, Ancelotti se llevó de la mano a Maffeo, que parecía enumerarle todas las lindezas que le habían dededicado. «Los ánimos estaban calientes, así que he intentado calmar las aguas. No era necesario para los dos equipos. Al final no ha pasado nada», explicó el técnico en los micrófonos de Movistar. La habitual flema del italiano contrastó con la contundencia de Aurelien Tchouaméni. «Todos los partidos tenemos un problema con él», lanzó el francés.

«Peleas, como en cada partido»

En el vestuario del Mallorca tampoco había llegado, precisamente, la tranquilidad. «Hubo peleas, como en cada partido», refrendó Vedat Muriqi, referencia ofensiva de los bermellones y ganador en cuatro de sus seis duelos aéreos. «Que aprenda a ganar, porque tiene muchos partidos importantes por delante y le va a venir mejor», espetó Dani Rodríguez sobre Asencio. El canterano había saltado al césped en el minuto 55 después de que Tchoaméni sufriese un tremendo impacto en la cabeza tras un salto con Cyle Larin.

En cualquier caso, el francés podrá disputar la final del domingo en Yeda (20:00 horas). También Bellingham, según confirmación del propio Ancelotti. De las 12 ocasiones en las que el Madrid jugó la Supercopa como campeón de Liga, en ocho pudo proclamarse campeón. Sólo tropezó ante Deportivo (1995) Sevilla (2007) Athletic (2021) y Barcelona (2023).

kpd