No habrá duelo entre los equipos españoles de Champions en los octavos de final de la Copa del Rey, tal y como decidió el sorteo celebrado este miércoles en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Aunque ya no había restricciones, Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid se evitaron en la siguiente ronda de la competición, que todavía se disputará a partido único. El Real Madrid se enfrentará en casa al Celta, el Barcelona se medirá también como local al Betis y el Atlético visitará a uno de los dos equipos de Segunda aún en liza, el Elche.
Del resto del sorteo destacaron los emparejamientos del Pontevedra de Segunda RFEF con el Getafe y del Ourense de Primera RFEF con el Valencia, clasificado este martes después de ganar al Eldense. Real Sociedad-Rayo Vallecano, Athletic-Osasuna y Almería-Leganés fueron los duelos que cerraron la composición del cuadro. Todos los encuentros se disputarán la próxima semana, entre el martes y el jueves, con días y horarios aún por definir.
Atlético y Barcelona deberían jugar el miércoles 15 porque el martes siguiente tienen encuentro de Champions y, con esa obligación, muy posiblemente el Real Madrid pasará al jueves 16, aunque eso obligará a cambiar el horario del partido del Celta-Athletic de Liga -que iba a ser el sábado 18-. En todo caso el viernes 17 ya está programado el sorteo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas que deberá determinar los cuartos de final, aunque todavía no se fijará el cuadro. En la última edición, que acabó con victoria del Athletic en la final ante el Mallorca, a esa ronda ya sólo llegaron equipos de Primera.
El dato es llamativo y más con lo que ocurrió en el primer tiempo ante el Levante. El Atlético sacó 13 córners de los 21 que botaría en los 90 minutos. Una suerte que no fue capaz de aprovechar en el partido ante la escuadra levantinista como no ha hecho a lo largo de toda la temporada, aunque Griezmann le sacó del embrollo con su doblete postrero.
Son 92 saques de esquina en lo que va de curso y cero goles a favor. Este sábado, el conjunto de Julián Calero les hizo uno, el ex rojiblanco Manu Sánchez y por el que pidió perdón, y a punto estuvo de empatar en otro. "La pelota parada no es suerte. Es trabajo, insistir y encontrar las mejores sociedades para encontrar soluciones", apuntó Diego Simeone. No debe de serlo porque Sánchez, el goleador levantinista, es un especialista. "Estuve aquí y no quise celebrarlo. Llevo tres goles en Primera y todos de cabeza", apuntó al término del partido.
Sólo el Elche y el Sevilla, además del equipo del Cholo, no han conseguido sacar nada positivo de esta suerte en lo que va de temporada. Claro que ninguno ha disfrutado de tantos lanzamientos como los chicos del argentino. Dijo Julián Calero, técnico del Levante, que la fórmula para aprovecharlos es tan sencilla como "tener a un buen lanzador y a jugadores que rematen". Algo que secundó el entrenador rojiblanco y recordó que su equipo dispone de esos perfiles y reveló que trabajarán para mejorar esa suerte para lo que queda de temporada.
Precisamente, Koyalipou estuvo a punto de aprovechar otro al final del tiempo reglamentario, lo que hubiera supuesto el 2-2 hasta que Griezmann volvió a demostrar, como hiciera a los 37 segundos de entrar en el campo, por qué es el máximo goleador de la historia rojiblanca con 203 tantos, y por qué es una leyenda del Atlético de Madrid esté en el campo o saliendo desde el banquillo. "Al final cada jugador quiere jugar, lo que hace feliz es estar en el campo, pero tengo la suerte de que en el banquillo están todos con muchas ganas y me motivan a hacer lo mismo", apuntó el protagonista tras firmar un doblete.
En el mismo sentido se expresó su entrenador sobre la suplencia del astro francés. "La idea nuestra es que el equipo somos todos y luego empiezan 11 con el portero, a partir de ahí está la fortaleza del grupo", comenzó Simeone, visiblemente molesto por responder a varias preguntas sobre la suplencia del siete. "Necesitamos a tener a todos enganchados", reiteró el entrenador. Y Griezmann le secundó poco después en rueda de prensa."Todos somos iguales. Nadie pones malas cara y yo tengo que dar ejemplo", explicó el francés.
Koke y Griezmann parecen haber cambiado las tornas de un año a otro. Si la temporada pasada era el francés el teórico titular, en esta es el capitán rojiblanco el que está partiendo más veces de inicio. "Es imposible convencer al jugador de salir desde el banquillo. Fui jugador de fútbol y el futbolista quiere jugar. No quiere verse esperando la oportunidad. Pero cuando firman el contrato no firman jugar, firman ser un equipo" concluyó el Cholo.
A principios de diciembre del 2023, el hijo mayor de Mauro Arambarri (Salto, 1995) había cumplido dos años y aún no había podido ver jugar al fútbol a su padre. El jugador uruguayo del Getafe había enlazado dos lesiones (tobillo y rodilla) de las que se tuvo que operar y que le tuvieron casi dos temporadas en blanco. "Hubo un momento difícil, en la mitad de la recuperación, en el que entras en un pozo en donde no vas ni para atrás ni para adelante", explica el futbolista a EL MUNDO.
De hecho, poco después de aquel cumpleaños, Arambarri no pudo estar el día que su Getafe, del que es tercer capitán, rompió la racha de 20 partidos seguidos ganando del Atlético de Madrid en el Metropolitano tras empatar a tres. "Una lástima que nunca les hayamos podido ganar, pero siempre hay una primera vez", explica el mediocampista que ha recuperado la sonrisa este curso y que se enfrentará hoy al equipo rojiblanco en los cuartos de final de la Copa del Rey.
El futbolista está intentando "pasar página" de aquel periodo de dolor y sufrimiento del que salió gracias a su entorno, especialmente a su mujer y a su hijo, que conseguían hacerle olvidar los momentos de estancamiento de la lesión, pero también gracias a la ayuda profesional. "Cuando tenía 18 o 19 años empecé a trabajar con un psicólogo que me ha ayudado muchísimo a manejar ciertas situaciones no solo a nivel deportivo, también de la vida", apuntó Arambarri. Este profesional le ayudó a quitarse de la cabeza "preguntas que no tenían respuesta".
El jugador explica que no sabía por qué tenía ciertas tensiones, dolores o presiones en el pecho a causa de su lesión y su psicólogo le ayudó a entender que la cabeza es fundamental para superar estos problemas y saber de dónde viene todo. "Hubo semanas que la lesión iba muy bien y semanas que se me complicaba un poco. Entonces, claro, eso generaba mucha ansiedad, incertidumbre", identifica.
Ese momento terminó el día en que se volvió a poner las botas en un entrenamiento. "Uno da por hecho poder entrenar todos los días y cuando algo te lo impide, es cuando realmente lo valoras", cuenta. Y encima Arambarri ha vuelto en la mejor forma de su carrera. Ha hecho cinco goles de los 11 que lleva en ocho temporadas con el Getafe y ha vuelto a ser indispensable para Bordalás. "Es un regalo para mí, al trabajo que se hizo ese tiempo, un poco a escondidas", valora.
El futbolista en un momento de la entrevista.Ángel NavarreteEl Mundo
Es un regalo para aquel joven de 15 años que abandonó el hogar familiar en Salto, cuna de otros grandes futbolistas como Luis Suárez o Edison Cavani, para ir a Montevideo en busca de un sueño. Que dejó los entrenamientos con su padre por los del Defensor Sporting Club para hacerse un nombre en el fútbol. "Si lo hubiera pensado mucho, quizás no hubiera tomado la decisión, pero lo hice instintivamente, con el apoyo de mi familia, y hoy, claro, fue una decisión acertada", apunta.
Europa le hizo profesional, pero Uruguay le dio el carácter que muestra como futbolista. "Lo llevamos en la sangre, competir al 100%, creo que es una marca del fútbol uruguayo que nos inculcan desde pequeños", explica. A día de hoy lo hace sin miedo, ya sin las dudas que genera en los primeros partidos estar dos años en el dique seco y con un objetivo: "Estar tranquilo conmigo mismo el día que me retire, es decir, hice todo lo que tenía que hacer en cada momento, me vacié".
Arambarri, en las oficinas del Getafe.Ángel NavarreteEl Mundo
La humildad del futbolista no menciona su sueño deportivo que es volver a la selección con la que ya disputó partidos clasificatorios, pero nunca una gran cita deportiva. "Sería cerrar una etapa en lo más alto, pero hay que seguir trabajando y ojalá algún día", asegura. Mala suerte que la línea más exigente de la celeste sea el mediocampo con futbolistas como Valverde, Ugarte o Betancourt como grandes estrellas mundiales.
La humildad y el trabajo son sus etiquetas, pero él rehúye de las que le asignan a su equipo desde que Bordalás es el entrenador. "Llega un momento que cansa. Cualquiera que viene a jugar aquí, cuando le ganas, siempre sale diciendo un montón de cosas que todos los equipos hacen, pero bueno, se la agarran con Getafe. Deberían respetarnos un poco más, porque cuando nos toca perder asumimos nuestra responsabilidad y seguimos adelante", pide antes del duelo copero.