No habrá duelo entre los equipos españoles de Champions en los octavos de final de la Copa del Rey, tal y como decidió el sorteo celebrado este miércoles en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Aunque ya no había restricciones, Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid se evitaron en la siguiente ronda de la competición, que todavía se disputará a partido único. El Real Madrid se enfrentará en casa al Celta, el Barcelona se medirá también como local al Betis y el Atlético visitará a uno de los dos equipos de Segunda aún en liza, el Elche.
Del resto del sorteo destacaron los emparejamientos del Pontevedra de Segunda RFEF con el Getafe y del Ourense de Primera RFEF con el Valencia, clasificado este martes después de ganar al Eldense. Real Sociedad-Rayo Vallecano, Athletic-Osasuna y Almería-Leganés fueron los duelos que cerraron la composición del cuadro. Todos los encuentros se disputarán la próxima semana, entre el martes y el jueves, con días y horarios aún por definir.
Atlético y Barcelona deberían jugar el miércoles 15 porque el martes siguiente tienen encuentro de Champions y, con esa obligación, muy posiblemente el Real Madrid pasará al jueves 16, aunque eso obligará a cambiar el horario del partido del Celta-Athletic de Liga -que iba a ser el sábado 18-. En todo caso el viernes 17 ya está programado el sorteo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas que deberá determinar los cuartos de final, aunque todavía no se fijará el cuadro. En la última edición, que acabó con victoria del Athletic en la final ante el Mallorca, a esa ronda ya sólo llegaron equipos de Primera.
LaLiga EA Sports
Atlético de Madrid - Granada (3-1)
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Lunes,
14
agosto
2023
-
23:50Ver 5 comentariosEl conjunto rojiblanco demuestra...
Un superhéroe de manual cumple con reglas innegociables: oculta sus poderes, disfraza su identidad y aparece para salvar de apuros. Incluso los adivina. En el Metropolitano aparecieron dos ante el Girona que no eran ni la Araña Álvarez ni el Thor noruego Sorloth. Ya vestían de rojiblanco y nadie se acordaba. Griezmann y Marcos Llorente no necesitaron que se encierra un gran foco para librar al Atlético de cualquier emboscada y saben que tienen un pupilo, Barrios, que les ayudó a desactivar a un rival blando que les regaló la ocasión de hacer magia. [Narración y estadísticas]
El primero en mostrar sus poderes fue el francés. No estaba siendo un partido cómodo ni para los rojiblancos ni para su rival. Después de las grietas que el equipo mostró en el debut ante el Villarreal, Simeone lo cementó y le encomendó la tarea del gol Julián Álvarez, que sintió el aliento del veterano Blind en el cogote y no pudo darse la primera carrera que hizo rugir al estadio hasta el minuto 16.
Se tanteaban los rivales, se cerraban bien los atléticos y no hallaba el Girona, con más control, cómo desordenarlos. De hecho, los latigazos en ataque se iban concentrando en su área. Lino sirvió un centro raso al punto de penalti que Griezmann sólo tenía que empujar, pero inexplicablemente chutó al aire. Le quiso devolver el francés la asistencia y el extremo sólo armó un remate manso.
El Girona ha cambiado piezas esenciales en su once de ataque pero siguen encontrándose hasta con los ojos cerrados y eso hacía que al Atlético le costara estirarse más de la cuenta. Oblak empezara a ver tránsito a su alrededor. Probó Tsygankov con un centro llovido sin rematador y Míchel pedía a sus jugadores que apretaran en las bandas y con balones buscando las carreras de Abel Ruiz. Sin embargo, antes se quebró el partido.
Un pase larguísimo a Julián Álvarez, en pelea con Blind, lo cazó Gazzaniga con la mano fuera del área. Munuera Montero lo castigó con amarilla, para enfado de la parroquia rojiblanca, y falta. La lanzó Griezmann al hueco de la barrera y ajustada al palo del arquero que no pudo atajarla. El Atlético respiraba, pero el Girona avisó antes del descanso justo como Míchel había pedido, con carreras de Abel Ruiz para dos mano a mano que ganó Oblak.
Por si el Girona reaccionaba, tras el descanso le dieron el segundo golpe. Volvieron a aparecer en la foto Griezmann y Gazzaniga, pero el protagonista fue Llorente. Sin capa, voló por el carril derecho y le vio el francés para, en una acrobacia, lanzarle la pelota para que se plantara en la la medialuna del área y batiera de un derechazo a un meta que volvió a hacer un gesto extraño. Segundo gol en la Liga y el mejor ejemplo de que es el jugador más en forma del equipo.
Con el partido escorado, Simeone se protegió con la veteranía de Koke, el pulmón de Gallagher y la amenaza de Sorloth. Y es que el Girona se instaló en campo contrario y fue probando por dónde encontrar la grieta. Lo hizo con fe Bryan Gil , Portu y Almena sin que nada pudiera cambiar el escenario. Sin embargo, el respiro definitivo se lo dieron los mismos: apareció Barrios en una carrera infinita en el tiempo añadido para apoyarse en Llorente y regalarle el gol al capitán Koke en una noche feliz para el Metropolitano.
Lucía el sol en el Metropolitano. Un día perfecto para jugar al fútbol, un día perfecto para venir con la familia a disfrutar de un espectáculo deportivo. Sin embargo, ese buen clima, esas sonrisas, este magnífico sábado, escondía muchos peligros que debía afrontar el Atlético. Toda jornada intereuropea es complicada, el Girona es el peor rival posible y la hora del almuerzo no le suele gustar a los futbolistas, aunque luego se rehicieran. [Narración y Estadísticas, 3-1]
En estas ocasiones, para pasar el trago, se trata, normalmente, de hacer lo que sabes y mantenerte fiel a tu identidad y, en el caso del Atlético, también a tu fortaleza en casa. Pero la tarde ya empezó rara con un 4-4-2 con el que los rojiblancos nunca han arrancado este año. Encima, ante lo que pudo ser el primer gol del Atlético si Correa hubiera dado una zancada más ante una mala cesión a Gazzaniga, llegó el golpe de los catalanes.
Arrancó Savio con una diagonal sin que nadie le agarrara o amenazara con entrarle, cedió a Herrera que vio a Couto más profundo y el brasileño metió un pase que cruzó el área pequeña del Atlético hasta las botas de Dovbyk, que no perdonó. Un buen mazazo del que, con 17 tantos, se acababa de convertir en el nuevo pichichi con un gol más que Bellingham. El inglés lleva dos meses sin marcar en liga y sus últimos goles, un doblete, fueron precisamente al Girona.
El gol desubicó aún más al Atlético tanto física como tácticamente y el Girona, en cambio, siguió creciendo a lomos de Savio, una absoluta fuerza de la naturaleza muy complicada de contener sin hacerle falta. Simeone, desesperado en la banda, protestaba todo. Se ganó una tarjeta, pero también decidió olvidar las probaturas y volver a su clásico 5-3-2.
El equipo se reconoció y empezó a combinar mejor y a acercarse más al área gironí. Entonces, una falta lateral botada por Griezmann terminó en la mano de Miguel Gutiérrez tras un remate un tanto defectuoso de Hermoso. Penalti que se encargó de transformar el propio francés. Borrón y cuenta nueva.
Morata ante David López.THOMAS COEXAFP
El gol generó el cambio emocional que necesitaba el Atlético y aplacó bastante los ánimos del Girona, que ya no tenía tanta facilidad para combinar y acabar jugadas. El Cholo detectó esa marea y decidió aprovechar la lesión de Saúl para sacar a Morata y tocar la corneta. Griezmann, al medio y el español a acompañar a Correa en ataque. No le suele ir mal a los rojiblancos con el francés un poquito más presente en la construcción del juego.
Sin embargo, fue Morata el que tuvo más impacto. El madrileño fue el responsable de remontar el partido antes del fin de la primera mitad en una acción que lo hizo todo bien. La salida a la contra, la descarga, la pelea por el rechace y un centro medido para que Correa solo tuviera que poner la cabeza. La inteligencia de Molina le abstuvo de intervenir en la jugada ya que estaba en claro fuera de juego. La fe de Simeone en el trabajo de Morata pese a su sequía goleadora se la devolvió el delantero con creces.
Quiso el Atlético devolverle el impacto al Girona de la primera mitad. Ese que se produce cuando no has terminado de salir del vestuario y ya tienes que recoger el balón de la red. Lo hizo Griezmann, tras un rechace de Solís hacia su propia portería. Media vuelta y derechazo a a la escuadra que sorprendió a Gazzaniga. Nada como oler la sangre de un rival, que apenas ha jugado un partido en 14 días, para ir a por él.
Los ojos en Dortmund
Sin embargo, el tanto obró el efecto contrario en el Girona que el empate en el Atlético de Madrid en la primera mitad. Los catalanes se enrabietaron y volvieron a parecerse al equipo que, durante muchas jornadas, lideró la primera división. Tuvo Dovbyk un minuto después una ocasión clarísima para acortar distancias tras un centro chut de Yángel Herrera, pero el ucraniano, a medio metro de la portería de Oblak, no acertó a poner el pie.
Y de fallo estrepitoso a fallo estrepitoso. En esta ocasión no fue uno sino dos. El primero lo protagonizó Molina con un tiro alto con Gazzaniga fuera de la portería tras una buena presión rojiblanca. El segundo fue Morata que tuvo dos disparos para poner el cuarto. Un defensa y el palo lo impidieron.
No se movería un marcador que asienta al Atlético en su deseada cuarta plaza y aleja al Girona del Barcelona por el segundo puesto. Los ojos de los rojiblancos, y de Simeone, vuelven a la Champions. El Dortmund espera el próximo martes y un empate metería a los colchoneros en semis.