LaLiga Santander
Atlético 0 Barça 1
Un gol del francés tras un arrancada genial de Pedri otorga el triunfo a los de Xavi ante un Atlético que reaccionó pero no supo culminar y ya está quinto a 14 puntos
El Barça es de nuevo líder en solitario porque, tres años después, conquistó el Metropolitano en Liga, en un ejercicio más de oficio que de brillantez, más de supervivencia que de ambición ante un Atlético al que el aguijonazo de Dembélé le condenó a su propio diván: reaccionó primero con orgullo y colmillo y después se volvió a diluir para perder cualquier mínimo resquicio de reengancharse al campeonato: 16 jornadas después es quinto a 14 puntos de la cabeza. [0-1: Narración y estadísticas]
Se puede quedar Xavi con el poderío inicial de su equipo y con una segunda parte que, sin alardes, supo controlar a la perfección. Pero también puede tomar nota de la media hora en la que se tambaleó, a merced de un Atlético que, por primera vez en mucho tiempo, sintió que encontraba el camino y la electricidad, que no el gol, ante un rival de entidad. Y lo mismo Simeone, aunque la derrota incida aún más en la crisis de un equipo que, tras el Mundial, sumaba tres victorias de carrerilla.
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El Cholo le había entregado a Pablo Barrios su primera noche grande, alfombra ya para quien derribó las puertas a base de talento y osadía. Ante Gavi, Pedri o Ansu Fati, los nombres propios del presente y el futuro del fútbol español, el gran producto de la Academia rojiblanca, formando pareja en el medio nada menos que con el mejor de los espejos, un Koke que cumplía 31 años y 564 partidos con el Atlético. Y el chico no desentonó.
La noche, destemplada y lluviosa en Madrid, iba a poner desde bien pronto de manifiesto las miserias de ambos. Y no sólo por los vaivenes del amanecer, principalmente en la zona prohibida del Atlético, pases suicidas que a punto estuvieron de causarle un buen disgusto al Metropolitano. Como dos invitados a la fiesta, unos y otros encontraron acomodo sin rubor. Esta vez nadie torcería el morro si el Atlético cedía la iniciativa, así que el Barça aceptó gustoso el balón, dominio tan abrumador que encontró premio en una genialidad de Pedri.
Una arrancada del canario, un cambio de ritmo con el que se quitó a toda la zona media del rival, un apoyo en Gavi en el corazón del área y el pase de la muerte de éste para que Dembélé cruzara ante Oblak. Pim pam pum.
Llorente
Tuvo que ser esa bofetada la que hiciera reaccionar al Atlético, aunque antes Giménez a punto estuvo de arruinarlo todo con un pase atrás sin mirar que recogió Pedri y salvó Molina. Encabritado ahora, los de Simeone se olvidaron de corsés y de tacticismos y se lanzaron a la yugular del rival como si apenas quedaran cinco minutos. Empujó y empujó en un in crescendo propiciado por la propia debilidad de un Barça que se hizo pequeñito, diluido en sus dudas defensivas, las mismas que ante el Espanyol y el Intercity.
La tuvo Giménez en un cabezazo en el corazón del área y sobre todo la tuvo Griezmann en un disparo que salvó Ter Stegen tras un avance de Carrasco. El Barça fue un boxeador sonado al que salvó la campana del descanso. Había entregado su bien más preciado, el balón. El Metropolitano entonces se cuestionó por qué ese frenesí no llegó antes. Una pregunta que quizá no es la primera vez que se hacía. Aunque lo fundamental era que el Atlético había dejado atrás un miedo injustificado, ahora tocaba una remontada complicada.
El Barça tardó, pero volvió a adueñarse del fútbol en el Metropolitano. Primero, logró apagar algo el fuego rival, avivado siempre por el ímpetu de Llorente. Ahora eran más ganas que peligro, apenas otro remate de Griezmann tras un centro del errático Molina en el primer cuarto de hora. Los cambios no ayudaron y el Atlético pronto entró en el terreno de la desesperación, con más pundonor que claridad. Mucho antes, el propio Dembélé había podido sentenciar, con una cabalgada en la que su disparo lamió el palo de Oblak. En el mismísimo abismo, después de la tangana que acabó con la roja a Ferran Torres y Savic, Araújo volvió a salvar al Barça ante el remate de Griezmann desde el área pequeña.