El ex jugador de golf Juan Carlos Piñero, hermano de Manuel Piñero -una de las grandes figuras de este deporte en España- ha muerto a los 59 años. La causa de la muerte ha sido una larga enfermedad, según recoge Efe en base a la información facilitada por la Asociación de Profesionales del Golf en España.
Juan Carlos Piñero compitió durante 13 temporadas en el circuito europeo entre 1982, un año después de hacerse profesional, y 2006, en las que participó en 74 torneos.
En 1996, obtuvo sus mejores resultados, con un segundo puesto en el torneo Hohe Brucke de Austria y el sexto en el de Cataluña, a lo que sumó la victoria en Open El Cortés Inglés, del Challenge Tour, en 1994 y en ocho competiciones del circuito nacional.
Hermano también de otro jugador de golf, Alfonso, se retiró de la competición en 2016 debido a la enfermedad que padecía después de participar en Almería el Campeonato de España de Profesionales Senior 2016.
Más de 40 ciclistas resultaron heridos en una caída este domingo durante el Gran Fondo de Bélgica, una carrera para profesionales y aficionados, según informaron medios locales.
La carrera tenía un recorrido de 140 km y contó con más de 2.000 participantes divididos por grupos de edades.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) informó de que siete ciclistas fueron hospitalizados tras el accidente y que uno de ellos se encuentra gravemente herido, aunque su vida no corre peligro.
El accidente se produjo tras recorrer los primeros 8,5 km, cuando los ciclistas partieron de la presa de los Lagos de l'Eau d'Heure, en la frontera de las provincias de Hainaut y Namur, según medios belgas.
Según testimonios recogidos por medios locales, un pelotón de unos 500 ciclistas circulaba a al menos 50 km por hora cuando se produjo la caída.
Un participante dijo a la cadena flamenca VRT que el accidente fue el resultado de un empujón en el pelotón que causó la caída de un ciclista y seguidamente la de los que intentaron esquivarlo.
"Fue un caos absoluto", dijo otro ciclista a la cadena. La organización decidió cancelar la competición tras el accidente.
Un safety car, el primero en tres años en Montmeló, sacó de sus cabales a Max Verstappen. A 11 vueltas, cuando Andrea Kimi Antonelli quedó varado en la grava de la curva 10 tras una rotura de motor, los favoritos debieron pasar otra vez por boxes. A Red Bull sólo le quedaba un juego de duros para Mad Max, abocado desde entonces a la peor de las suertes. El holandés supo salvar un latigazo salvaje a la entrada de la recta, pero nada pudo hacer frente a Charles Leclerc y George Russell. Totalmente desquiciado, el tetracampeón vio de lejos el doblete de McLaren, con Oscar Piastri por delante de Lando Norris.
Una merecida sanción, por colisionar ante Russell, relegó a Verstappen a la décima plaza, justo por detrás de Fernando Alonso. De este modo, el asturiano sumó sus dos primeros puntos del año, tras quitarse de encima a Gabriel Bortoleto y Liam Lawson. Entre tantas escenas de caos, ninguna como la de Nico Hulkenberg con Lewis Hamilton. Un Sauber, el coche más lento de la parrilla, rebasaba a un Ferrari y era quinto en la meta.
Hubo invasión de pista para conmemorar este loco desenlace, decisivo para la suerte del Mundial. Piastri conquista su quinta victoria del año, mientras Verstappen sale casi de vacío de Barcelona. Nunca quiso claudicar, exprimió al límite su estrategia, pero ahora queda a 49 puntos del liderato. Traspasó los límites para defender el podio y acabó disparándose en el pie. Desde la salida quiso dejar claro que no iba de farol.
Norris, lento en la salida
Piastri aún guardaba recuerdo del error de Imola, cuando intentando sujetar a Russell dejó un resquicio a Verstappen, autor de un excepcional adelantamiento. Esta vez, McLaren no hubo de lamentar la pérdida del liderato, pero sí la lentitud de Norris, que se dejó ganar la partida frente al líder de Red Bull. Tampoco anduvo fino Russell ante los Ferrari, abocados desde entonces a un duelo fratricida.
Aunque el auténtico protagonista de la salida fue Hulkenberg, envuelto en un toque que le hizo salirse por el exterior de la curva 1. Dicha maniobra fue validada por los comisarios, así que el veterano ganó cuatro posiciones hasta situarse a la estela de Alonso. En la segunda vuelta, el bicampeón también hubo de capitular ante el Sauber.
Los malos presagios asomaron con una peligrosa maniobra de Lawson y se agudizaron con una salida de pista en la curva Seat. Tras 13 vueltas, la degradación mermaba al AMR25, así que dos giros después entró el asturiano para montar los medios y reincorporarse último. En la décima vuelta ordenaron a Hamilton ceder el paso a Leclerc y Williams llamó a capítulo a Carlos Sainz. Algo habían detectado en el alerón delantero, con daños desde la primera vuelta, así que fue preceptivo el cambio. Tras casi 11 segundos en el pit-stop, las opciones del madrileño pasaron de remotas a nulas.
Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.EFE
La baja de Lance Stroll, víctima de un problema en una muñeca, había permitido avanzar un puesto a Carlos en la parrilla, por delante de Franco Colapinto y Yuki Tsunoda, que partió desde el pit-lane. Un domingo terrible para el madrileño, condenado a luchas de escaso rango. A bordo de un Williams muy lento en las curvas de Montmeló, con daños en el alerón delantero por culpa de Lawson, aún puede darse por satisfecho con su decimocuarta plaza final.
Lawson, un peligro rodante
En la decimotercera vuelta, Norris se quitó de enmedio a Verstappen a final de la recta. Nada podía oponer frente a los monoplazas papaya, pero el holandés sí dejó un glorioso adelantamiento a Antonelli, en la zona del estadio, y otro frente a Russell, en la Moreneta. En una carrera tan táctica, Red Bull aún guardaba su cuota de esperanza.
Por eso tomaron la iniciativa en la vuelta 14 para colocar un segundo juego de blandos a Verstappen. Ocho giros más tarde, McLaren optó por los medios con Norris y también para Piastri, cediendo la cabeza ante el tetracampeón. En la vuelta 30, Red Bull lanzó otro órdago, metiendo medios, mostrando que iban a tres paradas. A 19 giros para la meta llegaría la última parada para el holandés. McLaren, por supuesto, respondió de inmediato con Norris y Piastri.
Durante las dos últimas ediciones, no se había registrado ni una sola bandera amarilla, así que el safety car postrero con Antonelli hubo de interpretarse como una bendición. Los comisarios ya se habían ahorrado medidas cautelares incluso cuando Lawson hizo trizas el ala delantera de Alex Albon. El sol ardiente debió de pasar factura al neozelandés, demasiado agresivo frente Sainz y Oliver Bearman. Y ni por esas recibió una penalización.