El Atlético de Madrid ha decidido procedente recurrir la sanción del cierre parcial del Metropolitano por tres partidos y la multa de 45.000 euros que le impuso el Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol por considerarla “desproporcionada”.
El club rojiblanco cree que “el comportamiento inaceptable de unos pocos no puede suponer un castigo tan desmedido hacia una gran mayoría que no cometió ninguna falta”, según ha explicado en un comunicado que ha publicado a tal efecto.
La entidad y sus aficionados se consideran los “grandes perjudicados” del lanzamiento de objetos que obligó a suspender provisionalemente el derbi del Metropolitano. Y consideran como únicos responsables a los “implicados” en el citado lanzamiento. A su juicio, son ellos los que tienen que ser castigados y no el resto.
En la nota, el Atlético de Madrid ha querido también reiterar su condena de los incidentes y recuerda su política de tolerancia cero contra la violencia. Aseguran que seguirán persiguiendo “cualquier manifestación de esta índole” como demuestran tras la identificación y expulsión de tres socios rojiblancos implicados en el lanzamiento de hasta cinco mecheros al portero del Real Madrid, Thibaut Courtois.
Aseguran que su departamento de seguridad continúa colaborando con la Policía en la búsqueda del resto de implicados y que procederán de la misma manera que a los tres que ya han conseguido localizar.
La sanción de cierre parcial de los sectores 127 al 133 del fondo sur supone la afectación de en torno a 3.500 socios, que son los que se sientan en medio de las escaleras de bajada a los córners y entre la portería y el primer descansillo del estadio.
Confianza
El Atlético confía en que, como ya ocurriera con los cánticos racistas a Nico Williams en el que se le impuso una sanción del mismo sector durante dos partidos y 60.000 euros de multa, el Comité estime que procedieron con la “máxima diligencia”.
No obstante, en su decisión sobre los incidentes en el derbi, el Comité ya escribía en su dictamen que el club no había dispuesto las medidas preventivas adecuadas aunque sí las reactivas. “No se adoptaron las medidas suficientes para prevenir unos incidentes tan graves en la propia acción multitudinaria y en su resultado o, cuando menos, las medidas que se adoptaron no fueron las idóneas para un partido de especial rivalidad”, escribió en su dictamen.
El organismo estimó que los hechos ocurridos constituyen una falta muy grave recogida en el artículo 76.2 en consonancia con el artículo 15 del Código Disciplinario ya que se tuvo que suspender provisionalmente el encuentro durante 14 minutos. “Nos encontramos ante unos incidentes de especial gravedad y repercusión en el desarrollo del encuentro”, mantuvo el Comité.
Si comenzamos esta historia hablando de la obra del escritor alemán Erich Kästner, 'Las Dos Carlotas', quizás no sepan que es el libro en el que se basó la película 'Tú a Londres y yo a California'. Y qué curioso que el relato hable de dos hermanas gemelas que, separadas al nacer, se encuentran en un campamento de verano.
Algo parecido le pudo pasar a los protagonistas de este cuento. En el estío de 2023, ambos 'nueves' tenían intereses en la orilla opuesta de sus vidas. Si Álvaro Morata tenía un pie y medio fuera del Atlético de Madrid, a Lautaro Martínez le ocurría lo propio en el Inter de Milán. Lo más curioso es que ambos nombres sonaban para sustituirse en el banquillo contrario.
Sin embargo, el supersticioso o cabalista, como dicen en argentina, Diego Simeone tenía otros planes u otras predicciones, si se permite atribuirle la capacidad de ver el futuro. El técnico tuvo una charla en la pretemporada del Atlético de Madrid en Seúl con Morata para que se quedara y le dijo que estaba en el momento de "dar 18 goles" si lo hacía. "Es un jugador que necesita tener confianza y ahora mismo la tiene del entrenador, del club y también del público", cuentan fuentes rojiblancas.
Morata se quedó y el resto es historia. Lleva 20 goles en 37 partidos, 0,54 tantos por encuentro. Es la mejor media goleadora de su carrera y, con uno más, superaría también la temporada, temporadas en este caso, con más tantos: la 2020/21 con la Juventus y la 2016/17 con el Real Madrid. Además, en la previa ante el Betis, el 'futurólogo' Cholo le dijo a Morata que marcaría, llevaba ocho partidos sin hacerlo, y, pese a fallar un penalti, el delantero anotó el segundo de su equipo.
"Después de Sevilla me ha costado un poco volver, a pesar de hacer los esfuerzos por estar lo mejor posible, hay veces que no se está bien, he tenido ocasiones para hacer goles y no las he metido y lo que quiero es ayudar al equipo y ser positivos porque quedan objetivos por delante", expresó tras el encuentro ante los verdiblancos un delantero que "ha encontrado su sitio", dicen desde el club y que está repleto de "confianza", explican desde su entorno.
Lautaro en un partido con el Inter.EFE
Lo impresionante de estas 'dos Carlotas' es que el éxito de uno se ha visto reproducido en el otro. Lautaro Martínez también mantiene la mejor media goleadora de su carrera, con 0,76 tantos por partido, y este verano fue elegido capitán del Inter de Milán, finalista de la pasada Champions League, con apenas 26 años. "Nunca me imaginé esto, es mérito al trabajo y al sacrificio de mi familia cuando era pequeño, todo es por ellos", comentó el protagonista tras su último tanto en la Serie A. Pero desde su entorno no solo lo imaginaron sino que avisan que aún "no está al máximo de su capacidad".
Hablamos de 102 goles en la primera división italiana, 23 esta temporada, la que más en competición nacional de su carrera, y eso que sólo ha jugado 24 encuentros este año. "Muy contento, aunque son solo números, desde que llegué al Inter no me esperaba este cariño y tanto yo como mi familia estamos muy contentos", confesó. Fuentes próximas comentan que no sólo es este, también el año anterior tuvo un gran rendimiento y mantienen que "cuanta más presión, mejor aguanta los desafíos".
La diferencia de edad entre ambos delanteros no ha impedido que ambos exploten a la vez. "Para un goleador, el gol llama al gol", comenta el argentino Fernando Czyz, periodista de DSports. Este año ambos han respondido a esa llamada y están siendo fundamentales en sus equipos. "Tiene el respeto de esta profesión, del público y de sus compañeros, no solo del Inter sino del fútbol en general. Asume la responsabilidad cuando las cosas se complican", cuentan fuentes cercanas a Lautaro.
Caracteres diferentes
Morata es menos serio que su homólogo del Inter, pero son muchos los compañeros con los que ha compartido caseta que le agradecen la cercanía en el trato y la capacidad de acogida que tiene, especialmente, a los que llegan nuevos. "Él da una imagen como de tristón y es todo lo contrario: bromista, cariñoso, buen compañero... es todo corazón", apuntan desde el vestuario.
Familiares, ambos, y muy centrados en su profesión, estos 'hermanos de fútbol' viven momentos dulces en sus equipos. "Hay una adaptación total, se siente uno de los dueños del club", apunta Czyz sobre Lautaro. Mientras que en el Atlético hablan de un "equilibrio personal y profesional" en la vida de Álvaro Morata.
Importantes en España y Argentina
Ambos, son también importantes en sus respectivas selecciones tras pelearlo mucho durante los últimos años. Morata se ha hecho con el nueve tras marcar 34 goles en 69 partidos, 0,49 tantos por encuentro. Lejos quedan aquellos pitos en Sevilla que afectaron mucho al jugador, pero que los enfrentó y superó gracias a la ayuda de un coach.
Lautaro también ha estado discutido durante su carrera en el equipo nacional porque le costaba más ver puerta. El delantero ha hecho 21 goles en 54 choques, 0,38 de media. "Hay un debate en Argentina sobre quién debería ser el 9 si Julián Álvarez o Lautaro. A día de hoy gana Lautaro", informa Czyz.
Esta noche sólo podrá quedar uno. El Inter parte con ventaja, pero nadie en el conjunto neroazzurri cree que la empresa esté hecha, aunque para Lautaro el Atlético tiene un aroma especial. "Es muy respetuoso con la historia de los equipos contra los que juega. Para un argentino enfrentarse a una historia tan cercana como la del Atlético es una satisfacción. Le da mucha motivación y alegría siempre desde el respeto", concluyen desde su entorno.
Aguirre, Onaindia, Alberdi, Landeta, Goyado, Uriarte, Garechana y Lanetarzua son sus ocho apellidos. Normal que a Javier Aguirre (Ciudad de México, 1958) le llamen El Vasco. Este hijo de emigrantes de dos localidades de Vizcaya, Guernika e Ispaster, que volaron al país norteamericano a buscarse la vida como comerciante, su padre, y profesora de piano, su madre, tenía la suficiente sangre vasca para jugar en el Athletic Club. Precisamente, el rival mañana ante su Mallorca y el equipo del que su familia es aficionada.
No obstante, como él mismo admite, como futbolista nunca tuvo la calidad para llegar al club vasco y en España sólo pudo jugar 13 partidos en Osasuna porque luego sufrió una rotura de tibia y peroné. Su sustituto, por cierto, fue el inglés Michael Robinson.
Aguirre siempre manifestó su intención de no convertirse en técnico una vez colgara las botas como reveló en una entrevista en La Cope. Casi tres décadas y más de 850 partidos después no se pueden tomar muy en serio las declaraciones de un entrenador que con 42 años también dijo que se retiraría a los 50 y ahora tiene 65.
Son 14 ciudades y siete países su periplo como técnico. Pocas veces le han ofrecido un proyecto ganador. Como él mismo bromea, tiene más descensos que títulos, lo que le ha generado una humildad que hace que no se considere ni cerca de técnicos como Guardiola, Ancelotti o Klopp.
Su historial es extensísimo. Si hablamos de selecciones, Aguirre entrenó dos veces a México, una a Japón y otra a Egipto. Respecto a clubes, El Vasco ha pasado por: Atlante, Pachuca y Monterrey en México, Al Wahda en Emiratos Árabes y en España, Leganés, Zaragoza, Espanyol, Atléticode Madrid,Mallorca y Osasuna, equipo con el que más gloria alcanzó en nuestro país.
En los cuatro años que estuvo, consiguió clasificar a los rojillos para la previa de la Champions y para la Copa de la UEFA, acabó cuarto una Liga y llegó a aquella final de Copa del Rey ante el Betis, que perdió en la prórroga en la temporada 2004/05. Sus logros le brindaron la posibilidad de ganar el galardón a mejor entrenador de la liga española para la UEFA en 2006.
El destino le brinda una nueva oportunidad este sábado. La oportunidad de volver a lograr la gesta que consiguió aquel Mallorca de Eto'o, Pandiani o Miguel Ángel Nadal. Quienes se alzaron con el título ante el Recreativo de Huelva en el Martínez Valero por tres goles a cero en la Copa del Rey de 2002/03.
Palmarés
Aguirre sólo ha conseguido un título de Primera División Mexicana con el Pachuca, en 1999, una Copa de Oro de la Concacaf con México en 2009, una Copa de La Liga y dos del Presidente con el Al Wahda entre 2016 y 2017 y una Liga de Campeones de la Concacaf con Monterrey en 2021. Pese a su humildad, tampoco es un mal palmarés para El Vasco.
Ocurra lo que ocurra, Aguirre afrontará el resultado con una sonrisa. Como la que exhibieron él y sus jugadores ante la tanda de penaltis con la que consiguieron eliminar a la Real Sociedad. La que le da saber que en el fútbol se pierde mucho más que se gana y que, cuando vuelva a casa,le animarán su mujer Silvia, muy futbolera y con la que lleva 45 años, sus hijos, uno abogado, otro periodista y un representante de futbolistas y, desde hace poco, también una nieta.
Hay partidos que dan pereza. Porque es víspera de Semana Santa, porque eres un equipo top y juegas cada siete días y porque te enfrentas a un rival que no ha ganado en cuatro de los últimos cinco duelos y con el que no has perdido en 16 años. Y esos partidos pueden ser tan aburridos como peligrosos. El Atlético mezcló puntos de presión alta para intentar resolver pronto con desconexiones que pudieron costarle caras. Pero las piezas de uno y otro en el tablero son muy diferentes y si un equipo ladra, el otro muerde. Y los ladridos asustan, aunque sean del colista, pero sólo eso. [Narración y estadísticas (4-2)]
Fue sufrir el Atlético el primer arañazo y en un suspiro metió dos mordiscos. Ambos con la firma de Giuliano. Si el Cholito inventó un penalti metiendo el pie para provocar el pisotón de Javi Sánchez, luego persiguió una picadita de Barrios para recortar y meter él a la escuadra. Quizás Ferreira pudo hacer algo más. Antes de eso había un empate a goles de penalti. Sylla castigó la imprudencia de Lenglet y Julián aprovechó la picardía de su compatriota.
Tras esos cinco minutos de locura y VAR, Díaz de Mera no fue capaz de pitar los penaltis sin la ayuda del videoarbitraje, el duelo se inclinó tímidamente hacia los intereses del Atlético. Volvió a adormilarse el conjunto colchonero salvo cuando intervenía el Cholito, pura adrenalina en cada toque. A veces, incluso, pecó de exceso de precipitación. Decía el Cholo que entrenar mucho aburre, haciendo referencia al descanso intersemanal de los rojiblancos, y quizás se notara en la primera parte.
Por suerte o por torpeza
Lo que pasa es que este Valladolid es un equipo muerto, enfrentado y sin energía para la rebelión. Salvo que te encuentres una granada en la mano y te la dé tu rival en forma de balones parados. Hay castillos complicados de conquistar y el de Atlético era una quimera, aunque hubo susto por suerte o por torpeza. En este caso de Lenglet.
El Atlético quiso resolver tras la salida de los vestuarios para evitar precisamente eso: sustos. Uno por noche es suficiente. Jugando rápido y con combinaciones precisas hicieron dos ocasiones en tres minutos. No encontraron el gol por centímetros, pero luego el juego se atascó y casi medio estadio miró al Cholo para que moviera el árbol. No le dio tiempo y se encontró con el 2-2 casi sin querer. Otro susto. Un nuevo error de Lenglet terminó con una falta al borde del área que transformó Javi Sánchez con algo de fortuna porque el cuero rebotó en la barrera y engañó a Oblak.
Artillería
Luego llegó el triple cambio con la artillería. Sorloth sustituyó a Griezmann y en su primer remate casi la clava al ángulo. Se fue por milímetros. Con ellos comenzó el asedio y llegaron los goles. El primero fue un error de la zaga blanquivioleta, otro. Penalti tonto que Julián volvió a anotar. El siguiente ya fue de madurez de partido.
Jugada magistral de Riquelme, disparo del delantero argentino y llegada de segunda línea del noruego, que no perdonó. Poco quedó ya de duelo porque el Atlético quiso terminar rondando el area de Ferreira consciente de que un paso atrás podía traer otro susto. No hubo. El Barça sigue a siete y el Madrid, a tres puntos. La Liga está casi imposible... casi.