Espectacular, el mayor espectáculo del mundo del fútbol. Un disparate de momentos estelares. Sólo un pero: El Madrid fue mejor, más incisivo, pero sus tres fenómenos de ataque no tenían mucha dinamita. Y pudieron derribar a un City que siempre jugó con el partido de Manchester como un estigma.
Pareció increíble. En dos minutos, el Madrid había dado la vuelta al partido. Lo hizo tras un regalo a Bernardo Silva propiciado por no tapar huecos con una barrera digna y el estúpido movimiento de Lunin, que deja sesgos de panoli.
El Madrid mató el orgullo de Guardiola con un disparo de suerte de Camavinga y un supremo gol de Rodrygo. El Madrid tuvo la oportunidad de derrumbar al campeón de Europa, que lo tuvo ko durante más de quince minutos, pero siempre aparece el fantasma del "bloque bajo" de Ancelotti, cuando hubo hasta tres oportunidades de acabar con el City.
El problema fue que los dos atómicos brasileños no tienen mucha facilidad para el gol. Y Bellingham, ¿dónde estaba el fénomeno del Madrid? Tanta propaganda ha hecho del jugador un despojo. Ni corta, ni crea, ni ya llega al gol como antes. Lo peor es que quizá hizo su peor partido en el momento justo que debía dar algo especial.
El Madrid, en el minuto 60, ni tenía energía ni llegaba a los choques. Kroos y Camavinga no pudieron aguantar al City como en el primer tiempo. No obstante, cabe destacar el supremo marcaje de Rüdiger a Haaland, al que se ve perdido en el City actual.
Entonces ocurrió que Foden se encontró con una balón suelto, sin Mendy a su lado, y la puso en la escuadra. Encima, más increíble fue que el City se puso otra vez por delante con el gol de un defensa que no ha marcado un tanto en su vida. Fue Gvardiol, un croata que ni suena a Pep. El Madrid estaba extenuado y a punto de abdicar.
Y apareció otro gran espíritu del indomable Real Madrid. Vini estaba que no podía correr y dio el pase Valverde, que llevaba una racha omnipresente sin marcar y clavó el gol más bélico y glorioso de esta Champions.
Atreverse a pronosticar el resultado de la eliminatoria puede ser un suicidio. Desde cualquier estimación es lógico pensar que el City tiene el poker en sus manos. Sobre todo, teniendo en cuenta el antecedente del cuatro a cero del año pasado.
Por otra parte, hay que testificar que esta temporada está peor el City y el Madrid puede hacer mucho daño al equipo de Guardiola, que fracasó al intentar anular la velocidad de los brasileños. Lo que no se olvidará es que vimos el mejor partido de Europa, el mejor del mundo.