Nadie le esperaba. Nadie contaba con él y sin embargo, Edin Terzic (Menden, Alemania, 41 años) ha conseguido devolver al Borussia Dortmund a la final de la Champions League once años después de que el Bayern les venciera, curiosidades del destino, en el mismo estadio en el que ahora intentará derrotar al Real Madrid, en Wembley.
Pero esta no es la única paradoja que deja la historia. Aquella noche, el ahora entrenador del Borussia animaba a su equipo como un aficionado más en la grada mientras Marco Reus jugaba su primera final. Una leyenda que disputará el 1 de junio su último partido de amarillo donde todo empezó. No podía ser de otra manera.
El vínculo entre el Dortmund y su entrenador se empezó a tejer muy pronto, cuando Terzic acudía al estadio siendo un niño. “Él siempre ha sido fan del equipo” comenta Sebastian Kolsberger, periodista de Bild. Su recorrido comienza en Bochum, mientras estudiaba deporte en la universidad. Allí conoció a una de las personas más importantes en su carrera, Hannes Wolf, actual entrenador en las inferiores de Alemania y clave para entender todo su recorrido como técnico.
“NUNCA PENSARON EN OTRO ENTRENADOR”
Tras dos buenas temporadas en la academia germana, Terzic se marchó a la Premier y a Turquía para ser asistente de Slaven Bilic, pero regresó de nuevo al club en 2018 al recibir la llamada de Lucien Favre para ser su segundo. “Cuando contratan al francés sabían que si se marchaba por alguna razón, Terzic era la solución más directa. Era un buen entrenador, con experiencia y que conocía muy bien el club. Todo el mundo estaba contento con él y nunca pensaron en traer otro entrenador”, afirma el periodista.
Calmado, amable y atento con los aficionados, su oportunidad llegó en diciembre de 2020, cuando le nombraron técnico interino. No la desaprovechó. El equipo comenzó a crecer y logró ganar la Copa de Alemania ante el Leipzig.
A pesar del triunfo, Terzic tuvo que dar un paso al lado debido a la apuesta del club por Marco Rose. Un cambio que, por poco tiempo, le llevó a los despachos. “Al ver que el nuevo entrenador no había funcionado, todo el mundo pidió su vuelta”, asegura Kolsberger. Y como aquella vez, el hombre de club volvió a ocupar el banquillo, pero nada comenzó con buen pie. “Antes de que comenzara el Mundial, el Dortmund no conseguía buenos resultados y todo el mundo le criticaba por el manejo del equipo, pero después del parón todo cambió. Empezó de nuevo a ganar y perdió el título en la última jornada con un empate ante el Mainz”, dice Kolsberger.
LA SOMBRA DE KLOPP
En este primer año sin grandes estrellas en el Borussia, tras las venta de Haaland y de Jude Bellingham este último verano, el juego de Terzic tampoco ha sido brillante. Las dudas regresaron al Signal Iduna Park, pero cuando el sorteo de Champions les mandó viajar a París en semifinales, un cambio de mentalidad en esos días previos fue clave: “Todo el mundo se pregunta por qué no ha jugado así en la Bundelisga. Él tuvo claro que, si querían tener opciones en las semifinales, debían hacer su fútbol, ser ofensivos y presionar al rival”, afirma el periodista alemán.
Todo es posible en la gran final del próximo sábado. “Creo que estará igualada, es un partido y todo puede pasar”, comenta, pero una victoria ante el Real Madrid no sólo significaría la segunda Copa de Europa en la historia del club (la primera la ganaron en 1997), sino que la alargada sombra que dejó Jürgen Klopp, comience a poco a poco a desaparecer. “Si realmente puede ganar la final, puede ser la primera vez que su nombre deje de sonar por Dortmund”, comenta.