Qué mejor tributo a Ayrton Senna que igualar uno de sus récords. Tras un fin de semana más bien insulso en Imola, Max Verstappen estableció su octava pole consecutiva (1:14.746) -39ª en el total- como ya hizo el ídolo paulista entre 1988 y 1989. Mientras Sergio Pérez caía de mala manera en la Q2, el líder de Red Bull voló al volante el RB20, dejando con un palmo de narices a los tifosi, que ni siquiera vieron a Ferrari por delante de McLaren. Oscar Piastri, a 74 milésimas de la cabeza, y Lando Norris, a 91, frustraron a Charles Leclerc y Carlos Sainz, cuarto y quinto respectivamente.
“Es muy especial, porque conmemoramos aquí el 30º aniversario de su muerte. Un bonito homenaje”, comentó Verstappen nada más quitarse el casco. Su valentía a la hora afrontar las dos primeras variantes (Tamburello y Villeneuve) marcó la diferencia en Imola (236,4 km/h de media) para desdicha de miles de ferraristas. Los fanáticos seguirán añorando aquel trienio maravilloso (2002-2004) comandado por Michael Schumacher y Leclerc aún deberá aguardar otro fin de semana para empatar las 24 poles de Niki Lauda.
Aunque ninguna desgracia pudo equipararse a la de Fernando Alonso, que partirá desde la última línea de la parrilla (o desde el pit-lane) víctima de su nefasto sábado. El feo accidente de la mañana había obligado a Aston Martin a cambiar íntegramente la unidad de potencia del asturiano. Aún con la lógica angustia pudieron recuperar a tiempo el coche, pero un error del bicampeón a la salida de Tamburello terminó por condenar sus ya menguadas aspiraciones. Con 1:16.917 sólo quedó por delante de Logan Sargeant, que ni siquiera pudo marcar un tiempo válido.
Hulkenberg y Tsunoda
A 28ºC, la temperatura más alta del fin de semana, el neumático medio ofrecía un rendimiento casi equiparable al blando, por lo que Ferrari y George Russell se permitieron la licencia de iniciar con él la Q1. No sólo eso, sino que Leclerc, con esa goma ya usada, acabó a sólo 61 milésimas de Verstappen (1:15.762).
Nico Hulkenberg (1:15.841), debutante sobre este asfalto a los 36 años, y Yuki Tsunoda (1:15.894) llevaron la euforia a Haas y Visa Cash RB, colándose en el top-5. Para entender la igualdad reinante, reseñar que los ocho primeros rodaron en un margen de 25 centésimas. Pierre Gasly, al volante del recuperadísimo Alpine, clavó el tiempo de Sainz, también con los medios en su Ferrari.
El asunto volvería a ponerse bravo en la Q2, con Verstappen demostrando que los errores del viernes no habían afectado a su moral (1:15.176). En su pelea con Leclerc volvió a entrometerse el volador Tsunoda (1:15.358), a tres centésimas del monegasco, mientras Sainz bastante hacía con mantener el sexto puesto ante los McLaren.
Aún más doloroso resultó el desenlace para Pérez, medio segundo más lento que Mad Max y expulsado de la fiesta por Daniel Ricciardo. Apenas una centésima, sí, pero por primera vez desde el GP de Singapur 2022, la filial de Red Bull metía sus dos coches en la Q3. “Qué desastre”, admitió por radio el mexicano.