Jugaban con uno más y el Madrid de Ancelotti era incapaz de meter a un gol ante un disminuido Sevilla. Era indignante, pero Ancelotti pensaba que, de momento, al menos no se perdía el partido.
Todavía falta que el italiano se marche definitivamente del Madrid. Y ya está bien, porque cada partido es una pesadilla. Como la gota malaya. No juega a nada nunca. Y sólo Mbappé le salva de las tragedias.
Ancelotti se debió ir a principios de temporada cuando el Barça le goleó. Pero a la Casa Blanca le pareció que era demasiado atrevido para una leyenda blanca, además protegida por una prensa, que le reía todas las gracias.
Ahora es muy tarde, más con la vergüenza de que Ancelotti se ha convertido en técnico interino. Eso nunca ha sucedido en la política de la época de Florentino. Pero la Casa Blanca siempre ha abrazado a Ancelotti como un sumiso empleado.
Nadie entiende la razón de Sevilla para contratar a alguien como Caparrós, muy lejos de la galaxia de los entrenadores actuales. Pero el presidente junior y su ayudante el sospechoso Víctor Orta no han hecho nada casi bueno.
¿Qué mueve los fichajes de Orta? A veces incomprensibles, a veces sospechosos. Pero desde hace dos años algo huele podrido en el Sevilla, aunque los jugadores hoy se hayan merecido un respeto.
Las promesas del Castilla
Ancelotti no le gusta el Castilla ni cree que se pueda sacar jugadores de ahí, cuando el es sólo un seleccionador de super estrellas. No le gustan las promesas. Porque se quedaría aun más desnudo.
Pero cuando se fija en una promesa siempre se equivoca, por ejemplo , con Víctor Muñoz, que mete menos goles que Gonzalo. Siempre vio por encima de todos los defensas a Jacobo, que está mas verde que el trigo verde. Ante el Sevilla, regalo un gol, que no entro de milagros. Y no quería a Asencio. Tiene un ojo clínico ridículo . Y eso todo ha sido al final , cuando su defensa se había convertido en cenizas.
Sospecho que Vini y Rodrigo, sobre todo a Vini, los quieren traspasar. Siempre caerá dinero. Y Bellingham , simplemente, es un desastre. Otro que se debe traspasar , sólo por por el interés de los equipos de la Premier.
En fin, la pesadilla Ancelotti se acaba en siete días. Xabi Alonso no quería hacerse con el equipo, que es un muñeco. Pero no ha tenido más remedio que claudicar. Espero que se acaben las tormentas blancas.