No fue la misma actitud la del Atlético que en el último partido en el Metropolitano. Tampoco la de Simeone, que decidió dar los minutos a Vermeeren que el belga no ha disfrutado desde su llegada en el mercado invernal y puso a su equipo a morder a una Real Sociedad muy pasiva en su despliegue. Y así despidieron los rojiblancos la temporada, con una victoria y media sonrisa.
Igual escocieron los halagos del técnico al Real Madrid en la previa. "Mejor equipo del mundo", "va a seguir creciendo", "ha rejuvenecido la plantilla", dardos hacia las dianas que el argentino creía que tenía que disparar.
El vestuario las sintió. Tanto, que apenas costó un pase en profundidad de De Paul a la carrera de Llorente para encontrar la espalda no a uno sino a los dos centrales y al lateral derecho donostiarra. La embocó Lino, pero bien pudo ser Griezmann si el balón va algo más corto. Flaco favor le hicieron Elustondo, Pacheco y Traoré a Remiro en su lucha por el Zamora.
El posible doblete del brasileño casi llega cinco minutos más tarde si llega a colocar mejor el cuerpo a una dejada de Correa tras un precioso eslalon en el área donostiarra. Blandísima la defensa de la Real con Le Normand, un deseado refuerzo rojiblanco para la temporada próxima, viendo el espectáculo desde el banquillo.
No es que el central venga a rejuvenecer la plantilla, tiene 27 años, que son uno menos que Hermoso y seis que Savic, ambos jugadores en la rampa de salida del equipo, pero no cabe duda de que su rendimiento ha merecido la atención rojiblanca.
Mostraron los rojiblancos el orgullo del que carecieron en el duelo ante Osasuna. Y fueron suyas las principales ocasiones del primer tiempo, incluyendo un palo tras un intento de gol olímpico de Correa. Estuvo muy activo el argentino, otro cuyo nombre también está en la presunta lista de bajas del año próximo.
La más clara de los locales antes del descanso la protagonizó Brais Méndez, el más activo de los donostiarras en el encuentro. Su picadita en el mano a mano ante Oblak se encontró el sobaco del esloveno, que poco después sacó una buena mano a una falta sacada por Zakharyan con bastante mala uva.
Vermeeren fue el primer cambio del Cholo, en parte por la rigurosa tarjeta amarilla que le sacó Sánchez Martínez, en parte porque no acaba de haber conexión entre el argentino y el belga aunque este, tras su sustitución, tuviera un cariñoso gesto con el jugador. Se había fajado, pero tampoco había destacado en el encuentro.
Dominio sin fruto
Su salida coincidió con el despertar de la Real Sociedad que amenazó hasta en dos ocasiones a Oblak a través de Becker y Kubo. En la primera tapó Giménez y en la segunda respondió bien el esloveno. El Atlético, agazapado como ante el Getafe y Mallorca, esperando su opción de sentenciar.
El partido perdía ritmo, con el toque cansino de la Real, que solo lo aceleraban Kubo o Becker. Alguacil no quería despedir la temporada en el Reale Arena con derrota y sacaba a Oyarzábal para agitar el ataque.
Sin tiempo si quiera para el capitán txuriurdin de romper a sudar, Correa, que ya enfilaba el banquillo, hacía el segundo. El tanto sería anulado por el línea después de que el argentino embocara, decisión que confirmaría el VAR por centímetros.
Pese al dominio local, estaba más cerca el segundo del Atlético que el empate de la Real. De hecho, como si de un deja vú se se tratara, Morata emprendió una carrera en solitario hacia Remiro, similar a la que enfiló en Dortmund. Como en Alemania, el madrileño decidió la picadita, como en Alemania, en balón se marchó rozando el poste.
Quizás fue el último servicio del delantero al club rojiblanco. Un jugador que ha vivido una temporada de dientes de sierra con un terrible valle final. Como el del equipo, aspirante a casi todo en enero y fuera de todo en abril. Al menos, de laliga se despidió con una media sonrisa. Como la de Reinildo, que sentenció el choque en el descuento, su primer gol como rojiblanco. El pase, por cierto, de Morata.