Dar la titularidad a Hazard en Varsovia era como dar una peladilla a un niño. El belga, sin embargo, no fue capaz de saborear y acabarse el partido-caramelo, convertido finalmente en uno de esos adoquines del Pilar que hoy se reparten en Zaragoza. Pa
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
¿Ya eres Premium? Inicia sesión