Raphael Varane, ex juagdor del Real Madrid y de la selección francesa, ha anunciado por sorpresa que se retira del fútbol con tan sólo 31 años. El defensa, que recientemente había fichado por el Como italiano, achaca su decisión a las contínuas lesiones que han lastrado sus últimos años como futbolista.
El central ha expresado su deseo en un comunicado en el que ha dado las gracias a sus compañeros y en el que ha dejado claro que seguirá vinculado al club italiano, aunque sea desde fuera del terreno de juego.
Comunicado integro de Raphael Varane:
“En mi carrera he asumido muchos desafíos, me he levantado ocasión tras ocasión, se suponía que casi todo era imposible. Emociones increíbles, momentos especiales y recuerdos que durarán toda la vida. Reflexionando sobre estos momentos, es con inmenso orgullo y sensación de realización que anuncio mi retiro del juego que a todos nos gusta.
Me mantengo en el más alto estándar, quiero salir fuerte, no solo aferrarme al juego. Se necesita una gran dosis de coraje para escuchar a tu corazón y a tu instinto. El deseo y las necesidades son dos cosas diferentes. Me he caído y me he levantado mil veces, y esta vez, es el momento de parar y colgar mis botas con mi último partido ganando un trofeo en Wembley.
Me ha encantado luchar por mí mismo, mis clubes, mi país, mis compañeros de equipo y los seguidores de cada equipo en el que he jugado. De Lens a Madrid a Manchester, y jugando para nuestra selección. He defendido cada insignia con todo lo que tengo, y he amado cada minuto del viaje. El juego al más alto nivel es una experiencia emocionante. Prueba cada nivel de tu cuerpo y tu mente. Las emociones que experimentamos no las puedes encontrar en ningún otro lugar. Como atletas, nunca estamos satisfechos, nunca aceptando el éxito. Es nuestra naturaleza y lo que nos alimenta.
No me arrepiento, no cambiaría nada. He ganado más de lo que podría haber soñado, pero más allá de los elogios y trofeos, estoy orgulloso de que pase lo que pase, me he aferrado a mis principios de ser sincero y he intentado irme por todas partes mejor de lo que lo encontré. Espero haberlos hecho sentir orgullosos.
Y así, una nueva vida comienza. Me quedaré con Como. Simplemente sin usar mis botas y almohadillas. Algo sobre lo que estoy deseando compartir más pronto.
Por ahora, a los seguidores de cada club en el que jugué, a mis compañeros de equipo, entrenadores y personal… desde el fondo de mi corazón, gracias por hacer este viaje más especial de lo que mis sueños más salvajes jamás podrían prever.”
No hubo ninguna opción para una heroica, que en el fondo todos esperábamos. Jon Rahm terminó la tercera jornada con una vuelta del par, 72 golpes no han sido suficientes para que el español llegara al domingo de Masters de Augusta con opciones de formar un lío. El +5 durante las tres primeras rondas le deja en el puesto 34º y el de Barrika tendrá que buscar nuevos alicientes. «Mañana es otro día; si empiezo bien y me acerco al par total... Yo creo que me puedo meter en el top 10. Ganar ya, complicado, pero al menos terminar el torneo con buen sabor de boca», comentaba el campeón defensor que se tomó el varapalo con bastante filosofía.
Rahm salvó el honor con un único birdie en el hoyo 17 y un solitario tropiezo en el 7 y se dejó por el camino innumerables opciones de birdie, porque el swing no está acompañando al golfista de Barrika en este Masters de Augusta. «He estado mejor que ayer, pero tampoco es que me haya sentido muy cómodo. Estoy buscando algún gesto en el swing que me ayude, entre comillas a tirarla pa'lante... y al final he cogido un poco de confianza», admitía.
Jon Rahm parece resignado a tener un papel secundario en la ceremonia de imposición de la chaqueta verde el domingo. «Me ponéis en un compromiso», respondía ante la pregunta de a quién le gustaría coronar de verde, y tras unos segundos repasando la clasificación se moja, «A Nicolai (Hojgaard), por el buen rato que pasé con él en la Ryder y por la amistad que hemos creado... Pero le queda mucho para ganar». Al ser el campeón de 2023, le corresponde vestir de verde a su sucesor.
Sopló el viento con mucha menos intensidad que en el día de ayer, pero lo suficiente como para seguir complicando las vueltas de los jugadores y sobre todo llevar a un extremo de dureza los greenes de Augusta National: «El campo está muy duro y rápido y cualquier ronda bajo par será un buen resultado».
No fue un día propicio para los más románticos del golf, Txema Olazábal terminó con +3 y 9 sobre par en el total empatado provisionalmente en el puesto 53, mientras que Tiger Woods volvió a sufrir con su maltrecho físico y perdió todas las posibilidades de acercarse al grupo de cabeza.
Imagine el lector un Manchester-Real Madrid de cinco horas y media. Es lo que ocurrió este miércoles en Toronto, un drama entre dos jugadores formidables con el que el ruso Ian Nepomniachtchi alcanzó el primer puesto de la clasificación del torneo de Candidatos. El ajedrez es el mayor espectáculo del mundo. La mayor diferencia con el fútbol, aunque les parezca increíble a los no iniciados, es que requiere de cierta formación del público.
El fotógrafo Michal Walusza dejó varias estampas que seguiremos admirando dentro de unos años. En una de ellas, Vidit Santosh Gujrathi se levanta, con las manos en la cabeza, sin terminar de creer la tragedia que acaba de coescribir y protagonizar. Nepo, al que hemos visto resoplar varias veces, cierra los ojos en su silla, sin terminarse de creer el milagro. Estuvo contra las cuerdas dos veces y no lo remataron. Luego, Vidit no se conformó con el empate, porque necesitaba ganar, y acabó cayendo. El propio árbitro parece reflexionar sobre si todo ha sido legal, si su papel podría haber sido más activo.
Es otra de las diferencias con otros deportes. Por suerte, en ajedrez un árbitro puede advertir a un jugador si está haciendo demasiado ruido, pero lo normal es que solo intervenga como notario. Los propios grandes maestros escriben las actas, que son sus planillas con las jugadas.
Este miércoles, vimos varios hechos extraordinarios en Toronto, en una jornada que pudo ser aciaga para los rusos, pero que al final favoreció a Nepo, como siempre. El ruso juega su tercer Candidatos y solo conoce dos posiciones: líder o colíder. Es su torneo, cuando el resto del año parecer uno más entre la élite. En la undécima jornada de esta liga a doble vuelta parecía que podría ser superado por fin por Hikaru Nakamura, pero una vez más se salvó, como el Real Madrid en la Liga de Campeones. Más allá de los caprichos del azar, algo hará bien.
Nakamura, pluriempleado
Lo del estadounidense de origen japonés también es insólito. En la víspera de su partida contra Praggnanandhaa, jornada de descanso, Naka jugó y retransmitió los torneos semanales de rápidas de la plataforma Chess.com. Ganó el último, además, un buen augurio y a la vez una aparente irresponsabilidad. En las redes celebró la victoria y comentó medio en broma que volvería a su "torneo de vacaciones", que es el Candidatos.
Por si fuera poco, cada noche el americano graba un vídeo en el que comenta cada una de sus partidas. Es su trabajo de verdad, con el que más dinero gana, y no lo deja ni cuando podría concentrarse en otra empresa temporal, para todos sus rivales la más importante del año y en general de sus vidas.
Michal WaluszaFIDE
Después de su exhibición multitarea, Naka planteó contra Pragg una partida muy inteligente. El indio, de 18 años, demostró talento, recursos y valor, pero el americano demostró que la experiencia no es menos importante. Se anotó la victoria y todos pensaban que acabaría la jornada entre los líderes, dado el empate entre Gukesh con Caruana (demasiado perfectos los dos para que ocurriera otra cosa) y la situación difícil de Nepo contra Vidit.
India, Estados Unidos o Rusia
Al final, el título se lo juegan entre tres potencias muy distintas. Hay millones y millones de aficionados indios que sueñan con la victoria de uno de sus tres representantes. Gukesh, de solo 17 años, tropezó y se repuso, y ha desplegado un juego impecable, increíble para un muchacho de su edad. Está a tiempo de ganar, pero enfrente tiene unos rivales tan buenos como él y con muchas más tablas, no solo ajedrecísticas.
En Estados Unidos y en buena parte del planeta suspiran por una victoria estadounidense. Nakamura es el mayor 'showman' de los tableros y le daría aún más popularidad al ajedrez. Solo por las caras que pone, el juego de las 64 casillas se convertiría en un espectáculo televisivo de primera. Mi hija pequeña lo llama "el misterioso". No hace falta entender demasiado para disfrutar sus actuaciones, que un director estricto trataría de controlar. Este miércoles lo vimos además con su padre adoptivo, quien lo trajo de Japón cuando era un bebé. Era una señal de fortalecimiento familiar, después de que Naka confesara que logró reponerse de una derrota anterior gracias a su mujer, también ajedrecista y de origen iraní.
Si Nakamura vence en Toronto, sería el gran favorito para derrotar a Ding Liren en el Campeonato del Mundo que se celebrará a finales de año. Podríamos tener al primer campeón americano desde hace más de medio siglo, cuando Bobby Fischer protagonizó la mejor película de la historia del ajedrez.
El tercer aspirante y el mejor colocado ahora es Ian Nepomniachtchi. Ha ganado siempre los Candidatos en los que ha participado, aunque luego le fue mal en los Mundiales. Es el único invicto en Canadá, pese a que ha bordeado la derrota varias veces, y parece tener la suerte de los campeones, que también es necesaria en ajedrez. Guardiola decía anoche, ingenuo, que intenta creer que la suerte no existe. Lo que ocurre es que su reparto no es por azar puro, como vemos una y otra vez en el césped y en las 64 casillas.
El cuarto clasificado en Toronto es otro americano, Fabiano Caruana, que salvo un milagro se quedará sin el premio final. De los cuatro primeros es el que menos alma ha puesto en sus partidas. Muy cerebral y sin duda el más completo después de Carlsen, necesita entregarse más en estas citas, dejarse la piel y no solo las neuronas.
Candidatos femenino
En el torneo femenino, el nivel es inferior y los vuelcos en las partidas aún más sorprendentes, pero los astros han querido que la emoción se diluya antes. El título es cosa de las dos ajedrecistas chinas y la ganadora se enfrentará a la campeona del mundo, también china, Ju Wenjun. Poca tensión internacional. La dictadura del gigante asiático en el ajedrez femenino permite pocas alegrías y convierte este torneo en un suceso menor al lado del absoluto. La FIDE programó ambas competiciones a la vez para dar realce al Candidatos femenino, pero el efecto parece contraproducente. El eclipse se ha visto claro en Canadá.
Después de 11 partidas de las 14 programadas, Tan Zhongyi es líder después de salvar también varias pelotas de partido. La sigue a medio punto Lei Tingjie, que lleva una racha extraordinaria. Gracias a eso ha conseguido mantenerse en la estela de su compatriota. En tres partidas necesita recortar medio punto para llegar a los desempates en partidas rápidas. La situación es complicada, pero si mantiene su inercia ganadora todavía es más que posible.
La decepción en Toronto han sido las rusas, Aleksandra Goryachkina y Kateryna Lagno, que habrían necesitado que Nepo les repartiera un poco de suerte o les diera una lección de supervivencia. Seguramente son cosas que no se heredan ni se transmiten tan fácilmente.
En las entrevistas posteriores a las partidas, supimos también que Alireza Firouzja no piensa en la retirada. Son cosas que se dicen en caliente, explicó, que él mismo ha repetido «mil veces». Piensa seguir jugando y, algún día, demostrar por qué Carlsen lo eligió como heredero, un papel que tiene pendiente interpretar.
Marc Márquezsabe muy bien cómo jugar sus cartas. En Mugello no solo se hizo con un triunfo de nuevo incontestable, tras unas primeras vueltas en las que protagonizó un toma y daca espectacular con su hermano Álex y un Pecco Bagnaia obligado a darlo todo en casa. También, supo tener un gesto con los ducatisti con el que, seguro, acabo de seducir incluso al más reacio a rendirse a sus pies, si es que quedaba alguno, clavando la bandera de Ducati ante su grada, renunciando a un 93 que, esta vez, era más especial que nunca. No en vano, había sumado el triunfo número 93 en su carrera, el 67 en la máxima categoría. Con él, suma ya 270 puntos, 40 más que Álex, otra vez segundo, y 110 más que un Bagnaia que, a la postre, se vio descabalgado de la tercera plaza por un zarpazo a finales de la penúltima vuelta de un Fabio di Giannantonio que supo esperar su momento para estrenarse en el podio en casa.
"Cuando iba cuarto, el ritmo que llevaba estaba al límite, pero, según pasaban las vueltas, tenía a Pecco ahí, sabía que tenia que arriesgar y decidí darlo todo para pasarlo. Estoy encantado de haber logrado mi primer podio en Mugello, ante esta afición", aseveró al término de la prueba el tercer clasificado de un GP de Italia algo más lento que el curso pasado, sin duda marcado por un calor del todo asfixiante. "Honestamente, esperaba sacar más puntos que Marc, pero él se ha movido más rápido que nosotros. He dado el máximo, tratando de no cometer errores. Al principio, con la pelea entre Pecco y Marc, trataba de no irme fuera y después intenté imponer mi ritmo, pero en las últimas vueltas tuve algunos problemas con el neumático trasero, que afortunadamente pude gestionar bien", señaló por su parte el menor de los Márquez.
"La sensación es increíble. No íbamos exactamente de rojo, pero era el día Ducati, sabía que era importante para ellos y, para mí, también. Me siento parte de su familia. Hemos gestionado la carrera, al principio con Pecco y Álex, con el deposito lleno, me costaba, pero, a partir de que iban decayendo los neumáticos, traté de darlo todo y estoy muy contento de haber conseguido los 37 puntos en este circuito", zanjó por su parte un Marc Márquez que, como su compañero de equipo, lucía tanto en el mono como en su montura una mezcla de tonos granate y negro oscuros, «renacentistas», según señalaba la propia escudería esta semana. La emoción de las primeras vueltas, con un intercambio de golpes espectacular entre él y un Pecco espoleado al máximo por correr en casa, con Álex siempre atento para pescar en río revuelto, acabó dando paso a una carrera en la que, de nuevo, dejó claro su dominio por encima del resto de los pilotos del paddock y en la que, incluso, llegó a sacarle más de dos segundos de ventaja al único capaz de seguirle en parte el ritmo. Cómo no, otro Márquez.
En cuanto al resto de pilotos españoles, Raúl Fernández fue séptimo, Pedro Acosta, quien tuvo muchos problemas a lo largo de la carrera, octavo, Joan Mir, undécimo, Fermín Aldeguer, duodécimo, Álex Rins, decimoquinto y Maverick Viñales, finalmente, se fue al suelo tras un toque con un Franco Morbidelli que sería sancionado con una long lap por conducción irresponsable.