Beckenbauer fue campeón del mundo como jugador en 1974 y como seleccionador en 1990
Franz Beckenbauer, uno de los mejores futbolistas de la historia, ha muerto este lunes a los 78 años, según han informado su familia y la Federación Alemana (DFD). El Kaiser, la figura más importante en la historia del Bayern Múnich, se proclamó campeón del mundo con la República Federal de Alemania como jugador en el Mundial de 1974 y como seleccionador en el Mundial de 1990.
En las últimas semanas, el estado de salud de Beckenbauer se había complicado por culpa de unas molestias en un ojo y por unas dolencias neurológicas asociadas con el Parkinson y la demencia. Sin embargo, su repentina muerte ha tomado por sorpresa a toda Alemania, un país que le idolatró durante décadas.
El legado de Beckenbauer se entiende mejor desde la óptica del Bayern, al que convirtió en toda una potencia continental, con tres títulos consecutivos de la Copa de Europa (1971, 1972, 1973). Entre sus formidables virtudes como defensa, en la posición de líbero, destacaba su salda de balón y su desbordante liderazgo, incluso desde una temprana edad.
Acompañado de futbolistas de la talla de Gerd Müller, Uli Hoeness o Sepp Maier, el Bayern de los 70 se asentó en el cetro del fútbol europeo y engordó su palmarés con cuatro Bundesligas, cuatro DFB Pokal (copa alemana) y una Copa Intercontinental.
Fue el primer zaguero en conquistar el Balón de Oro (1972, 1976) y el que cambió el concepto de la posición, demostrando que desde atrás también se podían ganar partidos. Su gran antagonista fue Johan Cruyff, cuyo Ajax acabó con la dinastía del Bayern, pero a quien superó en la final del Mundial de 1974. “Era mejor jugador que yo, pero yo fui campeón del mundo”, argumentaba El Kaiser.
Su enorme personalidad quedó en evidencia desde muy joven, cuando sufrió un conflicto extradeportivo con la Federación. Tras dejar embarazada a su novia, se negó al matrimonio, y Helmut Schön, entonces seleccionador, quiso apartarle del equipo. Sin embargo, el apoyo de Diettmar Cramer fue decisivo para evitar la sanción y para confirmarle como el nuevo líder de la Nationalmannschaft.