El italiano Massimo Benetton ha muerto mientras practicaba este deporte con unos amigos
Se suponía que iba a ser un martes divertido haciendo piragüismo para Massimo Benetton, de 54 años, originario de Venecia. Trabajaba para la empresa de artículos deportivos Papin tras haber sido mecánico durante una década en una popular empresa que fabrica bicicletas de carreras. El piragüismo le había acompañado durante toda su vida: Benetton -apodado “Max la Bomba” entre aficionados- fue campeón de piragüismo en la especialidad de estilo libre y maestro del freestyle. Tenía mucha experiencia.
A las 8 de la tarde se había reunido con unos amigos en la localidad de Gisse, cerca de San Martino, para descender el río Aurino. Para él debía ser poco más que una excursión relajante. Durante la excursión, sin embargo, un accidente le arrojó a las gélidas aguas del río. Las corrientes lo arrastraron mientras sus amigos daban la voz de alarma y unían sus cuerdas para intentar recuperarlo. La oscuridad lo complicó todo. Llegaron al lugar los bomberos y el equipo de salvamento acuático de Brunico, así como el helicóptero Aiut Alpin Dolomites con los visores nocturnos activados. Una vez recuperado el cuerpo de Benetton y arrastrado hasta la orilla, el médico de urgencias y el personal sanitario de la Cruz Blanca intentaron reanimarle a la desesperada, pero no pudieron hacer nada: el veneciano, de 54 años, ya estaba muerto. Los Carabinieri están llevando a cabo las investigaciones para saber lo ocurrido.
Benetton era muy conocido en el panorama deportivo nacional. El estilo libre, su especialidad, premia la habilidad para realizar evoluciones y acrobacias en el agua. En esta categoría había participado en los campeonatos del mundo de la especialidad en Nottingham (Inglaterra). Massimo se interesó por este deporte desde muy joven y disputó campeonatos del mundo en 1991 y 1993. En su palmarés figura una medalla de bronce en los Campeonatos de Italia de 1997, y una plata y un oro en la Copa de Europa de 2002 y 2003.
Benetton también fue uno de los primeros en experimentar con la fibra de carbono (como en las bicicletas) para la construcción de kayaks. “Nunca olvido la parte más bonita de este deporte”, dijo en una entrevista, “que es el contacto con la naturaleza y la posibilidad de experimentar los aspectos más salvajes de las montañas. Requiere coordinación, equilibrio y disciplina”.
“Tenía experiencia y estaba preparado”
Arcangelo Pirovano Todeschini, miembro fundador de la Federación Italiana de Piragüismo Turístico, no comprende la muerte de su amigo: “Sin duda había ido a entrenar: no era peligroso, quizá estaba cansado. Sabía muy bien qué maniobras realizar con su chaleco salvavidas, que sin duda llevaba puesto”. Para Todeschini, “Max pudo haberse metido en un agujero”, como se denomina en la jerga cuando el agua sobrepasa una gran roca y crea una corriente que retiene el kayak. “Pero ése no debió de ser el problema, porque él solía jugar con los agujeros”.
Benetton deja a un hijo, Leonardo, a su padre y a sus hermanos Gianni y Lucia, que le recordarán así: “Era puro entusiasmo, fuera de lo normal. Practicase el deporte que practicase, tenía que llegar a lo más alto. Era un gran padre, un compañero atento, un buen hermano”.