Motivos para la calma y para el nerviosismo con Fernando Alonso: “Yo no estoy muy preocupado”

Motivos para la calma y para el nerviosismo con Fernando Alonso: "Yo no estoy muy preocupado"

GP de Gran Bretaña

Actualizado

El asturiano lleva tres carreras casi consecutivas lejos del podio, pero sigue esperanzado: “Hace tres semanas luchábamos por la victoria”.

Fernando Alonso, antes de la carrera, este domingo.CHRISTIAN BRUNAEFE

Después de tantos años, Fernando Alonso disimula las decepciones y las alegrías de la misma forma. Nadie como él sabe que en la Fórmula 1 todo dura una semana, si acaso un par. Ante las cámaras y los micrófonos, es difícil descubrir si está contento, enfadado, eufórico o decepcionado. En las primeras carreras del Mundial le delataba una sonrisa incontrolable. Luego, imposible. Siempre moderado, siempre cerebral. Pero hay un detalle que, si se observa con detalle, con mucho detalle, le delata. Cuando está satisfecho, se explaya, permite dos o tres preguntas más, contesta en inglés y en castellano. Cuando no lo está, simplemente cumple. Este domingo, en Silverstone, fue el primer piloto con puntos en marcharse de la zona mixta: mala señal.

Gracias a la buena estrategia de Aston Martin, a la aparición puntual del safety car y a su defensa ante ciertos rivales, Alonso pudo acabar séptimo, una posición mejor que la esperada, pero su evolución en la temporada es decreciente. Quizá sea lo malo de encadenar cinco podios en las seis primeras pruebas del año: después quieres más. Y al español le está ocurriendo lo contrario. ¿Por qué?

«Es un poco de todo. Otros equipos han mejorado, han traído nuevas piezas que funcionan. El circuito de este fin de semana no era uno de los mejores para nosotros. Y también Pirelli ha introducido unos neumáticos nuevos y tenemos que entenderlos», analizaba el líder de Aston Martin en un domingo frío. En todos los sentidos, frío. En su brevedad se le notaba intranquilo, pero tampoco mucho. Su situación es confusa: en Montmeló, en Spielberg y este domingo en Silverstone se quedó lejos del podio, pero en Canadá optó incluso a la victoria. Su situación es confusa: con todo, sigue tercero del Mundial, nunca ha acabado peor que séptimo y siempre ha estado en la Q3 los sábados en clasificación.

BEN STANSALLAFP

«No estoy muy preocupado. El coche es mejor de lo que esperábamos este año, luchamos por cosas que en pretemporada nunca soñamos. Si podemos luchar contra los mejores será fantástico, pero hay que verlo con perspectiva. No podemos estresarnos si no estamos en el podio, tenemos que relajarnos», comentó y en esa línea anunció un ánimo diferente para la próxima carrera: «Hemos salvado un fin de semana muy difícil y espero que en Hungría volvamos a ser competitivos».

La mejora de otros

En realidad, si se toma el Red Bull de Max Verstappen como baremo, Aston Martin no ha dado un paso atrás. El holandés, vencedor de la carrera por delante de Lando Norris y Lewis Hamilton, volvió a acabar con unos 20 segundos de ventaja sobre Alonso, lo mismo que en Jeddah o en Miami. El problema es que otros equipos se han colocado en medio. Mercedes, Ferrari y hasta McLaren han mejorado sus coches para discutirle los podios a Alonso y así, depende del circuito, celebran unos u otros.

En los trazados difíciles, donde las curvas son lentas, donde se requiere destreza, Alonso disfruta por su pericia y porque el Aston Martin es un coche agradable de conducir. En las pistas de despegue, donde hay que volar, donde se necesita velocidad, el español padece. «Si alguien es más rápido no puedo hacer nada. Tenemos que entender y aprender. No estoy contento con un séptimo puesto, pero el año pasado los Aston Martin eran últimos aquí. En Canadá luchamos por la victoria y sólo han pasado sólo tres semanas. No se puede decir que fuimos rápidos al inicio de temporada y ahora ya no lo somos», reivindicó Alonso que finalizó: «Este séptimo puesto es mejor que el ritmo que teníamos».

Y tenía razón. Por primera vez este año Alonso pudo acabar fuera de los puntos, de los 10 mejores de la carrera: su compañero, Lance Stroll, fue decimocuarto sin sufrir ningún accidente. El séptimo fue un éxito. En el primer tramo de la carrera, tras otra salida magnífica, Alonso se descubrió definiéndose ante un piloto de Alpine, Pierre Gasly, para no caer a un noveno puesto, pero el español se salvó gracias a la estrategia. Al contrario que otros, Alonso aguantó, y aguantó, y aguantó en pista a la espera de lo que finalmente ocurrió: un monoplaza, el Haas de Kevin Magnussen, prendió en llamas, y apareció el safety car. Bendición. ¡Alegría!

Alonso, que era uno de los cuatro que todavía no había pasado por boxes -los otros fueron los moradores del podio, Verstappen, Norris y Hamilton-, ganó varias posiciones y de ahí, pese a la remontada de Checo Pérez, séptimo. En la última vuelta tuvo incluso que protegerse ante un piloto de Williams, Alex Albon, que también parecía más rápido que él. Hubo motivos para disparar el nerviosismo alrededor de Alonso, pero quedan más motivos para la calma.

kpd