Parecía un choque aparatoso, pero inerme para la salud de Morata. Sin embargo, pocos minutos después las lágrimas en el banquillo del delantero madrileño decían lo contrario. El doctor del Atlético de Madrid, Óscar Celada, le hacía la famosa prueba del cajón, esa que sirve para determinar si hay afectación de los ligamentos, especialmente del temible cruzado, y cada movimiento de su rodilla derecha era una tortura. Finalmente, ayudado por el médico, Morata se retiraba al vestuario cuando el árbitro pitaba el descanso.
El choque, decíamos, era un balón dividido en el que Soumaré entraba fuerte, pero noble. Con los dos pies en el suelo. Morata, ante el ímpetu del mediocampista del Sevilla, saltaba y hacía una pirueta en el aire para caer de mala manera. Y es en el aire donde parece que la rodilla se le dobla hacia atrás de mala manera. El delantero se quedaba en el suelo mientras el juego continuaba.
Las alarmas saltaron, lógicamente, para el máximo goleador del Atlético (19 goles) y capitán de la selección española. Dentro de 10 días afronta el equipo rojiblanco la eliminatoria de Champions ante el Inter de Milán, y el seleccionador, Luis de la Fuente, miraba en directo desde el palco del Pizjuán cómo su capitán se temía lo peor.
No estaba teniendo el mejor de los partidos el madrileño, con algunas ocasiones claras falladas y otros fueras de juego que podría haber evitado. Era lo de menos. También el resultado, que en el momento de su lesión era de victoria para el Sevilla por un gol a cero. Ahora falta esperar a las pruebas médicas para determinar el alcance exacto de la lesión.
Álvaro Morata es un chico especial. De entrada, es el futbolista español que más dinero ha movido en fichajes (220 millones) en su carrera, el quinto a nivel mundial por detrás de Neymar, Cristiano, Lukaku y Dembélé. De salida, se trata de un hombre de 31 años, en la cima de su carrera (la temporada pasada fue la mejor de su vida, 21 goles, y acaba de ganar, como capitán, la Eurocopa) que, sin embargo, no es feliz en su país porque hay quien, en las redes sociales, se burla de él. Este viernes, el Milan ha hecho oficial su fichaje para los próximos cuatro años tras pagar su cláusula de rescisión (13 millones). Es el final de un adiós que se empezó a gestar la pasada primavera.
Para saber más
Tras una primera parte del curso impresionante (19 goles hasta enero), las cosas se torcieron. Varias lesiones y, sobre todo, el gol fallado ante el Borussia Dortmund en la vuelta de los cuartos de Champions y los pitos que recibió, con España, en el Bernabéu en marzo, precipitaron un final de temporada oscuro para él. Junto a su mujer, Alice, tomó la decisión de marcharse de España, y así se lo transmitió personalmente a Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético, y a Simeone, su entrenador. ¿Las razones? Que ya estaba cansado de aguantar las críticas y, sobre todo, que la situación empezaba a afectar a sus hijos. Pensó incluso ir a Turquía, hasta que alguien le advirtió de que en ese país, con la fiebre que hay allí por el fútbol, no podría ni salir a la calle. Con varias opciones abiertas, firmó un acuerdo con un representante saudí para que le consiguiera un buen contrato en Arabia.
A la concentración de la selección llegó un futbolista atormentado. "Yo creo que, si gana, es posible que hasta deje el fútbol", contaban algunos de los que han convivido con él durante estos 45 días. Más que la ascendencia sobre el grupo que se le supone a un capitán, ha sido su bonhomía la que ha generado el cariño que le tenía el equipo campeón de Europa. Al igual que los casos de Nacho, Joselu (ya confirmados) o Dani Olmo, Le Normand, Laporte o Mikel Merino, Morata también ha estado decidiendo su futuro en mitad de la Eurocopa.
A última hora de la noche del 1 de julio, Morata, a través del representante saudí con el que había firmado un contrato, cierra las condiciones para firmar por el Al Qadsiah, el mismo por el que había fichado Nacho unos días antes y que acaba de subir a Primera División de la mano de Míchel. Sin embargo, algo ocurre en esas horas porque, a la mañana siguiente, cuelga un post en Instagram, en colaboración con el Atlético, y escribe: "No puedo imaginar lo que tiene que ser ganar con esta camiseta y no voy a parar hasta conseguirlo". Ese día, en el móvil de Simeone aparecen varias llamadas perdidas de Morata. También en el de Miguel Ángel Gil.
Morata.PABLO GARCÍARFEF
Tras el partido contra Alemania, 5 de julio, parece decidido a irse a Italia, con la Juventus y el Milan como opciones. De nuevo su mujer, Alice, tiene mucho peso en la decisión, que esta vez, ya sí, es definitiva. El acuerdo con el equipo rossonero lo cierran su representante, Juanma López, y su padre, fuera ya de la ecuación el agente saudí que sí había llevado las riendas de la operación fallida en Arabia.
Lo que va a cobrar en Italia es aproximadamente un tercio de lo que ya tenía apalabrado con el Al Qadsiah, y que rondaba los 13 millones netos por temporada, más incluso que Nacho. Firma en Milán para cuatro años, huyendo del ruido que, dice, le rodea en España. Sólo lo escuchará, si es que existe, cuando regrese con la selección, otro aparente cambio de opinión que, de pensar en el adiós (así lo dijo a este periódico), le deja en posición de seguir siendo capitán. De momento, porque con Morata nunca se sabe.
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Atlético de Madrid
LUIS NÚÑEZ- VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Lunes,
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2023
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