Alemania empezó con un convencimiento: futbolísticamente era inferior a España. Reconocerlo es una virtud, contrarrestarlo es un tormento. Es la razón por la que la Alemania de Nagelsmann, a la que tanto le gusta correr, empezó por asegurar la pelota y por pegar. Es sintomático que lo hiciera Kroos, uno de los tipos más inteligentes que han pasado por un centro del campo. No es su palo, pero ante esta dinámica España no había más palo que los pal
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